martes, 12 de marzo de 2024

Viene un barco cargado de… ¡Dramas de Época! : Primavera 2024

 



Entre marzo y mayo tendremos period pieces para el que pida: comedias, fantasías y la tercera temporada de Bridgerton. Appletv se interna en aspectos de la historia estadounidense mientras que Hulu y Peacock vuelven sus ojos al Holocausto. Starz nos lleva a la corte del primer Estuardo en el trono británico y Netflix y Showtime nos brindarán adaptaciones de bestsellers.

No puedo comenzar mi revista de lo que viene, sin referirme a lo que todavía no acaba. Aunque nos preparamos para despedirnos de las Cisnes de Capote y de los vestidos de Dior, mis martes siguen totalmente japoneses ya que febrero nos trajo la Segunda Temporada de Tokyo Vice, mientras que FX nos sigue brindando la nueva adaptación de Shogun. La dos buenísimas. Se las recomiendo.



MARZO

7 de marzo: Iniciamos el mes con The Complete Made Up Adventures of Dick Turpin. Se trata de una sátira dieciochesca tipo Our Flag Means Death. Históricamente se sabe que existieron un asaltante de caminos llamado Dick Turpin (Noel Fielding de The Great British Bake Off) y un carterista y ladrón urbano llamado Jonathan Wilde (Hugh Bonneville de Downton Abbey) . Sus vidas son asunto de leyenda por lo que, aparte de que se trata de una comedia, no pedimos rigor histórico, solo que nos hagan reír.



8 de marzo Después de un año de letargo, Walter Presents se pone las pilas en cuestiones de drama de época. El servicio nos trae la primera temporada de la esperadísima serie alemana Das Haus der Traume (La Casa de los Sueños) . En esta saga familiar se funde el momento historio de Babylon Berlin con el día a día de una tienda de ropa tipo Paradiso degli Signore, Velvet y Selfridge’s.



El 13 de marzo (según TV Guide), Apple sigue con su afición al pasado en la serie/comedia Palm Royale. Situada en un exclusivo balneario de la Florida a fines de Los 60,  esta serie pretende emular el éxito de The White Lotus, con millonarios en vacaciones. También tiene un toque de The Gilded Age ya que la acción gira en torno de Maxime (Katrin Wilberg),  que quiere opacar y reinar sobre una aristocracia ya establecida de Palm Beach. El elenco lo conforman Laura Dern, Allison Janney, Ricky Martin y la legendaria Carole Burnett {Nota: En otros sitios la fecha de estreno es el 20 de marzo.



14 de Marzo: Después de años esperarla, Fire Dance llega a Chaiflicks. Ester es una adolescente que vive en el mundo ortodoxo de la Jerusalén moderna. Tímida, carente de autoestima, Ester debe sufrir el menosprecio de su madre. Su único consuelo es buscar la guía de su maestro, un rabino Haredi casado. A medida que ambos se apoyan mutuamente, la relación maestro-alumna va tomando un peligroso cariz.



15 de marzo: No sé de dónde ha salido un interés por los magnicidios. El año pasado resurgía la fascinación por el asesinato de JFK en ocasión del aniversario de su asesinato. Netflix y Weiss&Benioff están cocinando algo sobre el asesinato de James Garfield; y Appletv nos trae próxima semana Manhunt, la historia de a “cacería” del asesino de Abraham Lincoln. Anthony Boyle (Masters of the Air) interpreta al malhadado John Wilkes Booth y Tobias Menzies (Outlander) es un amigo personal de Lincoln que emprende la investigación del asesinato con una fiereza obsesiva que lo lleva a perder la razón.



El 17 de marzo, la PBS inicia la decimotercera temporada de Call the Midwife. Es el final de una década y el progreso sigue afectando a las monjas comadronas de San Raymond Nonnatus. ¿Será hora de cerrar la orden y rendirse al mundo de la obstetricia moderna? Tendremos nuevas parteras, la Orden ahora es una casa de estudios, y Lady Trixie enfrentará,  junto con su esposo Sir Matthew,  inesperados problemas económicos.



22 de marzo sigue Walter Presents con los drama de época. Ahora le toca a la segunda temporada de Nuestros Años Milagrosos. Retorna Elisa Schott ( Das Boot, The Empress) como Ulla Wolff y sus problemas con sus hermanas, pero la serie tiene lugar a fines de Los 60 y se cifrará en los hijos de las Wolff.




 28 de marzo pasamos al sombrío mundo del Holocausto. Hulu (Star + en América Latina, Disney en España)nos trae la adaptación de la novela de Georgia Hunter We Were the Lucky Ones. La historia de los Kurc, una familia de judíos polacos que sobrevive el Holocausto e intenta reunir a parientes desperdigados por el mundo tiene como protagonistas a Joey King y a Logan Lerman (Hunters), pero también goza de un elenco europeo e israelí, incluyendo a los actores del momento Amir Havat (Unorthodox y Trasatlantic) y Michael Aloni (Shtisel y La Reina de Belleza de Jerusalén).



También en el 28 nos llega algo más alegre. Debuta en Disney + Renegade Nell. La historia de una jovencita (Louisa Harland) , que, en la Inglaterra dieciochesca, debe convertirse en asaltante de caminos para sobrevivir. Su guía es un espíritu llamado Bill Blind (Nick Mohamed) y su némesis es Lord Blancheford (mi querido Pip Torrens)



29 de marzo: Nos llega desde Paramount/Showtime la esperada adaptación del superventas de Amor Towles, A Gentleman in Moscow. Ewan McGregor es el Conde Alexander Rostov que,  debido a la Revolución Rusa,  ha perdido fortuna y libertad. Aunque es acusado de ser un parasito social, un poema con aire revolucionario que publicó,  lo salva del paredón. Se le condena a arresto domiciliario de por vida en el Metropol, el hotel más exclusivo de Moscú.Ahora ya no vivirá en su elegante suite sino en el ático en un cuartucho de servicio, pero Rostov se las arregla para seguir con sus antigua amistades y con nuevas que incluirán gente de todas las edades y condiciones sociales.



ABRIL

4 de Abril: “4-4-24”reza la publicidad que Netflix ha preparado para Ripley. La saga de Patricia Highsmith se ha convertido en serie. Originalmente hecha para Showtime, reveses económicos la trasladaron a Netflix. Andrew Scott encarnará al joven resentido social que consigue darse la vida del oso en la Italia de fines de Los 50 gracias a una serie de estafas del jet set exiliado y acaba convirtiéndose en asesino en serie.

Aunque me encanta la idea de una serie,  tengo un grave reparo. La grandeza de la novela es su milieu exótico y me parece absurdo que la hayan filmado en blanco y negro. No sé si porque quieren capturar la onda Noir o se trata de homenajear al cine New Wave, pero se perderán los paisajes, la elegancia del vestuario, el lustre y oropel del mundo de los ricos que tanto ambiciona Ripley. Recordemos que uno de los mayores encantos de ambas versiones cinematográficas fueron el uso de la luz y el color para enmarcar al “Talentoso Señor Ripley”.



5 de Abril Al día siguiente del debut de Ripley, llega a Starz Julienne Moore con un papel muy exigente en su protagónico de Mary and George. Allí da vida a Mary Villiers,  una dama barroca venida menos que para recuperar su fortuna y para asegurar el futuro de su familia,  empuja a su hijo a convertirse en el toyboy del rey gay Jacobo Estuardo. Nikolái Galtizin,  de una antiquísima familia de aristócratas rusos,  es el célebre (por sus amores bisexuales) Duque de Buckingham y Tony Curran es Jacobo que,  entre quemar brujas y leer su Biblia,  la pasaba pipa con sus “amiguitos”.



12 de Abril. Appletv no se cansa de crear miniseries de época y ahora le toca revisar o reversionar la historia detrás de la creación de los Estados Unidos. Han escogido para eso a su personaje más multifacético y será Michael Douglas quien de vida al escritor,  inventor y político,  Benjamín Franklin. Como Franklin fue un trotamundos, aventurero,  y hasta mujeriego,  podemos conjeturar que la serie no será tan latosa como la aclamada John Addams.



MAYO

2 de mayo. Los ingleses parece que quieren crear un nuevo galán con Jonah-Hauer King (el ultimo galán judío del cine británico fue Laurence Harvey). El Príncipe Eric de la diversa Sirenita , tras sus vomitivas Mujercitas y World on Fire, ahora retorna a la televisión con el protagónico de The Tatooist of Auschwitz.



La saga de esta miniserie de Peacock recuerda a la de Schindler’s List. Como ocurriese con la novela de Thomas Kenneally, fueron los protagonistas quienes comisionaron a la escritora Heather Morris (también australiana) para que dramatizara la historia de Lale (Hauer King) que sobrevive Auschwitz gracias a que un tatuador lo convierte en aprendiz .



16 de mayo Llega la esperadísima Tercera Temporada de Bridgerton. Sabemos que el centro de la trama será Penelope. Harta de los desplantes de Colin Bridgerton, el otro yo de Lady Whistleton se colocará en el Mercado de Esposas. ¿Qué hace Colin? Pues será su consejero. ¿Como lo hará la Gossip Girl de la Regencia para conjugar su labor de chismógrafa y su competencia de busca-maridos?  Esas dudas las responderá la tragicomedia de Netflix. Chapeaux! para Shonda Rhimes quien no seguirá la narrativa de los libros en los cuales Penelope debe bajar de peso para conseguir un esposo.



Y recuerden que esta primavera, en algún momento, debutará en Disney un bono para los Tudormaniacos. La adaptación de la serie de C.J. Samson sobre Matthew Shardlake, el abogado-fixer cuyas aventuras detectivescas en la Inglaterra de Enrique VIII lo ponen al servicio de Thomas Cromwell.  Shardlake es interpretado por Arthur Hughes que en la vida real sufre del problema de espina torcida (vamos,  que es jorobado) como el personaje y a Cromwell le dará vida Sean Bean. Esperemos que no tengamos que ver una nueva decapitación del intérprete de Ned Stark.



¿Cuál de estas series quieres ver?

jueves, 7 de marzo de 2024

Los Carlos en La Ficción (II) Los Estuardo en pantalla chica

 



Cuando escribí esta entrada en un blog en inglés que nunca llegó a despegar ni me imaginaba el reinado de Carlos III. Isabel II se sentía tan viva que parecía que reinaría para siempre. Pues hoy tenemos al nuevo Carlos,  y el nuevo Príncipe de Gales es un descendiente directo del gran Casanova de la Restauración. Algo que no ha cambiado es la mirada de desprecio que la televisión sigue lanzando sobre los Estuardo.

Jacobo I: Un Rey que Olía a Pólvora

En nuestra charla anterior, les conté sobre este renacer en la ficción de un interés por los Estuardo. Ha sido una sorpresa que con Mary and George, Lionsgate se haya volcado hacia el primero y más desconocido de sus reyes. Jacobo o James I de Inglaterra A Jacobo lo hemos visto niño en todos esos recuentos de la saga de Maria Estuardo, incluso hemos visto su nacimiento en Reign ¿pero adulto?

Sin embargo, a comienzos de este siglo el rey Jaime apareció en dos miniseries del mismo nombre. La segunda entrega de Gunpowder, nos lo mostró encarnado por Robert Carlyle. Vimos su matrimonio con Ana de Dinamarca, su carácter taciturno y desconfiado, su relación con sus cortesanos y reacción en contra del atentado de Guy Fawkes. Carlyle quien todavía no nos entretendría con su interpretación de Rumpelstinkin en Once Upon a Time, ya nos había asustado el año anterior con su intenso retrato de Adolf Hitler. Ahora se intentó utilizar esa villanía que lo había hecho famoso dándole una cucharada de humanidad.

                                Jacobo es consolado por su reina danesa

No sucedió lo mismo con este personaje en Gunpowder, una producción de HBO con inversión de Kit Hartington. Cuando Juan Nieves descubrió que su ancestro Robert Catesby había sido uno de los participantes en el Complot de la Pólvora,  decidió escribir un libreto sobre el evento, producirlo y encarnar a su antepasado.

El pobrecito Jon Snow es tan infame como actor que me motivó el haber despreciado esta excelente miniserie de tres episodios. Viéndola ahora me doy cuenta de la atención al detalle histórico incluso en los diálogos. Es tan refrescante ver una serie donde no se escarnezca a la religión, sobre todo la católica. La visión de los abusos sufridos por los recusantes (católicos que no abjuraban de su fe) es casi tan conmovedora como horrorosas son sus ejecuciones, incluso de las mujeres. A la tía de Catesby, aunque dama de alcurnia, la desnudan en el cadalso para luego prensarla como si fuese una uva .



Derek Riddell interpreta a un rey frívolo, pero no muy malo. James quiere hacer las paces con España por lo que pretende dejar en paz a sus súbditos católicos, pero el chueco (literalmente) de Lord Salisbury está empeñado en destruir las herejías papistas del Reino Unido. A diferencia del retrato de Jacobo hecho por Carlyle, aquí no se cohíben de presentar el lado homosexual del soberano al que muestran manoseando al joven Lord Pembroke.

Faltan unos años para que aparezca en escena George Villiers que fue el gran amor del monarca, pero ya lo tenemos en pantalla chica. Ya hemos visto en el trailer al Principe Galitzine como el seductor bisexual y a Tony Curran como su desordenado rey. Esperamos que George and May abra el apetito por más relatos sobre los Reyes Estuardo ya que anteriormente, la televisión no les dio buena prensa.

A pesar del éxito de la serie ochentera By Sword Divided, Carlos I , y su hijo y heredero,  no pasaron de ser personajes secundarios en la historia de amores cruzados en familias que sufrieron crueles divisiones políticas durante la Revolución y la dictadura de Cromwell. En este siglo Peter Capaldi demostró ser más que el Dr. Who al dar vida al rey mártir Carlos I en el romance de época The Devil’s Whore. Esta serie puede encontrarse en YouTube. Sin embargo, el mejor trato que recibiesen los Estuardo es en la antigua, pero excelente,  The First Churchills.



Los Churchill y sus Soberanos

Después de haber sido Chica Disney (Así, la conocí yo en Las 3 vidas de Tomasina y El Príncipe de Donegal), Susan Hampshire había conquistado la pantalla chica con su interpretación de Fleur en La Saga de los Forsyth, y como una pizpereta Becky Sharp en La Feria de las Vanidades. El que, en la vida real anduviese coqueteando con el futuro Carlos III,  la hacía idónea para interpretar a una dama de la corte de Carlos II.

Sarah Jennings, que no se parece en nada a la manipuladora chismosa y calumniadora de La Favorita, era una chica de excelente pedigrí, pero sin fortuna. Tuvo la suerte de conseguir empleo como dama de María de Módena,  la bella italiana que sería la segunda esposa del Duque de York, hermano del soberano. Aunque Maria tuvo varios hijos, su mayor preocupación era por sus hijastras solo un poco menores que ella. Sarah se encargó con su señora de ocuparse de las niñas, estableciéndose un lazo entre ella y la pequeña Ana que perduraría hasta que la niña se convirtiese en reina del Reino Unido.



La serie es muy cercana a la realidad en su retrato de Los York como familia unida y querendona. Eso no quita que el futuro rey no tuviese sus deslices, uno de ellos con una tal Arabela Churchill. Algo muy conveniente para el hermano de Arabela, un ambicioso escalador social llamado John Churchill quien no solo aprovechó la cercanía con los York para su avance en el ejército. Llegó hasta usurpar el lugar del rey en la cama de la Castlemaine (y en el bolsillo de la dama) . En una ocasión, Carlos II llegó de improviso a visitar a su concubina y Churchill apenas tuvo tiempo de vestirse y saltar por la ventana antes de ser sorprendido por su rey.

                             Un Churchill huyendo de su rey.

Todo esto es rigurosamente cierto tal como que Churchill se redimió al conocer y enamorarse de Sarah. Las familias de ambos se opusieron al matrimonio. El padre de Churchill por desear nuera rica, y la madre de Sarah porque Churchill era pobre y tenía pésima reputación. Fue la futura reina Maria de Módena quien tuvo que dar el beneplácito de los Estuardo para que los futuros Duques de Marlborough se casaran.

La serie cubre el ascenso de los Churchill a través de los últimos cuatro reyes Estuardo, tal como su caída provocada por un quiebre de la amistad entre Sarah y la Reina Ana, la última Estuardo en el trono. Como el libreto está basado en las memorias que la Duquesa escribiera en su viudez y vejez, es mucho más fidedigno que las falsedades de La Favorita.

En los primeros episodios vemos varias facetas de Carlos II, sus amantes, como se aleja de la Castlemaine y posa sus reales ojos en Louise de Kerouallez a la que convierte en Duquesa de Portsmouth. Vemos su corte compuesta por grandes literatos como el Conde de Rochester, nos pasamos el tiempo viendo a su familia que incluye al joven Monmouth, hijo ilegitimo del rey y muy amigo de John Churchill. Lo que más vemos es la familia del Duque de York incluyendo a boda de su hija María con el heredero al trono de Holanda.

                               Lord Rochester, cuarenta años antes de Johnny Depp

                                  Los querendones York

Aunque en términos de escenografía se ve anticuada, y el vestuario se ve ajado, Los Primeros Churchill goza de excelentes actuaciones y diálogos y es un fiel retrato de la corte carolina y de las que la siguieron. La serie retrata el acenso de los Churchill a través el reinado de dos reyes y dos reinas y es el relato más completo de las monarquías Estuardo.

Carlos II aparece como un rey inteligente, pero atrapado por un dilema. ¿Qué hacer con los católicos?  La serie nos lo muestra ante la conspiración de TItus Oates al que Sarah llama “el mentiroso más grande de la historia”. Carlos también se dé cuenta que Oates es un charlatán, pero lo cierto es que el pueblo odia a los ‘papistas”. Lo vemos en un gracioso episodio en que una turba ataca un palanquín que creen porta a la “puta católica”(Louise de Keroualle). Del vehículo emerge la cabeza de Nell Gwynn que grita “soy la puta protestante”.



El rey en este enredo tiene tejado de cristal. No solo su amante es católica, también lo son su madre, su esposa y su hermano.  Es el Duque de York quien más peligra. Al no tener hijos  Carlos, su hermano es el sucesor, ¿pero lo aceptará el pueblo? Para proteger la sucesión Estuardo, Carlos permite que se pasen leyes que afectan a los católicos, incluso que se ajusticie a gente inocente.

                                                 El rey sin peluca

Tiene razón puesto que hay una camarilla que quiere poner en el trono al Duque de Monmouth con el viejo cuento de que Carlos se casó en su juventud con Lucy Walter, la madre del muchacho. Monmouth intenta atraer a su causa a John Churchill, pero el futuro Marlborough se rehúsa a traicionar a los Estuardo.

Rufus Sewell y un Carlos Apasionado

Increíble que les haya tomado a la BBC casi cuarenta años en volver a tener a Carlos II como eje de una historia. En el 2005, Rufus Sewell quien ya habia impactado en The Pillars of the Earth, daba vida a Charles II: The Power and the Passion. La serie nos lo muestra exiliado en Francia,  perseguido por la pesadilla de ser hijo de un rey ejecutado y el no saber su futuro. Su madre (Dame Diana Rigg) es una verdadera Reina de Espinos que lo pincha con demandas de que debe volver a la iglesia y así conseguir el apoyo de su primo Luis XIV.



Carlos es amigo de las fiestas y las mujeres, pero un padre devoto del pequeño Duque de Monmouth que en esta serie es producto de una boda secreta de Carlos. Para sacar a su hijo del camino al trono, el mismo rey quemará, en algún momento, las pruebas de que el legítimo heredero es el hijo de Lucy Walter.


La Castlemaine y el Nuevo Buckingham

El mejor amigo de Carlos es el Duque de Buckingham (hijo del amante del abuelo del príncipe). Interpretado por Rupert Graves, Buckingham es muy simpático, pero un gran traidor. Peor es su prima Bárbara Castlemaine (Helen McGrory que en paz descanse) con la que el rey se encapricha. Aunque es una suripanta, le explica a Carlos que aun en su promiscuidad hay principios. Se acuesta solo con quien le da buenos regalos y el joven Estuardo tiene los bolsillos planchados.

Todo cambia cuando muere Cromwell. Su hijo no da la talla. Los mismos generales que apresaron a Carlos I ahora mandan llamar y vitorean a Carlos II. Barbara acepta al rey en su cama y enseguida comienza a complotar con Buckingham quien ha sido su amante desde que la Duquesa de Cleveland tenía 13 años. Increíble que Carlos nunca se dé cuenta de los traidores que tiene a su lado. Tal vez porque lo que cuentan en la series sea falso.



Barbara no se cansa de exigir . Amenaza incluso con matar a su primogénito si Carlos no lo reconoce (Barbara era una mujer casada) y no le da un ducado como a Monmouth. Llega a seducir al hijo de su amante y convencerlo de que él debe ser el heredero al trono y no el tío Jaime que, aparte de bobo,  es católico.

Caterina de Braganza

Sin embargo, el poder de La Castlemaine, que aquí es retratada como un verdadera diablesa, es coartado por un impedimento. Casada y plebeya no puede aspirar a ser reina de Inglaterra. Debido a extraños tratados , Carlos es obligado a tomar una esposa católica. La elegida es Caterina de Braganza que trae una dote inmensa que incluye las primeras posesiones británica en la India.

El primer encuentro entre los esposos es un desastre. La princesa portuguesa (Interpretada por Shirley Henderson, la Moaning Myrtle de Hary Potter) viene ataviada como una Menina de Velásquez. Desacostumbrados a esas modas,  los cortesanos se parten de a risa y Carlos exclama “¡me han casado con un murciélago!” La costumbre de Caterina de rezar el Rosario antes de meterse en la cama y de ponerse un bonete para dormir,  no la hacen muy sexy y el rey se demora en consumar el matrimonio.




Aun así, Caterina no se deja, arma pataletas ante las humillaciones a las que la somete Barbarita que se ha conseguido un puesto de dama de su rival. Carlos descubre que su mujer no es una ratita tímida, que tiene temperamento latino, que puede ser alegre, que le gustan los perros. De ahí un paso al tálamo nupcial y un breve interludio romántico.

Caterina se demora en embarazarse. Cuando lo logra,  pierde al niño y queda imposibilitada de tener más. Humillada, suplica al rey se divorcie de ella. Barbara y Buckingham complotan para demostrar que Monmouth es el legítimo heredero. Logran la caída del fiel Lord Hyde, consejero de siempre de Carlos.



 Hyde ha cometido un error, permitió que su hija Anne emborrachase al Duque de York para seducirlo. Ahora Anne es duquesa y madre de dos futuras reinas. Carlos permite el destierro de Hyde, pero toma un par de decisiones. No se divorciará de Caterina, le tiene cariño y respeto. Su hermano y sus sobrinas representan la única línea de sucesión.



Me detengo a hacer un poco de historia. Hyde fue desterrado. Monmouth era un favorito del pueblo que cada vez se tornaba más anticatólico. Caterina tuvo varios embarazos, pero sufrió de abortos espontáneos o dio a luz niños muerto. Es cierto que ofreció divorciarse del rey y este siempre se negó porque le tenía mucho cariño. Esa escena tan conmovedora en que, delirando,  Caterina cree ser madre de tres hijos y que el marido compasivamente le sigue la corriente, ocurrió en realidad.



Caterina sobrevivió a su esposo y eventualmente regresó a su patria donde fungió como regente de su hermano el rey Pedro en dos ocasiones. La historia se ha olvidado de ella, pero para mí , la Restauración tuvo tres luces en la corte: Maria de Módena ,  Louise de Keroualle y la reina Caterina.

Minette y Louise de Keroualle

La serie obviamente se enfoca en los affaires del rey, de cómo Nell Gwynn le da las fuerzas para expulsar a La Castlemaine de la corte. Nos lo muestran feliz con Nell , pero su relación con la noble bretona que consiguió destronar a la Castlemaine es retratada como un fling menor.

                                         Nell Gwynn en la vida real...
                                   Y en la ficción

En Francia. La Reina Viuda Enriqueta fallece y solicita de su hija menor, la Duquesa de Orleans (Anne Marie Duff)que vaya a Londres a convencer a Carlos de volver al catolicismo y aliarse con Francia. Luis XIV hace el mismo pedido a su cuñada. Minette viaja secretamente acompañada de una de sus damas Louise de Keroualle,  que atrae el ojo alegre del rey, pero Carlos está demasiado contento de ver a su hermanita y de la oportunidad que le brinda El Rey Sol,  para meterse con una chica virgen y soltera.  Solo tras la muerte de Minette, Carlos aceptará tener un hijo con la bretona.

                                      los ancestros del Príncipe Guillermo

La serie nos cuenta (y tal vez no mienta) que este Carlos era un oportunista que usaba la religión como le conviniese más. Su gran deseo era ser un rey absolutista y con muchos doblones para pagar sus lujos, amantes y diversiones. Luis XIV le ofrece la oportunidad de sacarse de encima un Parlamento que no sabe que más atacar, los parientes católicos de rey o sus gastos excesivos. Carlos firma varios tratados con Inglaterra. Algunos públicos que lo hacen dejar de ser aliado de su sobrino Guillermo de Orange en su guerra contra Luis, y otros más secretos.



En Francia y en Inglaterra vemos los sufrimientos de Minette. Como en Versalles, la vemos soportar un esposo gay  (ahí está acariciando a Chevalier). Buckingham chismea que Minette se consuela con su cuñado el Rey Sol. Vemos a Monsieur violar a Minette (tal como en Versalles), pero el cuento de que él la envenenó puede haber sido verdad, pero no coincide con el hermoso retrato que Alexander Vlahos nos brindó del Duque de Orleans.



Carlos II no se ocupa mucho de la Plaga de 1666. El rey y su corte huyen de la peste dejando que el pueblo muera. Diferente es el Gran Incendio, vemos a Carlos, su hermano y a Buckingham despojarse de sus pelucas para ponerle el hombro al esfuerzo de detener el fuego . Vemos como el pueblo acusa a los católicos de haber provocado el siniestro. Dicen que Farriner, en cuya panadería comenzó el fuego, es un agente de los franceses.

La situación de los católicos se vuelve un conflicto de estado. El Duque de York no ayuda, haciéndose católico y escogiendo por segunda esposa a la católica Maria de Módena. La situación de los católicos se va volviendo precaria. Sin embargo, la serie no es muy parcial hacia ese grupo ni tampoco es muy pro-Estuardo. Aun así nos muestra que antes de morir, Carlos volvió a la Iglesia Católica.



Carlos Tirano, Carlos Traidor, Carlos Pusilánime

Carlos II dejó abierto el camino para vilipendiar al rey Carlos en futuras miniseries históricas. En Versalles, lo vemos como un interesado oportunista que usa a su hermana para sus planes absolutistas. En realidad, toda la serie es tan antimonárquica que ningún rey sale bien parado. Peor fue el retrato de Carlos que hizo Jeremy Northam en New Worlds. Ahí es un tirano tan absolutista que dos puritanos (Jamie Dornan y Joe “Gendry” Dempsie) que añoran la era de Cromwell (WTF?),  huyen a Virginia para no soportar las arbitrariedades reales.



Creo que el único retrato semi positivo de Carlitos ha sido en la menos mediocre de estas producciones de la última década. Me refiero a The Great Fire of London, donde Jack Huston nos muestra un vano monarca que salta de la cama de la Castlemaine a fiestas donde persigue a la virtuosa Lady Frances (personaje real que también apareció en Carlos II) ignorando tanto a su reina como a su reino.

Casi tan mal marido es el pobre Samuel Pepys (Daniel Mays) que ha descuidado a su esposa (la insufrible Perdita Weeks). Mientras el célebre diarista se empeña en ascender en la corte,  su infiel esposa asciende a la cama de su maestro de baile, un emigrado portugués. En esta serie el blanco de la ira xenófoba son los portugueses, considerados aliados de la reina Caterina.

El protagonista de este cuento es Thomas Farriner (Andrew Buchan) , el panadero en cuyo local inició el siniestro. Farriner está enamorado de su cuñada (Rose “Ygritte” Leslie) quien trabaja para un portugués. En su vida irrumpe Lord Denton, jefe de los servicios de inteligencia británicos (Charles “Tywin” Dance en su más siniestra actuación). Denton está tan obsesionado con el peligro que representan los católicos que se las ingenia para fabricar una conspiración. Cuando Rose se niega a secundarlo, Denton la convierte en la sospechosa de haber iniciado el incendio.



Entretanto, el Duque de York, harto de la debilidad y frivolidad del hermano, se hace católico y es parte de una cadre que busca devolver el poder a los “Papistas”. Durante el incendio, York lucha junto al pueblo contra las llamas. El rey se esconde en la cama de la Castlemaine. Será su reina quien lo saque de una oreja y lo mande a conducir la batalla contra el fuego, para luegojunto con Pepys demostrar la inocencia del panadero y su cuñada.





Si nos fiáramos de la ficción televisiva, Los Carlos deben haber sido pésimos gobernantes. Agreguémosle lo que The Crown ha hecho con el actual rey y nos queda esa impresión de que llevar ese nombre es mal comienzo para quien porta la corona.

lunes, 4 de marzo de 2024

Los Carlos en la Ficción: ¿Es ese nombre una maldición para un rey inglés?

 


La triste noticiar del cáncer del Rey de Inglaterra, me encontró siguiendo tres series sobre el reinado de los Estuardos, The First Churchills, Charles II y The Great Fire. Si le creemos a la ficción,  los Carlos de la Familia Estuardo la han pasado mal y se granjearon el odio de sus súbditos. ¿No sería mejor que Carlos III se cambiara de nombre?

¿Por qué el Rey de Inglaterra Lleva ese Nombre?

En abril inicia Mary and George por Starz. Se trata de un vistazo al poco conocido reinado de Jacobo I, el primer rey Estuardo de la Gran Bretaña.  En este momento se prepara un docudrama sobre Carlos I. ¿De dónde sale este interés por los Estuardo? ¿Es parte de la agenda antimonárquica que ha abrazado la televisión inglesa? ¿Existirá una conexión entre el actual soberano del Reino Unido y los reyes que llevaron su nombre? ¿Existirá en el desprecio a Los Carlos del Siglo XVII un recordatorio que el actual Príncipe de Gales desciende directamente de Carlos II al que historia y ficción se empeñan en retratar como un frívolo y nefasto gobernante?

Comencemos con el docudrama que se acerca. Royal Kill List es producido por A+E y Sky Historicals y debuta el 12 de este mes. Al rey decapitado lo interpretará Joseph Fiennes que lleva sangre Estuardo en las venas, siendo descendiente directo del Rey Jacobo IV de Escocia. Si existía alguna duda sobre la vinculación con el actual monarca, ya lo dicen todo las palabras de  Dan Korn, vicepresidente de Programación de A+E: “siguiendo las recientes  celebraciones que anunciaban el inicio de una nueva Era Carolina, no hay mejor momento para recordar los eventos que rodearon al más famoso tocayo y ancestro de Carlos III…



A muchos les pareció extraño que la Princesa Isabel le diese a su primogénito el nombre de dos reyes que no son recordados como grandes monarcas. Lo normal es que se hubiese llamado Jorge como su abuelo y bisabuelo, pero tanto la futura reina como su esposo estaban hartos de tanto recordatorio de los Hanover. A ambos les gustaba el nombre y así quedó. Hay también un rumor de que Isabel quería homenajear el linaje escoces de su madre y de paso,  recordar a los Estuardo . Por algo su hija llevaba el nombre de la última reina Estuardo

Esperamos que hacer un documental sobre Carlos I no sea una alusión a un retorno a la única república que el Reino Unido ha conocido o una amenaza literal o figurativa de dejar a la monarquía sin cabeza. Después de todo,  Los Carlos han protagonizado y aparecido en muchos documentales, filmes y seriados televisivos que ahora podemos recordar.

Cuando Los Estuardo Reemplazaron a Los Tudor

Antes me permitiré darles un poco de trasfondo histórico. Como todo buen Tudormaníaco sabe, en su lecho de muerte,  Isabel I nombró su sucesor a Jacobo Estuardo, rey de Escocia e hijo de una mujer que la reina había mandado ejecutar. Jacobo tenía genes Tudor, puesto que su bisabuela era Margaret Tudor, hermana de Enrique VIII.



Del Rey Jacobo (o James I o Jaime, más castizo) se sabe poco en el mundo de la ficción. Los historiadores lo retratan como un acérrimo protestante que comisionó un panel de escritores, traductores y exegetas para compilar la versión inglesa oficial de la Biblia (King James ’Bible). Su fervor religioso lo llevó a promover la cacería de brujas más sangrienta de la historia europea. Jacobo, el Primero de su Nombre, Rey de los Ingleses, Escoceses e Irlandeses, No Ardía, pero sabía hacer arder brujas.

La ironía es que a este señor tan devoto parece que le gustaban más los hombres que las mujeres. Sabremos más este próximo mes, cuando Starz nos traiga George and Mary que cubrirá el favoritismo, en corte y cama, del rey Jaime por el Duque de Buckingham.



Jacobo sabía que un rey puede tener favoritos, pero también debe casarse y proveer de herederos a la corona. Es lo que hizo. Con la ayuda de Ana de Dinamarca procreó nueve hijos de los cuales sobrevivirían tres. Estos serían Isabel de Bohemia de la cual desciende el Rey Carlos III;  Enrique, Príncipe de Gales; y Carlos I a quien , a diferencia de Harry Sussex, no le molestaba ser el “spare”.

Carlos, El Rey que Perdió su Cabeza

Esto cambio cuando Enrique murió a los 18 años. Todo indicaba que el tímido Carlitos sería el nuevo rey. Carlos no tenía mucha personalidad y dependía de una extraña figura paterna,  el Duque de Buckingham, que había sido amante de su padre. Históricamente no se le conocen más amores gays a Buckingham, que se casó,  tuvo hijos,  y adquirió fama como mujeriego incansable. Su influencia sobre el nuevo Príncipe de Gales no tenía nada sexual, pero era funesta.

Jacobo era un rey protestante como lo era su reino, pero España era la potencia más grande del mundo. ¿Qué tal si la futura reina consorte fuera una española? A Carlos y a su niñera Buckingham los empacaron a Madrid a cortejar a la Infanta Maria Ana, una de las hijas de Felipe III. Los fans de Pérez Reverte recordarán este episodio que tantas incomodidades le provocó al Capitán Alatriste.




En la vida real si ocurrió algo de esto. Por un lado, a lo españoles no les parecía que un luterano cortejase a su princesa. Por otro,  Buckingham fue, de costumbre, un poco grosero. Tanto el entonces Marqués de Buckingham como su futuro soberano volvieron a Londres con las manos vacías. España siguió siendo enemiga del Reino Unido y Carlos no tomaría esposa sino hasta después de su coronación. Se casaría con Enriqueta Mara de Francia, princesa católica, con la que procrearía nueve hijos de los cuales cinco sobrevivirían la infancia.



 El reinado de Carlos no fue muy bueno. Muchas guerras (la de Los 30 años principalmente) vaciaron las arcas reales, su pueblo estaba descontento sobre todo en materia religiosa. Unos reprochaban a la reina practicar el catolicismo, los más puritanos se quejaban de los anglicanos. El rey respondió convirtiéndose en un tirano absolutista. Sus súbditos se alzaron en armas y se declaró una guerra civil.

Las fuerzas realistas perdieron, el rey fue capturado y tras un juicioque puede haber sido injusto se le ejecutó. Por suerte, Enriqueta y su prole encontraron refugio en la corte francesa. Ahí se crio el futuro Carlos II. Inglaterra cayó en manos de Oliver Cromwell que implantó una república que era una dictadura. Un día Cromwell murió, su hijo no era de la misma madera,  y los generales que habitan exigido la muerte de Carlos I ahora querían un Carlos Segundo.



La Restauración Carolina

La corona retornó a Los Estuardo. El nuevo rey era joven, guapo y parecía bien intencionado.  Se ofreció a ser un monarca parlamentario;  proclamó la libertad religiosa y declaró una amnistía de la cual se salvaron muchos, menos un par de “Matarreyes” que sufrieron la muerte de traidores (léase fueron descuartizados).

El nuevo rey levantó las prohibiciones puritanas sobre el teatro y otros espectáculos públicos. Las mujeres pudieron seguir modas fastuosas y lucir osados escotes, hubo bailes en la corte y la nobleza volvió a residir con lujos. Este periodo es conocido por los historiadores como Restauración y tiene dos particularidades. El auge literario , sobre todo en el teatro,  y las aventuras románticas del soberano. Cuando se piensa en Carlos II enseguida se recuerda a sus amantes, todas muy poderosas, muy fértiles y muy intrigantes.



A Carlos le tocó vivir una gran era, pero marcada por dos catástrofes: La Plaga de 1665 y el gran Incendio de Londres (1666). El Rey se encargó de la reconstrucción de Londres por lo que es recordado como un mecenas de la arquitectura. También fue patrón de las ciencias,  fundando el gran observatorio de Greenwich, pero el cine lo retratará siempre como un ladino Casanova.

Al menos Carlos II se queda en la imaginación popular del cinéfilo. No se puede decir lo mismo de su padre y su abuelo. Las pantallas de cine de todo el mundo conocen la saga de Maria Estuardo. No así el reinado de su hijo. Apenas sabemos del Rey Jaime gracias a Jonathan Pryce en esa apología de Pocahontas llamada The New World (2005).



Su hijo, el decapitado ha corrido con un poco más de suerte.. En el filme de 1970 Cromwell, Sir Alec Guinness opaca a Sir Richard “Dumbledore” Harris en su interpretación del rey mártir. En To Kill a King 2003), Rupert Everett se guarda sus usuales manerismos y sarcasmos,  para subir al cadalso, enviado ahí por un siniestro Cromwell (Tim Roth).




Si la ficción se apiadaba del rey decapitado, lo natural es que explotaran la restauración de la corona a su hijo. La lista de los intérpretes de Carlos II es larga. Solo me detendré en las que considero más importantes. Nada más en el cine silente hay ocho versiones, casi todas enfocadas en la actriz Nell Gwynn, la más famosa de las queridas de Carlos II y de quien descienden los Duques de Grafton.

Los amores de Carlos II y Mistress Nell siguen interesando en este siglo. Aunque los protagonistas de Stage Beauty (2006) sean Billy Cruddup y Claire Danes, los opaca la presencia luminosa de Zoe Tapper como Nell y de Rupert Everett que si ya había interpretado al padre bien podía interpretar al hijo.



Por largo tiempo, a Carlos II se le incluyó en filmes sobre grandes figuras de su época como el arquitecto Christopher Wren o el musico Henry Purcell. En ese aspecto mi favorito es Vincent Price dando la venia a Paul Muni para que vaya a explorar las costas de Norte America en Hudson Bay (1940). Aun como benefactor de Henry Hudson, Carlos aparece como un hombre disoluto y Virginia Field se encarga de retratar a Barbara Castlemaine, una del infame trio de amantes más conocidas del monarca.



El Incendio de Londres y Forever Amber

Sin ser protagonista el rey volverá a aparecer en el cine vinculado al mayor evento de su reinado, el Gran Fuego de Londres. Este incendio,  que acabaría con mucho del antiguo Londres permitiría una reconstrucción esplendorosa bajo la guía de Sir Christopher Wren, para el pueblo fue una catástrofe de gran magnitud a pesar de que solo hubo 72 muertos.

El reinado de Carlos II fue un apogeo de las artes, la arquitectura, las ciencias, pero también un caos en lo que respecta a política y esto se debió a rivalidades religiosas. El reino estaba divido por diferentes sectas, cual de todas más supersticiosa o excéntrica en sus interpretaciones de la Biblia. Su vínculo en común era un odio al “papismo”(catolicismo). Aunque el rey fingía ser anglicano, la presencia de católicos en su familia como su madre, esposa, hermano y segunda cuñada, lo hacían sospechoso. Su vida disoluta lo hacia una abominación para los más puritanos quienes vieron en la fecha del incendio (1666) un señal apocalíptica. ¿No era ese el Número de la Bestia?

El incendio que inició en una panadería de Pudding Lane fue adjudicado a un complot extranjero. Mientras la ciudad ardía se persiguió, golpeó y hasta linchó a inocentes ciudadanos franceses y holandeses. Estos últimos porque Carlos vivía guerreado contra el nuevo imperio colonialista europeo.




Los problemas religiosos continuaron después del incendio. Uno de eso grandes villanos de la historia, un tal Titus Oates,  propagó la fake news de que los “papistas” pretendían apoderarse del trono. Eso propició una serie de matanzas y persecuciones en la cual una docena de jesuitas fueron sumariamente ejecutados y muchos clérigos debieron huir del país.

El reinado de Carlos II estuvo marcado entonces por grandes tragedias que opacaron sus logros. Es por lo cual el retrato del rey siempre ha sido el de un bon vivant que se la pasaba entre bailes y amantes. Es una imagen reforzada por la novela rosa como ocurre en la vilipendiada Por Siempre Ámbar.

Kathleen Windsor, una chica californiana que,  después de graduarse de Berkeley,  se dedicó al periodismo,  tenía un sueño:  escribir un mega bestseller tipo Lo que el viento se llevó. Lo logró durante la Segunda Guerra Mundial. Mientras su marido estaba en el frente, Kathleen se leyó como trecientos libros sobre el periodo de la Restauración. Con eso escribió un mamotreto que los editores lograron recortar a mil páginas.



En ese libro, Windsor narra la historia de la huérfana Ámbar, hija ilegitima de un conde, quien escala puestos en la sociedad a punta de saltar de cama en cama. Se casa varias veces,  tiene hijos dentro y fuera del matrimonio (aunque no siempre del marido de turno) y hasta se hace abortos. Es a veces respetable, otras buscan empleo en la profesión más antigua del mundo. Trabaja tanto en el escenario como estafando a la gente a lo Moll Flanders. Finalmente llega a la corte donde rivalizará con la Castlemaine por el favor del Rey Carlos con quien tendrá un hijo.

Como se imaginarán tamaña novela causaría un gran escándalo. A pesar de que no era ni la mitad de grafica que los bodice rippers de los 70s, fue acusada de ser “pornográfica” y varios estados prohibieron su venta. Esto por supuesto aumentó su popularidad y el libro encabezó las listas de superventas por meses.

El sueño de Kathleen Winsor alcanzó su máximo nivel cuando en 1947 Hollywood compró los derechos de la obra. El proyecto estuvo rodeado de mucha propaganda incluyendo la búsqueda de la protagonista que rivalizó con la de Scarlett O’Hara. La elegida fue la desdichada Linda Darnell que, en 1943, había interpretado a la Virgen de Lourdes en La Canción de Bernadette.



Obvio que el Código Hayes no iba a permitir que se incluyesen todas las inmoralidades del libro. Ámbar solo tenía un hijo, se redujo la lista de sus amantes y maridos, pero se mantuvo su relación con Carlos II y su visión de la Restauración como una época excitante y aventurera émula del rey y su corte. George Sanders trajo su acostumbrado sarcasmo al papel del monarca y dejó una maqueta para que en el futuro se retratase a Carlos II.



Sam Neill y John Malcovich Se Ponen La Peluca de Carlos II

No habrá otro retrato importante de Carlos II en el cine hasta que en 1988 Hollywood lleve a la pantalla la novela de Rose Tremain,  Restoration. Ahí es Sam Neill quien se pone la larga peluca rizada del rey Estuardo. En esta historia, Carlos convoca a su palacio al joven medico Robert Merivel (Robert Downey Jr.), una prometedora estrella de la medicina inglesa para que cure a su Spaniel favorita. Merivel logra lo que los otros médicos no pudieron y el rey le da un puesto en la corte.

Carlos se ha encaprichado de Celia Clemens (Polly Walker), pero teme ofender a su amante oficial, Bárbara Castlemaine. Casa a Celia con Merivel y los pone a vivir en un palacete con órdenes de no consumar su matrimonio. Cuando el médico comete el error de enamorarse de su mujer, el indignado monarca lo expulsa de su corte.



Robert se va a trabajar en un manicomio manejado por lo cuáqueros . Ahí embaraza a Katharine (Meg Ryan), una de las pacientes. Son expulsados, se van a Londres y sobreviven la Plaga de 1665, pero Katharine muere durante una cesárea. Robert se dedica a criar a su hija y a ayudar a los pobres. Es lo que hace durante El Gran Incendio, pero cree haber perdido a la niña en las llamas. Será el rey quien se la devuelva junto con honores y la posibilidad de construir su propio hospital.

En ese filme, Carlos II es descrito como un rey frívolo, pero justo. No será así como aparezca en El Libertino, la historia del infame poeta carolino, John Wilmot, Conde de Rochester. Johnny Depp logra una de sus mejores caracterizaciones como un hombre depravado, cínico y sin D-s ni ley, que a pesar de su alcurnia y talento acaba destruido por el alcohol y la sífilis. Sin embargo, la película nos dice que el rey Carlos (John Malkovich) es peor que este desvergonzado cortesano.



Hoy Forever Amber es un libro ( y filme) olvidado. En Los 80, Raquel Welch intentó convertirlo en miniserie, pero nunca lo logró. Eso no significa que Carlos II, sus favoritas y sus parientes y cortesanos no llegasen a la pantalla chica. La BBC ya describiría la corte Carolina en The First Churchills (1969), pero de eso hablaremos en nuestra próxima entrega.