Muchas veces soy rápida
en juzgar mal a quienes se rehúsan a ver algo bueno solo porque no les gusta el
género o determinado actor. Me olvido de que yo hago lo mismo. Debido a esa
mala costumbre, casi me he quedado sin ver un fenómeno llamado The Marvelous
Mrs. Maisel. Por suerte, he
recapacitado y he podido disfrutar de una historia conmovedora que muestra a
un ama de casa judía que, al ser
abandonada por el marido, emprende una
carrera como comediante en una época en que las mujeres no trabajaban ese
rubro. Con cinco temporadas, y ganadora
de no sé cuántos premios, La Maravillosa Señora Maisel, ha sido un éxito
donde vaya y es una de las pocas series de Amazon Prime que vale la pena.
Hasta la
Esposa Perfecta es Abandonada
La historia tiene
lugar en Manhattan en 1958. Miriam “Midge” Maisel (Rachel Brosnahan de Manhattan)
es un ama de casa, feliz esposa y madre que cree tenerlo todo. Hija de un
catedrático de Columbia, y de una madre educada en Paris, Miriam ha sido mimada
desde la cuna y protegida del mundo real. En la universidad (donde sacó un título
inútil en “literatura rusa”) conoce a Joel Maisel, (Michael Zegen de Boardwalk Empire) hijo del dueño de una fábrica de ropa, que tiene un puesto ejecutivo en la empresa de
plásticos de su tío.
Ambos se enamoran
locamente y se casan con la bendición de ambas familias. La vida de Miriam
tiene un único propósito: hacer feliz a
su marido. Para eso deja a sus hijos en manos de los abuelos, tiene la casa perfecta, y un cómico detalle
que aprendió de su madre, nunca deja que Joel la vea sin maquillaje ni pestañas
postizas. Se aplica crema de belleza y pone rizadores cuando él duerme y se
levanta temprano para pintarse y peinarse.
Parte de la devoción
de Mrs. Maisel por Joel es ser cómplice en su hobby, la comedia. Joel sueña con
ser un stand-up comedian e intenta conseguir un puesto en el repertorio
de un barucho del Lower East Side llamado “Gaslight”. El problema es que Joel,
aunque simpático y dicharachero, no
posee vena cómica y muchas veces su mujer le consigue sus espacios en el escenario
a punta de comida que usa para sobornar a los dueños. El Gaslight está a cargo
de Susie Myerson (Alex Borstein) , un puercoespín humano que, tal como se viste de hombre no tiene ninguna
fragilidad femenina y no se deja sobornar fácilmente.
Una noche, Joel, incapaz
de contar de manera jocosa los chistes que su mujer ha escrito para él, es
abucheado por el público. Al llegar a la casa, sumamente deprimido, Joel hace un anuncio: abandona a su familia y se va a vivir con su secretaria.
A pesar de las suplicas de Midge, Joel se macha. Incapaz de asimilar el golpe, Midge
se emborracha, se pone un abrigo sobre su neglige, y parte en metro al Gaslight.
Al llegar, se sube al estrado y comienza a narrar su tragedia. Creyéndola parte del espectáculo, el público estalla a carcajadas y la aplaude, pero cuando la ebria Señora Maisel muestra su busto desnudo (para indicar de lo que se pierde su marido), es arrestada. Susie paga su fianza. Ha reconocido el don de comediante de Midge y quiere representarla.
Aunque a Mrs. Maisel le
parece una locura, pronto descubre que la ha picado el mosquito del espectáculo
y se arriesga a llevar una doble vida. Por un lado, intenta definir una
relación con Joel y recomenzar una vida propia trabajando como dependienta de
una tienda de departamentos, por otro aprende las reglas de una profesión que
en ese entonces no aceptaba mujeres.
Un Mundo de
Luz
La serie fue tan exitosa
que llegó a durar cinco temporadas y acaparó Emmys, Globos de Oro y otros
trofeos. Es creación del matrimonio compuesto por Amy Sherman-Palladino y su
esposo Daniel Palladino (Gilmore Girls) en colaboración con Daniel
Goldfarb (Julia). Si en dos palabras tuviera que definir las
raíces de su encanto las colocaría entre su estética y su trama que, aunque llena
de conflictos, es humana, tierna,
emotiva y te hace sentir bien, aunque a veces te bajen las ganas de apalear a
Mrs. Maisel u otro personaje.
En una época en
que todo es oscuridad tanto en las pantallas de cine como en las chicas (la
Gatita Maggie dice que es para ocultar la mediocridad del CGI) esta producción
de Amazon destaca por su color, su iluminación, su elegancia representada por el vestuario de
marca de Miriam Maisel y su madre. Es un muy buen contraste con la densa
oscuridad de los antros donde trabaja la comediante de noche o el iluminado
artificial de B. Altman donde labora de día.
Hay una sensación
de amplitud y luz en todos los espacios desde el departamento de Midge y el de
sus padres, tipos de pent-house que creo ya no existen en el Upper West Side
hasta la fábrica de los padres de Joel que él busca recuperar y reinventar como
parte de un proceso de redención que sigue a su divorcio.
Toma larga de la fábrica de ropa de Los Maisel
Las cámaras de
filmación no temen seguir a los actores sean por los pasillos de restaurantes o
por los jardines de Columbia por donde el alumnado de Abe Weissman (padre de Midge)
lo sigue, pendiente de cada sabia palabra
como si se tratase de un rabino del Talmud. Para contrarrestar ese lujo de
espacio, nos basta visitar el estudio de Susie, donde habita, en un espacio
indigno de familia de roedores, la manager
de Mrs. Maisel.
Midge es parte de
una familia cómica en su disfuncionalidad. Quiere encontrar su propio espacio y
voz, pero no puede vivir sin salón de belleza, sin llevar cincuenta maletas a
sus vacaciones en Las Catskills. Aun así, se las arregla para descollar en lo
que emprende , sea vender maquillaje Revlon, atender una central telefónica o
deslumbrar audiencias con su audaz rutina cómica.
Mrs. Maisel telefonista
Midge y Lenny
Bruce
La serie de Los
Sherman-Palladino nos lleva en un tur surrealista por el universo de la comedia
”estandapera” como la llaman en algunos países de Latinoamérica. Midge vive sus
primeros éxitos y fracasos, se cuestiona si tal vez no debería ser tan
espontanea o teme que solo es efectiva cuando está ebria o bajo el efecto de la
marihuana. Finalmente encuentra el justo medio y comienza a variar de escenarios.
Para el final de la Segunda Temporada habrá conquistado el Borscht Belt, el
reino de la comedia Yiddish donde por décadas no se admitieron mujeres.
Se ha dicho que
Mrs. Maisel está inspirada en Joan Rivers, pero no encuentro similitudes entre Midge
y esa rubia toxica, que ni siquiera tenía el mismo pedigrí. Prefiero pensar en un
versión más sofisticada y atractiva de Roxanne Barr si esta hubiese nacido en
un mundo de privilegio y no en Utah.
A mí nunca me ha gustado
la comedia de escenario, la prefiero como parte de una historia, pero no soy
ciega a lo arduo e ingrato que es subirse en un estrado sin ningún tipo de prop
y capturar a un público que a veces puede ser descortés y agresivo. Paralela a
la carrera de la Señora Maisel, va la vertiginosa trayectoria de Lenny Bruce, el
polémico cómico más grande de la época. Lenny se convierte en mentor y
protector de Mrs. Maisel.
NOTA: En 1964, Lenny
fue a la cárcel por cuatro meses debido a una mala palabra que había incluido
en su show. Con ese precedente pongo en duda el que, en 1958, Midge suelte
chorros de palabrotas en el escenario sin censura. Una licencia, quizás,
innecesaria.
Los Judíos del
Alto Manhattan
Junto con describirnos
la escena de la comedia estadounidense de la época, la serie nos da un retrato
un poco exagerado, pero con bases reales, de la vida de los judíos adinerados del Alto
Manhattan. Tenemos representantes de una judería cosmopolita, académica e
intelectual en los padres de Midge en contraste con el mundo de los schmatta,
los Maisel más rústicos, astutos y
carnales que sus consuegros
También vemos la relación
de Midge, Joel y sus padres con una práctica religiosa desprovista de espiritualidad,
donde la sinagoga es un espacio de reunión y no de oración, y donde los rabinos
son objeto de burla. Abe Weissman es ateo. Su esposa Rose, que arma una gresca en medio del templo y en
Shabbath, parece necesitar de lo sobrenatural
y cree encontrarlo en una bruja rumana.
Midge y Joel serán
los abuelos de estas desafortunadas generaciones de judíos seglares que tanto
afean el mundo judaico moderno, pero también representan a una generación de judíos
estadounidenses cuyos hijos (tal como ocurre con Ethan Maisel) compondrían el
movimiento de Baal Teshuvah, jóvenes, que,
sin formación religiosa, volvieron ojos y sus vidas al judaísmo ortodoxo.
Una razón por la
cual no seguí viendo la serie originalmente (2021) fue la facilidad con la que
se hace mofa del judaísmo. Me pareció forzado y tonto. No reparé en que la
sobrevivencia del pueblo judío reside en su capacidad de reírse de todo, de lo trágico y de lo banal, de lo profano y
de lo sagrado.
Además, me es
fácil descartar esa mirada despectiva de una comunidad que no es ortodoxa.
Hasta puedo sentirme un poco superior: “nosotros rezamos en hebreo” o “nadie rompe el
ayuno de Yom Kippur con un Martini”. Lo
cierto es que el humor judío existe en todas las variantes de observación
religiosa.
¡Pero no se me ocurre romper el ayuno con alcohol!
Siguiendo con el
tema del humor, mi respuesta a “¿por qué no te gusta Mrs. Maisel? siempre era “No me gusta la comedia” o “Ella
no me hace reír”. Es cierto, Miriam
Maisel no me parece cómica. Susie es cien veces más chistosa, pero mi
acercamiento reciente a la serie de los Sherman-Palladino ha sido tratándola
como drama y viendo el pathos en la caracterización de La Señora Maisel. Su
rutina cómica me disgusta, aunque no llega al nivel de toxicidad de Joan
Rivers, pero la serie cifra el humor en el mundo surrealista que les toca vivir
a Midge y a su familia/cultura.
El problema es
que cada vez que mi tocaya se enfrenta a una crisis deprimente y debemos
reírnos de ella, termino llorando. Al final, sin tener su belleza, juventud, guardarropa etc.,
nos parecemos. Yo tampoco sé conducir, me disgusta cargar equipaje por las escaleras,
cuando me asusto, hablo de más. Eso si nunca
me he olvidado de un baby shower de una amiga, no se me ocurriría anunciar en una recepción
que la novia está embarazada o en un escenario sacar del closet al cantante de
moda…¡y menos en 1959!.
Cuando Midge, en
su primer y muy desastroso tur, encuentra que en el inodoro de su hotelucho está
el excremento de un antiguo huésped, yo me aterrorizo con ella. Cuando la vemos
al comienzo con esa increíble rutina de belleza que debe cumplir solo en las
horas de sueño de su marido para que Joel no la vea desarreglada, no lo
encuentro divertido sino conmovedor. Es un ejemplo de la devoción que Mrs.
Maisel siente por Mr. Maisel.
Cuando Joel
anuncia que se va con su secretaria, me rompe el corazón ver a Miriam suplicarle
que no la abandone a ella ni a sus hijos. Y no es que odie a Joel, es mi
antihéroe favorito. Cuando recapacita y descubre que ha perdido para siempre lo
que más amaba, Joel se embarca en un camino de redención que consiste en
proteger y sacar de apuros a su mujer hasta llegar al máximo sacrificio.
¿Comedia o Tragicomedia?
The Marvelous
Mrs. Maisel posee humor,
drama, romance, una visión deslumbrante de un mundo que ya no existe: bares bohemios; delis donde todavía la
atención era personalizada y la comida decente; el Paris de fines de Los 50
donde los americanos todavía no eran recibidos con recelo; y el maravilloso Borsrcht
Belt de Las Catkskils que nació como un refugio
del antisemitismo hotelero que no permitía huéspedes judíos.
Aun así, mi amor
por la serie aflora solo después de la certeza de que es tragicomedia. A partir
de la Tercera Temporada, siento esa pesadez, esa sensación de infortunio que se
avecina predestinado por series de desafortunados eventos. El típico humor patibulario
judío se manifiesta en burla constante de los mini desastres que le ocurren
tanto a Midge como a sus seres queridos.
Es que no me da
risa ver que Miriam y Joel borrachos vuelven a casarse en Las Vegas y que ella
definitivamente no quiere divorcio, pero se le cae el mundo al enterarse que su
marido ha vuelto a enamorarse de otra. Se me humedecieron los ojos cuando veo
la tristeza con la que los Weissmann observan a su ex criada Zelda a la que han
tenido que despedir por no tener con que pagarle. Me trajo tristes recuerdos de
cuando perdí a la Angelita. Y casi lloro cuando Miriam, con su hija en brazos,
se despide del apartamento donde nació y creció.
Y me espeluznó
ver el plan de vida y presupuesto que han preparado los padres de Mrs. Maisel pronosticando
que morirán antes de cumplir setenta años. Es que mis padres hicieron lo mismo
y murieron, una década más tarde, endeudados
hasta las cejas. Eso no quita que
critique a Midge y a sus padres.
En la Tercera
Temporada, me es imposible conmiserarme con Midge que no recapacita que en su
ignorancia irresponsable casi destruyó la carrera de Shy Baldwin (y bien pudo
acabar con él en la cárcel).El único toque de humor lo pone la tribu beatnik en
la que se inserta Abe en sus esfuerzos por ser relevante en su vejez.
Si hago este
paréntesis es para alertar a quienes puedan privarse de ver La Maravillosa
Señora Maisel porque no les gusta la comedia. Como muchos seguidores de la
serie, yo no encuentro que los chistes de
Mrs. Maisel ameriten carcajadas. Tal como muchos de las problemas que pasan
ella y los suyos son más patéticos que jocosos.
Les aseguro que esta
serie tiene mucho más que ofrecer que rutinas de chistes, tiene tragedia griega
y habrá quien también la vea como una mashal (fábula judía) cuya moraleja es nunca desprecies ni
desperdicies los privilegios, consistan estos en un buen matrimonio, un buen trabajo o un buen departamento, porque algún día te van a faltar.
Contenido
Violento o Gory: The Marvelous
Mrs. Maisel es un retrato de la ira subterránea de los judíos. Aunque no
hay violencia física, aparte de Joel que
en defensa de su mujer siempre está soltando sopapos, la furia verbal se
desboca sin riendas en el humor. Esa es la raíz de la comedia de Lenny Bruce y
de Mrs. Maisel. Una agresividad iconoclasta que atropella a quien menos se espera..
En el caso de Midge a familia, amigos, llegando a veces al autosabotaje en su
necesidad de aplastar a figuras de autoridad sean Sophie Lennon, su padre o el
rabino (los eggrolls con camarones del banquete de bodas). Su descontrol
verbal es tal que hay momentos en que uno a podría hasta diagnosticarla con Tourette.
Contenido
Sexual y Desnudos. Es la
maravilla de la serie. Todas las connotaciones sórdidas y obscenas que el
humano ha dado al amor físico se quedan en el escenario. Aparte de la
exposición del pecho de la protagonista en el primer episodio, no hay desnudos.
Incluso no hay escenas de cama. Sabemos que Midge se acuesta con Ben porque nos
dan un largo preámbulo de la pareja en la calle antes de subir al piso del
médico a hacer el amor. Este preámbulo dialogado pasa a ser foreplay.
En cambio, en los tres
encuentros eróticos de Los Maisel después de su separación si los muestran
entre las sábanas. Es una manera de ratificar la visión (para algunos anticuada)
de Miriam Maisel como mujer de un solo hombre, que nunca dejará de amar al
padre de sus hijos. En la temporada final cuando vemos a una Midge anciana en
su inmensa (y vacía) casa sabemos que se ha casado varias veces, pero el único
retrato de bodas en la casa en un lugar prominente es de ella y Joel. Y su
excusa para no casarse con Philip Roth (¿se necesita excusa?) es “Todavía amo a
Joel”. Eso dicho quince años después de su divorcio.
Eso no quita que
no tenga otras parejas, pero ninguna tiene gran significado. Bueno, hay un caso
especial que no cuento para no dar spoilers, pero la tensión sexual entre ambos
personajes comienza en el segundo capítulo y durará años hasta que estalle
durante una ventisca. Precisamente por tratar el sexo como un acto íntimo y
asociarlo con el amor es que la serie se me ha hecho deliciosamente anticuada.
NOTA: Cuidado con
el caveat “nudity” que le pone Amazon Prime a los episodio que cubren la
trayectoria de Midge como comediante en un cabaret de burlesque. Vemos teiboleras,
bailarinas exóticas y estriptiseras, pero no muestran más que lo que se puede
ver en la playa.
Factor Feminista: Un relato se define como feminista si a)
Cuenta la historia de como El Patriarcado destruye o construye a una mujer. b)
La protagonista vence la adversidad para cumplir un sueño de superación. c) El
relato incluye una eficaz red de femenina de apoyo. d) La protagonista
proporciona un modelo que las espectadoras pueden/deben imitar. Según esos parámetros Mrs. Maisel no es
feminista, aunque vive en una era patriarcal y se salte las normas del Patriarcado
o las utilice para beneficio propio. Por ejemplo, se afirma muchísimo en el socorro
masculino sea el monetario/sexual de su ex marido o el del cantante de moda Shy
Baldwin que le da una oportunidad de abrir su espectáculo en Vegas.
Aunque el final
de la serie tiene a una anciana Midge, millonaria
y famosa, no sentimos nunca que ese fuese el camino para el cual estaba destinada.
Mrs. Maisel descubre el poder de la comedia como una manera de desahogarse
públicamente, pero de manera accidental. No es su sueño dorado, no se metería
ahí si Joel no la hubiese abandonado y, al menos en las primeras dos temporadas, da la
impresión de que Miriam Maisel sería más feliz como vendedora de cosméticos que
como comediante.
Aunque Midge se
lleva bien con sus compañeras de trabajo, no es una gran amiga, puede ser descuidada como cuando se olvida de
que va a dar una fiesta para Imogen, o cuando arruina el banquete de bodas de Mary.
Afecta negativamente a las mujeres de su vida, desde Sophie Lennon cuya carrera casi destruye
intencionalmente, hasta su madre cuya
existencia la Señora Maisel da vueltas como si fuese un pandero.
Rose se desploma ante otra locura de su hija
Alguno creerá que el meollo feminista de la serie se encuentra en las palabras de Rose: “Precaria es la vida de la mujer sujeta a caprichos de un hombre”. Yo diría que es precario dejar que nuestras vidas las regulen caprichos ajenos. Fueron los caprichos de mi madre los que trazaron mi destino. Además, ¿qué tanto quejarse de los hombres, si es Joel quien saca de apuros constantemente a Midge (y a Susie)?
Joel Maisel "se vende"a la Mafia para salvar a Midge |
No creo que
ninguna espectadora quiera ser como Mrs. Maisel, comediante o mujer. Aparte de las medidas
perfectas, vestuario deslumbrante y padres y marido con dinero, no hay nada que
envidiarle. Mas allá de momentos eufóricos, la vemos triste, insatisfecha, solitaria
y poseída por una inseguridad patológica que la hace autosabotearse. Es un gran
personaje y una mujer fascinante, pero no es un icono feminista. Algo que se
nota en su nombre artístico. Usa un apellido que es del marido, un título
equivalente al castellano de “señora de…”y que expresa la añoranza de seguir
casada, aun después de divorciada
Factor
Diversidad: Desde sus
inicios que The Marvelous Mrs. Maisel ha sido criticada por ser muy
“blanca”. La serie ha intentado remediar ese hecho. En la Tercera Temporada,
Joel Maisel compra un club en Chinatown e inicia un romance con Mei Ling, una
estudiante de medicina china. En la Primera Temporada, Midge tiene una
compañera de color en B. Altman, y Lenny
Bruce la presenta con un grupo de músicos negro, pero es a partir del final de
la Segunda Temporada donde entra el elemento afroamericano.
Midge es invitada
por Shy Baldwin, (una versión de Johnny Mathis), a abrir su espectáculo en un show de USO,
luego en Las Vegas y en un tour que los lleva a Miami. En el entourage de Shy,
Miriam conoce a varios músicos negros , más el insufrible Reggie, manager del
cantante. Será en Miami que la Señora Maisel descubra que Shy es gay, precipitándola a otra de sus metidas de pata
con trágicas consecuencias para todos. Será ese arco el que lleve a público y críticos a considerar a
Midge promotora de racismo y homofobia. Tristemente, concuerdo con ellos.
SPOILER,
SPOILER, SPOILER. No lo
lean a menos que hayan visto toda la serie.
Una pregunta/duda
que surge de la Primera Temporada es si el cross-dressing de Susie nace
de una excentricidad personal o de una orientación sexual. La respuesta está en
el capítulo final. Susie le confiesa a Midge que tuvo una amante en la
universidad que la abandonó para casarse. Esa es Hedy, la esposa de Gordon Ford,
el patrón de la Señora Maisel. Cuando
Hedy Ford reconoce que Susie se ha humillado para pedir un favor para su
clienta, pregunta si esto va más allá del talento de Miriam Maisel. El silencio
de Susie es una respuesta. Mas adelante Alex Borstein reconocería, en una entrevista, que su
personaje siempre ha estado enamorado de Mrs. Maisel.
Si en la Quinta Temporada,
nos revelan que hemos tenido un personaje gay siempre en un rol coprotagónico, La Cuarta trae más diversidad con James, un cliente de Susie y Dinah, la secretaria,
ambos interpretados por actores de color. Sin embargo, es esa Cuarta Temporada que críticos y publico consideran “la peor “de la serie.
La debilidad de
esa temporada está en su incoherencia que se manifiesta en diálogos,
situaciones y en cambios inexplicables en los personajes. Cuando Rose acusa a
Midge de haber afectado negativamente la vida de sus padres, fiel a su carácter
irresponsable, Mrs. Maisel se niega a
aceptar su culpa, pero se agita cuando su madre anuncia que dejara su trabajo de
casamentera . “Ese ha sido tu sueño”. ¿En serio? ¿Cuándo Rose estudiaba en Paris soñaba con
ser casamentera algún día?
Luego tenemos un
olvido inaudito. Cuando Midge, en un acto impropio de ella, se acuesta con un
desconocido que conoció en el parque, le dice a Susie que no ha tenido sexo
desde Benjamín. Eso fue en la primera temporada, ¿olvida Mrs. Maisel de cuando fue a buscar a
Joel para dormir con el antes de comenzar su tur con Shy? ¿O de que hicieron el
amor en Las Vegas después de volver a casarse?
Incluso la serie
parece escrita por alguien que no sabe ni geografía ni historia. Susie le consigue,
en plena campaña de Kennedy, un gig
a su clienta en la Republica de Croacia. Esa república no existía en 1960, como
tampoco era posible viajar a Praga o a cualquier país de la órbita soviética
sino hasta el glasnost.
Lo más triste es
que comienza a notarse que la serie está escrita por dos personas diferentes. Eso
explica episodios que encuentra resoluciones o nos muestran a los personajes en
su mejor faceta, para luego caer en los mismos problemas y hacernos odiar a los
que amamos en el capítulo anterior. Es una montaña rusa de incoheencias.
Los Sherman-Palladino
se han quejado de que The Marvelous Mrs. Maisel fue cancelada —a pesar de su popularidad—
debido a que Amazon necesitaba invertir dinero en su fastuosa y fracasada
adaptación de El Señor de los Anillos. Yo creo que fue la desastrosa Cuarta
Temporada la que propició el hachazo a Mrs. Maisel.
Tal vez eso explique
la horrible temporada final en la que los escritores experimentan, sin importarle
un bledo el público, con flashbacks y saltos de tiempo que provocan un caos cronológico.
Por ejemplo, el finale inicia en
1965, retrocede a 1961 y de ahí hay un flashforward al 2005, con escenas
que se suceden sin ton ni son.. Aconsejo entonces concentrarse en las primeras
tres temporadas y en algún que otro capítulo de las ultimas que sea rescatable
como el final de la Cuarta Temporada que es una joya o el quinto episodio de la
última temporada que debió ser el verdadero final de la serie.
a 1953, cuando Miriam conoce a sus futuros suegros a..
el 2005 con Midge y Susie ancianas
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