domingo, 20 de julio de 2014

Detectives de antaño en Film&Arts: Para seguir este invierno


Entre HBO, los canales europeos y El Canal de Las Estrellas, he dejado de lado a Film&Arts, pero este julio viene cargado de esos policiales tan británicos, elegantes e ingeniosos, que además califican como historical whodunits, o sea misterios en marco de época. Aunque solo uno es un estreno, todos merecen una reseña para apreciar un género que nunca pierde popularidad.

Julio ha sido el mes que Film&Arts ha elegido para el estreno de “Father Brown, Detective “. Basada en el popular personaje de Chesterton, la historia sigue las experiencias de un sacerdote católico que en la campiña inglesa resuelve crímenes y encarrila a los pecadores. La serie ha sido trasplantada de su marco original Pre-Gran Guerra a los 50’s. Al curita-detective lo interpreta Mark Williams, mejor conocido como el patriarca dela familia Weasley de Harry Potter.


De similar estilo es la reposición de la cuarta temporada de “Agatha Christie´s Marple” que sigue los casos de otra de las icónicas detectives de Agatha Christie. Menos exótica y sofisticada que la anterior “Poirot”, “Miss Maple” protagonizada por Julia Mackenzie  (quien heredó el rol después del fallecimiento de su predecesora Geraldine McEwan) transcurre en el ficticio pueblito de St. Mary Mead y otros diversos puntos de la zona rural inglesa (también en los 50’s) donde la adorable ancianita se tropieza con crímenes que debe resolver con su usual mezcla de astucia y sentido común.

Totalmente diferente es “Endeavour, The Young Morse”. Como su nombre lo indica es una visión del pasado del famoso Comisario Morse, cuyas aventuras le atrajeron fama  y seguidores a finales del siglo XX. Aunque "Morse" estaba basada en las novelas de Colin Dexter, "El Joven Morse" (Shaun Evans) es una idea  del productor Russell Lewis inspirada en la información que el autor nos diera sobre el detective gruñón, alcohólico y musicólogo. Asi conocemos al veinteañero Endeavour en sus inicios con la policía oxoniana,  en plena Era de los Beatles. Nos enteramos de los motivos  para su expulsión de Oxford, su retiro de un cuerpo elite del ejercito  y las desilusiones que lo llevarán treinta años más tarde a ser un romántico fracasado, medio misógino, cínico y muy amigo de la botella.


Estos tres dramas detectivescos comparten la cualidad de ser period pieces. También pueden, hasta cierto punto ser calificados como cozies ya que en ellos no hay espacio para sangre ni para asesinos en serie o casos patológicos. La mayoría de los crímenes  son pasionales o provocados por la codicia. Los criminales son gente normal, a veces incluso educada y de clase alta. Más que la resolución del misterio lo que importa es el desarrollo de las personalidade,s tanto del delincuente como del detective que lo vigila, y por supuesto, el ambiente que propicia el crimen.

Tanto el Padre Brown como Miss Marple habitan una Inglaterra bucólica, suspendida en el tiempo, obligada a regañadientes a tolerar reformas sociales, y siempre perseguida por el fantasma de la Segunda Guerra Mundial. El haber trasladado a los 50’s al detective de Chesterton permite incluir una criada que también es una refugiada polaca y, en el cuarto episodio, el Padre Brown debe enfrentar los prejuicios y los amargos recuerdos de una comunidad que se niega a recibir a un sacerdote alemán.

El caso de “Endeavour” es diferente puesto que transcurre en una época de cambios y crisis para la sociedad británica. Aun asi, el meollo de los episodios es la idiosincrasia del mundo académico en donde serán invaluables los conocimientos de Morse sobre como funciona esa cerrada y tradicional comunidad universitaria.


Tal como no hay sangre tampoco hay sexo gráfico, aunque el contenido erótico es intenso y refleja más la sensibilidad del Siglo XIX que los libros que han inspirado a las tres series. En el primer episodio de “Endeavour”, Morse se enfrenta a un círculo de pilares de la sociedad de Oxford que organizan fiestas donde el plato principal son jovencitas, menores de edad.

En “Un bolsillo lleno de centeno” que abre la tercera temporada de “Miss Marple” hay tres escenas de índole sexual, pero el mayor cambio ha tenido lugar en el Padre Brown. En el primer episodio de la serie “El Martillo de D-s”, el cuento original ha sido alterado haciendo que el asesino (un ministro protestante) mate a su propio hermano tras descubrir que es bisexual. Chesterton debe estar brincando en su tumba ya que su curita es muchísimo mas tolerante que en las novelas originales. Asi vemos al Padre Brown aceptar con gran amplitud de mente los pecados de sus vecinos sean estos adulterio, cmunismo o sodomía. No se puede esperar más cuando su principal feligresa es la deliciosa Lady Felicia que, aun casada con el conde local, no se reprime para sostener affaires con cualquier varón atractivo que aparezca en su pueblo.
Nancy Carrol como Lady Felicia


Aparte del misterio y del vestuario, las seriales inglesas tienen la virtud de presentarnos actores conocidos o reconocibles de otros shows o del cine. Ya en el primer episodio de “Padre Brown”, el principal sospechoso fue Barry Sloane (el Aiden Mathis de “Revenge”). Pero la que se lleva el trofeo en este aspecto es “Miss Marple” ya que  sus aventuras tendrán como protagonistas desde antiguas glorias del cine británico como Sylvia Syms y Joan Collins hasta los siempre vigentes “troneros” Natalie “Maergery” Dormer y Stephen “Stannis” Dillane. ¿Qué se puede decir de una serie donde los inspectores con los que tiene que lidiar la astuta viejecita son interpretados por Matthew Macfadyen y Hugh Bonneville entre otros?
Natalie Dormer en "Miss Marple"


Un detalle que es casi lugar común en la literatura policial es que siempre el o la detective se ven obstaculizados en sus pesquisas por algún amable, pero torpe, policía. Estos inspectores némesis suelen aparecer en el camino tanto del Padre Brown como del de Miss Marple. En el caso del joven Morse, siendo él un representante de la autoridad, ocurre algo más grave. Antes que detectives torpes, tanto Endeavour como su mentor el Inspector Thursday, deben hacer frente a una policía corrupta.
Matthew Macfadyen junto a Miss Marple en "A Pocket Full of Rye"


Hablando de inspectores y de misterios de época no puedo cerrar la reseña sin mencionar que Film&Arts está repitiendo por tercera vez la primera temporada de “Miss Fisher's Murder Mysteries”. Espero que sea una señal de que por ifn podremos ver la segunda temporada. Sobre todo ahora después de la buena noticia. Hace un mes se ha hecho oficial. La ABC (versión australiana) dio la luz verde para una tercera temporada de las aventuras de la intrépida Phryne Fisher.

Para ser francos, yo, la más pesimista de las personas, me había dado por vencida y no creía que seguirían con la serie, pero hay que aplaudir el tesón de los seguidores de Miss Fisher en cuatro continentes que convencieron a la cadena de renovarla. Espero que en esta tercera temporada si ocurra algo entre Phryne y Jack. Ya la tensión sexual entre ese par nos trae locos a los shiperos.


Hablando del Inspector Robinson, seguir los primeros capítulos por tercera vez me ha dado la oportunidad de ver tres episodios que cuento entre mis favoritos: “Death in Victoria Docks; “Raisins and Almonds” y “Ruddy Gore”. Aparte de ser fundamentales para reflejar la  libertad sexual de la protagonista, delinean el perfil de Jack, otorgándole voz y personalidad propias a la vez que lo alejan del cliché del inspector incómodo por la sapiencia de un amateur, que asi lo  describe Kerry Greenwood en sus libros.

Pueden ver a Jack y a Phryne todos los viernes; pueden asistir a una misa dominical vespertina  con el Padre Brown, y Miss Marple y Endeavour Morse prosiguen sus investigaciones los lunes. Por supuesto, todo por Film and Arts.

domingo, 13 de julio de 2014

Revenge: Final de La Tercera Temporada


“¡Lo lograste, Ems!” exclamaba alborozado Nolan en el penúltimo capitulo de “Revenge”, cuando Conrad fue arrestado. Pero la expresión melancólica e incrédula de la verdadera Amanda Clark lo dijo todo. El conseguir la venganza no conlleva la felicidad. La justicia siempre cobra un precio y toda esta temporada Emily/Amanda ha estado pagando por el privilegio de limpiar el nombre de su padre.

Fue una temporada de pérdidas para Amanda. Todavía recuperándose de la muerte de la verdadera Emily Thorne, y en el espacio de unos meses, la Condesa de Montecristo de Los Hamptons perdió marido, la posibilidad de ser madre y al amor de su vida. Sin contar conque fue humillada púbicamente y tiene cero perspectivas de recuperar el cariño de su hermana Charlotte.

Fue una temporada de nuevos personajes y de nuevos desafíos para Emily y su equipo de vengadores. Algunos personajes regresaron para salir rápidamente como Lidya, y el pobre Patrick que solo estuvo el tiempo suficiente para alborotar las hormonas de Nolan y matar a su padre biológico. Otros aparecieron nada más para largarse con el rabo entre las piernas como el iluso Javier que traicionó a Nolan y fue traicionado por Daniel.
Javier y Charlotte, tal para cual. Dos personajes inútiles.


Si  Patrick conoció a su padre solo para matarlo; Jack conoció a su madre para verla caer nuevamente en le alcoholismo y tuvo que salir con ella a rastras hasta California antes que Victoria la ahogara en una botella. Pero el regreso mas espectacular fue el de David Clark que en la ultima media hora hizo una aparición fantasmagórica en el medio de un a carretera solitaria y, aparentemente, mató a Conrad Grayson. ¡Pobre Conrad! De todos los villanos de esta historia fue el único que me inspiró lástima. El único consiente de su maldad.
David Clark  resucita


Cualquier compasión o cariño que podía sentir por Victoria murió junto con su última victima, Aiden Mathis. Lo que me exasperó de Victoria (como siempre una Madeleine Stowe incomparable) fue esa capacidad para sentirse mártir. Creer que matar al amor de Emily era un justo castigo por la muerte de Pascal es casi señal de deficiencia mental. Pascal era un malhechor. Lo mató Conrad, y la participación de Emily fue accidental. Y para cumplir con el bíblico adagio, “ojo por ojo”, entonces Emily tendría que haber provocado la muerte de padre de Victoria, haber matado o enviado a la cárcel a sus amigos, y haberla tenido en una correccional por una década antes de  encerrarla en el manicomio.


Sin embargo, hubo justicia poética en el modo en que Emily utilizó las mismas torturas que Victoria le infligiera para castigar a su enemiga. Victoria atormentó a la pequeña Amanda a través de una siquiatra corrupta. Esa misma doctora fue quien se encargó de diagnosticar la locura de Mrs. Grayson y de recluirla.


Fue una temporada redonda, llena de momentos extraordinarios en que creímos que Victoria ganaría ese duelo contra Emily. Casi lo logró con ayuda de su hijito Daniel, que salió más sucio que inodoro de motel. Daniel casi mató a Emily durante su banquete de bodas. La bala que le disparo en el vientre destruyó las posibilidades de su esposa de ser madre, tal como Victoria destruyó, al asfixiar a Aiden, las posibilidades de Emily de casarse con el hombre que amaba.


Victoria además se encargó de sacar a Emily de su familia, y brevemente de su vida, gracias a una revelación por Internet de los medios que se valió su nuera  para atrapar a Daniel. El escándalo fue mayúsculo. Estalló justo cuando todos los Grayson, incluyendo a Emily asistían a una gala en la Metropolitan Opera House. La escena de la desesperada Ems como Cenicienta a medianoche descendiendo por las escalinatas del Met, y perseguida por paparazzi, es la imagen más potente de esta temporada incluso más que la de ella malherida cayendo al Atlántico aun en su vestido de novia.


Emily sobrevivió al intento de asesinato por parte de su esposo, pero otros no tuvieron esa suerte. “Revenge” sigue pareciéndose a “Juego de Tronos” en el conteo de cadáveres. Este año, vimos  a Victoria impulsar a Patrick a cometer parricidio; Oscar Champan fue silenciado por Pascal, quien, a su vez, tropezó con una hélice gracias a un empujoncito de Conrad, él que a su vez término con una puñalada en el hígado de la que no creo nadie sobreviva.
¿Murió Conrad?


Por supuesto, que la muerte más llorada es la de Aiden Mathis. No me imagino como Emily podrá sobreponerse a  esta pérdida. Es admirable su autocontrol. Tuvo la cabeza fría para planificar el internamiento de Victoria en un manicomio. Yo la hubiera matado, “Ems” se contentó con darle con una pala en la cabeza. Pero me temo que su némesis no estará mucho tiempo encerrada. Y Emily se está quedando sin aliados. Aiden muerto, Jack en la cárcel y Nolan ahora vinculado inexorablemente a Gideon Le Marechal, que parece ser lo peor de su familia.


Lo más desagradable de este año fue la aparición de Los Marechal. Pascal era un tipejo muy poco recomendable. Si no hubiera perdido (literalmente) la cabeza, hubiese hecho infeliz a Victoria, no que ella no lo mereciera. Me encanta que Gideon  vaya a chantajear a Daniel, pero ni a mi ni a Nolan, nos gustan sus métodos.

Pascal entre dos enemigas

En cuanto a Margaux Le Marechal, me caen mal  el personaje y la actriz. No acaba de convencerme de su decencia si es que tiene tal cosa y me molesta el tiempo que hizo perder a  Jack. Aunque si hablamos de perder el tiempo, la campeona es Charlotte. Es el personaje más inútil de la serie, totalmente tonta, al lado de ella, Sansa Stark es una lumbrera. Para colmo, no sabe en quien confiar, es nula juzgando gente y su única utilidad fue servir de percha para que le colgaran un micrófono con el cual incriminaron a Conrad. Aunque supiera que Emily es su medio hermana, no le serviría de mucho.

Sin Aidan, con Ross atrapado en la red de Gideon, con Charlotte en el bando enemigo, y Jack tras las rejas, Emily no tendrá quien la ayude. Y algo me dice que la resurrección de su padre le va a traer más problemas que soluciones


¿Qué te pareció el final de la Tercera Temporada de Revenge?

domingo, 6 de julio de 2014

Ray Donovan: Una tragedia americana


Faltan unas semanas para el estreno de la segunda temporada de “Ray Donovan” en HBO Latinoamérica, y es hora de comentar uno de los pocos aciertos televisivos del año pasado. La serie de Showtime, aunque se desliza por el área de los dramas gansteriles, expone el lado oscuro del crisol de razas estadunidense,  mas  o menos lo que nos han enseñado “Los Soprano” y “Boardwalk Empire”, además de presentarnos un trágico pero emotivo clan: los Donovan.

Raymond Donovan (Liev Schrieber, “Salt” “The Painted Veil” “The Omen”) es el tipo de hombre  al que hay que temerle. Hasta sus enemigos le conceden un respeto que bordea en admiración. Para el mundo del jet set de Los Ángeles,  es un mal necesario, un “fixer”, literalmente “uno que arregla cosas”.  Y Donovan es el mejor fixer de la ciudad. Es quien arregla los líos de los ricos y famosos que van desde encontrar causales para un divorcio, hasta pervertidos que acosan a ex estrellas infantiles. Para eso se vale de diferentes  medios: dinero, extorsión, y, cuando no hay más remedio,  recurre al viejo, pero efectivo, bate de beisbol que intimida hasta al más gallito.



Ray Donovan tiene un equipo formado por Avi (Steven Bauer “Scarface”), un ex agente de la Mossad,  y Lena (Kate Moenning), una lesbiana de mal carácter que cumple las funciones de secretaria y agente de prensa. El fixer consigue sus “encargos” gracias al bufete de abogados Goldman &Drexler pero su relación con sus jefes es más que la de un simple subordinado.  Ezra Goldman (Eliot Gould) es el mentor y figura paterna de Ray. Tanto él como Lee Drexler (Peter Jacobson de “House”) han sido parte de un complot criminal que llevó a la cárcel a Mickey Donovan (Jon Voight), el patriarca de un clan de inadaptados.

Ezra y Ray


Resulta interesante que en el primer capítulo, Bridget (Kerris Dorsey), la hija mayor de Ray, esté fabricando un árbol familiar para un proyecto escolar. Eso la lleva a muchas interrogantes, tales como  el motivo  por el cual de los tres hermanos Donovan, solo Ray se casó y tuvo hijos,  y el descubrimiento de la existencia de una tía que llevaba su nombre. Todo es parte de un pasado tortuoso que inicia en Boston, en una familia irlandesa de clase obrera, donde un padre desobligado, abusivo y adultero lega un modelo para qué  cuatro hijos (a los que se le agrega Darryl, el hermanastro mulato, hijo de un affaire de Mickey) vivan   roídos por culpas y secretos.
Ray y la segunda Bridget


Bridget, la única mujer de la familia,  se suicidó empujada por la drogadicción y un embarazo no deseado. Eddie Marsan es Terry, un ex boxeador que debido al Parkinson dejó el ring y ahora se dedica a entrenar a otros púgiles. El más atribulado de Los Donovan es Brendan “Bunchie” (Dash Mihok), un alcohólico antisocial que nunca ha podido llevar una vida normal desde que fue abusado en su infancia por un sacerdote pedófilo.

Los Donovan


La cultura irlandesa, tanto en Eire como en los Estados Unidos, ha sobrevivido a su dramática historia apoyándose en dos baluartes: la familia y la religión católica. Ray siente que ambas lo han traicionado. Por eso ha criado a sus hijos sin religión, y por eso reniega de su padre. La libertad del patriarca Donovan desestabiliza a Ray que siente por su padre un odio que ni Freud  podría descifrar, y lo culpa de todas las desdichas, las propias y  las de sus seres queridos.

Debido a eso,  Donovan colaboró para incriminar a su padre en el asesinato de su novia. Ahora necesita mantener a Mickey lejos, pero su familia no está de acuerdo. Su propia esposa (Paula Malcomson) ha mantenido correspondencia con el suegro y al llegar Mickey a Los Ángeles lo recibe con los brazos abiertos, tal con lo reciben sus hijos y los hermanos de Ray que él ha creído proteger de la nefasta influencia paterna.

La temporada pasada vimos Ray tratar (a veces inútilmente) de conjugar su vida profesional, con su vida personal, y su empeño de neutralizar a su padre, aunque eso signifícara contratar un asesino. Asi llegó a California, Patrick“Sully” Sullivan (James Woods)  uno de los más buscados del FBI, y el padre de la supuesta víctima de Mickey.
"Sully" Sulivan y Avi


La serie es absolutamente fascinante. El drama doméstico alcanza el crescendo de una tragedia shakesperiana y nos recuerda a “Los Soprano”, pero la descripción del trabajo cotidiano de un fixer angelino le agrega el toque de farsa tarentinesca necesario para alivianar un retrato del mundo desconocido de las celebridades, y de quienes deben trabajar clandestinamente para que éstas sigan siendo estrellas.

Liev Schrieber está impecable como Ray Donovan. Tampoco se quedan atrás Eddie Marsan y Dash Mihok que al interpretar a  sus hermanos, nos recuerdan el valor que le dan los irlandeses al sentido del clan, principalmente cuando llega el momento de hacer justicia. En este caso con el pedófilo que arruinó sus vidas.


La serie tiene también  la virtud de haber dado empleo a viejas luminarias del cine como Eliot Gould, Rosanna Arquette, James Woods y Jon Voight quien consigue borrar ese feo rótulo de ser nada más que “el papá de Angelina Jolie”. Voight, que se alzó con un Globo de Oro por su trabajo en “Ray Donovan”, demuestra con  su interpretación de Mickey  que no ha dejado de ser el actor de  filmes legendarios como “Midnight Cowboy” y “Coming Home”.

La segunda temporada de “Ray Donovan” debuta en HBO Latinoamérica este viernes 18 de julio, una semana después de iniciar en los Estados Unidos.