lunes, 16 de junio de 2025

¿Cómo era el verdadero Careme?: un poco de historia antes de ver la serie de Apple

 


Buscaba excusas para no ver el primer capítulo, no le tenía confianza, pero ni me di cuenta de cómo pasó la hora. Así de enganchada estaba. Alerta: cero semejanzas con la realidad; cero veracidades históricas; mucho sexo y mucho pastelito; entretenida, pero tan enredada que los mismos críticos no entendieron que pasaba. En resumen, esta producción de Apple tv+ tiene un protagonista que es cocinero y se llama Careme, pero es un mero alcance de nombres. Paso a carear al verdadero gran chef con el inventado y explicar el motivo por el que el libretista Davide Serino se volcó hacia la ficción en vez de la historia.

El Arquitecto de la Pastelería

Esta es la biografía genuina de Marie Antoine Careme, conocido como “Antonín”. Nacido en París en 1783 (6 años antes de la Revolución), su familia era tan pobre que su padre lo colocó de aprendiz de cocinero cuando el crio tenía diez años. Al menos ahí tenía algo que comer. El chico tenía buena mano para la cocina y fue trabajando en diferentes establecimientos, subiendo de categoría, hasta llegar donde Silvestre Bailly, uno de los mejores pasteleros del país.

Bailly notó que Careme tenía talento e ideas tales como convertir los pasteles en obras arquitectónicas, le fomentó ese habito y le daba permiso dos tardes semanales para que fuese a la biblioteca a examinar libros de arquitectura. Ya durante el Imperio, Careme se había trasladado a otra pastelería, la de Gendron y era famoso por sus postres en forma de pagodas y pirámides.


                         Careme y su croquenbouche


Es posible que en aquella época, el joven pastelero atrajese el interés de Talleyrand-Perigord, Ministro de Asuntos Exteriores. Una de las pocas verdades de la serie, es que a Napoleón la cocina le importaba poco (tal vez por sus ulceras), pero le dejaba todas las tareas diplomáticas a su ministro que consolidaba buenas relaciones exteriores usando la buena mesa como aliada. Napoleón permitió que Talleyrand adquiriese una mansión en las afueras de Paris donde agasajaba a altos dignatarios extranjeros y Careme se hacía cargo de esos banquetes.

Paso a proporcionar algunos detalles, porque los críticos no parecen entender el trasfondo de la serie. Se dice que están en el Consulado, periodo que inicio en 1799. En 1804, Napoleón se coronó emperador, por lo tanto la serie inicia a fines de 1801, cuando Careme tenía 18 años. El año clave de la vida del joven pastelero fue 1803 cuando puso su propia pastelería. Todo esto indica que para entonces Careme gozaba de una sólida posición económica y del mecenazgo de alguien importante ,en este caso Talleyrand.

La realidad desmiente a la serie, Careme nunca fue parte del servicio doméstico del ministro. Sus servicios en aquel entonces, eran estrictamente free-lance, aunque su mayor empleador era Talleyrand y es posible que haya cocinado para el Emperador. Se sabe que fue el encargado del catering de la boda de Jerónimo Bonaparte, y de las segundas nupcias de Napoleón en 1810. En sus memorias, Careme recuerda con mucho cariño haber trabajado en conjunto con Laguipere, el cocinero oficial de las Tullerías.

                        El verdadero Marie-Antoine

Un Cojo que Caía Parado

La caída de Bonaparte no hizo mella en el cocinero porque Talleyrand seguía siendo poderoso. Como decía mi padre: “Para ser cojo, Talleyrand caía siempre parado”. Hora de hablar un poco del personaje de Jeremie Renier que es mi favorito en la serie, a pesar de que a ratos lo calumnian para que parezca villano. Hasta lo ponen detrás del atentado de la Calle San Nicasio y del asesinato del Duque de Enghien.

Carlos Mauricio, Príncipe de Talleyrand-Perigord nació en el seno de una antigua familia de la nobleza, pero la deformidad de su pie le cerró las puertas a las oportunidades abiertas para esa clase, solo el clero lo aceptó. En poco tiempo,  Talleyrand ascendía a la mitra de obispo, no por mérito de su virtud, ya que era librepensador y mujeriego. La Revolución lo liberó de sus cadenas eclesiásticas.

Pronto ponía su sagacidad al servicio de los mandamases revolucionarios, destacando en labor diplomática. Ser excomulgado por el Papa le valió madre, más preocupación le daba el inicio de las masacres que caracterizarían la caída de Luis XVI. Huyó a Inglaterra de donde fue expulsado. Cruzó el Atlántico hasta la nueva nación americana donde hizo amistad con Alexander Hamilton y con Aaron Burr.

                                     El verdadero Talleyrand

Acabado El Terror, Talleyrand retorna a Francia. El Directorio lo nombra encargado de relaciones extranjeras. Notando las habilidades militares del joven General Bonaparte, Talleyrand lo apoya para que, tras el golpe de estado de Fructidor, Napoleón se erija en Primer Cónsul de la nación gala. En agradecimiento, Bonaparte nombra al ex obispo su ministro de relaciones exteriores, cargo que Talleyrand seguirá ocupando durante el imperio. Eso de andar congraciándose con Bonaparte porque quiere ese puesto, como aparece en Careme, es falso.

Lo que si es cierto, es que Napoleón permite que su ministro adquiera el Chateau de Valenҫay para agasajar a los diplomáticos extranjeros. Es ahí donde creará su fama el joven Careme. Eso ayuda a su patrón a hacer buenas migas fuera de Francia lo que le acarrea suerte cuando le llega su Waterloo a Napoleón.  Talleyrand Perigord, rápidamente, cambia de acera política. Colabora activa y eficazmente en el Congreso de Viena y recibe triunfalmente al Zar Alejandro a su llegada a París, por supuesto con un banquete de Careme.

Los Patrones de Antonin

El Emperador de todas las Rusias se enamora de la comida del joven chef hasta el punto de que querrá llevárselo a San Petersburgo, pero Careme acepta antes ser el cocinero oficial del Príncipe Regente de Gran Bretaña . Ha sido un error, el clima londinense no va con los pulmones ya maltrechos de Antonin. Marie Antoine preferirá irse a cocinar para Lord Stewart, embajador británico en Viena. Desde Rusia lo llama el Zar, pero a Careme le disgusta el clima ruso. Vuelve a París donde se ocupará de las cocinas de la Princesa Bagration, una adinerada aristócrata georgiana.



Sus últimos años de vida, los pasará Antonín como chef del hombre más rico de Francia, el banquero James de Rothschild. Para entonces, Careme era un hombre muy rico y famoso gracias a su excelsa clientela y a sus numerosos libros de cocina que influirían por más de un siglo la cocina de reconocidos cocineros como James Beard y Julia Child.

Antoine Careme es acreditado con haber impuesto en Francia el servicio “ a la rusa” . Bajo la influencia de su patrono Zar Alejandro, Careme desterró la costumbre de apilar platillos sobre la mesa de un banquete virándola por la más cómoda de tener camareros acercando bandejas de vituallas a los comensales. Él fue quien inventó el sombrero blanco alto de los cocineros y también el título “chef” (jefe) para ellos.

En la pastelería, Careme no solo impuso sus croquembouches, las fantásticas obras arquitectónicas construidas con obleas y nougat. También creó los repollitos (choux), los famosos vol-au-vents, las mil hojas, e incluso platillos salados como los Tournedós Rossini.



Pasados los cuarenta años era obvio para el cocinero y para sus íntimos que su salud era precaria. Rothschild le ofreció trasladarlo a su mansión para ser atendido por buenos médicos, pero Antonín prefería la independencia de su propia casa. Murió a los 49 años. Incluso la causa de su muerte es desconocida.

Se cree que sus pulmones fueron afectados por el carbón de sus hornos. Otros creen que fue una sinusitis que se unió a una enfermedad de su maxilar provocada por la ingesta de azúcar, obligación de un buen pastelero. O sea murió de una infección a los dientes que alcanzó sus sinus, letal en días pre-antibioticos. De cualquier forma, se puede decir que la gastronomía lo mató

Se sabe poco de los últimos días del gran chef, solo que vivía con su única hija Marie-Agathe. Fue ella quien, por razones personales, quemó las ultimas notas y diarios de su padre. Se cree que hubo un desacuerdo entre el chef y su hija, pero no se conocen detalles.



Como verán, la vida de Marie-Antoine  Careme fue rica en creatividad, en viajes, en tener importantes patronos, pero no hubo grandes escándalos. Por eso Apple+ ha decidido crearle una biografía alternativa convirtiéndolosiendo apenas un adolescente en espía, casanova y maestro de la intriga. Tengan eso en mente cuando vean y disfruten la serie.

Algunos datos antes de pasar a reseñar Careme.  Como ya dije inicia en 1801 y acaba en 1804 con la llegada del Imperio. Los episodios 3 y 4 ocurren en 1802 gracias a la mención de fechas claves: matrimonio de Hortensia de Beauharnais y consecuente primer embarazo, y matrimonio de Talleyrand-Perigord y su querida Catherine. Ambos hechos son parte de la trama.

                                          La verdadera Catherine

El Atentado de la Calle Sainte Nicaise

Este suceso tuvo lugar en Nochebuena de 1800, pero la serie lo traslada un año más tarde, en otra fecha y de día. El episodio de ese atentado es otro aspecto de la historia alternativa confeccionada por David Serino. En la vida real fue parte de varios complots de la chouannerie, los rebeldes bretones que eran partidarios de un regreso a la monarquía y al catolicismo en Francia.

En vísperas de Navidad, y creyendo a sus enemigos neutralizados, Bonaparte accedió asistir a un oratorio de Haydn en la Opera. Estaba cansado y se quedó dormido despertando con la explosión. No hubo ni un cambio de ruta, ni la escolta militar fue advertida, ni Careme ni Talleyrand fueron parte del complot. Si este fracasó fue por un atraso al encender las mechas.

                           El atentado de la Rue Saint Nicasie

Fouché, el siniestro ministro de la Policía,  ahora temía que en su odio por los jacobinos Napoleón cargase contra él así que se empeñó en descubrir a los verdaderos culpables de la muerte de no se sabe cuántas personas ya que los historiadores discrepan sobre la cifra. Aunque Fouché eventualmente descubriría el plan de los chuanes, Napoleón exigió una redada de jacobinos que, por una vez, eran inocentes.

Cuatro fueron guillotinados, 130 fueron deportados, algunos a la Guayana Francesa. A Fouché, Napoleón lo despidió por andar contradiciéndolo y de esa manera acabó con el poder jacobino. El grupo no levantaría cabeza sino hasta 1873 con la Comunne.

Detesto a los jacobinos como detesto a toda la izquierda desbocada. Hegel y Marx los llamaron “los primeros comunistas”. Fueron los jacobinos los que convirtieron a la Revolución en un baño de sangre, torturando y matando de maneras horribles no solo a la nobleza y la realeza, sino también a campesinos, artesanos e intelectuales. De eso he hablado ya en otra entrada. Me incomoda que pongan a Careme de jacobino porque se supone que debemos admirarlos ya que el cocinero los sigue.

La serie muestra a los franceses odiando a Napoleón. Falso. La noche del atentado, el público de la Opera lo recibió con ovación de pie. Madame de Stael si escribía panfletos, pero era moderada, la serie nos quiere hacer creer que era jacobina. Falso. Ella se exilió, al igual que Talleyrand al comienzo del Terror. Después de todo, era baronesa. La lucha en contra de Bonaparte, a quien Germaine veía como un futuro tirano, se volvió casi personal y el cónsul exilió a la Baronesa de Stael de Francia. Fouché nunca fue a arrestarla en su propia fiesta.

                                Talleyrand  y Madame de Stael
                                    La verdadera Germaine de Stael


Hablando de Fouché, realmente era un jacobino de lo peor. Lo vemos torturar al pastelero Bailly y a Étienne y no miente cuando recuerda que fue el “Carnicero de Lyon”. Se ganó esa fama cuando, para ahorrar municiones, despedazó a sus prisioneros con balas de cañón. Aunque enemigo de Talleyrand, en más de una ocasión se unieron en contra de Napoleón.

                                     El verdadero  Fouché 

Sobre Napoleón y el Divorcio.

El Código Napoleón deja abierta la posibilidad de que el marido pueda solicitar el divorcio por varias razones, y de común acuerdo. También hay causales que permiten el fin del vínculo matrimonial, pero la esposa solo puede pedir el divorcio si el marido le ha metido a una concubina en casa (aunque sorprenda esto ocurría mucho en ese entonces, sobre todo si la amante era una criada).

Napoleón nunca se opuso al divorcio puesto que Josefina le fue infiel desde su primer día de casados. La relación de La Beauharnais con el joven oficial (menor que ella) Hyppolite Charles trascendía la cama, ya que ambos se enriquecieron con unos negocios turbios. En varias ocasiones, Napoleón intentó divorciarse de una mujer que no solo le pintaba el cuerno además era más manirrota que María Antonieta.  No fue la infertilidad de Josefina, la única ni la mayor causa del divorcio (1809).

Careme en Varsovia

No quiero meterme en esa divertida escapada de Careme a Polonia a tratar de convencer a Luis XVIII de renunciar al trono francés, aunque fue chistoso ver al cocinero dándoles órdenes a sus pinches de cocina (Henriette, Catherine de Talleyrand y Charles de Flahut). El espacio lúgubre y medieval donde cocinan no se parece ni al Castillo de Jelgava en Letonia, ni al Palacio Lazinski en Varsovia donde el Conde de Provenza (como lo conocemos en María Antonieta) y su corte se trasladaron a fines de 1801.

                                    El Palacio Lazinski

Interesante que nos ponen a Madame Royal (María Teresa) como una demente que juega con guillotinas como si fuera Wednesday Adams. En 1802, María Teresa, única hija sobreviviente de María Antonieta, ya estaba casada con su primo el Duque de Angulema y era muy devota de su tío Luis XVIII.  Incluso fue quien consiguió que la Reina Luisa de Prusia les proporsionara alojo en Varsovia luego que el Zar Pablo hizo salir a la corte francesa del territorio ruso.



                              Madame Royale, la Duquesa de Angulema




La presencia de Giuseppina de Saboya (muy joven para tener 60 años)tampoco es verosímil. Ella vivía en Alemania-separada de su esposo y junto a su amante Marguerite de Grebillon. Catherine no miente cuando dice que a la  Condesa de Provenza solo le interesa el vino y una mujer. La relación lésbica de Giuseppina con su lectora, una mujer de clase humilde, había causado escandalo aun antes de la Revolución.

                      Maria Josefina de Saboya, Condesa de Provenza

El Gran Bake-Off del Hotel Galliffet

No puedo terminar sin reírme del absurdo concurso de cocina que ocupa el capitulo cinco. Grimod de la Reyniere era un abogado de clase alta y amigo de la buena mesa que antes de la Revolución invitaba a cenar a sus amigos a su casa. Mandaba traer platillos de diferentes restaurantes y hacía que sus comensales los juzgasen y escogiesen el mejor. Pues la serie lo ha convertido en el inventor de un concurso de cocina anual. Todo el episodio se convierte en el Great Bakeoff en el cual los jueces son todos abogados, Josefina, a medio vestir,  llega a chantajear a los jueces y bueno... tienen que ver para creerlo.

Las competencias de cocina son una invención del siglo XX. Las famosas cenas de La Reyniere acabaron antes de la Revolución. El abogado, que no era ni afeminado, ni esnob, ni sarcástico, al retornar del exilio siguió ejerciendo un poco más profesionalmente sus facetas de gourmet y gourmand. En 1803 publicó la primera edición del Almanach des Gourmandsuna guía gastronómicalo que lo convierte en el primer critico de cocina de la historia.



Esa es entonces la verdad detrás del “drama erótico”  que la televisión francesa y Apple tv han creado para que conozcamos a un hombre que más se la pasó en la cocina que en intrigas políticas y románticas. ¡Ahora a ver Careme!

6 comentarios:

  1. Funny how there were chefs back in those days when most people ate once a day maybe and mostly trash. I think I prefer the movie Delicieux that we had a few years ago and that was quite lovely.

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    1. Everybody that had some money, and the group grew large with the rise of the bourgeoise, had a cook. As classes were so deeply marked, there were also sumptuary laws that decided who had access to certain clothing, certain color, certain leisure’s and certain food. An outstanding cook was something that only French nobility could afford and not for long. You look at Vattel, the king wanted him so the cook’s patron handed him over like he was handing a well wrapped salami. And the patron was the Grand Conde, a prince of the blood.
      Careme is inspired by a book called “cooking for kings”. He cooked for Napoleon, for the UK Regent, for the Zar of Russia, and only moved to lower kitchens when the payment was good. Even when working for Talleyrand he was cooking for Napoleon and guests. Oe of the series many lies is that he was Talleyran’s cook and he loaned him to friends. The rise of the personal chef grew from restaurants, not homes. You saw that in Delicieux

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    2. Oh, to be rich as a Tzar and have a personal chef... the dream. I think I would want private butler and a chef much more than to have a palace or a villa... it is extremely tiresome cooking and cleaning every day and then working as well, as you probably know yourself. And never to have any respite. Having a personal cook would be such a delight.

      Watched another episode of Leopard, the one when Conchetta goes to the monastery. They had a scene where they ate rich food, some fruit desert in glasses with whipped cream. Imagine having whipped cream or any dairy in scorching hot Sicilia. Speaking of the rich, my dear Fanny, as resourceful as she always is, managed to find me temporada finalmente of Sisi, so I will soon be enjoying some lavish Vienna food as well.

      Did you manage to see THE TASTE OF EVERYTHING with Juliette Binoche and her ex Magimel? It is like two hours of non stop professional cooking with no plot almost, you would probably enjoy it.

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    3. I certainly need someone to clen. I find it very hard especially since I cannot get enough sleep. I get totally listless can’t bent or lift anything. I don’t think I would want a cook. there is so much I cannot eat. And I get very particular about who cooks and how. I miss soul food like the one that used to make my mother or my Nana Angelita.
      I don’t go for fancy food that looks so pretty that you are afraid to take a bite. And I wouldn’t want an idiotic, totally stoned, chef, like Careme, running through my kitchen and mucking it all up. Unlike Julia, this Careme had no respect for food. He didn’t love it unless it was an aphrodisiac.
      I managed to survive Spring watching shows that transported me, but I ran out of them. I’m watching Department Q, Matthew is scrumptious, but all characters are hateful and such ugly and depressing cinematography. I’m in the middle of Marie Antoinette 2, is good but boring. She is so dumb. I’m watching Bardot, very beautiful, but not enough to take me out of my problems.
      Most shows are so superficial. I went back to the Duchess of Duke Street, although you can tell is a 70s show, cooking, kitchen, eating is far far more interesting, tasteful and delicious than in Careme.
      yes, even in rich food, Il Gattopardo excelled

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    4. What do you mean you cannot bend or lift anything? I thought you just get dizzy walking and standing. Have you seen a doctor for it? I am afraid you will be getting worse with health if you somehow don't start getting out on a daily basis even with a professional carer or something. How is your brother?

      I am as you know glufree, sugarfree, refined food free, so it would be easy to find a cook who cooks like that if I was rich enough, of course.

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    5. Lack of money, lack of trust in the medical profession keeps me from going to them. In a nutshell, my problems derive from old age, chronical maladies, insomnia and preoccupations, but I’ll continue in private.

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