Ni el TVGuide ni
ninguna publicación relacionada con la programación televisiva, anunciaron que Starz estaba ofreciendo
“Maximilian”con subtítulos en inglés, este verano. Como Maximiliano es el
personaje menos interesante, me referiré a la serie como “Borgoña” que es el
nombre que le han dado para ofrecerla en español. En resumen, trata del matrimonio entre Maximiliano de Habsburgo
y Maria de Borgoña, unión que cambiaría la historia europea, cuando su hijo
Felipe, el Hermoso se convirtiera en el padre de Carlos el Emperador. Sin ser
la octava maravilla del mundo, es el tipo de serie que necesitamos los troneros y los
Tudormaniacos.
Primero fue
Michael Hirst con sus Tudores, luego Neil Jordan con sus Borgias. Y entonces
llegaron HBO, Weiss&Benioff, y la
saga de Ser George R.R. Martin. De pronto todos querían cuentos de intrigas
palaciegas, bastardos reales, y princesas
obligadas a casarse. Vino” Reign”, vinieron los Vikingos, “Wolf Hall”, Reinas y
Princesas Blancas, Versalles, hasta la Reina Victoria fue desempolvada y se le
inventaron nuevos detalles para hacerla atractiva al público que clamaba por
relatos históricos.
No solo la moda
alcanzaba al mundo angloparlante. En España hubo una “ Isabel,” y luego “Carlos, Emperador”. En Turquía, “El Sultán” nos presentó a Solimán y su corte. En Rusia
hicieron “Velikaia”, sobre la juventud de Catalina, la Grande , y ahora HBO
pretende contar la historia de la Emperatriz en su ocaso. Los alemanes no se han quedado atrás. El 2013
tuvieron “Carlomagno”, y el año pasado
en una producción austrohúngara, llevaron a la pantalla “Maria Theresia”sobre mi
emperatriz favorita. Tristemente, estas series no son fáciles de conseguir, por
eso casi di un brinco cuando accidentalmente descubrí que Starz estaba dando “Borgoña”,
que creo que ya ha sido vista en España.
“Borgoña” nos
traslada a Europa en el siglo XV. La
historia comienza en 1477, y para los que nos hemos acostumbrado a las visiones
comparativas de sucesos históricos, déjenme darles una idea de lo que estaba
ocurriendo. En Florencia reina Lorenzo el Magnifico: en Roma, Cesar Borgia
acaba de cumplir un año; en Castilla, Isabel y Fernando celebran su séptimo
aniversario de bodas; La Guerra de las Rosas dividió Inglaterra, pero Eduardo y
su Reina Blanca ya se apoderaron del trono.
Ahora lo que no
sabemos. Los Turcos Otomanos, no contentos con zamparse el Imperio Bizantino,
ahora han llegado hasta el Kosovo. El Sacro Imperio Germánico no es lo que
fuera en días de Carlomagno. Reina Federico de los Habsburgo (Tobias Moretti),
un hombre muy sagaz pero (como no se cansa de decirlo su hijo) muy timorato. Federico tiene problemas con
Martias Corvino (Mark Zak), rey de Hungría, quien es el único baluarte en Europa contra la
horda turca, pero que a cambio se ha quedado con grandes pedazos del imperio.
A Federico se le
ocurre darle a Matías, cuarentón y que
ya ha enterrado a dos esposas, su hija Cunegunda (Constanza) de doce años. Por
suerte Martias quien le asegura a Federico que sus voivodas (entre ellos un tal
Vlad Tepes) mantienen a los turcos a raya empalándolos, no desea aceptar los
términos del emperador, y prefiere casarse con Beatriz de Nápoles. Te salvaste,
Cunegunda.
El otro problema
del Emperador, uno que comparte con el rey Luis de Francia (Jean Hughes
Langlade), es el tremendo auge del Ducado de Borgoña. Los que saben de Juana de
Arco, recordarán que los borgoñones eran los malos del cuento, aliados de los
ingleses ellos le entregaron a la Doncella de Orleans. Bien, ha pasado el tiempo
y bajo el reinado de Carlos, el Temerario, Borgoña se ha vuelto un reino gigantesco, que
va desde la frontera suiza hasta el Mar del Norte, y abarca, la actual Borgoña,
el Franco Condado, todo el Noreste de Francia y los Países Bajos. Carlos no
solo es millonario en tierra, también en fortuna. Lo que hoy es Bélgica es una bullente
sociedad de comerciantes, fabricantes y mercaderes. Su única hija Maria (Christa
Theret) es apodada “María, la Rica”. Pero la suerte se voltea.
Carlos va a la
guerra con Francia. En un esfuerzo por anexar Alsacia, la Nochebuena de 1776,
Carlos muere en batalla en Nancy. Maria, de diecinueve años, queda sola en su reino, rodeada de buitres,
con el único apoyo de su aya Johanna van Hallewyn (Miriam Fussenegger), y de su
querida madrastra, Margarita de York (Alix Poisson). ¡Pero si a esta la
conocemos! Es la cuñis de la Reina
Blanca, la tía de Lizzie y Maggie. Entonces también conocimos a Maria, vimos su
triste muerte que arruinó las posibilidades de Margarita de casarse con Jasper
Tudor, romance producto de esa febril imaginación de Doña Pippa Gregory.
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Johanna, María y Margarita |
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Joanne Whalley como Margarita de York en The White Princess (Starz) |
La pobre Maria
llama a reunión de consejo, tranquiliza a sus ministros, no va a despedir a
nadie, pero planea gobernar sin marido.
Ejem, Nena, este es el Siglo XV. Eso no se puede. El más descontento es un individuo llamado Egmont
(Fritz Karl), que ahora es Duque de Güeldres, porque mató al padre para
quedarse con el titulo. Individuo poco recomendable, pero María y madrastra le
dejan claro que, en las inmortales palabras de Kiko, “¡No me simpatizas!”
.
.
A otro que no le
parece que Borgoña no tenga príncipe consorte es al Emperador que planea casar
a la duquesa con su único hijo, Maximiliano (Jannis Niewhonner). A Maxi no le
parece, porque “soy rebelde, cuando no
sigo a los demás…” única razón, para
despreciar a la mujer más guapa y más adinerada de Europa.
Maxi, a sus 18 años, es insoportable porque abarca todos los clichés
de nenes mimados y mal educados de la creación. Le grita a su padre que es un
perezoso, que le teme hasta moverse del sillón. Para probar que su hijo no
miente, sin moverse del sillón, Federico le hace un gesto a un cortesano que
abofetea al príncipe. ¡Qué gran empleo ese!
Maxi tiene amores
con Rosina (Lily Epply), dama de su hermana, pero como ella le dice , ella
puede andar con quien quiera, en cambio él tiene que verla en secreto. A veces,
Maxi se pone una armadura azul (¿también se la regaló el Matarreyes? ) y vence
a algún incauto. Pero como le dice Polhein (Stefan Pohl), su chambelán (que
parece tener la misma edad que Maxi) el príncipe heredero tiene mucho hocico,
pero no hace nada útil.
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Hijo estupido. Carlitos VIII |
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Carlos, más viejo, recibe un beso de Lucre Borgia (Showtime) |
Para evitar que
le hagan sombra a su nene, Luis envía sicarios a despachar a Maximiliano. El Emperador
le ordena a su hijo no salir de palacio, ya que han puesto precio a su cabeza.
Maxi, tozudo como burro, se escapa de noche en compañía de Polhein y ayudados
por un pobre mozo de cuadras (y de paso le pisan la cola a un gato. Este Maxi
no puede caerme menos simpático).
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Polhein y Maximiliano |
Los jóvenes se internan
en un bosque que parece albergue de Caminantes Blancos. Yo creí que irían en
busca del burdel de LIttlefinger, a que les leyera la suerte la bruja del
bosque, o a rendir pleitesía al Rey de la Noche. Nada, se sientan ahí en una cueva hacer tertulia.
Llegan unos bandidos que creen son húngaros y los atacan. Maxi deja a Pohlein
por muerto y se lanza al Danubio.
Llega todo mojado
a su castillo donde el Emperador lo regaña en frente de la corte, se acusan
mutuamente, Maxi recibe bofetada, pero el peor castigo se lo lleva el pobre
palafrenero que lo ayudó. Es desterrado y sus bienes con confiscados. Bienes
incluyen zapatos y ropa interior, con solo la camiseta, y más encima un cepo,
el pobre hombre descalzo debe abandonar el reino.
El emperador
presenta a Maxi con el mercader Fugger (Martin Wuttke). Este le dice al díscolo
príncipe que ya se les acaba la lana cuyo monopolio está en manos de los
hilanderos flamencos, vasallos de
Borgoña. Si los borgoñones no les venden lana, pronto no habrá con que vestirse
en el Sacro Imperio.
Maxi se encoge de hombros y sin preocuparle como se vista su gente, o adonde irá el pobre descalzo desterrado, se va a acusar a Rosina de haberlo traicionado avisado a sus asesinos. Luego se va a acusar a Polhein (que a propósito se llama Wolfgang, pero le dicen Wolf)de lo mismo. ¡Que inútil! Entretanto, Federico manda a Fugger a Borgoña a pedir la mano de Maria.
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Fugger |
Maxi se encoge de hombros y sin preocuparle como se vista su gente, o adonde irá el pobre descalzo desterrado, se va a acusar a Rosina de haberlo traicionado avisado a sus asesinos. Luego se va a acusar a Polhein (que a propósito se llama Wolfgang, pero le dicen Wolf)de lo mismo. ¡Que inútil! Entretanto, Federico manda a Fugger a Borgoña a pedir la mano de Maria.
Dos cosas. Me doy
cuenta de que la importancia de los telares belgas viene de lejos y llegó hasta
el siglo pasado. Por algo mi abuelo cruzó el charco para hacer fortuna como intermediario
entre las textilerías belgas y las estancias bovinas de la Patagonia.
Lo otro, el
Fugger, que todo el mundo desprecia como mercachifle, fue el fundador de una dinastía
de banqueros. Hoy sus descendientes portan el título de Príncipes Fugger von
Babenhausen.En días del Emperador Carlos, los Fugger trasladaron sus negocios a
España donde les cambiaron el nombre por Fúcar, y hasta el siglo XIX se decía
de algún millonario, “Rico como un Fúcar”.
Louis XI y su
mujer Carlota de Saboya (Sylvie Testaud), tendrán facha de verduleros, pero no
son tontos. Luis manda a su hombre de confianza Philippe de Commines (Nicolas
Wanczyki) a Flandes a socavar el reinado de Maria y evitar su matrimonio con
Maximiliano. Es una lástima que Commines, el Maquiavelo galo y primer
historiador francés, no sea el héroe de esta historia porque fue un personaje
fascinante. Una especie de Meñique, el gran fixer
de la corte de Luis XI.
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Fugger y Philippe de Commines |
Commines es un
experto en interceptar cuervos, en abrir cartas lacradas para lacrarlas luego
de leerlas. Lo sabe todo, sobre todo a
quien hay que sobornar. Llega a Gante y convence al concejo de burgueses que ellos son el
pulmón de Borgoña y no deben dejarse manipular por una mocosa. La Ley Sálica de
los francos exige que ninguna mujer reine a menos que esté casada.
Los flamencos
visitan a Maria le recuerdan la Ley Sálica y le exigen que les firme El Gran
Privilegio que les permitirá mandar a ellos y mandarla a ella. Maria los
despide. No quiere casarse con el principito francés, porque culpa a Luis de la muerte de Carlos, el padre de
ella. Pero menos quiere casarse con Maxi . Maria cree que los austriacos son
unos puercos hediondos, que comen carne cruda y teme que Maxi exija sus
derechos conyugales a cada rato. “Yo soy delicada” le dice a su madrastra.
Yeeh, Maria, al fin una princesa que no vive en celo.
Egmont se le
aparece a María. Le dice que tiene 300 hombres, una señal de ella y decapitarán
a los burgueses levantiscos. “¿Que pediréis a cambio? “pregunta recelosa la
Duquesa. Egmont dice que se contenta con una sonrisa de ella. Maria monta en
cólera, le ordena en el mejor tono de Daenerys, que se largue y no vuelva presentarse ante
ella. Egmont se va rumiando y no para hasta llegar a la casa de Commines quien
justo preguntaba si el Duque era sobornable.
Ya apropiadamente sobornado, Egmont lidera a los burgueses en un asalto al Palacio. Interrumpen justo cuando María se entrevista con Fugger. Uno le clava la espada al pobre Obispo Hugonet (André Penvern) que se desploma en una silla (parece que solo lo pinchó porque se queda ahí con cara apesadumbrada durante toda la escena).
Ya apropiadamente sobornado, Egmont lidera a los burgueses en un asalto al Palacio. Interrumpen justo cuando María se entrevista con Fugger. Uno le clava la espada al pobre Obispo Hugonet (André Penvern) que se desploma en una silla (parece que solo lo pinchó porque se queda ahí con cara apesadumbrada durante toda la escena).
Los amotinados
acusan a la Duquesa de traidora por andar en entrevistas secretas con sus enemigos
y la obligan a firmar “El Gran Privilegio”. La aterrorizada Maria ruega a su
aya Johanna que vaya a Austria y se entreviste con Maxi. Si certifica que es
presentable, se casara con él. Johanna parte. Me imagino que Commines ya se
habrá enterado de su empresa, mas puesto que él y Johanna eran primos.
Johanna llega sin
problemas a la corte imperial (que mas parece establo). Olfatea a Maxi bien
olfateado, descubre que se baña, que es guapetón y que comparte con Maria una afición
a los autores clásicos. Maxi observa el camafeo con el retrato de la Duquesa
(que aún para nuestros estándares era bonita), escucha a Johanna cantar loas
sobre las virtudes de Maria y le escribe a su futura una carta muy filosófica
aunque poco romántica. En ella le dice que la gente comete actos que siente
errados no por maldad sino por evitar males mayores. Quiere que así perciba su
matrimonio. A Maria la impresiona gratamente la carta. Se considera
comprometida. Maxi pone en marcha su comitiva hacia Flandes en busca de su
nueva esposa.
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Egmont manoseando a la Duquesa |
Solo que mientras
la comitiva germánica avanza a paso de tortuga y Maxi sigue haciendo tonterías
(se cae en un pantano, se enferma) su novia tiene que atender a los refugiados
picardos, aguantar ofensas de los burgueses y manotazos del acosador Egmont
quien le declara su amor. Maria termina degollándolo cuando el simpático
intenta violarla. El verdadero Egmont murió en batalla, pero esto sirve para
una escena tipo “Downton Abbey” donde Maria, su madrastra y Johanna deben arrastrar el cadáver por los
pasillos hasta la torre y luego arrojarlo al canal.
Esto han sido los
tres primeros episodios de una miniserie de seis partes. Tiene sus virtudes
a pesar de ser muy cliché, y de que sus
personajes también lo son. Sabemos mucho de Maria, pero Maxi es totalmente
acartonado, un cruce entre el Fernando
de Rodolfo Sancho y el Rey Arturo de “Las
Aventuras del Joven Merlín”.
El mérito de “Borgoña”
es que nos presenta un episodio histórico para muchos desconocido. Las licencias no son graves.
Maria si estuvo presionada para casarse, tuvo problemas para gobernar, su
matrimonio de conveniencia devino en romance que acabó con su trágica muerte de
la cual fuimos testigos en “La Princesa Blanca”.
Los actores,
bueno es difícil encontrar conocidos en obras europeas continentales. Christa Theret ha hecho bastante cine y
televisión. Yo tuve el placer de verla como protagonista en una adaptación de El Matrimonio de Chiffon de Gyp, parte
de ese excelente ciclo de dramatizados que hizo la televisión francesa llamado “El
Siglo de Maupassant”.
Le Mariage de Chiffon (Tv-5) |
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The Collection (Amazon) |
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Sissi, Imperatrice (RAI) |
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Jud Suss Film Ohne Gewissen |
Se nota la influencia de “Juego de Tronos” y no solo en los desnudos que al ser “Borgoña” alemana son frontales (femeninos y masculinos), pero también en el uso de la iluminación, o ausencia de ella y en el shabby chic de las cortes. El castillo del Emperador parece Harrenhaal, Viena parece Villa Topo, Gante se ve un poquito mejor. Además de la estética tronera, hay mucho que admirar en este intento por contar una historia con cierto esmero, y atención a pequeños detalles que otras series con mas renombre, olvidan. Se las recomiendo.