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jueves, 5 de abril de 2018

La Casa que Fundó Mary Boleyn: La evolución de los genes Bolena (IV)



Ya vimos que el karma persiguió a los únicos descendientes de los Bolena.  Vimos como una sobrina-nieta de Ana Bolena conseguía convertirse en Condesa de Northumberland, el titulo negado a su tía. Vimos a la nieta de Maria devolverle la mano a Ana, robándole el marido a La Reina Virgen. Y vimos como la sangre Bolena seguía derramándose en el cadalso. Pero la herencia Bolena produciría muchas figuras más prodigiosas de la historia del Reino Unido. Sería imposible mencionarlos a todos. Así que elegí a los mas celebres de cada periodo.

Bolenas entre Estuardos.
En 1601, con el fallecimiento de la Reina Virgen, moría la estirpe de Ana Bolena. El trono de Inglaterra era ocupado por un pariente lejano de los Tudor. Aunque el Rey Jaime I uniría las coronas de Escocia e Inglaterra (y Gales), era un Estuardo. Una nueva dinastía se cernía sobre el Reino Unido. Sin embargo, los bisnietos de Maria Bolena seguían encontrando su espacio en esa corte del nuevo rey. Ese fue el caso de su nieto el Conde de Essex, muy amigo de Enrique, el nuevo Príncipe de Gales. Sin embargo, Enrique murió joven y al trono ascendió su hermano Carlos I.

Carlos desposó a una princesa francesa, Enriqueta Maria. Entre las damas de la reina se contó a Lucy Hay, Condesa de Carlisle. Lucy era una hija de Dorotea Devereux, la que consiguió ser Condesa de Northumberland. Lucy era considerada la más guapa de la corte, pero también la más descocada. Sus amoríos eran tantos que fue celebrada en muchos poemas de su época.
Lucy Hay por van Dyck

Lucy también tenia alma de conspiradora y fungió como doble agente en las intrigas que le costarían la cabeza a su rey. En días de Cromwell, la oportunista condesa jugó a ser religiosa y se interesó en la fe presbiteriana, pero apenas supo que el rey Carlos II avanzaba había Londres se puso a cartearse con su nuevo soberano lo que le ameritó una temporadita en la Torre de Londres. Pero la fama de Lucy quedaría inmortalizada en la literatura.

En su juventud,  fue la amante del mas notorio casanova de la corte,  el Duque de Buckingham. Cuando éste la abandono, la celosa Lucy le robó un collar de diamantes. Resulta que las joyas eran un regalo de otro de los amores secretos del Duque, la Reina Ana de Austria y se las había obsequiado el Rey Luis. El siniestro Cardenal de Richelieu se enteró del descuido de la reina y mandó a Luis XIII que le exigiera a su esposa que lucese los diamantes en público. La asustada reina envió mensaje a Buckingham para que se las devolviera.

Yo creo que los lectores ya saben como sigue esta historia. Efectivamente, Alejandro Dumas se basó en Lucy Hay (en la que se combinaban la falta de escrúpulos del abuelo Enrique VIII y del Abuelo Tomás Bolena) para crear a Milady de Winter.
lana Turner como Lady de Winter

Tras la ejecución de Carlos I, Inglaterra fue sumida en revoluciones y guerras civiles. Los Bolena seguían cayendo de pie. Incluso el Conde Warwick, hijo de Penélope Rich, llegó a ser yerno del Protector Cromwell. No tuvieron hijos, pero si los tuvo su prima Lady Anne St John. Hasta ahora hemos hablado de los descendientes de Leticia Knollys, pero también los hay de su hermana Isabel Knollys, casada con Lord Leighton, gobernador de las Islas del Canal. Lady St. John fue nieta de Isabel.  Una de sus hijas, también llamada Anne se casó con el primer Conde de Rochester y fue madre del celebre e infame Johnny Wilmot, Lord Rochester.
Francesca Annis como la Condesa de Rochester y Johnny Depp como su hijo.

Rochester es reconocido hoy día por su excelente poesía satírica, por su amistad con el Rey Carlos II y por su libertinaje. Si quieren saber más de él deben ver “El Libertino” excelente y olvidado trabajo de Johnny Depp.

Bolenas Dieciochescos
El Siglo de Las Luces se caracterizó por ser el fin de los Estuardo y por la implantación de los Hanover en el trono británico. Los descendientes de los Bolena ahora portaban imponentes nobles en la aristocracia inglesa como el Conde De Sándwich, inventor del famoso emparedado, pero los genes Bolena iban a ser las bases de uno de los más celebérrimos y tumultuosos matrimonios del siglo.

Para ver como George Duque de Devonshire descendía de Maria Bolena (vía Leticia Knollys,) tenemos que volver al siglo anterior. Lady Frances Devereux, hija del desafortunado Conde de Essex, se casó con el Duque de Somerset, bisnieto de los Seymour que dieron una reina a Inglaterra, y descendiente directo de Maria Tudor y Charles Brandon.
Lady Frances Seymour por van Dyck

 Una de las hijas de Frances, Jane Seymour se casó con el Vizconde de Dunvergan. Su bisnieto, el Conde de Burlington, se casó con Lady Dorothy Saville, hija del Marqués de Halifax. Y aquí tenemos un ejemplo de la consanguinidad de los Bolena. El Marqués era hijo de otra Dorothy Saville que a su vez era nieta de Dorotea, la Condesa de Northumberland, hija de Lettice Knollys. Pero el Marqués, a su vez, se casó con Lady Mary Finch (ahí también hubo un escándalo) nieta de Penélope Rich.

Entonces tenemos a dos descendientes de Maria Bolena unidos ante el altar. Lady Dorothy Burlington, además de ser dama de la Reina Carolina, y patrona de artistas como Haendel y David Garrick, tuvo una hija, Charlotte, que se casó con el Duke de Devonshire. 

Los Duques fueron padres de William Cavendish, quinto Duke Devonshire. Cuando William fue en 1774 a pedir la mano de Lady Georgiana a Lord Spencer padre de la chica, era el soltero más cotizado del momento, pero ‘él y georgiana tenían algo en común. Lord Spencer era bisnieto del Conde de Sunderland y de Lady Dorothy Saville, por lo tanto, también descendía de la condesa de Northumberland, bisnieta de Maria Bolena.
Los Duques de Devonshire

La Duquesa Georgiana fue la mujer mas celebre de su época, por su influencia política, belleza, elegancia y triste y escandalosa vida que Kiera Knightley tan bien retratara en el filme “La Duquesa”. La sangre Bolena seguía predisponiendo a sus descendientes a la desdicha, al menos en el ámbito romántico.

Antes de pasar al siglo XIX, quisiera hablar un momento de Enrique Knollys hijo mayor de Catalina Carey. En vida de su madre fue un discreto miembro del parlamento, pero la rebelde sangre Bolena bullía en sus venas Pronto se dedicó a una actividad muy lucrativa en la era isabelina: la piratería. Su hija Leticia se casó con William, Lord Paget, otro que le gustaba las aventuras marinas y que se la pasó perdiendo barcos entre Virginia y Bermuda.  Su hijo se casó con su prima Isabel Rich, nieta de la desdichada Penélope. Su nieto fue Gobernador de Menorca cuya hija fue la antepasada de Charles Darwin. Como ven, no todos los Bolena son de dar escándalos.

Bolenas Victorianos
De Henry Knollys procederían los Paget, y del gobernador de Menorca vendría Henry Paget el primer Marques de Anglesey, el héroe de las Guerras napoleónicas. Aunque Lord Anglesey era muy controlado en el campo de batalla, no se podía decir lo mismo en su vida personal. Sus amores con la cuñada del Duque de Wellington le costaron ser dado de baja.  Tras perder una pierna en Waterloo, Henry se divorció de la madre de sus ocho hijos. SE casó con su amante. La pareja procreó cinco hijos más. Entre ellos a un señor que en la vida real no tuvo más importancia  que tener catorce hijos, pero que gracias a Daisy Goodwin ha pasado a ser un icono LGTB victoriano. Me refiero a Lord Alfred Paget.
Lord Alfred Paget y su supuesto gran amor Edward Drummond


Goodwin no solo le inventó una romántica historia de amor  homosexual a Lord Alfred. Hizo otro tanto con Otra Bolena, Harriet, Condesa de Sutherland, nieta de la desdichada Duquesa Georgiana. Aunque Lady Harriet si fue dama y amiga de Victoria, no tuvo esa apasionada relación con el cuñado de su patrona, Ernest de Hanover.
Harriet Sutherland y su supuesto gran amor Ernst de Hanover

A quien la serie “Victoria” no tuvo que inventarle un romance desdichado fue a Lord Melbourne cuya esposa, Lady Caroline Lamb existió en la realidad y también abandono a su marido e hijos para huir con el “loco, malo y peligroso” Lord Byron. Lady Caroline, anoréxica y andrógina, era hija de una hermana de Lady Georgiana, por lo tanto, era una Spencer Bolena.
Dame Sarah Miles como Lady Caroline Lamb

Pero los Bolenas victorianos no se contentaban con pasearse por la corte de Victoria. Ya hablamos de Charles Darwin. ¿Creerían si les digo que el gran poeta victoriano Algernon Swinburne descendía de los Bolena? ¿O que Lord Czrdigan que dirigió la Carga de la Caballería Ligera en Balaklava era un Bolena? ¿O que Lady Ottoline Morrel, mecenas eduardiana y fundadora del Grupo Bloomsbury, era Bolena debido a los Duques de Portland descendientes de la alocada Leticia Knollys?
Sir Trevor Howard como Lord Cardigan

Bolenas del Siglo XX
En tiempos recientes, el Reino Unido ha tenido mucho que agradecer a los descendientes de Maria Bolena, por sus diversas contribuciones. ¿Sabían que el hombre más grande que vio Inglaterra en el Siglo XX llevaba sangre Bolena?  Efectivamente, Winston Churchill tenía como apellido completo Spencer-Churchill. Ya vimos que los Spencer y sus primos los Sunderland son descendientes de Leticia Knollys, ¿pero cómo llegaron estos advenedizos a involucrarse con la Casa de Marlborough, la más aristocrática de Cran Bretaña?
John Lithgow como Churchill en The Crown

Vale recordar que el Famoso “Mambrú”, el Duque de Marlborough tuvo muchas hijas, pero un solo varón que murió sin descendencia. En premio a la inmensa contribución de Marlborough, se le otorgó el titulo a su hija mayor Henrietta. Al morir sus hijos sin descendencia, el titulo pasó a su hermana Anne, Condesa de Sunderland, quien a su vez se lo traspasó a su segundo hijo Charles, de quien descienden todos los Duques de Marlborough y los hijos segundos como Lord Randolph Churchill, padre de Sir Winston.
Robert Shaw como Lord Randolph y Simon Ward como su hijo en Young Winston

Curiosamente no solo Sir Winston heredó la astucia Bolena. También su rival político, Lord Halifax quien a través de su bisabuelo Lord Fortescue descendía de los Bolena escoses (los Marqueses de Lothian y los Duques de Buccleuch).

Otros descendientes de Maria Bolena, servirían a la actual Reina Isabel de diferentes maneras. Por ejemplo, el querido Porchey, Tanto él como su abuelo, el célebre arqueólogo, descendían de los Percy, Condes de Northumberland, y por lo tanto de Lady Dorothy Percy, hija de Lettice Knollys.

Y ha llegado el momento de examinar como es que Tommy Lascelles desciende de los Bolena. Por supuesto que hay momentos en los que exhibe la inescrupulosidad e implacabilidad del tataratararaabuelo Sir Thomas, ¿pero ¿quién hubo entremedio? Pues tenemos que hacer memoria y remontarnos al pobre Lord Essex, el último Bolena en ser decapitado. 

Su nieta, Lettice Shirley, se trasladó a Irlanda en donde ya vivía su abuela Frances Walsingham, viuda de Essex, y ahora casada con el Conde de Clanricarde. Lettice se casó con uno de sus “primastros” Clanricardes y pasó a ser antepasada de todos los vástagos de esa familia, incluyendo a Lady Elizabeth Joanna de Burgh que en 1845 se casaría con el Conde de Harewood y seria la abuela de Sir Alan Lascelles.

Bolenas en el Trono
Ahora viene la gran sorpresa. Hemos hablado de la ambición Bolena y como consiguió que Ana pusiera en el trono a su hija Isabel, pero Maria Bolena también tendría una descendiente que sería reina consorte y, a través de ella, una hija que hasta hoy es soberana de la Gran Bretaña.

Prepárense a oír otro de esos escándalos generados por esa herencia Bolena.  Como recordarán, los Duques de Devonshire eran representantes del gen Bolena. En el siglo XVIII,  una Cavendish se casó con el Duque de Portland. Entre sus hijos se cuenta un tal Lord Charles Bentinck. Lord Charles hizo un matrimonio escandaloso con una joven que era sabido, era hija de una cortesana. Tal vez para matizar este matrimonio tan desigual, la nueva Lady Bentinck juraba que era hija del Príncipe de Gales.

No le sirvió mucho el parentesco. Pronto Lord Charles se aburrió de su esposa y se fugó robándose a lady Anne Abdy, esposa de su mejor amigo. Eventualmente, gracias a varios divorcios, Lady Anne pasó a ser Lady Bentinck. Su hijo Charles, temeroso del estigma de sus alocados padres, decidió entrar al clero.
Los Condes de Strathmore, abuelos de Isabel II

El Reverendo Bentinck se convirtió en uno de esos pilares de la era victoriana y crió a su hija Nina Cecilia Cavendish-Bentinck en la moral mas estricta. Eso es lo que Nina Cecilia aportó a su matrimonio con Lord Strathmore, y lo que su hija Elizabeth-Angela Bowes-Lyon llevaría junto a su dote al Palacio de Buckingham. Ahora se entiende porque la Queen Mom y Sir Alan eran tan buenos conspirando juntos.

Acabo de caer que la Reina y la Princesa Margarita son las Hermanas Bolena modernas, aunque su rivalidad no esté basada en ningún rey obeso. Podemos excusar las locuras de Margarita adjudicándolas a las leyes de la herencia. Un poco de sangre de Bolena  predispone a una vida de desenfrenos.

Más famosas que las Hermanas Bolena
Y ya que estamos en el Siglo XX, tenemos que hablar de otras hermanas que también darían que hablar y no precisamente por intrigas cortesanas. La famosa Familia Percy , descendientes directos, de Dorotea Devereux, evolucionarían hacia otros títulos nobiliarios, como los Barones Beverly, los Condes de Abursham y Lord Reddesdale. Algernon Freeman-Mitford, primer Barón Reddesdale, fue un famoso diplomático en la corte del recientemente abierto Japón, célebre por sus colecciones de arte y manuscritos orientales, pero mas conocido por ser el abuelo de las Hermanas Mitford.

La mayor de ellas, Nancy, tuvo una larga carrera literaria de la cual son mas conocidas sus deliciosas novelas The Pursuit of Love y Love on a Cold Climate, en las cuales veladamente retrató a su excéntrica familia. Su hermana Diana, en 1936, en casa de Goebbels y en presencia del Fuhrer se casó con Sir Oswald “Tom”Mosley, jefe de los Camisas Negros británicos.
Diana y Unity haciendo el saludo Nazi

Si Diana era Nazi, su hermana Unity la superaba. Idolatraba a Hitler desde la escuela. Se fue a Alemania con la excusa de aprender el idioma, pero se puso a perseguir al Fuhrer con la persistencia de una fangirl cualquiera. Su tenacidad ganó a Adolf que la integró a su circulo privado. No se sabe hasta donde llegaron en su relación, pero la presencia de “la Valquiria” como la apodaban,  provocó uno de los muchos intentos de suicidio de Eva Braun.
Lesley Anne Down como Unity Mitford

Unity estaba empeñada en evitar que Alemania fuera a la guerra con Gran Bretaña. El día que eso ocurrió, intentó volarse los sesos. Sobrevivió, pero con una bala enterrada en el cerebro. No podía caminar, tenia problemas para hablar y razonar y estaba incontinente. Aun así, vivió ocho años más, hasta que una meningitis provocada por la misma bala, la mató.

Unity había compartido su cuarto con su hermana menor Jessica. Si las paredes de la Valquiria estaban cubiertas de suásticas, las de “Decca” , como la llamaban en familia, estaban adornadas con hoces y martillos. A los 19 años, Decca se fugó con su primo Esmond Rommilly para unirse a las Brigadas Internacionales. Los padres de ambos tuvieron que ir a España buscarlos y a casarlos. Acabado el conflicto, Decca y su marido regresaron a Inglaterra. Esmond murió peleando en la Real Fuerza Aérea Canadiense. Su viuda y su hija se trasladaron a Estados Unidos.
Decca y Esmond en Miami

Ahí Decca llevaría una vida totalmente opuesta sus hermanas. Se casó con el abogado judío Robert Treuhaft. Ambos fueron pilares del partido comunista durante la Era McCarthy y militantes de la campaña por los Derechos Civiles.

Con esas hermanas tan extremistas, ¿qué le quedaba la pequeña Deborah, la menor de la tribu?  Pues Debo soñó siempre con ser duquesa. Abandonó esos sueños al enamorarse de un hijo menor sin prospectos como lo era Lord Andrew Cavendish. Sin embargo, cuando el hermano mayor de Andrew murió durante la Segunda Guerra Mundial, Debo se convirtió en la Duquesa de Devonshire.

La Sangre Bolena se Convierte en Sangre Real
Tener en el trono a otra Isabel con genes Bolena parecería como el triunfo máximo del olvidado clan. Pero la rueda kármica seguía rodando. Esta generación de Windsor-Mountbatten es la más bolenica de la historia y todo gracias a estas dos damas escandalosas.

Sarah Ferguson siempre fue un poco despreciada por su simple apellido, pero por parte de su abuela paterna estaba emparentada con los Spencer (por el Duque de Bedford) y los Buccleuch (que por los Montagu y Burdenell descendían también de Lettice Knollys).

El caso de la Princesa Diana es mas interesante. No solo descendía de Lettice Knollys gracias a ser una Spencer, sino que también descendía de Georgiana de Devonshire gracias a Eliza Grey. Efectivamente, la bebé de la que tiene que separarse la Duquesa en la escena mas triste del filme fue antepasada de la difunta Princesa de Gales.

¿Y los Bolena del Siglo XXI?
En este momento hay más de un millón de personas, solo en el Reino Unido, que pueden ufanarse de tener a Maria Bolena en el árbol familiar. No todos son famosos, no todos son nobles, no todos hacen carrera en la política o en servicios a la Corona y no todas las descendientes de Mary Boleyn sueñan con atrapar a un rey.

Por eso he querido cerrar este amago de ensayo genealógico con una dama que por su belleza y talento ha buscado la fama en donde se encuentra hoy en día, en las pasarelas y enfrente de las cámaras: Lady Clara Paget, muy querida en este blog por su interpretación de Anne Bonny en “Black Sails”.

Creo que el viejo zorro de Sir Thomas Bolena hubiera estado orgulloso de esta heredera. Pero el más orgulloso hubiera sido su bisnieto Enrique Knollys, al ver a su descendiente directa, Lady Clara convertida en una bucanera como él.

FE DE ERRATAS: La descendiente de Eliza Gray hija de la Duquesa de Devonshire no era la Princesa Diana, sino su concuñada, Sarah Fergusson.

lunes, 25 de diciembre de 2017

¿Fueron amantes Isabel II y Porchey?: Aclarando ambigüedades de “The Crown”


Las dos temporadas de “The Crown” comparten un factor común, la inferencia de que el duque de Edimburgo es un marido infiel. Tal como en la vida real no existen pruebas para enjuiciarlo en ese aspecto, la serie se queda en ambigüedades. Pero, para confundir más al espectador, en el noveno capitulo de la temporada pasada, Peter Morgan embute la hipótesis de que la reina también se cobró con la misma moneda las infidelidades del marido. ¿Hay algo de cierto en eso?

Una de las muchas dudas que quedaron flotando a partir del final de temporada de “The Crown” fue la relación de Isabel II con su palafrenero Lord Porchester (más tarde Conde de Carnarvon). Al menos los celos del Príncipe Consorte parecieran indicar que la amistad entre reina y súbdito iba más allá de lo que exige el decoro. Ahora que ha comenzado una nueva temporada (y Porchey parece ser cosa del pasado) podemos hablar de lo que hay de verdadero, de falso y de exagerado en ese romance.

Se ha hablado que la Reina Isabel está molesta con “The Crown” por sus muchas falencias en lo que se refiere a sucesos reales que han exagerado, o simplemente falseado. No solo ella está enojada con esos errores que afectan su imagen. Y aunque Su Majestad no haga declaraciones públicas, me imagino que las implicaciones sobre su amistad con Lord Carnarvon están arriba de su lista de quejas. Yo creo que el episodio 9 de la Primera Temporada estuvo dedicado a satisfacer chismes que la prensa amarillista regó a fines de los 50s y, tal como esas crónicas escandalosas, lo que vemos en pantalla tiene poco o cero de fundamentos.

¿Qué es lo que se sabe a ciencia cierta?  El matrimonio de Isabel y Felipe atravesó muchos escollos, los peores en la época entre su coronación y el nacimiento del príncipe Andrés (1960). En algún momento, los rumores llegaron a la calle, y las noticias fueron tan estruendosas que la propia reina se vio obligada a hacer declaraciones públicas de que todo iba bien en su casa. Al parecer, y algo Su Majestad le confesó a Harold Macmillan, la fuente de todos sus problemas maritales había sido la negativa a que los hijos del duque llevasen el apellido del padre. De esa confesión surgirían cambios tales como el título de “Príncipe” para Felipe y el permiso para sus hijos apellidarse “Windsor-Mountbatten”.

Poco después, y tras diez años desde el nacimiento de la Princesa Ana, Isabel y Felipe anunciaron que esperaban un tercer bebé. Sabido es que Andrés es el hijo favorito de la reina. Incluso ese cariño abarca a sus hijas a quienes Isabel ha llamado “las mas bonitas de mis nietos” y hasta la madre de las niñas, la incorregible Sarah Ferguson, que, aunque divorciada, sigue gozando del apoyo de su real suegra.
Los Duques de York y sus hijas

El problema es que, en su día, los infaltables difamadores inventaron todo un cuento sórdido alrededor de este embarazo. Se dijo que Felipe no era el padre, inclusive que Andrés había sido concebido antes del Duque regresar de su itinerario de viajes oficiales. Todo totalmente falso. Luego nos sacan fotos del Duque de York y que dizque no se parece en nada a los padres, ni a sus hermanos. En cambio, le encuentran gran parecido con el Conde de Carnarvon. Yo digo que, si quieres encontrarle parecido con alguien, se lo vas a encontrar.


Yo, por ejemplo, si le encuentro a Andrés rasgos Windsor y un parecido con la familia. Pero luego nos salen que Andrés, es bajo, que es gordo, que no se ha quedado calvo como los Mountbatten. Yo creo que el chico “ha abueleado”. No saldría Mountbatten, pero salió Windsor. La fundadora de la casa Saxe-Coburgo-Gotha era una enanita rolliza. Su hijo, el Rey Eduardo VI, tatarabuelo de Andrés, recibía el apodo de “Tum-Tum” por tener un vientre prominente. Y si nos vamos a los Bowes-Lyon, la Queen Mum era bajita (vivía cayéndose por los tacazos que usaba) y gordita. Y vamos que Isabel II no es Brienne de Tarth, siempre se la ha considerado menuda. Pero echándole un ojito al Duque de York yo le veo parecido con la abuela paterna, la Princesa Alicia de Battenberg y sus despreciadas tías Nazis.
El Príncipe Felipe (vestido de marinero) sus padres y sus hermanas

Yo encuentro que Andres se parece a su abuela paterna, Alicia de Grecia.

Si descartamos los parecidos físicos y las posibilidades de que Andrés sea un “hijo del amor”, ¿qué otros factores podrían ligar a la reina y a Lord Porchester en una relación ilícita? The Crown” nos cuenta que la dependencia emocional de Isabel del hombre que manejaba sus caballos de carrera era tal que provocó iracundos celos en el Príncipe Consorte.  Mas encima el libreto de Peter Morgan nos hace creer que Isabel y Porchey tuvieron un romance antes de casarse, que Carnarvon era el prospecto de yerno favorito de la Reina Madre e incluso hacen que la novia oficial y futura Lady Porchester cuestione a su prometido preguntándole si ya la ha superado a “ella”.

Molesta e innecesaria es la escena en que mientras su futura esposa se baña en el cuarto contiguo, Porchey hace una llamada subrepticia a su reina, patrona y amiga. Molesta porque es anacrónica. En esa época, las novias no se bañaban en presencia de los futuros maridos. Todo lo que consigue hacer la escena es presentarnos a Porchey como un ente sexual, lo que lo hace candidato al tálamo real.
Absurdo. En la extensa y bien documentada biografía de la Queen Mum, The Queen Mother, William Shawcross menciona a todos los involucrados en la vida de Elizabeth Bowes-Lyon y su familia. Lord Porchester no aparece ni en una nota al pie de la página. Entonces no podemos hablar de una relación tan intensa con la princesa ni la de ser el yerno soñado de la madre de Isabel.
La Reina y el verdadero Porchey

Es cierto que la reina madre hubiese preferido que sus hijas se casasen con aristócratas del reino, preferiblemente escoceses. Es cierto que Isabel y Porchey se conocieron o en su adolescencia o infancia, pero no pasó de ser otro mas de los pocos conocidos de la futura reina. En una de esas ridículas páginas que busca destruir a la Familia Real tildándolos desde pedófilos hasta satánicos, una “ex dama “de Isabel, por supuesto anónima, describe la relación entre la princesa y Porchey datándola desde su juventud. Dice que Isabel sentía “una fuerte atracción sexual” por Porchey y que ambos solían ir a bailar al Café de Paris antes de ser este local bombardeado durante el Blitz.

A ver, Café de París fue bombardeado en marzo de1941. Para haber ido a bailar ahí, la reina tendría que haber ido al menos el año anterior, cuando ella tenía catorce años y Porchey dieciséis. No los hubieran admitido, y la verdad es que entonces (ojalá ahora) las chicas de catorce, y menos las princesas, no andaban recorriendo antros nocturnos. Porchey en ese tiempo estaba enterrado en una de esas famosas publicó schools inglesas donde era más fácil besarse con el compañero de pupitre que con una chica.

Por otro lado, “The Crown” se esmera en contarnos como los Windsor detestaban la idea de Felipe Mountbatten como yerno debido a su escandalosa familia. No tan escandalosa si la comparamos con la del pobre Porchey. Los Condes de Carnarvon tienen un pedigrí que se remonta al siglo XVIII, pero el más renombrado de sus hijos fue el abuelo de Porchey, el famoso arqueólogo que descubrió la tumba de Tutankamón y murió supuestamente debido a una maldición del joven faraón.
El Conde Carnarvon en Egipto

Cuando no andaba profanando tumbas, Lord Carnarvon se la pasaba en su mansión ancestral el Castillo de Highclere, más conocido por nosotros los “Downties” como la Abadía de Downton. Tal como Lord Grantham, Carrnarvon reparó su castillo con la dote de su mujer, hija (como Cora) de un judío millonario. Aunque el padre de Lady Almina no era estadounidense, si era muy adinerado. Ella era la hija ilegítima de Lord Alfred Rotchild. Con ese apellido sabemos que había para pagar servicio y mantenimiento y hasta comida de perros en el castillo.
El actual Lord Carnarvon, hijo de Porchey, y su esposa frente a Highclere

Sin embargo, a pesar de no tener carencias económicas, de cosechar fama en el mundo de la arqueología, y tener una esposa millonaria, Carnarvon era un individuo muy desagradable, un aficionado a coleccionar fotografías de chicas desnudas, que desahogaba sus instintos mas brutales en su heredero. Eran tales las palizas que le administraba a Henry, padre de Porchey que este fantaseaba constantemente con cometer parricidio. A pesar de que la maldición faraónica eventualmente le proporcionó la deseada orfandad, el pobre Henry quedaría psicológicamente marcado hasta el punto de convertirlo en otro tipo de monstruo.

Aunque Henry se casó con la estadounidense Catherine Terdick, madre de Porchey, pronto se divorciaron debido a las infidelidades del conde. Este volvió a casarse con la actriz alemana , de origen judío, Tilly Losch, pero su pasión era el adulterio. Mas allá de ser un mujeriego, Henry parecía sufrir de satiriasis, o lo que hoy se conoce como “adicción al sexo”. Necesitaba tener relaciones constantemente con diferentes compañeras, fueran matronas de sociedad o criadas. Lo peor, es que, si se le resistían, Henry las violaba. A una pobre victima que llegó a desmayarse la despertó brutalmente lanzándole una jofaina de agua. Digamos que el pobre Porchey no venía de una familia muy sana.

Uff y se me olvidó hablar de Almina, la condesa millonaria. Se consoló de tener un marido que nunca la quiso, con una ristra de amantes, antes y después de enviudar. Hay fuertes rumores de que el padre de Porchey en realidad era hijo del legendario Sir Victor Singh, hijo del Maharajá de Lahore. Se dice que el que no haya facciones exóticas en los descendientes de Almina se debe a que, el abuelo materno de Víctor era alemán.

Para coronar la lista de escándalos, a Almina, quien durante la Primera Guerra Mundial convirtió Highclere en un hospital, le quedaron gustando los asuntos médicos, y por un largo tiempo regentó una clínica de abortos clandestinos. Ósea, la familia Nazi y la mama esquizofrénica de Felipe eran la nada misma comparada con estos bochornos.

Es cierto que Porchey fue el gran amigo y confidente de la reina Isabel. Su muerte coincidió con 9/11. En su discurso sobre las víctimas, la reina mencionó con voz quebrada de llanto que “el precio del amor es el dolor”. Todos supieron que esas palabras eran en referencia Lord Carnarvon cuyo funeral es uno de los pocos sepelios privados a los que su Majestad ha asistido en su vida. ¿Pero vamos a confundir el cariño que se le tiene al mejor amigo con una confesión de infidelidad?

Uno de los detalles mas conmovedores que emergen de una inspección de la vida de Isabel es que (y a diferencia de otras reinas) no tiene amigas.  Margarita dejó de ser su confidente tras la crisis Townsend. A pesar de que la reina siempre ha confiado (por eso no hay que creerse todo lo de la ‘Crown’) en su madre y en su marido, en muchas ocasiones hay cosas que no les puede contar. Entonces es totalmente normal y sano que haya tenido como confidentes a amigos con los que compartía su gran pasión por los caballos como Porchey y Lord Plunkett.

Es cierto que la reina mantenía una línea privada de teléfono con Porchey que los comunicaba directamente . Es cierto que la reina se escapaba al cine sola, en esos años en que su matrimonio estuvo en la cuerda floja, con su caballerizo, pero también es cierto que Lord Porchester era muy unido a la Familia Real y que no apareció de la nada como nos cuenta “The Crown”.


Porchey era parte del Margaret Set. Tenía el joven vizconde una pasión por las tablas y colaboró en varias de las obras que la diligente, pero muy amateur, Princesa Margarita montó en escena, incluyendo la desastrosa adaptación La Rana de Edgard Wallace.

Porchey si pasó un tiempo en América donde conoció a la que sería su esposa, Jean Wallop. La reina fue amiga de la familia y hasta madrina del primogénito. En 1969, Porchey se convirtió en el administrador de las cuadras de Isabel, las dedicadas a los caballos de carera que posee la reina. A pesar de los supuestos celos del Duque de Edimburgo y los rumores, Porchey siguió siendo el confidente de la reina y su familia se llevaba bien con los Windsor.

Los Porchester, y su comadre Isabel II

Lady Carolyn Herbert, única hija mujer de Porchey, fue buena amiga de la Princesa Diana. Entre Koo Stark y Sarah Ferguson, Carolyn se hizo un espacio en la vida del Príncipe Andrés, Hasta se habló de “noviazgo oficial”.  ¿Qué mayor prueba que Andrés no era hijo de Porchey el que ambas familias viesen con buenos ojos su noviazgo con Carolyn?

Voy a detenerme aquí, antes de comenzar a destripar la segunda Temporada de “The Crown”. Como a muchos reseñadores y fans, nos ha dejado con la boca abierta y muy mal sabor, voy a dejar pasar unas semanas antes de volver a enfocarme en la serie del desubicado Peter Morgan. Hasta entonces trataré de entretenerlos con otras impresiones del Period Drama 2017. ¡Feliz Navidad a todos!