Siguiendo el
consejo del Gato Dezmond decidí probar suerte con el drama de época nórdico.
Comencé con una serie danesa de cuatro temporadas (comenzó el 2018) y quedé
gratamente sorprendida. En términos de las fórmulas que imperan en genero del period
piece, The New Nurses corresponde al Esquema Panam, pero con un
twist muy original que nos lleva a un hospital en la Copenhague de los 50, a conocer a los primeros estudiantes de
enfermería y a los prejuicios que debieron enfrentar al querer infiltrarse en
un mundo femenino.
El título original
(y que se ha conservado en castellano) es Sygeplejeskolen (escuela de
enfermería).El inclusivo título ingles The New Nurses también es engañoso
puesto que oculta el tema central, la entrada de varones a una profesión femenina. Esta escuela de enfermería es parte del
hospital Fredenslund y ha preparado por generaciones a profesionales del sexo
bello.
En la primera
temporada tenemos a Anna Rosenfeld, la niña rica, que viene a servir al prójimo
como un modo de superar un desengaño amoroso. Compartirá cuarto con Suzanne, la
niña pobre, que antes de ser enfermera
era niñera. En muchos sentidos, Suzanne es más despierta y decidida que la
sobreprotegida Anna.
En la residencia
de enfermeras, las chicas conocen a Lis, la vivaracha estudiante de segundo año,
que sabe cómo huirles a las reglas y no hacerle caso a Madsen, la estricta jefa
de enfermeras a quien apodan “La Bruja”. Elsa, otra enfermera, oculta tras su
carácter mordaz y envidioso una relación clandestina con el Dr. Bent Neergard,
el médico estrella de Fredenslund.
Neergard está casado
con Nina, enfermera y maestra en la escuela de enfermería. Ese matrimonio se ha
enfriado con los años y Bent la culpa a ella por no querer quedarse en casa y
criar hijos. Nina sabe que su esposo le es infiel, pero acepta el estatus quo.
Nina es la única
que aprueba la novedad que Margaret, la directora de la escuela de enfermería, quiere introducir. Debido a una escasez de
enfermeras, a Margaret se le ocurre incluir
varones en su programa de estudio. A pesar de las burlas y quejas, en la
primera temporada vemos a seis jóvenes integrarse a las aulas. Entre ellos está
el torpe Peter, a quien Anna rompe un tobillo haciéndolo cargar su pesado
mobiliario; el ingenuo y muy religioso Bjorn; y Erik Larsen, un ex soldado.
Erik y Margaret comparten
un vínculo. La madre del joven la ocultó cuando la Gestapo la perseguía. Erik
es un buen chico, pero rebelde por naturaleza. Eso lo llevará a hacer trampas
en los exámenes, tener un affaire con Nina, y chantajear al esposo de esta. Su
comportamiento incomoda a sus amigos que temen que un desliz de Erik obligue al
cierre del nuevo programa. También a Anna que desde el principio se ha
interesado en el rebelde enfermero.
Como todos los
dramas médicos de la televisión, esta serie presenta más romance que medicina.
Tenemos amores prohibidos, embarazos no deseados y mucho melodrama. Los clichés,
malos entendidos, desencuentros y situaciones exageradas la acercan mucho al
modelo de telenovela. ¿Por ejemplo, porque una enfermita a punto de morir se
pone a contar chismes? ¿Es ese el único hospital de Copenhague que Anna debe atender
a la mujer que le quitó el novio, y Erik
a su padre alcohólico?
Sin embargo, hay
un twist fantástico. Debido a que los objetos de discriminación son varones,
las dinámicas cambian, los hombres son los victimizados y los que le hacen
reproches a Erik que ya suenan a slut-shaming.
Es interesante
que sea Suzanne la que casi seduzca al casto Bjorn, pero el resultado es el
mismo. Otra curiosidad es que cuando Erik descubre el affaire de Elsa con el
medico jefe, se lo guarda. En cambio, cuando Suzanne escucha el chisme de la
pequeña con polio sobre Erik y Nina, corre a regarlo por todos lados.
Aunque la serie
sea vendida por sus líos románticos, no carece de otros méritos. En el ámbito
medico hemos visto a los enfermeros atender todo tipo de casos, desde una
epidemia de polio hasta ladillas (¡!!).
La serie nos muestra cómo se manejaban los
hospitales de entonces. Una sorpresa es que al parecer en Dinamarca se servían
cervezas a los enfermeros como si fuesen refrescos. Y cuando el padre de Erik
solicita un schnapps, Bjorn se lo encuentra en su carrito de comidas que más
que alimento de enfermos, parece un bar ambulante.
También vemos
como eran tratadas enfermedades que hoy tienen cura como la polio y el cáncer.
De como el aborto solo era legal en casos de violación. Un detalle curioso es que
para ser enfermeros (ambos sexos) no se necesitaba haber terminado la
secundaria . De su clase, solo Anna
tiene estudios superiores, lo que la coloca por encima los varones del grupo.
Aun así, cuando ella forma un sindicato , prefieren elegir a Peter como
presidente antes que a una mujer.
Sorprende la
brevedad de estudios que se exigía para estos jóvenes, algunos como Erik que ni
sabían dividir, o no dominaban disciplinas como física, anatomía y química. Los
enfermeros recibían sus diplomas tras un examen oral y otro escrito, al cabo de cuatro meses de estudio. Con razón
era una profesión tan despreciada. Una de las razones que esgrime el Dr.
Neergard en contra de la inclusión de hombres en el programa es que, siendo el sexo
feo más orgulloso, no aceptaran los
enfermeros ser la última rueda del carro con la sumisión con la que aceptan ese
sitio las hembras.
Aparte de
mostrarnos la diferencia entre la enfermería de hoy y la de ayer, también la historia
es parte del libreto. En la primera temporada oímos hablar del Jutlandia,
la nave equipada con personal médico que asistió, en un esfuerzo humanitario, a
los heridos de la Guerra de Corea (civiles y soldados).
La Segunda Guerra
Mundial es un tema omnipresente sobre todo en las conversaciones de Erik con la
jefa del programa. El rencor latente , legado de la ocupación nazi, en contra
de los daneses que colaboraron aparece en la primera temporada.
Llega al hospital
una joven quemada que además tiene en la espalda un tatuaje de una cruz gamada.
Ese tatuaje indica que, tras la guerra, la chica fue castigada por sus
compatriotas por haber colaborado con los invasores. Madsen y Suzanne, cuya
prima fue delatada por una colaboracionista, tratan duramente a la paciente
empujándola a un intento de suicidio. Solo Anna demuestra compasión y descubre
que el único pecado cometido fue enamorarse de un soldado alemán que pereció en
el frente ruso.
Por último,
quiero comentar sobre el hermoso paraje donde está instalado el hospital. Hay
espectadores que se han quejado de lo acicalado y limpio que se ve el hospital
y que esa no era la norma en Dinamarca de entonces. Yo agregaría que las
escenas al aire libre siempre en tiempo soleado y con árboles con follaje no se
parecen a nuestra imagen del clima y paisaje nórdicos, pero no me quejo porque
tanto eso como el personal atractivo y bien vestido hacen que el aspecto estético
se convierta en una virtud de la serie.
Recientemente se
ha estrenado la Cuarta Temporada indicando que Los Nuevos Enfermeros
tiene arrastre con el público danés. Para hacer la serie más dinámica, en cada
temporada aparecen nuevos personajes y se van algunos de las anteriores. Esta
combinación de nuevas caras e historias hace la serie más ágil e interesante.
Siempre hemos
visualizado a Dinamarca como un país adelantado y humanitario, tal vez más que
los otros países nórdico. A juzgar por lo que ocurre en el Federlund, el trato
a los pacientes era inhumano y digno de médicos nazis. A una mujer le practican
una histerectomía sin siquiera avisarle, o informarla que tiene cáncer. A un
joven disléxico lo amenaza una esterilización disfrazada de apendectomía (la
esterilización de los supuestos “retrasados” fue ley en Dinamarca desde 1930,
mucho antes que en la Alemania nazi).Los pacientes son humillados, se les exige
que no molesten al doctor con preguntas ‘”porque lo van a hacer enfadar”. Sin embargo,
todos se ríen cuando los pacientes varones les hacen burlas obscenas a las
enfermeras.
Los niños son los
que reciben el peor trato, y los padres son mantenidos en un limbo sin siquiera
permitirles las visitas a sus hijos. No nos sorprende porque fuera del hospital
también sufren sea en orfanatos dickensianos como en el que se crio Lis o en escuelas
como lo descubre Erik al recibir un niño golpeado. Por eso se entiende que los
enfermeros de ambos sexos estén tan dispuestos a olvidar las reglas en su empeño
de ayudar a los enfermos bajo su cargo.
Es una lástima que, por ahora, solo pueda
verse en USA a través de MHz Choice que también puede “colgarse” del servicio
Amazon. Curiosamente, si existe, con subtítulos
en español, y puede ser vista en España
por el Canal Sundance.
Contenido
Violento o Gore: Aunque se mencionan abusos infantiles y ataques contra mujeres, ninguno es mostrado en
pantalla. A pesar de mostrar procedimientos quirúrgicos hay un mínimo de sangre
y no se ven vísceras o órganos expuestos.
Contenido Sexual:
Muchas situaciones sexuales, pero no hay desnudos ni escenas gráficas.
Contenido
Feminista: el twist es que los
discriminados son los varones
Diversidad: Cero
diversidad cultural o racial. En la Segunda Temporada, vemos a Bjorn incomodo
al tener que atender un paciente gay y también descubrimos que un personaje
importante tiene tendencias lésbicas