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jueves, 25 de abril de 2024

Mademoiselle Dior: Catherine, otra víctima de The New Look

 



Decir Catherine Dior evoca imágenes heroicas para los historiadores de la Resistencia Francesa.  Es un nombre que también apela al olfato de los conocedores de perfumes. Sin embargo,   para la mayoría de los franceses es un nombre casi desconocido. Lamentablemente, The New Look nos ha dado una imagen tan difusa y acartonada que los logros de esta valiente mujer siguen sin ser celebrados.

El gran problema de Catherine Dior es que nunca llegó a ser una personalidad publica, a pesar de ser una heroína condecorada y hermana de uno de los más famosos diseñadores de la historia. Yo apenas vine a saber de ella porque Anne Sebbas la menciona en su recuento de la francesas durante la Segunda Guerra Mundial, Les Parisiennes.

Una Infancia Privilegiada

Justine Picardie intentó remediar este error escribiendo la primera y más completa biografía de Mademoiselle Dior.  Solo que La Picardie puede ser superficial y confusa,  tal como en su biografía de Coco Chanel, por lo que la verdadera Miss Dior sigue siendo un personaje digno de investigar.



Sobre sus primeros años hay bastante información. Ginette Marie Catherine Dior (más tarde se pondría solo Catherine) era la menor de cinco hermanos y nació en una familia de la alta burguesía francesa en 1917. Mucho menor que sus hermanos, la nena seria la favorita del padre y mimada por toda su familia. Lo que no es cierto es que fuese la favorita de la madre.

Años más tarde, Catherine recordaría que su madre era una mujer fría y reservada, para nada afectuosa. Tampoco es cierto que Madeleine Dior le encargase a Christian especialmente el cuidado de su hermanita puesto que , cuando murió, su hija era adolescente.

La infancia de Catherine ( o “Caro” como la llamaban) fue típica de una familia burguesa. Se crio en la gran propiedad normanda de Granville. Asistió un tiempo a una escuela en Normandía, pero la mayor parte de su educación fue en casa y estuvo a cargo de institutrices. Algo que Caro y Christian aprendieron de su madre fue el amor a las flores.

                        Los Hermanitos Dior, Christian y Catherine son los últimos

El padre de Los Dior tenía un próspero negocio de venta de fertilizantes, pero perdió ahorros y empresa debido al Pánico del ’29. Su esposa murió en 1931, tras lo cual Maurice Dior se trasladó, junto a su hija menor, a una granja en el sur de Francia,  en Grasse.  Apenas tuvo edad, Catherine se mudó a Paris, a vivir con su hermano Christian quien le encontró trabajo en una sombrerería. Caro y Christian eran muy unidos, y a ella le encantaba la compañía de los amigos bohemios del futuro diseñador.

La guerra, el Armisticio y la Ocupación alemana tuvieron un gran impacto en la vida de Catherine. Aunque regresó a la granja, ardía en deseos de resistir de alguna manera. Ya para 1941,  andaba en busca de una radio de transistores que le permitiese seguir los despachos del General De Gaulle, líder de la Francia libre. Estas transmisiones de la BBC estaban prohibidas por el gobierno de Vichy y Catherine vivía en ese territorio dominado por el General Petain, una marioneta de los alemanes.

Amor y Resistencia

Fue en una tienda de artículos eléctricos de Cannes donde Catherine encontró la radio y al amor de su vida. Georges Papillaut,  Barón des Charbonnerie no es un nombre que se asocie con dueños de negocios, pero el titulo no había aportado una fortuna a este hombre que sería el destino de Caro.

                                       El verdadero Barón des Charbonnerie

Para cuando se conocieron, el Barón (al que Catherine llamaría Hervé) llevaba varios años de casado y tenía tres hijos. Sin embargo,  Hervé y Lucie tenían un matrimonio abierto. A ella le gustaban más las mujeres que su marido, pero de común acuerdo mantenían una fachada por los hijos, porque eran católicos,  y porque en su círculo no se estilaba el divorcio.

Otra cosa que tenían Lucie y Hervé en común era su deseo de liberar a Francia y para 1941 ambos eran parte de los jóvenes grupos de resistentes en la zona no-ocupada. Hervé contactaría a su amante a esos grupos. Voy a detenerme aquí para aclarar muchos enredos que la sensibilidad contemporánea ha tejido alrededor de esta relación.

La serie ha intentado ocultar el “lado oscuro” de los amores de Hervé y Mademoiselle Dior. En cambio, los críticos han descrito el romance como un grooming de parte de Hervé, un zorro viejo (tenía 37 años, la edad de Christian Dior) que no solo seduce a una jovencita,  además la incorpora a sus actividades criminales.

                      En la serie ni Hervé ni Catherine son bien representados

Y es que la serie no dice nada bueno de La Resistencia a la que muestra como una banda de asesinos comunistas que después de la guerra cargan en contra de mujeres inocentes como Arletty y Chanel. En la escena en la que Arletty es rapada (algo que nunca sucedió) vemos a sus verdugos levantar el puño en alto en típico saludo comunista.

Vamos por partes. Caro tenía 23 años cuando conoció a Hervé. No era una niña a la que se pudiese manipular fácilmente y su labor como resistente nunca incluyó practicas cuestionables como ser accesorio de asesinatos o andar seduciendo alemanes. A pesar de lo que muestren otras series sobre los movimientos de resistencia europeos como la deplorable World on Fire, la rusa Espías y hasta Wartime Girls, las resistentes no eran entrenadas para ser Mata Haris. Caro nunca fue ni Femme Nikita ni Red Sparrow.



El grupo al que la integró Hervé, llamado F2, había sido constituido en 1940 por polacos que habían logrado huir de su patria masacrada y deseaban continuar su lucha desde suelo francés. Aunque más agentes franceses se les habían unido, el grupo era suplementado por los británicos y respondía tanto a estos como al Gobierno Polaco en el Exilio. La especialidad del grupo,  que hasta 1942 operó en la zona no ocupada, era recolectar información,  no practicaban actos de sabotaje como nos muestra la serie.

En los casi tres años que Caro participó en F2, fue radioperadora y correo, actividades sumamente peligrosas. F2 estaba encargado de cubrir las actividades en toda la costa de Provenza,  sobre todo las de la Marina de Vichy y la Kriegsmarine. A partir de diciembre de 1942, toda Francia fue ocupada y la Zona Sur quedó a merced de la astuta investigación de la Gestapo. F2 se vio infiltrado y diezmado.

Fue entonces que Hervé aconsejó a su pareja trasladar sus actividades al piso parisino de Christian Dior. Hervé envió a Lucie y a los niños a un pueblo cerca de la frontera Suiza,  para luego él buscar diferentes escondites con los que evadir a los alemanes. No es como dice la serie que Catherine siempre hubiese resistido desde la Ciudad Luz. 



En La Rue de La Pompe

Tampoco Hervé hubiese insultado a su “cuñado” por trabajar con Lelong mientras se embolsaba dinero que Dior ganaba haciendo vestidos para el invasor . Todo ese episodio es falso como el cuento de la ex compañera de escuela de Catherine (quien había sido educada en casa por institutrices) que ahora está encamada con un SS.



Seria en Paris donde Catherine caería en la trampa de la Gestapo local , un grupo marginal conocido como “de la Rue de la Pompe” puesto que operaba en esa calle. Algo que vi por primera vez en Das Boot y que luego supe que era cierto es que, para degradar aún más a sus aliados colaboracionistas, la Gestapo insistía en que, aunque un representante alemán de la Gestapo debería conducir el interrogatorio,  la tortura debía estar en manos de franceses.

En este caso, el equipo era liderado por un sajón llamado Friederich Berger que había estado en la Legión Extranjera. Tras abandonar el servicio,  se instaló en París y se dedicó al mercado negro. Arrestado por sus compatriotas, se le dio la oportunidad de dirigir su propia escuadra de tortura. Berger contrató a algunos franceses, todos hampones, más un par de emigrados georgianos. El grupo incluía un trio de mujeres, una de las cuales tenía como misión infiltrar células de resistencia. Las otras eran las infames Hermanas Delfau, ambas amantes de Berger.

Un resistente llamaría a la casa de la Rue Pompe, “un rincón del infierno”. Era un domicilio normal que una vez perteneció a una familia judía, ahora deportada. La casa era amplia, muy bien amueblada, incluso con un piano de cola , y con varias recamaras donde dormían Berger y las Delfau.

Denisse Delfau servía de secretaria y tomba apuntes durante las sesiones de tortura. Se sabe que vivía ahí, porque muchas veces los torturados la veían llegar en bata de levantarse. Aparte de tomar notas, sujetaba las piernas de las torturadas. Una estúpida mentira de la serie es mostrarla arrepentida y ayudando a Catherine.

                  Dufau aparece en The New Look, pero también es falso lo que muestran de ella

Era una casa en la que se vivía en francachela, algo que descubrirían los desdichados que,  mientras eran torturados,  oían carcajadas y música. Mucha veces el acompañamiento musical lo ponía Berger al piano, en el salón contiguo. Otras veces, los mismos torturadores llegaban ebrios, copa de champan en mano,  a la sala de tortura. En medio de esas orgias era cuando se llevaban a cabo los interrogatorios con apremios físicos.

Ahí eran torturadas todo tipo de personas incluyendo embarazadas y mujeres con hijos pequeños cuyos niños también eran obligados a ser testigos del trato brutal al que se sometía a los padres y del que no escapaban ellos. Se sabe que las torturas incluían asaltos sexuales a personas de ambos sexos.

Caro en un Rincón del Infierno

Lo que sabemos de la tortura de Caro se basa en sus declaraciones hechas durante el juicio de los integrantes de la Gestapo de La Rue de la Pompe. Durante el interrogatorio la patearon, y le propinaron bofetadas y puñetazos para luego arrastrarla al baño donde la sometieron al bagnoir, hundiendo su cabeza en la tina llena de agua hasta casi sofocarla.



La Resistencia solicitaba que sus miembros intentasen mantener silencio por 24 horas, antes de delatar a compañeros. Esto les daba a ellos la posibilidad de ocultarse. De Catherine no se supo nada por cuatro días. Tanto,  que se la creyó muerta. Mucha gente fallecía gracias a los “tratamientos “de Berger y sus secuaces. A Jean Desbordes, resistente y amante de Jean Cocteau, le arrancaron los ojos antes de matarlo a golpes. Se encontró su cadáver en un basurero y solo se le reconoció por su dentadura.

Catherine mantuvo la calma en medio del horror. Tenía un Plan B, les inventó a sus torturadores que conocía un escondite de la Resistencia y los llevó allá. Al no encontrar nada, se la regresó a la Rue de la Pompe donde fue sometida a nuevas golpizas y ahogamientos. Luego se la encerró en la prisión de Frenes para “recuperarse”. Dos días más tarde se la llevó nuevamente a la Rue de la Pompe donde se la obligó a hincarse por horas en un trozo de madera afilado,  siempre esposada,  y luego se la sumergió en una bañera llena de hielo. Las torturas se hicieron más pavorosas y se cree que quedó estéril debido a ellas.

Después de esta última sesión, la Gestapo se dio por vencida y decidió enviar a la prisionera a un campo de concentración. Aunque la serie no miente en lo que respecta a todos los esfuerzos de Dior por liberar a su hermana, el martirio de Catherine es retratado de una manera anticuada casi infantil,  en su esfuerzo por no escandalizar con escenas graficas. Catherine siempre está vestida, apenas parece golpeada y hasta encuentra ayuda en la generosa secretaria.

                       Denisse nunca se compadeció de Catherine

Aunque Denisse Delfau tomó notas de las torturas de Madeimoselle Dior, nunca habló con la torturada ni la asistió ni demostró compunción por su feo trabajo. Es como la inserción de la amiga del SS (que ya les conté en otra nota que nunca existió) que está dispuesta a ayudar a Dior a rescatar a Caro. Es como si, a través de una imagen de mujeres forzadas a colaborar por amor, se excusase el comportamiento porcino de Coco Chanel.

El episodio de la amiguita del SS sirve para ensuciar aún más a Hervé y a La Resistencia. Charbonnerie nunca estuvo en Paris en esa época. Estaba ocultándose en el Sur,  por lo tanto, Dior no lo acusó (acusación totalmente injusta) de haber destruido a su familia. Tampoco Dior le robó telas a Lelong ni fue a suplicar ayuda de Chanel. No se puede acusar a los guionistas de falta de imaginación, pero mejor se dedican a escribir mangas que meterse en este vano esfuerzo de tratar de reconstruir hechos históricos.

                     Hervé no estaba en Paris y jamás se involucró en acciones de sabotaje

La Falsa Descripción de Ravensbruck

Lo que es imperdonable es la visión fugaz de Ravensbruck. Pareciera que no leyeron ningún libro ni ningún testimonio de este espantoso campo creado solo para mujeres. La mayoría de las presas eran disidentes políticas alemanas (entre las que se contaban algunas acusadas de lesbianismo) y resistentes de países ocupados como Catherine.

Ravensbruck era como un micro Auschwitz. Todos los horrores del lager polaco se perpetraron ahí,  desde infanticidio hasta espeluznantes experimentos médicos. Para cuando Madeimoselle Dior llegó,  en agosto de 1944, se había instalado una cámara de gas en el campo.

En la serie no vemos nada de esto. En cambio, nos muestran a Catherine llegando a un lugar con rejas de alambre de púas y siendo rapada con sus compañeras en el patio. Totalmente falso, no se trasquilaba a la prisionera en un lugar al aire libre puesto que el cabello era guardado para fabricar una especie de fieltro. El proceso de peluquería debía tener lugar en un cuarto interior, limpio,  donde se pudiese recuperar el cabello.





Para cuando Catherine hubiese sido rapada ya hubiese tenido que despojarse de su ropa. Entiendo que Apple TV+ quiera abstenerse de desnudos—y aplaudo su decisión— pero bien pudieron mostrar a Maisie Williams de los hombros para arriba para indicarnos su estado de desnudez. Sobre todo, porque ya la ex Arya Stark había hecho un topless en el primer capítulo.

En fin, otro embuste es el cuento de Tania-que-nunca-existió. Catherine estuvo poco tiempo en Ravensbruk, siendo trasladada rápidamente a una fábrica de municiones satélite de Buchenwald. Lo único cierto de esa tediosa historia es que en Ravensbruck se solía lanzar a las prisioneras al crematorio sin gasearlas primero. Ese fue el horroroso final de la Baronesa de Rothschild.

Adentrándose los Aliados en suelo alemán, en la primavera de 1945, Hitler da la orden de que ningún prisionero debe caer en manos de sus enemigos. En los lagers como en los stalags (lo vimos en Masters of the Air) se comienza a arrear prisioneros por los caminos bajo nieve y lluvia hacia el centro de Alemania. Buchenwald y sus campos satélites no son excepción, Catherine Dior y sus compañeras son alejadas del avance de las tropas del General Patton y del Ejército Rojo.



Los Enredos de Picardie

Es aquí donde los biógrafos se enredan. Justine Picardie dedica paginas a hablar de otras prisioneras, olvidándose de quien es la protagonista de su libro. Solo nos dice que Caro es liberada cerca de Dresde por el ejército estadounidense y que “posiblemente” fue violada por los rusos durante su huida ( WTF?) De dónde saca lo que no es más que una conjetura que no es acreditada por ningún documento o testimonio.

En su afán de hacer más sensacionalista un libro muy mal documentado, Picardie ni siquiera nos cuenta que hicieron los americanos con su liberada. ¿En qué hospital convaleció?  ¿Presentó una evidencia inmediata de su cautiverio?  Todo eso debe ser parte de los archivos de la Resistencia sobre cada prisionero liberado y que incluyen una carpeta médica. Esto último si lo cubre Picardie.

Quienes atendieron a la hermana de Christian Dior exponen su estado físico muy malogrado con espalda, caderas y pies siendo las partes más lesionadas del cuerpo. Al momento de ser liberada, Catherine sufría de desnutrición, reumatismo, artritis y muchos problemas psicológicos como insomnio, pesadillas, depresión y leves perdidas de memoria. Muy lejos de la amnesia total que retrata The New Look. En todo el documento no hay ninguna alusión a ataques sexuales.

                              

Por otro lado, la serie busca dramatizar el regreso de Catherine a Paris. El desencuentro de los hermanos en la estación de tren , la amnésica Caro retornando al piso (¿cómo se acordó de donde vivía si había perdido la memoria?), la obsesión con Tania, un personaje ficticio, la desaparición total de Hervé de la vida de la resistente. Todo para acabar en fanfarria, el retorno triunfal de Catherine convertida en un perfume para apoyar a su hermano y el New Look. Cuanto enredo y cuanta mentira.

Aún más triste, cuánto ocultamiento de los logros de Catherine: sus medallas (la serie solo menciona una); como se reinventó en una profesión que era únicamente para hombres; su lucha por mantener el legado de su hermano; como se realizó como madre, etc..  Se dice que Apple tv+ prepara una segunda temporada, tal vez ahí.. ¿Y si no la hay?  Es por eso que en Latinas de Ayer esperó tener en mayo, mes de flores, algo sobre los Hermanos Dior y el famoso perfume. Será mi contribución para taponear los baches en la mal contada historia de Mademoiselle Dior en The New Look.

Bibliografía Consultada

Picardie, Justine. Miss Dior

Sebbas, Anne: Les Parisiennes: How the women of Paris lived, loved and died under the Nazis. 2016







viernes, 19 de abril de 2024

Coco Se Va a la Guerra: La Chanel que no nos mostró The New Look

 


Al comienzo de The New Look nos encontramos en 1943, la mejor modista de Francia está luchando por recuperar sus perfumes robados por socios judíos que no responden a su llamada trasatlántica; su sobrino está a punto de morir en un campo de prisioneros. Entra en escena el carismático Spatz , un oficial alemán que viene a rescatarla. ¿Verdadero o Falso?

                                             Spatz al rescate

¡Falso! En 1943 no se hacían llamadas trasatlánticas a Estados Unidos desde un país ocupado por los nazis como lo era Francia. El sobrino André hacia dos años que descansaba en su Chateau en Los Pirineos,  y su tía y Spatz llevaban encamados desde 1940. Vamos a ver lo que realmente pasó con Coco Chanel durante la Segunda Guerra Mundial.

Chanel Vengativa

Estallado el conflicto, Coco Chanel comienza a dar muestras de lo que será su personalidad durante la Ocupación: conflictiva, oportunista y vengativa. Anuncia que “no son tiempos para moda” y cierra sus tiendas. Con eso deja a 4,000 empleados sin trabajo , en un momento en que los buenos empleos escasean.

Es su venganza por las huelgas y demandas del ‘38. Compárenlo con los 1,200 empleados a los que Lelong dio trabajo durante la guerra,  muchos de ellos en situaciones vulnerables (judíos clandestinos, resistentes, homosexuales, y escapados del Servicio de Trabajo Obligatorio)

Chanel dejará abierta solo una perfumería en la Rue Cambon, bien provista de perfumes. En 1941 lanzará al mercado dos versiones de Madeimoselle Chanel por lo que cuando habla con su perfumista en la serie (creo que se trata de Henri Robert) anunciando que esa fragancia debutará el ’46 es solo otro de los embustes de la serie de Appletv.



En junio de 1940, acercándose los alemanes a Paris, Chanel empaca, se sube a su limosina y parte rumbo al castillo de Los Palasse. Allá la esperan sus sobrinas. André está sirviendo a su patria en el campo de batalla. Caerá prisionero un poco antes del Armisticio (tal como ocurrirá con Raymond , hermano de Christian Dior).

Chanel retorna a París en agosto, dos meses después del comienzo de la ocupación. Su perfumería ahora tiene nuevos clientes. Los soldados de la Wehrmacht y los aviadores de la Luftwaffe compran Chanel N° 5 para obsequiarlo a novias y esposas. ¿Es eso muy diferente a confeccionarles vestidos a la mujer del invasor?

Chanel clausura su departamento y se traslada al Hotel Ritz. Es ahí donde biógrafos e historiadores le siguen una pista que poco tiene que ver con la moda. Los alemanes han requisado el Ritz para uso personal de las fuerzas armadas. Ahora solo viven ahí oficiales que son parte de la Ocupación, colaboracionistas, e importantes invitados.



De Colaboradora “Horizontal” a Agente Westminster

Chanel no cabe en ninguna de esas categorías. Sin embargo, tiene una suite, criados, una limosina con chofer y acceso ilimitado a gasolina,  algo que no tienen los franceses aun los de la burguesía .  New Look no nos describe los horrores enfrentados por el ciudadano común en Paris,  uno de los cuales era la carencia de básicos como alimentos, ropa y combustible para mover vehículos y para calentar la casa. Chanel no sufre de ninguna carencia. ¿Será porque se ha convertido, como muchas francesas, en la querida de un oficial?  Hora es de hablar de Spatz.

El Barón Hans-Gunther von Dinklage (código “Spatz” que significa “gorrión” en alemán) pertenece a una linajuda familia de Hanover. Como muchos nobles,  es parte del mundo diplomático. Esto cambia en 1933. Spatz está casado con Maximiliane von Schoenbeck. A pesar del elegante nombre, “Catsy” es judía. Eso no va con el nuevo gobierno nazi ni con su servicio diplomático. Spatz se divorcia, pero no se separa.

                            El verdadero Baron von Dinklage

El matrimonio se traslada a Paris donde el Barón comienza una larga carrera en el espionaje. Hay autores como Alan Frame y Hal Vaughn que creen que Catsy era tan espía como el marido. Otros como Anne Sebbas la ve como víctima. Su mayor acto criminal será dedicarse al mercado negro durante La Ocupación.

Eso no quita que Catsy sea varias veces arrestada por ser judía. Spatz consigue liberarla de campos de detención. La ironía es que una vez Paris es liberado, “Los Fifi” (apodo de Las Fuerzas Francesas del Interior) arrestan a Catsy, la acusan de espionaje y va a prisión por un par de años. En cambio, Coco que si fue agente nazi… pero no nos adelantemos a los hechos.

A fines de 1940, Chanel tiene una preocupación, sacar a André del campo de prisioneros. está preocupada ya que le llegan noticias de que ha contraído tuberculosis. Hora de acudir al nuevo dueño de Francia, el Tercer Reich y su representante más cercano es Spatz. 

                                     El verdadero Andre Pallasse

No creo que le haya sido a la modista incomodo encamarse con el alemán. Años más tarde,  cuando Sir Cecil Beaton le preguntó cómo podía haber sido amante de un nazi, ella muy descarada respondió que a su edad (tenía 57 años en 1940) no iba a despreciar los galanteos de un hombre guapo y más joven que ella.

Solo que Spatz no está en Paris para aventuras románticas. Ha trasladado sus servicios a la SD, la central de inteligencia de las SS, dirigida por Walter Schellenberg. Su mayor misión es reclutar agentes en Francia. Así recluta al Barón Louis de Vaufreland, que era más joven que él que muestran en la serie, y gay. También contrata a Chanel que adopta el nombre clave de “Westminster” en honor al viejo Bendor y recibe el número F-7124.

                                                         Spatz

Chanel en Madrid

Bendor era una de las razones por las cuales la SD quería a la diseñadora. El Duque de Westminster formaba parte de una camarilla de nobles ingleses juedeofobos, simpatizantes nazis y que no deseaban guerra con Alemania. Ella debía contactarlos y para eso se arregló un viaje a una ciudad neutral: Madrid. Digamos que ese primer viaje se parecía un poco a la demente misión de Rudolf Hess, solo que Chanel viajaba asesorada y amparada por el poder nazi.

Con la excusa de ir a comprar telas (Frame dice que fue para promover su perfume), Chanel y Vaufreland arribaron a la España de Franco. Usando a la modista de tapadera, el Barón reclutó algunos elementos en altos círculos que le sirvieran de espías.

                                 El verdadero Vaufreland era más joven

Por documentos de la Embajada Británica se sabe que el parcito tuvo una cena en agosto con diplomáticos ingleses.  Brian Wallace , uno de los diplomáticos presentes, escribiría a Londres que Chanel se presentó como la gran intermediaria que podía aprovechar sus contactos con los alemanes (según ella,  anglófilos y ya descontentos con la guerra) para recortar el conflicto.

Esto es lo que se sabe de la misión. No hubo nunca ningún intento por seguir sus alocadas fantasías, pero para Chanel , el viaje fue un éxito. Apenas regresaron,  André fue liberado. Toda esa dramática escena en 1943 que nos muestra la serie, con André en medio del camino a punto de ser asesinado por un alemán,  nunca sucedió.

                              Esto nunca pasó

Un detalle curioso es que Raymond, hermano mayor que Dior, también era prisionero desde la misma época de André. Fue liberado de su Stalag ese mismo año. Tal vez si Chanel se hubiese esperado, su sobrino hubiese ido parte de una amnistía de POWs sin ella tener que trabajar para los alemanes.

Los Astutos Wertheimer

La próxima interacción de la couturier y las fuerzas ocupante no fue tan exitosa. Con la Caída de Francia, Los Wertheimer trasladaron sus negocios perfumeros al otro lado del Atlántico. Gracias a una acción capa y espada que merecería una serie propia, consiguieron extraer por debajo de las narices nazis la fórmula del Chanel N°5 e incluso semillas de flores provenzales necesarias para la receta.

Así, en un laboratorio de Nueva Jersey,  comenzaron a fabricar el perfume exacto (no es una falsa fórmula como chilla Chanel en la serie).  Nada ilegal puesto que eran los socios mayoritarios. Aunque Chanel estaba aprovisionada de sus perfumes y lanzaba otros al mercado, vio una oportunidad de recobrar lo que creía suyo.



Las autoridades alemanas estaban requisando ( lo llamban “arianizando”) negocios y empresas judías. Coco solicitó que se “arianizaran” las empresas de Los Wertheimer y que se las traspasasen a ella. Todos se quedaron con un palmo de narices porque los astutos judíos habían tomado la precaución de traspasar sus negocios en Francia a manos de Felix Amiot, un fabricante de armas.

                                      Chanel conspira con Himmler

Ario, católico y con negocios con Vichy, Amiot no era persona que debía ser molestada. Chanel se quedó haciendo berrinches sin percatarse de que había perdido su reputación al bailar al son de los nazis.

No se sabe mucho de lo que Chanel hizo entre 1941 y 1944. Se la veía en veladas con gente importante, siempre en compañía de Spatz. Se dice que los alemanes le pidieron que redactase una lista de homosexuales de entre sus amistades en círculos bohemios y el mundo de la moda. Chanel alardeó que al único que no puso en la lista fue a Balenciaga porque “es el maestro de todos nosotros”. Así expresaba la malévola vieja su admiración por el mejor modisto de la historia.

Se sabe también que Chanel hacia periódicos viajes , en compañía de Spatz, a La Pausa, su villa en La Riviera. En ausencia de la dueña, La Pausa era manejada por el servicio por lo que sucedían cosas ahí de las que ella no tenía necesidad de saber. Se ha hablado de que el arquitecto Robert Streitz se unió a la Resistencia y,  conocedor de cada recoveco de la casa que había diseñado, instaló en el sótano un transmisor para comunicarse con Londres. No hay indicio de que lo hubiese hecho con permiso de la dueña de la propiedad.

                                  Chanel en su dormitorio en La Pausa

La Pausa fue usada también como “parada” de una línea de rescate de judíos que eran llevados a territorio ocupado por italianos para luego pasarlos a la relativa seguridad de Italia. Décadas más tarde, Chanel le contaría a Jackie Rogers— su asistente en Maison Chanel— que ella sabía que algunas de las mucamas de La Pausa eran en realidad refugiadas judías. No haberlas delatado puede haber sido para protegerse.

Por allá por 1942-43, estando en La Pausa,  Chanel recibió un mensaje de la resistencia local comunicándole que estaba en la lista de traidores que serían enjuiciados al terminar la guerra.  Buen momento para hacerse de la vista gorda ante lo que ocurría en sus tierras.


Operación Modelhaut

La guerra estaba acercándose a su fin y hasta los alemanes eran conscientes de que no iban a ganar. Fue entonces que el jefe de Spatz, Walter Schellenberg, ordenó que la Agente Westminster se apersonase en Berlín. Coco Chanel partió a Alemania donde se entrevistó con Schellenberg (Alan Frame asegura que tuvieron un acostón) y luego con el mero Himmler que,  a espaldas del Fuhrer,  estaba buscando un modo de negociar con Los Aliados.

                        ¿Hubo o no hubo one-night-stand con Schellenberg?

Era conocimiento común que Chanel y Churchill habían sido muy compinches antes de la guerra. La de veces que el Primer Ministro había vacacionado en La Pausa.  ¿Qué tal si Chanel iba a Madrid, contactaba a su gente allá y le enviaba una cartita a Winston para una reunión secreta que podría acortar la guerra?



Chanel tenía sus dudas. Hacia rato que el Primer Ministro inglés y ella no se comunicaban. Entonces recordó a la mujer que la había presentado con Churchill. Vera Bate Lombardi (por alguna razón llamada Elsa en la serie) . Fue una buena ocurrencia porque en Italia, ahora también ocupada por los alemanes, Vera había sido acusada de ser espía inglesa y estaba en la cárcel. Schellenberg ordeno su liberación y traslado a París para lo que él llamó “Operación Modelhut”. Ese dramático secuestro de la serie nunca ocurrió.

                              Tampoco scuestraron a Vera-Elsa

Chanel convenció a Vera de que la acompañase Madrid a entrevistarse con Sir Samuel Hoare, el embajador británico y persuadirlo de arreglar una reunión con Churchill en terreno neutral (Winston ni se acercó a Madrid durante la guerra)  para discutir condiciones que permitiesen acabar con el conflicto presente.

                                     Chanel y Spatz en Madrid

Lo que Chanel no sabía es que para Lombardi el fascismo y sus aliados ya no tenían atractivo. Incluso su marido se estaba acercando más al gobierno de Badoglio. Apenas puso pie en Madrid, Vera corrió a la Embajada, solicitó asilo y delató a Chanel como una agente nazi. Samuel Hoare se negó a recibir a la modista que tuvo que volver a Paris con el rabo entre las piernas.

Las cosas en Paris no andaban bien. Los Aliados desembarcaron en Normandía en junio y comenzaron su avance hacia la capital. Spatz hizo las maletas y huyó a casa de su madre en Alemania. Chanel estaba sola y en peligro. Fue entonces que recordó a Pierre Reverdy, su ex amante.

                                 Pierre Reverdy se las canta claras a su ex 

Superada su etapa monástica, el poeta se había unido a La Resistencia y ahora era un coronel en las Fuerzas Francesas del Interior (FFI o Les Fifis). Aunque nunca dejó de amar a Coco, el Coronel fue muy franco y duro con ella. Solo se salvaría entregando a la Resistencia a algún pez gordo. Spatz estaba lejos, Chanel no titubeó en salvar su pellejo entregando al Barón de Vaufreland.

Así la diseñadora pudo recibir a Los Aliados con los brazos abiertos y (como muestra la serie) regalando a los soldados americanos las ultimas botellas de Chanel N°5 que le quedaban, pero no estaba todavía fuera del agua. Como suele ocurrir tras revoluciones y fines de conflictos, se declaró en Francia una era revanchista y temporada de caza abierta principalmente para mujeres culpables de lo que se conocía como ” colaboración horizontal”.

         Soldados estadounidenses esperando a que les regalen el perfume de Chanel

En mi próxima entrada, veremos como Chanel se liberó de cárcel y degradación publica, pero también como los rumores de colaboración nazi la seguirían hasta la tumba.

Bibliografía Consultada

Chaney, Lisa. Coco Chanel: An Intimate Life: 2012

De Courcy, Anne: Chanel’s Riviera: Glamour, Decadence and Survival in Peace and War 1930-1944.2020

Fiemeyer, Isabelle: Chanel, The Enigma. 2016

Frame, Alan: Toto Koopman &Coco Chanel: Spies, Seduction, and the Fight for Survival.2020

Picardie, Justine: Coco Chanel, New Edition:  The Legend and the Life.2023

Riding, Alan: And the Show Went On: Cultural Life in Nazi-Occupied Paris. 2011

Sebbas, Anne: Les Parisiennes: How the Women of Paris Lived, Loved and Died Under the Nazis. 2016

Vaughn, Hal: Sleeping with the Enemy: Coco Chanel’s Secret War. 2011

 

 

jueves, 11 de abril de 2024

Chanel vs Dior: The New Look en Appletv

 


El primer capítulo fue una desilusión total: Feo, oscuro, confuso. ¿Es este un show sobre lo más bello que se ha creado en moda? Me esperaba malabarismos cronológicos , pero no una apología de Chanel. Eso que la han puesto más cerda que Porky y de paso,  han ensuciado y distorsionado a otros personajes como Lucien Lelong, Hervé de la Charbonnerie,  y a toda la Resistencia Francesa. Tanta desinformación histórica amerita una visión más justa de una historia de la moda parisina bajo La Ocupación. Y es lo que me permitiré hacer.

Aun así, me da un poco de pena que The New Look no sea un éxito. Puntos de vista tan diferentes como el de Lucy Mangan en The Guardian y Mira Fox en Forward se han quejado de lo mismo: una presentación incompleta de La Ocupación Alemana, blanqueamiento de Coco Chanel, falsificación y ausencia de datos necesarios para comprender el comportamiento tanto de la modista como el de su colega Christian Dior durante esa época.



La Estetica No Es el Fuerte de Apple

 No voy a ponerme a berrear en contra del punto de vista estético. Ya veo que no es el fuerte de Apple, a pesar de que algo que le admiré a Lessons of Chemistry fue el vestuario de la protagonista y las iluminaciones de exteriores. Se veía más atractiva y luminosa que la última temporada de Julia. En cambio, en competencia con HBO en drama decimonónico, The Gilded Age vence con knockout a Las Bucaneras con sus ropas horripilante, sus tonos sombríos, su mal uso del paisaje. Hasta The Knick le ganaba en términos visuales.

Aun así, yo esperaba más de The New Look donde hasta los diseños de Dior lucen poco elegantes. pórtenlos maniquís o personajes.  Se siente tan inferior a Capote vs The Swans o a The Gilded Age en su retrato de un mundo de privilegiados sean nazis o mujeres del jet set para quienes Dior crea los vestidos más bellos del mundo. Lo cierto es que la mitad de la serie tiene a Chanel en pantalones y a Catherine Dior en harapos. Mucho hablar de como los modistos visten a las mujeres y amantes de nazis y sus simpatizantes, pero no se ven estas creaciones.

Me temo que Todd Kessler no tiene la capacidad camaleónica de Ryan Murphy (y eso que también rodó por la colina de lo sórdido en Halston) . A Kessler le quedan bien los noirs y cuentos de gánsteres como Los Soprano, pero se ha enredado al tratar de mostrar un momento en que la moda chocó con la ideología. Su panel de guionistas, con mucha menos experiencia que él, serán muy diversos, pero no ayudan.



El problema es que Christian Dior deja muy pronto de ser importante en la trama. Es opacado por su hermana y por su némesis. Lo triste es que ninguna está bien caracterizada. Al crear a Chanel,  Kessler quiere combinar a Carmela Soprano con su Patty de Damages, pero Catherine Dior no tiene equivalente en su mundo de femmes fatales y por eso resulta un personaje vacío. Las dos le quedaron grandes. y merecen notas aparte. Entretanto,  veamos que nos cuenta el primer capítulo.

Comenzamos en 1955, La Sorbona se prepara por primera vez a homenajear a un diseñador de moda. Para eso han invitado a cientos de estudiantes de diseño de todo el país para que interroguen al homenajeado: Christian Dior. Vemos a Dior acompañado de Madame Delahaye, su tarotista. Nos lo presentan como un hombre tímido, supersticioso, aquejado de pánico escénico. Deben comenzar con un desfile de los trajes de noche antes de que su creador se atreva a asomar la nariz y enfrentar a sus inquisidores.

Las preguntas parecen estar cifradas en el retorno de Coco Chanel y como planea Dior desafiar a su rival. Corte a un salón donde Coco (Juliette Binoche) está dando una conferencia de prensa en la que habla de cómo Dior ha destruido la moda francesa y como ella ha venido a recuperarla. Vemos los malabarismos cronológicos. Chanel volvió a Paris y a las pasarelas en 1954, esa entrevista (se reconoce por el traje) tuvo lugar a fines de los 50, pero se entiende la necesidad de aglomerar tres episodios históricos en uno para mayor efecto.



Simplificando a La Resistencia

Dior responde con una ambigüedad. Detrás de toda verdad hay otra verdad. Saltamos a 1943 y nos dicen que hace tres años que Francia sufre bajo el yugo de la ocupación alemana. ¿Por qué son malos los alemanes? A ver, a través del capítulo descubrimos que son malos porque a) violan francesas b) casi matan al sobrino de Chanel (nunca supimos por qué) c) torturan y matan a los que se les oponen d)prostituyen a las francesas o las convierten en espías c) quieren llevarse la industria de la moda afrancesa a Alemania y d) quieren despojar a los judíos de todos sus bienes. Con razón existe una resistencia.

En esa resistencia trabaja la hermana de Dior, Catherine (Maisie “Arya” Williams) a la que vemos sirviendo de cebo para que sus colegas maten a dos soldados alemanes. Esta idea de que los grupos de resistencia solo se dedicaban a asesinar alemanes y de que las resistentes debían portarse como putas, es descabellada, falsa e imita la horrible visión de la resistencia polaca que nos mostró la insufrible World on Fire.

                          Catherine despues de servir de cebo para masacrar alemanes

Tanto descripciones fidedignas de los lados más oscuros de las resistencias europeas sean francesas (Un Village Francaise y Das Boot), polaca (Wartime Girls), checa (Bohema)  y hasta danesa (Badehotellet) nos han hablado de que matar gente sin ton ni son solo invitaba a represalias tremendas por parte del invasor. Para 1943, la Resistencia Francesa estaba unida. La fea costumbre de las ejecuciones gansteriles de los comunistas , que tantas muertes inocentes habían provocado, había sido prohibida por el General de Gaulle. ¿Entonces por qué denigrar a Catherine y a su grupo, del cual hablaré en otra ocasión,  cuyos miembros jamás anduvieron de sicarios despachando gente en callejones? 

La chica Dior mete a los resistentes,  que incluyen a su pareja Hervé,  en el piso de su hermano. Me costó reconocer a Hugo Becker en el rol de Hervé. Como que engordó y encogió. ¿Dónde quedó el Príncipe Azul de Blair Waldorf?  Llega el dueño de casa, no quiere que los resistentes se queden ahí, no quiere que Catherine sea parte de la Resistencia. Al final se ablanda. Hervé lo insulta, acusándolo de trabajar para Lucien Lelong que viste a las mujeres de “los nazis”.  Aun así, acepta el sobre abultado que Dior le entrega y que es su sueldo,  más comisiones,  regalo del despreciable Lelong.

                              Herve, Catherine y Christian

Esa noche,  Dior se reúne con su peña nocturna en un barucho cuyo dueño, Jacques, es su amante. La peña la componen el amargado Pierre Balmain, que es colega de Dior, pero se siente ninguneado por el patrón. Eso lo hace enojarse con Lelong por hacerles vestidos a las mujeres de los nazis. El tercero en la mesa es Cristóbal Balenciaga que funge de Pepe Grillo. Les recuerda que algún día la guerra acabará y que tendrán que rendir cuentas. Dior balbucea que en teoría ellos no saben para quienes hacen los vestidos. Balenciaga le explica que de esa manera Lelong busca proteger a sus modistos. Ohhh, entonces Lelong no es tan despreciable.

                              Balmain y Balenciaga

El Cobarde Lelong

Lo que es Lelong parece ser es un cobarde. Se presenta una noche tiritando en el piso Dior (donde hay resistentes escondidos hasta debajo de la mesa) y suplica a su modisto estrella que vaya al Hotel Ritz a reparar un fashion disaster de la amiguita de un SS. Dior llega a la suite de ese gran hotel que durante la guerra solo fue habitado por colabos, nazis, el ejercito germano y…Chanel. Ahí descubre que la clienta ha roto el vestido a propósito.




Se trata de una antigua condiscípula de Catherine y quiere que el modisto alerte a su hermana. La Gestapo sabe de su existencia y está tras sus pasos. Ohhh las amiguitas de los Nazis no son tan malas. Trastabillando, Dior sale del hotel , pero antes se encuentra en medio de una fiestoca y divisa a Chanel carcajeándose con sus amigotes nazis. Dior corre a su piso, pero es demasiado tarde, Catherine ha salido a cumplir con un encargo de la resistencia.



En esta entrada me concentraré en los modistos. En general no han ocultado mucho de Dior. Todo lo que aparece es cierto como su gran cariño por su hermana y sus esfuerzos por rescatarla. En cambio, me ha dado rabia lo hecho con Lucien Lelong. La serie nos lo muestra como un buen hombre, pero los otros personajes se encargan en un alarde de exposition, de echarle mugre encima. Es vergonzoso,(casi tanto como el acento de Malkovich)  que se blanquee a Chanel y se enlode a Lelong que salvó la industria de la moda francesa.



Cuando Chanel está cenando con Himmler, se burla de Lelong diciendo que no es un verdadero couturier, que se da crédito por la obra de sus empleados. Algo de verdad hay en eso. Lelong no era modisto, pero creó un imperio de la moda. Formó lo que hoy llamaríamos un Brand, dando trabajo a más de mil operarios en varios talleres y reconociendo y utilizando el talento de famosos diseñadores como Dior, Pierre Balmain y hasta Givenchy que pasó en la firma un tiempo después de la guerra.

                                         Lucien Lelong

Lo malo era que la clientela no conocía el nombre de estos genios.  También es cierto es que todos debían ceñirse a un ”estilo Lelong”, por lo que tampoco podrían haberse dado crédito por los diseños que seguían un esquema impuesto por el patrón.  Lelong era un gran empresario cuya firma incluía también una delicada perfumería cuyos productos hoy son imposibles de conseguir o recrear. En el periodo de entre guerras, decir “Lelong” era decir elegancia. Entre sus clientas se contaban Garbo, Dietrich y Colette.

                                           Marlene Dietrich en Lelong

Malkovich ha creado un Lelong ambiguo, de gestos furtivos ¡y ese terrible acento! En realidad, era un señor muy elegante, oficial condecorado, de buena familia y que gustaba de las mujeres. Se casó tres veces. Un error de la serie fue decir que su esposa era amiga de la mujer del jefe de policía. Para 1943, Lelong se había divorciado de su esposa, una princesa rusa emparentada con Los Romanov.



Es divertido ver que Lelong y Jean Cocteau trabajan juntos en El Teatro de la Moda sin rencores y eso que ambos tenían su historia pasada. Natalia Paley, la esposa de Lelong era mujer de escándalos. Conoció a Cocteau y,  aunque el dramaturgo  era abiertamente homosexual,   tuvieron un affaire. La princesa se encontró embarazada y se tuvo que divorciar. El niño murió antes de nacer, posiblemente por la adicción a las drogas de la madre.

                                        Nathalie Paley en Lelong

Natalia Paley había sido modelo de su esposo. Uno de los detalles que caracterizaban a la Casa Lelong era que las modelos pertenecían todas a la clase alta. Otras características eran la fluidez de sus diseños y el uso de telas, como los crepes y la viscosa,  que permitiesen ese look casi líquido.  Tan famosos como sus diseños eran sus perfumes con nombres exóticos como Sirocco y Balalaika que venían en ánforas de cuello largo diseñadas por Lalique.




En 1940 cuando Lelong regresó del frente decidió no cerrar su tienda. Tenía más de mil operarios y no quería dejarlos desempleados en un momento tan crítico. Lelong siguió generando empleos y eso que los alemanes desde el primer día comenzaron a fastidiar con la idea de cerrar las casas de moda y llevarse la industria del vestido parisino a Berlín.

Apenas un mes después del Armisticio, agentes de la Gestapo se presentaron en Maison Lelong, dizque que para una inspección. Unos días más tarde regresaron y se llevaron los archivos. Lelong hizo una protesta formal ante el general Otto Abetz , el mandamás alemán en Paris. Los archivos fueron recuperados, pero la cosas siguieron su curso.

La serie nos muestra un Lelong cobarde, sumiso, que teme desairar a los alemanes. Este “cobarde” en la vida real protestó varias veces y finalmente se atrevió a emprender un viaje del cual muchos podrían no volver. En su calidad de presidente de la Cámara Sindical de la Alta Costura de Francia viajó solo y sin invitación a Berlín donde se entrevistó con los altos jerarcas explicándoles que un traslado de la industria parisina a Alemania era costoso e inviable. Así fue como “el cobarde Lelong” salvó a la moda francesa y a todos sus operario, incluyendo a sus modistos.

                         Lelong, Balmain y Madame Zehnaker, n equipo para vestir colabos

Después de la guerra, en esa etapa revanchista que nos muestra la serie, Lucien Lelong fue enjuiciado. Solo se le encontró un ejemplo de colaboración formal. En una ocasión había solicitado de las autoridades ocupantes una gran cantidad de pases para que su equipo y sus modelos pudiesen montar una exhibición en la Zona Libre.

Las Clientas de Lelong

Da risa y rabia que gente que, si colaboró activamente con el invasor como Marcel Rochas,  Jacques Fath y Maggy Rouff,  nunca fueron a juicio. Luego está ese absurdo libelo de “vestir a las mujeres de los nazis”. Antes de la guerra,  la Casa Lelong vestía a las actrices, a las aristócratas, a las esposas de los empresarios y a las amantes de los aristócratas y empresarios. En 1940 comenzó a diseñar para las actrices, las aristócratas, las mujeres de los empresarios y las amantes de los aristócratas y empresarios. Solo que durante la guerra toda esa clientela pasó a ser parte del universo colabo.


                        Mi vestido favorito de Lelong (1937) . Hoy en el Metropolitan
                                   Un traje de Maison Lelong (1942) 

Las actrices, incluso, tenían permisos especiales de las autoridades para hacerse ropa. La serie no miente, las telas finas eran tan escasas que valían oro. Los alemanes las racionaban y cerraban casas de moda donde se adquirían géneros de forma clandestina (eso pasó con Balenciaga). En 1943 se les prohibió a las francesas hacerse vestidos largos para a noche. Las únicas a las que se les otorgaba una libreta especial para gastar más en sus vestidos de fiesta eran las actrices.

                                   Vestido largo diseñado por Lelong en 1943.

Es cierto que entre todas las clientas antiguas de Leong habría alguna esposa alemana o francesa. Se sabe que Lelong diseñó ropa para Suzanne Abetz, la esposa francesa del General Abetz. ¿Pero puede considerarse eso una traición a la patria?

He oído, pero no he podido confirmar leyendas de que Lelong ayudó a la Resistencia pasándole información adquirida en su trato con los poderosos del momento. He oído que ayudó a judíos a huir. Se dice que Madame Gres se salvó gracias a él. Todo lo que muestran del apoyo que recibe Dior de su jefe durante el arresto de Catherine, es verdad. Entonces que se dejen de llamarlo “traidor”.

El juicio que coincidió con la estupenda idea de Lelong del Teatro de la Moda fue un golpe tremendo para el modisto. Aunque fue exculpado, el estrés de los años de luchar contra los alemanes y la humillación de ser acusado de colaboracionista eran demasiado. Otro golpe fue el abandono de Dior (y de Balmain) para abrir su propia casa.

                    Muñeca y diseño de Dior presentado por Le;ong en el Teatro de la Moda

A fines de Los 40,  Lucien Lelong cerró su empresa y renunció al título de presidente de la Cámara Sindical. Como cortesía, los miembros de la Cámara lo nombraron presidente honorario.  Lelong se mudó a Biarritz. Allá, en 1954, volvería a casarse, tendría otra hija y moriría cuatro años más tarde. Francia, la Alta Costura y los amigos de la moda estarían siempre en deuda con él.

Mal Elenco y Poca Luz

A pesar del atroz acento, me ha gustado lo que Malcovich ha hecho con el personaje de Lucien Lelong. No puedo decir lo mismo de Ben Mendelssohn. El australiano interpreta al gran modisto como si estuviese o borracho o despertando de una curda. Se bambolea desorientado, siempre parece a punto de caer. Habla como disculpándose o suplicando.

                            Dior siempre a punto de caerse

En la vida real,  Christian Dior era muy tímido, pero no era inseguro. Era supersticioso y creía en las clarividencias de Madame Delahaye, pero no vivía de profecía en profecía. En la serie ni siquiera parece un hombre responsable, capaz de crear un imperio e imponer un Look.

El elenco es otra falla de la serie. Hugo Becker está totalmente perdido. Lo mismo se puede decir de Jannis Niewohner. Walter Schellenberg era muchas cosas , pero no este duendecillo retorcido lleno de muecas y gestos furtivos. Maisie Williams cumple su rol de pesonaje-simbolo, pero Emily Mortimer es tan mala  como actriz como de guionista. Creo que los únicos que destacan son Juliette Binoche y Claes Bang que, aunque feo,  tiene la magnífica figura (casi tan perfecta como la de Pierce Brosnan) para interpretar a un gallardo playboy que esconde su oscura personalidad de espía bajo modales cortesanos.



¿Recomiendo la serie? Si, pero siempre y cuando conozcan los hechos verdaderos y se entienda que en su afán de convertir la historia en ficción se hayan guardado los detalles más jugosos de este momento tan importante de la moda y de la historia francesa.

¿Hay algo bueno?  La actuación de Juliet Binoche, la preciosa entrada y una escena que me encantó . La entrada es engañosa puesto que promete lo que la serie no da; mucha luz y música adecuada. Aunque la musicalización corresponde a la época, el equipo Kessler escogió temas anglos para abrir cada episodio.

                                          Chanel y Spatz

Con el caudal de música que se compuso e interpretó en el país ocupado,  que vio nacer a Edith Piaf y donde seguía rasgueando la guitarra el gran gitano Django Reinhartd,  pudo incluirse media docena de canciones representativas del momento. Solo en los últimos episodios escuchamos a cantantes de entonces Piaf y Tino Rossi. Hice una lista de reproducción en YT de las mejores piezas de esa época que hubiesen quedado bien en la serie.



Mi escena favorita de la serie es cuando Christian Dior va a La Gare d’Este a recibir a Catherine que regresa del cautiverio. Vemos al modisto en un tumulto de parientes de prisioneros. Tremendo juego de cámaras que los lleva por galerías y escalinatas hasta la sala de recepción. La iluminación que se enfoca en los ramilletes de lilas blancas que portan Dior y los otros (un detalle real) pone un toque de esperanza y optimismo en medio de tanta tragedia. Qué pena que no haya más escenas parecidas de las cuales hablar. (SPOILER: El desfile del capítulo final también es una gran escena).

                       Dior, lilas blancas y Catherine que no aparece

Contenido Violento y Gory: Me imagino que las escenas de tortura de Catherine y las he visto peores. Después de todo la dejaron imposibilitada de tener hijos y no creo que fuese por culpa del baignoir. En cuanto a Ravensbruck…parece película de Los 40 cuando Hollywood todavía no sabía la realidad de los campos de exterminio.

                                Catherine en Ravensbruck

Contenido Sexual y Desnudos. Escenas de cama de Chanel y su alemán  y de Catherine y Hervé. Dior y Jacques intercambian un par de besos. Un topless de tres segundos de Maisie Williams.

Contenido Feminista: Faux feminismo. Mucho discurso “chaneliano” de cómo se sufre por ser mujer cuando Coco toda la vida usó la cama como escalón. Hasta su máxima de que su moda “liberó” a las mujeres es cuestionable. En realidad, la moda nunca ha sido feminista. La serie sufre de un sutil slutshaming y de un temor a la sexualidad femenina desde la cincuentonas Chanel y Lombardi discutiendo qué pueden sacarles a los hombres a cambio de favores sexuales, hasta Catherine seduciendo alemanes para que los maten sus amigos resistentes.



Factor Diversidad: A pesar de lo diversa que era la sociedad parisina de Los 40,  se ha escogido mostrar solo personajes blancos sean alemanes o franceses. Los únicos judíos que aparecen son los Hermanos Wertheimer que son retratados,  uno como bobo y el otro como codicioso. La serie nunca explica bien que la sociedad era legal y la única que pecó de atolondrada fue Chanel al aceptar 10% de un negocio en el que solo tuvo que poner su nombre.

A pesar de que en La Familia Dior hay problemas mentales, se ha optado por no especificar las razones por la cual Bernard está en un asilo o Raymond intentó suicidarse. La idea es que la única víctima aquí sea Chanel.

La homosexualidad de Dior es un tema terciatio, a pesar de que es parte de una peña gay de modistos. No se menciona que Vaufreland era gay ni la posible bisexualidad de Chanel.

                                  Momento cariñoso entre Jacques y Dior

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

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De Courcy, Anne: Chanel’s Riviera: Glamour, Decadence and Survival in Peace and War 1930-1944.2020

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Frame, Alan: Toto Koopman &Coco Chanel: Spies, Seduction and the Fight for Survival.2020

Picardie, Justine: Coco Chanel, New Edition:  The Legend and the Life.2023

Riding, Alan: And the Show Went On: Cultural Life in Nazi-Occupied Paris. 2011

Sebbas, Anne: Les Parisiennes: How the Women of Paris Lived, Loved and Died Under the Nazis. 2016

Vaughn, Hal: Sleeping with the Enemy: Coco Chanel’s Secret War. 2011