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lunes, 23 de agosto de 2021

Arletty y Sophia Loren: En verano, MHZ nos cuenta historias de actrices

 


Este julio, en su cuota de dramas de época, además del insufrible “Der Uberlaufer”,  MHZ Choice nos trajo un telefilme francés y una miniserie italiana. Ambas giran en torno a monstruos del cine internacional, la francesa Arletty y la italiana Sophia Loren.

Arletty es una de las más grandes actrices del cine francés. Solo superada por Catherine Deneuve, y eso porque la Deneuve ha tenido una carrera más larga y libre de conflictos.  Bueno, en el 2015 se enfrentó a las MeToo. ¡Hurra, Madame Deneuve!

La carrera de Arletty es más recordada por la controversia que por su talento. Fue la única estrella de cine que fue enjuiciada por colaboración con el invasor. ¿En qué consistió esa colaboración? En un tórrido romance con un comandante de la Luftwaffe.



Arletty nació bajo el nombre de Leontine Bathiat en Auvernia. Aunque hija de una familia de clase media tuvo una buena educación y cuidados médicos para un problema pulmonar. Esto acabó cuando el padre murió en el 1916. Esta tragedia que finalizó la educación de Leontine quien estudiaba secretariado,  vino acoplada con otra mayor. A los 18 años, en la Primera Guerra Mundial, Leontine perdió a su prometido, , a quien siempre llamaría “Cielo”(por el color de sus ojos). La muerte del amor de su vida la empujó a hacer un juramento: nunca se casaría.

Después se hablaría de que también había hecho votos de que nunca tendría un hijo que fuese soldado. Muchos han usado este juramento para explicar los abortos de la diva. eso es infantil. Si Arletty abortó (al memos se le conocen dos terminaciones de embarazo) es porque hijos y familia obstaculizarían su carrera y no formaban parte de su plan de vida.

De Leontine a Arletty, Gloria del Cine

El juramento, no indica que Leontine vivirá en castidad. Un año después de la muerte del padre, Arletty es la querida del banquero judío George Levie quien la lleva a conocer los círculos más altos de la sociedad francesa. Acabada la relación, habrá otros hombres. Pero, aunque Arletty bromee que en otros siglos hubiese sido una gran cortesana, tiene otros planes laborales. Modela para artistas como Marie Laurencin y Matisse, y para la casa de modas de Poiret. Toma clases de piano con Alfred Cortot y de canto.



Cuando ingresa al music hall, cambia su nombre por el de “Arletty”. De las revistas musicales pasa al teatro serio y en 1930 entra al mundo del cine, pero no se hará conocida hasta su rol de la prostituta Raymonde en “Hotel du Nord” de Marcel Carne (1938). Para esa época, Arletty mantiene amores con el príncipe georgiano Alexis Mdivani. Queda embarazada y aborta. Su relación con Marcel Carne la convertirá en una estrella amada por toda Francia. En 1939 filma bajo las órdenes de Carne,” Al despertar el día”, y en 1942, en la Francia Ocupada,  “Los visitantes de la noche”.



Estos filmes convierten a Arletty en la “Gloria nacional” de; cine francés, en un símbolo sexual y eso que no es canónicamente guapa. Además, cultiva un aura vulgar, habla en jerga de clase baja con muchas palabrotas. Eso la hace más cercana y atractiva sobre todo para un juez militar de la Luftwaffe llamado Hans Jurgen Soehring a quien  Arletty es presentada por Josee Laval, la primera dama (no oficial) de la Francia de Vichy. Esto tiene lugar en la Opera en 1941.

Es que Arletty, aunque se ha rehusado a viajar a Alemania a hacer filmes para los nazis, es parte de Le Tout Paris. Y es consenso en autores-historiadores desde Sanche de Gramont hasta Anne Sebba Le Tout Paris era colaboracionista total.

Biche y su Fauno

Por alguna razón, el filme inicia en 1943,  situando en ese año el primer encuentro entre la diva y su oficial.  Ahora el encuentro tiene lugar en una fiesta en Niza donde Carné y su equipo están filmando “Los Niños del Paraíso”, cuarta colaboración del director y Arletty, un filme considerado como la máxima obra del cine galo. (abajo escenas del filme csobre la filmacion de "Los niños del Paraiso"



La fiesta es ofrecida por Josee Laval quien da un discurso en el que alaba la colaboración franco-germana,  sobre todo en el mundo del cine. Hace que traigan el pastel y descubrimos que la fiesta honra el cumpleaños #45 de Arletty (Laetitia Costa) . Con el pastel llegan dos oficiales alemanes uno de ellos es Hans Jürgen (Ken Dukens) quien queda embelesado ante Arletty. “Ahora sabe mi edad” comenta la actriz. “No he contado las velas” responde él galantemente.



Como dirá más adelante en su memoria La Defensa, Arletty se muestra indiferente ante los galanteos del oficial. No ha venido sola, la acompaña su amante oficial, la Duquesa D’Harcourt. Poetiza publicada, adicta al opio y casada con un miembro de la más rancia nobleza francesa, Antoinette ama apasionada y posesivamente a Arletty. No permitirá que ningún Boche (apodo despectivo de los alemanes) le quite a su mujer. Se atreve a besar sin inhibiciones a Arletty ante el oficial que la galantea.



Esto no cohíbe a Soehring que antes de despedirse le pregunta al objeto de su adoración cuál es su gran sueño. “El de toda jovencita” responde Arletty “que llegue un príncipe en su corcel a raptarme”. A la mañana siguiente, Hans-Jürgen irrumpe en la suite del hotel de Arletty y la lleva a su ventana para mostrarle su caballo que ha dejado abajo. Salen en una cabalgata impetuosa por la playa. Ahí comienza una gran y legendaria pasión.

La llamo pasión porque no creo que fuese amor, al menos no de parte de ella. Tampoco fue oportunismo. En 1943, ya no daba caché tener un amante alemán. es cierto que el aura poderosa de Soehring que era juez militar de la Lutwaffe y protegido de Göring puede haber jugado un papel. Lo cierto es que el atractivo, educación, y finesa de Soehring ganaron a la actriz, tanto como el hecho de ser él diez años menor que ella. Ella lo apodará “Fauno” El la llamará “Biche”(venadita).


                           Arletty y su Fauno en la vida real.

Mi Corazón es Francés, mi Culo es Internacional

El romance, publico e intenso, se traslada de la Riviera a Paris. Arletty no teme a las habladurías ni siquiera a los reproches de Antoinette y de su criada-cuñada (se supone que es hermana de Cielo) que le recuerdan que Soehring es el enemigo. Ahí entra en juego a famosa frase de Arletty para excusar esta pasión “Mi corazón es francés, mi culo es internacional”.

Los celos de Antoinette se vuelven insoportables.  Le impone un ultimátum a su amante, ella o él. Arletty escoge a Soehring. El Fauno no es tonto y hace que la Gestapo investigue a la Duquesa. Así descubre que Antoinette es parte de la Resistencia. También descubre que la Resistencia tiene una lista de traidores para ser ejecutados cuando la guerra acabe. El nombre de Arletty está incluido.

Hans Jürgen hace un trato con su rival. El la protegerá a cambio de que ella proteja a Arletty cuando llegue el momento de hacerlo. ¿Será verdad esto?  Lo de la lista es cierto y Antoinette era resistente, pero no sabemos si tal arreglo existió.



 Arletty y Soehring continúan su amou fou tan despreocupadamente que da frutos. Arletty aborta sin consultarlo con su Fauno. Su excusa,  en el filme,  es que Hans no ha saltado de contento al saberse futuro padre. No me lo creo.

Una mujer de 45 años que queda encinta (en ese entonces no se sabía que tener hijos a esa edad era peligroso)  ,es,   como lo llama el ginecólogo,  un milagro de la naturaleza. Una mujer que está locamente enamorada del padre de su bebé,  y que tiene un reloj biológico que no da paz con su tictac, no aborta si no tiene una razón de peso. Esa es la que da Soehring en la película. Arletty no quiere estorbos en su vida. No necesita ni de marido ni de hijos. Es muy simple. Como mujeres modernas la entendemos. Sin embargo, el romanticismo del filme busca excusarla.

Tenemos esa escena emotiva de ella filmando “Les Enfants de Paradis”, en la que un niño le pregunta si tiene hijos y a ella se le humedecen los ojos. Tenemos a la niñita  judía a la que oculta con la complicidad de Hans. Esto no está en su biografía. Aunque si es cierto que acompañó a Sacha Guitry a convencer a los alemanes de soltar al escritor Tristán Bernard del campo de Drancy, no sabemos que haya hecho nada más a favor de los judíos ni de nadie en peligro de arresto de los nazis. Eso incluye a Antoinette.



Uno de los momentos más épicos del filme es cuando Antoinette es arrestada y torturada en la prisión de Fresnes. Arletty corre en busca de Hans-Jürgen y le suplica “Nunca te he pedido nada. ¡Sálvala! “algo que el oficial hace. Triste, pero este relato es apócrifo.

Antoinette fue arrestada y estuvo diez meses en prisión. Para sorpresa de todos sus conocidos, Arletty no levantó ni un dedo para liberarla. Mal podría haber acudido a Hans Jurgen Soehring si este había sido degradado y enviado al frente de batalla. Después de participar en la batalla de Monte Cassino fue trasladado a Polonia. El filme nos dice que fue un castigo por su relación con Arletty, tengo mis dudas. Para el ’45 estaba en Berlín de nuevo como juez encargado de preparar un dossier sobre el comité de la Alemania Libre, una organización formada en la Unión Soviética por prisioneros de guerra alemanes.

La Mujer más Evitada de Francia

Entretanto, Paris es liberado. Arletty es arrestada y enjuiciada. Se la condena a 18 meses de cárcel . Pasa los primeros meses en Drancy, otros en Fresnes, pero la mayor parte de su sentencia la cumplirá bajo arresto domiciliario en un castillo de unos amigos. Aun así, es despreciada por muchos que una vez la adularon. “De ser la mujer más invitada en Francia” dirá “pase a ser la más evitada”. Su argumento durante su juicio es “Si no querían que me acostara con los alemanes, no debieron dejarlos pasar”.



En todo este tiempo, las cartas entre Hans y Arletty son casi diarias. En la navidad de 1946, la diva por fin puede reunirse con su amante en Baviera. Las cosas no son fáciles para ninguno de los dos.  Aunque Soehring dirá que nunca fue miembro del Partido,  era imposible practicar la abogacía en el Tercer Reich sin serlo. No hay trabajo para un ex nazi en la nueva Alemania.

Arletty convence a su Fauno de escribir. Así, Soehring formará parte del Gruppe47, publica una novela Casa Ducal, y una colección de relatos. También traducirá al alemán la obra de otro aviador estigmatizado, Charles Lindbergh.

Aunque sabe que ya no pueden formar una familia, Soehring quiere casarse con su Biche, ella le recuerda su juramento. Podrán vivir en una casa que ha comprado en Bretaña, pero nunca se casarán. La correspondencia se vuelve menos copiosa. Hans-Jürgen ha conocido en Múnich a Hanni una joven estudiante. En 1949 se casarán, tendrán dos hijos. Aun así, el mantiene su amistad con Arletty. En 1954, Hans es aceptado en el servicio diplomático de la Alemania Democrática. Será Arletty quien lo acompañe a comprar su guardarropa cuando es nombrado cónsul en Ruanda.



Tras años en África, Hans-Jürgen es nombrado embajador en el Congo. Una tarde, tras un picnic familiar, nadando con su hijo mayor en el río Congo, el Embajador Soehring desaparece. Nunca encuentran su cuerpo, solo su sombrero de paja. Se cree que fue devorado por los cocodrilos.

Cuando Arletty recibe la noticia la escribe con tinta roja en su diario. Apenas puede va a Alemania a reunirse con la viuda e hijos de su Fauno. En el telefilme, Hanni le entrega a Arletty sus cartas que Hans-Jürgen había conservado. ¿Será cierto?  La correspondencia de ambos pasó a manos de una coleccionista suiza que las hizo publicar en esta década pasada.

Un Amor Culpable

Llegamos al subtitulo “Un amor culpable”. ¿De que fueron culpables Hans Jürgen Soehring y su venadita? Aunque siempre lo negó,  El Fauno si fue miembro del Partido Nazi. Fue asesor legal de la Legión Condor y juez militar y protegido de Göring, pero los hubo peores en Alemania y a sus mujeres no las castigaron.



Ser amante de un invasor se convirtió en moda durante la ocupación entre las actrices desde Cecile Sorel, Gran Dame de la Comedie Francaise hasta Danielle Darrieux. Aunque sabemos que la pobre Darrieux todo lo hizo para sacar a su ingrato y canallita amante, Porfirio Rubirosa,  de un campo de detención nazi. Con su humor ácido, Arletty decía que las actrices emparejadas con alemanes “deberíamos formar un sindicato”.

A diferencia de Darrieux, Arletty nunca hizo filmes para los alemanes. Su mayor pecado según L’Humanite fue atiborrarse de buena comida mientras Francia pasaba hambre, pero otras lo hicieron y no sufrieron escarnio público por eso. Arletty no era nazi como Corinne Luchaire, un sex symbol del cine galo que tuvo una hija con un oficial de la Luftwaffe y fue condenada a la indignidad nacional. Ni fue agente de la Gestapo como Coco Chanel que fue amante de un espía alemán y apenas estuvo un día en la cárcel.

La carrera de Arletty nunca se recuperó. Siguió en el teatro y no se le conoció amante después de su Fauno. Murió pobre y ciega en 1994. Es una lástima que una loca pasión a haya hecho caer en el olvido por décadas.

En mi mensaje mensual de MHz Choice recibí aviso de que a fines de julio podría ver la miniserie italiana “Mi casa está llena de espejos” basada en las memorias de Maria Scicolone. Si no saben quién es ella, se trata de la hermana menor de Sofia Loren y obviamente sus memorias giran en torno a La Diva y a su madre la formidable Romilda. Pero mi interés en María es que vivió a la sombra de estas mujeres dominantes y solo conquistó un poco de libertad al casase a los 23 años.



Su elección de marido coloca a María en el bando de Arletty puesto que fue esposa  del músico Romano Mussolini, cuarto hijo de  Il Duce. Para su boda en 1962,  Italia todavía no se recuperaba de los errores y horrores del fascismo. ¿Fue Maria públicamente vilipendiada como Arletty?  ¿Tuvo que pagar por apellidarse Mussolini?

Un Personaje Periférico

Mi primera impresión de “Mi casa está llena de espejos” es que ya la había visto, al menos un capítulo por la Rai en Chile.  Sofia Loren vuelve, como en “The Story of Sofia Loren”, a interpretarse a sí misma (de adulta) y a Romilda su madre. Debido a que la primera hora cubre cosas ya dichas en “La historia de Sofia Loren” la serie pasa rápidamente por los años del fascismo y la Segunda Guerra Mundial y se concentra en la carrera de Sofia.

Esto ya es un desacierto porque la obra original es una autobiografía por lo tanto el enfoque debería ser en la autora, pero Maria no pasa de ser un personaje periférico. Ni siquiera se les ocurre ponerla como voz narradora. Tampoco es que La Loren sea el foco central del cuento. Al parecer han querido contar la historia de Romilda Villani, la madre.



La serie comienza a mediares, en 1960. En Roma, Sofia y su marido Carlo Ponti reciben una llamada trasatlántica de Cary Grant. Sofia ha ganado un Oscar, la primera vez que lo gana una actriz extranjera, por “Dos Mujeres”, un filme que no es de habla inglesa. El momento no se centra en la ganadora sino en su madre que piensa nostálgicamente que ha esperado 30 años este momento.

De ahí nos vamos a un largo racconto. Romilda, hija de familia obrera de Pozzuoli, un pueblito cerca de Nápoles, gana un concurso de chicas parecidas a Greta Garbo. El premio es un viaje a Hollywood y la oportunidad de convertirse en actriz. Los padres de Romilda le prohíben viajar. Para consolarla la mandan a Roma a estar con una prima. Ahí Romilda conoce a RIccardo Scicolone, un estudiante de ingeniería de familia acomodada.

Inician un romance, pero para cuando nace Sofia, Romilda está clara que ni Ricardo ni su familia la toman en serio. Retorna a su pueblo. Aunque sus padres y sus vecinos la reciben con cariño, a Romilda la humilla su condición de madre soltera. Para velar por su hija, Romilda regresa con Scicolone y lo convence de legitimar a Sofia, pero Riccardo insiste en no casarse ni siquiera cuando su amante le revela que esperan otro hijo. Creyendo que ha sido una trampa de Romilda, por dos décadas, Riccardo se negará a reconocer a Maria, incluso a conocerla.



Esa se volverá la obsesión de Romilda, obligar a su amante a reconocer la paternidad de su hija menor y convertir a la mayor en la estrella de cine que ella no pudo ser.  Esos son los temas de la miniserie y también su debilidad, porque poco tiene de la autobiografía. Incluso el titulo solo se menciona una vez. Debió haberse llamado “Romilda” porque comienza y acaba con la madre de María. Se entiende que es un proyecto para lucir a la joya del cine italiano, pero para quienes leyeron Mi casa está llena de espejos, la serie limitada es una desilusión.

Un día, cuando Maria es todavía una niña, la casa se transforma. Los abuelos se preparan como si fueran a recibir un rey.  Ricardo Scicolone ha avisado que vendrá visitar a Sofia. Romilda cree que viene a pedirle matrimonio. Para no molestarlo, hace que Maria se encierre en su cuarto . La niña conocerá al padre solo por el ojo de la cerradura. Todo es para nada. El infame ha venido a avisarles que se ha casado, que siempre velará por Sofia, pero jamás reconocerá a María.



La primera hora y media relata los esfuerzos de Romilda para abrirle paso a Sofia en el mundo del cine. Mientras ellas pasan penurias en Roma, en Pozzuoli , Maria crece tranquila al amparo de los abuelos y la tía Dora que la quieren. Todos la quieren en el pueblo. Sin embargo, la niña,  pronta a ser adolescente,  extraña a la madre. Finalmente, se la llevan a Roma. Es allá donde Maria exige conocer a su padre. Le inventan a Riccardo que Sofia necesita verlo. Cuando Scicolone descubre la estratagema, se porta groseramente y se niega a estrechar la mano de su hija menor.



Romilda negocia un buen contrato para Sofia en las fotonovelas. Con el dinero se compran un departamento. Pero Sofia se está volviendo independiente, sobre todo después de conocer al productor Carlo Ponti. Aunque Ponti es casado y como veinte años mayor que ella, la joven se va a vivir con él. Romilda comprende que la ha perdido y ahí se aferra a su hija menor, la saca de la escuela y obliga a estar siempre con ella.

Aquí es una contradicción. Se dice que Romilda se aferra a su hija, pero cuando Sofia solicita que su hermana la acompañe a otros países, incluso a Hollywood, se lo permite. Eso si le hace escenas de celos, la hace sentirse culpable y hasta se muestra envidiosa de los vestidos que Sofia compra para su hermana.

                            Las Hermanas Scicolone

De Como María se Apellidó Scicolone

Una noche en Nueva York,  Maria canta un dueto con Frank Sinatra. Impresionado con la voz de la jovencita, Frankie le consigue un contrato para grabar un disco. La furiosa Romilda exige que su hijatodavía menor de edad regrese a su lado. Este fracaso de crearse su propia identidad empuja a Maria a una depresión que la lleva a no comer y a encerrarse en su cuarto. Un comprensivo médico convence a Romilda de permitir que su hija menor vuelve a estudiar. A sus 20 años Maria puede cursar la primaria y planear sus estudios secundarios.

Entretanto, RIccardo Scicolone vuelve a acercarse a su “otra familia”.  Sus negocios van mal , su mujer lo ha abandonado, está a punto de perder la casa familiar. En suma, necesita que Sofia, ahora millonaria,  lo saque del apuro. Sofia y Romilda deciden darle dos millones de liras, pero a cambio exigen que reconozca legalmente a Maria.



Es increíble como aun arrinconado, Scicolone se niega y cuando acepta comete la última humillación, haciendo esperar a su hija y a Romilda por horas en la oficina del notario. Después de esta desagradable situación, Romilda y Riccardo vuelven a tener un romance. Ella intenta integrarlo a la vida de Maria y sueña con volver a vivir todos juntos.



Sueño que acaba cuando Romilda descubre que el padre de sus hijas tiene otra amante. El descubrimiento,  y subsecuente escena de celos,  provoca un estallido en el hombre que acusa a Romilda de tener un carácter insoportable y de sofocar a la gente.

Romilda aleja a Riccardo de su vida. Maria lo visita y él le da “un buen consejo, de parte de un mal padre” Debe alejarse de su madre, casándose o yéndose a vivir sola, pero debe evitar que Romilda la asfixie. Para entonces, Maria ya está enamorada. Ha conocido a Romano Mussolini (“De esos Mussolini”) , el cuarto hijo del Duce.

De Como María se Apellidó Mussolini

Su relación es larga y compleja. Romano que es un famoso musico de jazz, está siempre en tours, aparece de improviso en la vida de la joven, la llena de ilusiones para luego marcharse. Curiosamente, a Romilda le encanta este romance y no se siente celosa del novio de la hija. cree que, si se casan, vivirán todos juntos. Pero cuando Romano pide finalmente la mano de Maria, deja claro que tendrán casa aparte.



Otra cosa curiosa. A nadie parece molestarle el vínculo con el gobierno fascista. Más tarde, Sofia Loren dirá que nunca le gustó su cuñado, pero no por ser un Mussolini sino porque lo vio siempre como un mujeriego débil de carácter .

La boda tiene lugar en Predappio, un vasallaje de los Mussolini en presencia de Donna Rachele, la viuda del Duce y todos los hermanos del novio. Como de costumbre, Romano llega tarde. La gente no se da cuenta, todos se han congregado a ver a la diva, hermana de la novia. Mas tarde Sofia calificará ese matrimonio como “Un circo”.



Maria recordara su vergüenza y terror que la hacían  sudar bajo un pesado velo. Los recién casados no tienen un minuto de paz. Durante la luna de miel, Romilda sorprende a su yerno con otra mujer y lo chantajea obligándolo a vivir con ella.  Maria no entiende la razón de su marido para estar cerca de su madre, pero acepta. Es una esposa sumisa.



En la serie, Maria descubre la infidelidad de Romano junto con el chantaje de su madre y se aleja de ambos. No he leído el libro, pero sé que si lo hizo fue por un breve tiempo. En la misma serie regresa con él a sabiendas que un mujeriego no cambia. “Mi casa está llena de espejos” acaba con Maria anunciándole a Sofia que espera un hijo.

Pues su vida fue mucho más que esta mediana narrativa donde ocupó el lugar de segundona que tuvo  dentro de su familia. Sin embargo, su historia tiene un final feliz que merece ser contado.

A la Mesa con Il Duce

Maria vivió casi una década junto a Romano. Tuvieron dos hijas, Alessandra y Elisabetta y ella soportó todas las infidelidades hasta el punto de que el marido fue quien tuvo que abandonarla. En 1971, Romano se fue a convivir con su amante de años,  Clara Pucci,  con quien tuvo otra hija, Rachele. En 1976, aprovechando la nueva Ley de Divorcio, Romano segó todo vínculo conyugal con María.

                     Sofía Loren con Alessandra en brazos, su hermana, y Romano

El shock sumió a la pobre mujer en una depresión que acabó con ella internada. Fue ahí que conoció al médico persa Magid Tazmiz que la regresó a la vida y ha sido su compañero sentimental desde entonces. Ese es el final feliz que la serie no nos da. Tal como tampoco nos muestra la singular relación de María con los Mussolini y como aportó a la carrera política de esa familia.

“Mi casa está llena de espejos” fue un éxito en Italia donde todos gozaron viendo actuar a un monumento nacional como lo es Sofia Loren. La única queja,  hecha por espectadores foráneos,  es que no hay critica ni de parte del programa ni de su protagonista al suegro difunto y enterrado, pero cuya ideología sigue viva. Pues,  hecha en un año en que el imperio Berlusconi todavía no se tambaleaba y cuando el apellido Mussolini había vuelto a sonar en la política italiana, la serie intentó darle un perfil bajo a la conexión Scicolone fascismo.

Sin embargo, las memorias de Maria describen su relación estrecha con su suegra, el tiempo pasado con Donna Rachele en Predappio, y como la anciana le enseñó a cocinar. Maria recolectó las recetas aprendidas,  más las anécdotas familiares que escuchó cerca del fogón, anécdotas que inevitablemente involucraban al suegro ausente y las publicó bajo el título de A  Tavola con il Duce  ( Ala mesa con el Duce) .  ¿Se imaginan un libro “A la mesa con Hitler”? ¿o “A la mesa con Franco?”.



La otra entrada a la fama de Maria Scicolone ha sido a través de Alessandra,  su hija mayor. Aunque en los últimos año, Alessandra se ha hecho conocida por sus apariciones en realities y que el 2020 cesó su carrera política, también es cierto que es la persona con apellido Mussolini más famosa después de su abuelo.

                           Alessandra el día de su boda

Inicialmente actriz, cantante y modelo de Playboy, en 1992, Alessandra se retiró de la farándula para meterse en política. Ha sido elegida varias veces, ha sido miembro del parlamento italiano y fundó su propio partido Azione Sociale de tendencia ultraderechista. A pesar de que la derecha siempre la miró con sospecha debido a que la parlamentaria era de ideas progresistas en lo que se refiere al feminismo y al aborto, fue considerada “facha” por la mayoría del espectro político italiano.

                          Alessandra Mussolini y su madre

El que una Mussolini sea representante del pueblo, el que se publiquen obras con anécdotas familiares del Duce, demuestran que en Italia el periodo fascista no es tan temido como en otros países que todavía no enfrentan su pasado sea para condenarlo o entenderlo. Contrasta con el hipócrita repudio de Arletty que la ha mantenido oculta del público por medio siglo.

Antes de cerrar esta nota quería hacer una comparación en términos de cinematografía y estética entre ambos programas. Los italianos muy vivarachos ellos hacen resplandecer cualquier obra apoyándose en su maravillosos paisajes y arquitectura antigua, pero “Mi casa está llena de espejos” no es algo en que a Rai haya invertido mucho dinero. Las actuaciones siempre sólidas, pero el vestuario pudo ser más llamativo. La ambientación hecha a base de clips de revistas y de noticiarios, y un poco de música de fondo,  da la impresión de una pieza de principiantes.

Contrasta con la maravillosa ambientación y otros méritos artísticos de “Arletty: un amor culpable” donde priman la actuación de Laetitia Casta como la protagonista, su impetuosa química con Ken Dukens, la bella escenografía que hace uso de escenarios naturales, y de interiores cuidadosamente recreados. Pero sobre todo por la moda que es tan deliciosa que dan ganas de comérsela a cucharadas. Mas importante es totalmente fidedigna. Pareciera que los diseñadores trabajaron pegados a modelos de las Marie Claire publicadas durante la Ocupación.



 

 

 

lunes, 8 de marzo de 2021

Humanizando Villanos de la Historia Moderna (II) : De Hitler a Serrano Suñer

 


Después de cuatro años de búsqueda finalmente pude ver “Lo que ocultan sus ojos” en YouTube. Mi interés en la serie de Telecinco radicaba en dos factores. Se trataba de la primera serie española en saltarse las normas que la memoria histórica prescribe para el drama de época. Por otro lado, me ganaba la curiosidad de ver como habían intentado humanizar y dulcificar a Ramon Serrano Suñer.

Como con “Rubirosa”, las interrogantes se acumulaban. ¿Es posible convertir a los monstruos de la historia reciente en héroes?   ¿Para hacerlo, debe faltarse a la verdad?  ¿Cuál es el límite para tratar a un dictador o representante de un gobierno dictatorial?  Eso me llevó a un examen de lo que se ha hecho con nombres que evocan terror, y con sus esbirros.

¿Se Puede Humanizar a Hitler?

El inicio obligatorio es con Adolf Hitler. ¿Se puede humanizar a la encarnación histórica del mal? No hablo de caricaturas como la de Taika Waititi en su “JoJo Rabbit”, sino de mostrarlo en un contexto urbano serio como un ser capaz de sociabilizar y desarrollar afectos.



A comienzos de este siglo, se temió que tal cosa ocurriese con “Hitler: The Rise of Evil”, donde nos lo muestran ser cortés con personajes como Helen Hanfstaengl (Julianna Margulies) incluso compasivo tras la muerte de su hija. También nos lo mostraron enamorado de su sobrina (Jena Malone) y el inicio de su romance con Eva Braun (Zoe Talford), pero a mi Robert Carlyle me pareció más desquiciado y peligroso que el mismo Fuhrer. Hasta que no lo vi en “The Full Monty” no pude escurrirme de esa impresión.



  A pesar de que la crema y nata del cine inglés (Sir Alec Guinness, Sir Anthony Hopkins, Sir Derek Jacobi, Sir Ian McClellan) había dado vida al Fuhrer, sería el gran Bruno Ganz el único capaz de mostrar al Fuhrer en famille. Sin embargo, en su momento causó mucha incomodidad y mucha critica (me temo que de parte del grupo judío) la “humanización” de Adolfito en esa gema del cine alemán “Der Untertang (el Hundimiento)”.

A mí me da risa que se quejen de que “humanizar” a Hitler disminuye sus crímenes. ¿Cuál humanización? Lo muestran siendo amable con su secretaria (Alexandra Maria Lara), y triste al poner a dormir a su perrita Blondie. Pero, aunque se conmueva con la canción de los niños Goebbels, no levanta un dedo para impedir el infanticidio masivo que cometerán los padres de esas criaturas.

En la serie, Hitler se muestra implacable y cruel. Aun a pocos días de su suicidio ordena la ejecución de su concuñado Hermann Fegelein (Thomas Kretschmann) y dice despectivamente que el pueblo alemán se merece la tragedia que está viviendo puesto que llevan años de vida cómoda bajo su régimen.



Leia en algunas de las quejas sobre “Lo que escondían sus ojos” que era inaudito que en España se hiciese esta apología de uno de los hombres clave del franquismo y que sería imposible hacerla sobre altos jerarcas nazis. Detengámonos aquí.  En 1980, Rutger Hauer reafirmó su status de estrella (comenzado en Hollywood con su interpretación del androide Roy en “Blade Runner”) con su rol protagónico en “Inside the Third Reich”.



 Por 250 horas (dos noches) el holandés se metió en la piel de Albert Speer, el arquitecto fetiche de Adolf Hitler. Tal como en el libro, Speer es descrito como un artista que cae bajo el embrujo del diabólico Fuhrer. Parte de esta humanización de quien gozase de los privilegios de la elite mas alta del nazismo, era retratar al arquitecto como hombre de familia, esposo fiel y padre cariñoso de seis hijos. Aunque hoy “el Mito Speer” ya está desbancado y se sabe que, a partir de 1933, Speer se alejó de su familia, el filme consiguió hacernos creer que Albert Speer era un “nazi bueno”.






Menos dulcificadas son las imágenes de Ernst Kaltenbrunner y Joseph Goebbels en obras que giran en torno a sus “románticos corazones”. En otro blog hablé de The Girl From Berlin de Ellie Midwood, la historia ficticia de una chica judía que pasa por aria,  se convierte en espía de los Aliados, pero todo lo lanza por la borda al enamorarse de su jefe, Ernst Kaltenbrunner.



En Netflix pueden encontrar “La amante del diablo”, filme checo que narra como Joseph Goebbels, enloquecido de amor por la actriz Lida Baarova, estuvo a punto de perder su rol de jefe de propaganda y hombre de confianza de Hitler, movida que hubiese cambiado la historia. En ambos casos, la tesis es que hasta los nazis se enamoran y que por amor dejan de ser monstruos.



Eso no ha ocurrido con El Camarada Stalin. Desde “La Chica del Kremlin” (1957) un Noir muy B con Zsa Zsa Gabor hasta “La Muerte de Stalin”, la imagen de un tirano fantoche y despótico es la que prevalece. Ni siquiera el intento de darle rasgos humanos de parte de Robert Duval en el filme para televisión “Stalin” (1992) lo consiguió.



Mussolini, El Casanova

Finalmente llegamos a Mussolini, una figura de la historia que ha ameritado burlas y caricaturas comenzando con el Napaloni de “El Gran Dictador”. Los italianos, tras derrocarlo y derribar sus estatuas,  lo olvidaron por décadas hasta que en 1974 una coproducción italoamericana tuvo a Rod Steiger en “Los últimos días de Mussolini”. 

Nunca he visto esa película, pero recuerdo haber leído en Vanidades una entrevista a la hermana de Clara Petacci, la última amante del Duce. Miryam San Severo se quejaba de que Lisa Gastoni interpretase a su hermana.  Myriam temía que Gastoni, conocido símbolo sexual del cine italiano,  creara una Claretta vampiresa y que su historia solo se cifrase en su poder erótico.



Curiosamente, el poder erótico es lo que ha sacado a Benito (¿sabían que se llamaba así por Benito Juárez?) del casillero de caricatura. El culto de personalidad instaurado alrededor de la figura del dictador siempre hizo hincapié en su aura viril de mujeriego. Algo que han resucitado el cine y la televisión de las últimas décadas.

En 1985, HBO, todavía en pañales, produjo la miniserie “Mussolini y Yo” basada en los diarios del Conde Galeazzo Ciano, el famoso yerno de Il Duce. Sir Anthony Hopkins era un sufrido Ciano tratando de mantener un equilibrio entre su temperamental esposainterpretada por Susan Sarandony su suegro (Bo Hoskins).



Lo curioso es que, en noviembre de ese mismo año, la NBC sacaba al aire la miniserie “Mussolini: Untold Story”. Aunque nuevamente Ciano (que en la vida real fue un ‘émulo del suegro, hasta en lo mujeriego) interpretado por el inolvidable Raúl Juliá, era una víctima, la trama se centraba en Il Duce, sus amores y su vida familiar.

Leyendo este artículo del Chicago Tribune de 1985, caigo en cuenta que la serie pasaba muy rápido por lo que concierne al gobierno fascista. Mostraba los Camisas Negras como gamberros y a Mussolini como dictador bananero, pero no explicaban las razones de cómo llegó al gobierno o por qué duró tanto tiempo o por qué recibió el apoyo de la burguesía y de la iglesia.

George C. Scott lideraba un reparto de lujo. Lee Grant era su esposa, Donna Rachele, Virginia Mardsen era Claretta y Mary Elizabeth Mastrantonio, Gabriel Byrne y Robert Downey Junior eran sus hijos. George C. Scott dijo que pretendía retratar a su personaje como un psicópata, pero acabó creando un Don Corleone un poco más brutal que El Padrino.



La serie comienza con Mussolini que, tras La Marcha de Roma, parte a Milán para traer a su familia a la Ciudad Eterna. Su mujer no quiere, no está segura de que el marido dure en este empleo. Benito, en vez de armarle gresca o arrastrarla del cabello, simplemente ordena que venga el camión de mudanza y se lleve todos los muebles a Roma.

                            Benito y Rachele

Donna Rachele no tiene más remedio que seguirlo. Sin embargo, la serie es fiel a la verdad mostrándola como devota del marido. Sus celos de Claretta, y el hecho de que en Roma tuvo otra hija, demuestran que no faltaba amor en esa relación. La serie también muestra a Claretta como una rubia tonta (no lo era) que se redime al final negándose a abandonar al amante y siendo ejecutada junto a él. Toda la historia está enfocada en Mussolini el amante, el padre y el esposo, nunca en el estadista.

                         Mussolini en la boda de su hija

Un detalle un poco discordante y que me llevó a no acabar de ver la serie fue una escena en que siendo entrevistado por la famosa Dorothy Thompson, Benito se abalanza sobre ella y la ultraja. Aunque siempre hubo rumores (nunca probados) de que había violado mujeres y sabido es que la mayoría de los grandes casanovas suelen seducir a la fuerza, supe entonces y hoy que esa escena era falsa. Dorothy Thompson no era el tipo de mujer que pudiese ser violada fácilmente, y menos que no hubiese hecho público el hecho.

                           Dorothy Thompson despues de ser atacada por Il Duce

Tiempo después vi, en el soft porn italiano “Il Piacere”, a un camiccia nera en un burdel veneciano que les cuenta a sus compañeros que iL Duce embarazó a una mujer … ¡sodomizándola! Menos vulgar es lo que cuenta el personaje de Sophia Loren en “Una Giornata Molto Particolare”. Como le relata a Marcelo Mastroianni, un día paseando divisó al Duce en su cabalgata matinal. La impresión de verlo le produjo un semi orgasmo y cayó desmayada. ‘” Ese día descubrí que estaba embarazada” dice creando con sus palabras la idea de que Mussolini la ha preñado mágicamente.

La imagen de Mussolini, el amante que muere en brazos de una mujer que lo ama, es la que ha capturado la imaginación de sus admiradores por décadas, borrando las caricaturas chaplinescas y de Disney. Cuando los medios italianos se atrevieron a recordarlo, a comienzos de los 90, se enfocaron nuevamente en su carrera de Casanova.

Para” Il Giovane Mussolini” o “Benito” se trajeron a Antonio Banderas, el galán más cotizado de España que ya se estaba abriendo camino en Hollywood. Pueden ver esta serie en Tubi, pero cuidado que es la versión doblada y no le crean el título “Mussolini, Rise and Fall” porque acaba en 1915. Se concentra nada más que en la etapa más presentable de quien todavía no era il Duce.



La serie describe como Benito Mussolini, hijo de un herrero se hizo autodidacta, aprendió tres idiomas, fue maestro y profesor de francés (antes de ser Il Duce se le llamaba Proffesore Mussolini). De obrero inmigrante en Suiza pasó a periodista llegando a ser director de periódicos como Avanti e Ïl Popolo d Italia. Mas importante en la trama que su carrera política, que lo llevó de declarado socialista y pacifista a apoyar la entrada de Italia en la Primera Guerra Mundial y a formar el Partido Fascista, son las aventuras románticas de Mussolini.

La serie nos lo muestra conociendo a Ráchele Giudi (quien nunca fue su alumna) que se convertiría en su esposa. La serie nos la muestra hasta el final apoyando a regañadientes al padre de su hija Edda (los otros hijos todavía no habían nacido). Los tres episodios que la RAI presentó en 1993 en tres tandas (durante las cuales yo logré superar mi récord de tiempo en bicicleta estática) hacen hincapié en el libido mussoliniano y sus constantes affaires algunos con personajes ficticios, otros con mujeres reales como las judías Angelica Balabanoff (la “Quiela”de Diego Rivera) y Margherita Sarfatti.



Franco y su Corte

Si me detengo en este aspecto es para demostrar que el donjuanismo puede ser una manera de humanizar, incluso ‘blanquear” la imagen, de un tirano. Algo que no ha podido hacerse con Francisco Franco, que por más que se le busque, fue un marido y padre ejemplar. Como el Generalísimo solo aparece en la ficción española, su retrato se ciñe a las órdenes de la memoria histórica que exigen que no debe tener ninguna característica positiva.



Por eso siempre se enfocan en aspectos físicos que lo disminuyen (su tamaño, su voz atiplada) o su religiosidad que es puesta en contrapunto con su carácter pragmático, cínico e implacable (siempre se le retrata firmando sentencias de muerte).Al menos en “Lo que escondían sus ojos” es interpretado por Javier Gutiérrez quien resalta algunas de las cualidades del Caudillo como su carácter práctico, su habilidad para negociar y lo que siempre decían los exiliados que mi padre conoció en su trabajo y yo como alumna, que era “cazurro como un zorro”.



Agrego que la novela de Nieves Guerrero en su afán de mostrar a Serrano Suñer como víctima pone al Generalísimo como implacable, incluso como hambreador del pueblo (sus despensas están llenas mientras Madrid gime por pan). La novela llega a inventar calumnias históricas como decir que mandó matar al General Campins.  La realidad es Queipo de Llano arrestó a Campins precisamente por ser este amigo de quien el General llamaba despectivamente “Paquita, La Culona”. Franco rogó en vano por el indulto de Campins.

Otra estupidez que me sorprende en una periodista seria como Nieves Herrero, es que ponga en boca de Serrano Suñer que grandes literatos españoles como el Dr. Marañón y Menéndez Pidal no podían (en 1941) regresar a España por culpa de Franco. Marañón se exilió debido a que los milicianos casi lo fusilan y retornó sin problemas a su patria en 1942, y Menéndez Pidal desde el 39 que estaba de regreso en España. Al menos la serie, no repite estas calumnias.



                                

Lo que yo siempre esperé es que el rostro humano del régimen franquista en la ficción comenzaría por algunos de los miembros de la corte del Caudillo. Tal vez alguien cuya honorabilidad no se pusiera en duda como la del General Agustín Muñoz Grandes. O ya que estamos en líos de faldas, algo sobre los muchos amores de Millán Astray, pero nunca se me ocurrió que el Cuñadísimo fuese el elegido.

Para hacer honor a la verdad, la idea de humanizar a Ramon Serrano Suñer no nace de un vacío, existe el precedente del Tiempo entre Costuras. La cultura popular española, quizás cansada de tanta memoria histérica que solo retrataba un lado de la Guerra Civil, demonizando al bando contrario, estaba más que preparada, en el 2010, para la salida al mercado del superventas de María Dueñas.

Una de las grandes virtudes de esa novela es que se aleja de la imagen de la España en guerra, concentrándose en los aspectos menos políticos de la vida en Marruecos, pero cuando es necesario, Sira Quiroga sabe de qué bando es. Contrabandea armas para los Republicanos, rescata a su madre de los bombardeos de Madrid y cuando vuelva a enamorarse, lo hará de un corresponsal de guerra británico quien a ratos funge como espía y pone a Sira trabajar en el mismo rubro, primero en Tetuán y luego en Madrid.

                         Sira, en su faceta de espía, conoce a Serrano Suñer

Es en ese contexto que Dueñas puede atreverse a la presentación de personajes positivos que no sean comunistas o prófugos republicanos. El padre de Sira, un acaudalado industrial es anglófilo total. Ignacio, el ex novio de la costurera, al principio se nos aparece como un típico esbirro de los servicios represores franquistas, pero llegado el momento auxilia a Paquita, la viuda de un rojo y no delata a Sira. Pero antes ya habíamos tenido un representante más importante del lado humano del franquismo.

En otra entrada ya mencioné que originalmente la Profesora Dueñas había querido cifrar su historia en el romance Beigbeder-Fox. Tal vez por miedo a críticas, prefirió convertirlos en un trasfondo de las andanzas de epia de Sira. El caso es que no hay fan de esta gran novela que no enloquezca con estos amores cruzados entre el militar franquista y la inglesa que lo vuelve anglófilo y, por ende, “bueno”. importante detalle ya que en “Lo que esconden sus ojos”, ¡los ingleses son malos.

                 Beigbeder se despide de Sira antes de irse al exilio en Ronda

En El tiempo entre costuras, Juan Luis Beigbeder que cayó en desgracia ante Franco por su rivalidad con el germanófilo Cuñadísimo y sufrió exilio en Ronda, es presentado como una víctima del franquismo, de los elementos pronazis de la corte franquista y de su máximo representante, el mencionado Serrano Suñer. Con eso ya es fácil colgarle las alas de un angelito en la espalda del poliglota coronel Beigbeder.

El Señor del Gran Poder

Maria Dueñas salió bien librada de haber hecho este mini panegírico de un miembro importante del bando ganador. La pregunta era quien sería el próximo en ponerle el cascabel al gato y quien sería ese cascabel. Pues nadie se esperó que el elegido fuese “El Señor del Gran Poder” como lo llamaban, en las coplas, a Ramon Serrano Suñer.



Sin embargo, Serrano Suñer y Beigbeder tienen puntos en común. Ambos fueron combatidos por elementos envidiosos del poder que representaban, ambos se enamoraron de mujeres complicadas y esos amores propiciaron su caída. Esos amores fueron novelados y se convirtieron en ficción histórica o lo que en ingles llaman historical romance.

A Nieves Guerrero, abogada, criminóloga, periodista y figura de la televisión española, le gusta escribir sobre adlulteras. Su libro Esos días azules gira en torno a la “Guiomar” de Antonio Machado, la muy casada Piar de Valderrama. Antes, en Lo que escondían sus ojos” relatabaimaginándose algo de lo que nadie fue testigo los amores del Cuñadísimo con la Marquesa de Llanzol, la mujer más elegante de España.

Aunque el libro y la serie no pretendan ni redimir a Serrano Suñer ni hacer una apología de sus actividades políticas, si lo convierte en un Latín Lover irresistible. Algo que honestamente conjuga con el retrato del macho desobligado cuyos amoríos provocan la desdicha de sus propios hijos. Es que la novela (no así la serie) tiene una protagonista y esa es Carmen Diez de Rivera, el fruto de los amores del “Jamón Serrano” y su Marquesa.

Carmen, a quien los españoles recordaran como política, como la Musa de la Transición, o como las lenguas viperinas la calumniaron, la amante del hoy Rey Emérito y de Adolfo Suarez, comienza esta novela con un relato en primera persona del peor día de su vida. Lo que sigue se supone que está basado en los diarios de Carmen entregados, antes de su prematura muerte, a la periodista Ana Romero quien los publicó bajo el título de Mi Verdad.



Sin embargo, ese subterfugio no funciona en la serie que se enfoca en los padres de Carmen. En su afán de blanquear a ese par de tunantes adúlteros, falsea la historia y atropella a más de una figura real. Ohhh, San Cristóbal Balenciaga espero que en el Cielo de Modistos no te vengan con el chisme que te adjudican alguna de las mamarrachadas que Banca Suarez usa en la serie.

Comencemos entonces por la historia real de los dramatis personae. Ramon Serrano Suñer nace en Cartagena de padres catalanes. Vástago de familia acomodada hace una brillante carrera de derecho, especializándose en las universidades de Roma y Boloña. Durante la Segunda República se convierte en abogado de Estado.

En 1932 contrae nupcias con una joven asturiana llamada Ramona “Zita” Polo. Padrinos serán El General Francisco Francocuñado de la noviay el mejor amigo del novio, José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange española. Ambos hombres tendrán tremenda influencia sobre Serrano Suñer y su futuro.


                                        Zita y su Ramón

La Guerra Civil pilla a Serrano Suñer en Madrid. Reconocido falangista, es llevado a la Cárcel Modelo (modelo de crueldad). Ahí la zozobra y el estrés son constantes, provocados por interrogatorios arbitrarios, simulacros de fusilamiento, y las famosas “Sacas”, redadas nocturnas de prisioneros que desaparecen. Esto ocasiona problemas de ulcera al futuro ministro. Es enviado a un hospital donde, con ayuda del Dr. Gregorio Marañón, logra huir (disfrazado de mujer).

Llega a la zona sublevada donde pronto se granjea la confianza del Caudillo, llegando a reemplazar a Nicolás, el hermano de Franco. Es nombrado Ministro de Gobernación en Burgos. Ahí se entera que sus hermanos han sido fusilados en Madrid. También que la embajada francesa les negó el asilo que los hubiese salvado. Este golpe definirá su política futura.



El odio a Francia lo hará más germanófilo; el caos provocado por la Segunda República le crea la idea de que España no puede ser una democracia y dicta sus futura obsesión con la represión de todo elemento Rojo (un término amplísimo que cubre a todo el que haya apoyado a la Republica). ¡Hubo un momento en que la obsesión con las represalias del Cuñadísimo era tal que quería castigar a la totalidad de Madrid, por haber la ciudad apoyado a la Republica!

Serrano Suñer fue el arquitecto jurídico del” Estado Nuevo” franquista. Sería el creador de las leyes y estatutos que gobernarían a España por cuatro décadas. En 1940 lo nombran Ministro de Relaciones Exteriores, y de Propaganda. Es quien estará a cargo de la censura española. Es además el presidente del único partido político aceptado durante el franquismo La Falange Española Tradicionalista y las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (mejor conocidas por las siglas FET y de las JONS).

Si le agregamos que el Cuñadísimo comandaba la policía secreta, a la que intentaba convertir en un modelo parecido a la Gestapo, era el hombre más poderoso de España. A veces parecía mandar más que Franco. Esa escena en que Nenuca le pregunta a su madre “Mamá, ¿quién manda en España? ¿Papá o el Tío Ramón”? sucedió realmente y explica la inquina que Doña Carmen le tenía a su cuñado. Aparte de que Don Ramon sacaba tiempo que no tenía para asaltar camas ajenas. Su esposa, la dulce Zita, se hacia la de la vista gorda porque estaba enamorada y su marido la tenía muy bien atendida, haciéndole hijos a cada rato.


                           Los Serrano Suñer y sus hijos mayores

Ser mujeriego le acarrearía a Serrano Suñer muchos problemas sobre todo en la relación que nos importa y que inició en el Hotel Ritz de Madrid, en 1940 cuando le presentaron a la Marquesa de Llanzol. Hora es de hablar de este ilustre personaje.

Sonsoles de Icaza y Pesca

Maria Sonsoles de Icaza era hija del diplomático y cervantista Francisco de Icaza quien fuese embajador en México. Sonsoles se crio en un mundo de intelectuales, de viajes, pero también de vida holgada. La muerte del padre, cuando Sonsoles tenía 11 años, dejó a su madre y a todos sus hermanos al borde de la pobreza. Esto obligó a la hija mayor, Carmen de Icaza, a buscar empleo en el periodismo lo que la llevaría a convertirse en escritora de novelas sentimentales muy populares como Cristina Guzmán, llevada al cine por Rocío Dúrcal y a la telenovela por Amparito Rivelles.

                                  Sonsoles en 1932, el año de su puesta de largo

Sonsoles tomó la decisión de que debía casarse y con un hombre muy principal y rico. Ese hombre fue Francisco de Paula Díez de Rivera, Marqués de Llanzol. Que estuviese interesado en Ana, la hermana mayor de Sonsoles no fue impedimento, Sonsoles, de 21 años, le quitó el pretendiente a su hermana y desde ese momento la sociedad madrileña la apodó “Sonsoles de Icaza y Pesca”.  En la serie, el personaje de Blanca Suarez tiene el descaro de decirle a su madre que se casó para evitarle a Ana el dolor de un matrimonio sin amor.

Es que al Marqués lo interpreta un buen actor, Emilio Gutiérrez Caba, pero que parece el abuelito de Blanca Suarez que no había cumplido los 30 años cuando filmó la serie. En la vida real, el Marqués tenía 46 años cuando se casó y todavía estaba de buen ver. Lo que explica que los primeros cinco años de matrimonio fuesen felices. Para ese primer encuentro con Serrano Suñer, la Marquesa había tenido dos hijos y esperaba el tercero. A pesar de hallarse en el octavo mes de embarazo, el porte y belleza de Sonsoles de 26 años impactó a Serrano Suñer quien ya había cumplido los cuarenta.

De ese encuentro devino un affaire fogoso, un amour fou total que pronto fue la comidilla de Madrid y que culminó en un cuarto embarazo para Sonsoles. Mas adelante, Serrano Suñer diría (algo que no ponen en la serie) que él se portó como un caballero. Que sostuvo una reunión con el Marqués en El Escorial y ofreció reconocer a su hija. Don Paco se negó. No solo ya había sufrido bastante humillaciones, además temía que el reconocimiento público estigmatizaría tanto a Sonsoles (a quien él quería sinceramente) como a la niña que era inocente.

                            Carmen y sus padres biológicos

De esa manera, Carmencita se criaría como hija de un hombre a quien amaba entrañablemente y que, en eso la serie no miente, la quería de igual manera. Coincidiendo con el nacimiento de Carmen, Serrano Suñer fue apartado de la política siendo el asunto con Sonsoles un factor en su caída, aunque no fue el único ni el más importante. Aun apartado de la política, como abogado y empresario, Serrano Suñer siguió jugando un rol social en España ¡y continuó sus amores con la Marquesa!

Incluso esa relación siguió después de la catástrofe. No creo que sea spoiler contarles lo que es hoy dominio público. Los niños Serrano Suñer se pasaban los veranos en San Sebastián con los hijos de Sonsoles. Carmencita y Rolo se criaron primero como hermanos, luego como amigos y acabaron de novios. Fue cuando preparaban su matrimonio que por fin los padres les dijeron la verdad.



Aun después de eso, aun después del ingreso de Carmen en Las Carmelitas de Ávila, los amores siguieron. Fue Rolo el que le exigió al padre lo que ni Zita había hecho terminar definitivamente con la Marquesa. Carmen, después de seis meses de noviciado, abandonó el convento y estuvo en curas de sueño en París y Suiza, Finalmente se marchó de misionera a la Costa de Marfil regresando del África en 1967.

Adoptó una vida rebelde como muchos jóvenes del tardofranquismo y finalmente se convirtió en parte de la historia española con su actividad política durante y después de la Transición. Murió en 1999, de un cáncer mal diagnosticado. Sonsoles ya había fallecido en 1996. Serrano Suñer las sobreviviría a ambas, muriendo a los 101 años en el 2003. Nunca se le persiguió por su actividad política, nunca se le hizo juicio.  Es un personaje muy polémico porque sus enemigos lo atacan, unos por haber sido germanófilo y pronazi y otros, por lo contrario. Es la razón por la cual los alemanes nunca confiaron en él y gozaron con su caída.

Los Crímenes de Serrano Suñer

Ramón Serrano Suñer es un personaje contradictorio porque no cabe en ningún perfil establecido. Hasta el canallita de Paul Preston cayó bajo su embrujo y le hizo un obituario más que elogioso en The Guardian. Sin embargo, es verdad que hoy hay una España que brinca al oír el nombre del Cuñadísimo y no precisamente de alegría.



Yo me estoy desayunando con tanto dato que he encontrado que me ha cambiado la imagen que tenia de Don Ramon. Así que voy a tratar de apegarme a lo más nefasto y que todavía le enrostran. A propósito, en YouTube, hay un canal Serrano Suñer que recoge sus últimas entrevistas. Lo recomiendo para ver su versión de su vida politica.

Por más excusas que le busquen Ramon Serrano Suñer fue un organizador — sino el creadordel estado policial franquista. Con su poder sobre la prensa, sobre la Falange, sobre la policía ya tenemos a quien culpar de esa política de represalias constantes, que ya de viejo la haya criticado es otra cosa. Lo cierto es que creía tan a pie juntillas que el futuro de España se cifraba en la eliminación de sus enemigos que convirtió la represión (léase cárcel, tortura y paredón) para los enemigos del régimen, en un arte.

El mejor ejemplo es que los agentes que Himmler envió a España a entrenar a la policía secreta se horrorizaron ante las ejecuciones y encarcelamiento. No porque sintieran lastima por las víctimas del franquismo sino por la pérdida de mano de obra. Desde un punto de vista psicológico, Serrano Suñer había quedado traumatizado por lo experimentado durante su cautiverio durante la Guerra Civil. Su política represiva era parte de una vendetta personal.


                                        Serrano Suñer y Himmler

Yo entiendo que haya exigido la extradición de líderes republicanos en Francia, como Luis Companys, para ser juzgados y ejecutados en España, y que le haya dado una pataleta porque se le escapó Juan Negrín, pero hay un punto muy negro en contra de Serrano Suñer. Tras el cierre de la Guerra Civil, quedaron en suelo francés, miles de españoles que habían cruzado la frontera a último minuto. Encerrados en campos de detención, la mayoría eran de izquierda, pero muchos eran simplemente adherentes a la Republica.



Tras el armisticio, los franceses le preguntaron a Serrano Suñer qué hacer con ellos. ¿Se los devolvía a España?  La respuesta del cuñadísimo fue fría y contundente: “No hay españoles en Francia”. Con eso selló el destino de estos desdichados que fueron en su mayoría (10.000) entregados a los alemanes y enviados a Austria, a Mauthausen, uno de los peores campos de concentración nazis donde más de cinco mil encontrarían la muerte.

¿Pero qué hace la serie? En vez de darnos el trasfondo que explique las peores facetas de la personalidad del protagonista, nos lo ponen suplicándole a Franco que perdone la vida a algunos presos políticos. Le toca al Caudillo recordarle a Serrano Suñer lo que pasó con sus hermanos, como si hubiese habido un día en que no los recordase. Es entendible que esta ridiculez haya tocado cuerdas sensibles de muchos que profesan un odio visceral al franquismo, y que tienen cuentas personales que cobrar.



Eso explica que tras la transmisión del primer capítulo, en change.org se hayan conseguido 48.000 firmas para que la serie fuese sacada del aire. A pesar de protestas por todos lados, sobre todo en la prensa especializada, “Lo que escondían sus ojos llegó a tener un índice descomunal de sintonía.  Nada menos que 30.200.000 espectadores. Incluso, en el verano pandémico la reposición también fue muy admirada. Hora es de ver lo bueno y lo malo de esta controversial serie que pueden seguir completa, gratis y en español en YouTube.

https://www.youtube.com/watch?v=04TLu8f9JKk&t=3482s&ab_channel=VERSI%C3%93NESPA%C3%91OLA

Espero en nuestra próxima entrada discutir los méritos y fallas de “Lo que escondían sus ojos”. ¡Hasta la próxima!.