martes, 13 de mayo de 2025

Espías de la Gran Guerra: Davos 1917

 


A pesar de ya ser más de un siglo que acabó, la Primera Guerra Mundial no ha sido bien tratada en series y miniseries. Para reparar el yerro, una nación que no participó en el conflicto nos ha traído Davos 1917. En esta serie suiza se combinan dos temas siempre interesantes: la medicina en tiempos de guerra y el relato de espionaje.

Johanna y el Tropo de la Enfermera Militar

Davos es un pueblo suizo que ha pasado a la historia como un espacio de sanatorios. La tuberculosis hasta la Segunda Guerra Mundial fue un flagelo. Quienes podían pagarse el tratamiento iban a Suiza en busca de tratamientos milagrosos. En 1913, Thomas Mann llevaría a Katia, su esposa, a curarse los pulmones en Davos, de ahí surgiría su famosa novela La Montaña Mágica (1924).

En esta serie se describen  los quehaceres de un sanatorio entre los que se encuentra albergar a espías de todos los bandos. Después de un par de años de servir en un hospital alemán del frente, Johanna Gabathuler (Dominique “Sisi” Devenport) retorna a su neutral Suiza donde su familia es dueña de una combinación de sanatorio y hostería en Davos.



La familia espera que Johanna cumpla la promesa hecha al padre que si vuelve será para casarse. Ya le tienen preparado un excelente enlace con el consejero Thanner,  cuya fortuna restaurará la de los Gabathuler y la de su establecimiento, pero hay un pequeño problema; Johanna está embarazada.

El padre la oculta en casa de una diaconisa y, segundos después del parto, le arrebata a su hija recién nacida. Johanna no tiene medios, no tiene donde ir, así es que regresa a su hogar y acepta la decisión paterna ; se casará con el consejero. Entretanto, usa lo aprendido en el hospital militar para trabajar en Cronwald, el sanatorio de su padre.



Durante el conflicto, Cronwald ha dividido sus servicios. La parte alta sigue siendo un espacio de curación de la elite de toda Europa. Ahí está la condesa alemana Ilse von Hausner y Helen, la esposa del General Taylor del ejército británico. En los bajos del sanatorio se atiende a soldados rasos de todas las naciones en pugna. A cargo de ellos está el Dr. Carl Mangold ( el Max Brod de Kafka), muy reconocido, (“estudió con Sauerbruch en Zúrich”) pero muy mal pagado.

                                     Johanna y la Condesa

En medio de su tragedia, Johanna cae en las redes de un grupo de espías alemanes que con amenazas, pero también con la promesa de ayudarla a recobrar a su hija, la obliga a secundarlos. Johanna se rehúsa a ser víctima y, en medio de sus labores de espía, tiene tiempo para sus propios planes que incluyen un reencuentro con el amor, ahora por el Dr. Mangold. ¿Pero qué sucede cuando la guerra los ponga en campos opuestos?




No hay mejor manera de enfocar una guerra que desde la perspectiva médica. En el ambiente de hospitales de campaña se libran otras batallas, los héroes y los belicosos pierden sus bríos y descubren que son los doctores y enfermeras los verdaderos soldados. En el pasado,  he escrito notas sobre este tema enfocándome en la heroína enfermera.

En el 2014 me quejaba en mi blog de que el aniversario de la Primera Guerra Mundial había pasado casi desapercibido por el universo de las miniseries. Sin embargo la enfermera militar no había sido olvidada en ese universo. En esa nota recuerdo como Georgina en Upstairs Downstairs y Lady Sybil de Downton Abbey fueron enfermeras durante el conflicto. Hasta la detective Phryne Fisher lo fue y eso cambió su vida.



En la nota menciono la nueva adaptación de Testament of Youth, y los dramas de enfermeras The Crimson Field y Anzac Girls. De esta última he hecho una reseña y es la mejor de su subgénero , junto a la miniserie del ’79 de las memorias de Vera Britanny. Quizás porque ambas estén basadas en las experiencias de enfermeras reales. Las acercan a Davos dos factores, enfermeras que llegan casi sin preparación a la zona de combate y acaban adquiriendo la pericia de un médico,  y el dolor de perder novio en el conflicto.

The Crimson Field pudo ser mejor en su descripción de un fenómeno de la Inglaterra de la Gran Guerra, la aparición de las V.A.D.  jóvenes de buena familia que se ofrecieron de voluntarias en los hospitales militares. El problema de la serie es que se la pasaron más en las intrigas de los muchos villanos, el principal la burocracia militar, y no supieron desarrollar a las cuatro protagonistas.



He hablado de las enfermeras del ejército británico, pero no fueron solo las inglesas las que sirvieron a sus patrias curando heridos. En la adaptación de Dr. Zhivago del 2002, Keira Knightley nos mostró el vivir de una enfermera en el frente ruso prerrevolución. En el 2015, los belgas hicieron In Flanders Field sobre una joven de buena familia que, tras vivir la ocupación alemana de Bruselas, busca ser útil en un hospital militar.

                            Keira en uniforme de enfermera

En el 2022, Netflix y la televisión francesa decidieron unirse para Les Combattants, un retrato del frente francés en 1915 enfocándose en tres mujeres en un pueblo donde el convento local ha sido convertido en hospital. La trama sigue a una prostituta parisina que busca a su hijo-sodado; una doctora, buscada por la policía por practicar abortos; y una monja-enfermera.

La prostituta se vuelve espía y se encuentra con su ex amante que ahora está casada con un oficial. La doctora se mete al convento y comienza a dar órdenes a pesar de que la policía le pisa los talones y la monja cae víctima de la pasión por un desertor alemán.

Mas allá del wokismo irrespetuoso de Netflix, entra un desagradable cliché de este subgénero, la enfermera que se enamora de un enemigo. Lo tuvimos em Les Combattants, en In Flanders Field y hasta en The Crimson Field, una enfermera enfrenta cargos de traición por su romance con un alemán. La diferencia en Davos 1917 es que Johanna sirve en un hospital alemán y Erich es su paciente. Lo curioso es que aunque la enfermera tenga tantos vínculos con el ejercito germano, le repugne ayudar a los espías teutones.

Entre Edith Cavell y Mata Hari

Davos pertenece al género de espionaje que marcaría el cine que gira alrededor de la Gran Guerra. Al cabo de esta surgieron los nombres icónicos de dos mujeres, ambas espiaban, solo que para diferentes bandos. Una fue la enfermera inglesa Edith Cavell, ejecutada por los alemanes por su labor pro-aliada en Bélgica. La otra,  la exótica Mata Hari, la bailarina holandesa fusilada por los franceses por ser una agente germana. En Davos1917 han tomado la profesión de Cavell y el bando de Mata Hari para su heroína, pero le han agregado que Johanna trabaja en el espionaje a regañadientes.

                                                       Edith Cavell




Hay un letrero que sigue a los créditos que dice “Inspirada en eventos reales”. Cuidado. Ni Johanna, ni Mangold existieron. Alguien dijo que la Condesa Ilse, la handler de la enfermera, estaba basada en la famosa Fraulein Doktor, pero esa espía trabajó en Bélgica, no en Suiza y su modus operandis era muy diferente al de la tísica agente.



Hubo muchas jóvenes suizas que sintieron la vocación de servir en hospitales en ambos bandos del conflicto. Nunca sabemos por qué Johanna escogió atender a soldados alemanes. A diferencia de la Segunda Guerra Mundial, la Gran Guerra no tuvo un bando que pudiese admirarse ni por sus motivos ni por su comportamiento en el campo de batalla.

La Condesa Ilse le endilga un sermón a Johanna sobre los motivos imperialistas de Inglaterra y Francia para iniciar una guerra. Incluso se lanza en contra de Bélgica, el país más maltratado, aludiendo a las atrocidades colonialistas cometidas en el Congo. Ilse es monarquista y acusa a la democracia de ser “ capitalista y nacionalista”. Cuando Johanna, que se define como pacifista, se vanagloria de la neutralidad de su patria, la condesa le recuerda que Suiza ha hecho una fortuna vendiéndole armas a ambos bandos.

Realidad y Ficción en Davos

Hay alusiones a eventos reales como el escándalo en los servicios de inteligencia suizos que se vieron sacudidos por la infiltración de espías. Obvio que no es cierto que Johanna haya recuperado el medidor rompe códigos (equivalente al Enigma de la Segunda Guerra Mundial) para su país.



Otro suceso real fue la conspiración para regresar a Lenin a Rusia. Para 1917, el Kaiser y su alto mando tenían claro que no podían continuar con una guerra en dos frentes. Para sacar al primo Nicky de la ecuación, el Kaiser dio permiso para que retornaran del exilio a Vladimir Ilich que estaba de refugiado en Zúrich.  Me ha encantado ver a Ivan Schvedoff , mi querido Kardakov de Babylon Berlin interpretando a Alexander Parvus, uno de los últimos grandes aventureros judíos, que fue instrumental para enviar a Lenin a hacer su revolución.

La idea era que agitase los ánimos en Rusia y obligase al Zar a dejar el campo de batalla para impedir una revolución en casa. Lo que Kaiser Willy nunca imaginó es que esta revolución acabaría con la vida de su primo y su familia, que implantaría una nueva ideología en Europa y que el coletazo pondría fin al reinado de los Hohenzollerns en Alemania.

                                  Lenin en Davos

Algo que no sé si sea cierto es ese plan de los ingleses de invadir Suiza desde la frontera italiana. Existió el Plan H, pero era una avanzada francesa hacia Alemania atropellando la neutralidad suiza. Lo de los detonadores es cierto, como lo del accidente ferroviario. Se conocen hoy 120 casos de suizos que fungieron como espías de ambos bandos.

 En general,  la serie se siente verídica incluso en el no adjudicar la culpa del conflicto a un bando especifico. Aquí no hay buenos ni malos. Las actuaciones son estupendas.  David Kross ya ha demostrado su pericia desde The Reader. A Jeanette Hain solo la conocía como la Frau Benda de Babylon Berlin, aquí como Ilse von Hausner está espectacular y espeluznante encarnando a una mujer moribunda que insiste en ser relevante de la forma más negativa posible.

Me ha gustado mucho la Devenport, más que como Sisi, y admiro su profesionalismo que la ayudó a actuar bajo temperaturas extremas que le provocaron una neumonía. La serie fue grabada casi toda en invierno, usándose los jardines del incendiado Hotel Waldhaus en Vulpera y un antiguo sanatorio de la Fundación Augusta Victoria.



Contenido Violento y Gory: Asesinatos, una escena de tortura, un descarrilamiento de tren y muchas heridas pavorosas.

Contenido Sexual y Desnudos: Aunque Johanna tiene sexo tanto con su prometido como con Mangold, no muestran nada indecoroso

Factor Feminista: La serie se enfoca en dos aspectos del tema. El sometimiento de la mujer a su familia y sobre todo a los varones de esta,  y el empoderamiento del trabajo, de como una mujer puede encontrar voz en el área médica y en el espionaje. Tenemos a Johanna constantemente impresionando con los conocimientos adquiridos como enfermera en el frente que a veces la colocan a la altura de un médico, pero también impresiona a la condesa y a los superiores de esta su capacidad para tomar decisiones impromptu y para sacar sus propias deducciones, habilidades indispensables en una espía.

                                Johanna salvando vidas

La Condesa le dice a Johanna una verdad terrible: “ambas necesitamos de esta guerra” porque las ha liberado a ambas. Esa sería la moraleja detrás de todos los relatos de enfermeras de campaña y de historias de espionaje en donde se involucran las mujeres.

Aunque la serie iba a cifrarse originalmente en el medico-desertor Mangold, durante la investigación histórica dieron con muchos ejemplos de jóvenes suizas que sirvieron como enfermeras en ambos bandos. De su correspondencia se dedujo que aunque muchas fueron motivadas por la compasión, otras iban impulsadas por un anhelo de aventuras y para huir de vidas estrechas. De esas ansias de libertad surgió el personaje de Johanna.

                                  Johanna en el campo de batalla

Factor Diversidad: El sanatorio de la familia de Johanna alberga pacientes de todas las nacionalidades: suizos, alemanes, rusos y la mujer de un general inglés. Zaire, el ordenanza del general, es congolés. Cuando Mangold le pregunta cómo puede estar de parte de los Aliados, después de lo que los belgas hicieron con su gente, Zaire responde que es “el maldito ciclo de vída” . Las atrocidades cometidas por los belgas con su pueblo ahora las cometen los alemanes con los belgas.



Davos 1917 está disponible en España vía Filmin. Como ya tiene subtítulos en español pueden buscarla en esos sitios donde el público hispanoparlante baja sus series. Ha ocurrido algo curioso, tanto interés suscitó la serie que Luca Brosch la ha publicado en formato de libro. Su versión traducida puede adquirirse en La Casa del Libro y en Amazon.



jueves, 8 de mayo de 2025

Tremendismo, Violencia y Mentalidad Incel detrás de 1923 (Segunda Temporada)

 


¿Pueden creer que, después del cuarto episodio de la temporada 2 de 1923, tuve una pesadilla tan fea que me desperté de madrugada y ya no pude conciliar el sueño? Es que todavía mi cabeza hervía de imágenes desagradables.  No es solo la exagerada violencia del episodio, sino la certeza de que una temporada que comenzara tan bien había sido arruinada por un melodrama disparatado; una brutalidad estridente y gratuita y, lo peor, que esta se ensañaba con los personajes femeninos.

No es que Taylor Sheridan sea un novato en lo del maltrato de mujeres en su ficción. Vale recordar esa imagen de la ensangrentada Beth, tras salir victoriosa de su última pelea, en el final de Yellowstone. Ese parece ser el mensaje de Sheridan, para sobrevivir en un mundo hostil la hembra debe ser tan o más violenta que el macho.

Mujeres en Peligro/Mujeres Violentas

Lo vimos en 1883, con una selección darwiniana de los personajes. La sobrina de James Dutton muere, su madre se suicida, vemos morir más mujeres (a algunas las conocemos por nombre)que varones: ahogadas, mordidas por víboras, a manos de los indios. Solo Margaret y Elsa han sobrevivido. Si en el primer episodio de la saga Dutton, Elsa es golpeada y casi violada por un borracho, para el penúltimo ya sabe disparar y vengar a sus muertos, pero… La tesis de Sheridan se pierde cuando luego de una larga y peligrosa agonía, Elsa muere debido a una flecha envenenada.

                            Elsa Dutton atravesada por una flecha 

La primera entrega de 1923 también estuvo salpicada de mujeres en peligro, mujeres víctimas de actos violentos fuesen estos perpetrados por hombres, otras mujeres, incluso fieras. Comenzamos en África con una pobre turista que, por salir a orinar al fresco, es devorada por un león, acabamos con el millonario Whitfield obligando a una pareja de prostitutas a intercambiar golpes para satisfacer sus gustos sadomasoquistas.



Entremedio tenemos el cuento de Teonna que introduce otro factor, la violencia entre mujeres. A pesar de que la Hermana Mary es golpeada por Padre Renaud, es también el principal verdugo de sus pupilas. Su consuelo es decirles que lo que les hace es para prepararlas para una vida de violencia masculina. Podemos detectar en sus palabras que ha sido víctima de esa violencia y que su brutalidad nace de ese trauma.

Hubiese sido interesante explorar ese ángulo, pero las series de Taylor Sheridan no gustan de profundizar en las psiquis de sus personajes. Los malos, son malos y deben ser destruidos. Así de simple, así lo entiende Teonna. Antes de huir del internado, mata a Mary y a la monja lesbiana. En el camino, mata a dos sacerdotes que han sido enviados tras de ella y ahuyenta con rugidos a un lobo. Se ha convertido en una fiera, y la tesis de la serie es que solo así puede sobrevivir. 

En el primer episodio de la nueva temporada vemos esa violencia. Incluso hay una nueva fuente de fiereza, las mismas fieras. El frio y la nieve atraen a un puma al rancho, Jacob lo deja vivir solo para que amenace a Elizabeth y sea Cara quien lo mate. Comenzamos con esa tesis, los hombres cometen errores que pagan sus mujeres, pero ellas solas tienen que defenderse.



Inicialmente, los espectadores fueron quienes se quejaron de tanta brutalidad, pero no notaron que fuesen las mujeres el mayor blanco de esta. Quizás porque comenzamos con una violación masculina y con el asesinato de un niño indio. Aun así la mayor queja fue ver que Whitfield ha conservado a sus esclavas sexuales. Mientras que Mindy goza del privilegio de bañarse con el millonario, a su compañera la tienen desnuda y encadenada en el sótano. Solo se la despierta para que venga a ser parte de estos tríos de S&M que gustan al millonario.

Una Condesa Indocumentada

El segundo episodio se divide en dos partes del país. La más importante ocurre en Ellis Island donde desembarca Alexandra Dutton con solo el equipaje y ni un vestigio de identificación. Aparentemente en ese entonces se podía comprar pasajes en barco sin presentar documentos. ¡Guau! Ahora aun en Expedia se necesita presentar identificación aunque sea la tarjeta de crédito para pagar los boletos de avión.

Pues nuestra determinada aristócrata no trae nada, ni siquiera una visa de entrada, ni un pasaporte, ni hablar de certificado de matrimonio. Cuando la interroga el primer funcionario, Alex no sabe ni su apellido. Dice llamarse Sussex, hasta el funcionario sabe que ese es el sitio de donde viene su familia. Antes de recordar su apellido de casada, la condesa actúa como si fuera Meghan que también ha olvidado que su apellido es Windsor-Mountbatten.



Todo esto hace que las autoridades la vean con desconfianza y el traten en consecuencia. Lo primero es que es sometida a varios exámenes médicos y al descubrir su embarazo la hagan pensar que no la van a aceptar en el país. Al menos eso le dice una compañera. Luego se encuentra con Collins, una irlandesa que es precisamente lo que acusan a Mrs. Dutton. Collins le dice que puede comprar su boleto de entrada con favores sexuales. Es ahí que Alexandra recuerda su condición de condesa. Abofetea a la atrevida con la mano y con palabras al funcionario que la entrevista.

Triste y desagradable fue esta etapa en la vida de Alex. Acepto que sirva para demostrar su calibre y su determinación de encontrar a su marido. Quizás lo que le pasa es un recuerdo de lo que pasaron muchos inmigrantes, pero vale recordar que de cada diez estadounidenses, más de la mitad pasaron por Ellis Island u otros puertos de entrada sin vivir una ordalía como la de Alex.

También es importante recordar que su tragedia se debe a un simple hecho, no trae documentos de identificación. Así no se puede ni entrar a un país ni salir. Recordemos cuando en Gossip Girl, la recién casada Blair Waldorf, huyendo de su principesco marido, intenta ir a Santo Domingo en búsqueda de un divorcio express. Aunque todos en el aeropuerto la reconocen como la nueva princesa de Mónaco, el no portar pasaporte impide su viaje. ¿Por qué el caso de Alex debía ser diferente?



¿Saben a cuántos exámenes médicos tuve que someterme antes de venir a USA en 2016? ¿Cuántas vacunas tuve que aceptar? ¿Por qué iba a ser distinto un siglo antes?¿ Por qué Estados Unidos iba a querer importar enfermedades extranjeras? ¿Recuerdan como entró el COVID a este país?

Sin embargo, los reseñadores han magnificado este episodio imponiéndole notas de violencia que no existen. Es chocante leer una entrevista a Julia Schlaepfer en The Hollywood Repórter refiriéndose al examen médico de Alex como “asalto sexual”. Comprendo que para la condesa haya sido inesperado y degradante. El que desconociera el procedimiento me lleva a pensar que era virgen cuando conoció a Spencer porque todas las mujeres adultas pasamos por esa experiencia desde que iniciamos nuestra actividad sexual.

Concuerdo en que es un procedimiento invasivo y humillante, pero nos han enseñado que es necesario. Aparte de cierta brusquedad (muy propia de ginecólogo) el medico se comportó apropiadamente, incluso había una enfermera presente.



¿Entonces qué quieren decirnos reseñas  como la del Daily Mail  y otras que he visto en YouTube que siguen esa idea de que Mrs. Dutton fue ultrajada? ¿Que un examen ginecológico es un ataque sexual al que no deberíamos someternos? Se los compro, pero díganlos con todas estas palabras sino están poniendo en peligro la vida de las espectadoras atemorizándolas con ir al médico anualmente.

Elizabeth Anti-Vaxxer

En realidad, hay en la serie un leitmotiff de como el establishment medico trata a las mujeres. Lástima que usen un muy mal ejemplo. La pobre Elizabeth no ha alzado cabeza desde la temporada pasada en que sobrevivió al ataque de Creighton a su familia política y luego perdió al hijo que esperaba. En esta temporada comienza siendo amenazada por un puma y rescatada por Cara, pero en el segundo episodio la muerde un lobo.



 Como explica Cara, un lobo no ataca a menos que esté hambriento (y este se había zampado medio gallinero) o esté rabioso. Elizabeth tiene mala suerte, pero no tanta puesto que el médico y su enfermera se arriesgan a viajar, en carruaje y en vísperas de tormenta de nieve, al rancho a administrarle la vacuna.

Elizabeth les tiene más miedo a las agujas que a la hidrofobia y dice que prefiere a arriesgarse. Ante tamaña sandez los presentes pierden la paciencia, la sujetan y le clavan la primera de quince vacunas en la panza. Admito que el tratamiento es excesivo y doloroso.  Hoy, por suerte, se ha reducido a cinco vacunas, pero en mi infancia la cura daba casi tanto miedo como la enfermedad

En Occidente se han olvidado de lo que significaba contraer hidrofobia. En la India todavía es casi una epidemia. Cuando llegué a Chile el ’96 me sorprendió saber que era considerada todavía una plaga activa. Eso ha llevado a más conciencia de vacunar a las mascotas y ya casi está erradicada. Solo viene de murciélagos a los que no se les puede administrar tratamiento.

                              Elizabeth se esconde en el baño para huir de la vacuna

Antes de que Louis Pasteur desarrollase una vacuna (1885) que ayudaría a salvar a víctimas, la rabia era una pesadilla. No solo es letal y dolorosa, además destruye el espíritu de la persona. Afecta el cerebro, el paciente sufre de alucinaciones, tiene delirios paranoicos, muere de sed pero no aguanta el agua. Enloquecido, ataca a mordiscos a las personas cercanas transmitiéndoles su mal. De la hidrofobia surge la leyenda del hombre-lobo.

Tan horrible era la enfermedad que quien la sufría optaba por suicidarse o su misma familia lo mataba. Es lo que le dice Cara a Elizabeth que tendrá que hacer si no se deja inocular. No es que no me parezca horrible la mala pata de la rubia, pero me sorprende que en una época donde todavía moría un centenar de personas en USA por hidrofobia que Elizabeth desconociese los resultados de rechazar la vacuna.

Aun así, Sheridan no le impone la misma ordalía que a Alex. La esposa de Spencer logra llegar desde el puerto a la Grand Central Station de New York cargando equipaje y cierta cantidad de dinero, pero en un baño de la estación es asaltada, robada de todo lo de valor y salvajemente golpeada. Aun así, la Condesa de Sussex logra llegar hasta el tren cuando este parte de la estación. Al no poder detenerlo, se pega un salto olímpico hasta la góndola del vehículo.

                                 El ladrón despoja a Alejandra de sus joyas

No hay tiempo de decir “¡qué badass es Alex!” porque es una travesía infernal. Viaja en una cabina de segunda con el retrete casi pegado al camarote y en compañía de una madre proletaria que le endilga un discurso sobre como la inglesa se merece lo que le ocurre por ser “privilegiada”. ¿En serio?



Alexandra tiene hambre y para pagarse un plato de estofado recalentado y un mendrugo de pan duro, debe ser camarera. Atrae la atención positiva de una pareja de ingleses acomodados y la negativa de un gringo desvergonzado que, en palabras de la Condesa: “Me violó con las manos”. Harta, Mrs. Dutton le cae a golpes con una cafetera llena de líquido hirviendo.



La encierran en una jaula para entregarla a la policía en la próxima estación. El guardia amenaza con encerrarla en un manicomio donde le practicarán una lobotomía. Ya vimos en Boardwalk Empire y The Knick como trataban a mujeres “histéricas” en ese entonces. Por suerte, la pareja inglesa ha sido testigo de la agresión, testifican que Alex es la víctima y la policía arresta a su asaltante.



Alex ha quedado libre justo a tiempo de detener a la madre irlandesa que se ha robado su equipaje, y las propinas que recibió la condesa como camarera. ¡Sheridan debe tenerles particular rabia a las irlandesas! Primero la Hermana Mary; luego Collins, la prostituta de Ellis Island; y ahora esta ratera que se dio el lujo de darle un sermón moral a una aristócrata inglesa.

Alex pierde otro tren en Chicago, las nevadas impiden su viaje, pero es rescatada por los ingleses. Parece que sus problemas han acabado. Ni tanto. ¡Ay Taylor! 



En Montana, a Whitfield se le muere su gimp. Muy práctico el inglés, ordena a Creighton que arroje el cadáver por una quebrada y a la otra integrante de su trio sexual que se busque una acompañante. Ocasión para darnos una clase en la que educan a la nueva para no distinguir dolor del placer y viceversa. Como que Sheridan sigue buscando inspiración en el burdel de Meñique.



¿Odiaríamos menos a Whitfield si no fuera alumno del Marqués de Sade? ¿Sería la serie menos tremebunda si le extirpáramos irlandesas villanas y lobos de dos y cuatro patas? ¿Hubiésemos deseado que el viaje de Alex fuese más como el de Claudette Colbert en Sucedió una noche y menos como las peripecias de la Gaviota en Europa buscando al padre de su hijo?

Hay críticos como Michael Win Johnson que admiran el que Sheridan adopte la perspectiva femenina. No se da cuenta que si el creador de Yellowstone se enfoca en Elsa, Teonna o Alexandra es para martirizarlas. Sin embargo, el mismo Wim Johnson notaba en la temporada pasada como Sheridan usa sin sensibilidad alguna el embarazo en su argumento.

El crítico compara la muerte del bebé de Mónica en Yellowstone con el aborto espontaneo de Elizabeth de 1923. las preñeces de ambas son solamente recursos que cuando ya han perdido importancia argumental se acaban de manera absurdamente sencilla. Un ejemplo es que nunca supimos que provocó que Elizabeth perdiese su hijo.



Lo cierto es que los comentaristas en YouTube y otras redes sociales, ni hablar de los críticos, han rugido contra esa modalidad de Sheridan de crear ríos de violencia gratuita en los que se ahogan principalmente las mujeres. ¿Qué quiere demostrar? ¿Qué denuncia? ¿Cuál es su tesis? ¿Que el mundo es tan misógino que solo volviéndose bestias salvajes, las mujeres pueden sobrevivir? Es un nihilismo digno de un incel y espero no siente moda.

lunes, 5 de mayo de 2025

Lenta, Confusa y Muy Violenta: Segunda Temporada de 1923

 

 


Creí que nunca llegaría el día, pero regresamos a la Montana de Los Locos 20 y al menos en su primer capítulo Taylor Sheridan no nos ha defraudado. Sin embargo, ya para la tercera entrega, recuerda su conocida manía de caer en violencia desmesurada, sobre todo hacia las mujeres. En ese empeño pierde piso y cae en tres road trips inconcebibles y absurdamente lentos.

La Fauna como Metáfora

Comencemos con el Rancho Yellowstone. Ha sido un invierno crudo, el rancho ha quedado aislado por las constantes nevadas que han cortado los caminos. Para ir a Bozeman, al juicio de su capataz,  Jacob debe ir a caballo dejando a las mujeres Dutton solas (hay una conversación sobre la posibilidad de instalar un teléfono en el rancho) y a merced de los elementos. Estos se manifiestan primero con un puma que se duerme en el porche y despierta con apetito de comerse a Elizabeth de desayuno.

Cara debe matar al hermoso animal. Los felinos son reemplazados por otros depredadores: los lobos. Uno muerde a Elizabeth. Por suerte el médico y su ayudante llegan al rancho y aplican el tratamiento anti-hidrofobia a la esposa de Jack. Pero el lobo vuelve, se mete en la casa, se come a la enfermera y ataca a Cara.



Los animales salvajes son una metáfora del más grande depredador de la zona, Donald Whitfield. En su empeño por deshacerse de los Dutton y del rancho e instalar una hostería para esquiadores ricos, ha conseguido el arresto de Zane y su esposa, que resulta ser japonesa. Además Whitfield y Lindy, su querida de turno, tienen secuestrada en el sótano a una especie de gimp de Pulp Fiction, a la que solo desencadenan para participar en sus tríos sadomasoquistas. Digamos que con esas actividades hasta Banner Creighton le está tomando miedo a su aliado.

Entretanto, al otro lado del mundo, Jennifer visita a Alex y la encuentra en un estado deplorable. Por un lado la Familia Real enfurecida por los ultrajes a La Corona, han exiliado a los Sussex de Londres. Están todos apilados en sus propiedades de Sussex, y han exiliado a la Señora Dutton a sus habitaciones. Solo después de enterarse de esto y de que Alex está embarazada, Jennifer accede a ayudarla.



Vende las joyas de Alex y compra un pasaje para Nueva York. Con la excusa de pasar unos días con su amiga en su casa de campo cerca de Oxford, Alex llega a Southampton y toma un vapor, pero viaja en clase turista, apilada con otras mujeres pobres en una sala común. Debe dormir en la parte alta de una litera y ahí sobrevivir una tormenta en alta mar.

Spencer vs La Mafia

Spencer no las está pasando muy bien tampoco. No se sabe cómo eludió a la policía, pero está de carbonero en un barco italiano rumbo a USA. Ahí hace amistad con un chico italiano llamado Lucca, que viene huyendo de Sicilia porque Mussolini quería obligarlo a ir a pelear en la guerra de Libia. Interesante que el equipo de Sheridan haya hecho su tarea y conozca esos detalles de la poca conocida campaña imperialista del Duce.



Una noche, Spencer siente ruido en la cabina y ve a un grandulón violando a Lucca (¿por que esto me recordó a Rich Man Poor Man?) . Se levanta y le propina una paliza al bully. Llega el capitán y cuando se entera que tiene un violador en su tripulación, lo mata. Se va, advirtiéndole a Spencer que para la próxima le avise de cualquier problema ya que quien manda no es marinero sino el capitán.

Lucca ha quedado tan marcado por el ultraje que intenta suicidarse. Por una vez, Spencer actúa con sensatez y lo convence de no hacerlo. Lucca recobra su optimismo y al saber que su protector necesita dinero se le ocurre la idea de ponerlo a boxear con otros miembros de la tripulación, mientras el italiano recoge el dinero de las apuestas.

De esa manera, Spencer tiene lo suficiente para viajar de Texas a Montana, pero a su llegada al puerto de Galveston, las cosas cambian. En vez de separar caminos, Spencer acepta conocer al primo de Luka. Resulta que el cugino es Salvatore Maceo, un capo de mafia que en esa época dominaba el contrabando de licor en Texas. Maceo recibe muy agradecido a Spencer, hace que le den comida (prueba pizza por primera vez); lo aloja en el mejor hotel de la isla y lo invita a una fiesta en su honor esa misma noche.



Spencer come, va al hotel y pone un telegrama a sus tíos, pero de pronto le baja la urgencia de irse, así, sin siquiera despedirse de Lucca. Cuando el sicario de Maceo intenta detenerlo, el cazador lo golpea. A pie , sin direcciones, vemos a Spencer en la noche buscando la estación de tren. Obvio que los mafiosos no se quedan tranquilos, lo siguen y le dan una paliza.

Maceo esta estupefacto, no entiende ni la ingratitud ni la descortesía de su huésped. Le ofrece una solución, que lleve, acompañado de Lucca,  un cargamento de whisky (entonces ilegal en la USA de la Prohibición) hasta Fort Worth, y que luego ponga al primo y el dinero de la transacción en un tren de regreso a Galveston. Spencer se puede quedar con el camión y seguir camino hasta Montana. No sé ustedes, pero me parece generoso de parte del mafioso y pensé que así Spencer tendría un aliado en contra de Whitfield que es peor que toda la mafia junta.

                                  Una oferta que no puede rehusarse

Sin embargo, los recappers y reseñadores están horrorizados de que un Dutton se vea involucrado (y en deuda) con el crimen organizado, como si los Dutton no nos hubieran demostrado en tres siglos diferentes que no son muy amigos de la ley. Pero no se preocupen, en su afán de no trasgredir las leyes, que la misma serie nos demuestra son injustas, Spencer convierte el viaje en un desastre y se agarra nuevos enemigos. Ahí ya me comencé a exasperar con este guion horripilante y desatinado.

La Impulsividad Dutton

El problema de Spencer es un problema Dutton: la impulsividad. Lo vimos en su padre, en su hermana y en sus descendientes de Yellowstone.  Ese mismo defecto hace que Jacob Dutton parta de Bozeman a Yellowstone, en medio de una mega ventisca, arrastrando a Zane y a su familia con él.

Jacob comienza muy bien el día. Va a ver al juez que ya está harto de que el estado pague por el hospital donde está Zane quien ha quedado invalido debido a una paliza que le propinaron los policías, y también por el orfanato donde están encerrados los hijos de Zane mientras Alice, su madre, está presa. El juez está feliz de dejar a la familia en manos de Jacob, pero exige saber quién casó a la pareja. Jacob pierde la paciencia y le recuerda al juez que este se ha casado con una Crow, y ha cambiado la ley en Montana para beneficio propio, cuando en los estados cercanos casarse con una nativa todavía es ilegal.



Me detengo a pensar que  Estados Unidos (aparte de la Alemania nazi) es el único país siempre obsesionado con ponerle trabas a las uniones matrimoniales. Sigue siendo el único país del mundo donde se prohíbe el matrimonio entre primos y hasta bien entrado el Siglo XX se prohibió matrimonios entre caucásicos y gente de color. El sheriff le cuenta a Jacob que hubo una ley prohibiendo el matrimonio entre blancos y mexicanas hasta que un legislador se enamoró de una “Señorita”.  Estas son leyes absurdas y arbitrarias, pero es el amor el que las derriba.

Ahora Jacob usa la ley para obligar a su representante a dejar libre a su capataz . Huele el café del juez y ve que tiene whisky, encuentra una botella en su gaveta. El sheriff saca las esposas para llevarse a quien infringe la Prohibición. El juez se doblega y da permiso para que el Sheriff Dutton pueda llevarse a Zane y a su familia, pero las cosas se complican.

                         Miren lo que bebe el juez

Zane está invalido, casi no puede incorporarse. Desde que llego al hospital nadie lo ha atendido. A Jacob se le ocurre llevárselo a él, a Alice y a los niños al rancho a pesar de que amenaza mal tiempo. La porfía Dutton hace que los atrape una ventica medio camino, casi pierden los caballos, deben quemar el carromato para calentarse y llegan medios muertos a Yellowstone donde Cara ha matado al lobo, ayudado a amortajar a la enfermera y obligado a cachetadas a Elizabeth a aceptar un doloroso tratamiento que no solo salvará su vida, pero también evitará que se convierta en una bestia rabiosa antes de morir.

                             Elizabeth después de ser cacheteada por la Tia Cara

La rubia saluda a su marido con la noticia de que, apenas acabe el tratamiento, se marcha a Boston en busca de la civilización. Toda esta temporada podría reducirse a mujeres que añoran la civilización (creo que a Cara no le molestaría irse a Boston) y las que huyen de ella como Teonna ya que ahora no es solo una fugada de un internado sino también una asesina serial.

Kent Salió Peor que el Padre Renaud

Teonna, su padre y Pete,  que de amigo de la familia pasa ser amante de la joven prófuga, han llegado a Texas , a lo que fueron las tierras de Quanah Parker, pero la reservación comanche no está ahí. Ahora ese territorio está ocupado por un rancho donde los fugitivos encuentran empleo arreando reses.



Entretanto, le siguen la pista el Padre Renaud y el detective Kent que resulta ser más perverso que el curita. Cuando llegan a una reservación comanche en Oklahoma, amenaza con matar un niño indígena si no le dicen dónde está Teonna. El Padre Renaud interviene, como “hombre de D-s” no puede permitir esa salvajada.

Con sorna, Kent le recuerda el cementerio que vio en el internado con los cadáveres de las indiecitas. Renaud se escuda diciendo que eso fue la voluntad divina. Kent le responde que ahora él es la voluntad divina y al marcharse se lleva al pequeño entre las patas de su caballo. Kent y el Padre Renaud llegan a un pueblo de Oklahoma. Todo indica que se trata de Indian Territory. La secretaria del alguacil es indígena y su jefe es una mujer llamada Mamie Fosset. {Nota: Mamie Fosset fue la primera mujer en ser juramentada como alguacil en USA, pero su nombramiento tuvo lugar en 1898}



Kent, además de racista, es machista y lo demuestra con palabras. es el Padre Renaud quien debe servir de intermediario. Aunque a la sheriff le repugnan los forasteros tal como su misión, se ve obligada a ayudarlos. Su secretaria es una excelente dibujante y hace un retrato hablado de Teonna que se convierte en un afiche para que quien la reconozca la entregue a la justicia.

Kent y Renaud enfilan rumbo a Texas . Esa noche tienen un interesante intercambio en el que el comisario se muestra más racista que el cura. Renaud cree que los indios asimilados deben ser ciudadanos y tener los mismos derechos que los blancos. Incluso no le parecen reprobables los matrimonios birraciales puesto que en su país, Francia, están permitidos. Esta nueva faceta tolerante del sacerdote acaba cuando una partida de comanchesparientes del niño asesinadoatacan a los asesinos. A regañadientes, Renaud se ve obligado a defenderse a tiros de los comanches aunque se muestra contrito al ver que ha abatido a un muchacho.

                       El Padre Renaud y el Comisario Kent no piensan igual

Finalmente llegamos al arco de Alexandra que, muchos están de acuerdo ha sido lo mejor, pero también lo más perturbador por lo que he dejado mis reparos para el final. Después de una zangoloteada y tormentosa cruzada del Atlántico, la Condesa de Sussex desembarca en Ellis Island, sitio de entrada para millones de inmigrantes en busca del American Dream. Digamos que las mejores experiencias son para quienes tenían gente (parientes, amigos, empleadores) esperándolos en tierra, los que venían con visa, o simplemente con documentos de identificación. Mrs. Spencer Dutton carece de todo eso, ni siquiera tiene un certificado de matrimonio o un pasaporte (no sé cómo Jennifer le pudo comprar un pasaje).

Las autoridades determinan que esta personita sin identificación solo puede ser una vagabunda y se la trata como se trataba a las vagabundas. Se le hacen varios exámenes médicos y finalmente se la somete a una entrevista con un desagradable funcionario que dice no creerle el cuento del rancho en Montana y del marido perdido. Todo indica que le negará una visa de entrada. Por suerte, Alexandra recuerda quien es y lo demuestra. Primero recitando un poema de Emma Lazarus, luego evidenciando su conocimiento de la poesía de Walk Whitman y acaba lánguidamente señalando que la mancha de lápiz labial en la camisa del funcionario indica que él otorga visas a cambio de favores sexuales.



La joven llega a Nueva York y logra arribar a Grand Central Station a tiempo para comprar un pasaje de tren. Hasta ahí le dura la suerte. Aunque ya dos personas le advierten que tenga cuidado y que no ande mostrando el dinero, es asaltada en un baño, golpeada hasta perder el conocimiento, y robada de todo: equipaje, joyas, dinero. Aun así alcanza a llegar a la estación cuando el tren parte y salta a la góndola del tren y ahí paro porque la orgia de violencia, principalmente la dirigida a las mujeres,  merece otra entrada

                     Alexandra después de ser asaltada

1923 comenzó maravillosamente con dos magníficos episodios que devinieron en cuatro arcos que no llegan a entrecruzarse y que no avanzan la historia para nada. Lo único concreto es la dilatación de llegadas y enfrentamientos y lo único omnipresente es una violencia desenfrenada. Aun así, 1923 sigue destacando por sus buenas actuaciones e insuperable cinematografía.

Corrin Hodgson y Ben Richardson están a cargo de filmaciones en diferentes parajes y el contraste entre la vegetación del Suroeste y las llanuras nevadas de Montana es soberbio. Mis paisajes favoritos corresponden a dos eventos: el arribo de Spencer a Galveston con la vista de edificios de colores de sorbete,  escena que contrasta con el interior del Rancho Dutton durante el ataque lobuno. Esa escena nocturna, teñida de azul, exhibe un interior que parece exterior donde sillones y mesitas se ven cubiertas de nieve como si fuese el reino de los Caminantes Blancos, pero que en realidad es la nueva guarida del huargo.

                             El huargo de Yellowstone

Contenido Violento y Gory: Toda la serie: tenemos ultraje sexual, palizas, sadomasoquismo, femicidio, infanticidio, balaceras y hasta ataques de fieras salvajes.

Contenido Sexual y Desnudos: Con Alex y Spencer separados, no hay pasión a raudales. Apenas Teonna que pierde su virginidad con Pete, su Fiel Compañero Indio.

                                   Teonna en plan sexy

Factor Feminismo: Obviamente Cara que mata fieras de dos y cuatro patas y somete a Elizabeth cuando esta pierde la cabeza. En el caso de Alex ,todo su viaje es una demostración de los peligros de una vida de privilegios que no la ha preparado para encuentros peligrosos. Aun así, Alex en Ellis Island recuerda quien es, dándole una bofetada a la entrometida  Collins y usando su intelecto para quitarle el poder al funcionario que la humilla.

Factor Diversidad: En persecución de la Familia Rainwater, de la tribu Crow, Kent y Renaud se encuentran con Comanches de Oklahoma que los siguen hasta Texas. Spencer tiene un encuentro con los italianos de la mafia, y su mujer golpea a una prostituta irlandesa en Ellis Island y recibe un buen consejo de un afroamericano que le vende un mapa en Manhattan.

                          Lady Alexandra compra un mapa

 Conocemos a Alice, la esposa japonesa de Zane. Señora un poco perdida ya que le dice a Cara que planean irse a California donde los matrimonios birraciales están permitidos. ¿Qué no vio The Terror donde en plena Segunda Guerra Mundial, se prohibían los matrimonios entre japoneses y hasta mexicanos? ¿Qué no sabe que en los 60s cuando Bruce Lee quiso casarse con una mujer blanca tuvo que ir a hacerlo en Oregón?