jueves, 22 de mayo de 2014

La Malquerida: ¿El renacimiento de la telenovela de Televisa?


Para la primera semana de junio se tiene previsto el estreno de “La Malquerida”, telenovela que ya trae cuatro factores que le auguran éxito. La protagoniza la  icónica Victoria Ruffo. La telenovela  supone el esperadísimo debut en Televisa del galán peruano Christian Meier. Este proyecto, que Televisa ha estado acarician desde fines del Sigo XX, no es un refrito. Se trata de una pieza clásica del dramaturgo español  Jacinto Benavente que ya llevara a la pantalla grande “El Indio” Fernández en una de las cintas-glorias del Cine de Oro mexicano. Finalmente es producida por José Alberto Castro, el segundo mejor productor de Televisa quien solo ha tenido éxitos en los últimos cinco años.

El 2013 fue un año mediocre en lo que se refiere a telenovelas. Una serie de remakes de telenovelas sudamericanas, ninguna muy memorable, compitieron con la no muy bien adaptada versión del clásico de Juan Osorio “Mi Segunda Madre”.  Fue el año del desastre de “La Tempestad”, en la cual ni el sex-appeal de Wiliam Levy (hincapié en su atractivo que ya es lo único que puede ofrecer el cubano) pudo salvar el desmadre del excelente guión de Kiko Olivier, “La Tormenta”. Este fracaso fue reemplazado por algo que los puristas denominamos “una abominación”, “Lo que la Vida me Robó” donde con alevosía se trasladó  a un marco moderno el clásico “Bodas de Odio”/”Amor Real” de María Zarattini.


Mucho se ha criticado la costumbre de Televisa de “refritear”, ósea de reversionar historias que ya han sido telenovelas afamadas. A nadie le parece mal que se hagan remakes de antiguas historias, remozándolas para una audiencia de Siglo XXI, o que se refriteé alguna telenovela de países que no suelen exportarlas (como ha hecho Telemundo con libretos de teleseries chilenas). Pero es un poco absurdo rehacer un guión visto hace muy poco. Sin embargo, el gran problema no está en el refrito per se sino en la mala adaptación de un argumento trillado.

Es cierto que en lo que va de la década, la empresa de Emilio Azcárraga solo ha ofrecido seis guiones originales, de los cuales el único que puede tildarse de éxito fue “la Fuerza del Amor (2011). Los mayores éxitos de Televisa siguen siendo historias ya conocidas por el publico en versiones antiguas o no mexicanas.

El problema del refrito suele ocurrir cuando el casting es descaminado, cuando ponen de protagonistas a gente que no sabe actuar, o a ancianos galanes (y galanas) interpretando a mozuelos... Tal como un buen casting puede provocar lo contrario. Lo único que salvó a “Que Bonito Amor” de ser una parodia de “La Hija del Mariachi” fue la química entre los protagonistas, los talentosos Jorge Salinas y Danna García.



Otro problema es cuando el original en si no fue un éxito, o se apega demasiado la nueva versión a una trama añeja, o peor aun, engaña al publico dándoles una historia totalmente diferente a la que esperaban ver. Como ocurrió con “Corazón Salvaje” (2010) que en realidad era “Yo Compro esa Mujer”.

Mas ese no será el problema de “La Malquerida” que no es refrito de ninguna producción mexicana o foránea. Ahí lo que se está haciendo es volver los ojos a triunfos del cine mexicano del ayer como ya lo hiciera El “Güero” Castro en su anterior producción, la popular “Corona de Lágrimas” basada en un dramón de Marga López.

La Malquerida surge de la tradición literaria puesto que la escribe como pieza teatral (estrenada en 1913) el dramaturgo español y Premio Nobel  Jacinto Benavente. Toda una leyenda en vida, Don Jacinto hoy es un poco despreciado y acusado de  escribir historias sentimentales y tradicionales.


Poco hay de tradicional en esta visión del mundo rural español lleno de secretos hipocresía y violencia latente que ya presagia el universo lorquiano de La Casa de Bernarda Alba. La protagonista Acacia, queda viuda el día de su boda. Su madre, Doña Raimunda, adinerada terrateniente, insiste en descubrir quién, y por qué motivo, asesinó a su yerno. Esto la llevará a sacar a la luz secretos inconfesables que terminan por destruir a su familia.

En 1950, Emilio Fernández dirige una versión ya legendaria de este drama que cierra con broche de oro la colaboración entre “El Indio” Fernández y una reinventada Dolores Del Rio. Pedro Armendáriz, quien ya demostrara su química con Doña Lolita en “Buganvilia”, interpreta a Esteban, esposo de Raimunda, un hombre que se debate entre sus deberes conyugales y la pasión prohibida que siente por su hijastra (Columba Domínguez).






El traslado de una obra enmarcada en el espacio rural ibérico al ambiente campirano mexicano fue perfecto y ha dejado los planos para que se construya la telenovela sobre esas mismas pautas. A fines del Siglo XX, Lucy Orozco, por entonces ocupada con la adaptación de “Ramona”, mostró interés en llevar La Malquerida a un formato de telenovela. Por entonces se dijo que las protagonistas serían Helena Rojo y Yolanda Andrade, quienes ya habían trabajado para La Sra. Orozco en “Las Secretas Intenciones”.

Luego Televisa le encargó el proyecto al José Alberto Castro. Se vio entonces la posibilidad de que fuera un vehículo que marcará el regreso a las telenovelas de Verónica Castro, hermana del productor. A Acacia, y un poco nepoticamente, se rumoró que la encarnaría la entonces esposa del Güero (y hoy Primera Dama de México) Angélica Rivera. De eso ya van más de diez años y por fin a fines del 2013, se le dio luz verde al proyecto.
El Guero Castro y su entonces esposa Angélica Rivera


Aunque siempre he admirado el trabajo de Lucy Orozco, prefiero que la propuesta haya quedado en manos del Güero. José Alberto Castro es un productor muy cabal y profesional. En sus 21 años en el rubro (inició como gerente de producción en “Mi Pequeña Soledad en 1990) ha incursionado en la telenovela de época (“Pueblo Chico, Infierno Grande”) el género infantil (“Serafín”) y juvenil (“Código Postal”), la comedia (“Los Exitosos Pérez”) y el drama maternal “Corona de Lagrimas”). Es además un experto en convertir a villanas como “Rubí” y “Teresa” en heroínas. 





Siete de las telenovelas del Güero Castro han sido nominadas  a los TVyNovelas, alzándose el productor con una estatuilla por la popularísima “Rubí” en el 2005. En el 2012, en Los Premios People en Español, su “La que no Podía Amar” fue elegida como Mejor Telenovela del Año. La buena reputación de las telenovelas de Castro se lo debe, en parte,  a su adaptadora estrella, Ximena Suarez (ganadora del TVyNovelas 2014 por “Amores Verdaderos”). Ximena reversionó  los libretos originales de “Rubí”, “Teresa” y “La que no Podía Amar” convirtiéndolos en los mega hits del Güero. Obviamente, ella será la encargada de escribir el libreto de “La Malquerida”.



Para esa combinación de historia, guionista y productor se necesita de un elenco de lujo. Como es su costumbre, Televisa comenzó, desde el 2013, a lanzar nombres al ruedo en una faramalla habitual que provoca gozos y rabietas de parte del publico y que es un circo obligado (y confesémoslo, esperado) por los telenoveleros.

Primero se volvió al plan original de que La Vero Castro sería Raimunda, rebautizada como Cristina, pero no pasó de propuesta. Luego se conjugó el nombre de Lucero y finalmente Cristina será encarnada por Victoria Ruffo, aunque al paso le salieron Cecilia Suarez y Yadhira Carrillo.

Para el papel de Acacia también se barajaron varios nombres como el de Silvia Navarro  y la venezolana Adriana Louvier quien, al igual que Vicky Ruffo, había participado en “Corona de Lagrimas”, la ultima producción del Güero Castro. La Louvier quedó atrapada en compromisos de trabajo y  La "Chivis" Navarro recibió una oferta mejor, el protagónico de la nueva versión de “Ana y Los 7”. Fue a fines de febrero que se supo que la protagonista joven seria Ariadna Díaz.



La gran sorpresa del elenco has sido el casting de Esteban, el capataz de la hacienda de Cristina que termina de marido de la dueña y enamorado de la hijastra. Siempre se supuso que nadie podía interpretar ese rol más que el carismático Jorge Salinas que de villano pasara a héroe de “La que no Podía Amar”. Solo que Jorge se ha ido con La Chivis a “Mi Corazón es Tuyo” dejando un codiciado estelar vacio. Lo vino a llenar el galán peruano Christian Meier, y es con él con quien comienzo mi discusión sobre las fortalezas y debilidades del trió protagónico.

Christian Meier es un histrión desestimado. Tal vez sea porque su carrera abarca tanto. A sus casi 43 años, el peruano ha cosechado éxito en el cine, la música y el modelaje. Protagonizó, hoy clásicos de la telenovela peruana como “Gorrión, “Obsesión” y “Luz María”, pero todavía se le menosprecia por su aura de galán, olvidando sus méritos actorales ya más que demostrados en el cine con cintas como “No Se lo Digas a Nadie” y “La Mujer de mi Hermano”.


Un factor culpable en la ausencia de crédito de Meier como actor “serio” fue una serie de telenovelas mediocres que protagonizó a principios de este siglo. Compensaron esos trabajos desafortunados, un trío de éxitos que inicia con “La Tormenta” en el 2005. En este drama campirano, que comienza con Meier matando a un integrante de una cuadrilla de forajidos que intentan violar a la heroína (Natalia Streignard), Christian demostró que se puede dar vida a un héroe (ergo poco usual) y desplegar talento histriónico simultáneamente.


Siguió a “La Tormenta”, “El Zorro, La Espada y La Rosa”. Concedo que fue un novelón un poco “camp” y que hubo bastantes falencias en el área argumental, pero Meier se anotó otro gol con su interpretación del pusilánime Don Diego de La Vega y su audaz alter ego El Zorro.


Tras esta fusión de period piece con cómic, vino "Doña Bárbara" en la que el peruano da vida a Santos Luzardo en una versión televisiva del clásico de Rómulo Gallegos. Para quienes crean que él repetirá su rol de hombre dividido entre una madre y su hija que interpretó en esta adaptación de Valentina Párraga, basta saberse que el triangulo Santos-Bárbara-Marisela poco guarda parecido con el que se vivirá en "La Malquerida".


Por ultimo, cabe mencionar su mejor interpretación en telenovelas, donde demuestra su capacidad para encarnar protagonistas conflictivos y rompe esquemas. Me refiero a Rodrigo Quintana en “Alguien Te Mira” de Pablo Illanes. Ver a Christian Meier en el papel de un médico, ex alcohólico y drogadicto, del que todos sospechan (hasta la teleaudiencia tenía dudas sobre su inocencia) de ser un asesino serial, borra todo recelo sobre sus amplias facultades histriónicas.


¿Cuáles serían las debilidades del actor peruano? El hecho precisamente de ser su debut en una televisora extranjera. Por años se ha hablado del deseo mutuo de empresa y actor de colaborar juntos, pero siempre es difícil la entrada del extranjero a Televisa, y aún más si de buenas a primeras se le pasa un estelar y en bandeja.

Aún así, ese fue el caso del cantante boricua Carlos Ponce quien estelarizó, a su llegada a Televisa “Sentimientos Ajenos” (1996), uno de los primeros éxitos de... ¡El Güero Castro! Si bien es cierto que el productor prefiere actores con los que haya colaborado antes (e.g. Juan Soler, Sebastián Rulli) también es cierto que en “La Que no Podía Amar”, privilegió a Jorge Salinas por sobre José Ron con quien El Güero ya llevaba tres telenovelas.

Pasemos entonces a Victoria Rufo. Ay, Vicky, difícil es hablar de quien tanto admiré en mi juventud. Desde su debut como la hermana/hija ilegitima de Miguel Palmer en “Al Rojo Vivo” (en 1980) que fue mi idola, llené álbumes con sus fotos (Y las de su hermana Gaby, porque hubo una época en que eran un Team).

Pocas actrices han sido tan lindas y adorables como lo fue Victoria Ruffo en su etapa juvenil, tal vez Verónica Castro. La diferencia es que La Vero canta y tiene dores humorísticas con las que compensa cualquier falla actoral. En cambio, La Ruffo...para el ’93, ya pasada su treintena, comenzaba a evidenciar síntomas de deterioro precisamente porque se notaba su poco range como actriz.
Vicky en "Quiereme Siempre" (1981)


Por suerte, hábilmente ha sabido encauzarse a un tipo de telenovela en la que brilla. Se trata del drama maternal que ya de joven le acarreara éxitos como “Simplemente María”. Asi en el siglo XXI, ha merecido aplausos por “Abrázame muy Fuerte”, “La Madrastra” y estuvo inolvidable como Macarena Espinoza de Los Monteros en “En Nombre del Amor” haciéndome olvidar a Delia Casanova quien originara ese rol.


En cuanto a su trabajo en “La Malquerida” depende de cómo lo enfoque el guion. Si se trata de una mamá sufrida que no entiende por qué la nena le quiere quitar el novio, va a estar divina, llorona y reclamona como en sus escenas con Livia Brito y Maite Perroni en “El Triunfo del Amor”. Pero si se van por el drama clásico y se trata de una mujer un poco dura, mandona, que por privilegiar el último amor de su vida, pasa a llevar a su única hija, seria un desafío notable para Vicky.



El Güero Castro está pintado para la telenovela femenina. Sus mujeres son siempre muy complejas e interesantes. En el 2012, él, fresco de su exitazo “La que no Podía Amar” y Victoria todavía recuperándose de la no muy boyante “Triunfo del Amor” (que si no fue un triunfo no fue por culpa de ella) fueron “desterrados” al horario más mediocre de la barra de telenovelas. Se les asignó un proyecto basado en un antiguo filme mexicano (que yo viera en el teatro Rex de Viña en los días en que vivía en el cine) y un elenco nada formidable.


Pues le dieron una lección a Televisa. “Corona de Lagrimas” tuvo un imponente rating para ese horario de sobremesa y Vicky ameritó un TVyNovelas como Mejor Actriz del Año, premio que no alcanzaba desde “La Fiera” (1985). Por eso confío en que se repetirá el caso y el productor sacará lo mejor de Vicky a la luz.


Hay un poco de dudas sobre la química Ruffo-Meier. Dudas que no comparto. Vale decir la última palabra sobre las diferencias de edades. Victoria se ve exquisita a sus cincuenta y tres años, solo diez más que su galán. Christian le lleva catorce años a Ariadne que cuenta 28 primaveras. No hay ningún generation gap muy escandaloso por ahí. Vicky no es ajena a interpretar a mujeres con amores más jóvenes. Hizo una actuación muy respetable en “Victoria” (remake de “Mirada de Mujer”) y su falta de química con Mauricio Ochman no se debió a la diferencia de edad sino a que el actor no suele tener mucha química con nadie.

Para el final he dejado a Ariadne Díaz. Hermosísima, muy parecida a Victoria en sus años mozos. Completamente creíble el parentesco. En cuanto a actuación, denme a la Ariadne de “Muchachitas”, de “Mañana es para Siempre”, hasta la princesita de la mafia de “Al Diablo con los Guapos” y les compro a Acacia. Pero si me pasan a la última Ariadne Díaz, a la falsa gorda de “Llena de Amor” o “La Mujer del Vendaval” ya que la ahoguen,  y que Vicky y Meier sean felices para siempre.
Ariadne en "Mañana es para siempre"

Y con eso nos quedamos a la espera de "La Malquerida", que estrena (en México) el 2 de junio, a las 7pm por el Canal de Las Estrellas. En la señal internacional de ese canal la veremos apenas acabe "Quiero Amarte".




jueves, 15 de mayo de 2014

Especial Navideño 2013: Downton Abbey


Este especial navideño destacó (y superó a los anteriores) por tres factores: la acción se trasladó a Londres, con apenas unas viñetas en La Abadía; se integró la historia o micro- historia inglesa al guión dejando los problemas domésticos de los Grantham y allegados de ser el núcleo de la trama, y la noche giró en torno a uno de los eventos mas fabulosos de la aristocracia británica del ayer, la famosa Season londinense.



La Season de las Flappers
La Season (literalmente “temporada”) corresponde a un espacio anual que  inicia en marzo con la apertura de la Galería Real de Arte (a la que asistirán Mary y Charles Blake) y cierra en agosto con la semana de yates de Cowes. Entremedio, hay varios eventos sociales importantes como la Exposición Floral de Chelsea, la apertura de la temporada de opera, el match de tenis de Wimbledon, las carrera de caballos de Ascot, etc.

Desde La Restauración que la clase alta inglesa utiliza este periodo de tiempo para lanzar a sus hijas al mercado matrimonial. Primero, con una presentación al soberano del momento, luego con un baile en honor de la presentada. Estos dos sucesos en la vida de Lady Rose son retratados en el especial. En mi biblioteca tengo una sección dedicada la nobleza británica, y sea en ficción, autobiografía o historia social, la Season siempre juega un rol importante.


El mejor libro de esa colección es 1939: The Last Season of Peace de Angela Lambert. A pesar de que la obra se concentra en una “Season” puntual que marca el fin de una época  y presagia la Segunda Guerra Mundial, la autora dedica el segundo capitulo a una breve reseña cronológica del acontecimiento desde los días de Samuel Pepys hasta Los Locos 20’s, precisamente la época en que Rose es presentada en sociedad.

Lambert se detiene en esa Season porque Rose y sus contemporáneas son las madres de las debutantes que protagonizan su libro. Describe esa década como desenfrenada tal como aparecerá también en las primeras novelas de Evelyn Waugh. Algo que también hace Dame Babara Cartland, (quien tuvo su debut en 1920), en su autobiografía We Danced All Night. Este es el mundo de la posguerra, de las flappers (asi califica Mary a su primita), hijas y hermanas menores de héroes que cayeron en batalla. Debido a eso los jóvenes del Haute Monde londinense rezumaban ansias de  libertad y rechazo a los convencionalismos.



Era toda una cultura de gente joven alocada y ansiosa de pasarlo bien. Las debutantes que hacían reverencias al Rey Jorge y a su anciana esposa en realidad   se identificaban más con el Príncipe de Gales, mujeriego y parrandero. Y precisamente es Eduardo (David para sus íntimos) quien será una pieza clave en este especial de “Downton Abbey”.

A diferencia de un episodio común de la serie en que la perspectiva la proveen o las hijas de Conde o su servicio, esta vez vemos La Season enfocada desde el punto de vista de los parientes yanquis de Cora, Martha y Harold Levinson, y su valet. A mediados del episodio la perspectiva cambia y tendremos los POVs de los dos grandes monárquicos de La Familia Grantham, Robert y (¡Oh sorpresa!) Lady Rose quien, para variar, se siente culpable por su ultima metida de pata, una que puede hace tambalear a La Corona Británica.

Back in Downton, tenemos a una Lady Violet un poco apagada, una Isobel que sigue relacionándose con lord Merton (¡Que bueno!) y un Tom que sigue relacionándose con la maestra del pueblo (¡Qué Malo!). Sarah Bunting es insoportable, su idea de cortejo es ser agresiva con Tom, meterlo en apuros y burlarse cada vez que puede de Los Grantham. No me sorprendería que todo fuera una mascarada para atrapar a Branson, que se ha vuelto un soltero codiciado.


Por culpa de Sarah, que insiste en un tour de la Abadía, sin pagar y con sus dueños en Londres, Tom queda en entredicho con su tocayo Barrow que sorprende a la pareja en el segundo piso cerca de los dormitorios. Thomas intenta chantajear a Branson obligándolo a compartir el asiento de su Rolls Royce, en vez del lacayo viajar con el chofer como exige la etiqueta. Tom no entra en el juego y se niega. ¡Bravo, Tom!

Asi se acaban los misterios

En cuanto al gran Misterio de La Muerte de Green, estos son los adelantos. Mrs. Hughes encuentra un boleto de tren a Londres en un abrigo de Bates. La fecha coincide con la muerte de Green. El ama de llaves comete el error de compartir su descubrimiento con Mary. Digo error porque Mary (como me hubiera ocurrido a mi en su lugar) se llena de sentimientos de culpa y de dudas sobre cual es su deber. Error, porque como se lo hace saber a su ama, Mrs. Hughes aprueba el asesinato del violador (si realmente fue asesinato).

Para lo único que sirvió este enredo es para que viéramos lo excelente actrices que son Michelle Dockery y Phyllis Logan. Esta ultima estaba llena de ira sagrada (de ira escocesa que ya la hacia parecer un Rob Roy con ovarios) y Mary por una vez se ve debilitada, dominada por otro personaje.Al final Mary (recordemos con que rapidez y pocos miramientos por la ley ayudó a ocultar la muerte de Pamuk) hace lo que yo y Mrs. Hughes consideramos lo correcto, quema el boleto y no le dice nada ni a Bates ni a Anna.

Por supuesto no me he olvidado de Edith. Ha regresado de Suiza y (en palabras de Daisy) se ve más cansada que antes del viaje. Por dentro está hecha pedazos. Antes de entregar a su hija a los anónimos Schroeder, tuvo que amamantarla por cuatro meses (normas de salud suizas) lo que ha creado un lazo entre ambas. Ni Rosemund (con severidad) ni lady Violet (con humor) consiguen convencerla que lo mejor es olvidar a la criatura.


Para mayor complicación, ahora que se da a Michael Gregson por muerto o perdido (supuestamente cayó en una pelea de bar con Camisas Pardas y los Nazis escondieron el cadáver) Edith hereda su fortuna y su periódico. Le parece, y con razón, una sinvergüencería gozar de ese legado, cuando la legítima heredera está creciendo como Heidi entre cabras en Los Alpes.

Pero pasemos a la escena londinense. Para comenzar se nos permite conocer Grantham House, la mansión citadina de Los Crawley. El servicio domestico se ve reducido y Cora quien ha llegado a Londres en compañía de Baxter, Los Bates, Carson, James  y Moseley, se ve obligada pedir refuerzos del campo. Mrs. Hughes Daisy y Mrs. Patmore llegan al llamado del clarín. Mas adelante con Tom e Isis, llegarán Ivey y Barrow.

Los cazadores de fortuna y sus presas.

A Martha Levinson ya la conocimos la temporada pasada. Shirley McClaine sigue interpretando a la vulgar y bullangera matriarca, en eterna lucha con su némesis británica, Lady Violet. Francamente no me gusta ni el papel ni el modo en que Shirley la interpreta. Quien se traga la pantalla es Paul Giamatti como Harold, el hermano calavera de Cora. Un hombre cínico, un poco amargado, con fatal opinión de si mismo y una un poco peor de los demás, principalmente de las jovencitas caza-maridos-ricos.

Una de ellas es la Honorable Madeleine Allsopp (Poppy Drayton), hija del poco recomendable y súper tronado Lord Aysgarth (James Fox al que por primera vez veo sin mostacho desde “King Rat”) Madeleine se ha convertido en la compinche de Rose, pero provoca más simpatía y lástima que su hermana debutante. Madeleine es una de esas desdichadas criaturas que son la última mercancía que sus endeudados padres tienen para vender. Por eso la vemos acercándose, linda y jovencita, a un americano calvo, mucho mayor que ella y dotado de pésimos modales.


Sin embargo, Madeleine es lo suficientemente compasiva para no culpar y comprender a su padre, y lo suficientemente sagaz para ver lo que Harold se niega a reconocer, que es mejor persona que lo que aparenta ser. A final, de su estadía en Londres, ambos quedan en escribirse mutuamente. Mm, me dan ganas de shipearlos.


Menos suerte tiene Lord Aysgarth con la astuta Martha. Esta le confiesa que no le apetece un título  ni vivir con gente aburrida y pomposa. A cambio, lo invita a pasa una temporada con ella en Newport, y presentarle amigas que morirían por ser Lady Ayrgarth.

Entretanto, en las cocinas, Slade, el valet de los Levinson, es movilizado por Carson para ayudar a los lacayos a servir bocadillos. Un poco exagerada la actitud de Slade. ¿Acaso en USA los lacayos les meten la bandeja de hors d’ouvres a los invitados por la nariz y recomiendan los canapés?

Slade tiene más suerte con Daisy que se siente halagada con el cortejo del americano. Pero se lleva tremenda desilusión cuando Slade le propone irse con él a New York… ¡Pero de cocinera de Mr. Harold!

Rose y La Realeza

Rose y Madeleine van al Embassy Club, el sitio más chic de Londres y se encuentran con Lord Ayrgarth acompañado del Príncipe de Gales y Mrs. Freda Dudley Ward (la amante oficial del Heredero de la Corona, a punto de ser reemplazada por Thelma Furness y quien a su vez seria desbancada por la “in-famosa” Señora Simpson). A propósito, una anécdota off-camera, el hermano de James, Edward Fox interpretó al Príncipe de Gales en la miniserie de Los 70’s “Edward and Mrs. Simpson” y estuvo casado con Tracy Reed, nieta de Freda Dudley-Ward.

Las Dos Fredas. La verdadera y su intérprete Janet Montgomery
El retorno del Señor Sampson
Lord Ayrgarth no solo es un viejo tunante que anda ofreciendo a su hija al mejor postor. ¡Además es amigo del “Señor” Sampson!¿Lo recuerdan? El tahúr que casi despluma a los invitados de Robert y al mismo Milord. Ayrgarth lo trae a Grantham House y Cora no tiene más remedio que recibirlo. Freda comete la indiscreción de mostrarle a Rose una carta de amor de Edward. Rose comete la burrada de comentárselo a Sampson. Esta chica no tiene cerebro. Lo próximo es que Sampson se roba la carta con el siniestro propósito de chantajear a la realeza o hacer público el affaire de un futuro rey con una mujer casada.


Rose, apenadísima se lo cuenta a Robert.  Lord Grantham se manda un discurso en el que deja evidente su desprecio por la vida desordenada de Edward, pero también su obligación como monárquico de proteger al heredero del trono. Reclutan a Mary, que como siempre está dispuesta a ayudar. Idean un fantástico plan a lo “Tiempo entre Costuras”. Invitarán a Sampson a una partida de cartas en Grantham House, entretanto alguien registrará el departamento del chantajista. Se arregla la partida, a la que se agrega Lord Gillingham (previamente informado por Mary de lo que ocurre) y Tom que acaba de llega a Londres.

Barrow siempre tan odioso, le va con el chisme a Lord Grantham de que Tom se dio un revolcón con una tal Sarah Bunting en los cuartos de su familia política. Robert solo le pregunta a su yerno si tuvo visitas. Branson, incomodo, admite haber traído una amiguita a casa.

Mientras esto ocurre,  Mary, Rose y Blake van a la guarida del tahúr, pero antes necesitan de una nota supuestamente firmada por Sampson dándoles permiso para que el conserje les abra la puerta. La nota, por supuesto, la escribe y firma Mr. Bates, el falsificador en residencia de la Familia Crawley. A pesar de tanta ayuda, no encuentran nada. Obvio, Sampson no dejaría un documento tan delicado en casa.


Al conocer los resultados de la búsqueda, Bates decide entrometerse. Se ofrece a servir en el guardarropa. Cuando ayuda a Sampson a ponerse el abrigo le registra los bolsillos ¡y voila! La carta. Todos están inmensamente agradecidos a Mr. Bates. Lo ocurrido le confirma a Mary que no pueden dejar que cuelguen a un hombre con  tantos talentos. Es en ese momento que lanza a la chimenea el boleto delator.

Bailé con el Príncipe de Gales
Mas tranquila, La Familia Crawley se prepara para lanzar en sociedad a Rose (que ya está más que vista por todo Londres).  Antes viene la presentación en La Corte. Algunos anacronismos y chascarros. Cora presenta a Rose con sus Majestades Jorge y Mary. Normalmente la debutante se separaba de su presentadora para hacer su reverencia ritual ante el monarca reinante. Por eso era una experiencia que aterraba a muchas presentadas. Aquí Cora va con ella hasta el trono.

Puedo pasar que El Príncipe de Gales comente que Lady Rose es la hija de un tal “Shrimpie” que tan bien trató a Edward durante su reciente visita a La India, y considera una licencia poética el que El Rey se detenga conversar con la presentada. En la vida real, se hubiese visto feo que el monarca prestase tanta atención a una debutante en particular.


Lo que es imperdonable es que después de doblar la rodilla, presentada y madrina den tres pasitos hacia atrás y se vuelvan dándole la espalda a los reyes. La etiqueta exige que jamás se de la cola al monarca. Lo normal es que hubiesen seguido retrocediendo de frente hasta estar lejos de la vista real y ahí dar la vuelta. Asi como lo hace Helen McCrory (Mrs. Tony Blair) ante Helen Mirren (Reina Isabel) en “The Queen”.

Otro detalle que me chocó es que Rose vista de rojo para su baile. Lo normal es que la debutante vistiera blanco o un tono pastel. No es un detalle importante puesto que esa noche, Rose se convertirá en La Reina de la Season gracias a una visita inesperada.

Minutos antes que comience el baile, El Príncipe de Gales, Freda y su entourage se dejan caer en Grantham House. Tras las reverencias apropiadas y el sobresalto inicial, Edward pide disculpas por ser invitado de piedra y pide permiso de su anfitriona para abrir el baile con Rose.


Mientras los veo girar en un vals entiendo la cara de hechizada de Rose. Por más de una década el futuro Duque de Windsor fue el gran “chongo” de las jóvenes inglesas. De acuerdo a las leyes de sucesión inglesas, el Príncipe de Gales puede desposar a cualquier mujer, siempre y cuando no sea católica, judía (por alguna extraña razón puede casarse con una musulmana) o divorciada. Eso tenía hasta las dependientas de tienda y telefonistas soñando con usar corona. Sentimiento que se transmite en una popular canción de entonces que dice “Soy la chica más feliz del mundo. Bailé con un hombre que bailó con una chica que bailó con El Príncipe de Gales”.


Mientras observan a la pareja, Blake le pregunta a Frida cómo consiguió traer a su amante a esta casa. Freda dice no haber enterado al Príncipe de su desliz con la carta. Solo le ha dicho que tendrá que estarle eternamente agradecido a Rose porque lo ha salvado de una grande. “El es muy leal” agrega Mrs. Dudley-Ward. “Y yo también, Freda” responde Charles.

En ese momento no entendí a que se refería, pero más tarde se explica cuando Tony Gillingham lleva a Mary aparte y vuelve a hablarle de amor. Mary vuelve a recalcar que no está lista. Tony teme que Charles le esté comiendo el mandado. Mary le lanza una mirada de sorpresa. Sera todo simpático que parece, pero Charles Blake y ella están en lados opuestos de las barricadas. El caballero andante dentro de Lord Gillingham sale a la superficie. Debe confesar algo.  Charles heredará algún día vastas propiedades en Irlanda del Norte. Algún día será Sir Charles Blake. Es, de hecho, mejor partido que Lord Gillingham. Mary admite que eso cambia las cosas. Mas tarde, Mary le pregunta a Charles porque le ocultó que venía de alta cuna. Blake confiesa que quería ganársela por si solo. Mm, a mí ya me ganó.


No, sin mi hija
Esa noche, en el baile, Lady Violet arrincona a Tom y le señala los invitados. Esa es la familia del chofer, su gente. Tom concede que son sus parientes, pero no es su gente. La Condesa Viuda lo desafía a que le demuestre lo contrario. A lo que el ex chofer responde con otro desafío, invitándola a bailar. La Dowager acepta.


Tom busca a Edith y le dice que aunque amen a Los Crawley, no deben dejarse atropellar por ellos. Es todo lo que necesita Edith para actuar. Se acerca a su tía y a su madre y les anuncia que a la mañana siguiente regresa a La Abadía. De ahí emprenderá un viaje al continente. La tía Rosemund se queda muda de espanto. Cora pregunta si el viaje tiene al que ver con Michael Gregson. Edith sonríe y asiente, el viaje se relaciona principalmente con  Michael Gregson.

Lo  sigue una escena de Edith y Mr. Drew en La Abadía. Ya tienen todo arreglado. Drew le contará a Mrs. Drew (que según el marido adora los niños y no le molestará encargarse de una niña ajena) que es la hija de una “amiga”.


Edith le dice a su salvador que la niña es en realidad hija de “una amiga” de ella, pero que nadie debe conocer su vínculo con la criatura porque sus padres no aprobaban esa amistad. Es un cuento tan chino que Drew rápidamente descubre la verdad. Le dice que jamás deben compartir su secreto con nadie. “Solo quiero ayudarla a Ud. Milady y a la pequeña”. Edith se conmueve y casi llorando dice que la alegra saber que todavía hay gente buena en el mundo.

¿Pero es realmente Drew tan bueno? ¿Terminará enamorándose de la madre de su hija adoptiva? ¿Cómo explicará Edith su interés en una campesinita? Todo esto se ve color de hormiga y me hace desear ya que comience la próxima temporada. Sin duda Lady Edith, con todas sus fallas, es mi personaje favorito.

Un día de playa
La siempre considerada Cora decide que los criados han trabajado en exceso y se merecen un día de asueto. Después de mucho deliberar, Carson accede a llevarlos a la playa. Antes, Moseley habla con Miss Baxter. Le dice que ha deducido que Barrow la chantajea. No le interesa sabe qué secretos oculta su pasado. Solo quiere darle un consejo, dejar que Barrow la domine la convertirá siempre en esclava de su chantajista.

Con este consejo, Baxter se saca de encima a Thomas. En la playa, le dice que haga lo que quiera. Ya no le teme. Barrow se va indignado, y Moseley se sienta al lado de la dama que obviamente está cortejando.
Ella le dice que sus las palabras le han dado fuerza. “Su fuerza es mi fuerza, Mr. Moseley”. ¡Ohh que romántico! Moseley se ve patidifuso “¿Mi qué?” Ya hombre, acepta que eres mejor de lo que crees.



Slade se le declara a Daisy. Lo del puesto de cocinera era para tenerla cerca. Halagada, Daisy rechaza la oferta. Sus sueños no son los mismos de Slade. Ivey ve escaparse una oportunidad y mete baza. Termina convenciendo a Slade de llevársela como cocinera de Los Levinson.


El especial acaba con un inhibido Mr. Carson con los pantalones arremangados siendo llevado al mar por Mrs. Hughes. Muchos han visto esto como un foreshadowing de romance. Digamos que no voy a estar esperando la Quinta Temporada por verlos darse un beso o no dárselo, que ya recuerdo “The Remains of the Day”.


¿Por qué quiero estar viva para ver la Quinta Temporada de Downton Abbey? Edith, Edith, Edith. Quiero verla manejar lo que le dejó Michael. Quiero verla con su hija. Quiero ver qué va a pasar por Drew.
Obvio que Thomas se va a vengar y que sabremos el secreto de Miss Baxter. ¿Fue prostituta? ¿Estuvo en la cárcel? ¿Es una ex alcohólica? No me interesa, pero si quiero creer que ella y Moseley vivirán su historia de amor. También quiero ver a Mary con Blake, a pesar de que los rumores dicen que se convertirá en Lady Gillingham. Más me ilusionaría saber que Isobel será la próxima Lady Merton.

Quienes no me interesan para nada son Tom y Sarah Bunting. La detesto, Me gustaría que le saliera alguna rival a camino. Aunque fuera Rose. A pesar de que ya es voz publica que la actriz Lily James se retira de la serie al final de la próxima temporada.

Los vestidos de la noche
Obviamente todo lo usado por Rose. Su precioso vestido de Presentación blanco con falda acampanada y bordado en pedrería fue exactamente lo que imagino es lo que debe llevar una debutante para conocer a su rey.
Freda, Madeleine y Rose


 El mismo diseño utilizó Rose  para su vestido de  baile, a pesar del inhibidor color fucsia es un modelo muy interesante con esos apliqués florales en falda y los Mary Jane dorados.




Pero mi favorito de la noche fue este sencillo chemissier en muselina blanca que lució la virginal Madeleine para su picnic con Harold Levinson.

domingo, 4 de mayo de 2014

Murió Green: ¿Accidente o Asesinato?: Fin de temporada de Downton Abbey


El final de la Cuarta Temporada de Downton Abbey viene repleto de amores que acaban y otros que inician.  Y una feliz reunión familiar en el bazar del pueblo termina con la noticia de una muerte que puede ser un asesinato.

Amores que acaban
Los padres de Alfred han fallecido lo que motiva su regreso a Yorkshire. Antes le escribe a Ivey para pedirle matrimonio. La propuesta, que nace de lo simpática que estuvo la pinche de cocina la última vez que se vieron, preocupa a Ivey. Mrs. Patmore es pragmática. Si su ayudante no quiere casarse, no debe casarse. Aunque cuchichean, Daisy las descubre. Se indigna al saber que Ivey nuevamente romperá el corazón del hombre que ama.

Mrs. Patmore Y Mr. Carson deciden que por el bien de Daisy no debe estar ahí cuando venga Alfred.  (Ay, no me imagino un empleo donde mis jefes estén preocupados de mis asuntos sentimentales).La mandan a un picnic con su suegro. Como siempre, Mr. Mason está de ver a Daisy, pero le dice que es su deber despedirse “bien” de Alfred. “No habrá mucha gente que ames en la vida”.



Alfred llega a las dependencias de servicio  y  recibe cortésmente sus calabazas. Se da cuenta que ha malinterpretado a Ivey y despreciado a Daisy. Se pone triste al saber que ella no está. En eso llega Daisy, viene corriendo, temerosa de que Alfred ya se haya marchado. Le hace entrega de un canasto de viandas para entretener el estomago durante el viaje.

Alfred hace un amago de proponerle algo romántico, pero Daisy lo detiene. “Te amé” dice, pero su amor quedó en el pasado. Quiere despedirse ahora, pero solo como amiga. Alfred  se da cuenta de lo perdido, y asegura que no volverán a verse. Luego que se marcha el ex lacayo, Mrs. Patmore viene corriendo a consolar a Daisy. “Si fueras mi hija, no estaría mas orgullosa de ti”. Otra vez, “Downton Abbey” me muestra lo valioso de las relaciones entre mujeres, aunque sean supervisoras y  empleadas, amas y criadas.



Amores que comienzan
Lay Violet muy alborotada manda llamar a Isobel. Necesita de su ayuda para otra pequeña crisis doméstica. Lord Merton, el padrino de Mary, viene de visita. Con Robert en USA y Cora ocupadísima con los preparativos del bazar local, no hay quien lo reciba. La Señora Crawley acepta acompañar a la Condesa Viuda a un almuerzo para entretener al visitante.

Lord Merton resulta ser un caballero bien conservado, de trato ameno y que simpatiza con Isobel. Insiste en acompañarla su casa. En el camino mete la pata al preguntarle a Isobel por Matthew olvidando que ha muerto. ¿Qué tipo de padrino es este? No fue a la boda ni al funeral y nunca conoció a marido de la ahijada.
Un poco avergonzado, a despedirse, Lord Merton le cuenta a Isobel que nunca se llevó bien con su mujer.


A día siguiente, Lady Violet llama a su némesis. Lord Merton le ha enviado un hermoso bouquet de flores con una tarjeta que la Dowager por supuesto ha leído. En ella Merton se disculpa por su falta de tacto. ¿Romance ad portas para Isobel?

Otro que anda de posible romance es Tom Branson Estando con Isobel, se reencuentra con La Maestra Sarah Bunting, la chica que conoció en Ripon. Ahora ella ya sabe que Tom es el yerno de Lord Grantham. Insinúa de un modo un poco pesado que Tom ha vendido sus intereses políticos para ser miembro de la oligarquía. Sorprendida ante la falsedad del ataque, Isobel defiende al viudo de Sybil.



Días más tarde, Branson se encuentra a la maestra en la carretera. Su auto ha sufrido un desperfecto. Se sorprende al saber que Tom fue chofer. Le pregunta por qué sigue con Los Grantham. Tom responde que en parte es por su hija, por otro lado, ellos lo han hecho un miembro de la familia Miss Bunting dice que  eso habla bien de los dueños de Downton Abbey, pero que en general a ella no le gusta “ese tipo de gente”. Tom le responde que él no cree en “tipos” pero si en “gente”.

La pareja vuelve a verse durante los preparativos del bazar. Como todos en Downton, Tom está de cabeza ayudando a Cora. Miss Bunting lo ve y burlona dice que los Grantham lo tienen convertido en “una bestia de carga”. Se acerca Cora con los brazos cargados de maceteros. Apenas intercambia algunas palabras con la maestra y no llega a presentarse. Cuando se marcha, Tom le revela a la sorprendida Sarah que esa era su suegra. “También es una bestia de carga” agrega.


El último romance inicia en las cocinas de la Abadía. La Señorita Baxter entabla amistad con Moseley. Su primera intención era descubrir más sobre la relación Anna-Bates, pero pronto comienza a simpatizar con el lacayo. Moseley devela su lado sensible al notar lo solitaria y retraída que es la doncella de Lady Grantham. Se le acerca y le dice qué sabe lo que es sentirse vulnerable. “Me he sentido vulnerable toda la vida” dice Moseley. Añade que aunque no quieran mucho a Barrow en las dependencias de servicio, eso no significa que Baxter no sea bienvenida.



Mas adelante, Baxter comenta lo afortunado que es Mr. Moseley por haber crecido y  vivido siempre entre amigos y gente que la apoya. Moseley se sorprende, nunca había pensado en lo afortunado que es. A final del capitulo, Tomas regresa e inmediatamente interroga a su cómplice. Están en el bazar y Baxter le dice que no ha ocurrido nada digno de mencionar. Barrow con gesto amenazador le recuerda que si le oculta algo, él lo sabrá. Moseley se acerca y con gesto protector se lleva a la doncella.


El breve compromiso de Lady Rose.
Rose cita a su músico en el pueblo. Tom los sorprende muy cariñosos en un salón de té,  se lo cuenta a Mary quien finalmente debe interrogar a Rose. Pero la primita es quien sorprende a lady Crawley cuando anuncia súbitamente que está comprometida y va a casarse con Jack Ross.


Mary, por una vez, no sabe que decir. Rose se ve tan contenta. Habla de su amor, habla de que no le importan los prejuicios ni el que dirán. Pero al final de su gozoso y fogoso discurso suelta un “Y ya quiero ver la cara de mi madre cuando se entere”. Ahí Mary se da cuenta (y nosotros también) de que lo que Rose busca es herir a su madre.

Mary entonces parte a Londres a ve al músico. Es una reunión típica de “Downton Abbey”, muy cortes, muy civilizada y muy dolorosa. Mary le dice a Jack que el verdadero motivo por el cual Rose quiere casarse con el es para escandaliza a Lady Flintshire. Jack sonríe. Su madre sospecha lo mismo. Mrs. Ross tampoco quiere el matrimonio.

 Mary dice temer que Rose tan feliz ahora no soportara lo que sucederá tras su matrimonio. Jack la detiene No piensa casarse con Ross. No le teme al mundo, pero ama demasiado a la chica para exponerla a humillaciones y agravios. Mary se va tranquila, pero un poco triste Mr. Carson tenía razón, Jack Ross es “un tipo decente”.

Un viaje a Suiza

Mary decide que quien cuidará a sus cerditos será el Señor Drew, el inquilino al que su padre ayudó. Va a hacerle la oferta en compañía de Tom e Edith. Drew acepta con gusto. Edith le hace muchos ojitos, y recodando su propensión romántica por granjeros casados, pensé...pero no, Lady Edith quiere a Drew para que adopte a su bebé, y lo crie con los chanchitos. Así se lo hace saber a su tía que se ha presentado súbitamente en Downton Abbey.



Rosemund es de la opinión que al niño hay que regalarlo en el extranjero. Le ofrece a su sobrina llevársela a Suiza para ocultar su vergüenza allá. Cora y Mary se sorprende al saber que su tía pretende irse a Suiza a aprender francés y aun más cuando Edith se ofrece de dama de compañía de Rosemund. . La Condesa no se traga ese cuento. Hace venir a su casa a su hija y sobrina. “A ti no te interesa aprender francés” le dice a Rosemund y exige la verdad. Edith casi rompe a llorar. “Abuelita si te lo cuento, no volverás a hablarme en tu vida". La Condesa Viuda suspira. Con eso Edith confirma sus temores. Ahora quiere detalles.


Por una vez La Dowager concuerda con su hija. Edith debe parir y entregar a su hijo en Suiza. Lo de Drew es una locura. El puede irse de lengua, la cercanía con su hijo puede hacer que Edith suelte su verdad, el niño puede parecerse mucho a su madre, etc. Ofrece pagar todos los gastos del viaje  y se decide que Edith no tendrá que contarle nada sus padres. A pesar de que agradezco el apoyo de Lady Violet y su hija a Edith, y aplaudo su amplitud de mente al evitarle reproches, el pragmatismo y frialdad con el que disponen de un bebé que es de su sangre, me resulta frio y cruel.


Lady Mary tiene las manos llenas
Mary no da abasto, aparte de la granja, de arreglar los entuertos de Rose, de lidiar con romances, sique ocupada con lo de Anna. Lord Illingham regresa a Downton. Ha notado que Blake está haciéndose un espacio en el corazón de La Viuda Crawley y no quiere ceder su puesto. Blake se anota un punto cuando se muestra cariñoso con el pequeño George. También se anotó un punto conmigo. Los ingleses no suelen ser muy cariñosos con los niños.

El regreso de Tony Illingham va acompañado de la siniestra presencia de su valet. Incapaz de contenerse por más tiempo, Anna se sincera con su ama: Green la violó. Mary vuele a enfrentar un dilema. Su sentido de justica la obliga revelar a Tony el tipo de maleante que se encarga de su guardarropa, pero termina por ceder ante los ruegos de Anna.


Cuando Mary (y su doncella) va a Londres a solucionar los enredos de Rose, acepta una invitación a tomar té con Lord Illingham. Este ya ha decidido romper su compromiso, a pesar que May no desea se presionada Todavía no se siente lista para abrir su corazón. Sin embargo, astutamente (nieta de Lady Violet después de todo) utiliza su poder sobre Lord Illingham para exigir que despida a su criado Así sin preguntas y sin explicaciones. Hay algo de medieval en el modo en que May solicita un favor de un pretendiente a que ni siquiera da esperanzas pero Tony es lo suficientemente caballeroso para cumplir el mandato de su dama Total, Green nunca le cayó bien.

Mary regresa mas tranquila a Downton. Anna descubre que en su ausencia su marido se tomó un día de asueto.  Bates es evasivo en revelar que hizo ese día.


Otra buena noticia es que Napier se retira como buen perdedor, dejando de importunar a Mary con su presencia Quien se rehúsa darse por vencido es Blake, a pesar de que Mary también le da su boleto de despedida, pero el socialista no es de los que se retiren sin da pelea.



Para  alegría de toda la familia, Lord Grantham retorna en medio del bazar. Lo que parece va a ser un día perfecto se ensombrece con la llegada de un Tony Illingham muy alterado. Lleva a su dama aparte y la informa que Green ha muerto. Tuvo un accidente fatal y fue arrollado por un carro. Aunque, hasta el momento nadie sospecha que fuera algo premeditado, Lord Illingham desconfía. Le dice a Mary que no puede evitar vincular la muerte de su criado con su exigencia de que lo despidiera.

Mary también entra en sospechas. Se altera muchísimo y se aleja de Tony que viene a perturbarla. En eso se le acerca Charles. Mary de sopetón le hace una pregunta hipotética y enredada. Si supiera que alguien cometió un crimen, pero tuvo buenos motivos para hacerlo, ¿lo acusaría o callaría? Casi ni terminada la pregunta y Blake responde que callaría. En ese momento le hubiera dado un abrazo y casi creo que Mary también tuvo ese impulso. A  veces necesitamos que nos digan lo que queremos oír.


No me gusta la orientación que esta tomando Downton Abbey. Parece que la próxima temporada será de sospechas y un sospechoso. ¿De nuevo tendremos a Bates en la  cárcel? No es como para desear que pase un año pronto. La decisión de Edith de regalar a su hijo tampoco es un prospecto muy alegre para una Quinta Temporada en que lo más prometedor es la relación de Miss Baxter y Mr. Moseley y la posibilidad de Isobel de convertirse en Lady Merton.

Los Grantham se han vuelto una familia aburrida, y su servicio tampoco tiene historia que contar. Pareciera que todos están ahí (incuso Mary) para atender los asuntos ajenos. Y esos asuntos no son muy atractivos: La tragedia que se cierne sobre Los Bates, la próxima locura de Rose, tal vez una visita de los parientes americanos. Cuál es el gancho para que sigamos sintonizados a los quehaceres de Downton Abbey?

Los modelos de la noche
En algo no defraudó este final fue en moda femenina. Aunque repitieron muchos vestidos, el vestuario estuvo de infarto. Desde la gasa azul noche que luce Edith para  contarle su pecado a la abuela, hasta el tres piezas  bicolor que lleva Mary para demandar la cabeza de Green, los vestidos dejaban el ojo cuadrado.


Per mis predilectos son esos tres que Las Crawley y la Prima Rose eligen para ir al bazar. Los tres son parecidos, camiseros veraniegos con mangas capa (sin mangas el de Edith) en telas ligeras y tonos pastel. Mary ha abandonad el luto y viene de gis perla, Rose optó por el color sandia e Edith luce virginal en rosa. Los de Mary y Rose tienen corte en la cadera y falda semi evasee. La diferencia está en el detalle. El de Mar tiene entresacados de encaje, el de su pimita tiene aplicaciones y moños en las caderas. El de Edith es de estilo semi trapecio, con falda de doble capa, tiene un poco de broderie  floral. Todo ayuda a disimular su quinto mes de embarazo.  Los completan con pamelas blancas y zapatos May Jane.