martes, 19 de septiembre de 2023

Un Error Remediado y un Feliz Reencuentro con la Señora Maisel

 


Muchas veces soy rápida en juzgar mal a quienes se rehúsan a ver algo bueno solo porque no les gusta el género o determinado actor. Me olvido de que yo hago lo mismo. Debido a esa mala costumbre, casi me he quedado sin ver un fenómeno llamado The Marvelous Mrs. Maisel. Por suerte,  he recapacitado y he podido disfrutar de una historia conmovedora que muestra a un ama de casa judía que,  al ser abandonada por el marido,  emprende una carrera como comediante en una época en que las mujeres no trabajaban ese rubro. Con cinco temporadas,  y ganadora de no sé cuántos premios, La Maravillosa Señora Maisel, ha sido un éxito donde vaya y es una de las pocas series de Amazon Prime que vale la pena.

Hasta la Esposa Perfecta es Abandonada

La historia tiene lugar en Manhattan en 1958. Miriam “Midge” Maisel (Rachel Brosnahan de Manhattan) es un ama de casa, feliz esposa y madre que cree tenerlo todo. Hija de un catedrático de Columbia, y de una madre educada en Paris, Miriam ha sido mimada desde la cuna y protegida del mundo real. En la universidad (donde sacó un título inútil en “literatura rusa”) conoce a Joel Maisel, (Michael Zegen de Boardwalk Empire) hijo del dueño de una fábrica de ropa,  que tiene un puesto ejecutivo en la empresa de plásticos de su tío.

Ambos se enamoran locamente y se casan con la bendición de ambas familias. La vida de Miriam tiene un único propósito:  hacer feliz a su marido. Para eso deja a sus hijos en manos de los abuelos,  tiene la casa perfecta, y un cómico detalle que aprendió de su madre, nunca deja que Joel la vea sin maquillaje ni pestañas postizas. Se aplica crema de belleza y pone rizadores cuando él duerme y se levanta temprano para pintarse y peinarse.

                  Midge deja la crianza de sus hijos en manos de sus padres

Parte de la devoción de Mrs. Maisel por Joel es ser cómplice en su hobby, la comedia. Joel sueña con ser un stand-up comedian e intenta conseguir un puesto en el repertorio de un barucho del Lower East Side llamado “Gaslight”. El problema es que Joel, aunque simpático y dicharachero,  no posee vena cómica y muchas veces su mujer le consigue sus espacios en el escenario a punta de comida que usa para sobornar a los dueños. El Gaslight está a cargo de Susie Myerson (Alex Borstein) , un puercoespín humano que,  tal como se viste de hombre no tiene ninguna fragilidad femenina y no se deja sobornar fácilmente.



Una noche, Joel, incapaz de contar de manera jocosa los chistes que su mujer ha escrito para él, es abucheado por el público. Al llegar a la casa,  sumamente deprimido, Joel hace un anuncio:  abandona a su familia y se va a vivir con su secretaria. A pesar de las suplicas de Midge, Joel se macha. Incapaz de asimilar el golpe, Midge se emborracha, se pone un abrigo sobre su neglige,  y parte en metro al Gaslight.



Al llegar,  se sube al estrado y comienza a narrar su tragedia. Creyéndola parte del espectáculo,  el público estalla a carcajadas y la aplaude, pero cuando la ebria Señora Maisel muestra su busto desnudo (para indicar de lo que se pierde su marido), es arrestada. Susie paga su fianza. Ha reconocido el don de comediante de Midge y quiere representarla. 



Aunque a Mrs. Maisel le parece una locura, pronto descubre que la ha picado el mosquito del espectáculo y se arriesga a llevar una doble vida. Por un lado, intenta definir una relación con Joel y recomenzar una vida propia trabajando como dependienta de una tienda de departamentos, por otro aprende las reglas de una profesión que en ese entonces no aceptaba mujeres.

                                Miriam trabajando en B. Altman

Un Mundo de Luz

La serie fue tan exitosa que llegó a durar cinco temporadas y acaparó Emmys, Globos de Oro y otros trofeos. Es creación del matrimonio compuesto por Amy Sherman-Palladino y su esposo Daniel Palladino (Gilmore Girls) en colaboración con Daniel Goldfarb (Julia). Si en dos palabras tuviera que definir las raíces de su encanto las colocaría entre su estética y su trama que, aunque llena de conflictos,  es humana, tierna, emotiva y te hace sentir bien, aunque a veces te bajen las ganas de apalear a Mrs. Maisel u otro personaje.



En una época en que todo es oscuridad tanto en las pantallas de cine como en las chicas (la Gatita Maggie dice que es para ocultar la mediocridad del CGI) esta producción de Amazon destaca por su color, su iluminación,  su elegancia representada por el vestuario de marca de Miriam Maisel y su madre. Es un muy buen contraste con la densa oscuridad de los antros donde trabaja la comediante de noche o el iluminado artificial de B. Altman donde labora de día.



Hay una sensación de amplitud y luz en todos los espacios desde el departamento de Midge y el de sus padres, tipos de pent-house que creo ya no existen en el Upper West Side hasta la fábrica de los padres de Joel que él busca recuperar y reinventar como parte de un proceso de redención que sigue a su divorcio.

                       Toma larga del espacioso apartamento de Mrs. Maisel
                          Toma larga de la fábrica de ropa de Los Maisel

Las cámaras de filmación no temen seguir a los actores sean por los pasillos de restaurantes o por los jardines de Columbia por donde el alumnado de Abe Weissman (padre de Midge) lo sigue,  pendiente de cada sabia palabra como si se tratase de un rabino del Talmud. Para contrarrestar ese lujo de espacio, nos basta visitar el estudio de Susie, donde habita, en un espacio indigno de familia de roedores,  la manager de Mrs. Maisel.

                             En esa ratonera viven Susie, Jackie y el misterioso Chester

Midge es parte de una familia cómica en su disfuncionalidad. Quiere encontrar su propio espacio y voz, pero no puede vivir sin salón de belleza, sin llevar cincuenta maletas a sus vacaciones en Las Catskills. Aun así, se las arregla para descollar en lo que emprende , sea vender maquillaje Revlon, atender una central telefónica o deslumbrar audiencias con su audaz rutina cómica. 

                                Mrs. Maisel telefonista

Midge y Lenny Bruce

La serie de Los Sherman-Palladino nos lleva en un tur surrealista por el universo de la comedia ”estandapera” como la llaman en algunos países de Latinoamérica. Midge vive sus primeros éxitos y fracasos, se cuestiona si tal vez no debería ser tan espontanea o teme que solo es efectiva cuando está ebria o bajo el efecto de la marihuana. Finalmente encuentra el justo medio y comienza a variar de escenarios. Para el final de la Segunda Temporada habrá conquistado el Borscht Belt, el reino de la comedia Yiddish donde por décadas no se admitieron mujeres.

Se ha dicho que Mrs. Maisel está inspirada en Joan Rivers, pero no encuentro similitudes entre Midge y esa rubia toxica, que ni siquiera tenía el mismo pedigrí. Prefiero pensar en un versión más sofisticada y atractiva de Roxanne Barr si esta hubiese nacido en un mundo de privilegio y no en Utah.

A mí nunca me ha gustado la comedia de escenario, la prefiero como parte de una historia, pero no soy ciega a lo arduo e ingrato que es subirse en un estrado sin ningún tipo de prop y capturar a un público que a veces puede ser descortés y agresivo. Paralela a la carrera de la Señora Maisel, va la vertiginosa trayectoria de Lenny Bruce, el polémico cómico más grande de la época. Lenny se convierte en mentor y protector de Mrs. Maisel.



NOTA: En 1964, Lenny fue a la cárcel por cuatro meses debido a una mala palabra que había incluido en su show. Con ese precedente pongo en duda el que, en 1958, Midge suelte chorros de palabrotas en el escenario sin censura. Una licencia, quizás, innecesaria.

Los Judíos del Alto Manhattan

Junto con describirnos la escena de la comedia estadounidense de la época, la serie nos da un retrato un poco exagerado, pero con bases reales,  de la vida de los judíos adinerados del Alto Manhattan. Tenemos representantes de una judería cosmopolita, académica e intelectual en los padres de Midge en contraste con el mundo de los schmatta,  los Maisel más rústicos, astutos y carnales que sus consuegros 

                          Midge sus padres y sus suegros

También vemos la relación de Midge, Joel y sus padres con una práctica religiosa desprovista de espiritualidad, donde la sinagoga es un espacio de reunión y no de oración, y donde los rabinos son objeto de burla. Abe Weissman es ateo. Su esposa Rose,  que arma una gresca en medio del templo y en Shabbath,  parece necesitar de lo sobrenatural y cree encontrarlo en una bruja rumana.

                           Miriam y su madre discuten en medio del servicio de Shabbath

Midge y Joel serán los abuelos de estas desafortunadas generaciones de judíos seglares que tanto afean el mundo judaico moderno, pero también representan a una generación de judíos estadounidenses cuyos hijos (tal como ocurre con Ethan Maisel) compondrían el movimiento de Baal Teshuvah, jóvenes,  que, sin formación religiosa, volvieron ojos y sus vidas al judaísmo ortodoxo.

                 La Señora Maisel visita al Rabino Ethan Maisel en su kibbutz

Una razón por la cual no seguí viendo la serie originalmente (2021) fue la facilidad con la que se hace mofa del judaísmo. Me pareció forzado y tonto. No reparé en que la sobrevivencia del pueblo judío reside en su capacidad de reírse de todo,  de lo trágico y de lo banal, de lo profano y de lo sagrado.

                             Moishe Maisel y su mujer practican el judaismo y creen en D-s

Además, me es fácil descartar esa mirada despectiva de una comunidad que no es ortodoxa. Hasta puedo sentirme un poco superior:  “nosotros rezamos en hebreo” o “nadie rompe el ayuno de Yom Kippur con un Martini”.  Lo cierto es que el humor judío existe en todas las variantes de observación religiosa.

    Asi estoy yo hambrienta en Yom Kippur
                        ¡Pero no se me ocurre romper el ayuno con alcohol!

Siguiendo con el tema del humor, mi respuesta a “¿por qué no te gusta Mrs. Maisel?  siempre era “No me gusta la comedia” o “Ella no me hace reír”. Es cierto,  Miriam Maisel no me parece cómica. Susie es cien veces más chistosa, pero mi acercamiento reciente a la serie de los Sherman-Palladino ha sido tratándola como drama y viendo el pathos en la caracterización de La Señora Maisel. Su rutina cómica me disgusta, aunque no llega al nivel de toxicidad de Joan Rivers, pero la serie cifra el humor en el mundo surrealista que les toca vivir a Midge y a su familia/cultura.



El problema es que cada vez que mi tocaya se enfrenta a una crisis deprimente y debemos reírnos de ella, termino llorando. Al final,  sin tener su belleza, juventud, guardarropa etc., nos parecemos. Yo tampoco sé conducir, me disgusta cargar equipaje por las escaleras, cuando me asusto,  hablo de más. Eso si nunca me he olvidado de un baby shower de una amiga,  no se me ocurriría anunciar en una recepción que la novia está embarazada o en un escenario sacar del closet al cantante de moda…¡y menos en 1959!.

Cuando Midge, en su primer y muy desastroso tur, encuentra que en el inodoro de su hotelucho está el excremento de un antiguo huésped, yo me aterrorizo con ella. Cuando la vemos al comienzo con esa increíble rutina de belleza que debe cumplir solo en las horas de sueño de su marido para que Joel no la vea desarreglada, no lo encuentro divertido sino conmovedor. Es un ejemplo de la devoción que Mrs. Maisel siente por Mr. Maisel.



Cuando Joel anuncia que se va con su secretaria, me rompe el corazón ver a Miriam suplicarle que no la abandone a ella ni a sus hijos. Y no es que odie a Joel, es mi antihéroe favorito. Cuando recapacita y descubre que ha perdido para siempre lo que más amaba, Joel se embarca en un camino de redención que consiste en proteger y sacar de apuros a su mujer hasta llegar al máximo sacrificio.



¿Comedia o Tragicomedia?

The Marvelous Mrs. Maisel posee humor, drama, romance, una visión deslumbrante de un mundo que ya no existe:  bares bohemios; delis donde todavía la atención era personalizada y la comida decente; el Paris de fines de Los 50 donde los americanos todavía no eran recibidos con recelo; y el maravilloso Borsrcht Belt de Las Catkskils que  nació como un refugio del antisemitismo hotelero que no permitía huéspedes judíos.

          Las reuniones de negocios de Miriam y su representante tienen lugar en un deli


Aun así, mi amor por la serie aflora solo después de la certeza de que es tragicomedia. A partir de la Tercera Temporada, siento esa pesadez, esa sensación de infortunio que se avecina predestinado por series de desafortunados eventos. El típico humor patibulario judío se manifiesta en burla constante de los mini desastres que le ocurren tanto a Midge como a sus seres queridos.



Es que no me da risa ver que Miriam y Joel borrachos vuelven a casarse en Las Vegas y que ella definitivamente no quiere divorcio, pero se le cae el mundo al enterarse que su marido ha vuelto a enamorarse de otra. Se me humedecieron los ojos cuando veo la tristeza con la que los Weissmann observan a su ex criada Zelda a la que han tenido que despedir por no tener con que pagarle. Me trajo tristes recuerdos de cuando perdí a la Angelita. Y casi lloro cuando Miriam, con su hija en brazos, se despide del apartamento donde nació y creció.

                      Fotos de la segunda boda de Los Maisel

Y me espeluznó ver el plan de vida y presupuesto que han preparado los padres de Mrs. Maisel pronosticando que morirán antes de cumplir setenta años. Es que mis padres hicieron lo mismo y murieron,  una década más tarde,  endeudados hasta las cejas.  Eso no quita que critique a Midge y a sus padres.

En la Tercera Temporada, me es imposible conmiserarme con Midge que no recapacita que en su ignorancia irresponsable casi destruyó la carrera de Shy Baldwin (y bien pudo acabar con él en la cárcel).El único toque de humor lo pone la tribu beatnik en la que se inserta Abe en sus esfuerzos por ser relevante en su vejez.

                      La tribu beatnik que se instala en en casa de Abe Weissman

Si hago este paréntesis es para alertar a quienes puedan privarse de ver La Maravillosa Señora Maisel porque no les gusta la comedia. Como muchos seguidores de la serie,  yo no encuentro que los chistes de Mrs. Maisel ameriten carcajadas. Tal como muchos de las problemas que pasan ella y los suyos son más patéticos que jocosos.

Les aseguro que esta serie tiene mucho más que ofrecer que rutinas de chistes, tiene tragedia griega y habrá quien también la vea como una mashal (fábula judía)  cuya moraleja es nunca desprecies ni desperdicies los privilegios, consistan estos en un buen matrimonio,  un buen trabajo o un buen departamento,  porque algún día te van a faltar.

Contenido Violento o Gory: The Marvelous Mrs. Maisel es un retrato de la ira subterránea de los judíos. Aunque no hay violencia física,  aparte de Joel que en defensa de su mujer siempre está soltando sopapos, la furia verbal se desboca sin riendas en el humor. Esa es la raíz de la comedia de Lenny Bruce y de Mrs. Maisel. Una agresividad iconoclasta que atropella a quien menos se espera.. En el caso de Midge a familia, amigos, llegando a veces al autosabotaje en su necesidad de aplastar a figuras de autoridad sean Sophie Lennon, su padre o el rabino (los eggrolls con camarones del banquete de bodas). Su descontrol verbal es tal que hay momentos en que uno a podría hasta diagnosticarla con Tourette.



Contenido Sexual y Desnudos. Es la maravilla de la serie. Todas las connotaciones sórdidas y obscenas que el humano ha dado al amor físico se quedan en el escenario. Aparte de la exposición del pecho de la protagonista en el primer episodio, no hay desnudos. Incluso no hay escenas de cama. Sabemos que Midge se acuesta con Ben porque nos dan un largo preámbulo de la pareja en la calle antes de subir al piso del médico a hacer el amor. Este preámbulo dialogado pasa a ser foreplay.

En cambio, en los tres encuentros eróticos de Los Maisel después de su separación si los muestran entre las sábanas. Es una manera de ratificar la visión (para algunos anticuada) de Miriam Maisel como mujer de un solo hombre, que nunca dejará de amar al padre de sus hijos. En la temporada final cuando vemos a una Midge anciana en su inmensa (y vacía) casa sabemos que se ha casado varias veces, pero el único retrato de bodas en la casa en un lugar prominente es de ella y Joel. Y su excusa para no casarse con Philip Roth (¿se necesita excusa?) es “Todavía amo a Joel”. Eso dicho quince años después de su divorcio.




Eso no quita que no tenga otras parejas, pero ninguna tiene gran significado. Bueno, hay un caso especial que no cuento para no dar spoilers, pero la tensión sexual entre ambos personajes comienza en el segundo capítulo y durará años hasta que estalle durante una ventisca. Precisamente por tratar el sexo como un acto íntimo y asociarlo con el amor es que la serie se me ha hecho deliciosamente anticuada.

NOTA: Cuidado con el caveat “nudity” que le pone Amazon Prime a los episodio que cubren la trayectoria de Midge como comediante en un cabaret de burlesque. Vemos teiboleras, bailarinas exóticas y estriptiseras, pero no muestran más que lo que se puede ver en la playa.

Factor Feminista: Un relato se define como feminista si a) Cuenta la historia de como El Patriarcado destruye o construye a una mujer. b) La protagonista vence la adversidad para cumplir un sueño de superación. c) El relato incluye una eficaz red de femenina de apoyo. d) La protagonista proporciona un modelo que las espectadoras pueden/deben imitar.  Según esos parámetros Mrs. Maisel no es feminista, aunque vive en una era patriarcal y se salte las normas del Patriarcado o las utilice para beneficio propio. Por ejemplo, se afirma muchísimo en el socorro masculino sea el monetario/sexual de su ex marido o el del cantante de moda Shy Baldwin que le da una oportunidad de abrir su espectáculo en Vegas.




Aunque el final de la serie tiene a una anciana Midge,  millonaria y famosa, no sentimos nunca que ese fuese el camino para el cual estaba destinada. Mrs. Maisel descubre el poder de la comedia como una manera de desahogarse públicamente, pero de manera accidental. No es su sueño dorado, no se metería ahí si Joel no la hubiese abandonado y,  al menos en las primeras dos temporadas, da la impresión de que Miriam Maisel sería más feliz como vendedora de cosméticos que como comediante.

Aunque Midge se lleva bien con sus compañeras de trabajo, no es una gran amiga,  puede ser descuidada como cuando se olvida de que va a dar una fiesta para Imogen, o cuando arruina el banquete de bodas de Mary. Afecta negativamente a las mujeres de su vida,  desde Sophie Lennon cuya carrera casi destruye intencionalmente,  hasta su madre cuya existencia la Señora Maisel da vueltas como si fuese un pandero.

                           Sophie Lennon, Nemesis de La Señora Maisel
                             Rose se desploma ante otra locura de su hija

Alguno creerá que el meollo feminista de la serie se encuentra en las palabras de Rose:  “Precaria es la vida de la mujer sujeta a caprichos de un hombre”. Yo diría que es precario dejar que nuestras vidas las regulen caprichos ajenos. Fueron los caprichos de mi madre los que trazaron mi destino. Además, ¿qué tanto quejarse de los hombres,  si es Joel quien saca de apuros constantemente a Midge (y a Susie)?

Joel Maisel "se vende"a la Mafia para salvar a Midge


No creo que ninguna espectadora quiera ser como Mrs. Maisel,  comediante o mujer. Aparte de las medidas perfectas, vestuario deslumbrante y padres y marido con dinero, no hay nada que envidiarle. Mas allá de momentos eufóricos, la vemos triste, insatisfecha, solitaria y poseída por una inseguridad patológica que la hace autosabotearse. Es un gran personaje y una mujer fascinante, pero no es un icono feminista. Algo que se nota en su nombre artístico. Usa un apellido que es del marido, un título equivalente al castellano de “señora de…”y que expresa la añoranza de seguir casada,  aun después de divorciada

Factor Diversidad: Desde sus inicios que The Marvelous Mrs. Maisel ha sido criticada por ser muy “blanca”. La serie ha intentado remediar ese hecho. En la Tercera Temporada, Joel Maisel compra un club en Chinatown e inicia un romance con Mei Ling, una estudiante de medicina china. En la Primera Temporada, Midge tiene una compañera de color en B. Altman,  y Lenny Bruce la presenta con un grupo de músicos negro, pero es a partir del final de la Segunda Temporada donde entra el elemento afroamericano.

                           Mei y Joel

Midge es invitada por Shy Baldwin, (una versión de Johnny Mathis),  a abrir su espectáculo en un show de USO, luego en Las Vegas y en un tour que los lleva a Miami. En el entourage de Shy, Miriam conoce a varios músicos negros , más el insufrible Reggie, manager del cantante. Será en Miami que la Señora Maisel descubra que Shy es gay,  precipitándola a otra de sus metidas de pata con trágicas consecuencias para todos. Será ese arco el que lleve a público y críticos a considerar a Midge promotora de racismo y homofobia. Tristemente, concuerdo con ellos.

                              Shy Baldwin ¿Víctima de Mrs. Maisel?

SPOILER, SPOILER, SPOILER. No lo lean a menos que hayan visto toda la serie.

Una pregunta/duda que surge de la Primera Temporada es si el cross-dressing de Susie nace de una excentricidad personal o de una orientación sexual. La respuesta está en el capítulo final. Susie le confiesa a Midge que tuvo una amante en la universidad que la abandonó para casarse. Esa es Hedy, la esposa de Gordon Ford,  el patrón de la Señora Maisel. Cuando Hedy Ford reconoce que Susie se ha humillado para pedir un favor para su clienta, pregunta si esto va más allá del talento de Miriam Maisel. El silencio de Susie es una respuesta. Mas adelante Alex Borstein reconocería,  en una entrevista,  que su personaje siempre ha estado enamorado de Mrs. Maisel.

                              Susy observa a Hedy, su ex

Si en la Quinta Temporada, nos revelan que hemos tenido un personaje gay siempre en un rol coprotagónico,  La Cuarta trae más diversidad con James,  un cliente de Susie y Dinah, la secretaria, ambos interpretados por actores de color. Sin embargo, es esa Cuarta Temporada que críticos y publico consideran “la peor “de la serie.



La debilidad de esa temporada está en su incoherencia que se manifiesta en diálogos, situaciones y en cambios inexplicables en los personajes. Cuando Rose acusa a Midge de haber afectado negativamente la vida de sus padres, fiel a su carácter irresponsable,  Mrs. Maisel se niega a aceptar su culpa, pero se agita cuando su madre anuncia que dejara su trabajo de casamentera . “Ese ha sido tu sueño”. ¿En serio? ¿Cuándo Rose estudiaba en Paris soñaba con ser casamentera algún día?



Luego tenemos un olvido inaudito. Cuando Midge, en un acto impropio de ella, se acuesta con un desconocido que conoció en el parque, le dice a Susie que no ha tenido sexo desde Benjamín. Eso fue en la primera temporada,  ¿olvida Mrs. Maisel de cuando fue a buscar a Joel para dormir con el antes de comenzar su tur con Shy? ¿O de que hicieron el amor en Las Vegas después de volver a casarse?

Incluso la serie parece escrita por alguien que no sabe ni geografía ni historia. Susie le consigue, en plena campaña de Kennedy,  un gig a su clienta en la Republica de Croacia. Esa república no existía en 1960, como tampoco era posible viajar a Praga o a cualquier país de la órbita soviética sino hasta el glasnost.



Lo más triste es que comienza a notarse que la serie está escrita por dos personas diferentes. Eso explica episodios que encuentra resoluciones o nos muestran a los personajes en su mejor faceta, para luego caer en los mismos problemas y hacernos odiar a los que amamos en el capítulo anterior. Es una montaña rusa de incoheencias.

Los Sherman-Palladino se han quejado de que The Marvelous Mrs. Maisel fue cancelada a pesar de su popularidad debido a que Amazon necesitaba invertir dinero en su fastuosa y fracasada adaptación de El Señor de los Anillos. Yo creo que fue la desastrosa Cuarta Temporada la que propició el hachazo a Mrs. Maisel.

Tal vez eso explique la horrible temporada final en la que los escritores experimentan, sin importarle un bledo el público, con flashbacks y saltos de tiempo que provocan un caos cronológico.  Por ejemplo, el finale inicia en 1965, retrocede a 1961 y de ahí hay un flashforward al 2005, con escenas que se suceden sin ton ni son.. Aconsejo entonces concentrarse en las primeras tres temporadas y en algún que otro capítulo de las ultimas que sea rescatable como el final de la Cuarta Temporada que es una joya o el quinto episodio de la última temporada que debió ser el verdadero final de la serie.

            En la Quinta Temporada saltamos de 1973, boda fallida de Midge y Philip Roth 

                       a 1953, cuando Miriam conoce a sus futuros suegros a..
                       el 2005 con Midge y Susie ancianas

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