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miércoles, 26 de marzo de 2025

Disney reinventa a Cristobal Balenciaga y lo Hace muy Mal



Finalmente, Disney/Hulu ha traído a Estados Unidos esta biopia de quien Christian Dior llamaría “el maestro de todos”. Una entrada obligatoria en las series de la moda, el mejor modisto de toda la historia es parte de un relato en que el hermetismo y amor a la privacidad de Cristóbal Balenciaga sirven para crear un couturier que nunca existió: vanidoso, ególatra y neurótico En un afán de ocultar la relación del Maestro con el régimen franquista, la serie recae en mentiras e invenciones peores que las del New Look.

El primer episodio no comienza con el nacimiento, infancia ni juventud de Balenciaga. Lo conocemos ya cuarentón, en 1937. Huyendo de la Guerra Civil Española, el apolítico couturier viene a abrir, en compañía de su amante el Conde Wladzio Jaworowski D’Attainville, una casa de modas en Paris. Ya comenzamos bien. Balenciaga no tenía posturas políticas, él vivía para su arte. Presentarlo de otra manera fue uno de los muchos errores de The New Look.

Quien sí es político es su socio, un ingeniero vasco republicano llamado Nicolas Bizcarrondo. El primer desfile, sin ser un fracaso, es anodino. Los críticos no ven novedad en el nuevo modisto. Solo Coco Chanel (pero no públicamente) reconoce el genio de Balenciaga. En su desesperación, el modisto vira sus ojos hacia su herencia española, pintura barroca y trajes típicos iberos.

                    Bizcarrondo, Wladzio y Balenciaga

Sombreros, Republicanos y Homosexuales

Toda la trama está enmarcada en el degastado recurso de una entrevista años después de lo sucedido. En vida, Balenciaga solo dio dos entrevistas. La serie se centra en la otorgada, en 1972, a Prudence Glynn (Gemma “Asha Greyjoy” Whelan), del Times de Londres. La periodista ha llegado hasta Getaria, hasta el retirado maestro Balenciaga (Alberto San Juan)para interrogarlo sobre un pasado que él no quiere revelar. El segundo episodio consiste en la entrevistadora sacándole con tirabuzón a Balenciaga sus memorias de la Ocupación Alemana. Un desastre total que deja al espectador lego muy confundido.

                 Lady Prudenc Glynn entevista al Mestro

¿Era Balenciaga tan apolítico que no le importaba lo que ocurría a su alrededor? ¿Hacia vestidos para las mujeres de los nazis para proteger sus intereses o los de Nicolás? ¿Le hizo regalos a Coco Chanel porque la sabía en la cama con un oficial alemán y creía que ella los iba a proteger a él y a Wladzio en peligro por ser gays? Nuevamente se pierde en ambigüedades ese capítulo tan importante de la moda durante la Ocupación Alemana . Y permanece sin respuesta la pregunta que hoy muchos nos hacemos. ¿Se vale más remar con la corriente que enfrentar un diluvio?

Este capítulo reprimido, falseador de hechos reales y muy confuso deja que el espectador haga sus propias interpretaciones, erradas la mayoría. Nicolás Bizcarrondo y su mujer eran republicanos vascos, habían estado involucrados en política (por llamarlas de izquierda) antes de la guerra. Se le abrió un expediente acabado el conflicto y se le exigió una multa por una fuerte cantidad, pero nunca estuvo en peligro de ser extraditado. No fue la razón por la cual Balenciaga permaneció en Paris, y Nicolas no se dio vuelta la chaqueta renegando de su pasado político por temor a represalias nazis.

Cientos de refugiados republicanos fueron devueltos a España o arrastrados hasta Mauthausen y otros campos de la muerte. Bizcarrondo nunca estuvo entre esas categorías amenazadas. Se retractó de su pasado republicano públicamente en Los 60 y retornó a su patria en 1965.

                                           Los Bizcarrondo

La serie está empeñada en evitar mostrar el lado político de Balenciaga, sea o bajándole el tono a su sólida reputación de modisto de la alta sociedad española antes y después de la Guerra Civil o excusando el que hiciese vestidos a nazis y simpatizantes. Desacierta en ambos esfuerzos. Antes de ir a Paris, Balenciaga tenía fama como el mejor modisto de España, vestía a la aristocracia, habiendo sido apadrinado desde muy joven por la Marquesa de Casa-Torres. Gracias a su relación con la modista Madeleine Vionnet entró con buen pie en el mundo de la alta costura parisina.

Si se marchó de España y cerró sus tres casas de moda, una en Madrid, otra en Barcelona y la tercera en Madrid,  fue porque caían bombas por doquier y nadie estaba para comprar vestidos de marca.  Por eso es absurdo hablar de exilio como lo hace Fabiola de Mora y Aragón en el episodio 6. Si Balenciaga se hubiese exiliado seria huyendo de los republicanos que bien pudieron haberle dado un “paseo” fatal por haber vestido a la nobleza como la abuela de Fabiola.

Acabada la Guerra Civil, Cristóbal pudo regresar a España sin problemas. Así es como reabrió su tienda en Madrid. Para él las casas de moda en ambos lados de la frontera eran igualmente importantes, tal como su clientela. Nos dice la serie (Disney al fin) que al Maestro le importaban los desfiles en Madrid porque ahí asistían periodistas americanos y que su mayor mercado eran los Estados Unidos. Falso. La casa de modas de Madrid servía a una clientela de los poderosos en la España Franquista, a la aristocracia incluyendo a la musa de Cristóbal, Sonsoles de Icaza.

                                                Balenciaga y Sonsoles

Es cierto que hubo durante la Ocupación una escasez de telas (una escasez de todo) y que Balenciaga puede haberlas importado de España. Se sabe que se le multó por usar más material textil del aprobado por las autoridades nazis y que al menos en una ocasión le cerraron su tienda, pero se abrió eventualmente. Todo esto ocurrió en 1940. El couturier siempre se negó a trasladar su negocio a Berlín, pero la serie enfatiza su “colaboracionismo” y da una explicación pedestre de por qué lo hizo.

¿Fue Balenciaga un “Colabo”?

El Balenciaga de la serie le insiste a Prudence que él es apolítico y que fueron tiempos duros los de la Ocupación. Luego tenemos un flashback. Cecile, una francesa, llega a Maison Balenciaga acompañada de su amante, un alto oficial de la SS. Quiere que Cristóbal le haga una copia del vestido “Menina” con mangas largas y con una tela que heredó de su abuela. A Balenciaga no le molesta confeccionar ese vestidole faltan clientespero insiste que ese material no sirve para esa hechura. Hay una pequeña batalla entre clienta y diseñador y la gana el Maestro. Con esto nos queda claro que al modisto no le importan las políticas de su clientela, siempre y cuando no se entrometan en su arte.

No volvemos a ver a Cecile sino hasta el final de la Ocupación (1944). Ella tiene la cortesía de despedirse, de traerle un regalo y de expresar con tristeza el miedo que les espera a quienes colaboraron con el ocupante. Balenciaga es frio y brusco. Rechaza el regalo, no acepta que sean iguales, emite un juicio moral al considerarla una colaboradora y cuando Cecile se marcha, arroja el regalo a la basura. íQué feo retrato del Maestro! La cortesía debe demostrarse tanto en derrota como en triunfo y Balenciaga era muy educado. También revela hipocresía ya que al parecer siempre ha despreciado a Cecile, pero la ha tenido de clienta porque le convenía.

          Un diseño  de Balenciaga de los 40 es usado para un comercial de perfume.

Como que el guionista se da cuenta que Balenciaga está quedando muy mal y le proporciona una excusa implausible, Balenciaga todo lo hace para protegerlos a él y a Wladzio. Esto ocurre a causa de una escena que nunca tuvo lugar en la cual, en Hendaya, el modisto es detenido por la policía de Vichy, vejado (se le hace desnudarse) y amenazado con hacer pública su condición de homosexual y someterse a las medidas que los nazis tenían para el colectivo LGTB.

En Lo que escondían sus ojos, hasta ahora el mejor retrato de Balenciaga en la ficción, Javier Rey (que lo interpreta) le dice a Sonsoles, en 1942, que si no regresa a España es porque en la atmosfera homófoba del franquismo le sería imposible continuar con su relación con Wladzio. Me dejó una duda. ¿Es que la serie pretendía decir que  era más fácil ser gay en la París Ocupada que en el Madrid franquista?

                          Balenciaga (Javier Rey) y Sonsoles (Blanca Suárez )

La verdad está entre ambos extremos. Efectivamente, muchos homosexuales fueron arrestados en Francia y deportados a campos de exterminio, pero o eran muy abiertos en su orientación o no tenían a alguien que les protegiese. Nunca el fantasma del arresto persiguió a homosexuales reconocidos como Jean Cocteau, al cantante Charles Trenet, y a una docena de actores. Si hasta hubo homosexuales en el gobierno de Vichy. Es cierto que la Gestapo comisionó a Coco Chanel para que redactara una lista de los gais en el gremio de la alta costura gala y ella dejó fuera a su amigo Cristóbal.

Por otro lado, Cristóbal Balenciaga siempre fue un hombre muy discreto. No le gustaba que lo fotografiaran. Solo los allegados sabían que su relación con Wladzio era romántica. Para mayor discreción, la madre de Balenciaga vivía con ellos en Paris. Una señora vasca a la antigua y devota católica (igual que Cristóbal) no iba a andar apañando relaciones pecaminosas por lo que la orientación sexual del hijo quedaba en meras sospechas.

                             Wladzio y Cristóbal 

En varias páginas de moda leo que Cristóbal Balenciaga no fue incomodado por los alemanes debido a que gozaba de la protección del Caudillo. Algo de eso hay, a pesar que la serie torpe e ingenuamente intente barrerlo bajo la alfombra. El couturier vistió a Doña Carmen Polo antes y después de que su esposo se convirtiese en el dictador de España.

No se puede acusar al Maestro de ser colaboracionista por hacerle vestidos a las mujeres de los alemanes puesto que él era ciudadano, y bien visto, de la España Franquista. Al ser extranjero no se le puede imponer rótulos y menos cuando la alta cultura francesa si colaboró y de manera despreciable desde Louis Vuitton que se apropió de negocios judíos, hasta Coco Chanel, mejor conocida como la “Agente Wertheimer” , que trabajó para los servicios de inteligencia alemanes.

Otro triste error de la serie ha sido mostrar a Cristóbal envidioso de la fama de los sombreros diseñados por Wladzio. Aparte de ser una calumnia que afea a un generoso individuo, resta importancia al gran amor de la vida de Balenciaga. Tanto que, en la serie, la repentina muerte de Wladzio no causa el impacto que tuvo en la vida del modisto. Acaso una escena al pasar donde Balenciaga habla de retirarse o el desfile de modelos enlutadas que no llegan a crear en la mente del espectador un vínculo con la inmensa tragediala mayor de su vida que experimenta el Maestro.




Balenciaga vs Dior

Ahora viene la guinda del pastel: Christian Dior. La serie quiere hacernos creer que Balenciaga odiaba a Dior, que su envidia lo llevaba a burlarse del pobre diseñador, que la superioridad de Balenciaga sobre el creador del New Look se debía a que era más guapo, etc.

Balenciaga y Dior se conocían de antes del Teatro de la Moda. Ambos participaron en esa novedosa idea de Lucien Lelong. En cambio, la serie de Disney nos muestra a Balenciaga llegando como invitado a la exposición y recién conociendo a un Dior viejito y calvo. İ Sí Christian solo tenía cuarenta años! De pronto prefiero The New Look, La serie de Apple tv+ mintió menos.

Dior y Balenciaga nunca fueron rivales. Balenciaga tenía una casa instalada y una clientela asegurada cuando Marcel Boussac recién apadrinó a Christian. Balenciaga abrazó inmediatamente el largo de faldas impuesto por Dior quien no le robó clientes ni opacó los diseños del Maestro. De hecho, a fines de los 40, Balenciaga siguió imponiendo tendencias como la famosa chaqueta bolero que imitaba la usada por los toreros. Y no perdió clientes, al contrario adquirió más en Francia y en España, puesto que cuando Aline Griffith se convirtió en Condesa de Romanones su vestido lo confeccionó el Maestro.

                                     La Condesa de Romanones

Lo que denota influencia española en la serie, puesto que en Disney no saben ni J de historia ibera, es la ausencia del nombre “Franco” en la serie. La realidad es que Doña Carmen Polo era clienta de la casa Balenciaga (malas lenguas dicen que no pagaba); su hija Nenuca vistió un Balenciaga para su boda con el Marqués de Villaverde en 1950; y fue su insistencia la que sacaría de su retiro al Maestro, en 1972, para vestir a la hija de los Marqueses en ocasión de su boda con el Duque de Cádiz.

                                         Nenuca en Balenciaga

El Vestido de una Reina

Esos vestidos son tan icónicos como el de la Reina Fabiola de Bélgica. Este último se menciona en la serie como si hubiese sido la única gran creación del Maestro. La biopia de un diseñador debe concentrarse en su contribución a la historia de la moda, a sus diseños más célebres, a sus clientas más famosas y a su vida privada,  si esta afecta su arte. Ocultar que vistió a princesas como Grace Kelly, a esposas de políticos como Jackie, y a las grandes damas de la alta sociedad española, incluyendo a las parientas del Caudillo, es cortar más de la mitad de la trayectoria de Balenciaga.

                     Grace de Monaco en Balenciaga
                      Jackie Kennedy en Balenciaga

A propósito, la serie en típico humor antimonárquico hace un pobre retrato de la Reina de Bélgica. Tengamos en cuenta que para mantener el misterio del vestido, todas las medidas, diseño, pruebas del traje de novia fueron llevados a cabo en el departamento que el Maestro tenía en Madrid. Como él era tan discreto, nunca hemos sabido que se dijo así que todo lo que aparece en la serie es invento y conjetura. Fabiola de Mora y Aragón era una mujer muy reservada, por eso escogió a Balenciaga como modisto.

Lo único que alguna vez comentaron en público ambos fue que Fabiola rechazó modelos por ser “demasiado regios”. Balenciaga tuvo que recordarle que estaba vistiendo a una reina. Esta anécdota refleja la modestia de una mujer que era hija de un marqués y que por parte de su madre descendía del rey Sancho de Castilla.

He visto muchas fotos de Doña Fabiola, he leído mucho sobre ella. En ninguna parte dicen que fuese contrahecha, jorobada o con hombros aupados. Belén Cuesta la retrata como una mujer histórica, incómoda con el asedio de la prensa, obsesionada con la importancia del secreto, con miedos de como cambiará su vida una vez se case. O sea, es una Lady Di más vieja.

                La verdadera Fabiola no tenia un hombro mas alto que el otro

Fabiola de Mora y Aragón pertenecía a la alta nobleza española. Tenía 32 años cuando robó el corazón de Balduino de Bélgica que no era un Príncipe Azul común. Desde joven, Balduino había sido muy devoto y había estado a un tris de pasarle el cetro a su hermano y encerrarse en un monasterio. Su sentido de deber se sobrepuso a su vocación, pero le tomó diez años de su reinado encontrar a quien compartiese su trono.

Ni la serie ni artículos de Vanity Fair han sabido revelar su fascinante personalidad. Es triste que VT se apoye en la chismografía de Jaime Peñafiel que describe a la reina como una beata, una tía solterona, una mujer sin oficio, recluida en su casa. Tampoco podemos culparlo tanto si la misma revista Time describió a Fabiola, en ocasión de su boda, como “la chica que no podía atrapar hombres”. También el régimen franquista hizo lo suyo convirtiendo a la novia en  el ideal de la mujer de su casa, muy religiosa, virtuosa y sumisa.

Todo eso es verdad, pero opaca lo que hacía a Fabiola una mujer de carne y hueso, ya que la joroba y ataques histéricos de Belén Rueda no fueron más que inventos de un mal libretista. También el hermetismo que rodeó al noviazgo ayuda a falsificar datos. Eso es lo único cierto que dice la serie, la Reina de Bélgica y el Rey de la Alta Costura se caracterizaban por su amor a la privacidad.



En su día se inventó un cuento de hadas alrededor de ese romance real. Se dijo que Sor Verónica, la monja mentora del rey había ido a España en busca de una cónyuge perfecta, poco menos que cargando el zapato de Cenicienta y que solo Fabiola había dado la talla. Otros hablaban de un enlace arreglado por la propia reina Victoria Eugenia quien era madrina de la novia. Lo más cercano a la realidad es que Doña Ena si andaba en animo casamentero, pero quería que quien ciñese la corona belga fuese su nieta, Doña Pilar de Borbón (hermana del rey emérito Juan Carlos).

El caso es que ni Pilar (que más tarde se casaría con el concuñado del rey Simeón de Bulgaria) ni Balduino congeniaron. En cambio conocer a Fabiola fue un flechazo instantáneo. Se cree que para el segundo encuentro en la Gruta de Lourdes, ya estaban enamorados. Es que Balduino vio más allá que la periodista del Time o el aparato de publicidad franquista.

El monarca vio una mujer moderna e independiente, no una solterona beata. Vio una mujer sencilla, pero preparada para ser reina. Vio una mujer que conjugaba su fe y su apostolado con lo mundano. Fabiola era enfermera diplomada y trabajaba en el hospital militar Gómez Ulla. Fabiola era refinada y hablaba cuatro idiomas. Por último, si era tía soltera, pero su capacidad para amar y atender a la niñez de un país se revelaba en la publicación de un libro de cuentos de su autoría que demostraba que tenía imaginación, pero también conciencia de los gustos infantiles.

                             Fabiola en la portada de Semana

La tragedia de Fabiola fue que, después de cinco embarazos malogrados, sería incapaz de dar un heredero a su reino. Su triunfo fue mantener un amor y un romance que acabaría con la muerte del rey en 1993 y también el haberse hecho amar por un pueblo. Si me he explayado tanto es para hacer notar como la serie ni siquiera supo aprovechar este personaje y sus paralelos con un modisto que como Fabiola era amante de su privacidad, pero supo alcanzar la fama en un país que no era el suyo.

Contenido Violento o Gory: Ninguno

Contenido sexual y desnudos: Un par de besos y escenas de Wladzio y Balenciaga en la cama, ambos vestidos.

Aprovecho este momento para corregir un bulo muy desagradable y absurdo que, por suerte, no está muy desperdigado por las redes, pero que inició en Instagram. El cuento es que Coco Chanel, necesitada de publicidad, en 1960, consiguió que John Fairchild , editor del Women’s Wear Daily, la invitase a cenar en Paris. La zanahoria que la modista esgrimió ante la nariz de Fairchild fue que traería a Cristóbal y que se sacarían una foto juntos. Foto que Fairchild podría publicar en su revista.

Coco invitó a Balenciaga quien estuvo de acuerdo en dejarse fotografiar, pero no en que la foto fuese publicada en WWD. Hubo un distanciamiento y Coco enojada le habría revelado a Fairchild la homosexualidad del Maestro y que el editor habría hecho pública esa noticia en su revista. En la serie no llegan hasta tanto. Las ‘revelaciones” de Chanel se supone fueron hechas en fiestas y cocteles y se reducen a que la falla de los diseños de Balenciaga es que no siguen el contorno natural de la figura femenina, lo que puede esperarse de un hombre que no ha tocado mujeres en su vida.




Yo sabía que Chanel había dicho eso de Dior y es posible, chismosa y toxica como era, que lo haya dicho borracha en alguna fiesta, pero no era noticia. Para entonces se sabía que todos los diseñadores del momento: Givenchy, Cardin, Lanvin, Saint Laurent, etc. eran gays. Lo que importaba es que se quedasen en el closet.

Desde su fundación en 1919,  Women’s Wear Daily había sido una publicación dedicada a la moda no a las hablillas. Fairchild fue el artífice del buen recibimiento que Balenciaga tuvo en América. Jamás hubiese publicado una murmuración que no iba con su línea editorial, pero que además hubiese convertido a Balenciaga en un delincuente puesto que en USA la homosexualidad se castigó con cárcel hasta la mitad de Los 60.

Aun en Francia, donde ser gay no era un delito, el escándalo y estigma social que hubiese conllevado una revelación publica hubiesen arruinado al modisto. Ni hablar de la España franquista donde El Maestro hubiese perdido clientela, negocio, incluso su libertad . De hecho hubiese estado realmente exiliado e imposibilitado de comunicarse con su familia española. El libretista parece no conocer estos datos.

Cuando Balenciaga expresa su miedo e indignación ante Ramón Esparza,  este lo hace sonar como si fuese un cobarde que se avergüenza de ser homosexual y quiere permanecer en el closet. Tanto los idiotas de Disney como sus malos investigadores españolesinútiles como todos los profesionales pedrosanchistas olvidan que en 1960 no existía tal cosa como Orgullo Gay y salir del closet, en muchos países  invitaba a cárcel o a peores castigos.

Factor Feminista: Cero, ninguna de las mujeres importantes en la vida del modisto, ni sus parientas, ni sus colaboradoras, ni sus musas, merecen ser destacadas en este relato.

Factor Diversidad: Tampoco hay mucho aquí, apenas la relación gay de Balenciaga y Wladzio.

Factor Moda: Tristemente, es peor que The New Look en postergar la narrativa visual de los diseños Balenciaga. No hay mención de sus vestidos de novia, con la excepción del de Fabiola de Bélgica. Se ha gastado dinero en copiar diseños y presentarlos en colecciones abstractas sin contextuarlos. Se han dedicado a hablar del azgar, la tela que El Maestro mandó fabricar cuando es uno de los detalles menos importante de su obra. No hablan de la importante clientela que usó sus prendas. Por eso voy a poner algunas fotos para que sea vea lo innovador que fue Cristóbal Balenciaga.

              El vestido que Balenciaga diseñó  para la Duquesa de Cádiz 
                   El vestido "BabyDoll" uno de los muchos inventos del maestro
                     Dolores del Rio y Balenciaga

En la vida real Balenciaga aprendió a compartir clientela con Dior. Enviar a Audrey Hepburn a Givenchy tampoco le hizo perder pie en el cine. El vistió a Dame Liz Taylor y a Romy Schneider, además de diseñar el vestuario de Ava Gardner en The Angel Wore Red y el de Ingrid Bergman en Anastasia. ¿No era mejor contarnos esto que pasarse capítulos mostrando al modisto babeando por Givenchy? Es cierto que Hubert fue su protegido, pero también lo fueron Ungaro, Paco Rabanne y hasta Oscar de la Renta.

                       Ava Gardner en Balenciaga
                        Romy Schneider en Balenciaga
                             Dame Liz Taylor en Balenciaga

Si no recomiendo esta serie no es porque falsea datos sino por ocultar lo que realmente hizo a Cristóbal Balenciaga el mejor modisto de la historia. Gracias a ese ese ocultamiento solo nos queda un cuento tedioso mal contado y mal terminado.

 

jueves, 25 de abril de 2024

Mademoiselle Dior: Catherine, otra víctima de The New Look

 



Decir Catherine Dior evoca imágenes heroicas para los historiadores de la Resistencia Francesa.  Es un nombre que también apela al olfato de los conocedores de perfumes. Sin embargo,   para la mayoría de los franceses es un nombre casi desconocido. Lamentablemente, The New Look nos ha dado una imagen tan difusa y acartonada que los logros de esta valiente mujer siguen sin ser celebrados.

El gran problema de Catherine Dior es que nunca llegó a ser una personalidad publica, a pesar de ser una heroína condecorada y hermana de uno de los más famosos diseñadores de la historia. Yo apenas vine a saber de ella porque Anne Sebbas la menciona en su recuento de la francesas durante la Segunda Guerra Mundial, Les Parisiennes.

Una Infancia Privilegiada

Justine Picardie intentó remediar este error escribiendo la primera y más completa biografía de Mademoiselle Dior.  Solo que La Picardie puede ser superficial y confusa,  tal como en su biografía de Coco Chanel, por lo que la verdadera Miss Dior sigue siendo un personaje digno de investigar.



Sobre sus primeros años hay bastante información. Ginette Marie Catherine Dior (más tarde se pondría solo Catherine) era la menor de cinco hermanos y nació en una familia de la alta burguesía francesa en 1917. Mucho menor que sus hermanos, la nena seria la favorita del padre y mimada por toda su familia. Lo que no es cierto es que fuese la favorita de la madre.

Años más tarde, Catherine recordaría que su madre era una mujer fría y reservada, para nada afectuosa. Tampoco es cierto que Madeleine Dior le encargase a Christian especialmente el cuidado de su hermanita puesto que , cuando murió, su hija era adolescente.

La infancia de Catherine ( o “Caro” como la llamaban) fue típica de una familia burguesa. Se crio en la gran propiedad normanda de Granville. Asistió un tiempo a una escuela en Normandía, pero la mayor parte de su educación fue en casa y estuvo a cargo de institutrices. Algo que Caro y Christian aprendieron de su madre fue el amor a las flores.

                        Los Hermanitos Dior, Christian y Catherine son los últimos

El padre de Los Dior tenía un próspero negocio de venta de fertilizantes, pero perdió ahorros y empresa debido al Pánico del ’29. Su esposa murió en 1931, tras lo cual Maurice Dior se trasladó, junto a su hija menor, a una granja en el sur de Francia,  en Grasse.  Apenas tuvo edad, Catherine se mudó a Paris, a vivir con su hermano Christian quien le encontró trabajo en una sombrerería. Caro y Christian eran muy unidos, y a ella le encantaba la compañía de los amigos bohemios del futuro diseñador.

La guerra, el Armisticio y la Ocupación alemana tuvieron un gran impacto en la vida de Catherine. Aunque regresó a la granja, ardía en deseos de resistir de alguna manera. Ya para 1941,  andaba en busca de una radio de transistores que le permitiese seguir los despachos del General De Gaulle, líder de la Francia libre. Estas transmisiones de la BBC estaban prohibidas por el gobierno de Vichy y Catherine vivía en ese territorio dominado por el General Petain, una marioneta de los alemanes.

Amor y Resistencia

Fue en una tienda de artículos eléctricos de Cannes donde Catherine encontró la radio y al amor de su vida. Georges Papillaut,  Barón des Charbonnerie no es un nombre que se asocie con dueños de negocios, pero el titulo no había aportado una fortuna a este hombre que sería el destino de Caro.

                                       El verdadero Barón des Charbonnerie

Para cuando se conocieron, el Barón (al que Catherine llamaría Hervé) llevaba varios años de casado y tenía tres hijos. Sin embargo,  Hervé y Lucie tenían un matrimonio abierto. A ella le gustaban más las mujeres que su marido, pero de común acuerdo mantenían una fachada por los hijos, porque eran católicos,  y porque en su círculo no se estilaba el divorcio.

Otra cosa que tenían Lucie y Hervé en común era su deseo de liberar a Francia y para 1941 ambos eran parte de los jóvenes grupos de resistentes en la zona no-ocupada. Hervé contactaría a su amante a esos grupos. Voy a detenerme aquí para aclarar muchos enredos que la sensibilidad contemporánea ha tejido alrededor de esta relación.

La serie ha intentado ocultar el “lado oscuro” de los amores de Hervé y Mademoiselle Dior. En cambio, los críticos han descrito el romance como un grooming de parte de Hervé, un zorro viejo (tenía 37 años, la edad de Christian Dior) que no solo seduce a una jovencita,  además la incorpora a sus actividades criminales.

                      En la serie ni Hervé ni Catherine son bien representados

Y es que la serie no dice nada bueno de La Resistencia a la que muestra como una banda de asesinos comunistas que después de la guerra cargan en contra de mujeres inocentes como Arletty y Chanel. En la escena en la que Arletty es rapada (algo que nunca sucedió) vemos a sus verdugos levantar el puño en alto en típico saludo comunista.

Vamos por partes. Caro tenía 23 años cuando conoció a Hervé. No era una niña a la que se pudiese manipular fácilmente y su labor como resistente nunca incluyó practicas cuestionables como ser accesorio de asesinatos o andar seduciendo alemanes. A pesar de lo que muestren otras series sobre los movimientos de resistencia europeos como la deplorable World on Fire, la rusa Espías y hasta Wartime Girls, las resistentes no eran entrenadas para ser Mata Haris. Caro nunca fue ni Femme Nikita ni Red Sparrow.



El grupo al que la integró Hervé, llamado F2, había sido constituido en 1940 por polacos que habían logrado huir de su patria masacrada y deseaban continuar su lucha desde suelo francés. Aunque más agentes franceses se les habían unido, el grupo era suplementado por los británicos y respondía tanto a estos como al Gobierno Polaco en el Exilio. La especialidad del grupo,  que hasta 1942 operó en la zona no ocupada, era recolectar información,  no practicaban actos de sabotaje como nos muestra la serie.

En los casi tres años que Caro participó en F2, fue radioperadora y correo, actividades sumamente peligrosas. F2 estaba encargado de cubrir las actividades en toda la costa de Provenza,  sobre todo las de la Marina de Vichy y la Kriegsmarine. A partir de diciembre de 1942, toda Francia fue ocupada y la Zona Sur quedó a merced de la astuta investigación de la Gestapo. F2 se vio infiltrado y diezmado.

Fue entonces que Hervé aconsejó a su pareja trasladar sus actividades al piso parisino de Christian Dior. Hervé envió a Lucie y a los niños a un pueblo cerca de la frontera Suiza,  para luego él buscar diferentes escondites con los que evadir a los alemanes. No es como dice la serie que Catherine siempre hubiese resistido desde la Ciudad Luz. 



En La Rue de La Pompe

Tampoco Hervé hubiese insultado a su “cuñado” por trabajar con Lelong mientras se embolsaba dinero que Dior ganaba haciendo vestidos para el invasor . Todo ese episodio es falso como el cuento de la ex compañera de escuela de Catherine (quien había sido educada en casa por institutrices) que ahora está encamada con un SS.



Seria en Paris donde Catherine caería en la trampa de la Gestapo local , un grupo marginal conocido como “de la Rue de la Pompe” puesto que operaba en esa calle. Algo que vi por primera vez en Das Boot y que luego supe que era cierto es que, para degradar aún más a sus aliados colaboracionistas, la Gestapo insistía en que, aunque un representante alemán de la Gestapo debería conducir el interrogatorio,  la tortura debía estar en manos de franceses.

En este caso, el equipo era liderado por un sajón llamado Friederich Berger que había estado en la Legión Extranjera. Tras abandonar el servicio,  se instaló en París y se dedicó al mercado negro. Arrestado por sus compatriotas, se le dio la oportunidad de dirigir su propia escuadra de tortura. Berger contrató a algunos franceses, todos hampones, más un par de emigrados georgianos. El grupo incluía un trio de mujeres, una de las cuales tenía como misión infiltrar células de resistencia. Las otras eran las infames Hermanas Delfau, ambas amantes de Berger.

Un resistente llamaría a la casa de la Rue Pompe, “un rincón del infierno”. Era un domicilio normal que una vez perteneció a una familia judía, ahora deportada. La casa era amplia, muy bien amueblada, incluso con un piano de cola , y con varias recamaras donde dormían Berger y las Delfau.

Denisse Delfau servía de secretaria y tomba apuntes durante las sesiones de tortura. Se sabe que vivía ahí, porque muchas veces los torturados la veían llegar en bata de levantarse. Aparte de tomar notas, sujetaba las piernas de las torturadas. Una estúpida mentira de la serie es mostrarla arrepentida y ayudando a Catherine.

                  Dufau aparece en The New Look, pero también es falso lo que muestran de ella

Era una casa en la que se vivía en francachela, algo que descubrirían los desdichados que,  mientras eran torturados,  oían carcajadas y música. Mucha veces el acompañamiento musical lo ponía Berger al piano, en el salón contiguo. Otras veces, los mismos torturadores llegaban ebrios, copa de champan en mano,  a la sala de tortura. En medio de esas orgias era cuando se llevaban a cabo los interrogatorios con apremios físicos.

Ahí eran torturadas todo tipo de personas incluyendo embarazadas y mujeres con hijos pequeños cuyos niños también eran obligados a ser testigos del trato brutal al que se sometía a los padres y del que no escapaban ellos. Se sabe que las torturas incluían asaltos sexuales a personas de ambos sexos.

Caro en un Rincón del Infierno

Lo que sabemos de la tortura de Caro se basa en sus declaraciones hechas durante el juicio de los integrantes de la Gestapo de La Rue de la Pompe. Durante el interrogatorio la patearon, y le propinaron bofetadas y puñetazos para luego arrastrarla al baño donde la sometieron al bagnoir, hundiendo su cabeza en la tina llena de agua hasta casi sofocarla.



La Resistencia solicitaba que sus miembros intentasen mantener silencio por 24 horas, antes de delatar a compañeros. Esto les daba a ellos la posibilidad de ocultarse. De Catherine no se supo nada por cuatro días. Tanto,  que se la creyó muerta. Mucha gente fallecía gracias a los “tratamientos “de Berger y sus secuaces. A Jean Desbordes, resistente y amante de Jean Cocteau, le arrancaron los ojos antes de matarlo a golpes. Se encontró su cadáver en un basurero y solo se le reconoció por su dentadura.

Catherine mantuvo la calma en medio del horror. Tenía un Plan B, les inventó a sus torturadores que conocía un escondite de la Resistencia y los llevó allá. Al no encontrar nada, se la regresó a la Rue de la Pompe donde fue sometida a nuevas golpizas y ahogamientos. Luego se la encerró en la prisión de Frenes para “recuperarse”. Dos días más tarde se la llevó nuevamente a la Rue de la Pompe donde se la obligó a hincarse por horas en un trozo de madera afilado,  siempre esposada,  y luego se la sumergió en una bañera llena de hielo. Las torturas se hicieron más pavorosas y se cree que quedó estéril debido a ellas.

Después de esta última sesión, la Gestapo se dio por vencida y decidió enviar a la prisionera a un campo de concentración. Aunque la serie no miente en lo que respecta a todos los esfuerzos de Dior por liberar a su hermana, el martirio de Catherine es retratado de una manera anticuada casi infantil,  en su esfuerzo por no escandalizar con escenas graficas. Catherine siempre está vestida, apenas parece golpeada y hasta encuentra ayuda en la generosa secretaria.

                       Denisse nunca se compadeció de Catherine

Aunque Denisse Delfau tomó notas de las torturas de Madeimoselle Dior, nunca habló con la torturada ni la asistió ni demostró compunción por su feo trabajo. Es como la inserción de la amiga del SS (que ya les conté en otra nota que nunca existió) que está dispuesta a ayudar a Dior a rescatar a Caro. Es como si, a través de una imagen de mujeres forzadas a colaborar por amor, se excusase el comportamiento porcino de Coco Chanel.

El episodio de la amiguita del SS sirve para ensuciar aún más a Hervé y a La Resistencia. Charbonnerie nunca estuvo en Paris en esa época. Estaba ocultándose en el Sur,  por lo tanto, Dior no lo acusó (acusación totalmente injusta) de haber destruido a su familia. Tampoco Dior le robó telas a Lelong ni fue a suplicar ayuda de Chanel. No se puede acusar a los guionistas de falta de imaginación, pero mejor se dedican a escribir mangas que meterse en este vano esfuerzo de tratar de reconstruir hechos históricos.

                     Hervé no estaba en Paris y jamás se involucró en acciones de sabotaje

La Falsa Descripción de Ravensbruck

Lo que es imperdonable es la visión fugaz de Ravensbruck. Pareciera que no leyeron ningún libro ni ningún testimonio de este espantoso campo creado solo para mujeres. La mayoría de las presas eran disidentes políticas alemanas (entre las que se contaban algunas acusadas de lesbianismo) y resistentes de países ocupados como Catherine.

Ravensbruck era como un micro Auschwitz. Todos los horrores del lager polaco se perpetraron ahí,  desde infanticidio hasta espeluznantes experimentos médicos. Para cuando Madeimoselle Dior llegó,  en agosto de 1944, se había instalado una cámara de gas en el campo.

En la serie no vemos nada de esto. En cambio, nos muestran a Catherine llegando a un lugar con rejas de alambre de púas y siendo rapada con sus compañeras en el patio. Totalmente falso, no se trasquilaba a la prisionera en un lugar al aire libre puesto que el cabello era guardado para fabricar una especie de fieltro. El proceso de peluquería debía tener lugar en un cuarto interior, limpio,  donde se pudiese recuperar el cabello.





Para cuando Catherine hubiese sido rapada ya hubiese tenido que despojarse de su ropa. Entiendo que Apple TV+ quiera abstenerse de desnudos—y aplaudo su decisión— pero bien pudieron mostrar a Maisie Williams de los hombros para arriba para indicarnos su estado de desnudez. Sobre todo, porque ya la ex Arya Stark había hecho un topless en el primer capítulo.

En fin, otro embuste es el cuento de Tania-que-nunca-existió. Catherine estuvo poco tiempo en Ravensbruk, siendo trasladada rápidamente a una fábrica de municiones satélite de Buchenwald. Lo único cierto de esa tediosa historia es que en Ravensbruck se solía lanzar a las prisioneras al crematorio sin gasearlas primero. Ese fue el horroroso final de la Baronesa de Rothschild.

Adentrándose los Aliados en suelo alemán, en la primavera de 1945, Hitler da la orden de que ningún prisionero debe caer en manos de sus enemigos. En los lagers como en los stalags (lo vimos en Masters of the Air) se comienza a arrear prisioneros por los caminos bajo nieve y lluvia hacia el centro de Alemania. Buchenwald y sus campos satélites no son excepción, Catherine Dior y sus compañeras son alejadas del avance de las tropas del General Patton y del Ejército Rojo.



Los Enredos de Picardie

Es aquí donde los biógrafos se enredan. Justine Picardie dedica paginas a hablar de otras prisioneras, olvidándose de quien es la protagonista de su libro. Solo nos dice que Caro es liberada cerca de Dresde por el ejército estadounidense y que “posiblemente” fue violada por los rusos durante su huida ( WTF?) De dónde saca lo que no es más que una conjetura que no es acreditada por ningún documento o testimonio.

En su afán de hacer más sensacionalista un libro muy mal documentado, Picardie ni siquiera nos cuenta que hicieron los americanos con su liberada. ¿En qué hospital convaleció?  ¿Presentó una evidencia inmediata de su cautiverio?  Todo eso debe ser parte de los archivos de la Resistencia sobre cada prisionero liberado y que incluyen una carpeta médica. Esto último si lo cubre Picardie.

Quienes atendieron a la hermana de Christian Dior exponen su estado físico muy malogrado con espalda, caderas y pies siendo las partes más lesionadas del cuerpo. Al momento de ser liberada, Catherine sufría de desnutrición, reumatismo, artritis y muchos problemas psicológicos como insomnio, pesadillas, depresión y leves perdidas de memoria. Muy lejos de la amnesia total que retrata The New Look. En todo el documento no hay ninguna alusión a ataques sexuales.

                              

Por otro lado, la serie busca dramatizar el regreso de Catherine a Paris. El desencuentro de los hermanos en la estación de tren , la amnésica Caro retornando al piso (¿cómo se acordó de donde vivía si había perdido la memoria?), la obsesión con Tania, un personaje ficticio, la desaparición total de Hervé de la vida de la resistente. Todo para acabar en fanfarria, el retorno triunfal de Catherine convertida en un perfume para apoyar a su hermano y el New Look. Cuanto enredo y cuanta mentira.

Aún más triste, cuánto ocultamiento de los logros de Catherine: sus medallas (la serie solo menciona una); como se reinventó en una profesión que era únicamente para hombres; su lucha por mantener el legado de su hermano; como se realizó como madre, etc..  Se dice que Apple tv+ prepara una segunda temporada, tal vez ahí.. ¿Y si no la hay?  Es por eso que en Latinas de Ayer esperó tener en mayo, mes de flores, algo sobre los Hermanos Dior y el famoso perfume. Será mi contribución para taponear los baches en la mal contada historia de Mademoiselle Dior en The New Look.

Bibliografía Consultada

Picardie, Justine. Miss Dior

Sebbas, Anne: Les Parisiennes: How the women of Paris lived, loved and died under the Nazis. 2016







jueves, 11 de abril de 2024

Chanel vs Dior: The New Look en Appletv

 


El primer capítulo fue una desilusión total: Feo, oscuro, confuso. ¿Es este un show sobre lo más bello que se ha creado en moda? Me esperaba malabarismos cronológicos , pero no una apología de Chanel. Eso que la han puesto más cerda que Porky y de paso,  han ensuciado y distorsionado a otros personajes como Lucien Lelong, Hervé de la Charbonnerie,  y a toda la Resistencia Francesa. Tanta desinformación histórica amerita una visión más justa de una historia de la moda parisina bajo La Ocupación. Y es lo que me permitiré hacer.

Aun así, me da un poco de pena que The New Look no sea un éxito. Puntos de vista tan diferentes como el de Lucy Mangan en The Guardian y Mira Fox en Forward se han quejado de lo mismo: una presentación incompleta de La Ocupación Alemana, blanqueamiento de Coco Chanel, falsificación y ausencia de datos necesarios para comprender el comportamiento tanto de la modista como el de su colega Christian Dior durante esa época.



La Estetica No Es el Fuerte de Apple

 No voy a ponerme a berrear en contra del punto de vista estético. Ya veo que no es el fuerte de Apple, a pesar de que algo que le admiré a Lessons of Chemistry fue el vestuario de la protagonista y las iluminaciones de exteriores. Se veía más atractiva y luminosa que la última temporada de Julia. En cambio, en competencia con HBO en drama decimonónico, The Gilded Age vence con knockout a Las Bucaneras con sus ropas horripilante, sus tonos sombríos, su mal uso del paisaje. Hasta The Knick le ganaba en términos visuales.

Aun así, yo esperaba más de The New Look donde hasta los diseños de Dior lucen poco elegantes. pórtenlos maniquís o personajes.  Se siente tan inferior a Capote vs The Swans o a The Gilded Age en su retrato de un mundo de privilegiados sean nazis o mujeres del jet set para quienes Dior crea los vestidos más bellos del mundo. Lo cierto es que la mitad de la serie tiene a Chanel en pantalones y a Catherine Dior en harapos. Mucho hablar de como los modistos visten a las mujeres y amantes de nazis y sus simpatizantes, pero no se ven estas creaciones.

Me temo que Todd Kessler no tiene la capacidad camaleónica de Ryan Murphy (y eso que también rodó por la colina de lo sórdido en Halston) . A Kessler le quedan bien los noirs y cuentos de gánsteres como Los Soprano, pero se ha enredado al tratar de mostrar un momento en que la moda chocó con la ideología. Su panel de guionistas, con mucha menos experiencia que él, serán muy diversos, pero no ayudan.



El problema es que Christian Dior deja muy pronto de ser importante en la trama. Es opacado por su hermana y por su némesis. Lo triste es que ninguna está bien caracterizada. Al crear a Chanel,  Kessler quiere combinar a Carmela Soprano con su Patty de Damages, pero Catherine Dior no tiene equivalente en su mundo de femmes fatales y por eso resulta un personaje vacío. Las dos le quedaron grandes. y merecen notas aparte. Entretanto,  veamos que nos cuenta el primer capítulo.

Comenzamos en 1955, La Sorbona se prepara por primera vez a homenajear a un diseñador de moda. Para eso han invitado a cientos de estudiantes de diseño de todo el país para que interroguen al homenajeado: Christian Dior. Vemos a Dior acompañado de Madame Delahaye, su tarotista. Nos lo presentan como un hombre tímido, supersticioso, aquejado de pánico escénico. Deben comenzar con un desfile de los trajes de noche antes de que su creador se atreva a asomar la nariz y enfrentar a sus inquisidores.

Las preguntas parecen estar cifradas en el retorno de Coco Chanel y como planea Dior desafiar a su rival. Corte a un salón donde Coco (Juliette Binoche) está dando una conferencia de prensa en la que habla de cómo Dior ha destruido la moda francesa y como ella ha venido a recuperarla. Vemos los malabarismos cronológicos. Chanel volvió a Paris y a las pasarelas en 1954, esa entrevista (se reconoce por el traje) tuvo lugar a fines de los 50, pero se entiende la necesidad de aglomerar tres episodios históricos en uno para mayor efecto.



Simplificando a La Resistencia

Dior responde con una ambigüedad. Detrás de toda verdad hay otra verdad. Saltamos a 1943 y nos dicen que hace tres años que Francia sufre bajo el yugo de la ocupación alemana. ¿Por qué son malos los alemanes? A ver, a través del capítulo descubrimos que son malos porque a) violan francesas b) casi matan al sobrino de Chanel (nunca supimos por qué) c) torturan y matan a los que se les oponen d)prostituyen a las francesas o las convierten en espías c) quieren llevarse la industria de la moda afrancesa a Alemania y d) quieren despojar a los judíos de todos sus bienes. Con razón existe una resistencia.

En esa resistencia trabaja la hermana de Dior, Catherine (Maisie “Arya” Williams) a la que vemos sirviendo de cebo para que sus colegas maten a dos soldados alemanes. Esta idea de que los grupos de resistencia solo se dedicaban a asesinar alemanes y de que las resistentes debían portarse como putas, es descabellada, falsa e imita la horrible visión de la resistencia polaca que nos mostró la insufrible World on Fire.

                          Catherine despues de servir de cebo para masacrar alemanes

Tanto descripciones fidedignas de los lados más oscuros de las resistencias europeas sean francesas (Un Village Francaise y Das Boot), polaca (Wartime Girls), checa (Bohema)  y hasta danesa (Badehotellet) nos han hablado de que matar gente sin ton ni son solo invitaba a represalias tremendas por parte del invasor. Para 1943, la Resistencia Francesa estaba unida. La fea costumbre de las ejecuciones gansteriles de los comunistas , que tantas muertes inocentes habían provocado, había sido prohibida por el General de Gaulle. ¿Entonces por qué denigrar a Catherine y a su grupo, del cual hablaré en otra ocasión,  cuyos miembros jamás anduvieron de sicarios despachando gente en callejones? 

La chica Dior mete a los resistentes,  que incluyen a su pareja Hervé,  en el piso de su hermano. Me costó reconocer a Hugo Becker en el rol de Hervé. Como que engordó y encogió. ¿Dónde quedó el Príncipe Azul de Blair Waldorf?  Llega el dueño de casa, no quiere que los resistentes se queden ahí, no quiere que Catherine sea parte de la Resistencia. Al final se ablanda. Hervé lo insulta, acusándolo de trabajar para Lucien Lelong que viste a las mujeres de “los nazis”.  Aun así, acepta el sobre abultado que Dior le entrega y que es su sueldo,  más comisiones,  regalo del despreciable Lelong.

                              Herve, Catherine y Christian

Esa noche,  Dior se reúne con su peña nocturna en un barucho cuyo dueño, Jacques, es su amante. La peña la componen el amargado Pierre Balmain, que es colega de Dior, pero se siente ninguneado por el patrón. Eso lo hace enojarse con Lelong por hacerles vestidos a las mujeres de los nazis. El tercero en la mesa es Cristóbal Balenciaga que funge de Pepe Grillo. Les recuerda que algún día la guerra acabará y que tendrán que rendir cuentas. Dior balbucea que en teoría ellos no saben para quienes hacen los vestidos. Balenciaga le explica que de esa manera Lelong busca proteger a sus modistos. Ohhh, entonces Lelong no es tan despreciable.

                              Balmain y Balenciaga

El Cobarde Lelong

Lo que es Lelong parece ser es un cobarde. Se presenta una noche tiritando en el piso Dior (donde hay resistentes escondidos hasta debajo de la mesa) y suplica a su modisto estrella que vaya al Hotel Ritz a reparar un fashion disaster de la amiguita de un SS. Dior llega a la suite de ese gran hotel que durante la guerra solo fue habitado por colabos, nazis, el ejercito germano y…Chanel. Ahí descubre que la clienta ha roto el vestido a propósito.




Se trata de una antigua condiscípula de Catherine y quiere que el modisto alerte a su hermana. La Gestapo sabe de su existencia y está tras sus pasos. Ohhh las amiguitas de los Nazis no son tan malas. Trastabillando, Dior sale del hotel , pero antes se encuentra en medio de una fiestoca y divisa a Chanel carcajeándose con sus amigotes nazis. Dior corre a su piso, pero es demasiado tarde, Catherine ha salido a cumplir con un encargo de la resistencia.



En esta entrada me concentraré en los modistos. En general no han ocultado mucho de Dior. Todo lo que aparece es cierto como su gran cariño por su hermana y sus esfuerzos por rescatarla. En cambio, me ha dado rabia lo hecho con Lucien Lelong. La serie nos lo muestra como un buen hombre, pero los otros personajes se encargan en un alarde de exposition, de echarle mugre encima. Es vergonzoso,(casi tanto como el acento de Malkovich)  que se blanquee a Chanel y se enlode a Lelong que salvó la industria de la moda francesa.



Cuando Chanel está cenando con Himmler, se burla de Lelong diciendo que no es un verdadero couturier, que se da crédito por la obra de sus empleados. Algo de verdad hay en eso. Lelong no era modisto, pero creó un imperio de la moda. Formó lo que hoy llamaríamos un Brand, dando trabajo a más de mil operarios en varios talleres y reconociendo y utilizando el talento de famosos diseñadores como Dior, Pierre Balmain y hasta Givenchy que pasó en la firma un tiempo después de la guerra.

                                         Lucien Lelong

Lo malo era que la clientela no conocía el nombre de estos genios.  También es cierto es que todos debían ceñirse a un ”estilo Lelong”, por lo que tampoco podrían haberse dado crédito por los diseños que seguían un esquema impuesto por el patrón.  Lelong era un gran empresario cuya firma incluía también una delicada perfumería cuyos productos hoy son imposibles de conseguir o recrear. En el periodo de entre guerras, decir “Lelong” era decir elegancia. Entre sus clientas se contaban Garbo, Dietrich y Colette.

                                           Marlene Dietrich en Lelong

Malkovich ha creado un Lelong ambiguo, de gestos furtivos ¡y ese terrible acento! En realidad, era un señor muy elegante, oficial condecorado, de buena familia y que gustaba de las mujeres. Se casó tres veces. Un error de la serie fue decir que su esposa era amiga de la mujer del jefe de policía. Para 1943, Lelong se había divorciado de su esposa, una princesa rusa emparentada con Los Romanov.



Es divertido ver que Lelong y Jean Cocteau trabajan juntos en El Teatro de la Moda sin rencores y eso que ambos tenían su historia pasada. Natalia Paley, la esposa de Lelong era mujer de escándalos. Conoció a Cocteau y,  aunque el dramaturgo  era abiertamente homosexual,   tuvieron un affaire. La princesa se encontró embarazada y se tuvo que divorciar. El niño murió antes de nacer, posiblemente por la adicción a las drogas de la madre.

                                        Nathalie Paley en Lelong

Natalia Paley había sido modelo de su esposo. Uno de los detalles que caracterizaban a la Casa Lelong era que las modelos pertenecían todas a la clase alta. Otras características eran la fluidez de sus diseños y el uso de telas, como los crepes y la viscosa,  que permitiesen ese look casi líquido.  Tan famosos como sus diseños eran sus perfumes con nombres exóticos como Sirocco y Balalaika que venían en ánforas de cuello largo diseñadas por Lalique.




En 1940 cuando Lelong regresó del frente decidió no cerrar su tienda. Tenía más de mil operarios y no quería dejarlos desempleados en un momento tan crítico. Lelong siguió generando empleos y eso que los alemanes desde el primer día comenzaron a fastidiar con la idea de cerrar las casas de moda y llevarse la industria del vestido parisino a Berlín.

Apenas un mes después del Armisticio, agentes de la Gestapo se presentaron en Maison Lelong, dizque que para una inspección. Unos días más tarde regresaron y se llevaron los archivos. Lelong hizo una protesta formal ante el general Otto Abetz , el mandamás alemán en Paris. Los archivos fueron recuperados, pero la cosas siguieron su curso.

La serie nos muestra un Lelong cobarde, sumiso, que teme desairar a los alemanes. Este “cobarde” en la vida real protestó varias veces y finalmente se atrevió a emprender un viaje del cual muchos podrían no volver. En su calidad de presidente de la Cámara Sindical de la Alta Costura de Francia viajó solo y sin invitación a Berlín donde se entrevistó con los altos jerarcas explicándoles que un traslado de la industria parisina a Alemania era costoso e inviable. Así fue como “el cobarde Lelong” salvó a la moda francesa y a todos sus operario, incluyendo a sus modistos.

                         Lelong, Balmain y Madame Zehnaker, n equipo para vestir colabos

Después de la guerra, en esa etapa revanchista que nos muestra la serie, Lucien Lelong fue enjuiciado. Solo se le encontró un ejemplo de colaboración formal. En una ocasión había solicitado de las autoridades ocupantes una gran cantidad de pases para que su equipo y sus modelos pudiesen montar una exhibición en la Zona Libre.

Las Clientas de Lelong

Da risa y rabia que gente que, si colaboró activamente con el invasor como Marcel Rochas,  Jacques Fath y Maggy Rouff,  nunca fueron a juicio. Luego está ese absurdo libelo de “vestir a las mujeres de los nazis”. Antes de la guerra,  la Casa Lelong vestía a las actrices, a las aristócratas, a las esposas de los empresarios y a las amantes de los aristócratas y empresarios. En 1940 comenzó a diseñar para las actrices, las aristócratas, las mujeres de los empresarios y las amantes de los aristócratas y empresarios. Solo que durante la guerra toda esa clientela pasó a ser parte del universo colabo.


                        Mi vestido favorito de Lelong (1937) . Hoy en el Metropolitan
                                   Un traje de Maison Lelong (1942) 

Las actrices, incluso, tenían permisos especiales de las autoridades para hacerse ropa. La serie no miente, las telas finas eran tan escasas que valían oro. Los alemanes las racionaban y cerraban casas de moda donde se adquirían géneros de forma clandestina (eso pasó con Balenciaga). En 1943 se les prohibió a las francesas hacerse vestidos largos para a noche. Las únicas a las que se les otorgaba una libreta especial para gastar más en sus vestidos de fiesta eran las actrices.

                                   Vestido largo diseñado por Lelong en 1943.

Es cierto que entre todas las clientas antiguas de Leong habría alguna esposa alemana o francesa. Se sabe que Lelong diseñó ropa para Suzanne Abetz, la esposa francesa del General Abetz. ¿Pero puede considerarse eso una traición a la patria?

He oído, pero no he podido confirmar leyendas de que Lelong ayudó a la Resistencia pasándole información adquirida en su trato con los poderosos del momento. He oído que ayudó a judíos a huir. Se dice que Madame Gres se salvó gracias a él. Todo lo que muestran del apoyo que recibe Dior de su jefe durante el arresto de Catherine, es verdad. Entonces que se dejen de llamarlo “traidor”.

El juicio que coincidió con la estupenda idea de Lelong del Teatro de la Moda fue un golpe tremendo para el modisto. Aunque fue exculpado, el estrés de los años de luchar contra los alemanes y la humillación de ser acusado de colaboracionista eran demasiado. Otro golpe fue el abandono de Dior (y de Balmain) para abrir su propia casa.

                    Muñeca y diseño de Dior presentado por Le;ong en el Teatro de la Moda

A fines de Los 40,  Lucien Lelong cerró su empresa y renunció al título de presidente de la Cámara Sindical. Como cortesía, los miembros de la Cámara lo nombraron presidente honorario.  Lelong se mudó a Biarritz. Allá, en 1954, volvería a casarse, tendría otra hija y moriría cuatro años más tarde. Francia, la Alta Costura y los amigos de la moda estarían siempre en deuda con él.

Mal Elenco y Poca Luz

A pesar del atroz acento, me ha gustado lo que Malcovich ha hecho con el personaje de Lucien Lelong. No puedo decir lo mismo de Ben Mendelssohn. El australiano interpreta al gran modisto como si estuviese o borracho o despertando de una curda. Se bambolea desorientado, siempre parece a punto de caer. Habla como disculpándose o suplicando.

                            Dior siempre a punto de caerse

En la vida real,  Christian Dior era muy tímido, pero no era inseguro. Era supersticioso y creía en las clarividencias de Madame Delahaye, pero no vivía de profecía en profecía. En la serie ni siquiera parece un hombre responsable, capaz de crear un imperio e imponer un Look.

El elenco es otra falla de la serie. Hugo Becker está totalmente perdido. Lo mismo se puede decir de Jannis Niewohner. Walter Schellenberg era muchas cosas , pero no este duendecillo retorcido lleno de muecas y gestos furtivos. Maisie Williams cumple su rol de pesonaje-simbolo, pero Emily Mortimer es tan mala  como actriz como de guionista. Creo que los únicos que destacan son Juliette Binoche y Claes Bang que, aunque feo,  tiene la magnífica figura (casi tan perfecta como la de Pierce Brosnan) para interpretar a un gallardo playboy que esconde su oscura personalidad de espía bajo modales cortesanos.



¿Recomiendo la serie? Si, pero siempre y cuando conozcan los hechos verdaderos y se entienda que en su afán de convertir la historia en ficción se hayan guardado los detalles más jugosos de este momento tan importante de la moda y de la historia francesa.

¿Hay algo bueno?  La actuación de Juliet Binoche, la preciosa entrada y una escena que me encantó . La entrada es engañosa puesto que promete lo que la serie no da; mucha luz y música adecuada. Aunque la musicalización corresponde a la época, el equipo Kessler escogió temas anglos para abrir cada episodio.

                                          Chanel y Spatz

Con el caudal de música que se compuso e interpretó en el país ocupado,  que vio nacer a Edith Piaf y donde seguía rasgueando la guitarra el gran gitano Django Reinhartd,  pudo incluirse media docena de canciones representativas del momento. Solo en los últimos episodios escuchamos a cantantes de entonces Piaf y Tino Rossi. Hice una lista de reproducción en YT de las mejores piezas de esa época que hubiesen quedado bien en la serie.



Mi escena favorita de la serie es cuando Christian Dior va a La Gare d’Este a recibir a Catherine que regresa del cautiverio. Vemos al modisto en un tumulto de parientes de prisioneros. Tremendo juego de cámaras que los lleva por galerías y escalinatas hasta la sala de recepción. La iluminación que se enfoca en los ramilletes de lilas blancas que portan Dior y los otros (un detalle real) pone un toque de esperanza y optimismo en medio de tanta tragedia. Qué pena que no haya más escenas parecidas de las cuales hablar. (SPOILER: El desfile del capítulo final también es una gran escena).

                       Dior, lilas blancas y Catherine que no aparece

Contenido Violento y Gory: Me imagino que las escenas de tortura de Catherine y las he visto peores. Después de todo la dejaron imposibilitada de tener hijos y no creo que fuese por culpa del baignoir. En cuanto a Ravensbruck…parece película de Los 40 cuando Hollywood todavía no sabía la realidad de los campos de exterminio.

                                Catherine en Ravensbruck

Contenido Sexual y Desnudos. Escenas de cama de Chanel y su alemán  y de Catherine y Hervé. Dior y Jacques intercambian un par de besos. Un topless de tres segundos de Maisie Williams.

Contenido Feminista: Faux feminismo. Mucho discurso “chaneliano” de cómo se sufre por ser mujer cuando Coco toda la vida usó la cama como escalón. Hasta su máxima de que su moda “liberó” a las mujeres es cuestionable. En realidad, la moda nunca ha sido feminista. La serie sufre de un sutil slutshaming y de un temor a la sexualidad femenina desde la cincuentonas Chanel y Lombardi discutiendo qué pueden sacarles a los hombres a cambio de favores sexuales, hasta Catherine seduciendo alemanes para que los maten sus amigos resistentes.



Factor Diversidad: A pesar de lo diversa que era la sociedad parisina de Los 40,  se ha escogido mostrar solo personajes blancos sean alemanes o franceses. Los únicos judíos que aparecen son los Hermanos Wertheimer que son retratados,  uno como bobo y el otro como codicioso. La serie nunca explica bien que la sociedad era legal y la única que pecó de atolondrada fue Chanel al aceptar 10% de un negocio en el que solo tuvo que poner su nombre.

A pesar de que en La Familia Dior hay problemas mentales, se ha optado por no especificar las razones por la cual Bernard está en un asilo o Raymond intentó suicidarse. La idea es que la única víctima aquí sea Chanel.

La homosexualidad de Dior es un tema terciatio, a pesar de que es parte de una peña gay de modistos. No se menciona que Vaufreland era gay ni la posible bisexualidad de Chanel.

                                  Momento cariñoso entre Jacques y Dior

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

Chaney, Lisa. Coco Chanel: An Intimate Life: 2012

De Courcy, Anne: Chanel’s Riviera: Glamour, Decadence and Survival in Peace and War 1930-1944.2020

Fiemeyer, Isabelle: Chanel, The Enigma. 2016

Frame, Alan: Toto Koopman &Coco Chanel: Spies, Seduction and the Fight for Survival.2020

Picardie, Justine: Coco Chanel, New Edition:  The Legend and the Life.2023

Riding, Alan: And the Show Went On: Cultural Life in Nazi-Occupied Paris. 2011

Sebbas, Anne: Les Parisiennes: How the Women of Paris Lived, Loved and Died Under the Nazis. 2016

Vaughn, Hal: Sleeping with the Enemy: Coco Chanel’s Secret War. 2011