lunes, 15 de abril de 2024

Oportunismo, Tu Nombre es “Coco”: Lo que The New Look nos ocultó de Chanel

 


En The New Look, definitivamente la protagonista es Gabrielle Chanel. Sin ser la heroína es retratada como una pobre mujer ingenua y desorientada que siempre es víctima de hombres malos (hasta su chofer la asalta). Si hubiese sido tan boba y frágil,  “Coco” nunca hubiese llegado tan alto ni hubiese alcanzado una influencia como la que aún tiene. Lo cierto es que existe una campaña,  y no solo de Apple TV, por “blanquearla”.

Yo creía haberlo escrito todo sobre Chanel en este artículo de Latinas de Ayer, pero en dos años, han surgido libros, una exposición de su ropa,  y series que intentan cambiar su narrativa hasta poniéndola de heroína de la Resistencia. ¿Es eso parte de la estrategia de la firma Chanel que no desea estigmatizar sus productos asociándolos con una nazi antisemita? ¿O es parte del “olvido” francés que se niega a aceptar que ese momento histórico fue también un momento de degradación moral que afectó a toda la nación gala? No lo sé, pero nos toca investigar quien realmente fue esta diseñadora tan controversial.

La Pobre Huerfanita

A la serie le gusta recordarnos lo pobre que fue la célebre modista, como si ser pobre fuese una excusa para todo. Chanel le cuenta a su sobrina-nieta que de pequeña no tenía “piyamadas”. Ninguna francesa, (ni rica ni pobre) las tenia, Las Pijama Parties fueron invención de los adolescentes americanos de fines de Los 40. Luego debemos conmovernos cuando Elsa le recuerda a su amiga que su padre la abandonó. Eso es cierto , pero para Chanel fue una suerte.



Gabrielle Chanel nació en 1883, pobre e ilegítima. Sus padres se casaron cuando ya tenían seis hijos. Su madre murió tísica, agotada de tanto trabajar y tanto parir. El padre, buhonero de profesión, no se pudo encargar de la prole y los internó en orfanatos.

Gabrielle de doce años fue a parar a una especie de convento en Aubazine. Por primera vez tuvo asegurado techo,  comida y ropa limpia. Aunque debía ayudar en las labores domésticas, por primera vez,  la nena tuvo una educación. Aprendió a hablar francés correctamente, a leer y a escribir y , lo más importante, a coser.


                                              Gabrielle Chanel

Chanel siempre admiró a las monjas, su orden, su limpieza, su simpleza. Del hábito monacal blanco y negro,  sacaría sus colores favoritos para sus modelos. Hay biógrafos que creen que Chanel aprendió de las monjas su antisemitismo. Después de todo era la era del Caso Dreyfuss, la judeofobia era parte del zeitgeist galo.

                                Convento de Aubezine



Yo, y muchos, sentimos que el odio por los judíos de la couturier era parte de su oportunismo. Resurgía si le convenia o si estaba en círculos donde el antisemitismo era lo Chic. De lo contrario no tenía empacho en aceptar un jugoso contrato ofrecido por Samuel Goldwyn (proveniente de una familia de jasídicos polacos) para ir a Hollywood a vestir a sus estrellas, o hacerles vestidos a Las Rothschild, incluyendo a Lily que moriría quemada viva en Ravensbruck o a contratar un arquitecto judío para su villa, o hacer negocios con los Wertheimer…pero me estoy adelantando.

De Cabaretera a Querida de Ricachones

El convento decidió que, a los dieciséis años, Gabrielle estaba lista para enfrentar el mundo y la despidió. La chica buscó trabajo en la ciudad de Moulins como costurera y para ganar más dinero se puso a cantar en un cabaret local. No creo que ese fue un trabajo que las monjas hubiesen aprobado.

En ese entonces, ser cabaretera era casi sinónimo de “cocotte”. Aunque literalmente significa “gallina”,  era un eufemismo para dama de la noche. Se dice que el apodo de “Coco” nació de una canción que Chanel cantaba en el cabaret, pero también puede ser un diminutivo de su otro trabajo. Se conoce la pasión de la modista por la camelia, pues esas camelias blancas durante La Belle Epoque,  las usaban las prostitutas elegantes.

                                    Chanel joven

Fue en un cabaret donde Chanel, en 1901, conocería a un oficial de caballería que cambiaría su vida. Étienne Balsan la convirtió en su amiguita y le costeó su primera tienda de sombreros. Se ha hablado que Étienne y la modista eran los verdaderos padres de André Palasse, el amado sobrino de Coco. De hecho, años después cuando Chanel le compró a André un castillo en Los Pirineos, Balsan costeó la mitad. El mismo viviría en una propiedad cercana.

                                                Ettiene Balsan

No importa mucho porque, un año después de conocerse, Étienne le presentó a su querida a Arthur “Boy ”Capel, un gran amigo. Capel era de familia principal, inglés y muy guapo. Chanel enloqueció por él , aunque le tomó tiempo dejar a Balsan. Vamos a ver que ella no tenía empacho en compartirse entre varios amantes.

                                             Boy Capel y Chanel

Capel costearía los nuevas empresas Chanel: sus talleres de moda, su tienda en Paris y eventualmente otra en Biarritz que era la Riviera del Jet Set de esa época. Aunque cumpliendo con sus obligaciones familiares, Boy se casó con una mujer de su clase, mantuvo sus amores con la diseñadora hasta su muerte en un accidente automovilístico en 1919.

                         Timothy Dalton (Boy) y Marie-France Pisier (Coco) en Chanel Solitaire

Para Chanel, que entonces contaba 36 años,  fue un golpe atroz. Diría siempre que Boy Capel fue su gran amor. El dolor la empujó a buscar refugio en las drogas. Un detalle que la serie no nos cuenta es que Chanel era morfinómana. Aunque las drogas nunca la dominaron totalmente, las necesitaba para funcionar y le faltaba medio siglo de vida en que iba a funcionar más que en su juventud.

Chanel Libera la Moda Femenina

 Los 20 serán la época más activa de Chanel y en todos los frentes. El primero es la moda de la cual se vuelve un árbitro. La mujer europea emerge de la Primera Guerra Mundial,  amargada, desilusionada, pero liberada. El haber reemplazado a los hombres en fábricas, granjas y otros empleos hace que las mujeres se valoricen y esto influye en su manera de vestir. Para trabajar se han quitado el corse, ya no tienen tiempo para peinados complicados, el racionamiento de telas ha acortado sus faldas.

                            Vestido de baile de 1909
                        Vean la diferencia con este diseño de Chanel de 1919

Existe en el zeitgeist un síndrome de Lisístrata. Las jóvenes miran a sus madres enlutadas y se prometen que no serán máquinas de hacer hijos que mueran en guerras futuras. No quieren casarse, quieren bailar desenfrenadamente, beber, tener sexo con lo que se le presente sin compromisos, sin reglas y ahí está Chanel para vestirlas.

Chanel promoverá deportes a los que es asidua, vida al aire libre con bronceados y cabello corto, cultura de playa con mujeres en prendas masculinas como pantalones y sweaters. Crea una figura andrógina sin curvas con faldas cortas (pero debajo de la rodilla, el “largo Chanel”) , trajes sastres en vez de vestidos con moños y volantes. Promueve telas asociadas con indumentaria masculina como tweeds y jersey. De esa manera Chanel se convierte en la diseñadora más famosa de Francia y del mundo.

                                Chanel en pantalones en el hombro de Serge Lifar

Su luto por Boy Capel ha sido superado. Su nuevo amante es el Gran Duque Dimitri,  un primo del ex zar de Rusia. Chanel y Dimitri viajan a Londres, donde la anglófila couturier posee ya tiendas,  clientas y amistades. Hasta André es enviado a una escuela británica. Será en Londres, a comienzos de Los 20 que Chanel conocerá a Vera Awkright que será su amiga, clienta, musa y agente de relaciones públicas.

Vera y su tío “Bendor”

A pesar de tener la misma edad eran de orígenes diferentes. Vera venía de un hogar acomodado, su madre Rosa Baring pertenecía a una importante familia de banqueros. Es imposible lo que dice la serie de que ambas mujeres se conocieron trabajando en el mismo cabaret de Moulins. Vera había sido criada por su madrina, la Marquesa de Cambridge. A eso se refería Chanel cuando hablaba de que Vera-Elsa estaba emparentada con la Familia Real Británica.

El nombre de soltera de la Marquesa era Margaret Grosvenor, era hermana del Duque de Westminster que jugaría un rol tan importante en la vida de Coco Canel. Al casarse con el Príncipe Adolfo de Teck (luego Marqués de Cambridge),  Margaret  se convirtió en cuñada de la Reina Maria de Inglaterra. Bajo su madrinazgo, Vera fue criada en un mundo mitad Downton Abbey, mitad The Crown.

                                                 Vera Bate

Durante la Gran Guerra, Vera conoció a un americano llamado Frederick Blantford Bate al que atendió en el hospital donde trabajaba.  Se casaron, tuvieron una hija, pero para cuando conoció a Chanel, Vera Bate estaba separada y se había convertido en una mariposa social que introdujo a su nueva amiga en su círculo de amistades entre las que contaban Winston Churchill y el Príncipe de Gales.

                                     Vera y Chanel en Escocia

En 1923, Vera presentó a Coco con su tío. Hugh Gosvenor, Duque de Westminster era el hombre más rico del Reino Unido y el líder de la aristocracia. Eso no le impidió volverse loco por una mujer que acababa de cumplir 40 años. La egocéntrica Chanel diría cínicamente que en ese momento no sabía a cuál amante escoger; si a Dimitri Romanov, al futuro Rey de Inglaterra o a “Bendor” como apodaban al Duque. Finalmente se quedó con este último.

Con Bendor, Chanel tendría el segundo romance más largo de su vida. Por seis años vivió el lujo que le proporcionaba un millonario que,  como a ella,  gustaba ir a pescar, y de cacería, pasear en yate y que compartía con Coco las mismas ideas negativas sobre comunistas, homosexuales y judíos. El Duque entró en la vida de la modista justo cuando ella había alcanzado la cúspide de su judeofobia.

                            El Duque y la modista

Chanel y Los Judíos

En 1920, Coco Chanel comisionó al químico suizo Ernest Beaux para que le confeccionara un perfume que regalaría a sus amistades en Navidad. Así nació Chanel N°5. El perfume fue un éxito y a la diseñadora se le ocurrió comercializarlo. Aunque vendía bien, Coco soñaba con producirlo masivamente y que, como su moda,  llegase a todo el mundo. El problema es que era una empresa cara que si no resultaba dejaría a Chanel sin los ahorros de toda una vida.

La solución la puso Theophile Bader, judío y dueño de las Galerías Lafayette,  la tienda de departamentos más grande de París. Una tarde en las carreras de Longchamps, Chanel le comentó su sueño y él le encontró socios con capital. Los Hermanos Wertheimer eran los dueños de la prestigiosa casa perfumera de Bourjois.

Los Wertheimer le explicaron a Chanel que estaban dispuestos a costear los gastos de producción, distribución y promoción del perfume. Como socios mayoritarios, y los que corrían mayor riesgo,  ellos solicitaban el 70% de los ingresos. A Bader, como intermediario, le tocaba un 20% y Chanel recibiría el 10% restante.

                                           Pierre Wertheimer

Parece injusto, pero Coco no tendría que mover ni un dedo ni invertir un franco. Si la empresa fracasaba no perdía nada. Impulsiva y voluntariosa, la modista aceptó. No quería lucrar, solo ver su perfume en la Quinta Avenida. Y lo vio, y las ventas fueron tan extraordinarias como las ganancias. Chanel se dio cuenta que había cometido un error, pero los Wertheimer se negaron a negociar. La modista tampoco encontró apoyo en la ley. El negocio y el contrato eran perfectamente legales. Los Wertheimer no eran culpables de la falta de visión y coraje de su socia.



Aun así, Coco llegó a los brazos de Westminster segura de que había ido estafada por unos bandidos judíos. A pesar de su fortuna,  el Duque tampoco pudo recuperar Chanel N°5. Había cosas que el dinero no podía comprar. Una de ellas era un hijo varón. Aunque se casó muchas veces, Hugh Grosvenor nunca tuvo un heredero y tuvo que ceder su título a un pariente.

Me ha sorprendido descubrir que Chanel, ya cuarentona, se creía capaz de darle un hijo a su amante. Para eso, la pareja decidió crear un nido de amor. El Duque adquirió unos terrenos en la Riviera en un sitio llamado La Pausa porque la leyenda dice que Santa María Magdalena hizo ahí una pausa en el trayecto que la traía de Tierra Santa.

                                       La Pausa hoy día

Chanel tenía una idea clara de lo que quería construir en ese vasto terreno. Su amigo, el Conde de Gonzac le recomendó a un arquitecto. Que Robert Streitz fuese judío no incomodó a la diseñadora, puesto que quería lo mejor y si le convenia….

De acuerdo con las órdenes de su clienta, el arquitecto diseñó un edificio sobrio,  de estilo monacal,  que recordase a su clienta el convento de Aubazine donde se había criado. En la misma propiedad se construyó una casita para que Vera Bate pasase sus vacaciones.

                                   Chanel en La Pausa

El Duque encargó muebles de madera provenzal, pero lo que no pudieron encargar fue un hijo. Tampoco es que Coco fuese exclusiva de Bendor. Ha sido un shock saber que, durante el romance con su Duque, Coco mantuvo un affaire paralelo con el poeta surrealista Pierre Reverdy.

Reverdy e Iribe: Los Amantes Olvidados de Coco

Según los biógrafos, la modista, que tenía amigos en la comunidad surrealista, y que se rumora que tuvo su acostón hasta con Dalí, inicio una relación con Reverdy en 1921. Fue musa y gran amor del poeta a pesar de él ser casado. La relación acabó en 1926 cuando Reverdy tuvo una epifanía, volvió al catolicismo y se encerró por un tiempo en un monasterio. Tanto Reverdy como Robert Spreitz y hasta Vera,  reaparecerían en la vida de Chanel durante la Segunda Guerra Mundial.

                                 Chanel yReverdy

En 1929, conscientes de que su relación no daba para más, Coco y Westminster se separaron amigablemente. La Pausa quedaría en manos de Coco. No pasaría mucho tiempo sin que la diseñadora se buscase un nuevo amor. En 1931 iniciaba un romance con el ilustrador y dibujante Paul Iribe quien abandonó a su segunda esposa por Chanel.

                                        Iribe y Chanel, muy amartelados

Se habían conocido, Coco e Iribe, en Los Locos 20, en grupos de amistades amigas de orgias, sexo libre y drogas. Colette decía de Iribe que era “un demonio”.  Lo que se sabe de seguro es que era ultraderechista, dirigía una revista llamada Le Temoin que se caracterizaba por su nacionalismo , xenofobia y antisemitismo. Chanel costeó esa revista.



Su relación con Iribe era tan intensa que muchos pensaron que llegarían a casarse. Todo acabó una tarde en La Pausa, cuando,  en medio de un match de tenis, Paul Iribe sufrió un fatal infarto. Le tomaría a Coco cinco años recuperarse de esta perdida y pensar en otro hombre, a pesar de que, según su sobrina, la diseñadora había conocido en Londres en 1936, al Barón von Dinklage que ocuparía tan importante rol en la vida de Chanel durante la Segunda Guerra Mundial.

La década de Los 30 fue una época difícil para Coco Chanel, a pesar de que su negocio marchaba viento en popa y su nombre era conocido en todo el mundo. En 1930, Vera la abandonó para irse a trabajar con el modisto Molyneux. Divorciada de su esposo, Vera se casó con un militar italiano, el coronel Lombardi, muy cercano al círculo de Mussolini. Se instaló en Roma donde ingresó al Partido Fascista en la época en que eso todavía se consideraba respetable. No volvería a ver a Coco en mucho tempo, a pesar de que su hija Bridget fue modelo de La Casa Chanel en esa década.

En 1938, triunfó en las elecciones francesas El Frente Popular y el judío socialista León Blum se convirtió en primer ministro de Francia. Fue un momento de agitación obrera que no eximió a Maison Chanel. Hubo huelga de operarias y Coco se vio obligada a cumplir con los requisitos de sus empleados. Rencorosa, esperaría el momento de vengarse.

                                   Empleadas de Chanel se van a huelga

Esa es la Coco Chanel que aprovechará la guerra y la ocupación para sus vendettas y para hacer algo más que un mero acto de sobrevivencia como lo será vivir a todo lujo bajo el amparo del invasor. De esta Chanel que el New Look solo nos da un atisbo, hablaré en mi próxima entrega.

Bibliografía Consultada

Chaney, Lisa. Coco Chanel: An Intimate Life: 2012

De Courcy, Anne: Chanel’s Riviera: Glamour, Decadence and Survival in Peace and War 1930-1944.2020

Fiemeyer, Isabelle: Chanel, The Enigma. 2016

Frame, Alan: Toto Koopman &Coco Chanel: Spies, Seduction, and the Fight for Survival.2020

Picardie, Justine: Coco Chanel, New Edition:  The Legend and the Life.2023

 

jueves, 11 de abril de 2024

Chanel vs Dior: The New Look en Appletv

 


El primer capítulo fue una desilusión total: Feo, oscuro, confuso. ¿Es este un show sobre lo más bello que se ha creado en moda? Me esperaba malabarismos cronológicos , pero no una apología de Chanel. Eso que la han puesto más cerda que Porky y de paso,  han ensuciado y distorsionado a otros personajes como Lucien Lelong, Hervé de la Charbonnerie,  y a toda la Resistencia Francesa. Tanta desinformación histórica amerita una visión más justa de una historia de la moda parisina bajo La Ocupación. Y es lo que me permitiré hacer.

Aun así, me da un poco de pena que The New Look no sea un éxito. Puntos de vista tan diferentes como el de Lucy Mangan en The Guardian y Mira Fox en Forward se han quejado de lo mismo: una presentación incompleta de La Ocupación Alemana, blanqueamiento de Coco Chanel, falsificación y ausencia de datos necesarios para comprender el comportamiento tanto de la modista como el de su colega Christian Dior durante esa época.



La Estetica No Es el Fuerte de Apple

 No voy a ponerme a berrear en contra del punto de vista estético. Ya veo que no es el fuerte de Apple, a pesar de que algo que le admiré a Lessons of Chemistry fue el vestuario de la protagonista y las iluminaciones de exteriores. Se veía más atractiva y luminosa que la última temporada de Julia. En cambio, en competencia con HBO en drama decimonónico, The Gilded Age vence con knockout a Las Bucaneras con sus ropas horripilante, sus tonos sombríos, su mal uso del paisaje. Hasta The Knick le ganaba en términos visuales.

Aun así, yo esperaba más de The New Look donde hasta los diseños de Dior lucen poco elegantes. pórtenlos maniquís o personajes.  Se siente tan inferior a Capote vs The Swans o a The Gilded Age en su retrato de un mundo de privilegiados sean nazis o mujeres del jet set para quienes Dior crea los vestidos más bellos del mundo. Lo cierto es que la mitad de la serie tiene a Chanel en pantalones y a Catherine Dior en harapos. Mucho hablar de como los modistos visten a las mujeres y amantes de nazis y sus simpatizantes, pero no se ven estas creaciones.

Me temo que Todd Kessler no tiene la capacidad camaleónica de Ryan Murphy (y eso que también rodó por la colina de lo sórdido en Halston) . A Kessler le quedan bien los noirs y cuentos de gánsteres como Los Soprano, pero se ha enredado al tratar de mostrar un momento en que la moda chocó con la ideología. Su panel de guionistas, con mucha menos experiencia que él, serán muy diversos, pero no ayudan.



El problema es que Christian Dior deja muy pronto de ser importante en la trama. Es opacado por su hermana y por su némesis. Lo triste es que ninguna está bien caracterizada. Al crear a Chanel,  Kessler quiere combinar a Carmela Soprano con su Patty de Damages, pero Catherine Dior no tiene equivalente en su mundo de femmes fatales y por eso resulta un personaje vacío. Las dos le quedaron grandes. y merecen notas aparte. Entretanto,  veamos que nos cuenta el primer capítulo.

Comenzamos en 1955, La Sorbona se prepara por primera vez a homenajear a un diseñador de moda. Para eso han invitado a cientos de estudiantes de diseño de todo el país para que interroguen al homenajeado: Christian Dior. Vemos a Dior acompañado de Madame Delahaye, su tarotista. Nos lo presentan como un hombre tímido, supersticioso, aquejado de pánico escénico. Deben comenzar con un desfile de los trajes de noche antes de que su creador se atreva a asomar la nariz y enfrentar a sus inquisidores.

Las preguntas parecen estar cifradas en el retorno de Coco Chanel y como planea Dior desafiar a su rival. Corte a un salón donde Coco (Juliette Binoche) está dando una conferencia de prensa en la que habla de cómo Dior ha destruido la moda francesa y como ella ha venido a recuperarla. Vemos los malabarismos cronológicos. Chanel volvió a Paris y a las pasarelas en 1954, esa entrevista (se reconoce por el traje) tuvo lugar a fines de los 50, pero se entiende la necesidad de aglomerar tres episodios históricos en uno para mayor efecto.



Simplificando a La Resistencia

Dior responde con una ambigüedad. Detrás de toda verdad hay otra verdad. Saltamos a 1943 y nos dicen que hace tres años que Francia sufre bajo el yugo de la ocupación alemana. ¿Por qué son malos los alemanes? A ver, a través del capítulo descubrimos que son malos porque a) violan francesas b) casi matan al sobrino de Chanel (nunca supimos por qué) c) torturan y matan a los que se les oponen d)prostituyen a las francesas o las convierten en espías c) quieren llevarse la industria de la moda afrancesa a Alemania y d) quieren despojar a los judíos de todos sus bienes. Con razón existe una resistencia.

En esa resistencia trabaja la hermana de Dior, Catherine (Maisie “Arya” Williams) a la que vemos sirviendo de cebo para que sus colegas maten a dos soldados alemanes. Esta idea de que los grupos de resistencia solo se dedicaban a asesinar alemanes y de que las resistentes debían portarse como putas, es descabellada, falsa e imita la horrible visión de la resistencia polaca que nos mostró la insufrible World on Fire.

                          Catherine despues de servir de cebo para masacrar alemanes

Tanto descripciones fidedignas de los lados más oscuros de las resistencias europeas sean francesas (Un Village Francaise y Das Boot), polaca (Wartime Girls), checa (Bohema)  y hasta danesa (Badehotellet) nos han hablado de que matar gente sin ton ni son solo invitaba a represalias tremendas por parte del invasor. Para 1943, la Resistencia Francesa estaba unida. La fea costumbre de las ejecuciones gansteriles de los comunistas , que tantas muertes inocentes habían provocado, había sido prohibida por el General de Gaulle. ¿Entonces por qué denigrar a Catherine y a su grupo, del cual hablaré en otra ocasión,  cuyos miembros jamás anduvieron de sicarios despachando gente en callejones? 

La chica Dior mete a los resistentes,  que incluyen a su pareja Hervé,  en el piso de su hermano. Me costó reconocer a Hugo Becker en el rol de Hervé. Como que engordó y encogió. ¿Dónde quedó el Príncipe Azul de Blair Waldorf?  Llega el dueño de casa, no quiere que los resistentes se queden ahí, no quiere que Catherine sea parte de la Resistencia. Al final se ablanda. Hervé lo insulta, acusándolo de trabajar para Lucien Lelong que viste a las mujeres de “los nazis”.  Aun así, acepta el sobre abultado que Dior le entrega y que es su sueldo,  más comisiones,  regalo del despreciable Lelong.

                              Herve, Catherine y Christian

Esa noche,  Dior se reúne con su peña nocturna en un barucho cuyo dueño, Jacques, es su amante. La peña la componen el amargado Pierre Balmain, que es colega de Dior, pero se siente ninguneado por el patrón. Eso lo hace enojarse con Lelong por hacerles vestidos a las mujeres de los nazis. El tercero en la mesa es Cristóbal Balenciaga que funge de Pepe Grillo. Les recuerda que algún día la guerra acabará y que tendrán que rendir cuentas. Dior balbucea que en teoría ellos no saben para quienes hacen los vestidos. Balenciaga le explica que de esa manera Lelong busca proteger a sus modistos. Ohhh, entonces Lelong no es tan despreciable.

                              Balmain y Balenciaga

El Cobarde Lelong

Lo que es Lelong parece ser es un cobarde. Se presenta una noche tiritando en el piso Dior (donde hay resistentes escondidos hasta debajo de la mesa) y suplica a su modisto estrella que vaya al Hotel Ritz a reparar un fashion disaster de la amiguita de un SS. Dior llega a la suite de ese gran hotel que durante la guerra solo fue habitado por colabos, nazis, el ejercito germano y…Chanel. Ahí descubre que la clienta ha roto el vestido a propósito.




Se trata de una antigua condiscípula de Catherine y quiere que el modisto alerte a su hermana. La Gestapo sabe de su existencia y está tras sus pasos. Ohhh las amiguitas de los Nazis no son tan malas. Trastabillando, Dior sale del hotel , pero antes se encuentra en medio de una fiestoca y divisa a Chanel carcajeándose con sus amigotes nazis. Dior corre a su piso, pero es demasiado tarde, Catherine ha salido a cumplir con un encargo de la resistencia.



En esta entrada me concentraré en los modistos. En general no han ocultado mucho de Dior. Todo lo que aparece es cierto como su gran cariño por su hermana y sus esfuerzos por rescatarla. En cambio, me ha dado rabia lo hecho con Lucien Lelong. La serie nos lo muestra como un buen hombre, pero los otros personajes se encargan en un alarde de exposition, de echarle mugre encima. Es vergonzoso,(casi tanto como el acento de Malkovich)  que se blanquee a Chanel y se enlode a Lelong que salvó la industria de la moda francesa.



Cuando Chanel está cenando con Himmler, se burla de Lelong diciendo que no es un verdadero couturier, que se da crédito por la obra de sus empleados. Algo de verdad hay en eso. Lelong no era modisto, pero creó un imperio de la moda. Formó lo que hoy llamaríamos un Brand, dando trabajo a más de mil operarios en varios talleres y reconociendo y utilizando el talento de famosos diseñadores como Dior, Pierre Balmain y hasta Givenchy que pasó en la firma un tiempo después de la guerra.

                                         Lucien Lelong

Lo malo era que la clientela no conocía el nombre de estos genios.  También es cierto es que todos debían ceñirse a un ”estilo Lelong”, por lo que tampoco podrían haberse dado crédito por los diseños que seguían un esquema impuesto por el patrón.  Lelong era un gran empresario cuya firma incluía también una delicada perfumería cuyos productos hoy son imposibles de conseguir o recrear. En el periodo de entre guerras, decir “Lelong” era decir elegancia. Entre sus clientas se contaban Garbo, Dietrich y Colette.

                                           Marlene Dietrich en Lelong

Malkovich ha creado un Lelong ambiguo, de gestos furtivos ¡y ese terrible acento! En realidad, era un señor muy elegante, oficial condecorado, de buena familia y que gustaba de las mujeres. Se casó tres veces. Un error de la serie fue decir que su esposa era amiga de la mujer del jefe de policía. Para 1943, Lelong se había divorciado de su esposa, una princesa rusa emparentada con Los Romanov.



Es divertido ver que Lelong y Jean Cocteau trabajan juntos en El Teatro de la Moda sin rencores y eso que ambos tenían su historia pasada. Natalia Paley, la esposa de Lelong era mujer de escándalos. Conoció a Cocteau y,  aunque el dramaturgo  era abiertamente homosexual,   tuvieron un affaire. La princesa se encontró embarazada y se tuvo que divorciar. El niño murió antes de nacer, posiblemente por la adicción a las drogas de la madre.

                                        Nathalie Paley en Lelong

Natalia Paley había sido modelo de su esposo. Uno de los detalles que caracterizaban a la Casa Lelong era que las modelos pertenecían todas a la clase alta. Otras características eran la fluidez de sus diseños y el uso de telas, como los crepes y la viscosa,  que permitiesen ese look casi líquido.  Tan famosos como sus diseños eran sus perfumes con nombres exóticos como Sirocco y Balalaika que venían en ánforas de cuello largo diseñadas por Lalique.




En 1940 cuando Lelong regresó del frente decidió no cerrar su tienda. Tenía más de mil operarios y no quería dejarlos desempleados en un momento tan crítico. Lelong siguió generando empleos y eso que los alemanes desde el primer día comenzaron a fastidiar con la idea de cerrar las casas de moda y llevarse la industria del vestido parisino a Berlín.

Apenas un mes después del Armisticio, agentes de la Gestapo se presentaron en Maison Lelong, dizque que para una inspección. Unos días más tarde regresaron y se llevaron los archivos. Lelong hizo una protesta formal ante el general Otto Abetz , el mandamás alemán en Paris. Los archivos fueron recuperados, pero la cosas siguieron su curso.

La serie nos muestra un Lelong cobarde, sumiso, que teme desairar a los alemanes. Este “cobarde” en la vida real protestó varias veces y finalmente se atrevió a emprender un viaje del cual muchos podrían no volver. En su calidad de presidente de la Cámara Sindical de la Alta Costura de Francia viajó solo y sin invitación a Berlín donde se entrevistó con los altos jerarcas explicándoles que un traslado de la industria parisina a Alemania era costoso e inviable. Así fue como “el cobarde Lelong” salvó a la moda francesa y a todos sus operario, incluyendo a sus modistos.

                         Lelong, Balmain y Madame Zehnaker, n equipo para vestir colabos

Después de la guerra, en esa etapa revanchista que nos muestra la serie, Lucien Lelong fue enjuiciado. Solo se le encontró un ejemplo de colaboración formal. En una ocasión había solicitado de las autoridades ocupantes una gran cantidad de pases para que su equipo y sus modelos pudiesen montar una exhibición en la Zona Libre.

Las Clientas de Lelong

Da risa y rabia que gente que, si colaboró activamente con el invasor como Marcel Rochas,  Jacques Fath y Maggy Rouff,  nunca fueron a juicio. Luego está ese absurdo libelo de “vestir a las mujeres de los nazis”. Antes de la guerra,  la Casa Lelong vestía a las actrices, a las aristócratas, a las esposas de los empresarios y a las amantes de los aristócratas y empresarios. En 1940 comenzó a diseñar para las actrices, las aristócratas, las mujeres de los empresarios y las amantes de los aristócratas y empresarios. Solo que durante la guerra toda esa clientela pasó a ser parte del universo colabo.


                        Mi vestido favorito de Lelong (1937) . Hoy en el Metropolitan
                                   Un traje de Maison Lelong (1942) 

Las actrices, incluso, tenían permisos especiales de las autoridades para hacerse ropa. La serie no miente, las telas finas eran tan escasas que valían oro. Los alemanes las racionaban y cerraban casas de moda donde se adquirían géneros de forma clandestina (eso pasó con Balenciaga). En 1943 se les prohibió a las francesas hacerse vestidos largos para a noche. Las únicas a las que se les otorgaba una libreta especial para gastar más en sus vestidos de fiesta eran las actrices.

                                   Vestido largo diseñado por Lelong en 1943.

Es cierto que entre todas las clientas antiguas de Leong habría alguna esposa alemana o francesa. Se sabe que Lelong diseñó ropa para Suzanne Abetz, la esposa francesa del General Abetz. ¿Pero puede considerarse eso una traición a la patria?

He oído, pero no he podido confirmar leyendas de que Lelong ayudó a la Resistencia pasándole información adquirida en su trato con los poderosos del momento. He oído que ayudó a judíos a huir. Se dice que Madame Gres se salvó gracias a él. Todo lo que muestran del apoyo que recibe Dior de su jefe durante el arresto de Catherine, es verdad. Entonces que se dejen de llamarlo “traidor”.

El juicio que coincidió con la estupenda idea de Lelong del Teatro de la Moda fue un golpe tremendo para el modisto. Aunque fue exculpado, el estrés de los años de luchar contra los alemanes y la humillación de ser acusado de colaboracionista eran demasiado. Otro golpe fue el abandono de Dior (y de Balmain) para abrir su propia casa.

                    Muñeca y diseño de Dior presentado por Le;ong en el Teatro de la Moda

A fines de Los 40,  Lucien Lelong cerró su empresa y renunció al título de presidente de la Cámara Sindical. Como cortesía, los miembros de la Cámara lo nombraron presidente honorario.  Lelong se mudó a Biarritz. Allá, en 1954, volvería a casarse, tendría otra hija y moriría cuatro años más tarde. Francia, la Alta Costura y los amigos de la moda estarían siempre en deuda con él.

Mal Elenco y Poca Luz

A pesar del atroz acento, me ha gustado lo que Malcovich ha hecho con el personaje de Lucien Lelong. No puedo decir lo mismo de Ben Mendelssohn. El australiano interpreta al gran modisto como si estuviese o borracho o despertando de una curda. Se bambolea desorientado, siempre parece a punto de caer. Habla como disculpándose o suplicando.

                            Dior siempre a punto de caerse

En la vida real,  Christian Dior era muy tímido, pero no era inseguro. Era supersticioso y creía en las clarividencias de Madame Delahaye, pero no vivía de profecía en profecía. En la serie ni siquiera parece un hombre responsable, capaz de crear un imperio e imponer un Look.

El elenco es otra falla de la serie. Hugo Becker está totalmente perdido. Lo mismo se puede decir de Jannis Niewohner. Walter Schellenberg era muchas cosas , pero no este duendecillo retorcido lleno de muecas y gestos furtivos. Maisie Williams cumple su rol de pesonaje-simbolo, pero Emily Mortimer es tan mala  como actriz como de guionista. Creo que los únicos que destacan son Juliette Binoche y Claes Bang que, aunque feo,  tiene la magnífica figura (casi tan perfecta como la de Pierce Brosnan) para interpretar a un gallardo playboy que esconde su oscura personalidad de espía bajo modales cortesanos.



¿Recomiendo la serie? Si, pero siempre y cuando conozcan los hechos verdaderos y se entienda que en su afán de convertir la historia en ficción se hayan guardado los detalles más jugosos de este momento tan importante de la moda y de la historia francesa.

¿Hay algo bueno?  La actuación de Juliet Binoche, la preciosa entrada y una escena que me encantó . La entrada es engañosa puesto que promete lo que la serie no da; mucha luz y música adecuada. Aunque la musicalización corresponde a la época, el equipo Kessler escogió temas anglos para abrir cada episodio.

                                          Chanel y Spatz

Con el caudal de música que se compuso e interpretó en el país ocupado,  que vio nacer a Edith Piaf y donde seguía rasgueando la guitarra el gran gitano Django Reinhartd,  pudo incluirse media docena de canciones representativas del momento. Solo en los últimos episodios escuchamos a cantantes de entonces Piaf y Tino Rossi. Hice una lista de reproducción en YT de las mejores piezas de esa época que hubiesen quedado bien en la serie.



Mi escena favorita de la serie es cuando Christian Dior va a La Gare d’Este a recibir a Catherine que regresa del cautiverio. Vemos al modisto en un tumulto de parientes de prisioneros. Tremendo juego de cámaras que los lleva por galerías y escalinatas hasta la sala de recepción. La iluminación que se enfoca en los ramilletes de lilas blancas que portan Dior y los otros (un detalle real) pone un toque de esperanza y optimismo en medio de tanta tragedia. Qué pena que no haya más escenas parecidas de las cuales hablar. (SPOILER: El desfile del capítulo final también es una gran escena).

                       Dior, lilas blancas y Catherine que no aparece

Contenido Violento y Gory: Me imagino que las escenas de tortura de Catherine y las he visto peores. Después de todo la dejaron imposibilitada de tener hijos y no creo que fuese por culpa del baignoir. En cuanto a Ravensbruck…parece película de Los 40 cuando Hollywood todavía no sabía la realidad de los campos de exterminio.

                                Catherine en Ravensbruck

Contenido Sexual y Desnudos. Escenas de cama de Chanel y su alemán  y de Catherine y Hervé. Dior y Jacques intercambian un par de besos. Un topless de tres segundos de Maisie Williams.

Contenido Feminista: Faux feminismo. Mucho discurso “chaneliano” de cómo se sufre por ser mujer cuando Coco toda la vida usó la cama como escalón. Hasta su máxima de que su moda “liberó” a las mujeres es cuestionable. En realidad, la moda nunca ha sido feminista. La serie sufre de un sutil slutshaming y de un temor a la sexualidad femenina desde la cincuentonas Chanel y Lombardi discutiendo qué pueden sacarles a los hombres a cambio de favores sexuales, hasta Catherine seduciendo alemanes para que los maten sus amigos resistentes.



Factor Diversidad: A pesar de lo diversa que era la sociedad parisina de Los 40,  se ha escogido mostrar solo personajes blancos sean alemanes o franceses. Los únicos judíos que aparecen son los Hermanos Wertheimer que son retratados,  uno como bobo y el otro como codicioso. La serie nunca explica bien que la sociedad era legal y la única que pecó de atolondrada fue Chanel al aceptar 10% de un negocio en el que solo tuvo que poner su nombre.

A pesar de que en La Familia Dior hay problemas mentales, se ha optado por no especificar las razones por la cual Bernard está en un asilo o Raymond intentó suicidarse. La idea es que la única víctima aquí sea Chanel.

La homosexualidad de Dior es un tema terciatio, a pesar de que es parte de una peña gay de modistos. No se menciona que Vaufreland era gay ni la posible bisexualidad de Chanel.

                                  Momento cariñoso entre Jacques y Dior

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

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De Courcy, Anne: Chanel’s Riviera: Glamour, Decadence and Survival in Peace and War 1930-1944.2020

Fiemeyer, Isabelle: Chanel, The Enigma. 2016

Frame, Alan: Toto Koopman &Coco Chanel: Spies, Seduction and the Fight for Survival.2020

Picardie, Justine: Coco Chanel, New Edition:  The Legend and the Life.2023

Riding, Alan: And the Show Went On: Cultural Life in Nazi-Occupied Paris. 2011

Sebbas, Anne: Les Parisiennes: How the Women of Paris Lived, Loved and Died Under the Nazis. 2016

Vaughn, Hal: Sleeping with the Enemy: Coco Chanel’s Secret War. 2011