Si tuviéramos que escoger una serie que fuese el emblema del
glamur televisivo, sin duda que sería “Downton Abbey”. Tal es su aura de
sofisticación que otros se han colgado de ella para vender sus artículos. Y asi
hay líneas de productos de belleza, decoradores y diseñadores de moda que
ofrecen lleva el glamur del programa de la BBC a su devoto publico sea en un sombrero,
un mueble o un perfume. ¿Pero qué distingue a la saga de la familia Crawley de otros period pieces o historias de ricos y famosos?
Enterarme de que Lord Fellowes planea un inicio incendiario
de la quinta temporada de su serie-éxito me dejó un poco asustada. Los incendios
en los castillos ingleses eran ocurrencias comunes en los años de la posguerra,
a causa de instalaciones recientes de electricidad
y la proliferación de aparatos nuevos como los que tanto incomodan a Mrs. Patmore.
Aun asi ver Downton Abbey a punto de perecer en las llamas es un sacrilegio,
porque lo más glamoroso de esta serie no es ni el pedigrí de La Condesa Viuda
ni el vestuario de sus nietas, es su mansión ancestral, La Abadía de Downton.
Highclare Castle es el marco de la historia de Lady Mary y Anna |
Aunque muchas escenas sean filmadas en sets artificiales o en los exteriores de una bucólica Yorkshire,
gran parte de esta historia transcurre en el vetusto y linajudo Castillo de
Highclere que les aporta a Los Crawley de
un marco de glamur. Yo siempre ando comparando a “Downton Abbey” con su
predecesora “Upstairs Downstairs”. Y donde la vence la producción de Julian
Fellowes es en el ambiente. Debido a la estética y limitaciones presupuestarias
de su época, UD fue filmada casi en su 80% en foros, algo que la distancia
totalmente de la estética cinematográfica y de los opulentos espacios donde es
filmada la saga de la familia Crawley.
Un detalle significativo, es que aunque limpia y funcional
el área menos glamorosa de la Abadía es donde viven y trabajan los empleados de
los Condes de Grantham. Esto se debe a que los criados no son glamorosos porque
son los grandes utileros de este descomunal espectáculo. Son ellos quienes
encienden chimeneas, lavan la ropa, vacían orinales y se esmeran para que la
vida de los señores esté libre de incomodidades, para que siempre puedan los
Condes, sus parientes y amigos verse exquisitos.
La cocina de Downton Abbey |
Cuando su primer amante murió en su cama, Lady Mary corrió a
buscar a su doncella Anna para que la sacara del apuro, pero años más tarde
cuando es violada en la cocina de la Abadía, Anna no busca la ayuda de su
señora. Tomarán meses, antes que el ama de llaves, Mrs. Hughes, relate lo ocurrido
a Mary y solicite que intervenga. Los señores no deben ser molestados, los criados
están para servirlos y para solucionar sus problemas.
En la última temporada hemos visto a Anna y Jimmy ayudar a
Lady Rose con sus novios inconvenientes
y a Barrows alertando a la Condesa sobre una mala niñera. Incluso en el
especial de Navidad, la ayuda del servicio se extendió hasta el propio Príncipe
de Gales a quien saca de un peligroso atolladero nada menos que Bates, el ayuda
de cámara de Lord Grantham. Asi el futuro Duque de Windsor y Lady Rose pueden
bailar serenamente en el salón de "arriba" seguros de que su glamur
es salvaguardado bajo las escaleras por fixers
mejores que Olivia Pope y Ray Donovan.
(digitalspy.com) |
Julian Fellowes ha recreado una era de buen
gusto, lujo y belleza, pero a la vez homenajea a quienes contribuyeron a que existiera
ese ámbito glamoroso , ese círculo distinguido y una mentalidad nacida de un
concepto de que el mundo es perfecto mientras otros se encarguen de mermar las
imperfecciones.
Eso no significa que Los Crawley sean injustos,
abusadores o que ignoren los
sentimientos de su servicio domestico. En
ese aspecto también son glamorosos. Como señores feudales tienen una manera
refinada de acercarse a los de abajo para ayudarlos. Lord Grantham se niega a despedir
a su valet, a pesar de que la cojera de Bates lo hace semi inútil, y paga las
deudas de uno de sus arrendatarios para que no pierda su granja. Lady Grantham,
por muy americana que sea, es siempre una gran dama, sea consiguiendo la mejor
mesa para sus criados en un elegante restaurante, o despidiendo a una nana que
maltrata a su nieta.
Lady Grantham y sus hijas |
Las hijas de esta noble familia siguen su ejemplo. La
altanera Mary consigue vacaciones para que un lacayo visite a su madre
moribunda, sirve de Cupido en los amores de Bates y Anna y hasta les prepara el
cuarto para su noche de bodas. Edith será odiosa con su hermana, pero es muy
gentil con el servicio, y siempre colabora con la abuela para ayudar a
encontrarle empleo a una mucama-madre soltera o para colocar al pobre Moseley
en un buen puesto. En cuanto a la difunta Lady Sybil, comenzó sacando a una
mucama de la cocina para convertirla en secretaria y terminó casándose con el
chofer.
Edith, Sybil y Mary |
Todo esto es muy emotivo y admirable, pero no siempre las
clases altas han sido tan “democráticas”, ni han aceptado con tal facilidad que
una hija se les case con un criado. Por eso “Downton Abbey” es un cuento de
hadas y como tal está lleno de glamur.
El bautizo de la hija del chofer |
Recientemente, hubo un gran alboroto en los medios cuando se
filtró un detalle fuera de lugar en una de las fotos promocionales de la
próxima temporada. El motivo del escándalo fue una prosaica botella de plástico
que a algún extra se le habrá olvidado sobre la chimenea. La idea de que algo tan
chabacano y moderno enturbiara esa atmosfera lejana y seductora, fastuosa y artificial a la
vez, resultaba discordante, casi tan discordante como si lo feo y vulgar
manchase la pulcritud del mundo de Los Grantham.
La botella de agua |
Por algo no tenemos escenas de sexo grafico. En cuatro
temporadas las hijas de la casa les han
dado tres nietos a los Condes, pero jamás las vemos de parto. Ya comenté en
otra nota la delicadeza y falsedad con la que se retrató el desastre de La Gran
Guerra. Y el año pasado hubo furor entre los fans de la serie luego que la
doncella Anna fuera violada. Ese tipo de cosas no se esperan de esta idealizada
visión de la alta sociedad inglesa que cometerá pecadillos, pero nunca bordea
el mundo del crimen.
Sin embargo desde el comienzo, “Downton Abbey” nos ha
mostrado que la oscuridad rodea la
apacible y armoniosa Abadía, tal como los Morlock de H.G. Wells acechaban a los
perfectos Eloi. Mucha gente detesta al pobre Mr. Bates, lo consideran un personaje
superfluo, ridículo, quejoso. Pero es Bates quien trae la vida real a la
fabulosa mansión con su pierna herida y su pasado sórdido lleno de delitos. Es Bates
quien es casi ejecutado por el asesinato
de su primera esposa y que bien puede haber matado al violador de la segunda.
Bates tras las rejas |
Solo que Bates es un personaje de “abajo”. Arriba, la clase
alta, ha entrado en una posguerra rutilante y alegre donde pueden seguir
viviendo como si todo fuera un juego. Algo que observa Branson, el nuevo y plebeyo
miembro de la familia. La aristocracia inglesa aparenta no tomar nada en serio,
no exhibe grandes muestras de emoción ante nada, vive “jugando” mientras se
sigan las reglas del juego. Eso es parte de su glamur.
El glamur de Downton Abbey resalta gracias al contraste con
el mundo de los humildes y de los parias como la mucama-prostituta Ethel o el
lacayo gay Thomas Barrows. La misma entrada de la serie nos muestra ese
contraste, alternando imágenes de los triviales y útiles artefactos del
servicio (las campanillas con las que los convocan los amos, las grandes
teteras de cobre, los plumeros) con frascos de perfume de lalique, y un jarrón de cristal lleno de rosas. Lo
primero sirve para que exista lo segundo.
La sofisticación alcanza el lenguaje. Por algo nadie usa
palabrotas y muy rara vez se levanta la voz de alguien. El glamur del lenguaje
es mas notorio en los parlamentos de la Condesa
Viuda y en sus duelos verbales con Mrs. Crawley, la suegra de Mary. Son tan
ingeniosos esos diálogos que ya parecen escritos por Oscar Wilde.
No se puede hablar de elementos de glamur sin mencionar el aclamado vestuario de “Downton
Abbey”. A pesar de que hombres y mujeres, criados y señores luzcan ropa
fantástica y de acuerdo a su época, son las jóvenes castellanas de la Abadía
las que sirven de maniquí para presentar la última moda de las primeras décadas
del siglo XX.
A través de cuatro temporadas hemos visto como el vestuario
evolucionó entre 1912 y 1922. La serie nos ha dado una cátedra sobre el tema gracias a las tenidas, trajes de novia,
vestidos de baile y hasta batas
maternales que lucen Las Hermanas Crawley.
Mary embarazada |
Solo nos queda hablar de los personajes. ¿Cuál es más
glamoroso? Aunque parezca lo contrario,
la respuesta es simple y nace de un proceso de descarte. Obviamente, ningún
sirviente de “Downton Abbey” puede serlo, y por ingeniosa y bien vestida tampoco
lo es Lady Violet. A pesar de que esta temporada, Edith se ha convertido en una reina de la moda de
Los Locos 20, es demasiado trágica, tiene demasiadas y obvias falencias, para ser considerada glamorosa. No asi sus hermanas.
Lady Mary es elegante, súper aristocrática hasta el punto de
la soberbia. Su esnobismo es fantástico. “No voy a casarme con un hombre que apenas sabe usar el tenedor”,
dice de su primo (y eventual marido) Matthew, y en la ultima temporada solo
baja la guardia con el socialista Charles cuando descubre que es sobrino, y heredero,
de un baronet irlandés.
Pero más allá de su impecable pedigrí, el glamur de Mary
reside en su contención y misterio. Sabe esconder muy bien lo que siente y
debido a eso es imprevisible. Nunca me imaginé que quemaría el boleto de tren
que podía delatar el posible crimen de Bates. Tal como todos nos quedamos en shock,
cuando, al sospechar que Matthew no heredará un titulo, Mary rompe su compromiso
con él.
Resulta curioso verla sufrir tanto con su viudez, cuando al
comienzo sabíamos tan poco de lo que pasaba en el interior de la mayor de las
hijas de Robert. Nunca nos enteramos que sentía por Kemal Pamuk, su primer
amante. ¿Realmente la desfloró? ¿Fue placentera esa primera experiencia sexual?
Desde el comienzo, Mary juega a ser indescifrable. Su
hermana Sybil le dice que sabe que en su anterior siente las cosas, pero más
adelante, Mary confirma ácidamente que “no tiene corazón”. Es la imagen que
quiere proyectar, la de una mujer hermosa, altiva, pero sin sentimientos que la
aten o dobleguen. Si las circunstancias la obligan a ser un a mercancía en el
mercado matrimonial de la aristocracia británica, ella se aprovechará de las
circunstancias para convertirse en un objeto de deseo. El porte de Mary le
atrae múltiples y diferentes pretendientes aun después de ser viuda y madre, y
ella sabe ejercer su hechizo que puede cautivar tanto a futuros maridos como a
su leal y cariñoso mayordomo, Mr. Carson.
Aunque esta última temporada tuvo al personaje de Michelle
Dockery desenmascarándose en su dolor de viuda, y hasta la hicieron enlodarse
dando de beber a unos cerdos, su
subyugante poder permanece intacto. La vimos pedirle a su padre que no llevase a Mr. Bates de viaje y
luego las vimos solicitándole a Lord
Illingham que despidiera a su valet, el violador de Anna. En ambas ocasiones,
Mary formuló sus deseos sin sonar exigente, pero sin explicar los motivos de
sus extrañas peticiones. Y el que los hombres aceptaran como vasallos deseosos
de satisfacer los caprichos de una reina
es una demostración de su poderoso glamur.
Diferente es el caso de la difunta Lady Sybil Branson, nee Crawley. Desde el primer instante, presentí
que alguien tan noble, tan altruista, tan amiga de la justicia no era de este
mundo. Como Melanie Hamilton y Beth March, Sybil era un personaje tan angelical
que ya anunciaba una muerte temprana. Ese era el glamur de la menor de las
hijas de Lord Grantham, el de un hada, un ángel, una mujer de otra esfera.
A los dieciséis años ayudaba a una camarera a superarse; a
los diecisiete participaba en políticas como
miembro del gremio de las sufragistas,; a los diecinueve ya atendía heridos de la
Gran Guerra y a los veintidós, casada y esperando su primer hijo (del ex chofer
de la Familia Grantham), luchaba por la causa irlandesa. Sin embargo, nunca
dejó de ser Lady Sybil, siempre mantuvo su lugar, siempre hermosa, bien
vestida, toda una damita aun luciendo los escandalosos pantalones “harem” que
Poiret impusiera en la Era Edwardiana.
La serie nunca hizo perder a Sybil su glamur candoroso.
Aunque también se cayó en el barro, y recibió una pedrada durante un mitin político,
nunca la expusieron a cosas sucias o feas. Ya mencioné cuan “aseada” fue su
experiencia de enfermera. No nos la mostraron en su huida de los Black and Tans
para salir de una Irlanda sumida en guerra civil. Solo la vimos llegar de
regreso a la abadía. Lo mas cercano a una experiencia degradante fue verla
bañada en sudor, presa de la eclampsia que cobraría su vida en el parto.
Tan etérea y espiritual era Sybil que no la vimos compartir
mas que castos besos con su marido. Como Mary, fue también un poco un enigma en
lo que respecta sus verdaderos sentimientos. Nunca se desahogó con nadie.
¿Estuvo realmente enamorada del Primo Matthew como creyó Mary? ¿Fue realmente
siempre tan segura de sus ideales?
Sybil era un misterio hasta para sus
hermanas. Por eso resultó tan conmovedora y reveladora esa confesión, antes de
morir en que le cuenta a Mary, lo feliz que ha sido con Tom. Ni Mary estaba
segura de que Sybil no se hubiese arrepentido de su matrimonio. Es que nunca se
sabe con los personajes glamorosos, son expertos en ocultar contrariedades y fracasos.
Convencidos entonces de que “Downton Abbey” es la serie glamorosa
por antonomasia, solo nos queda esperar su quinta temporada que estrena este 21
de septiembre en Inglaterra, en Estados Unidos estrena el 5 de febrero del
2015, y nosotros la tendremos en estas latitudes a fines de marzo del próximo
año.
Buenas tardes Malena
ResponderEliminarSiempre resulta grata una miniserie de misterio y glamour británicos, con el contrastre de los De Arriba y los de Abajo.
Los ingleses en general son muy peculiares y difíciles de comprender: adoran de forma especial a su monarquía y escalafón aristocrático.
Felicitaciones por este detallado informe de esta miniserie que ha tenido éxito a nivel internacional. Esperaremos con paciencia hasta el 2015.
Fred
Hola, Fred. Muchas gracias por leernos y dejar un comentario. Desde la primera Forsyte Saga que he sido adicta este tipo de seriados británicos y es un placer que aun en el mundo de hoy se sigan haciendo (y gustando). Con todos sus errores, adoro Downton Abbey y no quisiera que terminara nunca. Si, esperemos el 2015 y entretanto seguiré buscando información sobre esta temporada.
EliminarYa ha empezado la quinta temporada :) Aquí os dejo mi homenaje a Violet Crawley, que le dediqué en mi blog el viernes ;)
ResponderEliminarhttp://seriesanatomy.blogspot.com.es/2014/09/person-of-interest-violet-crawley.html
Saludos!
Ya dejé un comentario. Muchas gracias por pasar.
EliminarTENGO QUE RECONOCER QUE ESTE BLOG VALE TANTO COMO LA PROPIA SERIE.
ResponderEliminarES UN TRABAJO EXCELENTE, EXCERO UNA COSA QUE QUIZÁ LO HACE UN POCOFEO:" esa gata puesta de arriba abajo".
¿me podrias decir donde ver los capítulos emitidos ya de la 5º temporada, sin costes y sin tener que dar teléfonos?.
GRACIAS.
MI PÁGINA ES:
http://www.aldonzafolk.blogspot.com
Bienvenida, María Luisa, gracias por los elogios. Siento que no te gusten los gatos, pero para mi son sagrados. AYy, yo no he visto todavía la Temporada 5, yo soy a la antigua, voy a esperar a que la pase el cable latino. A ver si alguien nos lee y te recomienda un sitio seguro.
Eliminarhttp://www.seriesbang.net/serie/downton-abbey
ResponderEliminarTodas las temporadas incluida la quinta. Tb en Series Pepito
Gracias, Abril, ojala María Luisa pase y lo vea
EliminarHola Male, primera vez que paso por aquí!
ResponderEliminarMe encantó esta nota, tan glamorosa como la serie.
Si hay algo que me atrapó desde el primer momento fue la ambientación, hermosa.
Todos los detalles, desde la banda sonora, los lugares que muestran y la ropa que usan.
También se disfruta ese contraste entre los Crawley y los sirvientes, desde el primer capítulo amé los dos lados y tal como tu dices, el primero no podría existir sin el apoyo del segundo, esto está muy bien reflejado en la serie.
Estoy de acuerdo en que Mary es la que más representa el gamour, ella es alguien que no se derrumba frente a los demás y obtiene lo que quiere, (y como le dije a una amiga, tiene los pretendientes más lindos jeje). A pesar de que siempre ha sido caprichosa, también puede ser amable y de buenas intenciones, me gustó por ejemplo como fue con Lavinia en la segunda temporada.
Igual Cora no se queda atrás con el glamour, me encanta su mezcla de mujer moderna y dama aristocrática.
Es verdad lo que dices, que nunca se muestra nada "feo", voy a leer después tu análisis de la segunda temporada. A mi me gustaron las escenas de la guerra, de hecho creí que no iban a mostrar nada. Pero es verdad que todo resulta demasiado "limpio" jeje.
Otro comentario acerca del vestuario, para mí la mejor vestida es Lady Rose, cada vez que sale con un vestido nuevo mi reacción es "owwwwww que bonitooo". Y por cierto, que alegría que nos mostraron su presentación en la Corte, eso también fue digno de ver, nos lo habían quedado debiendo con Lady Sybil.
Ahora tengo que seguir con la quinta temporada, anoche vi el inicio incendario, menos mal que no fue para tanto, ya creí que le pasaría algo a Edith, es tan sufrida la pobre :(
Seguiré buscando tus otras notas, tengo mucho que comentar jaja
Saludos
Uy Reina Any, que rico tenerte aquí y convertida en toda una gatita seriefila.
EliminarEl factor que explica el glamur de Mary es su misterio un misterio que oculta tras una máscara refinada y un poco flemática, pero también medio inhumana . Pors eso su madre, que es una gran dama, no es glamorosa. Es demasiado humana y terrena para serlo
Ros tiene un vestuario fantástico, pero es que es otra época, otra moda. En la era de las flappers, Mary se matrona, no se puede poner cosas que una lola como Rose sis e atrevería a lucir. Aun así, mi vestuario favorito de estas últimas temporadas lo usa Edith.
Uff para mí la Season y La Presentación son la esencia del glamur, tengo hasta una sección de mi biblioteca dedicado eso y hasta tengo una novela sin terminar sobre el tema. Por eso gocé con todo ese episodio navideño.
Porfa comenta lo que quieras, a mi me encanta esta serie y otras parecidas. ¡Que lastima que sea tan difícil conseguir Upstairs/Downstairs!porque no se puede apreciar una sin ver la otra. Besos