jueves, 14 de agosto de 2025

He Tomado Una Decisión: Gilded Age 3x08

 


Esperábamos una propuesta de matrimonio de parte del Dr. Kirkland y que Larry retomase su compromiso, pero Oscar se les adelantό. Muchas parejas felices menos la principal y eso no me molestó. Fue un toque de realidad en medio de una noche que comenzó en una emergencia médica y acabo en dos bailes todavía segregados. ¿Qué fue lo que más les gusto y les incomodó de “My Mind is Made Up”? Lo mío es conciencia de que The Gilded Age quiere ser un buen drama de época con personajes y episodios históricos, pero también un cuento de hadas escapista y como que fallan en esa combinación

¿Hay un Médico Cerca?

Brinkley no ha muerto y lleva a su patrón malherido de regreso a Park Avenue. Como todo ocurre muy velozmente no sabemos si fue idea de George tal como el no avisar a la policía. Llega el carruaje metiendo  tanta bulla que alerta a Church a Bannister y posiblemente a Lincoln en su tumba.

Entran al herido a la mansión y baja Bertha dando alaridos,  ¡díganme que respira!” Manda a Church en busca del Dr. Logan. Bannister que ha seguido a la comitiva pasa a ser el Deus ex Machina y anuncia que hay un médico en el salón de su casa. Bertha le ordena que lo traiga. Antes de salir, Bannister recuerda en que mundo vive y confiesa que el facultativo “es de color”. Bertha dice que no importa.



En el salón, William y Peggy acaban de sentarse, cuando llega Bannister con las malas nuevas. William corre y le grita a Peggy que lo siga con su maletín. No supe porque no lo cargó el. Bueno, solo para darle una oportunidad a Marian de insertarse en este cuento.

Marian baja, totalmente vestida (Mrs. Bauer está en camisón),  y le pregunta a Peggy porque está en pie. Apenas se entera, Miss Brooks agarra el maletín y cruza la calle al galope. Y aquí tenemos otra vez la inseguridad del guion en lo que respecta a Marian. Desde la primera temporada que la vemos como una metiche, metiéndose donde no la llaman. ¿Recuerdan cuando casi obligó a Tía Ada a recibir un ex novio sin averiguar nada sobre los sucesos del pasado? ¿O cuando casi se le encaramó encima al difunto Adams apenas lo conoció y él tuvo que pararla?

Por eso me molestó la faceta de Marian Moralista. Marian Entrometida se hubiese ido a investigar al Haymarket, hubiese interrogado a Jack antes de volverse Ifigenia a punto de ser sacrificada,  y ponerse a contarle el chisme a todo el mundo sin siquiera hablar con el acusado.



Bueno, ahora resulta que la victima de los hombres malos se nos vuelve Mary Sue una enfermera de campaña que a pesar de sus voluminosas faldas se sube arriba de la mesa del vestíbulo donde han tendido a George y experta y valientemente asiste al Dr. Kirkland en la extracción de la bala. Sorprendente en una mujer que no se atreve a decir la palabra “burdel”.

El Dr. Logan llega al amanecer. Tuvo que atender un parto de mellizos y por eso no vino antes. Se escandaliza al ver a William ahí. Una vez que se entera que tiene que vérselas con un graduado de Howard y observa lo que ha hecho el médico negro con el paciente, admite que el Dr. Kirkland ha salvado la vida de George Russell. Pregunta si se le ha administrado algún calmante y prescribe láudano. Apunto esto porque ya hay conjeturas que caerá en las drogas nuestro Robber Baron. El láudano era el único analgésico que existía y no todos los que lo tomaban se volvían opiofagos.



Llega Larry y su padre ha cobrado conciencia. Bertha lo llena de mimos. George anda dando órdenes. Nada de policía. Envía por, lo que creo, era un agente Pinkerton. Larry sospecha de Clay y el agente decide investigarlo.


Marian Castigada

Larry baja al vestíbulo y se encuentra a su ex novia roncando en un sillón. Él se sienta en los escalones, Marian despierta y corre a acurrucarse a sus pies. Larry le agradece lo que hizo por su padre. “Yo haría cualquier cosa por ti y por tu familia” responde Marian. Esto deja perplejo a Larry (y a mi) ¿Entonces por qué romper el compromiso de manera tan abrupta?

Marian pide perdón. Gracias a Jack ahora sabe la verdad. Larry no está convencido. ¿Por qué creerle a Jack y no a él? Tímidamente, Marian recuerda que su novio mintió. “Fue para protegerte” insiste Larry y ella no lo refuta. Toda la noche fue una serie de disculpas y “mea colpa” de Marian, contrastando con su comportamiento en capítulos pasados y reafirmando mi creencia de que se trata de un personaje incoherente.



Marian vuelve a su casa y le cuenta a Ada quien insiste en que debe retomar el compromiso. Marian así lo desea, pero Larry... Miss Brooks visita a George para ver cómo sigue. Los Russell le están muy agradecidos a su vecina y se lo hacen saber, pero Larry se marcha al verla.  A solas, Bertha admite su error y expresa su admiración por Marian. Ahora se da cuenta que Marian no es “una debutante debilucha”.



¡Alto ahí! Quien escribió esto no ha prestado atención. Bertha quería comprar un yerno con título y vendió a su hija. Para nuera quería una chica dispuesta a “comprar” a Larry con dinero y conexiones como Martha, el Plan B del Duque de Buckingham. Marian no posee ninguno de esos requisitos.

Jack Recibe una Invitada

Volviendo a los bajos de las mansiones, Jack hace una visita a “su familia”. Les cuenta que tiene una cocinera y dos mujeres para la limpieza, pero que nadie cocina como Mrs. Buer. Unos días más tarde, Bridget con salida de calle y un cesto al brazo aparece de visita. Mrs. Bauer vio a Jack muy flaco y le mandó un estofado.



Jack se siente a comer y Bridget se para a su costado. Jack la invita a sentarse. “Soy una criada” dice la irlandesita. Jack le recuerda que están en su casa. “Eres mi invitada”. Se para y la escolta hasta el asiento principal. Muy bonito y romántico, pero Jack debió pedir al menos una taza de té para su invitada. ¿O acaso Bridget tenía que quedarse mirando hasta que terminara su sopa?



¿Significa esto que Adelheid ya no cuenta? Porque la austriaca regresó. Gladys llega a su casa de soltera. Trae una sorpresa que solo se revela al final del capítulo. A la duquesa la espera otra sorpresa. Bertha ha traído a Adelheid para que sirva a su hija mientras Los Buckingham estén en Nueva York.




La Confesión de Peggy

Como William estuvo tan ocupado, envía una nota a casa de Los Scott solicitando hablar con Peggy. Tanto Peggy como su madre creen que viene a pedirla en matrimonio. Enternece su alegría e ilusiones. Dorothy sale para dejar a la pareja a solas.

Peggy descubre que no es un motivo de alegría lo que el Dr. Kirkland viene a preguntarle. Le cuenta su versión, él le cree, pero la confesión lo abruma. Dice que tiene que dar un paseo, pensar, comete el error de decir que ahora su madre nunca consentirá en su matrimonio.



Peggy queda hecha pedazos. Cuando llega su madre, ambas lloran abrazadas en la escalera. Peggy cree que William la ha abandonado por indigna y por mentirosa. Ahora me doy cuentay la trama subsiguiente me da la razónde que William tenía una visión de Peggy como una chica alegre, despreocupada, determinada, pero todavía sin conocimiento del mundo. Ahora descubre que es alguien que ha sufrido horrores, desilusiones y traiciones, que carga un equipaje de traumas. Él debe asumir a esta nueva Peggy y ver si puede amarla y aceptarla.

Los Scott convencen a Peggy de ir a Newport al baile. Una vez en Rhode Island, Dorothy tiene un encontronazo con Elizabeth Kirkland en la modista. Por poco se jalan de las greñas. Dorothy le dice a la mujer del pastor que vivir en Newport la ha hecho creerse una ilusión en la cual está por sobre los demás y puede actuar con impunidad. Es un golpe duro, pero Elizabeth, antes de irse, lanza su chorro de veneno. Dice que es bueno que su hijo se haya enterado a tiempo de la buena pieza que es Peggy.



Oscar se nos Casa

Nos dicen que en la serie han pasado algunos meses, por lo que no sorprende ver a Oscar más recuperado y en la Opera. Platicando con Mrs. Fish nota la presencia de Turner. Mamie señala que es una de las primeras salidas desde la muerte del Viejo Winterton. Oscar se desliza hasta donde está la ex criada y la saluda.

 Conversan un rato y Enid (recordemos su nombre) menciona el hecho de que está sola, casi sin amigos y que es un placer estar con el joven van Rhijn ya que es uno de los pocos que conoce su pasado. Oscar pregunta si asistirá al Baile de Newport. Mrs. Winterton suspira. Su ex patrona le tiene tirria y nunca la invitará. Osar dice que él cree lograrlo.




Acto seguido, visita a su vecina. Bertha lo conoce de pies a cabeza y sabe que viene por algo. Oscar dice que aun con invitación, su prima no irá a Newport. De pronto (otro recurso rebuscado de este episodio) a Bertha le parece sumamente importante que Miss Brooks venga a su fiesta. Oscar promete convencer a Marian. Bertha le pregunta qué quiere a cambio y su vecino solicita una invitación para la Viuda Winterton.



Me voy a saltar algunas escenas para concentrarme en esta pareja dispareja. Mrs. Winterton es una de las primeras en llegar al baile. Agradece a su anfitriona la invitación. Con franqueza avinagrada, Bertha reconoce que en toda esa fiesta, quien mejor la conoce es Enid. La ex Turner se atreve a sugerir una futura amistad, pero la generosidad de su ex patrona no llega tan lejos.

Oscar encuentra a su amiga-cómplice solita en un rincón. Ambos están contentos de verse y poder chismear a su gusto. Hay varias indicaciones de lo bien que se llevan y lo mucho que se conocen. Oscar va directo al grano en un excelente dialogo que comienza al final del tópico para llegar a lo más importante.



Le pregunta a la viuda si entre sus propiedades hay algún lugar discreto y alejado del beaux monde que conocen. Cundo la respuesta es afirmativa, Oscar menciona que él también tiene ese espacio (la casa que le dejó John). Sigue a esto una promesa del hijo de Agnes de que lo que haga cada uno por su lado, en esas propiedades está permitido siempre y cuando se muestren juntos en ambientes urbanos.

Enid Turner, por fin cae en que esto es una proposición matrimonial. Oscar lo confirma “con tu dinero y mis conexiones”. Mrs. Winterton lo invita a almorzar para refinar detalles. Estamos presenciando lo que se conocía entonces como un preludio a un “Lavender Marriage”. ¿Pero sabrá la viuda alegre la orientación sexual de su novio? ¿Qué dirá Agnes ante esta messalliance? Sinceramente, es lo único que me interesa de la próxima temporada.



Hablando de Agnes, hace rato que una representante de una asociación de preservación histórica de Nueva York la anda buscando. Finalmente se presenta en la Mansión van Rhijn. Agnes, creyendo que anda a la pesca de una donación, debe confesar que no tiene dinero. Pero se trata de algo mejor, la Heritage Society la quiere de vicepresidenta. Mrs. Van Rhijn acepta conmovida, más la enternece saber que es su hermana quien ha organizado este encuentro. Esa noche, Agnes cede su asiento principal en la mesa a Ada, diciendo que la Viuda Forte es la verdadera cabeza del hogar 



El Baile de las Divorciadas

Todo está listo en la Mansión Russell; de Newport donde Bertha, acompañada de su hija y de su yerno, se preparan a recibir a los invitados. Bertha está nerviosa. Mrs. Astor le ha dejado claro que no irá a un baile donde permiten las divorciadas aunque una de ellas sea su hija. 



La Russell respira con alivio cuando ve llegar a sus invitados, incluyendo a Aurora, rodeada de su prima y sus tías y Charlotte Drayton que da ya la añeja excusa de que Mami no se siente bien.



Pues media hora más tarde aparece Mrs. Astor y ahora la única preocupación de Bertha es que llegue su marido. Finalmente, Mr. Russell hace su aparición. Bertha no cabe en sí de gozo, su familia está reunida. Se enternece viendo bailar a los Duques y se los señala a George: “Mira que felices son” La cara de George no me da buena espina…



Peggy Recibe una Propuesta

Todo está listo para el baile de la parroquia del Reverendo Kirkland, pero William se niega a asistir. Su madre está sorprendida de que lo haya afectado tanto saber lo que hizo “esa mujer” . Recuerda que Peggy ni les dio la oportunidad de “perdonarla”. William estalla y acusa a su madre de esparcir chismes infundados sobre Peggy. El Reverendo toma el partido de su hijo y le da una reprimenda a su mujer.



En el baile, Peggy lo está pasando bien con sus amigas. Todos ven llegar a Los Kirkland sin su hijo. Peggy está bailando con un desconocido cuando ve llegar a William. Este lo ve en la pista, pero se dirige hacia Mr. Scott y pide hablar con él. Le pide formalmente la mano de Peggy. Mr. Scott le recuerda que en una pareja,  los parientes no deben interferir.

William parte a la pista de baile y saca a bailar a Peggy. En medio del vals, hinca una rodilla en el suelo, se saca una caja con un anillo y le propone matrimonio. No me puedo imaginar un momento más romántico.



Una Lección para Bertha

Pues a Bertha todo le ha salido bien y cree que siempre ha tenido la razón. Se equivoca y su marido se lo explica al día siguiente. Si vino al baile fue porque es bueno para los negocios, pero nunca le perdonará a su mujer su manipulación, el modo en que vendió a Gladys por una aparición del Duque en su Opera House, y como lo obligó a traicionar a su hija. Y tiene razón. Por más que Gladys parezca feliz, eso fue cuestión de suerte. Si Bertha no hubiese ido a Inglaterra, Gladys y Hector seguirían bajo la bota de Lady Sarah.



Me ha dado vergüenza que los productores hayan salido a defender a Bertha con argumentos enclenques. En Deadline, Lord Fellowes dijo que solo las mujeres débiles sufrían en ese tiempo. ¡Queeee! ¿O sea vamos a culpar a las víctimas? Habló de Alva Vanderbilt pero en ningún momento se refirió al calvario de Consuelo Vanderbilt. Y Sonja Warfield dijo que Bertha sabía lo que hacía con Gladys. ¿Qué sabía? ¿Qué iba a vivir en una casona en ruinas con ratas corriendo por todos lados, dominada por una cuñada que parecía salida de Crimson Peak? Nos alegramos de que Gladys sea feliz y de que le haya escrito a la cigüeña, pero es solo en los libretos escapistas donde ocurre tanta armonía en una pareja que comenzó tan mal.



Es como cuando para la misma revista Louisa Jacobson defendió a Marian porque si se casaba con Larry podía contraer una enfermedad venérea, un tema que jamás se trató en la serie. En cambio, tuvimos a Marian como mendiga pidiéndole perdón a Larry varias veces en este episodio final. Me doy cuenta que los productores son tan manipuladores como Bertha y tratan de convencer al público de razones que se han sacado del fundillo para explicar o excusar las acciones erradas de sus personajes.

Factor Modas

¡Como se notó que la calidad y la cualidad de la alta sociedad de Newport se fue a las pailas! Fue evidente en la ropa, todas vinieron disfrazadas de gitanas. Marian con un color que parecía sandia podrida,  y sus tías de rojo vino, contrastando con la anfitriona en rojo sangre. Mrs. Astor era un mosaico de tonos bizantinos.



Solo Mrs. Winterton se veía distinguida. Se quitó el luto para venir en encaje verde bosque.

 ¿El mejor vestido? El de la paria, Charlotte Drayton en verde esmeralda en un vestido que parece diseñado por Mainbocher.



                          Diseño de Mainbocher para la Duquesa de Windsor

En cambio el Baile de la Parroquia Kirkland mostró vestidos hermosos. Aunque la prima Augusta parecía helado de fresas con crema, su prima estaba exquisita en blanco invierno con aplicaciones de flores, pero el traje más bello fue ese rosa champaña de Peggy. Lucía deslumbrante.



Fue una desilusión el traje de Miss Brooks, porque en todo el episodio vimos que Marian destacó por sus trajes. Como este vestido de encaje, tul y organdí verde manzana.



Buena combinación de levita a lunares y sombrero azul marino sobre vestido rosa pálido. Me recordó un traje que la Princesa Diana usó para una fiesta de disfraces en Canadá.



                                    Los Principes de Galés en Canadá 

Incluso la falda bouffant en satén color oro y la blusa estampada que vistió en su etapa de enfermera, me parecieron más que adecuados. Además noto una vibra del Balenciaga de los 50.

                   Modelo de Balenciaga, mediados de Los 50


En cambio muy rococo es ese traje con moños celeste de Aurora. Muy bonito. Lástima que no podamos decir lo mismo de Ada. ¡Tantos botones en su chaleco! Ya parece que va a trabajar en un ascensor. Y que suerte que no vean la falda que parece tapiz de sofá provenzal.



Con esto doy por terminada mi etapa de reseñadora de la Tercera Temporada. Gracias por su lectura y comentarios. Primero D-s, nos veremos el próximo año.





jueves, 7 de agosto de 2025

Excluidos: Gilded Age 3x07

 


Aunque el título en inglés significa una persona cuya herejía ha llevado a que la Iglesia Católica le niegue la comunión, he preferido usar otra acepción, Según el Diccionario Collins “excomunicated” también se refiere a quienes son excluidos de un grupo como la alta sociedad neoyorquina que excluye a Ward Mcallister, o Marian que incluso hace que impidan la entrada de Larry de casa de sus tías. ¿Qué pasó en este penúltimo episodio? Falta solo un capítulo y vemos que a Lord Fellowes le están gustando los finales violentos.

Peggy a Punto de Ser Excluida

Provoca tristeza ver a Peggy tan ocupada y contenta y saber que ese estado de cosas no va a durar. Todo parece salirle bien. Después de un picnic con su Dr. Kirkland, y una invitación para acompañarlo a un baile, tiene la felicidad de recibir a Frances Ellen Watkins Harper en la Mansión van Rhijn que Ada le ha prestado para un mitin sufragista.



No sabe que una amiga chismosa ha informado a su suegrita de que Miss Scott parece que estuvo casada, tuvo un hijo al que dio en adopción y asistió , junto a sus padres, al funeral del niño. A Mrs. Kirkland se le hacen pocos los pies para correr al consultorio de su hijo y despellejar a la nuera que no desea.



William está alterado. Cuando dijo que no quería saber del pasado de su casi novia no esperaba esto. Su madre empeora el chisme, como suele ocurrir con los chismes. Le dice que tal vez Peggy sigue casada o nunca estuvo casada. Lo importante es que regaló a su hijo. El Dr. Kirkland no aguanta más y parte a la Mansión van Rhijn ,a pesar de que ya es noche, y pide al sorprendido Bannister que llame a Peggy.

Ward Mcallister, Predecesor de Truman Capote

En la vida real, Ward Mcallister protegé de Mrs. Astor, y gran arbitro social de Nueva York cometió un gafe fatal. En 1890 publicó un libro titulado  Society as I Have Found It. En ese volumen el sureño sacaba los trapitos al sol de quienes él había bautizado como  los “400”, la creme de la creme de la sociedad neoyorquina.



Ese actoque más de medio siglo después emulara Truman Capote le ameritó a Mcallister  ser excluido y exiliado de ese entorno social tan amado. También fue excomulgado, convertido en un paria criminal que no merecía la gracia de un conglomerado que se consideraba tan sagrado como la iglesia.

Lord Fellowes eligió adelantar la caída de Mcallisteruna caída de la que nunca se recuperaríaunos seis años. Comenzamos el episodio, con los personajes, incluyendo a Miss Armstrong, leyendo el famoso libro. Lo próximo es que en el salón de la Mansión van Rhijn, Lina Astor, flanqueada por Mrs. Fish y Mrs. Russell, da las ordenes: Ward Mcallister debe ser excluido, nadie debe recibirlo, nadie debe dirigirle la palabra. Son órdenes fáciles de seguir porque no hay familia importante en la ciudad cuyos secretos no hayan sido ventilados en el escandaloso librito.





Mc Callister actúa como si nada. ¿Realmente fue tan ingenuo? Pronto cae en que ha pisado el rabo del león. Las puertas se le cierran, hasta Bertha no le responde el saludo, finalmente irrumpe en la Mansión Astor y se enfrenta a Lina.



En vez de reparar en su error, o darse cuenta del daño que le ha hecho a quien se consideraba su amiga, se vuelve osado. Grita que él inventó esa sociedad, que sin él no existirían, que tenía todo el derecho a exponerlos como lo que eran, codiciosos y arrogantes. Termina ofendiendo a Lina quien no aguanta más y hace que el mayordomo lo escolte hasta la puerta con ordenes de no volver a dejar entrar a Mr. Mcallister de nuevo.



¿Podría Oscar Ser Excluido?

Ada está preocupada por su sobrino que parece no sentir la muerte de su amigo, John Adams. Agnes le dice que a los hombres no los afectan las mismas cosas que a las mujeres. Nosotros sabemos lo que sufre Oscar.

Mrs. Bell, hermana del difunto, invita a Oscar su casa. La reconozco, es una de las amigas de Aurora Fane. A solas, la mujer enlutada confiesa haber sido muy unida a su hermano, saber lo que fue y reconocer la importancia de Oscar en la vida de John. Le dice que John, para evitar escándalo, no pudo incluirlo en su testamento, pero, en secreto, le pidió a la hermana que le cediera a Oscar su casa de veraneo.


Muy conmovido y alterado, Oscar retorna a su hogar y cuando es cuestionado por su madre, tía y prima les cuenta con amargo sarcasmo que John Adams le ha sido más útil muerto que vivo. Agnes se escandaliza, no entiende porque Adams le legó a su hijo una propiedad. Esto es demasiado para Oscar que estalla recordando como se sentó en la parte trasera de la iglesia como si fuese un extraño guareciéndose de la lluvia. Een vez de sentarme al frente, como…”

El llanto gana a Oscar y es su prima quien toma el control de la situación. Explica a las presentes que John Adams rescató a Oscar de la pobreza, resucitó su carrera y por eso su primo le estaba profundamente agradecido. La cámara se enfoca en el rostro de las mujeres, principalmente Agnes, y nos damos cuenta de que saben lo que ocurre, pero Oscar Wilde bien lo explicó cuando acuñó el término “el amor que no puede ser nombrado”.

Marian acompaña a su primo a su cuarto. Le dice que sabe lo que le pasa. Oscar dice que si en verdadsupiera lo rechazaría. Marian dice que, aunque la sorprende, entiende lo que había entre él y John. Que jamás lo rechazaría y que solo quiere ayudar. Oscar la abraza y agrega que ya lo está ayudando.



Para todos los que he visto en redes sociales aborreciendo a Oscar por cobarde y no salir del closet parece que ignoran que hasta 1965, la homosexualidad, sodomía o “crímenes contra natura” eran eso un crimen penado por la ley estadounidense. Gatos Seriéfilos desde el Siglo XVII, ese tipo de felonía era castigado con la pena de muerte.  En 1873, la pena capital fue abolida en Carolina del Sur, ultimo sitio donde todavía se empleaba para los sodomitas. En la Nueva York de 1884, la época de la serie, el castigo eran 20 años de cárcel y trabajos forzados. Por eso, Oscar no anda. enarbolando banderas de Orgullo Gay por la calle.

Marian y Larry

Increíble que Marian sea tan comprensiva con Oscar y tan tajante con su novio. Larry ha retornado de Arizona para encontrarse con una carta criptica. Cuando va a la Mansión van Rhijn Ada lo recibe en la puerta. Viene a devolverle el anillo. ¡Qué vergüenza, hasta para eso Marian usa a la tía! El pobre Larry no entiende nada. “No soy tu enemiga” dice la avergonzada Mrs. Forte, pero no le puede explicar porque Marian cambió de opinión.

A solas con su tía, Marian se queja dramáticamente de que todos los hombres de su vida le han fallado y que prefiere quedarse solterona y así no sufrir. Ante tal burrada, Ada pierde la paciencia. Le dice que ni se imagina la soledad de una solterona, que ella agradece el poquito de amor que tuvo y espera que su sobrina nunca sienta esa soledad.



Como no lo dejan entrar a la Mansión van Rhijn, Larry va a buscar a Marian a su trabajo. Ahí por fin se entera del motivo de la ruptura. Pide perdón y dice que no hizo nada malo y si mintió fue para evitar justamente lo que está pasando.



Marian, burlesca, dice que si acaso en el futuro deberá esperar  más mentiras cada vez que Larry quiera evitar un tema desagradable y que solo se disculpa porque lo han descubierto. Llegan las alumnas de Marian y Larry debe marcharse.



Marian sigue en onda generosa y lleva a Jack a ver una casa para rentar. El ex lacayo aprovecha para narrarle lo que realmente hicieron en el Haymarket. Así Marian se entera que Jack nunca dejó solo a su ex prometido y que solo se bebieron unas copas. Pone cara contrita. A ver si aprende a no ser tan rápida en sacar conclusiones erradas…



Bertha Excluida por su Propia Familia

Bertha y Andree han regresado de Europa. El trio de la cocina le pone una trampa a la francesa. Le dan una falsa noticia. Un día después ese chisme circula en los periódicos. Al ser enfrentada por Church y Co. la doncella responde con cinismo que le caen bien los criados y la patrona, pero $40 ($400 de hoy en día) por chisme fueron más importantes.

Unos días después de su regreso, Bertha se encuentra con su marido que ha venido a recoger unos papeles. Corre a contarle las ultimas noticias (el libro de Mcallister). Casi grosero, George le dice que no tiene tiempo para chismes. Bertha insiste. Lo que pasa en la alta sociedad los afecta. George ahora alza la voz y le anuncia que están al borde de la ruina. Asustada, Bertha indaga sobre la situación, pero Mr. Russell ha llegado a despreciarla tanto que ni siquiera quiere compartir su información con ella.

Todo parece arreglarse con la llegada de Larry y sus buenas nuevas de Morenci. Ha comprado las minas. George está encantado, planea usar la promesa millonaria de esas minas para convencer a los Merrick que le vendan las acciones.  Sin embargo, Larry no ha podido ver a Marian. Vuelve muy confundido a su casa y le cuenta sus padres que su novia rompió con el y desconoce la razón. Por una vez estoy de acuerdo con Bertha en que esa actitud habla más mal de Marian que de Larry.



Su hijo estalla y le acusa de haber intervenido en su romance. Bertha se escandaliza como la cree capaz... Su esposo la interrumpe “sabemos de lo que eres capaz”. Larry acusa su madre de no importarle nadie. Para ella los humanos son meros peones que la ayudan en sus planes de dominar el mundo. Se niega a vivir bajo el mismo techo y también se marcha al club. Bertha queda sola en una inmensa mansión. Pero Bertha siempre cae parada.



Lina Astor ha decidido que con tanto escandalo debe cancelar el Baile de Newport, pero es imposible hacerlo, casi tan imposible como para Mrs. Astor ser la anfitriona. Le cede el puesto a Bertha. Mrs. Russell vuelve a su casa y se encuentra a su hijo y a su esposo hablando de negocios.

Les cuenta que ha sido elegida para conducir el baile de Newport y que Gladys y su marido vendrán a Rhode Island para ese evento. “Vuelves a tener tus peones en el tablero” le dice su hijo en tono sarcástico. Bertha, un poco perpleja ante la falta de interes,  les cuenta que la espía era Andree. “Siempre sospeché de ella” comenta George sin levantar la cabeza de los papeles que examina. Acto seguido, los hombres le dan vuelta la espalda, la ignoran, la excluyen



En un acto de generosidad, Bertha se digna a recibir a Ward Mcallister. Le cuenta la buena nueva y anuncia que a cargo del baile abolirá la prohibición de recibir divorciadas. Mcallister pregunta si su magnanimidad lo alcanza a él. Sabiamente, Bertha le recuerda que el escritor actuó por iniciativa propia, consciente de las consecuencias de sus actos. En cambio Aurora y Charlotte son victimas de un sistema patriarcal. Mcallister le pregunta si puede ayudarlo, pero Bertha, con tristeza, dice que ha aprendido a no sobrestimar su propio poder.



Lady Sarah Pasa a Ser Excluida

George le escribe a su yerno contándole sus problemas financieros. Hector le dice a su hermana que no cuenten con dinero Russell ese mes y tal vez nunca más. Lady Sarah exige que devuelva a Gladys (como si fuera un vestido que le quedara grande) y se altera cuando su hermano se niega a devolver a su esposa.

Hector saca a pasear a su duquesa por un jardín en su propiedad. Le señala los irises y le dice que el color le recuerda el vestido que Gladys usó en la ópera. Su mujer se conmueve de que él la recuerde. El Duque le cuenta de la carta recibida de su padre. Gladys se preocupa. ¿Qué sucederá si ya no llegan remesas? .”Cruzaremos ese puente cuando lleguemos a el”, le dice Hector.



Esa noche, antes de la cena, el duque va al cuarto de su esposa y la tranquiliza. Nada cambiará aunque ya no tengan dote que esperar. Gladys se atreve a decirle que hay un hombre dentro de Hector mejor que su exterior y debe dejarlo aflorar.



Casi al final del episodio, Los Buckingham reciben buenas noticias de América. La fortuna familiar está intacta, Mami Bertha va a ser la chambelana del Baile Anual en Newport y los quiere a los Duques de Buckingham ahí. Hector y Gladys lo anuncian a Sarah. Como Lady Sarah no está invitada, esperan que vaya a divertirse a Londres en vez de seguir esclavizada al cuidado de Sidmouth.

Sarah pregunta si deberá abrir la casona familiar en Londres, pero Hector suavemente le dice que ya es hora que se compre su propia casa. Sarah observa las manos de su hermano cogidas a las de su cuñada. Se da cuenta que Hector se ha enamorado de la “heredera yanqui” y ella ha quedado excluida.



Un Disparo en La Noche

George convence a los Merrick (off camera) de venderle sus acciones poniendo como colateral las minas de cobre. Se da el gusto de llamar a Sage y humillar a Clay ante el ferrocarrilero. No supo investigar y se le pasó el verdadero valor de las minas. El indignado Sage se marcha, pero antes despide a Clay. Este queda ahí, sibilante lleno de veneno, y le dice a George que no crea que no se enfrentarán de nuevo. “Soy como las cucarachas” dice Clay, no es fácil destruirlo.

Esa misma noche, en su oficina, George discute negocios con sus secretarios. Alguien golpea la puerta. Es un mensajero su mensaje está dentro de un revolver, les dispara a los secretarios y luego a George…

Factor Moda; El vestuario no estuvo tan feo porque Bertha y Marian usaron trajes ya vistos. El peor traje fue este de Mrs. Astor,  una tela pesada y un color que uno asocia con pañales usados.



Quien estuvo de estreno fue la Duquesa de Buckingham. No está mal este vestido, pero lo afean estas charreteras de plumas que parecen ligas de corista.




En cambio este si me gusto. Muselina y tul blancos con un toque de color de parte de un bustier en terciopelo verde almendra.




jueves, 31 de julio de 2025

Para Hacer una Tortilla…: Gilded Age 3x06

 


Un capítulo en el que todos (menos Ada, Oscar y Gladys) me exasperaron. Y creo que Lord Fellowes también me exaspera, no me gustan las soluciones fáciles o perezosas. Hubo una muerte al final totalmente innecesaria, lo de Gladys parece que se arregló muy rápido y si había que separar a Larry de Marian ¿no se pudo buscar algo más tangible y coherente? “To Make an Omelette…” fue un capítulo trágico donde la única nota optimista fue la reaparición de Pumpkin.

                                         El retorno de 🎃 Pumpkin 

Las Virago no Tienen Color.

Tal vez porque he sido pisoteada por las botas de las mujeres manipuladoras, es que tengo mucha cautela cuando me venden una mujer “poderosa”. La mayoría son arpías empeñadas en dominar a los más débiles. Lo que la serie nos ha mostrado es una serie de féminas controladoras: Bertha, Mrs. Astor, Lady Sarah y ahora una mujer de color, Elizabeth Kirkland.

Peggy regresa de Filadelfia a Nueva York. Ha conseguido que Frances Ellen Watkins Harper (“¿necesita tantos nombres?” pregunta el Dr. Kirkland) venga a dar una charla informal en Brooklyn, en casa de Los Scott.

En la primera ocasión que tiene, Peggy explica a William su antigua relación con Fortune. Deja claro que no quiere nada con su ex jefe ni siquiera volver a trabajar para él. William está aliviado, pero cuando Miss Scott quiere contarle más,  la calla. Le dice que el pasado, pisado. Lo que importa es el presente. ¿Pensará igual cuando su madre le cuente, y a su manera, que Peggy tiene un ex marido y un hijo muerto en ese pasado?

                                Mejor escucha ahora, William

El médico le pide a Peggy que invite a su madre al encuentro con FEWH. Él se encarga de convencer a Elizabeth con el cuento de que es un té de damas para conocer a la escritora de los muchos nombres. Un shock para Mrs. Kirkland descubrir que se trata de un mitin sufragista. Insiste en que deben luchar por proteger el voto del afroamericano antes de exigir ese derecho para las mujeres. Mejor se lo dejan a otra generación. Peggy le recuerda que ella es otra generación y que quiere luchar por los derechos de hombres y mujeres de todos los colores.

                             

En el carruaje de vuelta a casa, Mrs. Kirkland le dice a su hijo una terrible, pero gran verdad. El admira la valentía y determinación de Peggy como mujer, pero esas cualidades no las admirará en ella cuando sea su esposa.

Dorothy le dice a su hija que al casarse se casa también con la familia de su marido. ¿Cree poder soportar una suegra como Elizabeth? “Debo hacerlo” dice Peggy desalentada.  Acto seguido confiesa haberse enamorado del Dr. Kirkland.



Un Secuestro de Millonarios

George Russell recibe una convocatoria de JP Morgan para ir a su encuentro en una propiedad fuera de la ciudad . Creo que se refiere a Craigstone, en Orange County, una de las muchas casas de multimillonario. Llega acompañado de su nuevo achichincle Mr. Brinkley. Lo espera una sorpresa. El ladino Morgan ha convocado también a Los Hermanos Merrick y al muy mencionado Risley Sage, que hace su primera aparición, acompañado de su nuevo socio…¡Mr. Clay!



Morgan les anuncia que serán sus invitados, pero que no intenten huir porque ha escondido los caballos y es una larga caminata hasta el próximo pueblo. Están secuestrados de facto y permanecerán así hasta que decidan el futuro del Ferrocarril de Illinois. Mr. Russell sigue proponiendo comprar las acciones de los Merrick y finalmente los gana por cansancio, pero no cuenta con la astucia de Clay.

                                       JP Morgan toma rehenes

De vuelta a casa, Clay le comunica a su socio de las desastrosas finanzas de su ex patrón y de cómo casar a la hija con un duque lo ha dejado desprovisto de fondos. Risley Sage hace conocer esta noticia a través de los periódicos. Las acciones de las empresas Russell bajan de valor en Wall Street. George no puede encontrar, ni en Londres, a algún banquero que quiera hacerle un préstamo. Todo indica que está arruinado.

En Morenci, Larry tiene una entrevista con el ingeniero de minas que le comunica un gran hallazgo. En su exploración de la zona minera que Los Russell planean comprar, han encontrado vetas de cobre de gran calidad. Aconseja a Larry comprar esas minas, pero para explotarlas no para convertirlas en líneas de tren.

Vemos una diferencia entre George y su vástago en el modo de hacer negocios. Larry demuestra interés, flexibilidad y está dispuesto a escuchar. George es pura prepotencia , solo sabe despedir y ni se le ocurrió que tratar mal a su mano derecha, que tanto sabe de sus negocios, tendría efectos nefastos en ellos. Lo único que se le ocurre decir, una vez descubre la maniobra de Clay es “debí haberlo mandado matar”.



Nota Histórica: La depresión de los 1880s tuvo funestos efectos sobre las compañías ferroviarias. Risley Sage (cuyo verdadero nombre de pila era ‘Russell”) cerró sus empresas de ferrocarriles tras pérdidas millonarias. También se le asoció, como menciona, George con el escándalo bancario Grant&Ward, pero por más que busco no encuentro un vínculo entre él y la Illinois Central Railroad. El presidente de esa compañía en 1884, era James C. Clark (me equivoqué al decir que era Stuyvesant Fish, el esposo de Mamie ocuparía ese puesto en 1887).  Hasta ahora, no ha existido un tren trasatlántico en USA. Ayer, el New York Times, anunciaba un proyecto parecido por parte de la legendaria Unión Pacific.

Ada se Desilusiona y Jack se Despide

Agnes sigue curiosa sobre cuanto recibió su lacayo por el reloj despertador. Interroga a su sobrina y a su mayordomo, pero ninguno suelta prenda. Es la malévola Miss Armstrong quien le cuenta sobre la exagerada suma y agrega mentiras como que al servicio no le gusta trabajar con un ricachón que, a diferencia de ellos, no está obligado a ser sirviente. La escandalizada Agnes exige de su hermana que tome cartas en el asunto.



Ada corre donde Madame Dashkova. Necesita comunicarse con Luke para que la ayude a decidir.  Todo va bien hasta que los mensajes de la médium traen palabras en italiano. Ada se sorprende. El Reverendo Forte no hablaba italiano. La charlatana se sorprende. “¿Lucca Forte” no era italiano? La viuda le explica que ese nombre fue un error del obituario del New York Times.

                                   Mi marido no era italiano.

Ahí Ada cae en la verdad. Dashkova sacó información del obituario más la que la misma clienta le proporcionara. Nunca ha hablado con su difunto marido. Se levanta enojada. Dice que se avergüenza de su credulidad, pero que la médium también debería estar avergonzada. Ada llega a casa y llora delante de su hermana. Sin revelarle de donde viene, le dice que ha sentido a Luke tan cerca. Agnes la abraza y le dice que Luke seguirá cerca mientras su hermana lo lleve en su corazón.



Agnes insiste que Ada debe tomar una decisión respecto a Jack. El mismo Oscar le explica a su tía que es extraño tener a un millonario a su servicio y que no es justo para Jack tampoco. Ada llama al lacayo y le dice que la vida y su trabajo le han dado una hermosa oportunidad, un nuevo puesto en el mundo y es hora que Jack lo ocupe. Cuando Jack dice que el servicio es su familia,   su patrona le asegura que seguirá siéndolo.

Al día siguiente, Jack se despide del servicio. Pobrecito, se ve como tan perdido. Al menos, Mrs. Bauer y Mr. Bannister le dan algunos consejos sobre hoteles. Antes de irse, Jack le entrega a Bridget unas cartas para los de debajo de las escaleras y para los de arriba. Resulta ser el dinero que le prestaron, más intereses.



Unos intereses exagerados a juzgar por el gozo de amos y criados. Hasta Mrs. Armstrong recibe platita. ¿Cuánto seria? A Juzgar por la cantidad de billetes que tenía la cocinera en sus manos, y asumiendo que se trata de billetes de cincuenta dólares, deben ser como $6,000 ($12,000 de hoy en día).



Marian, Drama Queen

Comencé esta entrada afirmando que todos los personajes me exasperaron. Fue una exageración, me exasperan Lady Sarah, George, Mrs. Armstrong, pero nadie más que Marian que se desbocó en decisiones impulsivas y estúpidas que nos indican que no ha superado a la imprudente que llevó un saco de zapatos viejos a casa de Peggy, dos temporadas atrás.

Comenzamos con ella interrogando a Oscar. ¿Qué le susurró Larry antes de su viaje? Oscar le cuenta que Larry encontró a Maude, que él va a encontrarse con ella y que no le cuente a su madre.

Efectivamente, Oscar va al Haymarket y encuentra a Dolly/Maud. Exige hablar con ella. Ella exige que la deje en paz. Se acerca el padrote de Dolly. Oscar hace una oferta y el hombre los manda al cuarto 12. Ahí comenzó el interrogatorio. Oscar estaba tan furioso que cuando agarró un candelabro pensé que iba a romperle la cabeza a la chica. Le dijo que por su culpa había perdido dinero y el de su madre. Ella le asegura que el dinero se lo llevó Crowther,  su supuesto asesor bancario que la estafó tal como lo estafo a él.



Oscar se sorprende que ella trabaje en un burdel pudiendo pasar por mujer refinada. Con tristeza Maud/Dolly le dice que eso solo significa que los clientes están dispuestos a pagar más por el privilegio de acostarse con ella. Le dice que no le tenga lástima, pero Oscar si la siente sobre todo cuando escucha que a los doce años su padre la perdió en una mesa de juego. Desde entonces ha dado tumbos. Ha contraído deudas con los dueños del Haymarket y por eso trabaja ahí, pero no le molesta ya que tiene comida y techo asegurados. Cuando Oscar le pregunta si tiene familia, Maud recuerda a su hermana en Sandusky (Ohio) que no la reconocería si la viera.

Entretanto, Marian interroga a Jack sobre la cena en Delmonico’s. El lacayo abre los ojos como plato e insinúa que no sabe si estaba en Delmonico’s (Uno de los problemas de esta narrativa es que Miss Brook asalta a la gente con preguntas que reciben respuestas mal dadas) Marian sospecha que su novio le mintió. Esa noche en la cena, Oscar está medio ausente todavía pensando en Maud. Su prima, en cambio, anda rumiando sus sospechas y de sopetón olvidándose que Oscar le pidió discreción insiste en saber dónde Larry encontró a Maude.



Agnes pega un respingo y su hijo debe reconocer que la estafadora está de regreso en La Gran Manzana, pero que no tiene dinero y se ha visto obligada a encontrar trabajo en un sitio de mala reputación. Esa noche, Marian asalta a Oscar a la salida del baño y lo cuestiona. ¿Qué espacio es ese donde trabaja Maud y qué hacia su novio ahí? Oscar pudo haber dicho que se trataba de un bar, de un restaurante, de un sitio donde hay espectáculos, hasta de un casino y no hubiese mentido, pero suelta que se trataba de un burdel. Su prima no necesita oír más, le da una pataleta y se encierra en su cuarto.

A la mañana siguiente aprovechando que toda la familia está reunida en el salón, Marian baja y monta una escena digna de tragedia griega. Entre llanto y aspavientos, clama que no puede casarse con un hombre que le miente y frecuenta prostitutas. Oscar le pide que no exagere, Ada le pide que hable con Larry, pro es su hermana quien da la estocada.

Feliz de no emparentar con Los Russel, Agnes le dice a Marian que debió escuchar a sus tías (pero si Ada está de acuerdo   con el compromiso), que debe buscar un hombre serio, decente bien establecido en vez de “un tenor de la Opera”.¡Epa! Los hombres decentes y bien establecidos eran los primeros en frecuentar rameras,  enredarse con las criadas y mantener amantes. Lo hizo el padre de Marian; lo hizo Charles Fane; lo hace Mr. Astor y posiblemente lo hizo el Viejo van Rhijn. ¿Y desde cuando un graduado de Harvard, un chico trabajador y que acaba de hacerse millonario, es un “tenor de la Opera”?



Marian, sintiéndose apoyada por Agnes, toma una decisión impulsiva. Escribe una carta a Larry rompiendo el compromiso y en vez de enviar a Bannister, ella misma cruza la calle hasta la Mansión Russell. Quiere que Church vea su estado agitado y oiga su voz temblorosa. Para mayor efecto dramático, al regresar a su casa, sabiendo que la pueden ver, se seca las lágrimas y hace pucheros. Marian necesita que se la vea como una víctima, posiblemente para que no cuestionen o se rían de sus motivos.

                         Ay! Church mira lo que me hizo Larry.

Los pocos espectadores que no se lanzan en contra de ella, han intentado encontrarle un motivo a su comportamiento extraño en una mujer de su época. Incluso las heroínas moralistas, escuchaban la versión del novio, le hacían sabe que no lo querían en antros, y les daban otra oportunidad,  tras la cual, si el canalla volvía a caer, lo rechazaban. Ese es el caso de Rose Campbell en la secuela de Ocho Primos de Louisa May Alcott. Hasta Alcott desarrolla un escenario en el que Rose es paciente con su primo playboy, pero son los muchos errores y promesas rotas de Charlie los que matan el incipiente amor en el corazón de la heroína.

Hay quien ha dicho que Marian no quiere un mujeriego porque recuerda lo hecho por su padre. ¿Entonces, por qué no decirlo? En una entrevista a Deadline, Louisa Jacobson habló del miedo a las enfermedades venéreas que afectaban y eran transmitidas por los clientes de lupanares. ¿Por qué no se incorporó esto a la historia? ¿Pero voy a creer que Marian que no puede ni pronunciar la palabra “prostíbulo” (la llama “casa de desorden”), va a saber de enfermedades venéreas?

 Louisa dijo que ella no quería que Marian pareciese “puritana” . Qué pena,  porque eso es exactamente lo que parece. Yo en cambio, he visto desde el inicio de temporada que Marian le huye a un tercer compromiso. Tal vez no quiera casarse y los ejemplos de Gladys y Aurora la hagan ver que el matrimonio puede ser una trampa, pero este episodio la mató como personaje.



Bertha Rompe Cascaras de Huevo.

El dicho completo es “Para hacer una tortilla hay que cascar huevos” y es lo que hizo Bertha en este episodio. Sinceramente, aunque disfruté este arco, no me convenció. Como que pareció muy fácil solucionar los problemas domésticos de la duquesa. Como tampoco me tragué esta súbita preocupación de Bertha por su hija. Me dio la impresión de que lo hizo solo por agradar a George y que sus lágrimas al separarse de Gladys no fueron porque la va a extrañar sino por lo que la espera en Nueva York donde su marido ya se ha ido a vivir a su club.

Desde su llegada que Mrs. Russell se ha dado cuenta que todo Sidmouth está subordinado a Sarah, quien incluso responde preguntas hechas a su hermano. A solas, Gladys informa a su madre que su esposo quedó huérfano de pequeño, su hermana lo crio y desde entonces él se ha acostumbrado a que se haga la voluntad de Lady Sarah.



A Bertha la escandaliza que entre Boles, la nueva doncella de Gladys, y Sarah elijan como debe vestirse la Duquesa de Buckingham. No entiendo la sorpresa. ¿Acaso Bertha no era quien vestía su hija como si se tratase de un juguete? ¿No fue ella quien escogió el vestido de novia y hasta el trousseau de su hija?  Mas molesta a Bertha que Andree que ha viajado con ella descubre en chismes de cocina que todo el servicio doméstico cree que para Lady Sarah su cuñada es una mascota a la que hay que entrenar.

Los primeros intentos de Bertha por avasallar a Lady Sarah fracasan. Entonces Bertha comienza a darle órdenes a su hija. Debe recordarle a los Vere que es su dinero el que sacará a flote su propiedad.  Mal consejo, Bertha. Así solo la odiarán. Luego le dice que debe hacerse indispensable para Hector y hacer que la ame. Eso parece consejo de revista femenina, ¿pero cómo puede Gladys hacerse amar por un hombre al que no ama?

En vez de soltar lugres comunes, Bertha debería darle un par de secretos de alcoba que bien le han funcionado con George, pero si ni siquiera le ha preguntado a su hija si le gusta lo que hace con su marido en la cama. Finalmente le da un buen consejo, debe interesarse en el manejo de Sidmouth.

A Hector le sorprende cuando su mujer solicita permiso para recorrer sus tierras y aprender su manejo. Farfulla que Sarah es quien se ocupa de todo. Bertha interrumpe, y astutamente dice que Gladys debe estar preparada en caso que Sarah se enferme. Su hija expresa interés en conocer a las esposas de los granjeros. Su marido le dice que ellas también quieren conocerla.



Esa noche en la cena, hay invitados y Sarah acapara la conversación quejándose del empeño de Gladstone de imponer un sufragio universal en el Reino Unido. Al lado de Gladys está el mismo vejete que vino a cenar la primera noche que pasó en el castillo. Le pregunta su opinión a la duquesa. Aunque nerviosa, Gladys admite creer que todos deben tener algo que decir sobre el gobierno. “Las mujeres también” añade su madre. Sarah se burla al saber que hay una sufragista en la mesa.

Ahí Bertha encuentra un flanco débil. Pregunta si acaso Lady Sarah considera que las mujeres son bobas e incapaces de tomar decisiones. Nerviosa, Sarah responde que mejor se queden en su esfera femenina. Ahí Bertha le va a la yugular. ¿Acaso reprocha a la Reina Victoria haberse salido de “su esfera”? Sarah tartamudea y Héctor se apiada de su hermana y le dice a Bertha que no sea dura con ella.



En la última cena, Gladys luce las joyas de la familia incluyendo la tiara y vuelve a estar sentada junto a ese señor que parece que va todas las noches a comer de gorra en la mesa de los Buckingham. Gladys le cuenta que ha encontrado un terreno cerca del puente donde desea plantar árboles nativos ingleses como homenaje al medio siglo de vida de la reina Victoria.

                                    Por fin Gladys consiguió su tiara.

El entusiasmado invitado le pregunta al Duque qué opina del proyecto de su esposa. Como siempre, Sarah responde por su hermano. No hay necesidad de nuevos proyectos ya que todo está listo para el cumpleaños real. Gladys se desinfla.

Es en ese momento que su cuñada se levanta e invita a las damas a abandonar la mesa y dejar a los caballeros para que se beban su oporto y se fumen sus habanos, pero Gladis la interrumpe. Con voz muy entera, la americanita pregunta si Sarah está enferma, sería la única excusa para abandonar la mesa cuando Gladys no ha indicado que haya terminado la cena.

Es el turno de Sarah de desinflarse como un globo y caer en su asiento. Muy tranquila Gladys contina su charla con su vecino que le susurra “¡bien hecho!”. “Pero yo siempre…” gime Sarah por lo bajo. Ella era quien decidía cuando las mujeres debían abandonar el comedor. Su hermano le recuerda que esto fue antes de que tuvieran una duquesa en casa.



A la mañana siguiente, Bertha se va. Antes le dice a su yerno que debe reconocer los méritos de Gladys. “Es buena e inteligente” Bertha agrega que puede ser un gran apoyo a su marido. Hector intenta explicar que su hermana no es malintencionada “No querrá hacer daño, pero lo hace”,  dice tajante su suegra.



Gladys acompaña a su madre hasta el carruaje. Las últimas palabras de Bertha son “recuerda quién eres”. ¿Pero quién es Gladys? Todavía no ha encontrado su identidad y aunque haya ganado una primera batalla todavía tiene una guerra que batir…

No Good Action…

Hay un dicho irónico en inglés “No good action goes unpunished” (Ninguna buena acción queda sin castigo). Eso lo descubrirá Oscar. Dolly recibe un mensaje de su ex novio citándola en una estación de tren. Al llegar lo encuentra esperándola con un pasaje de tren hasta Ohio y $100 (como $2,000 de hoy).



Maud se sorprende de la generosidad de quien ha sido su víctima. Oscar le dice que está ganando dinero. Le pide que no vuelva a Nueva York y que comience una nueva vida junto a su hermana. Recuerda que una vez la quiso y quiso casarse con ella, ahora debe ayudarla. Se despide con gesto de llevarse la mano a la chistera como si se despidiera de una dama.



Esta emotiva escena es seguida por almuerzo de Oscar con Charles en el Club de la Unión. Charles dice estar orgulloso de su ex y que le gusta más este Oscar caballeroso. Cuando se despiden, prometen encontrarse el martes. Charles ofrece traer más clientes y Oscar, muy conmovido, dice “Eres mi salvador”. Esta bella escena es destruida con lo siguiente. Al cruzar la calle Charles, ante los ojos de su amante, es arrollado por un carruaje.



Con esta triste escena se acaban los sueños de Oscar y el episodio. Ohh se me olvidaba, Mrs. Bruce ya dio con la espía. Como yo , cree que es Andree la doncella de Bertha que en Inglaterra también anda fisgando lo que hacen los patrones.



Factor Moda: Ya debería darme por vencida puesto que es casi un consenso el que el vestuario está cada vez más horrible en esta temporada. Kasia Walicka Maimone, en su pasión por inventar, crea cada adefesio. Este vestido de Gladys es presentable, ¿pero por qué amarrarle esa bufanda de encaje sobre el pecho?



Muy diferente a estas bandas de encaje negro aplicadas con gusto y sutileza sobre satén color champaña. Un acierto para la desacertada Marian que sigue envolviéndose en combinaciones desastrosa con faldas que parecen cortinas viejas.



Realmente me apena escoger lo mejor de la noche y darle crédito a este par de arpías. Vuelve a triunfar el brocado de seda en tono crema ahora para Lady Sarah. Bertha luce un estampado discreto y un escote favorecedor.