martes, 27 de junio de 2023

Artes Marciales y Los Tongs en el Viejo San Francisco: Warrior (Temporada 1)

 


Cada día me encuentro con nuevas visiones del Viejo Oeste en plataformas de streaming. Recobrada mi HBOMax entro en el mundo de las sociedades secretas chinas de California. Mas violenta y étnica que Kung Fu, Warrior  (ya en su Tercera Temporada) ha venido a ilustrarnos sobre aspectos no muy tratados, Hablo de Los habitantes del Celeste Imperio y su rol en el Far West, el desarrollo de la mayor urbe en la región,  las luchas de poder entre facciones orientales, y el racismo de las autoridades que marcaría la existencia de la comunidad asiática en USA.

El Sueño de Bruce Lee

Comencé diciendo que Warrior, es mucho más étnica que Kung Fu, en el sentido que el rol protagónico lo lleva, Andrew Koji,  un actor del Lejano Oriente, pero la mayor diferencia con la serie de David Carradine, es que el protagonista carece de la serenidad y filosofía taoísta de Caine. Esto convierte a Ah Sahm en un héroe con defectos, el principal el hubris. Por suerte siempre hay otros personajes (sobre todo mujeres) que le dan lecciones de humildad que lo centran.

Warrior está inspirada en un proyecto de Bruce Lee que nunca vio luz en vida de la estrella de la artes marciales. Su hija Shannon lo rescató y funge como productora de esta serie que ha alcanzado un alto nivel de popularidad.  8,4 en IMDB; (9, 4 de audiencia y 8.9 de crítica especializada en Rotten Tomatoes). Aun cuando  la pandemia retrasó la Tercera Temporada por casi tres años.




Como corresponde también provoca quejas, que si los chinos no hablan chino, que si es muy violenta, mucho sexo gráfico, descuidos históricos como que Ah Toy no era lesbiana en la vida real o que el protagonista, no sea chino sino anglo-japones, etc. Lo del sexo y violencia (y el ángulo lésbico) son marcas registradas del producto HBOMax. Sin contar que la mayoría de las series de cable siguen ese ritmo. Hasta Taylor Sheridan se ha desaforado en términos de violencia innecesaria y sexo kinky en 1923.

Cuando los Chinos Cruzaron “La Sal”

Respecto de la historicidad de esta fábula, exploremos un poco el contexto histórico. La cúspide de la inmigración china a Estados Unidos tuvo lugar a mediados del Siglo XIX y se dio más que nada en California. Las razones para cruzar “La Sal” como llamaban al Pacifico,  eran varias: hambruna, catástrofes naturales y desorden político (La Rebelión Taiping). Agreguémosle que California era un sueño dorado para quien buscaba empleo ya que había amplias oportunidades en la minería y en la construcción del ferrocarril. Como vimos los fans de Kung Fu y de Hell on Wheels, los coolies chinos fueron instrumentales en la construcción del ferrocarril que uniría las dos costas del país.

No solo en las minas y poniendo rieles trabajaban los industriosos hijos del Celeste Imperio. En las ciudades también hallaban empleo fuese de criados, en lavanderías,  o en negocios de Chinatown, el Barrio Chino de San Francisco,  donde transcurre gran parte de esta historia. Como cobraban poco, eran resistentes,  y muy trabajadores, no había espacio laboral que no los solicitase. Pronto, hubo empresarios chinos como el Wang Chao de Warrior, que servían de intermediarios entre patronos y mano de obra traída de Asia.

El problema es que la cotización del coolie por parte del patrón blanco lo colocaba en abierta rivalidad con la otra gran fuerza laboral: los irlandeses que también emigraron en masa a la Costa Oeste después de la Guerra de Secesión. Esto iba a causar disturbios muy bien ilustrados por la serie que tiene como el principal antagonista a Dylan Leary, un veterano de la Guerra de Secesión que ya en el primer episodio habla de su servicio a su nueva patria, de los sacrificios de los hijos de Erin a ambos bandos y de la ingratitud de un país que hoy les quita oportunidades laborales trayendo chinos para que los reemplacen. Dylan Leary está basado en el líder sindical y político,  Dennis Kearney.



A mí me da tristeza que en los western siempre los más racistas son los irlandeses. Lo vimos en Hell on Wheels, pero al menos allá tenían a los Hermanos McGinnes como equilibrio. Aquí, aunque Leary adquiere dimensiones heroicas sigue siendo el malo del cuento, y un representante de la supremacía blanca.

Por otro lado, la serie nos trae la presencia de Los Tongs, una sociedad secreta que apareció en los Barrios Chinos del país, primero con la intención de proteger a los recién llegado, pero luego devino en organizaciones criminales que oprimían a los mismos que debían defender. Los Tongs se dedicaron a la venta de opio y a mantener burdeles que alimentaban con muchachitas que traían de la China y que incluso secuestraban. Pronto estás bandas comenzaron a dividirse en grupos que luchaban entre sí.



Mientras esto ocurría dentro de Chinatown, en extramuros se libraba otra batalla motivada por odio racial. Se creó una imagen de los chinos como entes sanguinarios que buscaban corromper a la puritana sociedad blanca. Apareció el mito del “peligro amarillo” que llegó hasta la legislación, culminando en la Ley de Exclusión de 1882 que prohibía el arribo de nuevos inmigrantes del Celeste Imperio. Incluso si un chino visitaba su país natal,  se le impedía el regreso a Estados Unidos.

Aun así, ya había en suelo americano una amplia población china que seguiría creciendo a pesar de las restricciones. Hasta la Segunda Guerra Mundial hubo toda clase de impedimentos para que los chinos fuesen asimilados por la cultura imperante, comenzando por la prohibición de casarse con blancos. Lo chistoso es que, según las estadísticas,  en estados como Nueva York, donde nunca se impusieron esas reglas ridículas, hubo muchos chinos que se casaron con chicas…¡irlandesas! Después de todo era bueno casarse con personas tan trabajadoras y que no eran maleantes. Pronto se hicieron cargo de algunos negocios como las lavanderías y de restaurantes, por algo en Bonanza los Cartwright empleaban a un cocinero chino.



En Busca de Xiaojing

Warrior se concentra en la era pre-Ley de Exclusión; y en un espacio geográfico especifico, (San Francisco) y un grupo en particular (Los Tongs). La serie inicia en 1873 con un barco que ha llegado de la China cargado de coolies, entre ellos el enigmático Ah Sahm. A diferencia de sus compañeros de viaje,  Ah Sahm no viene en busca de empleo o fortuna. Como Kwang Chang Caine viene buscando un pariente,  su hermana Xiaojing.

Ah Sahm y su hermana fueron criados en la China por su abuelo, un capitán de barco estadounidense que les enseñó a hablar inglés. Aparte, Ah Sahm tuvo un entrenamiento en las artes marciales. En su arrogancia se enfrentó al hijo del señor feudal del lugar y lo mató. El warlord exigió,  para respetar la vida del asesino de su hijo, la mano de Xiaojing. Se la dieron, pero cansada de los abusos de marido, Xiaojing huyó al otro lado de La Sal. Su marido mató al padre de los muchachos , pero eventualmente estiró la pata. Eso ha motivado a Ah Sahm a ir en busca de Xiaojing para regresarla a su hogar.

La llegada de los chinos al puerto es recibida por protestantes portando pancartas y exigiendo que se acabe la inmigración oriental. Descubrimos que son blancos y chinos ricos de California quienes están haciendo venir trabajadores a America. Eso se los explica a los recién llegado,  Wang Chao, un intermediario que les lanza un discurso. Quienes han pagado por su pasaje de barco esperan remuneración. Los coolies deberán trabajarles hasta que hayan cubierto el precio del viaje.



Acto seguido,  viene un rito no escrito de iniciación, los aduanerostodos-irlandesesse complacen en  humillar y maltratar a los chinos. Eso hasta que se meten con Ah Sahm y descubren que sabe inglés y que sabe dar patadas. Tras verlo vencer a tres hombres, Wan Chao lo recluta y vende al Hop Wei, un poderoso Tong. 



Así Ah Sahm pasa a ser propiedad de Padre Jun, , héroe de La Guerra del Opio y líder del Hop Wei. Quien da la bienvenida al recién llegado es el Joven Jun, hijo del líder y que, aunque parezca un junior millenial es un experto tirador de cuchillos. Las aventuras de este par,  que comparten una sinergia muy especial, componen una subtrama de la serie.




El Joven Jun que es parrandero nato lleva a su nuevo amigo al exclusivo burdel de Ah Toy. Ah Sahm se va de boca preguntando si alguna de las pupilas conoce a una tal Xiaojing. Esa noche aparecen en el burdel los pandilleros del Tong rival de Long Zhii y se llevan a Ah Sahm a otra mansión de Chinatown. Allá Ah Sahm se enfrenta con Lin Yong, el sicario de Long Zhii y ante su sorpresa el joven eurasiático es derrotado. La pelea es interrumpida por la aparición de Mai Ling, esposa de Long Zii y la mujer más poderosa del Barrio Chino. El sorprendido Ah Sahm la reconoce, es Xiaojing.



A solas , Mai Ling reprocha a su hermano por haberla obligado a casarse con un abusador y se ríe de su intención de retornar a China juntos. Ahora ella tiene poder, “no soy la puta de nadie” y no piensa abandonar los privilegios adquiridos. El desolado Ah Sahm retorna al burdel y comparte su secreto con Ah Toy. A pesar de que su hermana le consigue un pasaje de regreso, decide quedarse en este nuevo país, en esta ciudad peligrosa, pero prodigiosa y servir los intereses del Hop Wei a pesar de que esto lo enfrente al turf de  Mai Ling.

Ah Sahm Entre “Los Patos”

Los problemas de Ah Sahm aumentan cuando conoce en una tienda de un apotecario chino a una bella mujer blanca. Por seguirla, el joven guerrero traspasa el límite obligado del Barrio Chino y se encuentra en La Laguna (the Pond),  el mundo de los blancos rodeado,  de patos (ducks) el apodo a caucásicos poco amistosos. Por defender a la rubia,  Ah Sahm es golpeado y encarcelado a pesar de las protestas de la mujer que resulta ser Mrs. Penélope Blake, esposa del alcalde.



Ah Sahm ya ha aprendido  cómo funciona el mundo de los “patos “y finge ser un coolie bobo que no habla inglés, pero su situación va de mal en peor. Se aprovechan de su presencia para colgarle cuanto crimen hay en la ciudad. Padre Jun se lava las manos. Aunque Penny logra visitarlo en la carcel y descubre que su defensor es angloparlante y nieto de un estadounidense, puede hacer poco por él. Como toda mujer blanca (y china) de entonces,  es silenciada, suprimida por fuerzas patriarcales.



Buckley, un hombrecillo siniestro que funge de eminencia gris del alcalde amenaza al defensor de oficio. Dylan Leary exige del jefe de policía, Bill que meta unos matones en la celda del chino. Ni decir que salen apaleados. Bill descubre que Ah Sahm, no solo es una máquina de dar patadas,  además es bilingüe y muy coherente.



Será Mai Ling quien deba rescatar,  con amenazas e intimidaciones,  a un hermano que se rehúsa a marcharse e insiste en ponerse en peligro y en el bando de los enemigos de Xiaojing. Ah Sahm retorna al Hop Wei y,  tras dejarse apalear por Padre Jun,  es aceptado como parte del rebaño. Sin embargo, la duda persiste. ¿Qué harán los Jun cuando sepan que Ah Sahm es hermano de su peor enemiga? ¿O cuando descubran que es amante de la esposa del alcalde?



Lo fascinante de Warrior es que, aunque se entra en el desconocido bajo mundo oriental de la época, también nos ofrece el auge de la corrupción en la respetable clase política comenzando por el alcalde que ha comprado a su esposa aprovechándose de la necesidad económica de la familia de Penny, pero en vez de atenderla, se la pasa en el burdel de Ah Toy gozando de parejas de ambos sexos.Mas siniestro es Buckley, aparentemente un individuo insignificante, pero que  tiene sus tentáculos en todos lados incluyendo una ambigua sociedad con Mai Ling que espera destruya el poder de los Tongs.



La mayor corrupción  reside en el cuerpo de policía. Todos irlandeses, todos veteranos del ejército de la Unión, todos en el bolsillo de Leary. El principal entre ello es Bill O’Hara, un hombre honesto que ha caído preso de la mesa de juego. Su debilidad es explotada por Leary. Bill es puesto a cargo de un escuadrón especial que debe patrullar Chinatown. En ese batallón entra Lee a quien todos miran con desconfianza por ser nuevo, sureño y no ser irlandés. Sin embargo, a diferencia de ellos, Lee ni es racista ni es deshonesto, pero como todos en esta serie arrastra un oscuro y trágico secreto.



Para retratar este mundo de odios raciales, guerras de pandilla y corrupción policía, Shannon Lee y Jonathan Tropper han creado un mundo exótico e irreal en Chinatown incluyendo los extravagantes vestuarios de las mujeres sobre todo el de Ah Toy. Inspirada en una Madame real, el personaje de Olivia Chen es totalmente fantástico desde su lesbianismo hasta su capacidad de usar  katanas con las que hace justicia.



Otro detalle muy apreciado es sacar a veces a Ah Sahm de ese espacio claustrofóbico del Barrio Chino y llevarlo a otros lugares. El quinto capitulo es una mini gema con toques de John Ford y Tarentino entre otros. Enviados por Padre Jun a buscar el cadáver de un pariente lejano, Joven Jun y Ah Sahm deben viajar en una diligencia llena de “patos” racistas,  más un whiskie priest (por una vez ponen un cura católico bueno, aunque se trate de un cliché del género). Abandonados por el cochero en un desierto de Nevada donde solo hay una taberna, los jóvenes chinos deben enfrentar desde pullas raciales a un ataque de bandidos que hace al milieu una versión del Oeste de El Boque Petrificado de Robert E. Sherwood.



El buen trabajo de Jonathan Tropper (graduado de Yeshivá University y NYU) ha sabido sacar lo mejor de la obra de Bruce Lee y ponerla al día de una manera que supera al Western exótico que fue Kung Fu. En manos de Tropper, Shannon Lee , y un buen elenco,  Warrior se ha convertido en una combinación de wuxia y genero de gánsteres, que a ratos se acerca a Boardwalk Empire.

Contenido Violento y Gory: Es una neo-wuxia mezclada con guerras de pandillas. No pasa mucho rato sin que corra la sangre.

Contenido Sexual y Desnudos: Mas mujeres desnudas que varones,  lo que garantiza el triunfo del Masculine Gaze. Sexo lésbico y hetero. Sin embargo, hay un par de escenas refinadas. La primera vez de Ah Sahm y Penny es, aunque apresurada, casi romántica y eso se nota en que no hay desnudos. Romanticismo, y ternura casi anticuada juegan un papel en el breve, pero intenso romance que sostiene el Joven Jun con la prostituta India Wanikea en Nevada. Por algo Jun dice a su amigo al despedirse,  en el penúltimo episodio,  “debimos quedarnos allá”.




Contenido Feminista: Hay solo tres mujeres reconocibles, las tres fueron/son víctimas. Ninguna acepta ese rol. Vemos a Penny rebelarse en varias maneras. Incluso su adulterio es un gesto en contra del racismo. Aunque ella y Xiaojing han sido obligadas a casarse para salvar a sus familias, Penny todavía no puede reinventarse como lo ha hecho su cuñada. Mai Ling se convertirá en cabeza del Long Zhi, pero su reinado es frágil y tambalea si sus hombres no la apoyan.

Diferente es el caso de Ah Toy quien ha hecho del latrocinio una carrera con la que puede darse el lujo de comprar tierras, comprar policías y comprar huerfanitas vírgenes para protegerlas. Ah Toy es un personaje multifacético. Lo vemos cuando llega a la pelea pugilística de los Campeones Tong y toda Chinatown,  incluso los policías,  le abren paso a ella y su sequito de “damas”.



Ah Toy sabe complacer a sus clientes, proteger a sus pupilas, hacer negocios y soñar, como le dice a Ah, Sahm,  en un mundo en el que los chinos sean ciudadanos estadounidenses con derechos al sueño americano. Sin embargo, la audiencia conoce otro aspecto de la Madame. La vemos salir de noche,  encapuchada y armada de su espada,  para convertirse en guerrera vengadora.

En esa guisa,  Ah Toy establece un vínculo cultural con su tierra oriental. Es una figura legendaria, una diosa, pero también un hada protectora ya que vela por Ah Sahm con más poder que Penny y con más afecto que Mai Ling. Por todo eso, es Ah Toy la verdadera reina badass de Warrior y su mejor icono feminista.



Factor Diversidad: Estadounidenses WASP, chinos e irlandeses. Vemos racismo de los WASPS contra los del Lejano Oriente y los Hijos de Erin. Vemos desconfianza de parte de los últimos por el Oficial Lee que no es irlandés y,  para colmo,  es sureño. Resulta que Lee es el menos racista ya que tuvo amores con una joven negra que fue asesinada por sus primos.



En el último episodio,  un par de afroamericanos entra a La Banshee, la taberna de Leary,  y piden un trago. Un irlandés en la barra se indigna y azuza a la clientela en contra de los humildes negros. La situación se está poniendo fea cuando entra Leary que ordena que les sirvan a sus parroquianos de color.

Les recuerda a sus compatriotas que los negros vinieron arrastrados a la fuerza y encadenados a America. Merecen respeto. Les dice a los parroquianos de color que se beban su trago y se marchen, dándoles una amonestación por su temeridad. Lo que implican sus palabras es que no todos los bares de blancos les van a servir y él no va a estar siempre en La Banshee para defenderlos.

Sorprende la tolerancia emanada por las palabras del irlandés, cuando escenas más adelante ordena a sus hombres que les rompan las manos a unos pobres coolies. Sin embargo, sabemos que Leary no odia a los negros, aunque los vea también como competencia laboral.

En el primer episodio , Leary hace un discurso evocando La Guerra de Secesión donde sirvió en el ejército de la Unión. Recién llegado a Estados Unidos se encontró matando hombres y viendo morir a sus amigos. No se arrepiente porque entendió que era una causa justa, que acabaría con la esclavitud. Sin embargo, la postguerra no trajo el resultado que esperaba,  que los Libertos se marchasen de regreso a África. En cambio, se quedaron en USA para quitarles lo empleos a los nuevos inmigrantes.

Encontré esta explicación fascinante y me pregunto si era esa la intención de los abolicionistas: propiciar un retorno de los exesclavos a su país de origen. Por algo James Monroe fundó , en 1822 la Republica de Liberia para que fuese un hogar de los manumitidos, pero pocos de ellos viajaron a la nueva nación. Es posible que ya no tuviesen vinculación con el continente africano, que tras generaciones de vivir en USA quisiesen, como entes libres, encontrar una patria en suelo americano. Más o menos lo que desea Ah Toy para los chinos.

Warrior puede verse completa en MAX.

martes, 20 de junio de 2023

1883, Una Historia de Origen: ¿Como llegaron Los Dutton a Yellowstone?

 


Por fin llego al comienzo, al origen de mi renovado interés en el Western televisivo. Escribo estas líneas justamente cuando se ha anunciado el abandono de Kevin Costner de su serie icónica Yellowstone y el anuncio de sus productores de que, sin su estrella, el rancho cierra sus puertas. Eso no significa que se acabe el universo de Los Dutton o que Taylor Sheridan haya perdido vigencia.

Cuando mi hermano me compartió su suscripción a Paramount + yo no sabía qué ver. Todo lo había visto antes en Showtime o en Paramount de la cual Paramount+ es plataforma de streaming. A pesar de ser la favorita de mi Beta Lorena, no me latía ver Yellowstone. Los neo-western no son mi platillo predilecto.

Sin embargo, decidí hacer una excepción con su secuela 1883. La sorpresa fue mayúscula. Un western prístino, casi impoluto de wokismos y presentismos,  una historia bien contada y actuada con personajes memorables. Me enamoró en el primer capítulo y la recomiendo sin reparos.



Una Gema Imperfecta

Cuando recomiendo “sin reparos” no es que afirme que lo recomendado sea perfecto. Como toda obra humana, 1883 tiene fallas. Saber de antemano cuales son ayuda a no llevarse chascos que hagan al espectador dejar sin terminar una joya del género Western. Sin caer en spoilers,  les aviso que los bemoles residen en la tesis del cuento, tesis compartida por otros westerns televisivos modernos (léase Godless y The English) ,  el Oeste destruyó al blanco tal como este destruyó al nativo.  Y la destrucción vino con la imposición de reglas y limitaciones de autoridades que no entendían en donde se estaban metiendo.





La visión de Taylor Sheridan abarca esta tesis, pero para probarla cae en un exagerado dramatismo y cierto anarquismo que se magnifica en la secuela 1923. Por otro lado, aunque sea un genio,  Sheridan fracasa en su presentación de temas que no maneja bien ( e.g. el romance). Si tienen claro esto desde el comienzo, no habrá escollos que les impidan disfrutar de lo mejor del Universo Yellowstone    

1883 cubre la historia de los bisabuelos de John Dutton III.  Aunque James y Margaret Dutton (interpretados por las estrellas de música country,  y pareja en la vida real, Tim McGraw y Faith Hill) han aparecido en flashbacks en Yellowstone, es sumamente interesante verlos en su éxodo desde Tennessee hasta Las Grandes Llanuras arrastrando con ellos a su familia compuesta por Elsa (Isobel May) , su hija adolescente quien funge como narradora de la historia, y su hijo pequeño John que podría ser el bisabuelo del personaje de Kevin Costner. Vienen con ellos la estirada tía Claire, cuñada de Margaret,  que enviudó recientemente y su igualmente estirada hija, Mary Abel.



Han pasado casi veinte años desde el final de la Guerra de Secesión que ha dejado marcas en los protagonistas de 1883. Dutton sirvió en el ejercito Confederado y se pasó un par de años en una prisión Yanqui casi tan horrible como Andersonville. Un flashback, lo presenta después de la Batalla de Antietam (episodio que sirve para un excelente cameo de Tom Hanks).



Shea Brennan (Sam Elliott)  el agente Pinkerton con el que se alía Dutton para cruzar el Lejano Oeste, peleó por El Norte y alcanzó el rango de capitán, título que todavía es usado por su colega el afroamericano Thomas (LaMonica Garret) . Alan Pinkerton era tan visionario que desde el inicio (y como muestra la serie de Crackle Los Pinkerton) contrató mujeres y afroamericanos.

El primer episodio no inicia con los Dutton sino con Shea quien, tras incinerar su casa y los cuerpos de esposa e hija,  víctimas de la viruela, pretende suicidarse. Así lo encuentra Thomas que medio lo convence de un último trabajo,  servir de guía de una caravana de vagones de inmigrantes alemanes que van rumbo a Oregón.



En el camino a Fort Worth donde encontrarán a los inmigrantes, los agentes Pinkerton presencian como un hombre solo se defiende,  y acaba con una piara,  de bandidos que pretenden robarle su carromato. Mas tarde, en Forth Word, típica ciudad del Oeste donde no hay ley ni D-s, los Pinkerton vuelven a ver al extrañolo apodan ”el Granjero” defenderse de un carterista que una vez identificado es colgado de un árbol,  puesto que la justicia en esos pueblos era rápida para algunas cosas.

Shea y Thomas enfrentan otro problema. Los inmigrantes son un ensayo en ingenuidad: han venido con bueyes en vez de caballos, no portan armas,  cargan un equipaje imposible de transportar al destino que buscan y solo uno de cincuenta pasajeros habla inglés. Aunque Shea es duro,  y casi cruel,  al decirles que se vuelvan de donde vinieron, se apiada de ellos. Consigue hacer un trueque y cambiar los bueyes por caballos y empieza a buscar más hombres para la expedición que lo ayuden a proteger a los frágiles germanos, un grupo que incluye mujeres y niños.

Se acercan al Granjero, que dice llamarse James Dutton,  para que se una a ellos, pero Dutton tiene su propio plan para internarse en la pradera y solo espera la llegada de su familia para llevarlo a cabo. Vemos a los Dutton en el tren que los trae del Sur, la más importante es Elsa,  la hija mayor. Aun sin tenerla de narradora, aun sin el hecho de que es la primera Dutton que aparece en este relato, es Elsa quien ha dominado la escena inicial que nos revela más de un spoiler y que indica que todo lo que sigue es un largo flashback.



Elsa, The Hoyden

Elsa es típica adolescente llena de energía,  con ansias de aventura, tozuda,  y que se rebela ante convencionalismos. Al conocerla me irritó, pensé que se trataba de un cliché presentista. Tal vez porque yo fui tan diferente. Lo cierto es que Elsa es un personaje típico de la literatura pretérita sea del siglo XIX (Jo March) o de comienzos del XX (Laura Ingalls), si hasta parece una Scarlett O’Hara con ese irrespeto por las reglas de urbanidad..

Ya en el primer episodio aparece en un vagón de primera clase devorando el paisaje por la ventana. Atrae la atención de un hombre que se sorprende que una jovencita viaje sola. Con voz tímida, Elsa explica que su familia está en el vagón de segunda. Entablan conversación que es interrumpida por la madre de la chica. Margaret agarra a paraguazos al atrevido y se lleva a Elsa de una oreja a reunirse con el resto de la familia.



Ya en segunda clase, Elsa recibe una serie de sopapos por parte de su tía cuando se muestra altanera con su madre. La reacción de Elsa no es la típica de una chica de hoy. Llora, se muestra humilde y pide perdón a Margaret. Eso no le quita el espíritu osado que en el siglo XIX hacia que las llamasen hoydens.  Me imagino que ese término estará hoy cancelado como su sinónimo Tomboy. Eso no quita que Jo March fuese una hoyden, también lo fue Ana de las Tejas Verdes,  y hasta Scarlett O’Hara andaba ya en edad casadera brincando cercas a pesar de sus muchos refajos.



Eso mismo hace Elsa cuando salta de la góndola de un tren para abrazar a su padre. Según Margaret, las rebeldías de su primogénita son culpa de los mimos de su marido. Es cierto que Elsa es la niña de los ojos de “El Granjero”. Sin embargo, cuando James mata a un borracho que intenta violar a su hija, son las faldas de Margaret tras las cuales Elsa busca refugio.

Este ataque a Elsa hace recapacitar a James. No se las va a poder solo para defender a cuatro mujeres y un niño. Acepta la oferta de Shea Brennan, y ambos emprenden un viaje que acabará con algunos en la Costa del Pacifico y con Los Dutton en Montana. Lo que provoca este cambio de planes y dirección se los dejo de tarea. Ahora prefiero enfocarme en aspectos más técnicos.



Me asombra que Taylor Sheridan escriba todo el guion solo y que le quede tan bien, al menos en los primeros cuatro episodios. Sus personajes son poderosos, se las arregla para crear varios arcos sin disminuir ni opacar a ninguno, todos tienen su lugar.  El tiempo de la narrativa fluye cuando podría ser monótono como debe haber sido el verdadero viaje a Oregón,  y la mayoría de los detalles históricos y culturales son verídicos.

La America que nos presenta 1883 es posterior a los sucesos de The Gilded Age y sin embargo nos presenta un mundo rural y salvaje muy alejado de los adelantos neoyorquinos de la serie de Lord Julian Fellowes. Se nota cuando James debe cargar baldes de agua caliente para poder tomar un baño con su esposa en el mejor Hotel de Fort Worth.  Margaret menciona haber leído que en los hoteles de Nueva York hay agua de cañerías que llega directo al baño.

El comportamiento de los personajes es también adecuado a la época. Aun con rebeldías, al comienzo Elsa es obediente de sus padres y su relación con ellos es la apropiada, lo que no le impide ser independiente y tomar decisiones propias, algunas que van en contra de toda convención social. Sin embargo, tengo reparos en el idioma utilizado. Aunque es mas que posible que el lenguaje de cowboys y soldados estuviesen plagados de palabrotas, el abuso del verbo “to fuck”,  en frente de damas , me parece exagerado. Recordemos que hasta los 50 vocablos semi inocentes como “bastard” y “damn” eran impronunciables en buena compañía.

La estética de la serie es exquisita, el uso del paisaje del Oeste es impresionante, la iluminación es menos sombría que en otros period pieces contemporáneos,  y la banda sonora es más que adecuada. El vestuario también corresponde a los 1880. Un solo detalle equivocado. En la escena inicial vemos a Elsa con pantaletas hasta el tobillo. Los Windies (GWTW frikis)  recordarán cuando Rhett Butler le dice a Scarlett (1862) que ya esas prendas han quedado obsoletas. Entre 1865 y 1920, la ropa interior femenina llegaba hasta la rodilla. Eso incomoda a mi purista interior más que la dentadura Pepsodent de Elsa o el mal acento sureño y pelo teñido de Isabel May..



¿Violenta o Sentimental?

Aunque 1883 tiene un sólido rating de 8,7 en IMDB y otro parecido en Rotten Tomatoes, no ha gustado a todo el mundo. Hay quejas de que es muy sentimental y que enfocarse tanto en el personaje de Elsa lo hace novela de adolescente. A pesar de que Elsa es la protagonista femenina, la serie se enfoca en los dos lideres de la expedición y en lo que respecta a romances, no es solo la vida amorosa de Elsa la que refleja el amor en el viejo Oeste. Lo vemos en el corazón roto de Shea Brennan, en el noviazgo interracial entre Thomas y la gitana Noemi, en la devoción del alemán Josef por su mujer y,  por supuesto,  en el matrimonio de James y Margaret.



Otra queja es que es este western es muy crudo y violento. ¿Se creían que el Far West era zona de picnic familiares? No me parece menos violento que muchos clásicos,  desde los de John Ford hasta el revisionismo Peckimpah. Cuando James mata a un hombre que intenta violar a Elsa, me recordó a Joel McCrea y Randolph Scott rescatando a Mariette Hartley en Guns of the Afternoon de Peckinpah. La expedición a Oregón no es muy diferente, en términos de peligros y enfrentamientos, a clásicos del tema donde Fred McMurray, Kirk Douglas o Rod Taylor enfrentaban situaciones similares. Incluso lo hemos visto en miniseries como Centennial, basada en el superventas de James Michener,  y en series de televisión como The Chisholms y Wagon Train.

La diferencia no está en la violencia que siempre ha estado presente en el Western sino en lo grafica de la misma y en la justicia o falta de ella. Para vengar la muerte de Mary Abel, James y Shea,  capitaneados por Billy Bob Thornton encarnando al sheriff (de la vida real) Jim Courthright, van al Elefante Banco y matan a los perpetradores. “Los asesinamos” dice James a su mujer de regreso al campamento. La sensación de que la magia del Oeste es sofocada por su violencia queda expresada por las rumiaciones de Elsa de que la exhilarante libertad que experimenta en la campiña tejana acaba cuando entra la violencia en ella.

1883 es la crónica de un viaje. Aunque Shea, James y su hija siguen el mismo sendero, sus objetivos y experiencias son diferentes, tal como el modo en que reaccionan ante la belleza y violencia de este mudo. Elsa es casi una niña,  todo le parece estupendo hasta que deja de serlo. Su padre y el Capitán Brennan son hombres marcados por experiencias bélicas que los han dejado traumatizados y explica su comportamiento, pero si para James este viaje es un futuro de redención, para Shea es una última oportunidad de hacer algo bueno,.



James dice que lo único que le importa es su familia. Shea,  que ha perdido la suya,  busca ayudar a otras familias a permanecer unidas y encontrar un destino mejor. Algo difícil ,ya que aun antes de salir de Texas,   los inmigrantes experimentan ataques de bandidos, enfermedades y otras maneras de morir en el Oeste. Elsa llega al punto de querer preguntarle a D-s porque crea flores para ocultar serpientes bajo de ellas.

En la tercera entrega, vemos la pericia de Taylor Sheridan en un episodio que de pronto se abre como un tridente en tres encuentros diferente. Elsa y Margaret cuidan el ganado lo que le da la oportunidad a la joven de admirar la pericia de su madre y esta de notar que su hija está coqueteando con un cowboy. Mientras Shea trata de recobrar su liderazgo sobre los levantiscos emigrantes, James comparte un momento,  tipo John Walton-John Boy,  enseñando a cazar a su hijito.



Sheridan Rompe Reglas e Impone las Suyas

A medida que la serie y la caravana avanzan comienzan a ocurrir cosas terribles y los personajes comienzan a cambiar. Se ha dicho que Sheridan es melodramático por lo que apila desdichas sobre sus personajes. Por peligroso que fuese el trayecto, no solían ocurrir más que uno o dos de los percances descritos. Aun así, el tremendismo sheridiano exige castigos constantes para quienes han venido a apoderarse de un mundo que desconocen. Hay énfasis en dos cosas, la tierra exige un precio por disfrutarla. Eso es algo que los nativos ya sabían. El temerario que desconozca la sinergia entre tierra y hombre lo pagará caro, tal como Elsa descubre que la sensación exhilarante de libertad de la pradera también tiene un alto precio.



Sucede que Taylor Sheridan, un genio autodidacta,  no teme romper reglas al narrar su saga. Aquí ha roto más de una incluso creando un universo en el que cronología e historia desaparecen. Si1883 se hubiese llamado 1855 o incluso 1869 se hubiese entendido ese trayecto tan peligroso y azaroso. Para 1883, ya había trenes a Oregón. El autor nos hace un guiño cundo Thomas le dice al cocinero al contratarlo ”Y te regresas (de Oregón) en tren”.

Me dicen que los inmigrantes no tenían dinero para pagarse el boleto (ya vimos que las Dutton fueron de Tennessee a Texas en una incómoda segunda clase). Igual, las últimas caravanas de vagones hacia la Costa del Pacifico se hacían siguiendo los rieles porque eran más seguros. A lo largo de ese trayecto habían establecido asentamientos para proveerse de provisiones, y la Caballería andaba cerca para proteger de bandidos e indios levantiscos (Rogue Indians).

En cuanto al cruce de ríos, para 1883 la mayoría de los ríos por cruzar o ya tenían puentes o había servicio de ferry, me imagino que existían también para el cruce del Brazos, aunque es imposible pensar por qué una caravana a Oregón, aun desde Texas,  seguiría ese caprichoso sendero. Tal como es inexplicable que Las Dutton gastasen en pasaje hasta Texas cuando desde Tennessee era más rápido llegar a Independence, Missouri, desde donde salían los vagones hacia Oregón. Lo que pasa es que Sheridan estaba empeñado en meter en el cuento a Fort Worth, su ciudad adoptiva.



Lo que no tiene explicación es el desorden cronológico que rodea la edad de Elsa. Al comienzo,  la niña Dutton nos cuenta que nació un año después de haber salido James del campo de prisioneros. Ella misma nos cuenta que su cumpleaños cae al comienzo del trayecto a Oregón. Asumimos entonces que tiene 17 años recién cumplidos, pero pasados unos capítulos anuncia que tiene 18 años. ¿Ha pasado un año en que han estado vagando por la pradera?

Cuando Elsa anuncia que va a casarse, Margaret le recuerda que cuando tenía su edad era ya una matrona embarazada que manejaba sola la granja mientras su marido era prisionero de los Yanquis. A ver, si Margaret estaba en estado cuando James fue tomado prisionero después de la Batalla de Antietam, Elsa habría nacido en 1863 y ahora tendría 20 años.

Para colmo, cae Sheridan en un estúpido presentismo. Cuando Elsa decide casarse con Sam le grita a la madre que la ley la ampara ya que tiene 18 años. Aparte que casarse con un indio no fue amparado por ninguna ley ni hasta fines del siglo XX, la mayoría de edad para ambos sexos fue,  hasta Los Setentas, los 21 años.

Las Quejas de Fienberg

Tanto 1883 como su secuela 1923 han tenido muy buena acogida por parte de la prensa. Una excepción ha sido Daniel Fienberg en The Hollywood Repórter quien cataloga la serie como hecha para machos y a Taylor Sheridan de añorar un tipo de justicia fronteriza cruel pero rápida. Ambas aseveraciones son ciertas, pero no por las razones que el autor esgrime.

Fienberg se interna en la contradicción de tener una protagonista hembra en un cuento de varones, pero se va por el sendero equivocado. Soy de las pocas que ama a Elsa-narradora, aunque la irrite el personaje. No encuentro el voice over ni banal ni tan lleno de filigranas que confunda al espectador.



El problema de Fienberg es que solo ha visto tres episodios, lo que no es suficiente para comprender la serie. Así que sus quejas de que la historia comienza poniendo a los indios como villanos (desconociendo totalmente el contexto del ataque)  o que no haya suficientes mujeres escribiendo o dirigiendo episodios de 1883, no tienen base No son esos los mayores problemas de 1883 y ciertamente no son motivos para no ver este diamante en bruto.

Contenido Violento y Gory: Es una serie ruda y brutal, pero aparte de la escena inicial con los Lakota arrancándole la cabellera a Alina no hay mucho lujo de Gore. Consejo, no se encariñen mucho con los personajes. Taylor Sheridan es peor que Ser George R.R. Martin y mata sin piedad.

Contenido Sexual y Desnudos: Los Dutton en una tina de hotel, Elsa con un posible futuro marido y luego con un marido. Curiosamente una escena en que nos muestran desnudos frontales femeninos no tiene connotaciones sexuales Se trata de un examen físico efectuado por la Tía Claire a las mujeres de la expedición para saber si tienen enfermedades contagiosas.



Contenido Feminista: Algo en que concuerdo con Daniel Fienberg es que es falso empoderamiento el creer que una mujer es poderosa solo porque sabe hacer cosas de hombres. Evidentemente, Elsa Dutton es la protagonista de este cuento, pero porque sabe montar, lacear ganado y disparar tan bien o mejor que los hombres. Es una mujer de pantalones y la serie inicia con ella disparándole a los indios. Pero si nos fijamos o escuchamos su narrativa, la independencia que le da ser diferente y comportarse como los hombres,  no la hace feliz. Es un ente solitario, no se lleva con las mujeres y tampoco con los hombres al menos que sean sus amantes.





Es como si Elsa fuera (lo vemos con Alexandra en “1923”) una fantasía de Sheridan: rubia desinhibida que sirve de compañía al héroe. El autor ha hecho comentarios de que conocer a Isabel May le quitó el bloqueo de escritor que sufría cuando recién escribió el libreto. Por eso insistió en que se la contratase ya que la apariencia física de la actriz lo inspiró a crear un western desde la perspectiva de una adolescente inexperta. O sea, una Laura Ingalls adulta.

El problema es que Elsa no es una mujer, no da voz a las jóvenes como ella que se internaron en el Oeste. Es creación masculina y no solo de Taylor Sheridan. En 1883, Elsa es la obra y espejo de James quien la ha criado como si fuera varón y es en la pradera donde la deja suelta. Notemos que le presta el triple de atención que a John, desoye los consejos y advertencias de su esposa y solo cuando Elsa reacciona como mujer,  es que James intenta ponerle un freno tardío.



Elsa no es un ser empoderado, es un monstruo de Frankenstein, ingenua y peligrosa. Posee una energía desbocada a la que solo la naturaleza podrá imponer un trágico limite. Por eso, yo a diferencia de otros fans de 1883 ni la idolatro ni la condeno, solo la observo. En cambio, en su madre si reconozco el drama y empoderamiento que vivieron las pioneras y que han dejado plasmados en cartas y diarios que son las verdaderas crónicas del mundo domestico del Far West.

A pesar del desprecio de Elsa, Margaret se nos va revelando como una sobreviviente nata través de sus palabras. A los 17 años se hizo cargo de la granja del marido y de la crianza de Elsa mientras James languidecía en una prisión en el Norte. Sirvió de enfermera de campaña y supo tragarse su independencia para anteponer las necesidades de sus hijos y los deseos del marido antes que sus sueños. A medida que ve a Elsa hacer lo que le place sin medir consecuencias, Margaret hablará de sus sueños perdidos y del último que James ha destruido, el desear una vida mejor para su hija.  Porque Elsa la de los vestidos bonitos,  la que toca a Beethoven en el piano,  no es la misma bacante que anda por la pradera medio desnuda, matando o seduciendo hombres.



Margaret, a diferencia de su hija, está dispuesta a ayudar , a preparar infusiones para los inmigrantes enfermos, la que llora cuando ve mujeres ahogándose en la cruzada del rio, la que se siente maldita cuando mata a un hombre en autodefensa. Margaret es la que con acciones grita lo que Raiza, la esposa de Josef,  cuando se ve obligada a matar a un bandido “¿A qué lugar me has traído?” Es la que le dice a James “Nunca podré perdonarte…”y la que le suelta un sopapo cuando se da cuenta que los sueños de su marido han provocado la destrucción de su familia.



Espero hablar más de esto cuando escriba sobre la representación de los veteranos confederados en las series del Oeste, pero si se ha acusado a Taylor Sheridan de maltratar mujeres, James Dutton es su brazo ejecutor. Desde la muerte de Mary Abel, y el suicidio de Claire,  que James con sus delirios nacidos de su trauma bélico está arrastrando a su familia a un final inexorable y trágico. Para quienes hayan visto los flashbacks de la cuarta temporada de Yellowstone y el inicio de 1923 sabrán que Margaret nunca llegó a tener la gran casa prometida por su marido. 



Tampoco tuvo una muerte digna, no más de las que tuvieron las inmigrantes que conocimos por nombre, lo que nos lleva a hablar de…

Factor Diversidad: A ver,  tenemos americanos que pelearon en diferentes bandos de la Guerra Civil, inmigrantes alemanes, rusos y gitanos. Tenemos cowboys y prostitutas de color, y Thomas es casi protagonista. Tenemos Lakotas,  y Elsa se casa con un Comanche. ¿Ya qué faltan? ¿Chinos tal vez?



Sin embargo, es en el elemento inmigrante donde surge mi mayor queja sobre la serie. Puedo perdonar un par de presentismos, un trayecto tan truculento que pasa a ser imposible, y hasta el empoderamiento falso de Elsa, pero me disgusta lo hecho con los inmigrantes. La serie los convierte en una manga de inútiles, llorosos e infantiles. ¿Se olvida que este país fue construido por inmigrantes y no todos angloparlantes?

En el primer episodio, Shea y Thomas se encuentran a cargo de un grupo de supuestos alemanes donde solo uno habla inglés (después se descubre que hay más angloparlantes),  que no portan armas, no saben nadar, cabalgar ni disparar y que en vez de caballos traen bueyes para arrastrar sus carromatos.

Apiadado de ellos, Shea  servirá de niñera de un grupo de lastimeros e ingenuos tarados. En el camino se le morirán muchos de sus protegidos:  ahogados, de colera,  de mordedura de cascabel, por balas de bandidos, flechas de indios o aplastados por sus propios vagones. Algunos son tan cerdos que les roban a los más débiles que no nos inspiran lástima. En cambio, admiramos y compadecemos a Shea que se ha echado al hombro una tarea titánica e ingrata. En su afán de elevar a Shea a altares heroicos, Sheridan deshonra y desvaloriza al conglomerado inmigrante. Sobre todo, teniendo en cuenta que lo hace a punta de inexactitudes.



¿Qué pasa si les cuento que los vagones a Oregón eran tirados por bueyes y no caballos?  ¿Que estos últimos eran para montar ya que solo los niños y los viejos viajaban en los carromatos?  Los demás los seguían en lomos equinos o mulas, o simplemente caminaban. Como deberán hacerlo al final de la serie cuando un tornado les hace añicos los vagones.

Solo un motivo más poderoso que una promesa de tierra gratis hubiese hecho que alguien desprovisto de montura, idioma y otros aditamentos y conocimientos obligatorios,  hubiese emprendido un viaje tan azaroso. Lo normal es que, si se tratase de inmigrantes alemanes,  desembarcados en Galveston, se quedasen en alguna parte de Texas donde ya había comunidades germanas establecidas.

Por otro lado, parecen originarios de Ruritania más que del Imperio Prusiano. En 1883, Alemania llevaba dos décadas de unificación y se estaba convirtiendo en el país más progresista de Europa, con tranvías por sus calles, con un nivel alto de vida,  con profesionales y universitarios consiguiendo grandes adelantos tecnológicos y científicos,  y mucha prosperidad. Incluso el campesinado estaba organizándose en cooperativas. No estaba prohibido para los campesinos nadar ni aprender a hacerlo, nadie les prohibía tener armas y todos estaban obligados a vacunarse contra la viruela.



No parece el país que describía Josef. Luego , la ropa que viste el líder de los inmigrantes no se ve muy germánica, parece eslava. Se me ocurrió que los inmigrantes que arrean Shea, Thomas y James Dutton, son alemanes del Volga que llegaron a Oregón en los 1880s. Así se entiende que entre ellos haya gitanos y gente que hable idiomas eslavos,  ”slavic languages” como dicen las close captions. ¿No hubiese sido mejor que se explicase esa diferencia?

¿Será porque los alemanes del Volga llegaron a Oregón en 1882 en barco desde el Pacífico y no por la imposible pradera?  ¿O porque ese grupo lo hizo tras haberse asentado un par de años en Kansas y haber aprendido el idioma?  Mi teoría acaba en el último capítulo cuando Josef relata haber peleado en la Guerra Franco-Prusiana (1872). Al final parece que evitar explicaciones y apoyarse en la ignorancia del publico ayuda al propósito de Sheridan de mostrar a los inmigrantes como una manga de inútiles una masa que solo sirve para ser masacrada.  



No es único en esa visión.  En The English, tenemos un matrimonio de menonitas rusos (pero germanoparlantes) que mueren violentamente en su trayecto a Wyoming. En la serie de Amazon, la muerte de los menonitas es vista como un castigo y advertencia a los europeos de no meterse en tierras robadas a los indios. Tal como Thomas Trafford y Lady Cornelia, los menonitas están cortejando el peligro al adentrarse en un terreno prohibido que no les pertenece.

En Godless, vemos un par de familias noruegas expuestas a ataques de bandidos violadores. El mismo bandido Frank Griffin recuerda que él también llegó en un vagón en un convoy que fue asaltado por mormones que masacraron a toda su familia.

Sin embargo, es Frank Griffin quien llega a la misma conclusión que Elsa. No tiene nada que ver con los derechos de los indígenas ni con ínfulas colonizadoras. El bandido les revela a sus víctimas que el mismo D-s que creó al hombre creó a la víbora ponzoñosa. Esa contradicción divina explica la crueldad del Oeste, “A Godless Country”(un país sin D-s). La grandeza de 1883 es mostrarnos que si con todos sus problemas iniciales, Los Dutton siguen en Yellowstone con pie firme dentro de Montana, es que o trajeron a D-s al Oeste, o tal vez al Diablo…





1883 puede verse en Europa y el continente americano por Paramount + Si no hay acceso a esa plataforma, quienes tienen en su cable el Canal Paramount podrán ver la saga completa, todos los domingos, a partir del 18 de junio.