La adaptación del
romanzo de Lampedusa ha comenzado con buen pie, pero ya sabemos que un
gran primer episodio es el cebo acostumbrado de Netflix. Sin embargo ya me ha
pescado el anzuelo y no solo por la belleza de la escenografía, del vestuario y
del elenco. Me ha gustado que, a través de conversaciones, se nos ofrezca una
lección del trasfondo histórico sobre el cual se teje el argumento.
El cambio que más
aprecio en la serie es presentar un enfoque diferente de Tancredi Falconieri. No
lo recuerdo mucho del libro, influenciada como estaba por la interpretación de Alain
Delon en el filme. La belleza y estatus de estrella del divo francés obligaban
a opacar los aspectos más oscuros del personaje: su oportunismo e ingratitud.
Ambos quedan clarísimos desde el primer episodio de la serie y ayudan a dar el
puesto estelar al verdadero protagonista, a Fabrizio Corbera, Príncipe de
Salina “Il Gattopardo”.
Un Príncipe y
su Familia
Antes que todo,
deseo hablar un poco sobre este apodo del protagonista. Giuseppe Tomasi , Príncipe di
Lampedusa, escribió la novela en 1957 inspirándose en la vida de su abuelo, que,
como Don Frabrizio, sobrevivió la caída de los Borbones, la invasión de Garibaldi
y los cambios que trajo la unificación de Italia a Sicilia y a su casta
patricia. Si mal no recuerdo, el apodo viene de un escudo de la Casa de Salina
que describe a un gran felino. En inglés, este animal recibe el nombre de “leopard”,
pero no es un leopardo sino un guepardo,
el animal más veloz de la tierra.
Cuando yo era
pequeña yo sabía la diferencia entre leopardo y guepardo, tal como sabía que
(por influencia del cine) en Chile “ gatopardo” era apodo de una persona
anticuada que se negaba a vivir en el presente. Aunque hay personajes en
novela/filme/miniserie que catalogarían así a Fabrizio, el autor se esmera en
reflejar tanto al Príncipe como a su estirpe y mundo con un gran dejo de
nostalgia que muchos críticos acusan de ser una visión reaccionaria. Mi temor
al saber que Netflix se haría cargo de la adaptación es que atropellase esa
nostalgia o describiese al “Gatopardo” como un villano. Para suerte de todos, no ha sido así.
Ya en el primer
episodio conocemos virtudes y fallas de Fabrizio. Su orgullo de casta, su
actitud placida de hombre que vive en tierra caliente y prefiere no tomar
acción aunque sepa perfectamente lo que pasa a su alrededor. Es consciente de que
el gobierno borbónico es corrupto, pero desconfía del cambio que ofrece la Casa
de Saboya. Vemos que no se deja manejar por nadie ni por la iglesia ni por el ejército.
Vemos que es valiente como cuando se detiene para socorrer al capitán
perseguido por una turba, pero al darse cuenta de que no puede en contra de
ella se retira con prudencia.
Es un patrón
justo que reconoce que su capataz es ladrón, pero se lo permite solo enfrentándolo
cuando Russo quiere colgarles un robo a unos humildes campesinos. En su familia,
El Príncipe ejerce la misma lasitud exigiendo respeto solo cuando se le
encabritan como lo hace con Paolo, su hijo mayor. Es su esposa, la princesa
Mariastella quien describe su injusticia de Pater Familiae. Ha
privilegiado a su hija Concetta por sobre sus otros hijos; quiere más a su sobrino
que a Paolo y ha preferido a su amante en Palermo que a su esposa.
Lo que la serie
nos narra en seis episodios es como una nueva sociedad y un nuevo monarca alterarán
la vida de Frabrizio, y como él se niega a cambiar con los tiempos. La serie
comienza ya con un ejemplo de su soberbia que, curiosamente, en él es una
virtud. Desafiando el toque de queda impuesto por una revuelta, el Gatopardo
llega a Palermo, acompañado por su capellán,
el Padre Pirrone, y su gran danés Benedico. Viene a buscar a su hija Concetta
que estudia en un convento.
Con altivez y
marrullerías, Frabrizio demuestra que a ‘él nadie lo para ni un capitán del ejército
Borbón ni la madre superiora que no quiere dejar marchar a Concetta. El padre PIrrone
da un poco de lástima, nadie lo respeta, ni las monjas ni el Príncipe,
cuyos hijos se burlan del capellán en la mesa. Benedico es más importante que
el curita quien está contento de tener
la protección del Príncipe aunque no su respeto.
Concetta está
feliz de volver a su casa donde la reciben amorosamente su madre y sus
hermanos, pero le preocupa no ver a su primo Tancredi del que está secretamente
enamorada. Va a visitarlo a su mansión cercana y descubre que su primo es un
traidor a su casta puesto que se ha vuelto garibaldino y planea irse a Palermo
a unirse a los revoltosos en espera de Garibaldi y sus tropas (“Los Mil”). Concetta
queda perpleja, pero como es inteligente e intuitiva, le pregunta si acaso no
teme perder tanto su casa y titulo.
Ahí Tancredi
demuestra su oportunismo, le dice a su prima que para no perder lo suyo debe
unirse al bando ganador. Los Borbones llevan las de perder siendo atrasados y
corruptos, a diferencia de los Saboya que representan la industria, el progreso
y la cultura. Concetta promete no contar
el secreto del primo previa promesa de que él le hará saber por carta que está
bien.
La Unificación
de Italia
Me detengo aquí
un momento para explicar un poco del trasfondo histórico. Al inicio de la serie
nos cuentan a grandes rasgos que estamos en el Risorgimento, que Sicilia está a
punto de dejar de ser patrimonio de los Borbones y pasar a ser parte de la Italia
Unida bajo la Casa de Saboya y que el liberador será Garibaldi. ¿Pero cómo
se llegó a eso?
Pues Frabrizio le
da una lista a Tancredi de los pueblos que han invadido Sicilia y como no han
conseguido cambiarla. Ni tanto así. Sicilia fue una creación del mundo antiguo
siendo colonizada por griegos y romanos. Como nos mostró Valhalla, fue colonizada por los sarracenos y por tres
siglos fue musulmana. Fue liberada por los normandos de la casa de Hauteville
(Altavila) durante el Medievo para pasar a ser un reducto de los Anjou durante
el Renacimiento. Tan insoportable era el yugo angevino que los sicilianos
suplicaron ayuda de Don Pedro de Aragón quien les hizo caso y desde ahí hasta
1860, Sicilia fue española.
Cuando la Casa de
Austria dio paso a los Borbones, Felipe V le dio el Reino de Nápoles y las Dos
Sicilias a su hijo Carlos. Cuando este pasó a ser Carlos III de España, le
cedió el puesto a su hermano Fernando. Este sería uno de los gobernantes más
ineptos de la historia, retrogrado, bobo y cruel, tanto que el pueblo lo apodó “Rey
Bomba”. Su mujer, María Carolina (hermana de María Antonieta), era tan
retrograda como el rey y tan ligera de cascos que Napoleón la llamó “Mesalina”.
La vimos en la tercera Temporada de Ekaterina.
Hablando de Napoleón,
en su campaña de conquista de Europa invadió Italia, creó nuevos reinos, hizo
huir a los representantes del Ancien Regime, y puso a sus parientes en
los tronos vacíos. Como saben, a Napoleón le llego su Waterloo, los reyes
Bonaparte devolvieron sus reinos a los antiguos soberanos y Fernando y Carolina
regresaron a Nápoles, pero el paso napoleónico abrió camino a nuevas ideas de
libertad, de revolución hasta de republicanismo.
En Italia, estas
ideas estaban dirigidas a la expulsión de monarcas anacrónicos y a la unidad de
todos los reinos que una vez habían obedecido a la Roma de los Cesares. Se
organizaron grupos revolucionarios conocidos como Carbonari. Hubo
quienes veían una nueva Italia convertida en una república como Estados Unidos,
gente como Garibaldi (que había visto democracias en América Latina) y Giuseppe
Mazzini, “Don Pepinno Mazzini” como El Gatopardo lo llama despectivamente en la
novela.
Sin embargo,
Europa no estaba para republicas ni revoluciones y se llegó a la conclusión de
que tendría que ser una monarquía, pero parlamentaria. Ente los gobernantes de
los reinos italianos lo más cercano era Carlos Alberto II de Saboya, Rey de Cerdeña
quien gobernaba el Piamonte, Génova y la isla de su título.
En 1848, el año
de las revoluciones fracasadas, los milaneses se levantaron en armas en contra
del Imperio Austro-Húngaro que gobernaba casi la mitad de Italia. Carlos
Alberto los apoyó, como también lo hicieron el Papa y el Rey de Nápoles. Todo
en vano puesto que los austriacos les dieron una tunda. Entretanto hubo un
alzamiento en Sicilia y el Rey Borbón prefirió ocuparse de sus asuntos antes
que apoyar revolucionarios. Este retazo histórico lo habíamos visto en Los Leones de Sicilia.
Las cosas
cambiaron en 1858. Al nuevo rey de Cerdeña, Víctor Manuel III, le parecía
interesante gobernar sobre una Italia Unida. Garibaldi regresó de su exilio
latinoamericano donde había apoyado guerras locales en Brasil y Uruguay. La
Casa de Saboya recibió el espaldarazo de Napoleón III y de los banqueros
franceses. Ahora si podían hacerle frente a Francisco José. Después de batallas
cruciales como Magenta y Solferino, Lombardía, la Toscana, Parma y Módena
pasaron a ser parte del reino de Víctor Manuel. Italia ya tomaba forma.
Garibaldi y sus Mil expulsaron a Francisco , el ultimo y frágil rey Borbón de Nápoles.
La
novela/filme/serie comienza con los partidarios de la unificación a la espera
del desembarco de Garibaldi y sus Camisas Rojas en Palermo. A ellos se ha unido
Tancredi quien ha cumplido su promesa de escribirle diariamente a su prima.
Cuando la correspondencia cesa, la preocupada Concetta comparte su miedo con su
padre. El Gatopardo parte a Palermo donde se encuentra con un desastre. El
corrupto gobernador ha arrestado a los revolucionarios, con ellos está Tancredi.
Frabrizio visita al sobrino en la cárcel y se encuentra un Tancredi socarrón
que no cree que les vaya a ocurrir nada malo.
El panorama que le presenta el gobernador al Príncipe de Salina no es tan halagüeño. Quiere fusilar a los revoltosos para sentar un ejemplo. Principalmente quiere ejecutar a un joven de la alta sociedad como lo es el conde Tancredi Falconieri. Frabrizio tendrá que salvar al sobrino cediéndole sus mejores tierras al gobernador. Tancredi no se muestra agradecido, ni siquiera ver el fusilamiento de sus camaradas lo hace más prudente. Apenas puede, retorna a la lucha. Antes declara a su tío una frase que encierra la tesis de la novela “Es preciso que todo cambie para que todo siga igual”. (incluyo la original como la muestra el filme de Visconti)
Cambios y un
Nuevo Rey
Efectivamente las
cosas cambian. Garibaldi y sus huestes derrocan a los Borbones. Las hermanas de
Concetta dejan de cantar arias de Mozart privilegiando las de Verdi (Giuseppe Verdi
fue un gran campeón de la unificación de Italia). El gobernador cambia su banda
roja por una tricolor y la familia Di Salina lanza flores desde un balcón de Palermo
sobre un desfile de Camisas Rojas, entre los que se encuentra Tancredi.
El Príncipe anda
con preocupaciones más mundanas. Ha llegado el calor y quiere retirarse a las montañas,
a Donnafugata, con su familia. Para eso necesita del permiso del comandante de
la plaza, el coronel Bombello, un joven conde milanés, superior de Tancredi
(que ahora es capitán). Resulta que las artimañas sicilianas de Frabrizio se
pierden en la dureza (“teutona” como la describe el Príncipe) de Bombello que
no quiere otorgar privilegios a nadie, ni siquiera a los parientes de sus
oficiales.
No cuenta con la
astucia del Gatopardo que descubre el lado flaco del coronelito: Concetta.
Decide que su familia asistirá a un baile en honor de Garibaldi y ordena que le
preparen a su hija favorita un vestido que realce su belleza. Esto provoca la
indignación de Paolo que acusa a al padre de querer prostituir a Concetta. Hasta
el Padre PIrrone se escandaliza. Paolo lleva las cosas al extremo cuando acusa,
en frente de su familia, a Fabrizio de
mantener una querida en Palermo. Esta vez será Mariastella quien, de un bofetón,
haga callar a su hijo predilecto.
A pesar de este incidente,
los Di Salina van al baile donde Concetta causa sensación. El Gatopardo hace
que su hija baile varias piezas con diferentes acompañantes y solo da permiso
que lo haga con Bombello cuando este da permiso para el viaje a Donnafugata. Al
ver la atención que su prima genera entre sus compañeros oficiales, Tancredi le
pide a Concetta que huyan juntos.
Este pedido
desconcierta a la jovencita. ¿Para qué huir? Mejor hablar con los
padres. Como ve que Tancredi no se decide, Concetta toma el control de su
relación y le confiesa al Padre Pirrone que está enamorada de su primo. El sacerdote comunica la noticia a sus
patrones. A Mariastella la idea de un matrimonio entre su hija y su sobrino le
parece excelente. Cree que Concetta será una buena influencia sobre Tancredi.
A Frabrizio no le
parece tan buena idea, pero el amor que siente por los tortolos le impide
entrometerse. En esto la serie difiere del libro donde ll Gattopardo le dice al
cura que tal unión es imposible puesto que Tancredi debe casarse con una mujer
rica. El tema deja de importar cuando llegan a Donnafugata donde espera esa
esposa millonaria a Tancredi, donde Concetta verá sus sueños destrozados y Frabrizio
encontrará su peor enemigo, el cambio.
Los Sedara de
Donnafugata
Todo esto viene
de la mano de Don Calogero Sedara, el alcalde de Donnafugata. Este hombrecillo
servil, del que toda la familia Di Salina se ríe por su costumbre de llegar bañado
de colonia, se ha convertido, a espaldas del Príncipe, en uno de los hombres más
ricos de Sicilia. Gracias a especulación, trampas, robos y otras malas artes, Don
Calogero ahora tiene tanta o más influencia que Fabrizio.
La heredera de
toda la fortuna Sedara, es Angelica, la hija única del alcalde y Don Calogero
la ha educado para que ayude a elevar a su familia. Tal como vimos en Los
Leones de Sicilia, el dinero vale poco si no va acompañado de un antiguo título
nobiliario. Para atrapar un buen yerno, Sedara ha enviado a Angelica a estudiar a
París. La chica es tan ambiciosa como el padre, se sabe hermosa, sensual y
lista y se lo hace saber tanto a Fabrizio como a Tancredi.
Desde el momento
en que la conocen , el Príncipe y su sobrino son hechizados por esta chica tan
sexy, tan audaz, tan exuberante. Lo nota Concetta lo que no aminora su dolor.
Angelica coquetea con tío y sobrino, pero el Gatopardo es zorro viejo. Le dice
a la osada nueva rica que mejor es un marido joven que un amante viejo.
Tancredi es un
caso más complejo, cuando su tío lo interroga sobre sus intenciones con Concetta,
el Capitán Falconieri responde “no lo sé “ y se marcha a Palermo. Para cuando
retorna a Donnafugata ya ha decidido y le dice a su tío que no ha vuelto por su
prima. Es evidente que Tancredi quiere poseer a Angelica, su cuerpo y su
fortuna. Al Príncipe Di Salina le queda solo un recurso, pedir la mano de Angelica
para su sobrino. Con eso Frabrizio se acarrea la ira de su esposa y el rechazo
de su hija.
En confesión, Frabrizio
le revela al Padre Pirrone el desprecio y rabia que siente en contra de estos
advenedizos que han venido a usurpar su puesto. A su esposa, el Gatopardo le
dice que la única manera de enfrentarse al poder económico de Los Sedara es
integrando su fortuna a la de ellos. ¿Valdrá la pena esta movida del Príncipe? ¿Realmente
puede detener la autoridad de estos nuevos ricos?
Lo más
espectacular de esta producción―la más cara hecha en Italia―es su
belleza. La belleza de la cinematografía que convierte el paisaje siciliano en
un universo de contrastes entre lo seco y desértico y los exuberantes jardines
del palacio del Gatopardo. No menor es la belleza de los vestidos y del
decorado y la belleza del elenco que me ha recordado mi viejo dicho que en
Italia, hasta los feos son lindos.
Bellas también
las actuaciones, destacando Kim Rossi Stuart que encarna todo lo que Lampedusa
puso en su descripción del Príncipe di Salina. Deva Cassel es decorativa, pero modelo
al fin. Es inexpresiva dejándole el terreno del talento a Benedetta Porcarelli
que rivaliza con la hija de Monica Bellucci en belleza física y pericia
histriónica en un rol que la hace la verdadera heroína de este cuento.
Contenido Violento: Un fusilamiento masivo en el primer
episodio
Contenido
Sexual y Desnudos:
Tancredo enseña cola en el primer episodio, su tío lo hará en el tercero. Ambos
desnudos son parte de escenas de baño.
Factor Feminista: Contrario a lo que se sentía en el filme
donde todo el poder residía en Angelica que no solo lograba conquistar a una
sociedad cerrada, sino también superaba las cadenas impuestas por su ambicioso padre,
aquí la lucha por el empoderamiento la bate la tímida e introvertida Concetta.
La serie se
convierte en un viaje vital de la hija de Frabrizio, desde la chica que quiere
casarse con el primo, a la mujer desolada que esconde su corazón destrozado en
un convento. Es ahí donde su intuición se manifiesta y aprovecha el hábito para
acercarse a la amante del padre. Será ella quien le infunda deseos de vivir.
Concetta abandona el claustro para tomar las riendas de su hogar.
Factor
Diversidad: No hay
inclusividad forzada (la característica de Netflix) solo la diferencia (ya
presentada en Los Leones de Sicilia) entre los italianos del Norte y los
sicilianos.