jueves, 10 de julio de 2025

El Amor Nunca es Fácil: The Gilded Age 3x03

 


George se puso los pantalones, pero quien en su casa tiene donde sujetarlos es su mujercita. Los Scott son humillados y no por blancos,  y Marian podría ser la próxima víctima de su suegrita. Veamos que ocurrió en “Love is Never Easy”.

George vs El Duque

Después de una cena incomoda, no hay tiempo para oporto y cigarros. George se lleva de un ala al duquecito a su estudio a hablar de negocios. Buckingham exige una cantidad excesiva para poder reparar su castillo de Sidmouth. George se da cuentano sería un Robber Baron si le faltase sagacidad que el duque quiere dote y no ama a la novia.  Le dice dos cosas: a) el duque malinterpretó a Bertha. Mrs. Russell no puede hacer promesas sin consentimiento del marido y b) a él le importa un rábano que su hija no vaya ser duquesa.

Héctor y su abogado se van a sus cuartos casi de madrugada. Gladys escucha tras la puerta como su padre regaña a Bertha por haberse metido en sus negocios. Semi histérica, Bertha le recuerda su marido que el que no haya compromiso, los dejará como tontos ante la prensa y la alta sociedad. George le dice que la única tonta ahí es ella.

 Marian ha estado acompañado a Gladys, pero se le ha pasado la hora. A solas en el salón, Larry cierra la puerta y la besa. La escena apasionada tiene un testigo, Andree, la doncella francesa. Tal como Marian teme , Andree le cuenta a su patrona.



Preocupada por su reputación, Marian busca consejo con tía Ada. Marian ya se ha dado cuenta de que Bertha no va a ser una suegra fácil y teme que la desprecie por besuquearse con su hijo de madrugada y a solas. Tía Ada la tranquiliza, es solo un beso y a lo mejor eso ayuda a Marian a decidir si quiere casarse con Larry. En ese caso nadie vería mal que se besaran.



Marian entonces saca a la luz una nueva preocupación. Se ha enterado que Larry tuvo amores con una mujer mayor. No sé si Mariancita sigue buscando una excusa para tronar con el joven Russell o se trata de un revolver de Chejov y Mrs. Blanes está por regresar.

Hermanas y Rivales

Ada quiere saber cuántos criados han apoyado su causa. Solo Mrs. Armstrong ha firmado la declaración anti-alcohol. Agnes chilla ante la traición de su doncella. Siente que ha perdido autoridad en su casa y en su medio social. Gime que se irá a Newport a vivir con Aurora, con las parias y las mujerzuelas. “Al menos ahí beben vino” declama.

El problema de Ada es diferente. Siente que nunca tendrá ni el control ni la autoridad que ejercía su hermana. Le explica a la Señora Bauer que no solo se siente abandonada por su servicio sino también siente que ha fracasado en una empresa que le hubiese gustado a su difunto esposo. Cuando confía en Mrs. Bauer que extraña a su difunto marido, a la cocinera se le ocurre que La Viuda Forte podría entrarle al espiritismo.



Una Familia Racista

Peggy y su familia viajan a Newport a visitar a una parienta, la prima Athena. Estando allá, Miss Scott recibe un mensaje del Dr. Kirkland. Se ha enterado que su paciente está en Newport y pide permiso para visitarla. Las parientas de la escritora se alborozan. Dorothy está segura que el médico está prendado de su hija y Athena habla de lo importantes que son el Reverendo Kirkland y su familia en la comunidad afroamericana de Rhode Island.



Peggy acepta dar un paseo con su médico. Es obvio que se llevan maravillosamente bien y Peggy acepta conocer a los padres de William. Mala idea. Los Scott y su hija se presentan en la casa del afable Reverendo Kirkland, pero su estirada esposa no recibe bien a los amigos de su hijo.



Phylicia Rashad está estupenda en el rol de una mujer tan altiva y esnob como Lina Astor. Elizabeth Kirkland está orgullosa de descender de un corneta que participó en la Guerra de Independencia, de tener un hijo graduado de Yale, de ser de una clase que está por encima del arquetipo de negros como Mr. Scott. (Léase esclavos de piel oscura). Incluso le molesta que William se haya graduado de la excelente Universidad Howard, porque es una escuela para gente de color.



La gota que colma el vaso es cuando los Scott escuchan a Mrs. Kirkland regañando a la institutriz de sus nietos por exponerlos al sol ya que eso les oscurecerá más la piel. Mr. Scott dice que gente como la madre de William siempre despreciarán a Peggy por ser hija de un esclavo y por ser una diosa de ébano. Ahí nos enteramos de que los Hoag, la familia de Dorothy, también se opusieron, por las mismas razones, al matrimonio de ella. Es ahí cuando Athena dice “El amor nunca es fácil”.



Me enteró que a la gente como Elizabeth Kirkland se les llama “coloristas” y existen hoy en día.  Sonja Walker, quien coescribe los guiones junto con Julian Fellowes,  ha compartido su propia experiencia Hija de una madre mixta y de un padre con sangre nativa, sus parientas también evitaban que tomara mucho sol que la “oscureciera más”.

Lo que dijo Mr. Scott sobre que Peggy seria confundida con la nana de sus hijos me recordó una anécdota que contaba la Duquesa de Sussex sobre su propia infancia y como creían que su madre era su baby-sitter. El colorismo no es único de USA. Los cubanos tienen un dicho “no te pongas mucho al sol que se te sale tu abuela”.  ¿Existe el colorismo o un prejuicio parecido en otras etnias? 

Bertha No se da por Vencida

A la mañana siguiente, George le hace una última oferta al duque. Le dará la dote que el cree conveniente para que repare su castillo, pero el extra que Buckingham exige lo invertirá. Lo que se recaude de esa inversión será exclusivamente de Gladys para usarla en lo que ella quiere. El codicioso de Héctor se niega a aceptar y se marcha de la mansión cargando maletas y abogado.



George se lava las manos del asunto. A Bertha le da una pataleta y se va a tomar desayuno a su cuarto. George usa ese dinerito extra que Buckingham despreció para apuntalar su compra de tierras en Arizona. La pobre Gladys sigue de rogona con Billy. Cree que ya no está comprometida y ahora pueden volver a hacer planes. Envía a su hermano de intermediario pero Billy no quiere meterse entre las patas de los caballos.

Entretanto, Bertha se ha convertido en la stalker del Duque de Buckingham. En la ópera se horroriza al verlo acercarse a otra familia de knickerbockers que tiene una hija casadera.  Se trata de Martha Delancey, hija única de un banquero. Larry recuerda haber bailado con ella.

Bertha no puede dormir. Esa noche, espera despierta a George, pero ni sus lloriqueos ni la oferta de su entrepierna convencen al marido. Con un “estoy muy cansado” George se va a dormir solo. Ahh, pero Bertha se enteró de un detalle importante. El banquero Delancey está experimentando problemas con su banco.



Hay que admirar la desesperada astucia de la irlandesa. Convoca a Mr. Delancey . Creyendo que la convocatoria viene de George, el banquero se presenta en la Mansión Russell. Bertha no es tímida con sus palabras y de sopetón le recuerda que no tiene el dinero para comprarse un yerno, pero Delancey no es tonto.  

Informa a su impertinente interlocutora que él también tiene prósperos intereses en la minería y otros negocios, pero la tranquiliza. Ellos no permitirían que su hija se fuese a otro país con un extraño. Quieren tenerla cerca y conocer a sus nietos. Tampoco quiere inmiscuirse en las decisiones matrimoniales de Martha.

Es que eso es lo normal, aun entre ricos. Me pasé el fin de semana revisando las bodas de las princesas del dólar. Se dividen entre dos tipos a) bodas por amor y b) bodas en que la chica quiere marido con título y convence a papi que se lo compre. El caso de Consuelo Vanderbilt fue el único matrimonio obligado de esa clase.

Siguiendo con las artimañas de Bertha. Se despide de Franklin Delancey pidiéndole su tarjeta, a la vez le recuerda que su Larry ya conoce a Martha. El viejo zorro se da cuenta de por donde camina la Russell y dice admirarla y considerarla más interesante que el duque. Mm, ya Bertha está planeando otra boda y de paso, sacar a Marian del medio.

Antes hay que arreglar lo de Gladys. Bertha invita al Duque de Buckingham y con carantoñas lo convence de que lo de la esposa es del marido. Vamos, que le da permiso de despojar a Gladys de lo poco que ha hecho George por proteger a su hija. Vengan a decirme que Bertha solo tiene en mente el bienestar de su hija.



Perlas en el Suelo…

La pobre Gladys se muere de susto cuando ve a Hector aparecer escoltado por Mamá y Papá Russell. Gladys acepta tener una conversación a solas con el Duque. Es breve pero me da esperanzas. Hector repite lo que oímos decir al Conde de Grantham en seis temporadas de Downton Abbey. Él se casa por dinero, pero no por codicia. Necesita de la dote de Gladys para mantener las propiedades de las cuales es custodio.



Solo espera que Gladys llegue a comprender y compartir su devoción por su patrimonio. “¿No te importa que no te ame?” pregunta la niña. “¿Cómo podrías?” responde el Duque “si no me conoces”.

La pareja sale del salón y le anuncia a Los Russell que están comprometidos. Vamos a ver. Todavía no confío en Buckingham y Gladys ha aceptado bajo coerción. Se siente traicionada por Billy y por George, ha desarrollado dudas que su madre le ha impuesto, como que no sabe lo que es el amor, que no tiene criterio para decidir por su vida, etc. Podríamos hablar de un trauma momentáneo y recelar totalmente de sus decisiones.

El caso es que los planes de Bertha siguen viento en popa. El día de la develación del retrato de Gladys, George anuncia el compromiso de su hija. Para entonces Gladys se debate entre el terror y la inseguridad. Nerviosamente manosea su choker de perlas provocando una rotura del collar que da con las perlas rodando por el suelo. A mí me pasó eso con unas perlas japonesas y ya se sabe: “perlas en el suelo, señal de duelo” A esperar al domingo.




Factor Modas: Este episodio vio una mejora en el guardarropa de Bertha Russell. Aunque no soy parcial al color rojo, encontré elegante la túnica que llevó para el compromiso de su hija. Es un rojo granada atenuado por lo sedosa de la tela, el detalle de los pliegues y el cummerbund de encaje negro que disimula el asalto visual del carmín.



Esta combinación de satén marfil y encaje negro también es elogiable. Ay pero esos rosetones, uno en el hombro y otro en la falda. Too much, Bertha! También quejas de sus joyas. Ese collar parece el cable de un celular.



Muy diferente al sencillo satén marfil que Marian lució en la ópera y que parecía diseñado por Givenchy para Audrey Hepburn si hubieran vivido en 1984.



Aunque el estampado parezca excesivo, las margaritas dan un tono primaveral al traje que Marian lleva a la desvelación del Singer Sargent.



Ha dado que hablar este hermoso diseño que vistió Gladys y que los conocedores de la historia del vestuario han llamado “el vestido Worth” por recordar un diseño de la famosa casa de modas francesa.

                            El vestido de Gladys

                                    Y su inspiracion

 

2 comentarios:

  1. Where does Peggy find monies for all these super expensive outfits when she is poor as a church mouse? I mean she is literally a working class pauper but gets these heute couture gowns and hats from expensive silks from China. Meanwhile, Gladys looks constantly like a Muppet. That last fugliness looks like grannys curtain and makes her even more drab than she already is.

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    1. Thank you for coming to gossip about fashion, my favorite subject. As in many other subjects, we disagree, but that is ok.
      Let’s start with Peggy. Her poverty days are gone. She has two paid jobs, and since she has made up with her family, probably gets clothing gifts from her parents.
      Going back to our different tastes in clothing. You favor Bertha’s style that I consider flamboyant, extravagant and garish. On the other hand, it has surprised me to find many TGA pages that like Gladys’ wardrobe (since Season One), and I happen to agree. I will put my foot down on the Worth dress, because it is a copy of a dress by a very famous designer ( I put a link to an article I wrote on Worth as designer and perfume making)and is quite lovely. That sort of print (ramee was called in French) was very fashionable during La Belle Epoque.

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