miércoles, 15 de febrero de 2017

Rompiendo tabúes: una serie que se atreve a ser politicamente incorrecta




Este año, Tom Hardy nos ha traído “Taboo”, un period piece que es también un thriller político. Situada en el Londres de la Regencia, “Taboo” se aleja mucho de la visión de esa época que nos proporcionara Jane Austen. Como se ha convertido en mi serie favorita, me ha sorprendido ingratamente leer las criticas despiadadas que le han caído encima.  Lo más desconcertante es que las censuras no aluden ni a actuaciones, ni a escenografía, ni siquiera a errores de libreto. Todas las quejas giran en torno a demostraciones, en la trama de lo que hoy pasa por incorrección política.

El consenso entre los admiradores y detractores de “Taboo” es que no es para todos los gustos. ¿Qué serie está hecha para todo público? No creo que los Hardy (Tom y su padre Chips) hayan planeado esta aventura macabra de un Londres pre-victoriano para un público determinado. Basta ver una sinopsis del argumento para saberlo.

Un hombre que no le teme a lo prohibido
Tras una ausencia tan larga en la que se le ha creído muerto, James Keziah Delaney (Tom Hardy) regresa a Inglaterra a luchar por su herencia contra los villanos que pretenden robársela y para recuperar a la mujer que ama, a la que encuentra casada con otro. ¿Suena a Poldark verdad? Pero como lo han descrito los críticos, James es el “anti-Poldark”. La mujer que ama es su medio hermana; Delaney no se enfrenta a villanos locales sino a poderes inmensos como lo son La East India Company, el gobierno de los Estados Unidos, y la mismísima Corona; y a Ross Poldark, Delaney se lo comería al desayuno…literalmente.


Durante su estadía en África, James cosechó una reputación de ser un salvaje, sin ley ni D-s, que hasta ha practicado el canibalismo. Con ese hábito de matar/mutilar enemigos, a veces con sus propios dientes. James nos confirma que los rumores no son calumnias. El que intente convencer a su hermana de huir con él y vivir en pecado, y el negarse a vender su herencia (un territorio entre Vancouver y Oregón llamado Nootka Sound) demuestra que no es un buen caballero inglés.

Para colmo, Delaney parece inmortal, Los asesinos enviados por distintas facciones para acabar con él han encontrado en su víctima una indestructibilidad digna de héroe de comic. Eso ha llevado a más de un espectador a especular que se trata un zombi. James Delaney es un fantasma que busca destruir a sus enemigos, vengarse de quienes le quitaron todo (tal vez la vida), y de paso, descubrir sus verdaderos orígenes y quienes mataron a su padre. Para eso crea un grupo de asistentes que nombra “La Liga de los Malditos".

Esta tribu abigarrada comprende a Brace (David Hayman) , fiel criado de James; a su madrastra, la actriz Lorna Bow (Jessie Buckley) ; a la prostituta alemana Helga (Franca Potente) ; a un ex compañero de escuela,(Edward Hogg)  que trabaja de escribano de día y de travesti de noche;  y al delincuente Atticus(Stephen Graham)  quien trae consigo a su ayudante French Bill ( Scroobius Pip)y a su cuñado (Danny Ligairi) , un maorí gigante que responde al nombre de Martínez y que también tiene fama de caníbal.
Lorna Bow y su hijastro

“Taboo” me ha reconciliado con Tom Hardy, un actor que me caía gordo. Su interpretación de Delaney es una caracterización total que el actor describe como un cruce entre Bill Sykes y Heathclieff. Con ese abollado sombrero de copa y ese abrigo, que algún crítico describiera como donado por la Guardia Nocturna, parece escapado de novela gótica. Tan lacónico que a ratos solo se comunica con gruñidos de jabalí, James en un personaje que muchos llaman El Diablo Africano”.




Sea o no un espíritu maligno es un ente con poderes sobrenaturales de los que ya he hablado en otro blog. Está cubierto de tatuajes, se comunica con muertos y animales y practica ritos extraños. Sin embargo, el personaje tiene en si destellos de humanidad; un sentido personal de justicia que lo lleva utilizar, pero a ratos también a proteger, a otros. Sobre todo, sabe reconocer quien es malo y quien no lo es. “Hay bondad en tus ojos” le dice al personaje de Franca Potente.


Un elenco de lujo
 La actriz alemana es solo uno de los muchos nombres conocidos en el elenco. Es un placer volver a ver a Stephen Graham en un personaje tan delincuente y tan simpático como su Al Capone de “Boardwalk Empire”. Jonathan Pryce aparentemente quedó borracho de poder después de dar vida al Gorrión Supremo en “Game of Thrones”. Ahora como Sir Stuart Strange, el mandamás, de la East India Company, es un tirano muy urbano hasta que le llevan la contraria que ahí lanza más palabrotas y más  rugidos que ninguno de los habitantes de los bajos fondos.


Otro rostro conocido de “GOT” es el de Jefferson Hall que ha envejecido un poco desde que diera vida a Ser Hugh del Valle. En “Taboo hace de Thorne Geary, cuñado de James. Aun antes de aparecer Delaney en su vida, Thorne demuestra ser un bully tacaño que se niega soltar unas monedas para darle un mejor entierro al suegro. En los siguientes capítulos, lo vemos abusar física y verbalmente de su mujer, visitar al cuñado para ufanarse de como castiga sexualmente a Zilpha y hasta contratar a un clérigo charlatán para que la exorcice. Es un personaje tan repelente que ya deseamos que llegue La Montaña a ensartarlo con su lanza.


El elenco de GOT está presente por todos lados. Por ahí vemos a Salladhor San, y a Mark Gatiss (ex Tycho Nestoris) dando vida a un Príncipe Regente más gordo y repulsivo que el que interpretara Rupert Everett en “La Locura del Rey Jorge,” pero la más impresionante, es Oona “Talisa” Chaplin como Zilpha Delaney Geary   Para James y Thorney, Zilpha es la femme fatale, una súcubo que arrastra los hombres a su perdición. En cambio, el público reconoce en ella a una víctima de violencia doméstica y de una sociedad que reprime a las hembras.

Chaplin logra capturar esta dualidad creando un personaje conmovedor que vive de apariencias para poder sobrevivir. Zilpha es Sansa en la corte de Joffrey. Esa manera de mirar al marido con ojos de venado asustado sobre una sonrisa falsa, esa actitud de gran dama de solicitar al criado que le traiga naranjas para evitar que sea testigo del maltrato de Thorne, esas cartas tan circunspectas en la que le pide al hermano que se aleje de ella, incluso ese intento de controlarlo en esa curiosa cita en una iglesia, son formas en que La Ex Reina del Norte nos manifiesta la personalidad de Zilpha, a una mujer que se niega a aceptar su responsabilidad en el incesto y a la vez vive autocastigándose.

La serie es un trabajo personal y una obra de amor. Tom Hardy ha puesto su dinero en “Taboo” aparte de crear la historia, ayudado por su padre Edward “Chips” Hardy y de su antiguo colaborador en “Peaky Blinders”, Steven Knight. Agreguémosle a Sir Ridley Scott como director y tenemos una serie de lujo. Por eso entristece que le endilguen criticas tan mezquinas.

Sucia, oscura y falsa
Hay quien dice que la serie es un culto a la suciedad, a la miseria. ¿Más sucia que “The Knick”? Y rara censura es esa cuando “The Tudors”, “The Borgias” y “The White Queen” han sido culpadas por “higienizar” el pasado al exponer espacios limpios, gente bien vestida y con dentaduras intactas cuando sabemos que el Medievo, el Renacimiento y hasta la Inglaterra Victoriana eran paraísos de mugre y malos olores.

Hay reclamos de que es una serie oscura, tanto en trama como en iluminación. Hello? Yo llevo una década renegando de la iluminación de las series de época. Desde” Band of Brothers” donde tuve que ver la saga de la Compañía Easy dos veces antes de comenzar a reconocer (y a enamorarme) de los soldados. Pasó lo mismo con “Vikings”.  Me dicen que la oscuridad es un intento de recrear la iluminación de la época. ¿Entonces de qué reniegan?

También “Taboo” es atacada por falsear la historia.  ¿Ahí sí? ¿Y” Victoria” será muy genuina? No hay serie de época que no se tome sus licencias. Es cierto que Nootka Sound nunca perteneció a una familia llamada Delaney, pero el territorio fue muy disputado a fines del Siglo 18 y comienzos del siguiente.

Se han levantado voces para defender a la East India Company que en la serie es retratada como una nefasta mafia promotora de imperialismo, colonialismo, y corrupción. Sin embargo, el consenso de los historiadores es que la empresa fue causante de todas las tragedias de la India británica. Anteriormente, ya la cultura popular se hacía eco de esta mala reputación en “Los Piratas del Caribe”. Recordemos al ambicioso, inescrupuloso Lord Beckett que tanto daño provocaba en “El baúl del muerto “y “Hasta el fin del mundo”.  Becket (cuyo lema “No es nada personal, solo buenos negocios “parece ser el lema de la Compañía) también ha llegado a “Taboo” Su interprete, Tom Hollander, da vida al científico loco Cholmondeley, uno de los miembros de La Liga de Malditos.

Hay que decir a favor de la Compañía que sus contrincantes políticos, los espías norteamericanos enviados por el gobierno de James Madison,  y el repulsivo Salomón Coop, confidente del Príncipe Regente, no son mejores ni se valen de medios más albos que los secuaces de Sir Stuart Strange. Agreguemos que ni James ni sus secuaces son pilares de la sociedad ni gente que invitaríamos a cenar, y nos queda claro que no hay ángeles en este cuento de demonios de diversas tallas, géneros y razas.
Solomon Coop intentando abusar de Lorna

Otra acusación de inverisimilitud histórica es que dicen que el Londres de los Hardy es una imitación anacrónica del Londres victoriano. Acusación totalmente debatible puesto que el Londres de Dickens no nace de la nada. Previo a la Revolución Industrial, la ciudad ya era un antro de perdición, maleantes y basura tal como nos la presentan clásicos dieciochescos como Tom Jones, Moll Flanders y la Three Penny Opera de John Gay. Decir que la Inglaterra de la Regencia es únicamente ese espacio elegante de las novelas de Georgette Hayes y la Austen es como decir que si existe una Clarissa Harlowe no puede existir una Moll Flanders.

Parte de la acusación de distorsión histórica tiene que ver con la imposibilidad de encasillar a “Taboo” en un único género. He ahí la confusión de algunos críticos y espectadores que protestan de que hay demasiados elementos sobrenaturales en la historia El hecho de que aun antes de “Taboo” salir al aire, la BBC la haya marqueteado como “fantasía” no hace mella en los descontentos. Bueno, también hay quienes refunfuñan por la magia y dragones en “Game of Thrones”: el prototipo de serie fantástica.

¿Un abuso de incorrección politica?
Aunque “Taboo” sepa bordar magia e intrigas políticas sobre un bastidor que combina la novela de aventuras con el period drama, el producto final resulta demasiado condimentado para muchos paladares.  Los que no la entienden le buscan la quinta pata al gato lo que se traduce en ver incorrección política a diestra y siniestra.

 Por ejemplo, les molesta que Tom Hardy, un actor caucásico, interprete a un mestizo.  Mi opinión es vivimos en un momento en que hay problemas mayores e incorreciones políticas más peligrosas. Preocuparse de minucias a este nivel solo ha servido para inflamar a grandes segmentos de la población que a través del mundo están votando a líderes que se limpian el trasero con la corrección política.

A este tipo de minucias corresponde otra crítica al show, la crítica de que no hay mujeres involucradas en la fabricación de “Taboo”. Totalmente falso, el diseño de vestuario, la decoración, el casting, el maquillaje y la edición están en manos de mujeres. La serie cuenta con tres productoras y una de las libretistas es la galardonada poeta y novelista australiana Emily Balloo.

Uno empieza a sentir vergüenza ajena ante la futilidad de las criticas cuando nos salen conque en la serie las féminas son personajes subalternos y que James es un misógino. A James habría que calificarlo como misántropo antes que misógino y su trato de las mujeres no es peor que el que les da a los hombres. En cuanto a personajes femeninos, son todos innegablemente fantásticos e importantes en su medio tales como la espía Lady Musgrave, la pequeña mulata Winter, la prostituta Helga, la simpática Lorna Bow, y por supuesto la sublime Zilpha, el objeto de pasión, obsesión y perdición de James. Pero es que Zilpha es lo más “tabú” de “Taboo”.

Comprendo la incomodidad y rechazo que el incesto provoca en la gran mayoría de la población, puesto que es un tipo de relación totalmente prohibida en las sociedades civilizadas. Lo curioso es la manía de los creadores de la ficción moderna de jugar con ese tipo de amores constantemente. Es como si quisieran malestar al público. ¡El que no quiera caldo, tres tazas!

En estos últimos años hemos visto incesto en “Los Borgia”, lo seguimos viendo en “Juego de Tronos”:  Guillermo del Toro lo incluyó en su” Crimson Peak “y ahora lo tenemos en “Taboo” ¿Podemos hablar de una conspiración que busca escandalizar para vender? ¿O acaso como James es un héroe (o antihéroe) byroniano tiene que compartir con Lord Byron esa costumbre de acostarse con la medio hermana?

En los 70s,  el tema del incesto en “Yo Claudio” causó controversia, pero al tratarse de un suceso histórico más que documentado, hubo que aceptarlo. Treinta años más tarde, su clon “Roma” volvió a sacar el tema al tapete. Famosa por sus inverisimilitudes históricas, la serie nos mostraba a una Octavia que seducía a su hermano Octavio, pero la única escandalizada, era su madre la liberal y libertina Attia.  Cuando levanté la voz en espacios donde los fans dela serie se congregaban, argumentando que históricamente no existía evidencia de que el futuro Augusto hubiera tenido amores con su hermana, me acusaron de retrograda.

Reitero, es respetable y comprensible que al grosso público lo incomoden estas visiones del incesto fraterno, pero o no vean la serie o no les sigan el juego a los publicistas que ciertamente se están cifrando más en lo controversial que en los verdaderos méritos de “Taboo” para venderla.

Un ejemplo lo trae el encabezado de este artículo. La escena en cuestión describe a Zilpha teniendo un vivido sueño erótico que bien puede ser provocado por un ritual mágico que James práctica muy lejos de ella. Para el público la escena tiene un doble factor” ¡Guacala!” El hecho de que los involucrados sean hermanos y el que, a pesar del evidente placer que Zilpha recibe, James haya invadido la intimidad de su hermana sin el consentimiento de esta. Por lo tanto, el acto recibe el calificativo de “violación”.

No encontré la escena molesta ni mucho menos controversial. He visto escenas más fuertes en “True Blood” y en “Spartacus”.  En cuanto a una “violación onírica” las ha habido en todas las versiones de “Rosemary’s “Baby”.  Y no sé cuánto hayan cambiado las sensibilidades, pero en los 90s nos pareció sexy que Gary Oldman se le apareciera bajo las sabanas a Winona Ryder en el “Drácula” de Coppola. Y la escena no es más chocante que Calígula destripando a su embarazada amante-hermana en “Yo Claudio” o Ser Jaime Lannister lanzando a Bran por la ventana después que el niño lo sorprendiera copulando con su melliza.

Tras toda la controversia provocada por la noche de bodas de Sansa en “Juego de Tronos “, tenemos que tener cuidado con el uso de la palabra “violación”. Zilpha disfruta de la visita nocturna, en ningún momento la vemos repudiar él supuesto ultraje o gritar “¡No!”  Muy diferente de sus encuentros diurnos con James donde el rechazo es su respuesta constante. El coito es interrumpido por el marido quien, enfurecido, la asalta sexualmente. Aunque a Zilpha no se la ve contenta al someterse a sus obligaciones conyugales, nadie ha hablado de violación ahí.

Resulta obvio que Zilpha prefiere tener sexo prohibido con el hermano antes que con su esposo. Eso es lo que perturba a la audiencia porque no se sabe qué orientación tomará la serie. ¿Acaso es Zilpha la heroína de este cuento? ¿La pareja futura de James? ¿Vivirán juntos un amor tabú?

¿Después de lo leído creen que estas críticas le resten méritos a la serie?  ¿Verían “Taboo”? ¿La han visto ya? ¿Qué les impresionó o escandalizó más de ella?