miércoles, 22 de noviembre de 2017

The Crown: Abajo de las escaleras del palacio de Buckingham


En mi anterior entrada sobre “The Crown”, dejé claro que la veo como la única sucesora de “Downton Abbey”.  Si la serie icónica de Lord Julien Fellowes describe la relación entre amos y criados de una mansión ancestral, en las primeras décadas del Siglo XX, ” The Crown” sigue líneas parecidas. En vez de la Abadía de Downton, tenemos el Palacio de Buckingham, la historia tiene lugar a fines de los 40s y 50s (en vez del parámetro 1911-1925 de DA). En esta ocasión, los patrones son la familia real británica y los criados son ministros, secretarios y osados caballerizos que se toman libertades con reinas y princesas.

Los Ministros-Mayordomos
Comenzamos con Sir Winston Churchill. John Lithgow se ganó un merecido Emmy por su interpretación del legendario líder británico, pero a mí me dejó fría. Yo amo a Sir Winston, pero desde el 2002 que cine y televisión se han empeñado a sacar, año por medio, algún retrato de Churchill sea como protagonista o secundario. Si hasta el difunto Rod Taylor lo interpretó en “Inglorious Basterds”.  No he visto todavía a Gary Oldman en ese papel en “The Darkest Hour”, pero para mí el mejor seguirá siendo Albert Finney en “The Gathering Storm”.

En “The Crown” han tratado de darle mayor preponderancia (como si se pudiera) al personaje, incluso contándonos cuentos falsos como el de la secretaria atropellada que nunca existió o verdaderos como el del retrato que no le gustó ni a Churchill ni a su señora. ¿A quién se le ocurre contratar a Stannis Baratheon para pintar un cuadro?





Tal como se magnificó, por propósitos dramáticos, el pánico provocado por la capa de smog del ’52, se ha ampliado el miedo que Isabel le tenía a su primer ministro. “Lilibet” y Sir Winston se conocían de toda la vida, había ahí una relación más parecida a la de Lady Mary y Carson que la timidez e inseguridad que la reina demuestra hacia el primer ministro en los primeros episodios de “The Crown”.

Todo el respeto y admiración que siento por Churchill equiparan al desprecio y fastidio que siento por Lord Avon, su sucesor. Jeremy Northam,  que últimamente solo puede interpretar personajes históricos (Tomas Moro, Carlos II, Bertrand Russell), ha conseguido humanizar a Anthony Eden, un ministro que ha pasado a la historia como uno de los peores en el reinado de Isabel II.

Ahora, cada vez que leo un libro de historia sea sobre la segunda Guerra Mundial, la Guerra Civil Española o los conflictos de Israel, me encuentro con las siniestras zarpas de Eden tras algún desaguisado. Es increíble que alguien que se supone era parte del bando de “Los Buenos” se las arregle para siempre estar en la acera del frente, ósea en contra de mis posturas políticas e ideológicas.

Es una ironía que la historia determine que la mayor metida de patas de Edén fue su pobre actuación durante la Crisis del Canal de Suez. Por una vez,  él ministro tuvo una excusa. Tal como nos muestra “The Crown”, en esa época Eden era víctima de médicos chambones que lo convirtieron en  adicto a las anfetaminas. En ese estado no se puede manejar ninguna crisis. Sin embargo, la serie si le tiene un poco de tirria a Lord Avon. Lo vemos por primera vez cuando llega,  todo solapado,  a pedirle al Rey Jorge que le aserruche el piso a Churchill (¡que más encima es su tío político!) El rey que no era tonto lo mandó a freír monos a Acapulco.




Lord Avon y su "tío"Churchill

Vemos que Eden es parte de la camarilla anti- Felipe y la serie perpetúa un mito histórico de que fue Lord Avon quien conspiró con su soberana para impedir la boda de la Princesa Margarita y Peter Townsend. Me acabo de enterar que crecí con una falsa concepción del affaire Townsend. Como la mayoría de las frikis de la realeza de mi época, yo tenía esta visión de Margarita como una víctima de reglas protocolarias caducas. Siempre disculpé todas sus excentricidades, desde sus subidas de peso hasta el drogarse en compañía de Mick Jagger,  como resultado de esa campaña de poderes ancestrales que la separaron del hombre que amaba.

Desde el 2004 que se sabe oficialmente que en vísperas del rompimiento definitivo Margaret-Townsend, Eden y su soberana se sentaron a redactar un documento que, aparte de hacer a Margarita feliz junto a su coronel de ensueño (en la aviación de otros países el grado de Group Captain que ostentaba Townsend es equivalente a  coronel de aviación),  destruiría para siempre esa anacrónica acta que impedía matrimonios como el que deseaba la hermana de la reina.

Aunque voy a hablar de este asuntillo en otra entrada, lo cierto es que “The Crown” se va por lo mítico y lo melodramático, mostrándonos a una reina de corazón duro que antepone el deber antes que la felicidad de su única hermana. Mas encima nos hacen creer que obra tan inhumanamente por consejo de su mefistofélico tío (que abdicó para casarse con divorciada) y de un odioso ministro (divorciado y recasado). La idea es que al terminar la temporada nos quedemos con un retrato de una reina aislada, desligada de la realidad, abandonada por el marido, repudiada por la hermana, más sola que Angelique Boyer al final de “Teresa”.

El pobre Eden queda como decimos en chileno “como chaleco de mono” (todo ca---do) en este episodio romántico-político, pero también la idea es mostrarnos como la drogadicción destruye la capacidad de un hombre para tomar decisiones. En el caso de un hijo de vecinos es triste, en el caso de un hombre público es una catástrofe.

Los secretarios-lacayos
Me costó reconocer sin peluca, y debajo de esos bigotazos, a Pip Torrens, el perverso, pero entretenido,  Duque de Cassel de “Versalles”, ahora convertido en Sir Alan “Tommy” Lascelles. Pip lo interpreta con la severidad que caracterizó a Tommy, pero sin su fantástico sentido del humor. 

En la serie, Pip es un aguafiestas. Es el encargado de decirle al Duque que deberá siempre cederle el paso a su esposa y caminar a la sombra de ella. Es quien conspira con la Reina Madre para que Felipe no arruine La Ceremonia de Coronación.

Es Lascelles quien empaca a Peter Townsend a Bruselas.  De hecho, lo ponen como Gran Inquisidor avisandole a Townsend que se va sin poder siquiera despedirse de la novia y todo "¡Porque yo soy Malooo! ¡Muahaha! En suma, es uno de los “villanos” convencidos de que impedir el matrimonio de Margarita es salvar el Imperio.

Ciertamente, Lascelles se oponía a ese matrimonio, pero es comprensible viniendo de un hombre que dedicó su vida a servir a la monarquía y cuyo momento más amargo fue la abdicación de su patrón, Eduardo VII. Para Lascelles (y para muchos británicos) la abdicación fue una muestra de debilidad, de egoísmo, y de irresponsabilidad. 

Con razón Tommy no era amigo de tener al divorciado Townsend en una familia que veía como propia. Sin embargo, como el affaire Townsend ha sido exagerado y falsificado en “The Crown”,  no debemos quedarnos con una imagen tan negativa y recomiendo la lectura de los Diarios de Sir Alan Lascelles: King's Counsellor: Abdication and War , The Diaries of Tommy Lascelles.

Por último, tenemos el caso de Martin Charteris, el secretario predilecto de los Windsor-Mountbatten. Interpretado por Harry Hadden-Paton. Harry ,  quien también apareció este año en” Versalles” como el repelente Gastón de Foix, es mas recordado como el humilde Bertie Pelham,  el que saca a Lady Edith Crawley de la Abadía de Downton, para convertirla en marquesa. “The Crown”, por una vez, hace un retrato verídico de quien pasó a ser Sir Martin y finalizo su vida como Lord Charteris (los privilegios de servir bien a un monarca).

Charteris, nieto y hermano de condes, era ya teniente coronel cuando lo agregaron al servicio de la recién casada princesa. A pesar de su bagaje aristocrático y militar, Charteris tenía muy buen humor, era alegre y poco convencional, lo que lo hacia un compañero idóneo para la joven pareja. Su momento clave, tal como lo demuestra la serie, es cuando recibe noticias de la muerte del rey en Kenia y debe transmitirlas al Duque de Edimburgo que a su vez debe dárselas a su esposa. También es histórico que el fue quien se sentó con su nueva reina para decidir qué nombre portaría junto con su corona.

Por otro lado,  es cierto que al retirarse Sir Alan Lascelles, la primera opción de Isabel para cubrir el puesto de secretario privado de la soberana fue Charteris. La Familia Real sentía mucho cariño por Martin y la reina particularmente se sentía cómoda en su presencia, por lo que es posible que se haya saltado un poco el protocolo y haya puesto su presión para tenerlo cerca. 

Pero el pobre Charteris no contaba con el poder de Tommy Lascelles y todo por cortar un arbolito. Aquí tuvimos un equivalente a las envidias y luchas de poder entre lacayos que tanto abundaban en  "Downton Abbey". Sobre todo cuando el  acusete de Aldeane va a "soplarle"a Sir Alan que los Charteris se han apoderado de la casa de Tommy. Hasta la Reina recibió un coscorrón verbal por parte de su airado secretario.

Charteris sirvió a la reina hasta 1977. Tras su retiro recibió un título nobiliario,  Barón Charteris de Amisfield, y fue nombrado director de su alma mater, Eton (Harry Hadden-Paton es un Old Etonian tambien), la escuela más elitista del Reino Unido. Ósea éste le ganó al señor Mosley de “Downton Abbey”, que de lacayo pasó a ser profesor. En su vejez, ya retirado, se convirtió en un viejito muy entretenido. Descubrió un talento tardío para la escultura, y se hizo conocido en la escena de las discotecas londinenses. También era un poco suelto de lengua cuando le tocaba ser entrevistado.


La Reina y Sir Martin

Aunque siempre declaró que “se había enamorado de la reina” a primera vista y que Isabel era la mejor patrona del mundo, no fue tan caritativo con otros miembros de la Familia Real. Según él, la Princesa Margarita era un” hada mala”, el Príncipe Carlos, un llorón, y la Reina Madre era un poquito como un avestruz (¡!!) ¿Querría decir que no enfrentaba la realidad o que parecía un avestruz? La respuesta Lord Martin se la llevó a la tumba en 1999. Digamos que en el mundo del servicio de la Abadía de Downton, podría haberse asemejado a Spratt, el mayordomo de la Condesa Viuda, que acabó escribiendo una columna de chismes para la revista de Lady Edith.

He dejado para otra ocasión a los más notorios “palafreneros” de  la Familia Windsor: Lord Porchester y Peter Townsend debido a que sus historias solo terminarán en la segunda temporada. Así que esperaré un par de semanas antes de trabajar con ambos y con todas las calumnias y falsos mitos que se han tejido alrededor de su servicio en la Familia Real Británica. Hasta entonces.

5 comentarios:

  1. Hermosa reseña!

    Interesante como muestran la relación entre la Familia Real y los ministros y secretarios.

    A mí me gusta mucho Churchill en la serie, es uno de mis favoritos.
    Ya me parecía que la historia con la secretaria era de mentira, pero para la serie funcionó en parte.Su relación con la Reina la encontré tierna, aunque me imagino que como dices tú, tal vez la inseguridad de Isabel frente a él no fue tan así, tampoco.
    La parte cuando él le oculta que está enfermo ¿habrá tenido algo de real? Amé esa escena en la que el profesor le dice que debe retarlo como si fuera su niñera (creo que lo comenté en la entrada anterior).
    Te dejo un gifset que encontré en tumblr con esta escena jiji

    http://annyleaf.tumblr.com/post/167138060635/thewincheters-unconventional-to-the-end

    Los secretarios.

    Tommy fue todo un villano, como dices tú, pero me gustaba mucho, lástima que hayan omitido su sentido del humor. Me recuerda, en parte, a Carson. Este también se ponía bastante estricto cuando se trataba de "cuidar el honor de la familia" aunque sin ser tan lapidario.

    Con Martin tengo un crush jaja me encanta, además que me recuerda a Bertie. Muy simpático, agradable, me gusta verlo con la Reina y el Príncipe. Interesante lo que cuentas de él de la vida real. Su apatía ante la Princesa Margarita también quedo evidente en un capítulo, justo la foto que pusiste.

    Bueno, un gusto leerte como siempre, disculpa la tardanza.
    Ya quiero llegar al chisme mayor jajaja
    Lo estaré esperando.

    Besos!

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    1. Uff me has dado pienso para conversar por un año.
      Justo acabo de ver el capítulo 7, donde los ministros se van por retada. Creo que es mi favorito porque nos explica mucho de la personalidad de la reina y muestra su evolución. Hay cosas en que Morgan exagera y que afean la historia. Aunque es cierto que Isabel no recibió una educación adecuada para gobernar, tampoco es que fuera bruta y no supiera nada. ES cierto que la Familia Real Británica tiene reputación de filistea y hasta que llegó el Príncipe Carlos parecían analfabetos. El ha sido el primer intelectual en esa casa. El primer rey ingles con titulo universitario. Entonces no es porque Isabel fuera mujer. Es cierto que otras princesas herederas de su época (juliana de Holanda sacó un título en Derecho Internacional) estaban mejor preparadas, pero hasta que Victoria de Suecia hizo el servicio militar, Isabel seguía siendo la única reina moderna con experiencia militar y tiene un título de mecánico de autos, muy respetable.
      Es posible que haya contratado con ayuda de su cómplice Martin (y que por una vez a Charteris no se le haya caído el casette) un tutor, pero esa pataleta de recriminaciones en contra de su mami es totalmente imposible. Si la reina hubiese encontrado tan importante la educación femenina, hubiera tratado de convencer a su única hija que casi ni termina el colegio, de ir a la universidad. Ninguno de los hijos de Isabel se casó con universitarias. La tan cacareada Lady Di no terminó el colegio porque era muy porra, y antes de conseguir un puesto de asistente de párvulos en un kindergarten, se ganaba la vida limpiando departamentos. Kate Middleton va ser la primera reinado Inglaterra con un título universitario.
      Eso de que Isabel no supiera de que hablar con la gente es ridículo. Se entiende que no supiera mucho de política (entonces) pero en la mesa y en cocteles no se habla de política. Dio la impresión de que solo sabia hablar de caballos. No es cierto, podía hablar de perros también. En serio, la mujer había viajado, había vivido en Malta, un lugar exótico, sirvió en las fuerzas armadas, sabia de autos, tenía muchos temas. Y eso de no saber quién era Eisenhower es una burrada. Durante la guerra, el General comió muchas veces con la Familia Real. Las princesas lo conocían bien. Lo bueno es que al final del capítulo, Isabel descubre que lo que aprendió es útil, lo importante es reconocer la trascendencia de la integridad en su forma de gobernar.
      Me encantó como vario el tratamiento para los ministros y eso que los tuvo haciendo antesala harto rato (igual que al acusete de Michael Aldeane) A Salisbury le dio su buena retada y hasta aludió al carácter de su familia, pero a Winston lo trató como a un viejito chanchulin. Y empezó como Daenerys “Se que soy solo una jovencita” inexperta para luego hacerlo llorar haciéndolo sentir avergonzado y sin levantar la voz.
      Lo único que encontré totalmente fuera de lugar fue hacer que la reina se quedara al final haciendo genuflexiones delante del Duque. No me parece mal que se hayan pegado su acoston mientras aldeane hacia antesala, pero la idea de que ella después de su primer acto de empoderamiento, termine de rodillas ante el marido (y siempre he dicho, se puede “hablarle al país” en otras posturas) fue como volverla a un lugar de sumisión.
      Y te voy a dejar aquí un rato, porque quiero precisamente hincarle el diente al cuento Peter-Margarita. He estado leyendo tanto sobre ese par que me van a salir casi tres entradas. Se ha convertido realmente en un misterio. ¿Por qué no se casaron? ¿Ósea porque Margarita escogió un sacrificio antes que otro?
      Mas rato hablo de Tommy Lascelles, y como al final no era tan villano

      Besos

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    2. Otra cosa que me gustó del episodio fue ver como funcionaban las cosas en el palacio y como el orden se mantenía mientras la familia real no interfiriera. Me acorde de una vez que Robert baja la cocina y se chorea un tuto de pollo de la nevera y Carson se vuelve loco. Como va explicar la perdida del pollo? Le va a joder todas las cuentas. Si Milord quiere pollo que lo pida y se lo llevan en bandeja, no ande sacando cosas sin permiso.
      Igual, me parece que una posición tan delicada como la de secretario privado debería ser elegida por la reina y obvio tiene que ser alguien con el que ella se lleve bien. Es por eso por lo que ella eventualmente se colgó de amigos personales como Porchester o Patrick Plunkett, porque necesitaba de amistades de confianza. ¡La reina no tiene amigas! Tiene damas, camareras, secretarias, pero nadie a quien contarle sus cosas. Me dan ganas de llorar cuando pienso en eso.
      Pip Torrens interpretó a tres villanos el 2017, en “Poldark”, “Versalles” donde también anda peleando un puesto en la corte con tu Bertie (tienes que ver a Harry como Gastón de Foix, es malísimo) y en “the Crown”. Tommy no es villano, hace cosas feas como empacar a Townsend a Bélgica así casi sin darle tiempo de ir al baño, o aserruchándole el piso a su ex patrón el duque de Windsor y efectivamente fue el mayor enemigo, después del arzobispo de Canterbury, del matrimonio de Margarita, por eso ella nunca lo perdonó. Pero no lo hace por malo, ni para beneficiarse.
      En él hay un sincero amor por la corona y también mucho del trauma de la Abdicación. Eso lo dice en ese encuentro con Isabel después que Martin le copucha la reina que el malo de Sir Alan no lo quiere de reemplazo. Tommy le explica como fueron las cosas con el tío Eduardo. Por primera vez deja a un lado el tono condescendiente y en su vehemencia se siente la frustración que vivió en esos días. Sir Alan prefirió renunciar al cargo de secretario de Eduardo porque no lo soportaba ya. Los Lascelles han estado sirviendo a la corona desde que cruzaron el Canal con Guillermo el Conquistador así que esa renuncia fue un paso desesperado. Hay un momento en el que Isabel busca sincerarse “es que a veces me siento…” y se corta y Tommy levanta una ceja como invitándola a que continúe. Increíble que Pip le otorgue tanta expresión facial a un personaje al que interpreta como si fuera el mayordomo de los Locos Addams. Cuando la reina no puede terminar la oración (probablemente querría decir “me siento sola” me siento inútil, me siento frustrada”) el sacude un brazo como un mono así también en un gesto de frustración, como queriendo decir que quisiera ayudarla, pero no puede. Lascelles tenía dos hijas de la edad de Isabel, es posible que haya entendido la soledad de la reina.
      No pusieron el sentido del humor, pero si lo dotaron de un gran sarcasmo como cuando le dice al periodista “te agradezco de rodillas” o el famoso “tick, Tick, Tick” con el que echa a Townsend del reino.
      Que Churchill y Eden se enfermaron al mismo tiempo es verídico, y que se le ocultó a l Parlamento y a la prensa, y obvio al público, también, pero la reina siempre supo que ambos ministros estaban incapacitados.
      Besos

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    3. Gracias por todos los datos que aportas.
      Sip, quedó un poco fea esa parte, el hecho de que ella haya terminado "arrodillada" frente al príncipe, luego de mostrarla empoderada. ¿Crees que lo hayan hecho con esa intención?

      Con respecto a Tommy, con villano me refería al cuento de Margarita, le tocó desempeñar ese papel. Pero, como te digo, me recuerda mucho al señor Carson, en el sentido de que es un hombre que cumple con su deber y que vive para el cuidar el honor de la familia a la que sirve.
      La diferencia que a Carson le conocimos su lado vulnerable y él podía permitirse consolar y aconsejar a su lady, en caso de necesidad.

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    4. He leído recaps escritos por varones (hetero y gay) donde se alaba la decisión de Morgan de arrodillar a la reina argumentando que la muestra como “una mujer que vive su sexualidad.” Yaa! En cambio recappers feministas recuerdan que ninguna mujer se siente poderosa de rodillas. No es el acto (que puede ser muy empoderecedor) sino la postura.
      Comentábamos con una amiga mexicana, crownie total, que no hay sitos para los Crownies hispanoparlantes. Y no me refiero al tipo de fan fotechista, que ahí hablaban Twitter language antes que este se inventara. Sino sitios donde hay realmente espacio para comentar las series de época, desde que Magrat Ajostermos cerrara sus Crónicas de Ferrocarril no existe ninguno.
      En cambio en inglés, hay sitios fabulosos y muy diversos, pero un punto en común es que les encanta Tommy, pero como un personaje villanescamente útil, un sicario, un fixer. Lo bueno de leerme sus diarios y otros textos donde se le menciona y analiza fue descubrir a uno de los personajes mas fascinantes de la corte británica entre 1922 y 1960. Tuvo una vida muy agitada. Se ganó la Cruz Militar durante la Gran Guerra (por eso le dice al Duque de Windsor que no puede olvidar la Abdicación tal como no puede olvidar el Somme).
      Fue parte del Raj británico en su apogeo (se casó con la hija del Virrey), fue secretario del Príncipe de Gales (Eduardito) y cuando harto de las chanchadas de este, le dio la bota y eso que significaba el fin de su carrera cortesana, termino en Canadá y allá el rey Jorge lo mando a llamar. Lo sirvió a él, sirvió (a regañadientes) a Eduardo VIII, y luego a Bertie Fue el mayor propulsor del tour de los Reyes al Nuevo Mundo el verano del 39. Un viaje que hizo cambiar de idea a muchos estadounidenses que eran aislacionistas, y luego apoyaron los esfuerzos de la administración Roosevelt para ayudar económicamente a Inglaterra contra Alemania.
      En medio del viaje, en un tren, al rey le cayo la teja que el útil Lascelles ¡no era caballero! “Arrodíllate Tommy!”, y ahí en el vagón lo nombró caballero. DE ahí fue Sir Alan Lascelles. He visto que recappers y fans lo comparan a muchos personajes, la mejor comparación fue con Tywin Lannister. Tywin era pragmático, implacable, rápido em tomar decisiones, por molestas que fueran, pero la diferencia es que todo lo hacia para beneficio propio o de su familia. Tommy lo hacía por la corona. Ósea, era un Varys con testículos.

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