domingo, 30 de agosto de 2015

Celebremos a la familia disfuncional: Tercera Temporada de Ray Donovan



Después de un deslumbrante comienzo, “Ray Donovan”  decayó  gravemente. Sin embargo, en esta Tercera Temporada, la serie y el protagonista se han reinventado al punto que me ha interesado  volver a seguir las aventuras del  atormentado fixer angelino. Los que no cambian  son los catastróficos problemas que persiguen, como furias míticas, a Los Donovan. Ahora los acompañan otras familias disfuncionales que hacen que estos irlandeses gruñones parezcan Los Walton.

Yo dejé de ver a Ray Donovan a la mitad de la Segunda Temporada. No sé que me hartaba más si la llorosa y adultera “Abs” o la relación de Terry Donovan con esa enfermera pedante y  moralista. La obsesión del boxeador de llevarse a su mujer a Irlanda y fundar una vida nueva alejada de los Donovan me parecía implausible. Olía a un final trágico, que efectivamente tuvo lugar cuando Terry se involucró en un plan de robo mano armada.

Terry acaba tras las rejas.  La culpa como siempre es de  Papi Mick, uno de los personajes más torpemente conmovedores de la televisión. Es fenomenal la capacidad de Jon Voigt  para retratar  a un desobligado maleante cuya únicas meta son vivir bien a costa del crimen y congeniarse  con su familia. El problema de Mickey es que no comprende que ambas metas  son irreconciliables.


Hay quien detesta a Ray  Donovan. Yo  adoro al personaje de Liev Schreiber a pesar de sus defectos y vaya que los tiene. Su devoción familiar, su lealtad con sus amigos, su desgarrado sentido del Bien y el Mal lo hacen portentoso en un mundo corrupto, sucio, cruel como es ese ámbito  de millonarios faranduleros a quienes sirve.

La enajenación de Ray como persona, su incapacidad de pedir ayuda o abrirse a otros le ha costado su matrimonio, pero serán precisamente esas fallas las que lleven al fixer  hasta el sitio que ocupará en esta tercera temporada. Abrumado por la desilusión que le provoca su mujer y la prisión de su hermano, Ray va cayendo en una trampa karmica. La soledad se vuelve su compañera. Ezra muere, Ray pelea con Avi quien se marcha abrir su propio negocio. También pelea con Lena aunque se reconciliaran a mitad de temporada. Es ella quien le lanza la pregunta retorica:” ¿Por qué no puedes aceptar que necesitas ayuda? “Algún duende irlandés  la oye  y se encargará de obligar a Ray a aceptar que no es omnipotente.

Ray comienza la temporada con un solo objetivo,  rescatar a Terry de la cárcel. Pero después que el médico de la prisión le diagnostica un avanzado Parkinson, el boxeador ya no quiere luchar más, ni  contra su enfermedad, ni por su libertad. Entretanto, Ray entra en contacto con una familia tan infernal como poderosa. Si las pirañas tomaran forma humana se apellidarían Finney.


 Los Finney tienen una madre invisible (creo que solo la vimos una vez),  y un padre demasiado visible. Estos retoños peligrosos son  " Crazy"Casey (Guy Burnet), un demente drogadicto cuyo secuestro debe resolver el habilidoso Raymond, y  Paige  (Katie Holmes con un look que incluye frenos en los dientes), una pobre niña rica que desea demostrarle a Papi que se las puede.

En realidad esa es solo la superficie, porque debajo hay una criatura más compleja y oscura que todos los seguidores del film noir conocemos. A ver si  la ex Mrs. Tom Cruise nos saca una actuación  digna de una Faye Dunaway en “Chinatown” o Lauren Bacall en “The Big Sleep”.  A ver si es la compañera soñada o la peor pesadilla de Raymond. Obvio que quiero lo primero. Abby será el gran amor de Ray (aunque siempre he sospechado que su gran amor fue su hermana), pero es totalmente incompatible con su marido. No lo entiende, no lo conoce, no sabe apoyarlo ni sacar a flote lo mejor del fixer.


Regresando al tema de los Finney,  el que lleva la batuta ahí es el patriarca. Los productores de RD se han traído a Ian McShane, porque ya se sabe que ninguna serie tiene prestigio sino hay algún histrión británico en el reparto y aquí quieren dos. El ex Lovejoy  viene a acompañar a su compatriota Eddie Marsan (Terry). Encarnará  a un individuo sucio, malvado, un hombre capaz de casar a su hija con su propio amante, pero  Ian McShane (al que esperamos pronto ver en “Game of Thrones”) lo interpreta deliciosamente como si fuera un urbano  Príncipe de las Tinieblas, tipo Al Pacino en “El Abogado del Diablo.”

Finney quiere comprar los servicios de Ray, quiere tener la exclusividad sobre la franquicia Donovan, incluyendo el  cuerpo y alma del fixer. Raymond se niega. El que es tan privado y custodio de su integridad, resabio que le ha quedado del abuso pedófilo al que fue sometido, no será nunca de nadie, ni de su mujer, ni de sus hijos, ni siquiera de sus hermanos a quienes tanto protege.

Finney sabe esperar. No tiene que hacer nada. Será El Talón de Aquiles de Ray, sus hermanos, lo que lo lleve a venderse como una prostituta de cuarta. En la cárcel, Terry desahuciado tiene una epifanía cuando la pandilla de Los Arios insiste en obligarlo a demostrar sus dotes pugilistas. Terry reacciona exactamente como John Wayne en “The Quiet Man”, su espíritu Donovan lo lleva a defenderse. Solo que tras noquear a su contenedor, la ira celta del boxeador no descansa hasta matarlo.

Ya no hay manera de conseguir la libertad de Terence Donovan. Ya no valen ni los chantajes ni sobornos de Ray ni las estupideces de Mick, que en su desesperado intento de rescatar a su hijo, llega a matar (accidentalmente) al juez a cargo de la convicción de Terry. Solo hay un camino. Ray Donovan se sacrifica apareciendo borracho y al borde de las lágrimas en la Mansión Finney, donde su anfitrión lo recibe con burlona compasión y un gran despliegue de chic satánico. Esa noche. Ray y su nuevo dueño visitan al Gobernador Verona. En cinco minutos, Finney demuestra como el poder y el dinero son mejores que las tácticas de un fixer.

 Terry está libre, pero sigue preso de su enfermedad y de una obsesión paranoica con una posible venganza  de  “Los Arios”. Ray no acepta que le pongan collar y correa. Aun dentro de la Familia Finney comienza a complotar para cumplir su voluntad, sea para ayudar a Tommy Wheeler que está a punto de casarse con Chloe (la travesti de la Primera Temporada) o para construirse un negocio “limpio”. Como le dice a Abby “estoy cansado de arreglarle la vida a gente que no lo merece”.

Sin embargo, hay un hado implacable que persigue a los Donovan y les impide surgir y ser felices. El gobernador pierde las elecciones, Los Finney pierden poder, Ray simultáneamente pierde su sueño y  la confianza de Andrew. Es tan triste ver como Ray siempre acaba atrapado. Casi tanto como ver  a Terry  armado y atrincherado en su gimnasio en espera de Los Arios.

Aun así, ese episodio termina en una nota cálida, humana y jocosa con Terry casi matando a Mickey  y  haciendo las paces con su padre que decide pasar la noche con su hijo enfermo. Un gusto ver a Ray sonreír y casi ser cariñoso con su némesis  Haciendo gala del humor Donovan, Ray dice que Terry le hubiera salido más barato que contratar a Sully para eliminar a su progenitor.

Como todos los Donovan fans,  a veces quiero ahorcar a Mickey, por su incompetencia, por su irresponsabilidad, por las decisiones tontas que siempre toma, pero hay algo innegable, en el patriarca Donovan, ama a su familia. Vemos la ira y preocupación cuando su nueva socia, Mrs. Minassian (Grace Zabriskie) amenaza a Conor, lo vemos derrumbarse cuando cree que por su culpa Terry ha muerto, e incluso conmueven sus esfuerzos por ser padre adoptivo de la pequeña Audrey, la hija de la prostituta Ginger (Fairuza Balk). Esa es la diferencia entre Los Donovan y Los Finney, el cariño feroz que une a los primeros. Como dijo Andrew: “Un buen negocio familiar no es lo mismo que una buena familia”. Y Los Donovan no son un negocio, son una familia.


Eso sí, siento lastima por Darryl. Un chico tan prometedor, que vivía tan tranquilo con su madre y su padrastro y lo ha abandonado todo para participar en los sueños delictivos de Mickey que lo ponen siempre al borde del peligro. Pareciera que Mickey  fuera un imán que atrae la desgracia sobre los suyos, pero también los une.


Por quien no siento  ni pizca de  lástima es por Abby. La pobre es tan bruta como su suegro (y Conor parece haber heredado esa carencia de células grises), pero en vez de unir a su familia, la separa. Ni siquiera puede cuidar de una mascota. Y eso de ponerle “Perro” al perro es señal de tremenda  falta de imaginación.

En esta temporada, la pelirroja huye a la Costa Este, al despreciado barrio bostoniano del que la sacó Ray, a una familia que no está contenta de verla porque tienen sus propios problemas y su propia manera de ejercer la disfuncionalidad. Abby no repara que lo que ha dejado en Los Angles es mejor que lo que tiene delante. Al menos Bridget no tiene gonorrea, ni Ray anda en silla de ruedas.

Abby regresa a California sin haber aprendido nada. Su manera de ayudar a su familia bostoniana será comprando el bar familiar (con dinero de Ray, obviamente). Es lo único que sabe hacer,  vivir con dinero ajeno y quejarse de quien se lo da. Jamás shipearia a Ray y Abby, y sigo esperando que el  fixer encuentre el amor.

Hablando de amor, será que mi naturaleza de obsesiva romántica me hace ver posibilidades en todos lados, pero hay un par de parejas ahí que deseo shipear. Increíble ¿Ray Donovan  como serie romántica? Hasta ahora el amor en la serie Showtime era una simple quimera. El de Abby y Ray es sumamente frágil e inadecuado.; el romance De Bridget con el rapero asesinado se me hizo sórdido; el de Terry y Frances era unilateral y el de Mickey por la madre de Darryl no pasó de ser una ilusión. Estos Donovan o aman mucho o no saben amar.

Sin embargo, en esta temporada hay dos parejas a las que les deseo finales felices, y  no hablo de Tommy y de Chloe. Ya sé que va contra la ley que es políticamente incorrecto, ¿pero ver a Bridget emparejada con Ken Cosgrove? …¡Grosso! Claro que no se trata del escritor-publicista de “Mad Men” sino de un severo profesor de matemáticas al que dará vida Aaron Staton.


Bridget ha conseguido entrar a una prestigiosa escuela  pero sus ilusiones académicas hace rato que se desvanecieron. La brutal muerte de su novio, mas su inicio en el sexo y las drogas, han conseguido matar a la estudiante modelo. La separación de los padres la enfrenta a  la realidad en toda su crudeza. A diferencia su hermano, Bridget no puede esconder la cabeza en la arena del hedonismo y será una mala nota en matemáticas la que la obligue a replantearse  su futuro.

Comprendo su frustración. Yo también fui una alumna destacada que sufrió la humillación de notas en rojo en matemática. Claro, yo sufro de discalculia, mal que por entonces no se conocía. En el caso de Bridget es una combinación de estrés aunada a expectativas más altas en el área escolar y cursos más arduos, los que la han hecho fracasar.


La primogénita de Ray  decide explicar su caso al instructor, Mr. Donellen. Este se pone a la defensiva como solemos hacer los docentes ante un alumno que juzgamos desaplicado. Solo lo conmueve la confesión de Bridget de su reciente perdida. Resulta que él también ha enviudado hace poco. Enternecedora esa escena de maestro y alumna sentados en el piso del baño  intercambiando fotos de sus difuntas parejas. Eso si hubiera deseado que Bridget no estuviera drogada o enfundada en ese uniforme atrae-pedófilos.

Ya muchos, de esos que creen que Ray tiene que cargarse al menos uno en cada temporada, le ven cara de víctima al maestro ciruela. Yo digo “¡Basta!” a  esa costumbre de Ray de sobreproteger a las Bridgets, vivas y muertas. Es hora que acepte que no puede andar maltratando a todos los pretendientes de la niña. Y si  hay necesidad de alguien a quien Donovan deba escabechar, ya le tengo un candidato: El Padre Romero (Leland Orsen)

De Romero todavía no tengo clara la película. ¿Para quién trabaja? ¿Para la policía, para El Vaticano, o para satisfacer su propio y destartalado sentido de la justicia? ¿Es acaso un ex del Padre Danny que busca vengar a su amante pedófilo? El hecho es que aparte de aterrorizar las últimas horas del finado Ezra, se ha inmiscuido en eln a terapia de apoyo de Bunchy, y en la vida del menor de Los Donovan. Y ahora quiere obligar a Ray a regresar a la Iglesia. Eso es jugar con fuego.

Bunchy, este año, está enamorado. Ya no se trata de un romance tentativo como el que tuvo con la madre soltera en la Segunda Temporada. Ha caído rendido a los pies  de Teresa, La Luchadora (Alyssa Díaz). Ray podrá seguir menoscabando a su hermano menor, y considerarlo un inútil, pero Bunchy descuella donde el fixer patina, en el amor.


Ese road trip con Romero en busca de su damisela seguida por pedida de mano (y de rodillas, como se debe) a la diosa del ring estuvieron espectaculares. Tanto así que, tras expulsarlo con palabrotas (entre las cuales intercaló un significativo “Eres dulce”), Teresa a solas llora y recapacita. Ahora Los Donovan integran a una latina a su clan, a pesar de que  Ray desconfía de su nueva cuñada.




Así entramos a la segunda mitad de la temporada con muchas incógnitas por resolver. ¿Serán Los Arios solo un figmento de la imaginación de Terry? ¿Serán las jaquecas de Paige una señal de una enfermedad mayor? ¿Se reconciliaran Ray y Avi?  Y lo más grave, en ánimo de confesión, Bunchy  le reveló a Romero como había muerto El Padre Danny. ¿Qué hará Romero con esa información aparte de excomulgar a Los Donovan?


Ray Donovan puede verse todos los viernes, por HBO Latino. Y a ver si los Emmy recompensan a Liev Schreiber este año.


domingo, 16 de agosto de 2015

Picardías dieciochescas: Se pone de moda El Siglo de las Luces


Cuando trabajaba en el blog de las series de época que podremos apreciar en un futuro cercano, noté cierta trend: una considerable cantidad de proyectos que tienen lugar  en el Siglo XVIII. El Siglo de las Luces se ha puesto de moda, Ya no como el año pasado enfocado a ficciones coloniales sino en el universo de la Iluminación Europea. ¿A qué se debe?

Las  dramatizaciones de  relatos dieciochescos han abundado en el cine del Siglo XXI, desde “Marie Antoinette” hasta “Belle”. Hay algo en la moda rococó que resulta atractiva para los productores, pero ahora esa moda ha llegado a la televisión. Primero fue en Italia con la telenovelesca “Elisa  de Riivombrosa (“2003), luego en Francia con la adaptación de la serie histórico-detectivesca “Nicholas Le Floch”.


 Finalmente la fiebre del Enlightment  atacó a los Estados Unidos comenzando con “John Adams,” y siguiendo con “Salem”,”Turn”, y “Sons of LIberty.” Y no nos olvidemos de cuentos de piratas como “Black Sails” y viajes en el tiempo como  los de Ichabod Crane y su esposa Katrina que tratan de adaptarse a un nuevo milenio, pero constantemente recuerdan que provienen de Las 13 Colonias.

Aunque si de viajes en el tiempo se trata, obvio que el inicio de esta pasión nace de la tan esperada adaptación de Forastera de Diana Gabaldon. El año pasado finalmente debutó  “Outlander” con mucho éxito poniendo de moda esos verdugados acampanados, los panniers y jabots, y la historia del Reino Unido en los 1700s, en este caso la de las rebeliones escocesas que son vividas por la enfermera y viajera del tiempo Claire Beauchamp (Caitriona Balfe).



“Outlander “es una producción de Starz,  pero  este 2016, la fascinación por El Siglo de las Luces viene de la BBC. Comenzó con un refrito de una serie clásica, icónica y mágica de hace cuarenta años que a su vez se basó en una popularísima  cadena de novelas históricas. Me refiero a “Poldark” que ya vio la luz de la pantalla chica este abril.


Para quienes no conozcan la saga córnica de Winston Graham, esta es la historia. Después de servir a su rey en la guerra contra los colonos norteamericanos, el Capitán Ross Poldark (Robin Ellis) regresa cansado y derrotado a sus tierras de Cornualles. Se lleva la sorpresa de que sus propiedades han sido confiscadas y su prometida, Elizabeth (Jill Townsend), se ha casado con su primo. Poldark se alía con los pocos amigos y servidores que le quedan para luchar contra los ambiciosos Warleggan. En su conflicto por recuperar lo suyo y reparar entuertos, este Quijote dieciochesco rescata a la salvajita Demelza (Angharad Rees), le da un empleo en su cocina, en su cama, y finalmente la lleva al altar.

Por dos años (1975-1977), ese espacio mágico de Cornualles sirvió de trasfondo para todas las aventuras de Ross Poldark en su contienda contra la injusticia, los Warleggen, los franceses y la pasión que le inspira Elizabeth y que no deja de dominarlo aun cuando su prima enviuda y se casa con el despreciable (¡Que gran villano!) George Warleggan (Ralph Bates). A proposito, pueden ver la serie original en español aquí.


Con ese precedente espero con ansias la nueva versión y hasta estoy dispuesta perdonarle a Aidan Turner haberme destrozado a mi pintor favorito en “Desperate Romantics” si logra una buena comparación con el incomparable Poldark. ¿Alguien ha visto ya esta serie? Me he quedado con la excelente reseña de la Gata Magrat Ajos Tiernos en sus Crónicas de Ferrocarril.

El Siglo XVIII fue un siglo de exploración y colonización. Un nuevo mundo nació con el descubrimiento de la isla-continente y Australia será el escenario de “Banished” (Desterrados) Ahí veremos las peripecias de los convictos británicos e irlandeses que era transportados a una isla-prisión al otro lado del mundo.

Aparte de que me fascina el pasado australiano, también me intriga este capítulo de una historia que pocas veces ha sido llevado a la pantalla. Con la excepción de filmes olvidados como “La nave de los condenados (Botany Bay)” o miniseries como “Against the Wind” (1978) los días de Australia como colonia penal (establecida originalmente en Botany Bay, Sídney) son un periodo que los mismos australianos quisieran olvidar.  Quien  haya visto  “Banishmed” que me cuente si aporta algo a los dramas históricos.

Lamentablemente y ya lo sabemos, la televisión que  gusta es la que descansa sobre sexo y controversia. Como el siglo XVIII ofrece un caudal de textos pornográficos y de escándalos sexuales en la clase alta, los productores no van a desaprovechar esta mina de oro. Eso es lo que hay detrás de “Woman  in Red”  (o “The Scandalous Lady W”.) Se trata de una dramatización de la vida aventurera y picaresca de una dama de la alta sociedad dieciochesca llamada Seymour Worsley.


Natalie “Maergery” Dormer será la encargada de darle vida (vestida y desnuda) a Lady Worsley que cosechó una infame reputación por sus amoríos adúlteros, todos apañados por su marido interpretado por Shaun “Endeavour” Evans. Eso hasta que harta de ser prostituida, Seymour huye con un militar y es llevada ante la ley por su esposo en un juicio que deleitó a la chismosa sociedad georgiana.


Sin embargo, la sociedad más escandalosa del Siglo de las Luces fue la más ilustrada, la francesa,  y hacia allá enfocan los ojos los productores de la BBC. Playground está planeando una miniserie basada en la escandalosa  novela de Choderlos de Laclos Las Relaciones Peligrosas. No se sabe aun nada del elenco, pero me encantaría ver a Michelle Dockery como La Marquesa de Merteuil, rol que este otoño interpretará “Lady Mary “en su retorno al teatro londinense.


Siempre en Francia, no se  han olvidado del suceso más espectacular y trascendente de la historia dieciochesca: La Revolución Francesa. Después del éxito alcanzado con la adaptación de “Wolf Hall”, la BBC le apuesta la guillotina en otra novela d Hilary Mantel. Se trata de la dramatización de la vida de los líderes revolucionarios titulada A Place of Greater Safety. Y con eso se detiene la lista, pero podemos apostar que pronto sabremos de más series que tendrán lugar en el mundo de los 1700’s.

¿Cuál de estas series les gustaría ver? Soy fanática confesa del Siglo 18, ¿pero que creen ustedes que lo haga tan atractivo a los ojos del público del Tercer Milenio? ¿Hay alguna otra época que les gustaría ver retratada en formato de miniseries? ¿Hay alguna obra dieciochesca u obra literaria que tenga lugar en ese trasfondo histórico que les gustaría ver dramatizada en la televisión? Yo, gata cursi que soy me gustaría ver otra versión de Las dos huerfanitas, de la cual se han hecho tantas películas, pero nunca una miniserie (o serie que da para harto).


También me gustaría ver una adaptación de El Caballero de La Casa Roja de Dumas, y una versión con actores de carne y hueso del manga “La Rosa de Versalles”.



Y para salirnos un poco de Francia, me gustaría otra adaptación de Kitty de Rosamond Marshall, que ahora podría adaptarse usando todos los elementos picarescos de la obra.



domingo, 2 de agosto de 2015

El pasado es moda del presente: Period pieces en la televisión del 2015-2016


Acabada de hacer una (paupérrima) reseña de las series de fantasía que llegarán a la televisión en un futuro cercano y ya se me antojaba hacer algo parecido con toda la nueva temporada 2015-2016. Pero un vistazo a la parrilla me desalentó totalmente. Lo siento, pero nada me parece atractivo con la excepción de los siempre confiables dramas de época. Y de esos hay una gran oferta.

Es cierto, cuando todo falla, siempre se puede contar con una “Downton Abbey” o algo como “Miss Fisher Murder  Mysteries”. La tercera temporada de la serie de detectives australiana ha quedado con una Phryne que se despide de Oz y vuela en el horizonte en su avión partículas, no sin antes intercambiar un largo y húmedo beso con su amor secreto, el Inspector Jack Robinson. Y ahora los fans estamos esperando confirmación de que vendrá una Temporada 4.


No necesitamos confirmación para saber que se acaba “Downton Abbey” o que “Mad Men” ya cerró su ciclo. La pérdida de estas dos series tan representativas  del drama de época deja altas las esperanzas para period  pieces futuros.

Por suerte, la BBC no se ha quedado de brazos cruzados y desde el 2014 que anda produciendo propuestas tentadoras que todavía no hemos visto en América Latina.  Me refiero a “ Jonathan Strange y Mr. Norrell”, “The Crimson Field” y por supuesto, “Indian Summers”. Todas de la temporada pasada.

Tras la despedida de “Mad Men “y con “Masters of Sex “en su tercera temporada, esperaba kilos de series retro sobre los 50’s y 60’s. Para nada. Lo más cercano es “Partners in Crime” que recoge las aventuras del dúo de detectives amateur Tommy y “Tuppence” Bresford. Tal como ocurriera con El Padre Brown, se decidió trasladar a los personajes de Agatha Christie desde  Los Locos 20  a un contexto de Guerra Fría.

Después de la renovación de “Manhattan” (que todavía no vemos por estos lados) se ha olvidado un poco el tema de La Segunda Guerra Mundial. Sir Ian McKellen y el ex Sir  Anthony Hopkins recrearán los roles creados por Albert Finney y Sir Tom Courtney, en una nueva adaptación de “The Dresser”,. La obra de  Ronald Harwood gira en torno a  la relación entre un actor alcohólico y ególatra y su vestidor en la Inglaterra del Blitz. Este es un filme para TV no así la serie “Home Fires” una contribución de ITV sobre el tema de la vida durante el Blitz. Más interesante se ve la adaptación de la novela especulativa de  Len Deighton SS-GB que  se imagina lo que hubiera sido el Reino Unido de ser invadido por los Nazis.


Sobre la Belle Epoque solo tendremos  una adaptación de la (un día) escandalosa Lady Chatterley’s Lover. A Lady Constance la encarnará Holiday “Lucrezia Borgia” Granger, su amante rural será interpretado por Richard “Robb Stark” Madden. Pareja atractiva, y ya los hemos visto desnudos a ambos.  Todo un espectáculo, a pesar de que el difunto Rey del Norte insiste que el énfasis de esta adaptación de la novela de D.H.Lawrence será “en romance y no en sexo”


El tema Sherlock Holmes/Conan Doyle no deja de atraer productores. Martin “Doc Martin” Clunes interpreta a Sir Arthur Conan Doyle en “Arthur &George” una dramatización de la novela de Julian Barnes sobre los esfuerzos del escritor por defender a un abogado hindú injustamente acusado.  Los canadienses planean otra dupla en “Houdini and Doyle” sobre una mancuerna entre Sir Arthur y el mago. Siempre en tema biopico llega “Life in Squares”  una visión sobre El Grupo Bloomsbur y que se enfoca en dos de sus miembros, Virginia Woolf y su hermana Vanessa Bell.

Como siempre , el Siglo XIX  estará bien representado  incluyendo adaptaciones literarias de The Secret Agent de Joseph Conrad, de Mary Barton  de Elizabeth Gaskell y la más  ambiciosa, una nueva versión de La Guerra y la Paz . Después de ser Lady Rose en “Downton Abbey” y Cenicienta, Lily  James pasará a ser la Condesa Natacha Rostova ,la mejor creación femenina de Tolstoi.

Tom Hardy y Sir Ridley Scott producirán “Taboo”, una serie que ya provoca polémica. La historia de un aventurero decimonónico que regresa de África cargado de diamantes y ansias de vengar la muerte de su padre ,ha sido acusada de retratar falsa y negativamente a la East  India Company. Joanne Froggart, la Anna Bates de “Downton Abbey” será la asesina en serie Mary Anne Cotton  en “Dark Angels” basada en la historia de la famosa envenenadora victoriana.

En Estados Unidos no se quedan atrás y les van a los miriñaques en un turbulento periodo de la historia de su país: La Guerra de Secesión. En “Point of Honor “, “Charlotte”  y el drama médico “Mercy Street” se intentará convencer al público políticamente correcto de que el Viejo Sur estaba lleno de abolicionistas enclosetados.
Elenco de "Mercy Street"


Saliendo de la temporada final de “Downton Abbey “ ya Julian Fellowes ha sido contratado por la NBC para lo que no se sabe si será película para televisión, miniserie, o piloto de serie . Solo sabemos que se titula  “The Gilded Age” y que como lo indica el titulo tendrá lugar en la recta final del Siglo 19. Se cree que veremos en esa serie a las versiones jóvenes de Cora y Robert Crawley.

Voy a saltarme El Siglo XVIII que amerita su propio blog, y pasamos al Renacimiento. Lord Fellowes va a estar muy ocupado porque también quiere adaptar a la pantalla chica The Serpent and the Moon escrita por su amiga la Princesa Michael de Kent. La novela trata sobre el triangulo romántico e histórico entre Enrique II, Rey de Francia, su esposa Catherine de Medicis y su amante Diane de Poitiers. Para los adictos a “Reign”, ver a Catalina en su juventud ser un gancho  atractivo.



“Juego de Tronos” sigue generando una fascinación por la Inglaterra Medieval. Y la televisión inglesa quiere aplacar ese apetito. Habrá “White Princess”, una continuación de “La Reina  Blanca.” Yendo más hacia atrás en el tiempo se planea una  adaptación de The Last Kingdom de Bernard Cornwell que gustará a troneros y a fans de “Vikings” con una historia de sajones e invasores nórdicos en la Inglaterra del Siglo IX. Pero el proyecto más curioso viene de  FX.


 Stephen Moyer, el inolvidable Vampire Bill de la fenecida “True Blood” lidera el elenco de “The Bastard Executioner” (El verdugo bastardo) aunque el protagonista es Lee Jones como un soldado del ejército del Rey Eduardo que harto de ver matanzas decide cambiar de empleo, pero acaba como el verdugo de una aldea galesa. La serie es producida por el reconocido Kurt Sutter (The Shield, Sons of Anarchy) quien también actuara en el papel de El Mudo.


Últimamente hay una manía de películas y series bíblicas. Cual de todas peor hecha. Falta la mano de Cecil B. D Mille. Este otoño llega “Of Kings and Prophets” a la ABC. En tres palabras es la historia del Rey David y de su pugna con Saúl.



Mejor cara trae  “Tut” una especie de “Juego de Tronos “en el Antiguo Egipto. Avan Jogia es el joven Tutankhamen que encabeza un gran reparto en el que estarán Sir Ben Kingsley y el novio de la Reina Guivi, Alexander “ Doran Martell” Siddig.

jueves, 9 de abril de 2015

Un Círculo Vicioso, la Recta Final de Mad Men


Los promos han estado anunciándolo como “El final de una era” y “Severance” el capitulo que da inició a la última temporada de “Mad Men”, no lo desmiente. Se acaba el tiempo de experimentar para los empleados de Sterling Cooper y Partners. Ahora es el momento de de tomar decisiones, de reinventarse o de aceptarse.

La soledad y la insatisfacción son los temas del episodio. Lo atestigua el tema musical de la noche "Is that all there is?" (Es eso todo lo que hay?" que Peggy Lee grabara en 1969. Después de siete años, la publicidad parece ser el menor de los intereses de los personajes de esta serie. La mayoría  se encuentran en un punto del camino en que tienen que enfrentar una crisis existencial para la cual no parece haber solución inmediata. El único que resuelve los problemas, a lo largo del capítulo, es Ken Cosgrove demostrando que aun en el mundo de los spots comerciales puede haber venganza y un atisbo de final feliz, aunque esa felicidsaf sea agridulce.


Comenzamos con Ken tuerto celebrando el retiro del suegro en una escena familiar que tiene lugar en la casa del matrimonio Cosgrove. Es la única escena familiar en una hora en la que Betty y su tribu brillaron por su ausencia. Es toda una reafirmación de cómo los “Mad Men” carecen de familia, de lazos de sangre, de entornos domésticos. Ahora son un clan de solterones y prósperos divorciados. Solo Ted tiene mujer, hijo, suegro.

Cynthia Baxter-Cosgrove siempre me dio la impresión de ser una bully competitiva. Algo que quedó en evidencia en su rivalidad con Trudy Campbell en el baile del club campestre. Ahora, y gracias a que esas escenas son enfocadas desde su perspectiva, se revela como una mujer preocupada, y devota de los hombres de su familia.

No quiere despertar a su bebé aunque el abuelo insista en verlo. Le duele ver que su padre dedicó su vida al trabajo y al jubilar no sabe que hacer con su tiempo libre. Pero sobre todo le preocupa que su marido siga el mismo camino. Obliga a Ken (que sin parche se convierte en una metáfora de la vulnerabilidad) a encarar  la verdad: ha sacrificado su vida, su talento y un ojo por una firma que lo ningunea y que no le ofrece nada que valga la pena.

Le insiste que renuncie, que acepte que ella le compre una granja y que se dedique a hacer lo que le gusta, escribir Mas tarde, Ken le confiesa a Don que la idea lo tentó, pero ocurre lo imprevisto en ese universo caprichoso de la publicidad. McCann Erickson, ahora en sociedad con Sterling Cooper, no ha olvidado que Ted los abandonó, los despreció, y lo peor que se puede hacer en Madison Avenue, les robó clientes. Exigen la cabeza de Ted y un displicente Roger Sterling  lo despide. Esto despierta la ira sagrada de Cosgrove quien encuentra una manera brillante de voltear la tortilla. Ocupa un puesto en la compañía de su suegro y se convierte en “cliente” de Sterling-Cooper. “Voy a ser tu cliente, y odio decirlo, pero soy dificil de complacer” les advierte a Roger y a Peter.


Las que todavía no pueden salir e su círculo del pasado y por lo tanto no pueden aspirar a cambiar sus destinos futuros, son Joan y Peggy. Hay una mini crisis en la empresa. Sterling Cooper representa a Topaz, pero a las medias les ha salido un rival de peso en el mercado. Las fantásticas L’eggs (que acabo de enterarme ya no se venden en USA).

Las chicas son enviadas a dialogar con los de McCann en un esfuerzo para aminorar la crisis. Craso error. Unos minutos en comité con los publicistas de McCann y ya sabemos por qué Ken(que no era ningún ingenuo) nunca cupo con ellos. Más suerte tendrían Joan y Peggy conferenciando en un callejón con una pandilla de marineros borrachos.

Los nenes Mcann comienzan a lanzarles flechas como los colegiales cochinones que son. El blanco es el imponente busto de Joan. Los chistes se vuelven un muestrario de vulgaridad y crudeza infantil. Peggy está avergonzada y Joan encolerizada, pero será en el ascensor donde a solas inicie la guerra entre las divas. Joan petulantemente declara que quiere incendiar el edificio. Aunque Peggy intenta calmarla, su rencor y envidia afloran en una serie de verdades inconvenientes. Acusa a su ex jefa de promover el comportamiento que tanto condena al seguir usando ropa chillona y exhibicionista.


Joan se ofende, pero detrás de las palabras de Miss Olsen existe una ristra de factores asociado a la voluptuosa figura de la ex Mrs. Harris que incomodan a Peggy recordándole que al carecer de atributos corporales, la tiene más difícil que la pelirroja. Al fin y al cabo, es ese cuerpo el que consiguió que Joan llegue a ser socia de la empresa, un puesto que Peggy ni siquiera sueña con alcanzar. Fue a Joan a quien se le concedió el privilegio de casarse, de ser respetable, de tener consigo a su hijo Kevin concebido de manera tan ilícita como el bebé que Peggy tuvo que regalar. Indignada ante la autocompasión de quien tiene más que ella, Peggy  le escupe  la última palabra: “¡eres mugrosamente rica!”

Con eso, Joan decide invertir en reinventarse y comienza por un nuevo guardarropa. Pero para quien desea dejar el pasado atrás, el ir de compras a la tienda donde una vez fue dependienta resulta una manera de perpetuar el círculo. Tal vez quiera que le pongan alfombra roja y que la atiendan con la deferencia que mereció la “Mujer Bonita”. Consigue lo contrario. La chica que la atiende la reconoce y le ofrece un descuento por ser ex empleada. El poder comprador no le sirve a Joan quien termina humillada. Su nuevo guardarropa, a pesar de ser más oscuro que lo que acostumbra a vestir, no logrará hacer desaparecer un cuerpazo que en vez de rechazar debería asumir y abrazar.


Mejor suerte corre Peggy a quien su asistente le ha procurado una cita con el cuñado. A pesar de que Peggy se incomoda ante el atrevimiento de su empleado es lo suficientemente sensible para entender que Mathis la admira y que quiere verla feliz. Se da cuenta de eso cuando Stevie, el abogado le cuenta como su cuñado se la ha “vendido” mejor que lo que ninguna de las campañas de la empresa podría hacerlo.

Stevie podrá no ser un gran abogado, y es un poco pasivo, pero reconoce y elogia las virtudes de su cita a ciegas. La noche termina mejor de lo que ambos esperaban. Peggy permite que el vino la despoje de inhibiciones y presenta su rostro más simpático, pero es lo suficientemente sagaz para no acostarse con Stevie, asegurándole que él merece ser más que una noche. (¿Por qué a Peggy le funcionó esa frase y a mí no?).


A la mañana siguiente, Peggy se siente avergonzada, mortificada y tiene una resaca horrible. En cambio Stevie, aun sobrio, planifica el viaje a Paris que se han prometido tomar juntos. Yo quiero a Peggy con Stevie. Ya es hora que ella sea feliz, y no lo será si continúa acostándose con losers casados, soñando con un revolcón que Don nunca le dará. Stevie parece ser la única relación sana y normal en su futuro. Abe lo fue, pero su idea del Sueño Americano era muy diferente al de la publicista.

Finalmente llegamos a Don. El episodio abre con uno de esos lugares comunes de “Mad Men”. Don entrevista chicas guapas envueltas en armiño para un spot donde el erotismo vende al producto. Lo próximo también nos resulta familiar. Don y Roger Sterling (con un mostacho de Santa Claus) +tres nenas despampanantes cenan, no en un lujoso bistró de Manhattan como es la costumbre en el show, sino en un humilde diner. El diner es toda una institución americana  y no hay mejor comida que en esas cafeterías de barrio.


Una novedad en Don. Al parecer ha aceptado su pasado y se permite hacer chistes sobre su infancia miserable y sobre su madrastra. Roger sigue siendo el mismo machista descarado y convierte a Di, la camarera, en víctima de su sexismo. Cuando  Don se lo reprocha sutilmente, Roger enmienda su falta dejando una propina de cien dólares. A Don lo impresiona la camarera.

Lo próximo es que el publicista estrella tiene un sueño en el que la que modela el armiño es Rachel Menken Katz. Maggie Siff se ve exquisita, no han pasado los años por ella y es un acierto comenzar la recta final de la serie con  Don y Rachel, la pareja con la que se inició.


Don despierta alterado y le pide a Meredith, esa secretaria que parece una mezcla de Muppet con Lulu en “Al Maestro con Cariño”, que le consiga una cita con Rachel a la que hace ocho años que no ve. Don regresa al café y aborda a Di quien lo trata con bastante frialdad, pero acaban teniendo sexo en el callejón. Escena que debería ser sórdida, pero resulta paradójicamente erótica. Don insiste en que conoce a Di de alguna parte, le recuerda a alguien. Se supone que le recuerda a Rachel. Cosa rara porque Elizabeth Reese en nada se parece a Maggie.

Don vuelve a la oficina y Meredith le planta una noticia-bomba. No pudo hacer una cita con Rachel porque la susodicha acaba de morir. Atontado, Don se presenta en el departamento del viudo de Rachel. Están todos reunidos para la Shiva (un velorio judío) Le cierra el paso Barbara, hermana de la difunta. No recuerdo si Barbara apareció en la primera temporada, o sólo fue una voz en el teléfono. Lo importante es que la recuerdo como una enemiga acérrima de la dupla Don-Rachel. Y lo sigue siendo.

No sé que teme Barbara. ¿Acaso que la finada salga de su tumba y huya con el goy? Comienza ofendiendo la inteligencia Draper  al tratar de explicarle lo que es la Shiva. Don educadamente le recuerda que ha vivido décadas en New York y conoce las costumbres judías. Hasta ha traído un pastel. Barbara se alborota al saber que ya va por el segundo divorcio.


Don se conmueve al ver a los hijos de Rachel, los que pudieron ser suyos. Barbara insiste en recordarle que Rachel fue feliz, que vivió la vida que quería. ¿En serio? ¿Soy yo la única que siempre vio a Rachel como el posible gran amor de la vida de Don Draper?  La única mujer a la que se atrevió a confesarle su verdad.  Por algo, ella le avisó de su muerte. Curioso, creo que es el primer toque metafísico de “Mad Men”.

Fue un capitulo muy intenso, muy lleno de emociones incrustadas, de nostalgias. Al final, Don regresa al diner (Nighthawks se llama) pero Diane no quiere más con él. Se compadece de su soledad y de su dolor por la pérdida de Rachel, pero le aconseja que si vuelve traiga una novia. ¿Le hará caso? ¿Volverán a verse?

viernes, 27 de febrero de 2015

¡Adiós, Señor Spock! Leonard Nimoy (1931-2015)






Leonard Nimoy falleció hoy 27 de febrero del 2015, pero Spock es inmortal.

Spock fue el personaje más fascinante de "Viaje a las Estrellas". Mitad humano-mitad vulcano. Su dualidad era su mayor encanto.


A pesar de su personalidad flemática, Spock estaba lleno de emociones. Podía ser violento...

O romántico..
                                                                    O amigo de las mascotas.
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Por seis décadas "trekkies de todo el mundo" han idolatrado al heroico vulcano. Aqui vemos a Leonard Nimoy con la generación más famosa de trekkies del Siglo XXI: el elenco de "The Bing Bang Theory".