viernes, 24 de octubre de 2014

La caída del Imperio Thompson: Última temporada de Boardwalk Empire


Volver a ver "Boardwalk Empire" siempre significa encontrarse con viejos amigos, notar la ausencia de los caídos, y este año comenzar a sentir nostalgia porque ésta es su ultima temporada Aun así este inicio no se siente como un cierre y aunque visualmente es siempre espectacular, deja algo que desear. ¿Qué será?

La intempestiva decisión de HBO de acabar con esta saga de gánsteres en la Atlantic City de antaño obligó a Tim van Patten y a su equipo a saltarse toda una temporada y acelerar el final. Algo que queda mas que patente en este primer capitulo en que no se entiende por que Chalky está preso en una de esas infames chain gangs sureñas o Margaret sigue trabajando para la misma firma cuando la ultima vez la vimos iniciando una sociedad con Anold Rothstein.

La acción comienza en 1931 lo que obliga a sucesos importantes como la Caída de Wall Street y  del asesinato de Arnold Rothstein a convertirse en backstory, sucesos del pasado que se mencionan en diálogos. Chalky está preso en alguna zona rural. Margaret es despedida luego que su jefe se suicida. No sabemos nada de Eli, ni de Van Alden, ni de  Gillian. Lucky Luciano, ahora luciendo su famosa cicatriz, colabora en el asesinato de Joe Masseria, y acepta a Salvatore Maranzano como su nuevo jefe.

.Casi todo el episodio se enfocó en Nucky que está de visita en La Habana. No sabemos que ha estado haciendo todo este tiempo. Aunque sigue con una Sally ,más vieja y más gorda que regenta un burdel en Cuba. Nucky sabe que La Prohibición tiene sus días contados. Quiere volverse un honrado vendedor de licores y para eso necesita entrar en tratos con Bacardi. De eso se trata casi todo el capitulo. Entremedio se tropieza con un Meyer Lansky adulto, casado, padre de familia que miente como carretonero. Ya no tiene tratos con Luciano, está ahí con su mujer, una rucia oxigenada que a la legua se nota es mujer de todos,  y paa colmo, después  se descubre es cubana y no habla inglés.


Al final del capitulo,  por fin un poco de acción. Un hombre intenta matar a Nucky en plena vía pública. Es rescatado por un enigmático individuo que mata al aprendiz de asesino y le corta una oreja. Este tedioso capítulo, del cual solo tuvo de  rescatable la ceremonia en que Maranzano apadrina a Lucky, un ritual que lp convierte en un “made man”, mas encima tuvo el grave defecto de estar salpicado de flashbacks, habito que continua en el segundo episodio.




Es totalmente innecesario que a estas alturas nos cuenten la infancia de los Hermanos Thompson. Ya sabíamos que tenían un padre golpeador y abusivo, que perdieron una hermana menor, y que Nucky siempre protegió a Eli. ¿Necesitábamos saber que El Comodoro era un viejo miserable que trampea a un niñito y es casi obligado a ofrecer pagar por el funeral de la pequeña Susan Thompson? El hombre que viola a una niñita de 13 años y anda cazando osos, no puede ser bueno ni antes de su muerte, ni en 1880. Esos raccontos que espero acaben pronto no aportan nada a la trama.


Por suerte en el segundo capitulo nos trasladamos a Chicago. Han pasado cuatro años, Van Alden alias Mueller y el menor de los Thompson (al que llaman Atlantic City) trabajan para un Al Capone cuyos negocios están siendo investigados por agentes federales. Después de un raid en el que pierden el dinero que debían entregar al jefe, Eli y Mueller se ven obligados a asaltar a otro empleado de Capone para poder cumplir con su cuota.

Eli, también más gordo, se ha echado al abandono. La ausencia de su familia lo tiene hundido en el alcohol, su apariencia descuidada delata su estado de animo “¡Apestas a orina!” le reprocha Mueller quien deduce que su socio está destrozado por estar lejos de los que ama. Sus palabras de consuelo son: “He descubierto que es más fácil odiar que amar”. Un vistazo a la familia Mueller y entendemos de donde sale esa frase. Inga no ha aprendido mucho inglés, pero aprendió a fumar, a mostrar las piernas y a responderle al marido.


En este episodio también descubrimos que pasó con Gillian Darmody. Ahora encerrada en un manicomio, la pelirroja se las arregla para hacer buenas migas con su guardiana lo que le atrae algunos privilegios. Curiosa escena en la que parece que la guardia está exigiendo favores sexuales de la paciente, pero acaba en que Gillian le está regalando prendas de su guardarropa y asesorándola en apariencia personal.

Casi tan ambigua fue la postulación de Will Thompson (el hijo de Eli) a un puesto en un bufete de abogados. Will hace una entrevista brillante pero es descalificado al descubrirse su parentesco con Nucky. Will se gana el puesto con una diatriba sobre su amor por la justicia y su deseo de servirla. Le recuerda a su futuro emperador que un hombre no puede ser culpado por lo que hacen sus parientes. Desde que el mundo del crimen le arrebató al padre, el joven abogado asegura desear destruir a los delincuentes.

Sin embargo, en la próxima escena vemos a Will cenando con el tío Nucky y contándole sobre su nuevo empleo. Cuando Nucky le pregunta si el patrón sabe que son parientes, su sobrino le miente, y agrega que no tiene vergüenza de ser un Thompson de Atlantic City  ¿A qué estás jugando Willi? 

No sé como, (así de convulso fue e prime episodio)Nucky ha atado cabos y vincula a Meyer Lansky con su atentado. Regresa a Nueva York y contacta al ahora retirado Johnny Torrio. El ex capo le ofrece una copita de anís y un consejo, que se retire como hizo él y  salve su vida. Nucky no tiene intenciones de jubilar. A Torrio solo le queda una manera de ayudarlo. Preparar una entrevista entre Thompson y Maranzano.


La entrevista es otro ejemplo de ambigüedad e hipocresía. Lucky está presente y jura no saber nada de Meyer, Maranzano condescendiente le dice a Nucky que no le tenga miedo. Este se sorprende al ver a Toninno trabajando para el nuevo capo. ¿Lo recuerdan? El que mató a Gyp Rosetti.

Pasamos a un burdel donde en una elegante saliat, : Lucky conferencia con Meyer (siguen tan hermanos como siempre) y con un Benny de pantalón lago al que ya podemos identificar como Bugsy Siegel. Están esperando a Tonino. Es una escena deliciosa que evidencia que este trió ya es La Santísima Trinidad del Crimen Organizado. Lucky habrá besado la mano de Maranzano, pero su lealtad está del lado de sus amigos de la infancia.


Michael Zegen (ex Randall de "The Walking Dead") está perfecto como Bugsy en una combinación de demencia y humor payasescs, particularmente cuando interpela en yiddish a Meyer y le reprocha haber contactado a Nucky en Cuba. Anatol Yusef sigue siendo un Lansky pausado, sensato y más maduro. En su rol de Lucky, Vincent Piazza  adopta un aire enigmático y sombrío que lo hace verse más viejo. Es un Luciano adulto que ya sabe lo que quiere y le incomoda que otros no estén a la altura de su nueva madurez. “¿Acaso tienes 14 años?” Le grita a Tonino al saber que el motivo del retraso del sicario es que estaba en la cama con una prostituta).

Después de hablar con sus jefes Tonino va a almorzar con Nucky. Se lamenta con él, ya no sabe en quien confiar. Le pide empleo. Nucky acepta, pero como todos en este cuento, antepone sus intereses a cualquier gesto sincero. Nucky no ha regresado solo de la Habana. Se ha traído al hombre que lo salvó. Tal vez alguien se ha quejado de que no hay latinos en este crisol de rasas criminales y ahora Thompson tiene un guardaespaldas un cubano mulato que casi no habla ingles pero es un experto asesino. Asi lo descubre La Santa Trinidad gansteril cuando les dejan en la puerta de su burdel el cadáver de Tonino sin orejas.

Alguien ha dicho que "Boardwalk Empire" debería llamarse "The Walking Dead" porque todos están marcados para morir. Bueno, todos menos Luciano, Lansky y Siegel. A Bugsy le queda más de una década de vida, y sus compinches murieron en sus camas, al igual que el verdadero Nucky Thompson. En USA, la serie  ya está a las puertas del final y tres personajes importantes mordieron el polvo. Yo solo espero que Eli sobreviva, tal vez porque es el único personaje que todavía tiene sentimientos humanos en este cuento.


El tercer episodio ha demostrado ser un avance. Por primera vez, los flashbacks adquieren sentido y es interesante ver como el pequeño Nucky conoció a Mabel, la que iba a ver su esposa. Curioso que a través de los años siga siendo importante para él, puesto que en el presente, cuando ve una sombra femenina en la oscuridad, la llama “Mabel”. Curioso también que la sombra sea Margaret que ha venido a pedir ayuda de su marido. Un reencuentro que presagia algo mejor que los problemas de los gánsteres con el D. Narcisse, o la lenta reintegración del fugitivo Chalky White a la sociedad, o la posibilidad de que Nucky entre en negocios con Joseph Kennedy y se vuelva un hombre de bien. 

martes, 7 de octubre de 2014

¿Es hora de decirle adiós a Grey’s Anatomy?


Las series médicas se caracterizan por su longevidad. “ER” llegó a durar 20 temporadas y “M.A.S.H” estuvo en pantalla (sin contar sus reposiciones) por más de una década. “Grey’s Anatomy” iba por ese mismo camino, pero a juzgar por el inicio de su onceava temporada la serie de Shonda Rhodes anda necesitando que la pongan a pastar.

Me acerqué con mucha trepidación al primer episodio de temporada. Sabía que la partida de Cristina Yang iba a dejar un gigantesco cráter en la trama. Ya me había sido bastante difícil sobrevivir a la doble despedida de Lexi y Mark Sloane hace dos años, pero ahora se trataba de algo diferente.

Aparte de ser uno de las pioneras de la serie, Christina Yang ha sido una de las creaciones dramáticas más fascinantes de la televisión de este siglo. Su ausencia se iba a notar en extremo e iba a afectar el interés que suscitara el show en su audiencia. Por eso se esperaba que Shonda Rimes pusiese especial cuidado en este inicio de temporada para asegurar al fandom que Grey´s Anatomy seguiría brindando la calidad y emotividad que la han caracterizado.


No se si se debió a que la Señora Rimes estuvo muy ocupada con “Scandal” y con su nuevo show “How to Get Away with Murder”, pero nada de lo esperado se materializó en pantalla. La falta de Christina Yang es cada vez mas patente y no únicamente por la patética soledad de Owen que ha convertido el hospital en su hogar, incapaz de rehacer su vida sin su ex esposa.


Los intentos por llenar los zapatos de Yang han sido un total fracaso. Amelia Sheppard es un personaje  fastidioso. Maggie Pierce es adorable, pero no da la talla. Va a terminar siendo una Arizona o April Kepner, nunca alcanzará la estratosfera ocupada por Yang.

Antes de iniciar la temporada, Shonda Rimes declaró que este sería el año de Meredith, que ella seria el foco central de la historia. Aunque La Da. Grey puede ser una criatura encantadora, es difícil desemparejarla de Yang. Se hubiera necesitado  dotarla de subtramas más solidas, y profundas para atrapar al público. Saber si sobrevivirá su matrimonio al sacrificio de Derek, la coloca a la altura de Miranda Bailey quien ha vivido dilemas parecidos. Saber si aceptará a su nueva hermana, nos remonta a los días en que conoció a Lexi. La falencia de este onceavo guion es que no nos presenta nada nuevo por lo tanto es previsible, ergo aburrido.

Incluso cuando ocurrió lo imprevisto como el que, al final del segundo episodio, Maggie revelara su parentesco y Meredith la rechazara, acabo siendo una movida torpe que arruinó lo único que podía añadirle misterio a ese cuento. Lo ideal hubiera sido que Meredith hubiese construido una relación de odio-admiración por el reemplazo de Christina y que de pronto recordará lo que su mente ha bloqueado por 28 años, el embarazo de su madre.


Eso quedó evidente en lo único bueno de estos dos capítulos, el flashback con el que inicia la temporada. Grey recuerda su estadía en Boston cuando contaba cinco años, y como su madre, inexplicablemente, cae al hospital (yo pensé que era otro de esos intentos de suicidio de la manipuladora y lunática Ellis). Cuando Ellis grita “¡No quiero verla!”, no se refiere a Mer como creí al comienzo, sino a la recién nacida Maggie.


Ahora que La Dra. Grey ya sabe quien es Maggie y no le importa tener una hermana, ese ángulo pierde interés, como tampoco puede ya aprovecharse el que Amelia sepa que Richard tiene una hija, una de las pocas posibilidades para que “La Pastora” jugara algún rol significativo en este cuento.
Tengo que reconocer que desde el accidente de aviación, el personaje de Ellen Pompeo se ha vuelto  insubstancial. Su embarazo alternó entre lo trivial y lo irritante, y ahora sin Christina es evidente que no tiene mucho espacio para crecer, menos aun si la vuelven una mocosa malcriada e inmadura.


Aparte de su inexcusable actitud hacia Maggie (aun antes de saberla su hermana), esté el modo desconsiderado con que Mer expulsa a Wilson de su cama. Es cierto que Christina también se metía en la cama de los Sheppard, pero nunca corrió a Derek de su propia alcoba. Con lo hecho, Meredith demuestra egoísmo e irrespeto tanto por Karev como por Jo. Y ya vimos, después de la demanda de Leah,  que no se puede ningunear a los internos. Grey es un buen personaje, pero si no se le da una historia de alto nivel, se vuelve una mujer insoportable y ahora no están presentes la cordura sarcástica y el humor toxico de Christina que le hacían el peso a los defectos de su “persona”.

La debilidad de la protagonista  y lo predecible del guion no son las únicas grietas en esta serie que ya viene arrastrando una decima temporada bastante floja. La grieta más grande se debe a que el peso del argumento lo lleva un clan de personajes protagónicos que pierde resonancia y va en disminución constante. April y Jackson apenas han aparecido en estos dos capítulos, Amanda Bailey se volvió un personaje de relleno, y las trifulcas domesticas de Arizona y Callie dan sueño.

¿Que pasó con todos estos individuos que alguna vez tuvieron historias potentes y nos hicieron quererlos? ¿Qué pasó con una serie que solía traer gente que fascinaba tanto por su destreza medica como por el modo en que jugaba con su vida personal? Parece que lo mejor de “Grey’s Anatomy”  está en Europa  o en el cementerio.

Desde sus inicios “Anatomía de Grey” ha ido perdiendo figuras claves: Burke, George, Izzy.  Pero Lexi más que suplió  la partida de Katherine Heigl, tal como Owen hizo lo suyo al llenar el vacio dejado por Burke. Sin embargo, no se ha podido sustituir a Mark Sloane, y Jackson y April son un relevo mediocre de George y Lexi.

“Grey’s Anatomy” siempre se apoyó  en la interactuación entre la un equipo de médicos profesionales y un alumnado de internos confundidos y problemáticos. Ahora se produjo un desequilibrio.  La última camada de internos fue victima de una curiosa masacre. Yang se llevó al único varón, a Brooks la mataron y a Leah la despidieron. Queda Stephanie, bastante aburridita la pobre, y Jo que se ha convertido en la esperanza de la serie porque la hacen participar en todos los conflictos de esta temporada. Eso reafirma mi impresión de ausencia de figuras importantes, sobre todo varones, lo que limita las oportunidades románticas de la serie.
Jo y Maggie


Como si no sobraran las féminas en batas médicas, este año nos traen a Maggie y Amelia. Puesto que “Grey’s Anatomy” siempre se salva acudiendo al gancho romántico van a necesitar un par de candidatos para estas doctoras. Mi consejo es que no las emparejen con ninguno de los médicos “comprometidos”, ya cansan los triángulos. Me gustaría que Maggie tuviera algo con Owen, y que Amelia se acercara a Richard que viene de salvarse de las garras de la Matriarca  Avery. Pero no creo que lo hagan.

Amelia y Maggie

Todo indica que la historia ha superado su apogeo, que seguirá utilizando formulas ya abusadas en el pasado, y jugando con lo previsible. Está claro que el único camino  de “Grey´s Anatomy” es despedirse con dignidad ya que no tiene nada más que ofrecernos.