jueves, 16 de mayo de 2024

¿Existieron John Blackthorne y Yoshi Toranaga? El trasfondo histórico de Shogun

 


Definitivamente Shogun ha sido el fenómeno de esta primavera.  Los Nielsen, Rotten Tomatoes e IMDB la consideran lo mejor de la televisión del 2024. La serie de FX está siendo vista también, gracias a Disney,  en Europa y América Latina. Es imperdible. Sin embargo, antes de verla, antes de yo reseñarla, quiero ofrecerles un poco de historia para que puedan comprender las intrigas palaciegas que hacían al Japón ingobernable en los albores del siglo XVII y las condiciones que hacen tan impactante la llegada de un piloto inglés a las costas niponas.

James Clavell y el éxito de Shogun

Un breve resumen del origen de Shogun. El autor australiano James Clavell sufrió las brutalidades que acompañaron a los prisioneros de guerra de los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial. Logró superar su trauma y amarguras desarrollando un gran aprecio por la cultura e historia niponas.  Este apreció cristalizó en su bestseller de 1971,  Shogun, una historia que tiene lugar a comienzos del siglo XVII y cuyos protagonistas son veladas reencarnaciones de figuras históricas.

Aunque Clavell ya gozaba de prestigio en la comunidad literaria, con superventas (King Rat) y guiones de cine (Al maestro con cariño), fue una sorpresa el abrumador éxito de una novela en la que el autor había puesto cuatro años de trabajo, la mayor parte dedicada a la investigación histórica. Clavell escogió un momento clave de la historia japonesa,  situando su trama en 1600 y describiendo eventos reales y figuras históricas,  ahora con nombres ficticios para poder tomarse alguna que otra licencia histórica.



Comenzaré dando un trasfondo histórico muy somero y pido disculpas a mis lectores japoneses o amigos de la historia,  si lo hago tan breve. La historia de Japón en el siglo XVI estuvo salpicada de guerras, gobiernos débiles,  intercalados por grandes personalidades que transformarían a la nación,  y la muy importante apertura de un milenario imperio al comercio y cultura europeos.

Históricamente Japón había tenido un emperador,  pero el poder estaba en manos del shogun, un líder militar que controlaba a las más grandes familias samurái que vivían todavía en un estado feudal. Los interés diversos de estos “daimios” muchas veces entrechocaban entre sí,  lo que llevaba a levantamientos que debilitaban cualquier progreso y reforma.

Yeyasu el Nacimiento del Shogunato

A mediados de siglo,   y en medio del vacío de poder,  surgió un poderoso líder llamado Oda Nobunaga. Supo mantener las riendas del poder sin inclinarse por ninguno de los daimios y dio al Japón una era pacifica caracterizada por reformas y expansión de comercio.  Sin embargo, fue también culpable de injusticias que llevaron a uno de sus vasallos a asesinarlo. Ese es el origen del calvario de Mariko-san,  la heroína de Shogun , quien ha vivido bajo el estigma,  de ser la hija de un Matarreyes.

Tanto en la serie como en la vida real este Matarreyes se llamó Akechi. Como castigo por su regicidio, Akechi fue obligado a suicidarse y toda su familia fue exterminada. Únicamente se salvó su hija, Tama,  rescatada por su esposo Hosokawa Tadaoki. Eventualmente,  la dama se convirtió al catolicismo tomando el nombre de “Gracia”. Esta figura histórica inspiró la creación de Toda Mariko a pesar de que Doña Gracia y William Adams (el verdadero John Blackthorne)  nunca se conocieron.

                                             Gracia Hosokawa

Tras la muerte de Nobunaga,  su lugar fue ocupado por uno de sus lugartenientes Toyotomy Hideyoshi. Debido a que no era noble, Hydeyoshi nunca obtuvo el título de Shogun, contentándose con el de “Teigo”.Ya anciano al llegar al poder,  Hiyedoshi murió, dejando como heredero a su hijo Hydeyori, demasiado joven para reinar.

El gobierno cayó en manos de un consejo de regentes. De ese consejo surgiría una de las máximas figuras de la historia nipona. Fukugawa Yeyasu pertenecía una familia de la nobleza samurái no muy importante, pero sus ambiciones eran grandes. Logró desligarse del consejo, conseguir aliados y tras la batalla clave de Sekigahara, convertirse en shogun y fundar una dinastía (El Shogunato) que duraría hasta 1868.

Fue en medio de esta lucha de poder que a las costas de Japón llegó el primer inglés, un piloto llamado William Adams que se convertiría en consejero de Yeyasu. Este es el trasfondo histórico sobre el cual trabaja Clavell quien ha convertido a Yeyasu en el daimio Yoshi Toronaga y al Anjin-San (como llamaron los japoneses) en John Blackthorne.

                                    Los tres líderes del Japón

Europa y el Descubrimiento de Japón

Antes de internarnos en libros y adaptaciones, tenemos que hablar de un fenómeno de los siglos XVI y XVII,  la llegada del hombre blanco a otras regiones del planeta. En la escuela nos enseñan que la Era de la Exploración fue seguida por la de la Colonización que hoy evoca la opresión de la población local por parte de una elite de administradores blancos y extranjeros. Hay periodos intermedios que se desconocen. Por ejemplo, en América Latina tenemos la Era de la Conquista,  y la Colonia presenta un fenómeno desconocido en otros continentes, nos referimos al mestizaje.

En el resto del mundo,  la población caucásica nunca dejó de ser una minoría (a diferencia de USA y Australia donde los nacidos en esos nuevos países pasarían a ser la población dominante por encima de los nativos y de los administradores británicos). En Asia,  el fenómeno es más interesante puesto que los países más poderosos y grandes, China, Japón e incluso la India,  siguieron siendo gobernados por reyes autóctonos, aun cuando las potencias europeas ejerciesen influencia sobre ellos.

Nuestra idea de “poderes colonizadores” nace de las experiencias del imperialismo inglés y holandés. En 1600,  cuando Blackthorne/Adams llega a Japón en un navío holandés, no existía todavía siquiera un concepto de imperios ultramarinos británico u holandes. Las grandes potencias europeas eran España y Portugal (que entre 1590 a 1630, fueron un solo país).

                              Ilustración japonesa sobre la llegada de William Adams

Desde que Vasco de Gama encontrase una ruta marítima —circunnavegando el continente africano—hasta la India,  que Portugal había abierto una vía para la exploración de Asia y para la cristianización de nuevos pueblos. Siempre debemos recordar que el proceso de conquista y colonización iba de la mano con la evangelización.

Cuando, en el siglo XIII,  Marco Polo regresó de Catay (China),  trajo noticias de un archipiélago que quedaba más al norte del Mar de la China llamado “Zipango”.  En los próximos siglos, este reino insular fue incluido en mapas de la región a pesar de que ningún europeo se había aventurado hasta sus costas.

A lo largo del siglo XVI,  se establecieron asentamientos portugueses en la India incluyendo Goa, Cochin y una serie de islas llamadas por los lusitanos “Bom Bahía”(Bombay,  hoy Mumbai)  que pasarían a ser inglesas cuando Caterina de Braganza las trajera de dote al casarse con Carlos II . Los portugueses también se infiltraron en la China y aunque hubo escaramuzas con las fuerzas imperiales,  consiguieron su pied-de-terre en Macao donde construyeron una fortaleza que menciona John Blackthorne a Toronaga.



Donde fallaban las lanzas y arcabuces de los portugueses,  funcionaba la palabra cristiana Más conseguían los misioneros de las ordenes mendicantes de las autoridades locales que el poderío militar. Así se abrieron vías pacíficas de comunicación y del deseado comercio. De esa manera llegarían lo europeos a las costas de lo que hoy llamamos Japón.

La Evangelización de los Japoneses

Fue en 1543 que San Francisco Javier y un grupo de monjes arribaron a Kagoshima. La sencillez, buenas intenciones y mensaje caritativo de los franciscanos tuvieron buena entrada no solo entre el hoi polloi, agotado por las guerras y despotismo de los poderosos, sino también entre las mujeres de la nobleza samurái y hasta algunos daimios. Pronto el Reino de Portugal comerciaba con los señores feudales y hacia su aparición el famoso Navío Negro.



No solo franciscanos sino también dominicos entrarían en el Japón. En tiempos de Nobunaga, el shogun abrió las puertas a los jesuitas, maestros de la diplomacia,  que comenzaron a atraer a más daimios a su fe otorgándoles valiosos regalos. Por ese entonces se presentó otro problema, la infiltración de clérigos españoles, como el Fray Domingo al que Blackthorne conocerá en prisión.

Como les explicará Blackthorne a Toronaga y a Senhora Mariko, en 1494, el Papa Borgia dividió el mundo entre dos grandes potencias:  Portugal y España. El Tratado de Tordesillas les dejaba casi todo el Sureste de Asia a los portugueses, quedándose los españoles con el nuevo mundo de Las Américas. No contentos con eso, los barcos de la corona española habían incursionado por el Pacífico llegando hasta Asia y conquistando Las Filipinas.

Desde ese archipiélago bastaba un brinco hasta el Japón y ahí se apersonaron varias órdenes religiosas. Se armaron trifulcas entre portugueses y españoles, tal como entre jesuitas y las ordenes mendicantes. Esto asombraba a las autoridades japonesas que no entendían como correligionarios pudiesen ser rivales. La desconfianza del Teigo Hideyoshi y su corte ( a pesar de que muchos nobles eran cristianos) llevó en 1597 al primer martirio de cristianos en el Japón

Ocurrió en el puerto de Nagasaki, que era como un feudo que el imperio les había dado a los cristianos. Por órdenes imperiales,  26 mártires,  todos varones—entre ellos San Felipe de Jesús— fueron crucificados,  tras habérseles amputado las orejas. Este incidente no afectaría ni el comercio ni los oficios de los eclesiásticos europeos en el Japón.

                   Don Ernesto Alonso dando vida a San Felipe de Jesús (México, 1949)

El Shogun Yeyasu expendería el comercio,  enviaría embajadas a Europa incluyendo una a la tierra del Anjin San. Mas adelante, otros sucesos harían que Yeyasu perdiese confianza en los cristianos y prohibiese el culto en 1614. Tanta prohibición incomodó a los daimio cristianos que junto con la población católica se levantarían en contra del shogun Iemitsu (nieto de Yeyasu) en 1638. Este los aplastaría cruelmente, destruiría las iglesias, acabaría con las órdenes religiosas y torturaría y martirizaría a miles de japoneses cristianos. Eso se puede apreciar en el filme de Martin Scorsese Silencio.



Mas grave aún,  el shogun expulsó a todos los extranjeros de su imperio. Solo los holandeses pudieron quedarse, pero únicamente en Nagasaki con un permiso de comerciar, pero no de integrarse a la sociedad japonesa. Esta situación duraría por más de dos siglos hasta que los navíos del Comodoro Perry obligasen a Japón a abrirse al mundo en 1853.

Un Inglés en un Navío Holandés

Debemos volver a John Blackthorne y ver cómo es que ingleses y holandeses vinieron a husmear en las costas de lo que en Inglaterra ya conocían como “The Yapans”.  El fin del siglo XVI trajo cambios a la geopolítica europea. Los Países Bajos se independizaron de España y, bajo la Casa de Orange, se convirtieron en una nación protestante, pero humanista y muy ambiciosa. El comercio los haría ricos creando una pudiente y poderosa clase burguesa con el ojo puesto en ultramar.

La Inglaterra Isabelina había por fin alcanzado una estabilidad policía y social y ahora quería derrotar a España y crear su propio imperio ultramarino. Sus primeros intentos en América del Norte— con la colonia de Roanoke en Virginia— habían fracasado, por lo tanto, el Reino Unido como Holanda comenzarían la primera fase de su colonialismo, no como invasores y conquistadores, sino como ladrones o mejor dicho como piratas.

                                         Barco Negro portugués
                                       Navío holándes visto por artistas japoneses

Isabel I fue famosa por otorgar patente de corso a sus navíos comerciales. De esa forma los “corsarios” argüían que cada vez que atacaban un barco portugués o saqueaban algún reducto español lo hacían de manera legal. Ni los españoles ni los portugueses se creían esa legalidad de “Los perros ingleses” que pasaron a ser “perros de mar”.  Por algo la primera etapa de la piratería hablaba inglés con Sir John Hawkins, Sir Walter Raleigh y Sir Francis Drake.

 William Addams,  el verdadero Blackthorne,  navegó bajo la bandera de Drake, pero llegó a las costas niponas en un navío holandés. Es que pronto, los holandeses se hacían a la mar para ejercer el noble empleo de la piratería. Los bucaneros holandeses navegarían por el Caribe y los Mares del Sur (Océano Pacífico) y del Sur de Asia,  siguiendo el ejemplo de sus aliados británicos.

Shogun establece en la primera página del prólogo quien es John Blackthorne, su propósito en llegar a “Yapan” y a quien sirve. En todo coincide con ese primer viaje de William Adams. Aunque la obra es narrada por un narrador omnipresente, el prólogo es visto desde la perspectiva de Blackthorne.

Así nos enteramos de que la escuadra holandesa,  de la cual solo ha sobrevivido el Erasmo,  ha sido la primera en cruzar el secreto mejor guardado de los iberos,  el Estrecho de Magallanes y de esa manera,  ser los primeros holandeses (más tres miembros de la tripulación que son ingleses) en llegar a los Mares del Sur. La misión de la escuadra es saquear y asolar las posesiones españolas en la costa americana del Pacifico.

Tanto libro como Blackthorne en la nueva versión de Shogun se regocijan recordando como saquearon e incendiaron reductos en la costa chilena. En realidad, Adams y sus compañeros fueron decimados por los araucanos, el pueblo nativo chileno.  Aunque Blackthorne recuerda haber atacado a un galeón español cerca de Manila, Chile fue la última tierra que pisaron. Imagínese lo largo y agotador del viaje hasta Japón.



Otra cosa importante que descubro leyendo el prólogo son las aspiraciones holandesas para el viaje. Una es establecer relaciones comerciales permanentes y otra es establecer bases militares. Vamos,  que querían tener un imperio como sus enemigos. La diferencia es que el imperio español y el portugués durarían tres siglos (más en África) y que dejarían en sus colonias un legado de idioma, religión y civilización europea. Eso es lo que no entienden los historiadores que nos aglomeran a todos bajo el rotulo de “Colonizados”.  Bueno,  se tenía que decir y se dijo.

Sinopsis de la Novela

En esta entrada me limitaré a dar un breve resumen del argumento del libro, dejando para la próxima la reseña de “Shogun 2024” y su comparación con la aclamada primera versión de 1980. Tal como William Adams, John Blackthorne, un piloto inglés, llega a las costas japonesas como el líder de un puñado de sobrevivientes del Erasmus,  único navío que ha sobrevivido de la primera escuadra holandesa en cruzar el Estrecho de Magallanes. Los marineros y su piloto arriban a Anjiro, una villa de pescadores de la prefectura de Izu.

Son recibidos por el líder, el samurái Omi quien se los entrega su tío, el poderoso Yabushige. Llaman a un sacerdote portugués , el padre Sebastiao, para que sirva de interprete, pero se arma un trifulca entre Blackthorne y el cura que lo acusa de piratería y herejía. Yabu no entiende, hace hervir vivo a un marinero, pero deja vivos a los demás. Entremedio, se apodera del navío y del resto de los tripulantes.



Japón está viviendo un momento crítico. El heredero al trono es solo un niño y el gobierno ha quedado en mano de ambiciosos regentes. De ese Consejo de Regentes emerge el sensato, inteligente y muy noble Yoshi Toranaga que se enfrenta a Ishido quien maneja el consejo. Ishido es menos inteligente, más brutal y no es de sangre noble como Toranaga.

Yabu es un oportunista que tiene el buen juicio de notar que eventualmente Ishido y Toranaga se van a enfrentar y que eso significa guerra. Antes de ofrecer su lealtad a ningún bando, prefiere jugar a ser doble gente y jura lealtad tanto a Ishido como a Toranaga. Este último está semi prisionero en el Castillo de Osaka donde vive el heredero y se reúne el consejo.

Toronaga se entera que han llegado “bárbaros” a sus costas que no son ni portugueses ni españoles y envía por su líder. Blackthorne,  ahora conocido como Anjin -San (Señor piloto),  viaja junto con Yabu en el navío de Vasco Rodrígues (sebastian Rhys Davis lo interpretó en la original y ahora es Nestor Carbonell de Lost) un marinero español. Varios sucesos convertirán a Blackthorne y a Rodríguez en frenemies.



En Osaka, Blackthorne es entrevistado por Toranaga y tiene como interprete al Padre Martin Alivito de la Compañía de Jesús. Aunque el sacerdote es imparcial en su traducción, Toranaga queda con la impresión de que lo holandeses son unos rebeldes que no obedecen a su señor y que Anjin San es un mercenario. La entrevista es interrumpida por la llegada de Ishido. Toranaga envía al “bárbaro” a una prisión.

Blackthorne,  que sabe varios idiomas,  hace amistad con un franciscano español. Creyéndolo católico, el Padre Domingo informa al Anjin San de la perfidia jesuita que lo tiene prisionero, de los planes portugueses de dominación expansionista que abarca al Japón,  y de la situación política del imperio.



Gracias a una estratagema de Yabu, Blackthorne logra evadir prisión, una sentencia de muerte,  y retornar a la casa de Toronaga. Ahí descubre que tendrá un nuevo interprete. Consciente de la fricción entre su invitado y los portugueses, Toranaga ha reclutado a su fiel vasalla, Toda Mariko, de noble familia samurái, católica y que habla portugués y latín.

Blackthorne explica a la azorada Mariko los planes expansionistas de los portugueses asistidos por la Compañía de Jesús, de cómo el Tratado de Tordesillas ha dado a Portugal poder sobre el Japón y les revela de la existencia del enclave de Macao. Incomoda,  Mariko debe traducir y Toranaga queda impresionado ante estas revelaciones.

Temerosos de la influencia del inglés, los portugueses envían un asesino que se equivoca y ataca a Toranaga. Blackthorne interviene y lo mata. Toranaga sabe que Ishido quiere sacarlo del consejo y posiblemente obligarlo a cometer seppuku (suicidarse). Decide escapar llevándose a Mariko y al Anjin San. Durante el viaje hasta Edo (hoy Tokio), en dos ocasiones Anjin-San demuestra su valor e inteligencia salvando a su nuevo señor.



En agradecimiento , Toranaga lo nombre hatamoto (una clase alta de samurái), le da casa, sirvientes, pensión y hasta una esposa, Fujiko. Sin embargo, Mariko es quien debe estar siempre con el inglés, traduciendo, enseñándole japones y las costumbres de su nuevo país. Esto provoca muchos choques culturales, algunos cómicos otros trágicos, pero entre el bárbaro y su traductora se establece una amistad respetuosa que deviene en amor.

Mariko está casada con el noble Buntaro y tienen un hijo, pero todos saben que el marido la maltrata. Durante una cena, Buntaro bebe de más y obliga a su esposa a revelar su secreto. Es hija de un Matarreyes. Su padre asesinó a un malvado shogun. Toda su familia fue exterminada y él obligado a cometer sepukku. Solo Mariko fue eximida de castigo. Suplicó a su marido permiso para seguir a su padre, pero Buntaro se lo prohibió, prefiriendo obligarla a una vida de malos tratos y humillaciones.

Buntaro cree que el “bárbaro” despreciará a Mariko al saber su historia, pero ocurre lo contrario. Buntaro golpea a su esposa para luego pedir disculpas a su anfitrión por haberlo hecho bajo su techo. Enterado del incidente, Toranaga ofrece a Mariko la posibilidad de divorciarse, pero ella se niega. En el fondo,  entiende que el amor romántico del inglés no es compatible con su cultura japonesa.



Ishido exige el retorno de Toranaga. Para obligarlo,  toma de rehenes a otros miembros del consejo y a sus familias, entre ellos a las esposas de su enemigo. Tanto él como la ambiciosa Oshiba, madre del Heredero, quieren obligar al daimio a retornar a Osaka. En cambio, Toranaga envía a Yabu y a Mariko a rescatar a los rehenes. Anjin-San los acompañará. Es durante este viaje que Blackthorne y Mariko consuman su amor.

Aquí me detengo.  He contado a grandes rasgos la trama, pero hay que leer el libro, y también ver las versiones televisivas, muy diferentes entre sí. Solo de esa manera se comprende la grandeza de la obra de James Clavell y su impacto en la imaginación colectiva.

jueves, 9 de mayo de 2024

Maxine a la Conquista de Palm Beach: Palm Royale en Apple TV+

 

 


¿Qué les parecería una protagonista que es la versión madura de Reese en Legalmente rubia, tan chistosa y atolondrada como Mrs. Maisel, tan escaladora social como Bertha Russell, pero cuya historia comenzó como la de Jessica Chastain en The Help? Pues den la bienvenida a Maxine Dellacorte-Simmons,  la heroína de Palm Royale, la comedia negra más popular de Apple TV+

Las Amas de Casa de Palm Beach

Estamos en 1969, Richard Nixon lleva un año en la presidencia y no parece querer acabar con la Guerra de Vietnam. La Nasa se dispone a lanzar la Apolo 11 al espacio. El pacifismo, el feminismo y los derechos civiles están transformando a la sociedad estadunidense, pero en Palm Beach, la preocupación de la alta sociedad es quien reemplazará a la Gran Dama de su círculo, Norma Dellacorte (Carol Burnett) .

Norma, tras ser víctima de una embolia, languidece en el lecho de un elegante sanatorio. Entretanto sus amigas intentan destronarla mientras se reúnen alrededor de la piscina del exclusivo club, el Palm Royale. Las candidatas son Evelyn Rollins (Alison Janney),  gran amiga de Norma, pero que mataría por ocupar su puesto. Su mayor contrincante es Mary Davidsoul (Julia Duffy), que ha cosechado fama por ser la mayor recaudadora de donaciones de Florida, un requisito para poder reinar sobre el haute monde del Palm Royale.



Solo que la juventud siempre tiene ventaja y,  aunque cuarentona, Dinah (Leslie Bibbs) ya va en su tercer matrimonio y está casada con Perry Donahue, rey de las propiedades de la Florida y que se rumora será nombrado embajador en Luxemburgo. Y que no se diga que el circulo del Palm Royale es racista porque ahí está Raquel (Claudia Ferri), la heredera de ingenios de azúcar en Cuba. Partidaria de Batista, debió huir cuando Fidel Castro llegó al poder, pero la cubana sacó sus fondos de la isla y tiene a Pinky ,  su mafioso marido que, aunque recién ha salido en libertad, posee poderosos contactos en el bajo mundo.




Un día,  las damas del Palm Royal descubren una infiltrada. Se trata de Maxine Simmons (Kristen Wiig) cuyo cerrado acento de Tennessee denota su baja clase. Solo los miembros pueden entrar al Palm Royale y cuando Maxine es escoltada hasta la calle por el camarero Robert Diaz (Ricky Martin),  se ve tan azorada y humillada como Bertha Russell cuando debió huir cruzando la cocina de la casa de Mrs. Astor en The Gilded Age.



Maxime no se amilana. Es flexible en ideas, moral y músculos. Sabe escalar muros, es tan delgadita que puede infiltrarse tras las rejas y tiene un par de aliadas: la ingenua maquillista Mitzi ( Kaia Gerber idéntica a su madre Cindy Crawford) y la propia Norma Dellacorte. Nos toma dos capítulos descubrir como una ex reina de belleza, con un auto destartalado y que vive en un motel, puede visitar diariamente a la millonaria.



Maxine descubre que para ser miembro del exclusivo Palm Royale deben avalarla tres miembros del club. Tras un poco de espionaje, Maxine escoge a Dinah. Provoca un accidente con el carro de la futura embajadora, y descubre varios secretos de la accidentada. Dinah no soporta al marido, está locamente enamorada de Eddie, su instructor de tenis. Eddie es cubano, no tiene un peso y la ha embarazado.



Maxine en el País de las Feministas

En la calle,  Maxine es abordada por la pacifista/feminista/esotérica Linda (Laura Dern) quien quiere reclutarla para sus causas. Maxine visita la librería de Linda (Our Bodies, Our Shelves, el significado se pierde en traducción) y conoce un grupo de mujeres que viven su feminidad de una manera totalmente diferente a la de la rubia arribista. Maxine, que es totalmente romántica y egocentrista,  no concibe otra forma de vida que la de ser la esposa perfecta de un hombre al que adora.

Es en ese grupo que Maxine conoce a la sarcástica y sensata afroamericana Virginia (Amber Chardae Robinson) quien le da un dato sobre una clínica clandestina donde Dinah puede abortar. Dinah convierte a Maxine en su confidente, pero también en su mucama, sin dar nada a cambio. Es tan esnob que no soporta la idea que una ex Miss Chattanooga (el gran logro de Maxine) alterne con el círculo del Palm Royal.



Dinah se ha dado cuenta que su “mascota” esconde algo. Aunque su ropa es elegante y de marca,  está pasada de moda. La sigue y descubre que vive en un hotelucho. Sin embargo, cambia su impresión cuando aparece el esposo de Maxime, un piloto de Panam, llamado Douglas Dellacorte-Simmons (Josh Lucas).

Poco a poco vamos descubriendo la historia de Maxine. Douglas es el sobrino y único heredero de Norma. Perdió su herencia y a su tía el día que se casó con la embarazada reina de belleza. Ella perdió el bebé y nunca más pudo tener hijos. Es muy feliz con Douglas, pero se siente culpable de todo lo que él perdió. Su necesidad de ingresar al Palm Royal es su manera de restaurar las cosas a su lugar correcto.



Maxine chantajea a Dinah que se convierte en su primera patrocinadora. Es un mero paso que no le abre las puertas al mundo al que perteneció su esposo. Ha estado usando el vestuario de Norma, pero es anticuado. Necesita ir donde Grayman,  el modisto estrella de Palm Beach y para eso se hace del contenido del joyero de Norma . Empeñar costosas piezas le consigue el cash necesario, para vestirse a la última moda y para hacer una generosa donación a la caritativa Mary quien se convertirá en su segunda valedora.

Invitada a participar en una rifa de la siempre filantrópica Mary, Maxine atraviesa las rejas y candados de la Mansión Dellacorte. No solo consigue una valiosa estatuilla egipcia para rifar, también encuentra a Robert squatting. Él le explica que trabajó para Norma y que ella le pidió que cuidara de su casa. Maxine se huele algo raro. Robert es el único que visita a Norma y parece quererla mucho. Según los chismosos del Palm Royale,  el pool boy y su patrona eran amantes.





A Maxine se le acaban los recursos y las joyas. Está en bancarrota, endeudada hasta las cejas y por no pagar renta, la expulsan del motel. Lo peor es que no ha conseguido un tercer aval. Todo se soluciona. Maxine se traslada vivir a la Mansión Dellacorte, aunque tendrá que compartirla con Robert ,y su tercera madrina será sorpresivamente ..¡Linda!




Maxine se entera que el verdadero nombre de su aliada es Penélope Rollins. Es la hijastra de Evelyn, a quien odia, su padre está invalido y vive en la misma residencia donde está internada Norma. A pesar de su nueva vida, Linda sigue siendo miembro del Palm Royal y ella apadrina a Maxine.

Parecería que todos los problemas se han solucionado, pero una serie de golpes inesperados derriban a la rubia. Sigue endeudada y ahora ni siquiera puede contar con la fortuna Dellacorte, puesto que Evelyn le revela que, si fallece Norma, su herencia pasará a un refugio de gatos. Douglas renuncia a su empleo en Panam y se traslada a la mansión. Evelyn no se atreve a destrozar las ilusiones de su amado esposo.

La cosa se pone peliaguda cuando Norma despierta de su coma, aunque no puede moverse y habla a punta de gruñidos. Maxine se da cuenta que su fortuna depende de que su tía política sobreviva. Solo que Robert ha ido a tribunales a exigir la tenencia de Norma. Es por ese entonces que Maxime recibe la peor sorpresa.



Linda encontró paz en el feminismo, luego que un desgraciado le rompiera el corazón el día de su boda. La horrorizada Maxine descubre que el hombre con el que Linda-Penélope iba a casarse era…Douglas Dellacorte.

Esto es lo que ocurre en los primeros tres episodios de Palm Royale y falta mucho más. ¿Como podrá Maxine pagar sus deudas? ¿Qué lazo realmente une a Robert (que es gay) con Norma? ¿Qué secretos ocultaba el rollerdex de oro de Norma con los que chantajeaba a todo Palm Beach? ¿Como podrá Maxime rescatar a Mitzi que ha caído en las redes del porcino Perry Donahue? ¿Y vale Robert todos los esfuerzos de su esposa por devolverlo a su sitio en la sociedad del Palm Royal?



Lo que una Vez se Llamó Mr. and Mrs. American Pie

La génesis de Palm Royale es casi tan atolondrada como su protagonista. Está basada en una novela de Juliet McDaniel llamada Mrs. and Mr. American Pie. El proyecto cayó en manos de Abe Sylvia que se trajo a su equipo con el que ya había creado Tammy and George y Filthy Rich.  Ahí surgió hubo un viraje total, no solo se cambió el nombre sino toda la trama.



En el libro,  Maxine es una socialite de Palm Springs (California) no Palm Beach (Florida). Cuando su marido la abandona por su secretaria, Maxine es exiliada (a vivir con otras divorciadas como ella)  a Arizona. Allá decide reinventarse volviendo a sus viejos tiempos de reina de belleza, pero el único concurso abierto para una cuarentona es “Mrs. and Mrs. American Pie” donde gana la mejor madre y esposa de las candidatas. Maxine no puede participar ya que ni tiene hijos ni hay “Mr. America”. Tendrá que ingeniárselas para inventarse un grupo familiar..

No sé ni me importa al razón para los cambios ya que Palm Royale es más profunda que esta chic lit para cuarentonas y Maxine es un personaje más tierno y a ratos más sensato que la del libro. Kristen Wiig había demostrado su talento cómico en Saturday Night Live, pero aquí supera a la comediante acercándonos al sueño de Maxine que es una manera tal vez ingenua,  de demostrar su amor conyugal.



El elenco acompaña a Wiig, comenzando con la gran comediante Carol Burnett que se las arregla para transmitir mucho a pesar de que interpreta a una parapléjica semi comatosa (ahí está el humor negro de la serie). He estado siguiendo a Josh Lucas desde Sweet Home Alabama hasta Yellowstone. Aquí sorprende con una faceta de comediante interpretando a un bobo, pero ambicioso privilegiado que nunca ha madurado hasta que le toca demostrar su amor por Maxine. Creo que el rol de Robert Diaz es el mejor trabajo actoral de Ricky Martin,  y Laura Dern está maravillosa en una Linda que a veces sobrepasa a la protagonista.

Palm Royal comparte con Lessons in Chemistry una estética que logra rellenar los baches en el argumento. Los recursos que utiliza son luz, color, vestuario y la opulencia de una sociedad de falsos oropeles. Yo detesté la moda de fines de los 60 porque tuve que usarla, pero aquí me encanta.

Desde los minivestidos de Maxine (uno verde con moño blanco que usa para abrir la bóveda de Norma lo tuve y en tres colores) hasta sus maxis, el guardarropa se vuelve parte de la estética de la serie. Interesante que Linda-Penelope vista lo que estaría de moda a fines de los 70, botas, midifaldas y mucha mezclilla. Vamos a perdonar el lapso ya que le agrega un toque original a una mujer que todavía no ha encontrado su identidad.



                    Linda onda Hippie
                           Linda en onda Country

Contenido Violento o Gory: Creo que lo más Gore seria cuando un lagarto se aparece por el campo de golf y persigue a Maxime.  Hay un suicidio asistido y un par de intentos de asesinatos. Hay violencia en el finale.

Contenido Sexual y Desnudos: Se habla mucho de sexo, pero no se ve nada gráfico. Incluso el sexo es visto como algo jocoso como en la escena en que Maxime intenta seducir al asombrado Robert.

Contenido Feminista: Lo más interesante de la serie es la yuxtaposición de diferentes agendas femeninas. ¿Quién es más empoderada? ¿Maxine, Linda o Norma? Se ha puesto de moda este espectáculo de “Las ricas también lloran” que presenta a millonarias como víctimas del patriarcado, pero aquí son víctimas de los chantajes de una matriarca, Norma.  Fin del mito de la Sisterhood.



En menor escala vemos como la sororidad que ha creado Linda también se apoya en puntos frágiles. Ella representa a un ideal hippie de libertad, justicia y hermandad que choca con la Segunda Ola del Feminismo (de la cual tanto se ha recreado en las reglas del MeToo). Vemos que cuando entra en juego el color de piel, Virginia acusará a Linda de egoísta, privilegiada e inconsciente. Ahí notamos el gran quiebre del feminismo en este siglo en que la feminista de color rechazó a su “hermana blanca”.

Maxine es a one-woman’s show. Sin embargo, sabe navegar por ese terreno pantanoso utilizando lo mejor del mundo de las ricas lloronas y de las hippies feministas, siempre enarbolando la bandera de que solo quiere hacer feliz a su esposo. Para construir una sátira social, la trama exagerará las falencias de todas estas mujeres, pero también hará aflorar su humanidad, como en esa escena estupenda en que la feminista Silvia da a luz en la bañera de la Mansión Rollins asistida por Mary Davidsoul



Factor Diversidad: La diversidad está representada por la afroamericana Virginia. Raquel y Pinky son cubanos y Robert viene de Puerto Rico. Robert es gay como también lo son el modisto Grayman y el Príncipe de Luxemburgo. Curioso el modo en que los homosexuales de Palm Beach se comunican entre sí, a través de números de teléfono que escriben en las páginas de un libro de James Baldwin que pueden encontrar en la sección de Literatura Gay de la librería de Linda.

Tenemos una visión menos cruda que en Fellow Travelers, pero honesta de los problemas de los homosexuales al final de Los 60. Desde calificativos despectivos “homo” y “momo” a las redadas policiales de bares gay. Linda aconseja a Robert a irse a Nueva York donde las cosas están cambiando debido a los disturbios del Stonewall.



En general recomiendo Palm Royale,  aunque al final comienza a patinar como todas las series modernas que acaban desastrosamente (¿Les encargaran los guiones finales a chatbot?) En último caso véanla por lo visual que es extraordinario y por su visión acida, pero humana,  del Jet Set. Sin llegar a la profundidad de Capote vs The Swans, no se debe confundir Palm Royale con algún reality show sobres amas de casa desesperadas.

Unicamente les aviso que el éxito de la serie ha motivado una segunda temporada, lo que explica el disparatado finale.

 

martes, 30 de abril de 2024

Sic Semper Tyrannis: El asesinato de Lincon en Manhunt ( Appletv+)

 


Están de moda los shows de detectives. Hay una obsesión con resolver asesinatos incluso en escenarios de época. Y no hay nada tan fascinante como perseguir asesinos,  sobre todo si son magnicidas. Eso está aprovechando esta primavera Appletv+ con su Manhunt, la investigación y cacería del asesino (s) del presidente Abraham Lincoln.

Una Conspiración y un Asesinato

Manhunt está basada en Manhunt the 12-day Chase for Lincoln’s Killer de James L. Swanson . El primer episodio nos describe el final de La Guerra de Secesión, el asesinato del Presidente Abraham Lincoln, perpetrado por el actor John Wilkes Booth,  y otros sucesos ocurridos esa misma noche y que forman parte de una conspiración de los Estados Confederados para apoderarse del gobierno.

                                             Los Lincoln en familia

Fracasada la conspiración y fugado el asesino, la trama se cifra en la investigación del Ministro de Guerra Edwin Stanton (Tobías Menzies de Outlander, Juego de Tronos etc.) por capturar a Booth y sus cómplices. Al mismo tiempo debe batallar contra fuerzas pro-Confederadas en altos puestos gubernamentales que incluyen hasta el nuevo presidente Andrew Johnson. Stanton debe luchar por mantener vivo el sueño de Lincoln de liberar a los esclavos y de darles un puesto digno en la sociedad blanca. Su salud no lo acompaña y hasta su esposa lo abandona.

                                 lOs dos Jognson, el real y el ficticio, igualmente chuecos

Confieso no haber visto The Conspirator, el filme de Robert Redford, y aunque cubrimos el gobierno de Lincoln en mi penúltimo año de secundaria,  yo no tenía idea de la magnitud de la conspiración. Debido a mi ignorancia me es fácil aceptar licencias históricas de la miniserie.

No me interesa saber que pierna se rompió Booth al saltar al escenario, ni que oreja le voló su balazo al presidente. Me es fácil aceptar que Edwin Stanton fuese amigo personal de Lincoln (“has sido su esposa durante la guerra” gruñe Mary Lincoln) y que convierta la búsqueda del asesino en algo personal. Aparentemente, Stanton y Lincoln tuvieron muchos desencuentros durante su relación política y no eran tan cercanos para que le llamase “Abe”. De hecho, a Lincoln no le gustaba ese apodo.

Pero vamos, la historia fluye mejor con esa motivación de Stanton de vengar a su mejor amigo. Como tampoco había yo he visto daguerrotipos del caballero no me incomoda que lo interprete Tobias Menzies, más delgado y alto que el verdadero Edwin Stanton y sin la larga barba que caracterizaba al Secretario de Guerra.

  Como que Tobias Menzies no se parece mucho al verdadero Stnton. ¿Verdad?

Las mayores quejas de los puristas han sido por el elenco, principalmente en contra de Hamish Linklatter y su interpretación de “Honest Abe”. Aunque hemos visto a grandes actores, desde Henry Fonda hasta Sir Daniel Day Lewis,  dar vida al presidente mártir, me ha gustado del trabajo de Linkletter,  su caracterización física y la mixtura de cansancio y entusiasmo que imprime a su personaje.



Ha habido quejas de que lo han puesto pusilánime y perdona vidas . Todos los datos que hemos heredado sobre Abraham Lincoln nos lo describe como compasivo, pacifico, ansioso de acabar con la violencia fratricida y de unificar a la nación.

Por último, debemos recordar que la serie se ha basado en un libro y en el punto de vista de su autor. Es por eso que dos personajes ambiguos a los que la historia ha otorgado el beneficio de la duda, Mary Surratt y el Dr. Samuel Mudd,  son retratados aquí como villanos gracias a nuevas pruebas desenterradas que los incriminan.

La historia comienza justo después de la rendición de Los Confederados en Appomatox. Para Lincoln y su gabinete es un triunfo mayor. Por fin el presidente decide relajarse y llevar a su esposa al teatro a ver una comedia, Nuestro Primo Americano. Edwin Stanton va a seguirlo cuando recibe noticias de que William H. Seward, el Secretario de Estado,  ha sido victima de un atentado.

                        Los Lincoln en el Teatro Ford

Cuando los Actores se Vuelven Asesinos

Mientras Stanton va casa del herido, vemos como John Wilkes Booth prepara su atentado con ayuda de gente dentro del mismo teatro. Lo vemos incluso tomándose una copa en el bar con uno de los guardaespaldas del presidente.



Booth se conoce de memoria la pieza, ha actuado en ella. Lo vemos fuera del palco presidencial recitando el parlamento hasta que llega al momento escogido. Irrumpe en el palco,  le dispara al presidente y salta al escenario con su famoso grito de otro celebre magnicida (Junius Bruto) Sic Semper Tyrannis. (¡Así mueran los tiranos!)

                   ¡Así mueran los tiranos!

Se han hecho tantas películas sobre Lincoln, pero poco o casi nada sobre su asesinato. Yo solo me imaginaba a John Wilkes Booth como John Derek (asombroso parecido entre ambos actores) el villano de Prínce of Players, la biopia de su hermano Edwin Booth, el mejor actor de su época.

           John Derek y Sir Richard Burton como Los Hermanos Booth

Siempre vi a JWB como un actor fracasado, envidioso de su hermano,  dominado por delirios de grandeza. Nunca supuse que hubiese una nación, al menos un servicio de inteligencia , apoyándolo. No sabía que era famosísimo, un galán,  y un shock para el público saberlo magnicida. Es como si mañana Ryan Gosling matase a Joseph Biden (G-d forbid!)



Lo inesperado para Booth es romperse una pierna y tener que llegar rengueando a su caballo. De ahí la trama bifurca por dos caminos: la huida de Booth que lo lleva al Sur y la investigación de Stanton que es conjunta (aunque a ratos no lo parezca) con la policía de Washington y el ejército.

Lo fascinante es que siempre se conoció la identidad del asesino. En una época con medios de comunicación en pañales, pre radio, pre filme, pre fotografía,  los retratos a mano y daguerrotipos de John Wilkes Booth circulaban por todos lados, al igual que afiches anunciando sus actuaciones. Era tan famoso que una de las sorpresas del cuento es como lo van reconociendo los muchos que lo ayudarán en su huida.

Booth logró cruzar el puente que separaba el Distrito de Columbia con Maryland porque el guardia era fan. Por eso lo dejó pasar a pesar de que ya había superado el horario de clausura. Swann, el guía mestizo que lleva a Booth y a su compañero David por terreno pantanoso a Virginia admite haber visto al asesino en un escenario en Baltimore.



Yo diría que esta es la mejor parte del relato. Este roadtrip en el que Booth va aumentando en arrogancia y megalomanía y va perdiendo el norte,  y  aun así hay gente que lo auxilia sea por dinero como el guía, por miedo como Mary,  o porque realmente creen en su causa y admiran sus acciones.

Ni Mudd era un Martir, Ni Johnson un Abolicionista

Hay ciertas exageraciones como el mostrar a todos los Confederados confabulados en un movimiento de resistencia contra la rendición de sus fuerzas y que ven en Booth un ejemplo al que hay que proteger.  Diferente es el caso del Dr. Mudd. Se ha descubierto que había dado refugio a agentes confederados antes,  por lo que no es accidental que haya atendido al actor a quien entablilló la pierna. Fin de la imagen de Mudd, el mártir injustamente castigado por ejercer el juramento de Hipócrates.



Mudd era entonces un Rebelde como se les llamaba a los sureños ¿pero era tan mala persona con sus esclavos como nos lo muestra la serie? Durante el juicio de Mudd, Mary testificó que su amo una vez le había disparado en la pierna a su hermano.

                          El Doctor Mudd no era tan inocente

El tema de los esclavos emancipados es prominente en la trama y no solo por el personaje de Mary Simms (Lovie Simone). Edwin Stanton está atrapado entre vengar la muerte de su amigo y presidente (ni hablar de sus conflictos familiares y de salud) y respaldar la visión de una nueva categoría de ciudadanos estadounidenses, el conglomerado afroamericano,

Solo que tiene poca ayuda. Muchos políticos en Washington creen que fue un error (y motivo de su asesinato) de Lincoln darles la libertad a los esclavos. Lo cree hasta Robert Lincoln y ciertamente lo cree el nuevo presidente Andrew Johnson. De Johnson, que muchos piensan (en la serie) que anduvo metido en la conspiración de Booth-Surrat,  Manhunt nos da una visión de un hombre sucio y oportunista que cambia de idea como de calzoncillos y que se va por lo que le conviene a él, no por los ideales por los que se ha peleado una guerra fratricida.

La visión del Norte, al menos la de Washington y Nueva York,  es la de ricachones que velan por su pecunio y son, en el fondo,  simpatizantes del Sur. Es cierto que hubo un complot para incendiar Nueva York, ¿pero es verdad que una de sus causas era atraer el estado a la Confederación?  Nada más significativo que la escena en la cual la policía irrumpe en Wall Street a arrestar especuladores y los encuentra entonado “Dixie”.  Ellos son quienes quieren apoderarse del gobierno

El gran villano del cuento es un personaje pintoresco de la historia estadounidense,  George N.  Sanders de Kentucky (¿pariente del Coronel Sanders creador del Kentucky Fried Chicken?) En la vida real, Sanders había cumplido funciones consulares en Europa donde destacó por su amistad con los revolucionarios de su tiempo,  el italiano Giuseppe Mazzini y el húngaro Lajos Kossuth. Aparte de admirar a revoltosos,  Sanders, creía firmemente en la legalidad del magnicidio de tiranos.



Durante la Guerra de Secesión, y aun residiendo en el Norte, Sanders fue abiertamente pro sureño. Según él,  Abe Lincoln era un tirano que merecía ser asesinado. La investigación de Stanton vinculó a Sanders con el cadre de conspiradores, pero el ex cónsul alcanzó a huir a Europa donde continuaría apoyando revueltas.

La serie nos retrata a Sanders como un epitome de los millonarios de su época, un Robber Baron, que especula en Wall Street, compra periódicos con los que manipula a la opinión pública,  y cree que la justicia es un artículo de compraventa.  ¿Existió Sanders? Si, pero no creo que fuese parecido al Hombre del Saco de la cultura estadounidense contemporánea.

Cuando intenta matar a Edwin Stanton, Sanders suelta un “Podría matar a un hombre a plena luz del día en Wall Street sin que me ocurriera nada”. Ya sabemos de donde salió esa bravata. Ese presentismo afea la serie ya que le quita credibilidad.



Espías Confederados

Otra fascinante premisa, pero que puede ser falsa,  es la importancia del Servicio Secreto Confederado. Falso es creer que era dominado por Judah Benjamin. Tenemos un soldado afroamericano que escupe ese nombre con un odio que va más allá del que merecen esclavistas. Ya siento las voces de Tamika Mallory y Shaun King usando al personaje como mono de ventrílocuo.

Como todos los servicios de inteligencia del mundo el Confederado tenia la obligación de reportarse a solo a tres personas, el Presidente,  el Vicepresidente y el Scretario de Estado. Sucede que el gordito Benjamín era el Secretario de los Estados Confederados. Lo que sí es verdadero es que Montreal era un centro de espionaje Confederado y que la ciudad canadiense estaba llena de simpatizantes de la causa sureña.

                                   Judah T. Benjamin

Otra cosa es hacernos creer que eran los espías confederados a los que había que temerles más que a su ejército. A pesar de los esfuerzos de la serie para colocarlos detrás de la conspiración que costó la vida a Lincoln, la mayoría de los planes del servicio de espionaje sureño fracasaron. Tal como el plan de Lincoln-Stanton para asesinar a Jefferson Davis también fracaso. No conocía este plan  para acabar con el líder Confederado, pero no me molesta ni me hace mirar con desprecio a Honest Abe. Las guerras a veces exigen movidas desperadas y no muy legales ni morales.

Otra falsedad de Manhunt es mostrarnos que Samuel Cox, en su sótano,  tiene instalado un sistema de telégrafo con el que manda despachos a Richmond. También tengo mis dudas sobre lo que le cuenta a Booth que ya todo el Sur conoce y celebra su hazaña. De hecho, Booth no piso ni el sótano ni el salón de Cox quien no lo dejó entrar a su casa. En su diario,  Booth expresa amargura por el magro recibimiento de quien se limita a enviarlo al bosque en busca del misterioso River Ghost, un guía Confederado.





En mi breve investigación he descubierto un par de factores asombrosos. Hay gente que hoy en día todavía creen que Booth hizo bien en matar al “tirano” Lincoln y existe una teoría que muchos abrazan que John Wilkes Booth no murió abatido por el ejército estadounidense en el establo de los Garrett.  Muchos creen que logró huir a Europa donde formó una familia y siguió promoviendo ideas que todavía caracterizan al Sur moderno.



En general, recomiendo Manhunt.  Tiene trama interesante que navega una delicada línea entre la investigación policiaca y las intrigas políticas de Washington. Logra crear una atmosfera de época sobre todo de la tensión que se vive en una nación acabada de salir de una guerra civil.  

Ha sido un muy logrado libreto y producción a cargo de la afro-judía Monica Beletsky quien ya nos diese la mejor (la Tercera)  temporada de Fargo. En su equipo de guionistas ha incluido una diversidad de estilos desde Jan Oxenberg que se especializa en temas lésbicos hasta Ben H. Winters quien fuese el autor de la parodia del género fantástico: Sense and Sensibility and Sea Monsters.

La dirección está mayormente en manos del excelente Carl Franklin, “culpable” de muchas obras conocidas, pero al que siempre agradeceré su estupendo Noir,  El Diablo Viste de Azul. Las actuaciones son impecables, el vestuario adecuado, la escenografía bien constituida. Una lástima que tenga tan poca exposición porque Appletv+ se está convirtiendo en una biblioteca de pequeñas joyas de época.



Contenido Violento o Gory: El asesinato. El enfrentamiento entre soldado afroamericanos y policías blancos enfrente de la casa de Stanton, pero nada Gory

Contenido Sexual o Desnudos: Ninguno

Factor Feminista: Aunque nos habíamos acostumbrado a visualizar a Mrs. Lincoln con el rostro de Mary Tyler Moore o Sally Field, Lilly Taylor llena muy bien los escarpines de la Primera Dama. Se las ha arreglado para mostrarnos todos los matices de Mary Lincoln: su derroche, sus nervios frágiles que pueden haber evidenciado problemas mentales mayores, pero también nos la muestran conmovedora ante la tragedia. Magnifica es esa escena en que suplica a su esposo y a Stanton que no envíe a su hijo al campo de batalla.





Si Mary Lincoln representa a las mujeres blancas divididas por un conflicto fratricida que no han iniciado (Mary le recuerda a Edwin Booth que sus hermanos han servido en el Ejército Confederado), su tocaya de Maryland representa a la afroamericana que necesita de doble emancipación, porque es esclava del color de su piel y de su condición femenina. En cambio, Elizabeth Keckley (Betty Gabriel) es un personaje histórico que merece su propia serie.


Esta mujer de raza mixta nació esclava y soportó una vida de abusos (incluso sexuales) de parte de su familia blanca que eran sus amos. Cuando descubrieron que era una maga de la aguja,  explotaron este talento. Aun así, la joven costurera consiguió suficiente dinero para comprar su libertad y la de su hijo (producto de una violación).



Elizabeth no es solo la primera costurera que la historia americana recuerda de nombre. Es la primera diseñadora de modas tanto de Los Estado Confederados como de los Estados Unidos. Ella vestía a las grandes señoras de Richmond, incluyendo a Varina Davis antes de esta ser Primera Dama del Sur. Elizabeth se trasladó a Washington donde Mary Lincoln solicitó sus servicios. Así la ex esclava se convirtió,  no solo en la modista de la Primera Dama del Norte,  sino también en su amiga, su confidente y hasta su administradora. Merece una miniserie dedicada a su vida y obra.



Factor Diversidad: He preferido dejar a Mary Simms  para esta sección, porque no la veo como un icono feminista, a pesar de representar las injusticias cometidas en contra de los esclavos en los albores de la emancipación. Mary,  que huyó junto a su familia de la casa del infame D. Mudd, es secuestrada ( aun estando en territorio abolicionista)  por órdenes de su amo y llevada de regreso a la esclavitud.



Cuando la conocemos, teóricamente es libre, pero sigue siendo criada sin sueldo. Un día se harta, arroja el mandil a la cara de su amo y se esmera en enseñar a leer a los niños libertos. La verdadera Mary había abandonado a Los Mudd en 1964 y solo reaparecería para testificar en contra de su ex amo. En la serie, en cambio, han creado un estereotipo de los esclavos recientemente liberados. Esto sucede con casi todos los personajes de color de la serie.

Esos son los casos de George Bell, el fiel criado del Secretario Seward que es herido en el atentado en contra de su patrón; del soldado negro, rezumando odio por Judah Benjamin, que irrumpe en las oficinas del vicepresidente Confederado para buscar los códigos de espionaje; y el soldadito mártir que es asesinado por la policía de Washington. Todos ellos no pasan de ser símbolos de una raza abusada y atropellada aun después de su liberación.

Por eso es que mis personajes favoritos son, no los que trascienden la barrera del color que es algo imposible de superar, pero los que logran salir de casilleros impuestos por los blancos. Me refiero obviamente a Elizabeth Keckley, que es una figura histórica, y a Oswell Swann.



Aunque efectivamente Swann guio a Booth y a David, lo han convertido en un personaje fascinante del cual lo único verdadero es su nombre. En la serie,  Swann es mitad negro y mitad nativo, se dedica a contrabandear gente que supuestamente milita en contra de los esclavos, pero él hace hincapié en su raza indígena y en su libre albedrio. No se siente esclavo porque toma sus propias decisiones. Es un personaje interesante, sobre todo porque muestra otro rostro del— para nada monolítico— conglomerado afroamericano, y aun así la serie no lo retrata negativamente.

Recomiendo Manhunt, un bien contado capítulo de la historia de los Estados Unidos.