A pesar de ya ser
más de un siglo que acabó, la Primera Guerra Mundial no ha sido bien tratada en
series y miniseries. Para reparar el yerro, una nación que no participó en el
conflicto nos ha traído Davos 1917. En esta serie suiza se combinan dos
temas siempre interesantes: la medicina en tiempos de guerra y el relato de espionaje.
Johanna y el Tropo
de la Enfermera Militar
Davos es un
pueblo suizo que ha pasado a la historia como un espacio de sanatorios. La
tuberculosis hasta la Segunda Guerra Mundial fue un flagelo. Quienes podían
pagarse el tratamiento iban a Suiza en busca de tratamientos milagrosos. En
1913, Thomas Mann llevaría a Katia, su esposa, a curarse los pulmones en Davos,
de ahí surgiría su famosa novela La Montaña Mágica (1924).
En esta serie se
describen los quehaceres de un sanatorio
entre los que se encuentra albergar a espías de todos los bandos. Después de un
par de años de servir en un hospital alemán del frente, Johanna Gabathuler
(Dominique “Sisi” Devenport) retorna a su neutral Suiza donde su
familia es dueña de una combinación de sanatorio y hostería en Davos.
La familia espera
que Johanna cumpla la promesa hecha al padre que si vuelve será para casarse.
Ya le tienen preparado un excelente enlace con el consejero Thanner, cuya fortuna restaurará la de los Gabathuler y
la de su establecimiento, pero hay un pequeño problema; Johanna está embarazada.
El padre la
oculta en casa de una diaconisa y, segundos después del parto, le arrebata a su
hija recién nacida. Johanna no tiene medios, no tiene donde ir, así es que
regresa a su hogar y acepta la decisión paterna ; se casará con el consejero.
Entretanto, usa lo aprendido en el hospital militar para trabajar en Cronwald,
el sanatorio de su padre.
Durante el
conflicto, Cronwald ha dividido sus servicios. La parte alta sigue siendo un
espacio de curación de la elite de toda Europa. Ahí está la condesa alemana Ilse
von Hausner y Helen, la esposa del General Taylor del ejército británico. En
los bajos del sanatorio se atiende a soldados rasos de todas las naciones en
pugna. A cargo de ellos está el Dr. Carl Mangold ( el Max Brod de Kafka), muy reconocido, (“estudió con Sauerbruch en Zúrich”) pero muy mal pagado.
En medio de su
tragedia, Johanna cae en las redes de un grupo de espías alemanes que con amenazas,
pero también con la promesa de ayudarla a recobrar a su hija, la obliga a
secundarlos. Johanna se rehúsa a ser víctima y, en medio de sus labores de espía,
tiene tiempo para sus propios planes que incluyen un reencuentro con el amor,
ahora por el Dr. Mangold. ¿Pero qué sucede cuando la guerra los ponga
en campos opuestos?

No hay mejor
manera de enfocar una guerra que desde la perspectiva médica. En el ambiente de
hospitales de campaña se libran otras batallas, los héroes y los belicosos
pierden sus bríos y descubren que son los doctores y enfermeras los verdaderos
soldados. En el pasado, he escrito notas
sobre este tema enfocándome en la heroína enfermera.
En el 2014 me
quejaba en mi blog de que el aniversario de la Primera Guerra Mundial
había pasado casi desapercibido por el universo de las miniseries. Sin embargo
la enfermera militar no había sido olvidada en ese universo. En esa nota
recuerdo como Georgina en Upstairs Downstairs y Lady Sybil de Downton
Abbey fueron enfermeras durante el conflicto. Hasta la detective Phryne
Fisher lo fue y eso cambió su vida.
En la nota
menciono la nueva adaptación de Testament of Youth, y los dramas de
enfermeras The Crimson Field y Anzac Girls. De esta última he
hecho una reseña y es la mejor de su subgénero , junto a la
miniserie del ’79 de las memorias de Vera Britanny. Quizás porque ambas estén
basadas en las experiencias de enfermeras reales. Las acercan a Davos dos factores,
enfermeras que llegan casi sin preparación a la zona de combate y acaban
adquiriendo la pericia de un médico, y
el dolor de perder novio en el conflicto.
The Crimson
Field pudo ser mejor en
su descripción de un fenómeno de la Inglaterra de la Gran Guerra, la aparición
de las V.A.D. jóvenes de buena familia
que se ofrecieron de voluntarias en los hospitales militares. El problema de la
serie es que se la pasaron más en las intrigas de los muchos villanos, el
principal la burocracia militar, y no supieron desarrollar a las cuatro
protagonistas.
He hablado de las enfermeras del ejército británico, pero no fueron solo las inglesas las que sirvieron a sus patrias curando heridos. En la adaptación de Dr. Zhivago del 2002, Keira Knightley nos mostró el vivir de una enfermera en el frente ruso prerrevolución. En el 2015, los belgas hicieron In Flanders Field sobre una joven de buena familia que, tras vivir la ocupación alemana de Bruselas, busca ser útil en un hospital militar.
Keira en uniforme de enfermeraEn el 2022,
Netflix y la televisión francesa decidieron unirse para Les Combattants, un retrato del frente francés en 1915 enfocándose
en tres mujeres en un pueblo donde el convento local ha sido convertido en
hospital. La trama sigue a una prostituta parisina que busca a su hijo-sodado;
una doctora, buscada por la policía por practicar abortos; y una
monja-enfermera.
La prostituta se
vuelve espía y se encuentra con su ex amante que ahora está casada con un
oficial. La doctora se mete al convento y comienza a dar órdenes a pesar de que
la policía le pisa los talones y la monja cae víctima de la pasión por un
desertor alemán.
Mas allá del
wokismo irrespetuoso de Netflix, entra un desagradable cliché de este
subgénero, la enfermera que se enamora de un enemigo. Lo tuvimos em Les
Combattants, en In Flanders Field y hasta en The Crimson Field,
una enfermera enfrenta cargos de traición por su romance con un alemán. La
diferencia en Davos 1917 es que Johanna sirve en un hospital alemán y Erich
es su paciente. Lo curioso es que aunque la enfermera tenga tantos vínculos con
el ejercito germano, le repugne ayudar a los espías teutones.
Entre Edith
Cavell y Mata Hari
Davos pertenece
al género de espionaje que marcaría el cine que gira alrededor de la Gran
Guerra. Al cabo de esta surgieron los nombres icónicos de dos mujeres, ambas espiaban,
solo que para diferentes bandos. Una fue la enfermera inglesa Edith Cavell,
ejecutada por los alemanes por su labor pro-aliada en Bélgica. La otra, la exótica Mata Hari, la bailarina holandesa
fusilada por los franceses por ser una agente germana. En Davos1917 han
tomado la profesión de Cavell y el bando de Mata Hari para su heroína, pero le
han agregado que Johanna trabaja en el espionaje a regañadientes.
Hay un letrero
que sigue a los créditos que dice “Inspirada en eventos reales”. Cuidado. Ni Johanna,
ni Mangold existieron. Alguien dijo que la Condesa Ilse, la handler de
la enfermera, estaba basada en la famosa Fraulein Doktor, pero esa espía
trabajó en Bélgica, no en Suiza y su modus operandis era muy diferente al de la
tísica agente.
Hubo muchas jóvenes
suizas que sintieron la vocación de servir en hospitales en ambos bandos del
conflicto. Nunca sabemos por qué Johanna escogió atender a soldados alemanes. A
diferencia de la Segunda Guerra Mundial, la Gran Guerra no tuvo un bando que
pudiese admirarse ni por sus motivos ni por su comportamiento en el campo de batalla.
La Condesa Ilse
le endilga un sermón a Johanna sobre los motivos imperialistas de Inglaterra y
Francia para iniciar una guerra. Incluso se lanza en contra de Bélgica, el país
más maltratado, aludiendo a las atrocidades colonialistas cometidas en el Congo.
Ilse es monarquista y acusa a la democracia de ser “ capitalista y
nacionalista”. Cuando Johanna, que se define como pacifista, se vanagloria de
la neutralidad de su patria, la condesa le recuerda que Suiza ha hecho una
fortuna vendiéndole armas a ambos bandos.
Realidad y Ficción
en Davos
Hay alusiones a
eventos reales como el escándalo en los servicios de inteligencia suizos que se
vieron sacudidos por la infiltración de espías. Obvio que no es cierto que
Johanna haya recuperado el medidor rompe códigos (equivalente al Enigma de la Segunda
Guerra Mundial) para su país.
Otro suceso real
fue la conspiración para regresar a Lenin a Rusia. Para 1917, el Kaiser y su
alto mando tenían claro que no podían continuar con una guerra en dos frentes.
Para sacar al primo Nicky de la ecuación, el Kaiser dio permiso para que
retornaran del exilio a Vladimir Ilich que estaba de refugiado en Zúrich. Me ha encantado ver a Ivan Schvedoff , mi
querido Kardakov de Babylon Berlin interpretando a Alexander Parvus, uno
de los últimos grandes aventureros judíos, que fue instrumental para enviar a
Lenin a hacer su revolución.
La idea era que
agitase los ánimos en Rusia y obligase al Zar a dejar el campo de batalla para impedir
una revolución en casa. Lo que Kaiser Willy nunca imaginó es que esta revolución
acabaría con la vida de su primo y su familia, que implantaría una nueva
ideología en Europa y que el coletazo pondría fin al reinado de los Hohenzollerns
en Alemania.
Algo que no sé si
sea cierto es ese plan de los ingleses de invadir Suiza desde la frontera
italiana. Existió el Plan H, pero era una avanzada francesa hacia Alemania
atropellando la neutralidad suiza. Lo de los detonadores es cierto, como lo del
accidente ferroviario. Se conocen hoy 120 casos de suizos que fungieron como espías
de ambos bandos.
En general, la serie se siente verídica incluso en el no
adjudicar la culpa del conflicto a un bando especifico. Aquí no hay buenos ni
malos. Las actuaciones son estupendas.
David Kross ya ha demostrado su pericia desde The Reader. A Jeanette
Hain solo la conocía como la Frau Benda de Babylon Berlin, aquí como Ilse
von Hausner está espectacular y espeluznante encarnando a una mujer moribunda
que insiste en ser relevante de la forma más negativa posible.
Me ha gustado
mucho la Devenport, más que como Sisi, y admiro su profesionalismo que la ayudó
a actuar bajo temperaturas extremas que le provocaron una neumonía. La serie
fue grabada casi toda en invierno, usándose los jardines del incendiado Hotel
Waldhaus en Vulpera y un antiguo sanatorio de la Fundación Augusta Victoria.
Contenido
Violento y Gory: Asesinatos,
una escena de tortura, un descarrilamiento de tren y muchas heridas pavorosas.
Contenido Sexual
y Desnudos: Aunque
Johanna tiene sexo tanto con su prometido como con Mangold, no muestran nada
indecoroso
Factor
Feminista: La serie se
enfoca en dos aspectos del tema. El sometimiento de la mujer a su familia y
sobre todo a los varones de esta, y el
empoderamiento del trabajo, de como una mujer puede encontrar voz en el área médica
y en el espionaje. Tenemos a Johanna constantemente impresionando con los
conocimientos adquiridos como enfermera en el frente que a veces la colocan a
la altura de un médico, pero también impresiona a la condesa y a los superiores
de esta su capacidad para tomar decisiones impromptu y para sacar sus propias
deducciones, habilidades indispensables en una espía.
La Condesa le
dice a Johanna una verdad terrible: “ambas necesitamos de esta guerra” porque
las ha liberado a ambas. Esa sería la moraleja detrás de todos los relatos de
enfermeras de campaña y de historias de espionaje en donde se involucran las
mujeres.
Aunque la serie
iba a cifrarse originalmente en el medico-desertor Mangold, durante la
investigación histórica dieron con muchos ejemplos de jóvenes suizas que
sirvieron como enfermeras en ambos bandos. De su correspondencia se dedujo que
aunque muchas fueron motivadas por la compasión, otras iban impulsadas por un
anhelo de aventuras y para huir de vidas estrechas. De esas ansias de libertad surgió
el personaje de Johanna.
Factor
Diversidad: El sanatorio
de la familia de Johanna alberga pacientes de todas las nacionalidades: suizos,
alemanes, rusos y la mujer de un general inglés. Zaire, el ordenanza del
general, es congolés. Cuando Mangold le pregunta cómo puede estar de parte de
los Aliados, después de lo que los belgas hicieron con su gente, Zaire responde
que es “el maldito ciclo de vída” . Las atrocidades cometidas por los belgas
con su pueblo ahora las cometen los alemanes con los belgas.
Davos 1917 está disponible en España vía Filmin.
Como ya tiene subtítulos en español pueden buscarla en esos sitios donde el público
hispanoparlante baja sus series. Ha ocurrido algo curioso, tanto interés suscitó
la serie que Luca Brosch la ha publicado en formato de libro. Su versión
traducida puede adquirirse en La Casa del Libro y en Amazon.