Los fans de la
novela de Maria Dueñas (y de la serie de Antena 3) no deben sorprenderse si a
ratos sienten que el personaje de Rosalinda opaca a la heroína. El plan
original de la autora de El tiempo entre costuras
era escribir sobre el romance de Rosalinda Fox y José Luis Beigbeder, Alto
Comisario de Marruecos, durante la Guerra Civil Española. No sabemos que la
hizo cambiar de idea y terminar escribiendo sobre las aventuras de un personaje
ficticio, una costurera metida a espía. Lo cierto es que Rosalinda ( interpretada en la serie por Hannah New) fue una
mujer tan fascinante que, aunque esté convertida en un personaje secundario,
cuando se aparece se roba la historia.
La popularidad de
El tiempo entre costuras motivó
interés por este personaje tan carismático y por suerte, se la está rescatando
del olvido. Desde el 2009, se han republicado las memorias de Rosalinda tituladas The Grass and the Asphalt; en Un jardín al norte, Boris Izaguirre ha
reversionado su historia de amor; y Urbano Brihuega ha publicado una historia
novelada de la hija de su amante, La Hija
del General Beigbeder. Eso sin contar la más de una docena de artículos que
se encuentran en internet al buscar “Rosalinda Fox” o “Juan Luis Beigbeder”.
La ironía es que
los artículos o se contradicen o repiten las mismas falacias. Las novelas,
incluyendo El tiempo entre costuras, no
hacen más que especular sobre vida y amores de Mrs. Fox, y la misma Maria Dueñas
(y no es la única) ha puesto en duda aspectos de las memorias de Rosalinda. ¿Donde
está la verdad? Pues ahí, pero no se han molestado en buscarla, porque tanto Rosalinda,
como su Juan Luis, no vivieron en una prehistoria sino hace menos de cien años
en un mundo más visible y documentado. Rosalinda falleció al comienzo del Siglo
XXI, en la Era de Internet, pero la pereza y los prejuicios dejan que se siga
silenciando la verdad, o poblando de falsos mitos lo que ya es una leyenda.
De su amante, Juan Luís Beigbeder hay
mucho escrito, pero está en árabe. Hay que ir a buscarlo a Marruecos, la tierra
que él amó. Los historiadores marroquíes han conservado su memoria, algunos con
cariño, respeto y gratitud. A Rosalinda se la podría buscar en los anales del
Servicio Secreto de Su Majestad. Es tarea difícil puesto que los documentos
referentes al espionaje británico de ese entonces todavía están sin desclasificar.
Aparte de que, aunque Rosalinda nos cuenta una docena de aventuras emprendidas
para ayudar a la causa aliada, en ningún sitio de sus memorias reconoce haber
sido reclutada como agente.
Aun así, en Papá Espía, Jimmy Burns relata como su
padre, Tom Burns, se reencuentra con Rosalinda en Estoril en 1941, y reconoce
que ella seguía espiando para los aliados desde Portugal. Pero hay lagunas
sobre Rosalinda desde los inicios de su vida. En sus memorias da pocas fechas.
Izaguirre dice que nació nuestra espía en los años pre-gran Guerra. Otros dicen
que nació en 1908. En su lápida dice que fue en 1910, lo que la colocaría como
de 26 años en la época en que inició su relación con Juan Luís Beigbeder.
En sus memorias,
Rosalinda nos cuenta que nació en Calcuta que su padre era un ingeniero inglés
y que, a los 16 años, la casaron con un acaudalado mercader llamado Peter Fox.
He leído que el marido de Rosalinda la perseguiría toda la vida, aun después de
años de separación. En la novela, Dueñas nos lo muestra como un vividor, un
hombre zafio, brutal, que se aparece en Tetuán para incomodar a Rosalinda.
A Mrs. Fox la han
llamado “Daughter of the Raj” entonces habría que comenzar su búsqueda en la India.
Es cuestión de revisar los documentos de la época. Su padre ingeniero, su
marido comerciante. Peter Fox, la Familia Powell, tienen que existir certificados
de nacimientos o de matrimonio. Pero nada.
Sabemos que los dieciocho años, tuvo un hijo, Johnny. Los testigos del último medio siglo de vida de Rosalinda, los habitantes del poblado gaditano de Guadarranques, lo conocieron. Murió antes que la madre, dejando un hijo, Nicholas Fox, hoy residente de Australia. Nadie sabe de él ni se le ha interrogado sobre su fabulosa abuela. Se dice que en la vieja casona andaluza de Mrs. Fox había fotos de ella en su infancia en la india. A ver quién las tendrá ahora.
Sabemos que los dieciocho años, tuvo un hijo, Johnny. Los testigos del último medio siglo de vida de Rosalinda, los habitantes del poblado gaditano de Guadarranques, lo conocieron. Murió antes que la madre, dejando un hijo, Nicholas Fox, hoy residente de Australia. Nadie sabe de él ni se le ha interrogado sobre su fabulosa abuela. Se dice que en la vieja casona andaluza de Mrs. Fox había fotos de ella en su infancia en la india. A ver quién las tendrá ahora.
Poco después del
nacimiento de Johnny, Rosalinda contrajo una grave enfermedad precisamente por
beber una leche de vaca infectada destinada a su hijo. La tuberculosis bovina,
entonces un mal fatal, marcaria su vida. Peter Fox ya se había hartado de su
esposa y eso que era más joven que él. La devolvió a ella (con niño y todo) a los
parientes de Rosalinda en Inglaterra, asignándole una pensión mensual de 30
libras, lo que entonces era una fortuna. Los parientes enviaron a Rosalinda a
morir a Suiza.
Tras seis meses
de infructuosos tratamientos, la paciente les preguntó a sus médicos cuánto le
quedaba de vida. “Siete u ocho años si guarda cama” fue la respuesta. Inmediatamente,
Rosalinda se vistió, cogió a su hijo y su pensión, y se marchó a Portugal. Prefería
vivir menos, pero vivir.
Fue en Estoril donde comenzó a hacer buenos contactos
como con el General Sanjurjo, gracias a Carmen, la joven esposa del militar.
Tras su alzamiento fracasado en 1932, Sanjurjo se había exiliado en Portugal,
pero estaba muy pendiente de las posibilidades de un derrocamiento de la
Republica que implicaría su regreso a España. Se ha dicho que los británicos plantaron
a Rosalinda en Estoril para vigilar a Sanjurjo. Preocupados por la nacionalización
de las compañías británicas en suelo español, en Whitehall deseaban un gobierno
más afín a sus intereses.
Un año más tarde,
Rosalinda, en Berlín, se reencuentra con Sanjurjo, durante las Olimpiadas de Invierno
de 1936. Según las memorias de la inglesa, fue Sanjurjo quien la presentaría con
Juan Luis Beigbeder. Hasta ahora esta anécdota no ha sido tomada en serio,
puesto que Beigbeder había acabado sus funciones como agregado militar en la Embajada
Española en Berlín en 1934. Para comienzos del 36 ya estaba instalado en su
amado Marruecos. Sería imposible que Sanjurjo, vigilado por los servicios secretos
republicanos, hubiese hecho un viaje inadvertido a Alemania. Sin embargo, hay
quien cree en este cuento, muy de capa y espada, de que Sanjurjo y Beigbeder
estaban en misión secreta en Berlín para tantear el ánimo Nazi y el poderío de
su armamento, en preparación al alzamiento de julio de ese año.
Rosalinda
reaparece en la vida del Coronel Beigbeder un año más tarde ya cuando Juan Luis
está instalado en el puesto de Alto Comisario de Marruecos y se ha convertido
en el europeo más importante del Protectorado. Mas o menos en esa época, la
primavera de 1937, es cuando Maria Dueñas hace que su protagonista, Sira
Quiroga conozca a Mrs. Fox. Pero antes de adentrarnos en la ficción, veamos
quién era Juan Luis Beigbeder y Atienza.
Nacido en Cartagena, en 1888 y en familia de marinos, el futuro militar primero intentó una carrera naval,
para luego integrarse al ejercito donde pronto destacó por dos características.
La primera, y poco común en el ámbito castrense, fue su erudición y su
facilidad para los idiomas que lo convertirían en un poliglota total. La segunda,
su afición a las faldas. Franco diría de él que si se le perdía se podía
encontrar a Beigbeder en el burdel mas cercano, pero no solo las prostitutas lo
atraían, sino también mujeres cultas y refinadas.
Cosa curiosa, y
no tanto en un hombre de su época y entorno, Beigbeder era religioso, siempre y cuando
no chocase su fe con sus devaneos. Franco le contó una vez a Serrano Suñer que
si no lo encontraban en un burdel había que buscarlo en un monasterio
franciscano.
Un detalle de la relación estrecha de
Beigbeder y su iglesia es que será su confesor, el padre Alfonso, quien le
presente a su futura esposa. Maria Frediani y Martin Esperanza, hija de una
acaudalada familia de Alcalá de Henares. María y Juan Luis se casan en 1915,
pero el matrimonio no se aviene. He leído de la Señora Frediani que era
excéntrica hasta el punto de la demencia. En otros sitios, se dice que era muy
controladora y fanática religiosa. Nada de eso se acoplaba al espíritu
humanista e intelectual del marido. No sé cuándo se separaron, aunque alcanzaron
a tener una hija, Maria Teresa.
Poco después del
matrimonio, Beigbeder es enviado a Marruecos y en los años siguientes su
carrera militar lo tendrá a caballo entre África y la Península Ibérica. Había estado
destinado en Marruecos en 1909, y aunque su hermano hubiese caído en la trágica
batalla de Barranco de Lobo (uno de los preludios a la Guerra del Rif),
Beigbeder se enamora del protectorado, de su gente y de la cultura marroquí.
Eso lo diferencia de los otros militares africanistas. Beigbeder que habla inglés,
francés, alemán, e italiano, agregará a ese rosario de idiomas el árabe y el cherja, el dialecto de las cabilas del
Rif.
En El tiempo entre costuras. Beigbeder
cuenta a Sira que el nunca ha querido a Franco por la obsesión del Caudillo por
ascender en el escalafón militar, y que el Generalísimo le envidia su facilidad
para hablar el idioma y entenderse con los naturales de la región. En realidad,
la animosidad de Franco se debía la venialidad de Beigbeder que ofendía su
moral católica.
Beigbeder destaca
en la Campaña de África estando a cargo de la defensa de Melilla, después del
desastre de Annual. En 1923, es enviado a la Escuela Superior de Guerra en
Paris. Permanecerá en Francia un año, más otro en el que cursará estudios en la
Escuela de Lenguas Orientales. En 1928, convertido en un flamante teniente coronel,
es nombrado agregado militar de la Embajada Española en Berlín. cargo que ni el
advenimiento de la Republica interrumpe. Continua en ese puesto hasta 1934.
Para entonces, está totalmente separado de su mujer y busca refugio en el Ejército
de África.
En 1935, se
convierte en el adjunto del General Oswaldo Capaz, Delegado de Asuntos Indígenas
del Protectorado, puesto que el mismo Beigbeder ocupará en 1936, después del
alzamiento de julio. Beigbeder se involucra en la revuelta totalmente.
Aprovechando su cercanía con los líderes marroquíes atrae al Jalifa y al Visir
de Tetuán a la Cruzada. Tranquiliza a las masas nativas aterrorizadas por los
bombardeos republicanos de Tetuán. Se entrevista con el cónsul italiano en Tánger, y luego con su amigo de Berlín, el General Klumenthal, ahora ataché militar en París,
para el suministro de aviones y armamentos para el Bando Nacional. Y así Franco
ingrato, más tarde se referirá a la espléndida gestión de Beigbeder como “No lo
ha hecho mal de Alto Comisario”.
Beigbeder y El Caudillo |
Es en marzo de
1937 que Juan Luis Beigbeder, ahora coronel, es elevado al cargo más importante
del protectorado, Alto Comisario y Gobernador General de las Plazas de
Soberanía. El Coronel Beigbeder unifica a todos los grupos importantes del Protectorado
desde el califa hasta los jefes tribales bereberes para que ayuden a la causa,
principalmente en el suministro de tropas. O como lo expone Félix, vecino de
Sira, la protagonista de El tiempo entre costuras “tiene a Franco la mar de contento porque no para de reclutarle moritos
peleones”.
También Beigbeder
fomenta las ansias nacionalistas marroquíes, aunque todavía no sé cuan
factibles o sinceras fueron las promesas. María Rosa Madariaga que, en su Marruecos: Ese Gran Desconocido, se
esmera en desprestigiar a Beigbeder, incluso poniendo en duda su conocimiento
de lenguas, dice que todo era parte de una faramalla para dividir a los
marroquíes. Pero también ella acusa al Alto Comisario de promover discordia
entre el Frente Popular francés y el gobierno de Chamberlain. Cómo si se
necesitase de Beigbeder para eso.
Madariaga aduce
que Beigbeder “se hacia la víctima” con quien le tocara parlamentar, que les
contaba que era muy combatido por los suyos, que lo consideraban demasiado
suave con la población nativa y “más marroquí que los marroquíes”. Yo he encontrado estas mismas acusaciones, y
presentadas no como quejas sino como verdades totales, en otros textos menos tendenciosos
que el de Madariaga. Maria Rosa misma dice que el nombramiento de Beigbeder
había provocado recelos en la casta militar. Curiosamente, Madariaga es de la
opinión de que Beigbeder era adicto total a Franco y que gozaba de toda la
confianza del Generalísimo. Algo que no corresponde ni a la leyenda ni a la
postura de los historiadores respecto al Alto Comisario.
Mas adelante, en
ese mismo libro, Maria Rosa Madariaga relatará todas las quejas y desconfianzas
que Franco tenía sobre y por Beigbeder. Como es muy común hoy en día en los textos "progresistas" las contradicciones van y vienen en ese libro y otros sobre el mismo tema. Eso ayuda a impedir
una buena lectura de personajes como Rosalinda Fox y su amante.
Lo cierto es que no
se puede desdeñar la labor de Beigbeder con la población marroquí. No era
cuestión de simples “zalamerías” como las llamaría El Caudillo o de sembrar
cizaña para dividir a los líderes como lo describe Maria Rosa Madariaga. Al final,
que toda buena labor diplomática usa zalamerías y técnicas divisorias, es
cuestión del cristal con que se le mire. Lo que sucede es que autores como Madariaga
no le perdonan a Beigbeder ni a Rosalinda su apoyo a Franco. Hasta Boris
Izaguirre tilda a Mrs. Fox de “Franquista”.
Establezcamos
distancia objetiva. Por clase y educación, Rosalinda se inclinaba hacia
políticas conservadoras. No me la imagino enarbolando banderas rojas. Y si,
mujeres inglesas aristocráticas, desde Decca Mitford hasta la Duquesa de Atholl,
favorecieron a la Republica, pero Rosalinda no. Eso no la hace ni fascista ni
franquista. Ni mucho menos Nazi o vende patrias. De hecho, era una gran
patriota como lo era Winston Churchill que compartía su desdén por el Gobierno
Republicano y al que nadie acusa de “Franquista”.
Es un poco más complicado
definir la postura política de Beigbeder. Siendo un militar católico no vería
con buenos ojos el norte que estaba perdiendo la Republica cuyo camino oscilaba
entre la capacidad de reprimir violencia y promover divisiónes con el anhelo de imitar a Moscú. No sabemos que ideología motivaba a Beigbeder.
Nunca fue “camisa vieja”, se unió a la Falange ya después de ocurrido el alzamiento
lo que huele a oportunismo. Sin embargo, estuvo muy activo en la Falange
durante todo su mandato. Incluso inspiró la fundación del periódico España en Marruecos, una publicación de
clara orientación falangista.
Beigbeder y Serrano Suñer en Ceuta |
Aun así,
Beigbeder reprobaba los excesos de poder, la arrogancia y despotismo de muchos líderes
de la Falange. Stanley Payne en su Fascist
Spain incluye un fragmento de una carta del Alto Comisario dirigida a Franco,
con fecha 10 de junio de 1937, solicitando el poder para despedir a líderes
incompetentes y también para nombrar a sus reemplazos.
Paul H. Lewis en
su Latin Fascist Elites considera que
Beigbeder a pesar de sus muchas amistades alemanas, en su periodo en Berlín se
volvió contrario al régimen Nazista. Joaqu;ín Baradavío en su El reino de Franco, va más allá en su especulación "Aunque quiza su conocimiento más profundo de los Nazis lo apartaron de esa ideología que le pareció demasiado tosca, y luego bestialmente cruel."
Yo me quedo con lo que Beigbeder le dice a Sira en su despedida en la serie: “Bien sabe D-s que yo no soy ningún liberal, pero me repugna el totalitarismo megalómano con el que ha emergido Franco después de la victoria”.
Yo me quedo con lo que Beigbeder le dice a Sira en su despedida en la serie: “Bien sabe D-s que yo no soy ningún liberal, pero me repugna el totalitarismo megalómano con el que ha emergido Franco después de la victoria”.
Pero ese es el
Beigbeder del 1940. Todavía nos falta conocer al hombre que Rosalinda Fox amó.
En nuestro próximo blog hablaremos de la estadía de Mrs. Fox en Tetuán y de cómo
contrasta lo poco que sabemos de este tiempo con lo descrito en El tiempo entre costuras.
Gracias por escribir esta columna. Cómo ha de figurarse que terminé de ver la serie "el tiempo entre costuras" y Goglee Rosalinda Fox y me he encontrado con este blog. Muchas gracias por hacer posible expander un poco mi gusto por la historia de hechos relevantes.
ResponderEliminarGracias a ti por leerla. Espero hayas leído las tres entradas. “El Tiempo” es una gran serie y Rosalinda un personaje maravilloso del que quieres saber más. Por eso busqué todo lo que pude sobre ella.
EliminarGracias por el blog.
ResponderEliminarGracias, para eso estamos.
EliminarLastima que no se encuentre la verdadera historia y que no indaguen para encontrar la verdad. Gracias por el blog. Es una historia muy interesante
ResponderEliminarMe imagino que hay mucho que decir yo consulté fuentes que ofecían diferentes perspectivas, pero la verdad solo la saben los participantes. hay que agradecer a María Dueñas por interesarnos en conocer más de gente y periodo tan fascinantes. Saludos
EliminarInteresante información
ResponderEliminarInteresante información, termino de leer Un jardín al norte de Boris Izaguirre. Tenía curiosidad por saber más de Rosalinda Fox. Gracias.
ResponderEliminarY quien no tiene curiosidad de saber m'as de esta mujer fascinante? Gracias por pasar.
EliminarHe visto 3 veces la serie y me sigue pareciendo fascinante, ahora sigue leer el libro.
ResponderEliminarBienvenida, Talyta. Espero no te desilusiones. Con la excepcion del final, que no me gustó en la serie, el libro me pareció inferior. En la serie la historia es realzada por el muy buen elenco, la escenografia fantástica y el vestuario que es espectacular
EliminarExcelente y objetivo artículo, Malena. Felicidades por tu labor
ResponderEliminarGracias.
EliminarLe he escrito y me dice que su oerfil no esta disponible.
ResponderEliminarIntento de nuevo. He terminado de leer el libro y ahora disfruta de la serie en casa. Me fascuinan las novelas historicas q luego me lanzan a investigar sobre personajes y epocas. Con Rosalind Fox me ha pasado como a Ud. Su articulo lo encontre interesante y sugerente. Es cierto que la informacion es imprecisa y contrasictoria a veces. Ojala Maria Duenas tuviera mas recursos para lograr dispar estas dudas. Si conoce algo mas le agradecere me lo haga saber. Y si tiene el articulo de Domingo del Pino y me lo puede enviar, Le estare agradecida. Solo aparece en espacios de pago y desde mi pais no puedo comprarlo. Vivo en Cuba.
ResponderEliminarhttps://www.iemed.org/observatori/arees-danalisi/arxius-adjunts/afkar/afkar_ideas_6/Rosalinda_Powell_Fox
EliminarY permitame felicitarla. Ojala todos los seguidores de series televisivas fueran tan analiticos y profundos.
ResponderEliminarMuchas gracias, me encanta saber que me leen en Cuba. Gracias por los elogios, aunque a muchos les moleste que mis investigaciones les arruinen su visión simplista de los hechos históricos. Me refiero a otras obras. creo que Maria Deñas tuvo acceso a muchos datos a los que no puedo acceder yo y supo usarlos. Le envié arriba el enlace para el artículo de Del Pino.
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