El primer capítulo
fue una desilusión total: Feo, oscuro, confuso. ¿Es este un show sobre lo más
bello que se ha creado en moda? Me esperaba malabarismos cronológicos , pero no
una apología de Chanel. Eso que la han puesto más cerda que Porky y de paso, han ensuciado y distorsionado a otros
personajes como Lucien Lelong, Hervé de la Charbonnerie, y a toda la Resistencia Francesa. Tanta
desinformación histórica amerita una visión más justa de una historia de la
moda parisina bajo La Ocupación. Y es lo que me permitiré hacer.
Aun así, me da un
poco de pena que The New Look no sea un éxito. Puntos de vista tan
diferentes como el de Lucy Mangan en The Guardian y Mira Fox en Forward se han quejado de lo mismo: una presentación
incompleta de La Ocupación Alemana, blanqueamiento de Coco Chanel,
falsificación y ausencia de datos necesarios para comprender el comportamiento
tanto de la modista como el de su colega Christian Dior durante esa época.
La Estetica No
Es el Fuerte de Apple
No voy a ponerme a berrear en contra del punto
de vista estético. Ya veo que no es el fuerte de Apple, a pesar de que algo que
le admiré a Lessons of Chemistry fue el vestuario de la protagonista y
las iluminaciones de exteriores. Se veía más atractiva y luminosa que la última
temporada de Julia. En cambio, en competencia con HBO en drama decimonónico,
The Gilded Age vence con knockout a Las Bucaneras con sus ropas
horripilante, sus tonos sombríos, su mal uso del paisaje. Hasta The Knick le ganaba en términos visuales.
Aun así, yo
esperaba más de The New Look donde hasta los diseños de Dior lucen poco
elegantes. pórtenlos maniquís o personajes. Se siente tan inferior a Capote vs The Swans o a The Gilded Age en su retrato
de un mundo de privilegiados sean nazis o mujeres del jet set para quienes Dior
crea los vestidos más bellos del mundo. Lo cierto es que la mitad de la serie
tiene a Chanel en pantalones y a Catherine Dior en harapos. Mucho hablar de
como los modistos visten a las mujeres y amantes de nazis y sus simpatizantes,
pero no se ven estas creaciones.
Me temo que Todd Kessler
no tiene la capacidad camaleónica de Ryan Murphy (y eso que también rodó por la
colina de lo sórdido en Halston) . A Kessler le quedan bien los noirs y
cuentos de gánsteres como Los Soprano, pero se ha enredado al tratar de
mostrar un momento en que la moda chocó con la ideología. Su panel de guionistas,
con mucha menos experiencia que él, serán muy diversos, pero no ayudan.
El problema es
que Christian Dior deja muy pronto de ser importante en la trama. Es opacado
por su hermana y por su némesis. Lo triste es que ninguna está bien caracterizada.
Al crear a Chanel, Kessler quiere
combinar a Carmela Soprano con su Patty de Damages, pero Catherine Dior
no tiene equivalente en su mundo de femmes fatales y por eso resulta un
personaje vacío. Las dos le quedaron grandes. y merecen notas aparte.
Entretanto, veamos que nos cuenta el
primer capítulo.
Comenzamos en
1955, La Sorbona se prepara por primera vez a homenajear a un diseñador de
moda. Para eso han invitado a cientos de estudiantes de diseño de todo el país
para que interroguen al homenajeado: Christian Dior. Vemos a Dior acompañado de
Madame Delahaye, su tarotista. Nos lo presentan como un hombre tímido, supersticioso,
aquejado de pánico escénico. Deben comenzar con un desfile de los trajes de
noche antes de que su creador se atreva a asomar la nariz y enfrentar a sus
inquisidores.
Las preguntas
parecen estar cifradas en el retorno de Coco Chanel y como planea Dior desafiar
a su rival. Corte a un salón donde Coco (Juliette Binoche) está dando una
conferencia de prensa en la que habla de cómo Dior ha destruido la moda francesa
y como ella ha venido a recuperarla. Vemos los malabarismos cronológicos.
Chanel volvió a Paris y a las pasarelas en 1954, esa entrevista (se reconoce
por el traje) tuvo lugar a fines de los 50, pero se entiende la necesidad de
aglomerar tres episodios históricos en uno para mayor efecto.
Simplificando
a La Resistencia
Dior responde con
una ambigüedad. Detrás de toda verdad hay otra verdad. Saltamos a 1943 y nos
dicen que hace tres años que Francia sufre bajo el yugo de la ocupación
alemana. ¿Por qué son malos los alemanes? A ver, a través del capítulo
descubrimos que son malos porque a) violan francesas b) casi matan al sobrino
de Chanel (nunca supimos por qué) c) torturan y matan a los que se les oponen
d)prostituyen a las francesas o las convierten en espías c) quieren llevarse la
industria de la moda afrancesa a Alemania y d) quieren despojar a los judíos de
todos sus bienes. Con razón existe una resistencia.
En esa
resistencia trabaja la hermana de Dior, Catherine (Maisie “Arya” Williams) a la
que vemos sirviendo de cebo para que sus colegas maten a dos soldados alemanes.
Esta idea de que los grupos de resistencia solo se dedicaban a asesinar
alemanes y de que las resistentes debían portarse como putas, es descabellada,
falsa e imita la horrible visión de la resistencia polaca que nos mostró la
insufrible World on Fire.
Tanto
descripciones fidedignas de los lados más oscuros de las resistencias europeas
sean francesas (Un Village Francaise y Das Boot), polaca (Wartime Girls), checa (Bohema) y hasta
danesa (Badehotellet) nos han hablado de que matar gente sin ton ni
son solo invitaba a represalias tremendas por parte del invasor. Para 1943, la Resistencia
Francesa estaba unida. La fea costumbre de las ejecuciones gansteriles de los
comunistas , que tantas muertes inocentes habían provocado, había sido
prohibida por el General de Gaulle. ¿Entonces por qué denigrar a Catherine y a
su grupo, del cual hablaré en otra ocasión, cuyos miembros jamás anduvieron de sicarios despachando
gente en callejones?
La chica Dior
mete a los resistentes, que incluyen a
su pareja Hervé, en el piso de su
hermano. Me costó reconocer a Hugo Becker en el rol de Hervé. Como que engordó
y encogió. ¿Dónde quedó el Príncipe Azul de Blair Waldorf? Llega el dueño de casa, no quiere que los
resistentes se queden ahí, no quiere que Catherine sea parte de la Resistencia.
Al final se ablanda. Hervé lo insulta, acusándolo de trabajar para Lucien
Lelong que viste a las mujeres de “los nazis”.
Aun así, acepta el sobre abultado que Dior le entrega y que es su sueldo,
más comisiones, regalo del despreciable Lelong.
Esa noche, Dior se reúne con su peña nocturna en un
barucho cuyo dueño, Jacques, es su amante. La peña la componen el amargado
Pierre Balmain, que es colega de Dior, pero se siente ninguneado por el patrón.
Eso lo hace enojarse con Lelong por hacerles vestidos a las mujeres de los
nazis. El tercero en la mesa es Cristóbal Balenciaga que funge de Pepe Grillo.
Les recuerda que algún día la guerra acabará y que tendrán que rendir cuentas.
Dior balbucea que en teoría ellos no saben para quienes hacen los vestidos.
Balenciaga le explica que de esa manera Lelong busca proteger a sus modistos. Ohhh,
entonces Lelong no es tan despreciable.
El Cobarde
Lelong
Lo que es Lelong parece
ser es un cobarde. Se presenta una noche tiritando en el piso Dior (donde hay resistentes
escondidos hasta debajo de la mesa) y suplica a su modisto estrella que vaya al
Hotel Ritz a reparar un fashion disaster de la amiguita de un SS. Dior
llega a la suite de ese gran hotel que durante la guerra solo fue habitado por colabos,
nazis, el ejercito germano y…Chanel. Ahí descubre que la clienta ha roto el
vestido a propósito.
Se trata de una
antigua condiscípula de Catherine y quiere que el modisto alerte a su hermana.
La Gestapo sabe de su existencia y está tras sus pasos. Ohhh las amiguitas de
los Nazis no son tan malas. Trastabillando, Dior sale del hotel , pero antes se
encuentra en medio de una fiestoca y divisa a Chanel carcajeándose con sus
amigotes nazis. Dior corre a su piso, pero es demasiado tarde, Catherine ha
salido a cumplir con un encargo de la resistencia.
En esta entrada
me concentraré en los modistos. En general no han ocultado mucho de Dior. Todo
lo que aparece es cierto como su gran cariño por su hermana y sus esfuerzos por
rescatarla. En cambio, me ha dado rabia lo hecho con Lucien Lelong. La serie
nos lo muestra como un buen hombre, pero los otros personajes se encargan en un
alarde de exposition, de echarle mugre encima. Es vergonzoso,(casi tanto
como el acento de Malkovich) que se
blanquee a Chanel y se enlode a Lelong que salvó la industria de la moda
francesa.
Cuando Chanel está
cenando con Himmler, se burla de Lelong diciendo que no es un verdadero couturier,
que se da crédito por la obra de sus empleados. Algo de verdad hay en eso. Lelong
no era modisto, pero creó un imperio de la moda. Formó lo que hoy llamaríamos
un Brand, dando trabajo a más de mil operarios en varios talleres y
reconociendo y utilizando el talento de famosos diseñadores como Dior, Pierre
Balmain y hasta Givenchy que pasó en la firma un tiempo después de la guerra.
Lo malo era que la
clientela no conocía el nombre de estos genios.
También es cierto es que todos debían ceñirse a un ”estilo Lelong”, por
lo que tampoco podrían haberse dado crédito por los diseños que seguían un
esquema impuesto por el patrón. Lelong
era un gran empresario cuya firma incluía también una delicada perfumería cuyos
productos hoy son imposibles de conseguir o recrear. En el periodo de entre
guerras, decir “Lelong” era decir elegancia. Entre sus clientas se contaban
Garbo, Dietrich y Colette.
Malkovich ha
creado un Lelong ambiguo, de gestos furtivos ¡y ese terrible acento! En realidad,
era un señor muy elegante, oficial condecorado, de buena familia y que gustaba
de las mujeres. Se casó tres veces. Un error de la serie fue decir que su
esposa era amiga de la mujer del jefe de policía. Para 1943, Lelong se había
divorciado de su esposa, una princesa rusa emparentada con Los Romanov.
Es divertido ver
que Lelong y Jean Cocteau trabajan juntos en El Teatro de la Moda sin rencores
y eso que ambos tenían su historia pasada. Natalia Paley, la esposa de Lelong
era mujer de escándalos. Conoció a Cocteau y, aunque el dramaturgo era abiertamente homosexual, tuvieron un affaire. La princesa se encontró
embarazada y se tuvo que divorciar. El niño murió antes de nacer, posiblemente
por la adicción a las drogas de la madre.
Natalia Paley había
sido modelo de su esposo. Uno de los detalles que caracterizaban a la Casa Lelong
era que las modelos pertenecían todas a la clase alta. Otras características
eran la fluidez de sus diseños y el uso de telas, como los crepes y la viscosa,
que permitiesen ese look casi líquido. Tan famosos como sus diseños eran sus perfumes
con nombres exóticos como Sirocco y Balalaika que venían en ánforas de cuello largo
diseñadas por Lalique.
En 1940 cuando Lelong
regresó del frente decidió no cerrar su tienda. Tenía más de mil operarios y no
quería dejarlos desempleados en un momento tan crítico. Lelong siguió generando
empleos y eso que los alemanes desde el primer día comenzaron a fastidiar con
la idea de cerrar las casas de moda y llevarse la industria del vestido
parisino a Berlín.
Apenas un mes después
del Armisticio, agentes de la Gestapo se presentaron en Maison Lelong, dizque
que para una inspección. Unos días más tarde regresaron y se llevaron los archivos.
Lelong hizo una protesta formal ante el general Otto Abetz , el mandamás alemán
en Paris. Los archivos fueron recuperados, pero la cosas siguieron su curso.
La serie nos
muestra un Lelong cobarde, sumiso, que teme desairar a los alemanes. Este “cobarde”
en la vida real protestó varias veces y finalmente se atrevió a emprender un
viaje del cual muchos podrían no volver. En su calidad de presidente de la Cámara
Sindical de la Alta Costura de Francia viajó solo y sin invitación a Berlín
donde se entrevistó con los altos jerarcas explicándoles que un traslado de la
industria parisina a Alemania era costoso e inviable. Así fue como “el cobarde Lelong”
salvó a la moda francesa y a todos sus operario, incluyendo a sus modistos.
Después de la
guerra, en esa etapa revanchista que nos muestra la serie, Lucien Lelong fue
enjuiciado. Solo se le encontró un ejemplo de colaboración formal. En una
ocasión había solicitado de las autoridades ocupantes una gran cantidad de
pases para que su equipo y sus modelos pudiesen montar una exhibición en la
Zona Libre.
Las Clientas
de Lelong
Da risa y rabia
que gente que, si colaboró activamente con el invasor como Marcel Rochas, Jacques Fath y Maggy Rouff, nunca fueron a juicio. Luego está ese absurdo
libelo de “vestir a las mujeres de los nazis”. Antes de la guerra, la Casa Lelong vestía a las actrices, a las
aristócratas, a las esposas de los empresarios y a las amantes de los
aristócratas y empresarios. En 1940 comenzó a diseñar para las actrices, las aristócratas,
las mujeres de los empresarios y las amantes de los aristócratas y empresarios.
Solo que durante la guerra toda esa clientela pasó a ser parte del universo colabo.
Un traje de Maison Lelong (1942)
Las actrices,
incluso, tenían permisos especiales de las autoridades para hacerse ropa. La serie
no miente, las telas finas eran tan escasas que valían oro. Los alemanes las
racionaban y cerraban casas de moda donde se adquirían géneros de forma clandestina
(eso pasó con Balenciaga). En 1943 se les prohibió a las francesas hacerse
vestidos largos para a noche. Las únicas a las que se les otorgaba una libreta
especial para gastar más en sus vestidos de fiesta eran las actrices.
Es cierto que
entre todas las clientas antiguas de Leong habría alguna esposa alemana o
francesa. Se sabe que Lelong diseñó ropa para Suzanne Abetz, la esposa francesa
del General Abetz. ¿Pero puede considerarse eso una traición a la patria?
He oído, pero no
he podido confirmar leyendas de que Lelong ayudó a la Resistencia pasándole
información adquirida en su trato con los poderosos del momento. He oído que
ayudó a judíos a huir. Se dice que Madame Gres se salvó gracias a él. Todo lo
que muestran del apoyo que recibe Dior de su jefe durante el arresto de Catherine,
es verdad. Entonces que se dejen de llamarlo “traidor”.
El juicio que
coincidió con la estupenda idea de Lelong del Teatro de la Moda fue un golpe
tremendo para el modisto. Aunque fue exculpado, el estrés de los años de luchar
contra los alemanes y la humillación de ser acusado de colaboracionista eran
demasiado. Otro golpe fue el abandono de Dior (y de Balmain) para abrir su
propia casa.
A fines de Los 40,
Lucien Lelong cerró su empresa y renunció
al título de presidente de la Cámara Sindical. Como cortesía, los miembros de
la Cámara lo nombraron presidente honorario. Lelong se mudó a Biarritz. Allá, en 1954,
volvería a casarse, tendría otra hija y moriría cuatro años más tarde. Francia,
la Alta Costura y los amigos de la moda estarían siempre en deuda con él.
Mal Elenco y
Poca Luz
A pesar del atroz
acento, me ha gustado lo que Malcovich ha hecho con el personaje de Lucien Lelong.
No puedo decir lo mismo de Ben Mendelssohn. El australiano interpreta al gran
modisto como si estuviese o borracho o despertando de una curda. Se bambolea
desorientado, siempre parece a punto de caer. Habla como disculpándose o
suplicando.
En la vida real, Christian Dior era muy tímido, pero no era
inseguro. Era supersticioso y creía en las clarividencias de Madame Delahaye,
pero no vivía de profecía en profecía. En la serie ni siquiera parece un hombre
responsable, capaz de crear un imperio e imponer un Look.
El elenco es otra
falla de la serie. Hugo Becker está totalmente perdido. Lo mismo se puede decir
de Jannis Niewohner. Walter Schellenberg era muchas cosas , pero no este
duendecillo retorcido lleno de muecas y gestos furtivos. Maisie Williams cumple
su rol de pesonaje-simbolo, pero Emily Mortimer es tan mala como actriz como de guionista. Creo que los
únicos que destacan son Juliette Binoche y Claes Bang que, aunque feo, tiene la magnífica figura (casi tan perfecta
como la de Pierce Brosnan) para interpretar a un gallardo playboy que esconde
su oscura personalidad de espía bajo modales cortesanos.
¿Recomiendo la
serie? Si, pero siempre y cuando conozcan los hechos verdaderos y se entienda que
en su afán de convertir la historia en ficción se hayan guardado los detalles más
jugosos de este momento tan importante de la moda y de la historia francesa.
¿Hay algo bueno? La actuación de Juliet Binoche, la preciosa
entrada y una escena que me encantó . La entrada es engañosa puesto que promete
lo que la serie no da; mucha luz y música adecuada. Aunque la musicalización
corresponde a la época, el equipo Kessler escogió temas anglos para abrir cada
episodio.
Con el caudal de música
que se compuso e interpretó en el país ocupado, que vio nacer a Edith Piaf y donde seguía
rasgueando la guitarra el gran gitano Django Reinhartd, pudo incluirse media docena de canciones
representativas del momento. Solo en los últimos episodios escuchamos a
cantantes de entonces Piaf y Tino Rossi. Hice una lista de reproducción en YT de las mejores piezas de esa época
que hubiesen quedado bien en la serie.
Mi escena
favorita de la serie es cuando Christian Dior va a La Gare d’Este a recibir a
Catherine que regresa del cautiverio. Vemos al modisto en un tumulto de
parientes de prisioneros. Tremendo juego de cámaras que los lleva por galerías
y escalinatas hasta la sala de recepción. La iluminación que se enfoca en los
ramilletes de lilas blancas que portan Dior y los otros (un detalle real) pone
un toque de esperanza y optimismo en medio de tanta tragedia. Qué pena que no haya
más escenas parecidas de las cuales hablar. (SPOILER: El desfile del capítulo
final también es una gran escena).
Contenido
Violento y Gory: Me
imagino que las escenas de tortura de Catherine y las he visto peores. Después
de todo la dejaron imposibilitada de tener hijos y no creo que fuese por culpa
del baignoir. En cuanto a Ravensbruck…parece película de Los 40 cuando
Hollywood todavía no sabía la realidad de los campos de exterminio.
Contenido Sexual
y Desnudos. Escenas de cama de Chanel y su alemán y de Catherine y Hervé. Dior y Jacques
intercambian un par de besos. Un topless de tres segundos de Maisie Williams.
Contenido
Feminista: Faux feminismo.
Mucho discurso “chaneliano” de cómo se sufre por ser mujer cuando Coco toda la
vida usó la cama como escalón. Hasta su máxima de que su moda “liberó” a las mujeres
es cuestionable. En realidad, la moda nunca ha sido feminista. La serie sufre
de un sutil slutshaming y de un temor a la sexualidad femenina desde la
cincuentonas Chanel y Lombardi discutiendo qué pueden sacarles a los hombres a
cambio de favores sexuales, hasta Catherine seduciendo alemanes para que los
maten sus amigos resistentes.
Factor Diversidad: A pesar de lo diversa que era la
sociedad parisina de Los 40, se ha escogido
mostrar solo personajes blancos sean alemanes o franceses. Los únicos judíos que
aparecen son los Hermanos Wertheimer que son retratados, uno como bobo y el otro como codicioso. La
serie nunca explica bien que la sociedad era legal y la única que pecó de atolondrada
fue Chanel al aceptar 10% de un negocio en el que solo tuvo que poner su nombre.
A pesar de que en
La Familia Dior hay problemas mentales, se ha optado por no especificar las
razones por la cual Bernard está en un asilo o Raymond intentó suicidarse. La
idea es que la única víctima aquí sea Chanel.
La homosexualidad de Dior es un tema terciatio, a pesar de que es parte de una peña gay de modistos. No se menciona que Vaufreland era gay ni la posible bisexualidad de Chanel.
Momento cariñoso entre Jacques y DiorBIBLIOGRAFIA CONSULTADA
Chaney, Lisa. Coco Chanel: An Intimate Life: 2012
De Courcy, Anne: Chanel’s Riviera: Glamour, Decadence and
Survival in Peace and War 1930-1944.2020
Fiemeyer, Isabelle: Chanel, The Enigma. 2016
Frame, Alan: Toto Koopman &Coco Chanel: Spies, Seduction
and the Fight for Survival.2020
Picardie, Justine: Coco Chanel, New Edition: The Legend and the Life.2023
Riding, Alan: And the Show Went On: Cultural Life in
Nazi-Occupied Paris. 2011
Sebbas, Anne: Les Parisiennes: How the Women of Paris Lived,
Loved and Died Under the Nazis. 2016
Vaughn, Hal: Sleeping with the Enemy: Coco Chanel’s
Secret War. 2011
I am on episode four methinks, and I am struggling to find anything even remotely likeable in it, but I cannot. The struggle is real. It is such a fugly show in every respect, from the bland, murky colours to boring apartments and hotels, even the clothes.
ResponderEliminarAnd I cannot handle Coco anymore, must she be in literally every freaking scene? I will not be able to watch anything with Binoche after this for a long time. I am over-saturated with her. Bendelsohn is just terrible, borderline idiotic actor, no life in him, no spark, it is interesting that the other actor played Balenciaga the same way in Cristobal series. Were all those designers really that lifeless, expressionless, soulless and bland? Why would we cheer for such a character? And, of course, no fashion in the fashion show. The last episode I Watched was with them preparing those doll dresses exbition and in the end they did not even show us what Dior made.... Mindblowingly stupid. I really hate this show with passion.
I started Mary and George last Friday and the first episode was the masterclass in how to make it juicy, irreverent and yet fun and involving. Hope it stays like that later on, because the first episode was really outstanding, minus Moore who speaks American... and Galitzin not being pretty enough, but he does have that something something in him.
I would recommend it, but only to those who know the real story and how much more riveting it was. It’s why, I’m writing separate pieces, both on Chanel and atherine. Otherwise, you find yourself in a muddled fake news tale with unlikeable and despicable characters. I only like Lelong. Dior is an idiot. In real life he was little, overweight man, shy, courteous, and very discreet. Never this bumbling idiot who aways seem like about to fall and falter. And Catherine? Did she go around with a bitch at rest face? And Herve? A fascinating dashing man, here he is no better than a pimp. The way it goes, I’m rooting for Spatz and Schellenberg, who in real life, were kept in style by Chanel (and the Wertheimer), for life. But I like them only because Claes and Jannis play them.
EliminarThe illumination is repellent, very dark scenes and indoors use a pink light that gives Chanel interiors a bordello appearance. There are only two well directed scenes: When Dior goes to meet her sister at the train station, and the last runaway that was in fact Dior’s first and most famous show.
It is why I included a photograph of the Theater a la Mode figurine. The New look is not a show about fashion, it’s an exoneration of Chanel and fails there too.
Le has atinado a lo que a mí me ha molestado más de la serie: los personajes. Digamos que los tonos grises y la fotografía no me molestaron tanto porque ya estoy acostumbrada a ese tipo de atmósfera en series o películas de WWII, pero quizás pudieron haber creado más contraste con la colorización al principio cuando ya ha pasado la guerra. Pero pasemos a los personajes. Chanel no me gustó en el primer capítulo porque me pareció histérica y spastic. Luego, se volvió más estratégica y fue más tolerable. Como dices, parece que a la única persona que quiso en este mundo (después de ella misma) es su "sobrino" André (tienen sentido tus sospechas que en realidad era su hijo) pero en general no veo que la pinten bajo un ángulo muy positivo que digamos (en la película de Audrey Tautou si me pareció) pero aquí la veo como una persona extremadamente egoísta, convenenciera y egocéntrica.
ResponderEliminarMe ha dado risa tu análisis del personaje de Dior y estoy de acuerdo. Es tan débil e inseguro que dan ganas de sacudirlo. Herves es odioso también. La forma que usa a Catherine sin importarle lo que le pasa después es asquerosa. No sólo usa su cuerpo y el aparente amor de ella por el para que haga todo lo que el quiere (porque ella siendo tan joven se deja usar, como tantas mujeres de revolucionarios) pero eso no es todo, como dices, la usa como cebo para matar nazis, se toma el departamento de su hermano, y encima cuando la capturan ella tiene que aguantar torturas para protegerlo a él. Pero a Herves eso le vale. En ningún momento se lo ve desesperado como Christian por encontrarla y salvarla, básicamente dice: bueno, si es que coincide que está en el tren por donde vamos a bombardear bien, sino mucha pena.
El personaje de Catherine es también un poco cliché. Me recordó a una de las protagonistas de The Nightingale, la novela de Kristin Hannah, pero Catherine es menos antipática. Lo que pasa es que siento que no la conozco. El problema de empezar series “en media acción” es que no te importan los personajes. En su urgencia por lograr captar la atención de la audiencia, sacrifican la identificación con los personajes (claro que mucho backstory también puede hacer los comienzos lentos y aburridos) pero hay que lograr un mejor balance. Hace unos días vi nuevamente Fried Green Tomatoes y me pareció que manejan muy bien el desarrollo de personajes y la acción. A los personajes los quieres desde la primera escena. Especialmente cuando conoces Buddy (el hermano de la prota) y su relación con ella.
Interesante lo que cuentas de Lelong. A mi me encanta John Malkovich así que no noté mucho lo de su acento. En general, los primeros dos capítulos me gustaron. Al menos me parecieron más intrigantes que Feud, que casi no tiene trama. El tercero estuvo bien, pero ya el cuarto comenzó a aburrirme. Aún no he decidido si la voy a terminar.
Lo que pasa es que toda la serie es una propuesta engañosa. El nombre te hace pensar que es una historia sobre la moda durante y después de La Ocupación. Entonces queríamos luz y color. En cambio, nos pasan Las Aventuras de la Picara Chanel con los Nazis y el Calvario de Santa Catherine.
Eliminar“Histerica y spastic” My sentiments exactly. Nunca tanto como en el segundo Cap. Cuando entrega a Spatz a la Resistencia para que lo escabechen y luego gime “¡Me ‘traicionó!” porque no se dejó atrapar (¡!!) Sin embargo, antes le dice a Vaufreland que acaba de decir ‘vive la France””no, Vive la Coco “y ahí hasta le cambia la voz y te das cuenta de que su egoísmo es tan grande que supera su humanidad.
El problema de la serie es que es muy ambigua y para quien no tenga conocimientos ni de quien era Chanel ni de que pasó en Francia entre 1940-1944 es muy fácil crearse su propia fabula. No los culpo, desde la pandemia que en Francia se ha desarrollado todo un movimiento para blanquear a Chanel, que es en realidad un medio para desestigmatizar a los colabos. Y eso porque Francia se está inclinando hacia una ultraderecha que no me acaba de convencer.
Acabo de descubrir, ya muy tarde para incluir en mi nota de mañana, que en estos dos años se han escrito una pieza teatral “Madeimoselle Chanel en el invierno “y una novela que se llama algo así como “Chanel una mujer libre que desafió a los tiranos”(¡que tiranos!) Amparándose en la licencia que da la ficción han reinventado a Chanel de una manera que copia The New Look.
En America Latina la serie ha gustado, sobre todo en la Argentina y yo me pongo lívida de las opiniones en YT que van desde “Chanel víctima de hombres malos: Spatz, los judíos, el chofer, ect” a “Chanel empoderada, sobreviviente nata, digna de admirarse, etc...”.Por eso me alegro de haber hecho estas notas biográficas
Tu opinión sobre Catherine es legítima. No es un personaje de carne y hueso, sin embargo, has comprado lo que te han vendido, una niña bobita a la que un revolucionario hace grooming para que lo ayude a matar alemanes. Ahora me doy cuenta de cuan necesarias son también un par de notas biográficas sobre Catherine. La pobre Maise la retrata como una bitch at rest, de ceno fruncido y cigarro en mano (yo no le veo cara de nena ingenua. También tenía 27 años cuando la arrestaron).
El equipo Kessler adoptó la idea, salida de la ignorancia de la propia Chanel, de que toda La Resistencia era comunacha. Ella le dice a Muggeridge que Los Aliados se han equivocado de enemigo. El que yo sea anticomunista no exime de culpas a los nazis y sus secuaces. Hubo una resistencia comunista, pero el líder de la Francia Libre era un hombre de derechas, el General De Gaulle. La única célula de la resistencia manejada por una mujer fue el Arca de Noe de Madame Fourcade quien era de extrema derecha. F2 el movimiento en el que operaban Hervé y Catherine estaba ligado al gobierno polaco del exilio (ultra anticomunista) . Ni siquiera trabajaban en Paris.
En fin, cuando Times ha dicho de The New Look que era “bafflingly bad and absurd”yo cambiaria el “bad”por ‘wrong”. Mientras no decidas si la vas a seguir viendo, no leas la nota de mañana, cuenta la vida de Chanel desde 1944 hasta su muerte y Beyond. El jueves si que comienzo con Catherine, que merece una reparación por lo que The New Look ha hecho con ella. Mucha gracias por pasar.