Este septiembre
se cumplió medio siglo de un hito de la historia de la televisión: la primera
serie con una protagonista de color. Ha sido una sorpresa enterarme que la
exitosa “Julia” tuvo, en su día y
después, muchos detractores dentro de la
comunidad afroamericana. ¿Cuales fueron los motivos y fueron estos justos? Para descubrirlo tenemos que contextuar la
serie y ver como la protagonista negra ha sido representada antes y después de
“Julia”.
Antes de comenzar
aclaro que no me gusta escribir sobre afro-americanos por temor a ofender. No
pretendo ser una experta en el tema, solo doy mi opinión como fan de “Julia”,
como admiradora de Diahann Carroll, y como , tras revisar las criticas caídas
sobre el show (y otros con protagonistas afro-americano), no encuentro validez en ellas.
De Beulah a Julia
Es un error decir
que “Julia” fue el primer programa de televisión con una protagonista negra. El
primero fue “Beulah”, una aberración que blancos y negros querrían olvidar. “Beulah”
comenzó como un popular programa de
radio y el personaje de la cocinera de color fue interpretado por un actor
blanco por dos años. La famosa cantante Ethel Waters le dio rostro en 1950
cuando “Beulah” pasó a ser una serie de televisión en la cadena ABC. Digamos
que “Julia”, que llegaría la pantalla quince años más
tarde, fue la primera serie en ofrecer un protagónico digno y llamativo a una
actriz afro-americana, y que el personaje de Ms. Carroll no era una empleada doméstica.
“Julia” llegó a
Chile unos meses después de su estreno en Estados Unidos. En 1969, la sociedad
chilena (a diferencia de hoy) no era multirracial ni tenía problemas de
racismo. En breve, no teníamos costumbre de ver gente de otro color en la calle.
Aun así yo, a mis nueve años, tenía muy claro que la historia era diferente en
Estados Unidos.
No solo había
visto escenas en las noticias de los disturbios de Watts, también un fuertísimo
(para entonces) documental que Mike
Wallace había hecho sobre el Ku Klux Clan, y sabía que a un gran señor como el
Dr. Martin Luther King lo habían asesinado por intentar acabar con el racismo
en USA. Aunque Lo que el viento se llevó
era mi novela favorita, nunca me creí el
cuento de los esclavos felices porque ya Harriet Beecher Stowe en La Cabaña del Tío Tom me había mostrado
el lado más monstruoso de la esclavitud.
“Julia” era otro
ejemplo de algo que yo ya percibía, la paulatina inserción de afro-americanos
en el mundo del entretenimiento. Para la generación de mis padres era una
novedad. Para mi era fascinante saber que Sir Sídney Poitier —a
quien acababa de ver en “ Al maestro con cariño”— había ganado un Oscar. Aun así, también notaba
que no había actrices negras que resaltaran (en aquel entonces yo no conocía la
triste carrera de Dorothy Dandridge).
En la televisión
que era mi mundo de entretenimiento, aparte de Eartha Kitt como la Gatubela y
Nichelle Nicholls en “Star Trek”, las actrices afro-americanas seguían siendo
criadas de cofia. Por suerte yo no alcancé a conocer a “Beulah” que , junto a una
vergonzosa adaptación del afamado (y racista) programa de radio “ Amos n Andy”,
sería la única oportunidad de tener protagonistas no caucásicos en los 50.
Cuando evoco mis series
favoritas de fines de los 50 y principios de los 60 (a Chile llegaban con
bastante retraso) no recuerdo haber visto a nadie de piel oscura ni en “77
Sunset Strip”; “El detective millonario” o ”Lassie” . Tampoco los había en
ninguno de los programas infantiles de los 60 como “Hechizada”, “La Tribu Brady”, “Mis adorables sobrinos” o “Perdidos en el
espacio” .
En 1965, debutaba en la NBC la primera serie en tener
un coprotagonista negro. “Yo soy espía” (I Spy) no era una serie muy típica. Su
estilo recordaba al cine de James Bond y se la podría comparar a “El Santo” con
Roger Moore. Fue una arriesgada movida incluir a un actor-afro-americano
desconocido (por aquel entonces Bill Cosby todavía era comediante de clubes). Arriesgada porque se trataba de una producción
carísima que grababa en escenarios reales desde México hasta Hong Kong.
La serie sigue
las misiones del veterano espía Kelly Robinson (Robert Culp) que bajo el
disfraz de tenista profesional vaga por el mundo en compañía de su entrenador Alexander
“Scottie” Scott (Cosby).Kelly es el espía sazonado, el
que sabe de defensa personal pero también es mujeriego y parrandero. Scott es
el graduado de Oxford, poliglota, serio y reflexivo.
Uno es el musculo
y el otro es el cerebro. Sin embargo, ambos operan en clima de igualdad. La
amistad entre Culp y Cosby trasciende a la pantalla convirtiendo a la serie en
un éxito mundial, que dura seis temporadas y le amerita a Bill Cosby tres Emmies,
el primer afro-americano en ganar ese premio.
Aun así, todavía
no hay una serie con un protagónico total que no sea caucásico. En el otoño de 1968, la NBC presenta una
comedia de situación sobre una enfermera viuda y su hijito. La novedad es que
Julia Baker (Diahann Carroll) no es blanca. Cuando llama por teléfono para
solicitar un empleo, se ve obligada a decir “soy negra” y su futuro patrón el
Dr. Chegley(Lloyd Nolan) le pregunta “¿Siempre
lo has sido o quieres estar a la moda?”
Al regresar de su
entrevista de trabajo, Julia descubre que su hijo Corey (Marc Copage) ha estado jugando en la calle con Earl
(Michael Link), su vecinito blanco. Marie, la madre de Earl, acusa a Corey de
haber puesto a su hijo en peligro. Cansada, Julia le responde que está sola,
que es una recién llegada, que acaba de conseguir empleo y que no tiene baby
sitter. “¿Dónde quiere que juegue entonces?”
le pregunta. Ella y nosotros creemos que se trata de una pregunta retórica,
pero Marie lo piensa y responde ”en mi casa”. Ese es el inicio de una fuerte amistad entre
los Baker y sus vecinos. Para la militancia negra esa es una solución fácil al
problema de la integración.
Julia y Marie |
Julia Baker en el banquillo de los acusados
1968 es un
momento en que el conflicto racial ha alcanzado un punto casi de quiebre en los
Estados Unidos. La NAACP (National Association for the Advancement of Colored People) espera que una serie como” Julia”
represente la realidad de la mujer afro-americana. Los enfurece que en una
ocasión la Enfermera Baker diga que solo
vino a conocer racismo en la secundaria. Cuando Earl ve a Julia le dice a Corey
“tu mamá es de color”. “ Y yo también” responde el niño”. “¿En serio? ” pregunta Earl sorprendido. Para
un sector de la población afro-americana este ejemplo de “color blindness” suena
a falso.
Las criticas
repercuten en Diahann Carroll, quien llega a suplicar a los productores que le
permitan usar un peinado “afro” para verse más “negra”. En dos ocasiones
Carroll acaba en el hospital víctima del estrés provocado por tantas reproches.
En su autobiografía, contará como Harry Belafonte se le apareció en el
camerino y poco menos que a gritos le exigió que abandonara el programa.
Lo que los fiscalizadores
de la serie no ven es que “Julia” no
solo intenta atraer a la población de color, su mayor desafío era entretener a
la población blanca, incluso a la más racista del Sur. Que la serie se mantenga
en los diez lugares de las más vista de la nación o que Carroll sea la primera
actriz afro-americana en llevarse un Globo de Oro a casa, tiene sin cuidado a
sus censuradores. Pongo un clip para mostrar esta discusión en la que Corey
quiere convencer a Earl de que Santa Claus es negro. Es una manera ingenua de
enfocar el conflicto racial y no bastaba.
Después de
décadas de quejarse de que la mujer negra solo aparece en la cultura popular
como sirvienta, ahora les molesta que Julia sea madre, profesional, e incluso
mujer atractiva con pretendientes. No la ven como un ejemplo de como se pueden
vencer los estereotipos étnicos. Porque Julia no es ni una “Mammy” ni una
“Precious” ni se asemeja a los personajes de Dorothy Dandridge que hoy serían
clasificados como “Jezabeles”(vampiresas negras).
Yo creo que
querían un personaje como el de Don Mitchell en “Ironside”. Marc Sanger era un
maleante de barrio, atrapado por el policía invalido Ironside y que recibe la oportunidad
de convertirse en el enfermero/asistente de su víctima. Por seis temporadas, Marc
es la presencia negra en un equipo blanco
y “cuadrado” Él es el del afro, el experto en modos de la calle y slang del
hampa, pero también el que estudia leyes, el que se casa. Digamos que de todo
el equipo de Ironside, es el único
dotado de vida propia.
Eso no quita el que Marc no pase de ser un personaje
secundario, como Cicely Tyson en la brevísima “East Side/West Side” o Gail
Fisher en “Mannix”, secretarias insignificantes subordinadas a las experiencias
de los personajes protagónicos. Julia era dueña de su mundo y de su vida. ¿No sería
eso lo que molestaba a una cultura donde la mujer se manejaba sola mas por
necesidad que por decisión propia?
Julia, mujer sin hombre
Una de las
grandes, y más absurdas críticas que le cae al rol es que Julia no tenga pareja.
“Según sus más radicales censuradores es una movida de la cultura dominante para
eternizar la imagen de la matriarca negra y borrar de la fotografía al padre. En
The Saturday Review, Robert Lewis
Shayon hablará de como Julia perpetua “el tema de la castración en la historia
del negro americano” .
Hay realidades
que no se pueden borrar. Es cierto que el mundo de la esclavitud destruyó el
concepto de familia, que racismo y pobreza fomentaron una sociedad de padres
que debían buscar sustento en otras ciudades y de matriarcas que debían ser
padre y madre, pero ese no es el caso de Julia.
La enfermera
acaba de enviudar de un oficial de aviación, caído en combate. En plena Guerra de Vietnam,
Julia trae un mensaje para todas los públicos. Su viudez la hermana a cientos de jóvenes viudas de guerra y recuerda
a los espectadores blancos que el afro-americano es tan patriota
como ellos y que son negros y latinos la carne de cañón de ese conflicto tan desigual.
El personaje de Julia
resalta la feminidad coquetería y buen gusto de la actriz (y de la
afro-americana). Mrs. Baker está muy
contenta de tener pretendientes, pero no tiene ningún apuro por volver a casarse.
Vive su independencia y se siente capaz de sacar adelante a su hijo por si
sola.? Curioso, pero la mayoría
de las protestas por la soltería de Julia vinieron de parte de mujeres.
Personajes más radicales
Más ofensiva que
la soltería de Julia, es su falta de rebeldía.
La señora Baker no es la portavoz de
ideas radicales. No es Angela Davis, pero tampoco es la Eliza de La Cabaña del Tío Tom, no es un ejemplo
de un sufrimiento histórico. En su columna, Shayon la acusa de estar muy alejada “de la
amarga realidad de la vida del negro en un gueto urbano” ¿Se olvidaba el columnista
que las comedias familiares en 1968 tenían prohibido tocar temas políticos?
En ese mismo
septiembre de 1968, en la cadena ABC, dos coprotagonistas de color nacieron
junto con Julia. Uno es el llamativo y muy popular Linc de “Patrulla Juvenil”
(Mod Squad). Interpretado por el hoy icónico
Clarence Williams the III, Linc es
obviamente negro. Con un afro gigante y sus lentes de Malcolm X, es el hijo del gueto, apresado durante
disturbios, el rebelde, el que no confía
en el blanco. el que llama pigs(cerdos) a la policía y que de
pronto se ve trabajando como agente encubierto junto a dos blancos tan
antisociales como él. “Patrulla Juvenil “marcó otro hito en la televisión, pero
considerando la época, no creo que hubiese funcionado si Linc fuese mujer.
El segundo caso
fue el de Otis Young en” The Outcasts” que en castellano se llamó “Los Rebeldes”.
El verdadero titulo significa “los parias” y efectivamente Jemal, un ex
esclavo, y Don Murray interpretando a Earl Corey, un ex oficial confederado, son parias. Para sobrevivir en el Lejano
Oeste, y tras muchas patadas e insultos, deciden cabalgar juntos y convertirse
en cazadores de recompensa, pero no se parecen al par de ‘Django Unchained”.
A pesar de la
excelencia del show, este es cancelado tras solo una temporada. Los productores
culpan a la violencia de la serie (duh?). Poco después de la cancelación de su
serie, Otis Young, en una entrevista al LA Times, acusó a Julia” de ser “una oportunidad
perdida”. ¿Acaso su show no lo fue también?
La realidad es que América, blanca, negra o
verde, no se perdía “Julia. Para muchos es un primer encuentro con un personaje
de color. Se crean muñequitas de Julia, y loncheras con la imagen de la
enfermera. Julia se convierte un modelo para chicas negras (Y latinas, yo quería
vestirme como Julia) con una visión positiva de una sociedad sin barreras
raciales.
Me duele que
desde la comodidad del siglo 21, hoy niñas que amaron a Julia
la repudien , ahora también criticando su aceptación de un sexismo
que era la norma en la época en que nació el programa. No ven la distancia
que existe entre la Enfermera Baker y
personajes como “Beulah” en términos de estereotipos e imágenes tradicionales.
Entre la policía y un ángel
Las criticas recibidas por la serie, su protagonista y su
cadena cerraron las puertas a otras actrices de color y a su derecho a tener
sus propios shows. Los Años 70 estuvieron llenos de series “negras “como
“Sanford and Son”, ”Differerent Strokes”, “What’s Happening “y “The Jefferson”.
Ahí tenían lo que los críticos
solicitaban: patriarcas negros, mundo de clase obrera, predominio de personajes
y actores afro-americanos.
Sin embargo, esos programas tenían a las mujeres convertidas en clichés tradicionales: matriarcas, Angy Black Women, Jezabel, etc. Como eran comedias, no había mucha militancia. Como no había blancos, no se podía hablar de racismo ni de diversidad. Al final eran mas falsas que y perjudiciales que “Julia”.
Sin embargo, esos programas tenían a las mujeres convertidas en clichés tradicionales: matriarcas, Angy Black Women, Jezabel, etc. Como eran comedias, no había mucha militancia. Como no había blancos, no se podía hablar de racismo ni de diversidad. Al final eran mas falsas que y perjudiciales que “Julia”.
En medio de esa
visión paradisiaca del gueto, existió un show con una protagonista negra, tan
breve que hoy ha sido olvidado. En el otoño de 1974, salía al aire “Get
Christie Love” en la NBC. Inspirada en la novela policial de Dorothy Uknak , el
personaje original era caucásico. La cadena decidió arriesgarse contratando a
Teresa Graves y creando este rol de policía encubierta dándole toques de Pam Grier en “Cleopatra
Jones” y otros exitosas cintas del blaxploitation
(que ningún afro-americano criticaba).
A pesar de que
era un buen show, no tuvo ratings. los ejecutivos culparon a Teresa y a sus fuertes
convicciones religiosas que no permitían a la actriz a hacer nada que fuera en
contra de sus valores. Léase que ni quería que la mostraran en la cama ni con
ropa provocativa. Por eso los
productores escogieron con pinzas el próximo show con protagonista
afro-americana. Les tomaría veinte años encontrarla.
En 1994, debutaba
en la temporada otoñal de la CBS, “Touched
by an ángel”. Buscando conseguir un éxito como el que obtuviera “Hghway to Heaven” en la
década anterior, “Touched by an agen” seguía las aventuras de dos ángeles
enviadas a la tierra a hacer el bien. Aparte de la novedad de tener a dos
mujeres dando vida mensajeros
celestiales. La” ángel jefa” era interpretada por la legendaria actriz y
cantante Della Rees.La serie que duraría 9 años y que merecería 7 NAAPC premios a Ms. Reese como Mejor Actriz en un Programa Dramático, representaba un
ideal que no ofendía a nadie. Los
críticos también aplaudían al programa por ser un ejemplo de integración por
dar empleo a muchos actores de color.
Regulares en el programa
eran Paul Winfield como el Arcángel Sam, Ossie Davis como San Gabriel , y la
popular Jasmine Guy, como un ángel caído
llamado Kathleen. Los invitados incluyeron a Bill Cosby (como el Angelde la Reconciliación);
su esposa de la ficción, Philycia Rashad;
Ruby Dee; Luther Vandross; Montel
Williams que en ese tiempo tenía un popular talk show; y hasta la famosa poeta
y escritora Maya Angelou. Mas encima hubo apariciones especiales de Mohamed Ali
y del icono de la campaña de los Derechos Civiles, Rosa Park.
Jasmine Guy como Kathleen, un 'angel caido. |
“Touched by an
Angel” vino a llenar el espacio en la cultura popular que en 1992 había dejado
el célebre “Cosby Show” de la NBC. No se puede hablar de la presencia afro-americana
en la televisión, y de la representación de la mujer de color, sin hablar de
este fenómeno hoy ensuciado por el
juicio y encarcelamiento de su creador. Una ironía es que “The Cosby Show” uno
de los programas mas exitosos de la televisión, también fue puesto en el banquillo de los
acusados y por el mismo tipo de delito cometido ‘por Julia”, por representar
“minorías modelos”.
Se ha dicho que
es falso que Diahann Carroll abriera la puerta otros actores negros, que ese
merito lo tuvo Bill Cosby. Sin menospreciar a Cosby, él podía interpretar el
rol que quisiese sin que se quejaran de que no tenía esposa o no interpretaba a
un padre de familia. El primer “Bill Cosby Show” lo tenía encarnando a un
maestro de gimnasia solterón y donjuanesco. Y cuando vino a interpretar a un
patriarca em el famosísimo “The Cosby Show” le cayeron críticas de que falseaba
la experiencia afro-americana al mostrar un hogar armónico compuesto por dos
profesionales exitosos que crían a seis hijos en una elegante casa de Brooklyn.
Lo que más invitaba
a la crítica es la percepción de que los Huxtable se habían superado por
esfuerzo propio. Daba a entender que la pobreza de algunos afro-americanos se debía
a su flojera y falta de perseverancia. Me parece una acusación rebuscada, pero ya en1968 se había acusado a” Julia” de menospreciar
el esfuerzo de madres solteras de color que no podían costear un departamento,
un guardarropa y un estilo de vida que la Enfermera Baker restregaba em sus
narices.
Las prendas de Julia Baker eran copiadas por el p'ublico |
Lo curioso es que
TCS era un programa negro, que celebraba, la comida, la música, la ropa, la
cultura afro-americana. Los Huxtable representaban una clase media acomodada
aunque étnica.. Aun así, las críticas continuaban.
Denise Huxtable (Lisa Bonet) un modelo para adolescentes afro-americanas |
En Watching Race, Herman Gray repite un
sonsonete muy aplicado al “Cosby Show” de que el civismo y sentido de responsabilidad
de Cliff Huxtable era parte de las estrategias reaganianas para contrastar esa
visión positiva del afro-americano con la amenaza social de una masa negra de
delincuentes irresponsables.
Esa es la gran critica a Julia Baker que en su independencia y éxito de vivir el sueño americano ofende a la madre soltera adolescente, a la prostituta que no terminó la secundaria, a las reinas del welfare que mantienen sus hogares gracias a los programas gubernamentales del beneficencia.
Esa es la gran critica a Julia Baker que en su independencia y éxito de vivir el sueño americano ofende a la madre soltera adolescente, a la prostituta que no terminó la secundaria, a las reinas del welfare que mantienen sus hogares gracias a los programas gubernamentales del beneficencia.
Si aceptamos esa teoría
llegaríamos a la conclusión de que civilismo y responsabilidad son valores “blancos”,
por lo tanto Julia y Los Huxtable para ser personajes representativos
de su grupo étnico deberían rechazar
esos códigos morales ajenos. ¿Pero no los acercaría entonces al grupo marginal
y socialmente peligroso que temían los republicanos? Aunque parezca tendencioso, debe haber algo de
verdad en mi aseveración si tomamos en cuenta que las reinas de ébano de la
televisión actual son transgresoras al máximo.
Olivia, Annalise y Cookie: Las Reinas de los Estereotipos
Los programas de
Bill Cosby abrieron camino a otros exitosos sitcoms como su spinoff “A Different World” y “the Fresh
Prince of Bel Air”, pero sobre todo para protagonistas femeninas , desde “Moesha”hasta “Girlfriends”. Sin
embargo, seria Shonda Rhimes quien aportaría al drama, específicamente el drama
médico, la presencia de la afro-americana (y de la latina y de la asiática-ergo
judía). Su contribución en ese aspecto
en “Grey’s Anatomy” (y su spin off “Prívate Practice”) nos ha dejado un legado
de poderosos personajes femeninos étnicos.
Aun así, el toque
Rhimes alcanzaría su apoteosis con las primeras series dramáticas con
protagonistas negras desde “Touched by
an Angel “, y ni Olivia Pope (Kerry Washington) ni Annalise Keating (Viola
Davies) son precisamente angelicales. Agréguenle a Cookie Lyon (Taraji P. Hanson) y
ya tendrán la santa trinidad de protagonistas ideales.
Olivia Pope, protagonista de “Scandal”, es la fixer más famosa de Washington,
directora de un equipo experto en solucionar crisis políticas. “How to Get Away
with Murder”, gira en torno a Annalise una prestigiosa abogado y profesora de
derecho que se convierte en cómplice de sus alumnos cuando matan a su marido. En
“Empire”, Cookie es una ex convicta que
ha levantado un imperio del hip hop con bases en dinero obtenido del tráfico de
drogas. No me malinterpreten, me
encantan los personajes transgresores, pero me deja perpleja que ellas no
reciban el chorro de acusaciones que recayeron en “Julia”.
Al comienzo, Olivia fue criticada por ser un personaje
“post racial” (otro de esos términos de
la nueva corrección política) Tal como Julia, vivía con demasiada comodidad en el mundo
blanco, y era ajena los problemas de la comunidad afro-america. Pero se
convirtió en una “Wonder Woman” de color a partir de la declaración del padre
de Olivia que, a sabiendas de que los negros deben luchar el doble para
conseguir lo que a los blancos les llega con facilidad, él se esmeró en criar a
su hija para que transgrediera todas las barreras.
Kerry Washington
hizo declaraciones de que ella representaba a la mujer afro-americana instruida
y de clase media acomodada. Se supone que Olivia estaba inspirada en una fixer
real, Judy Collins, que fuera secretaria de prensa en la administración de Bush
padre, pero a medida que “Scandal” se convertía en un thriller político y la
protagonista se veía involucrada en situaciones rocambolescas, perdió contacto
con cualquier realidad. En resumen, la Enfermera
Baker era un personaje más real.
En 1989, criticando
al “Cosby Show”, Henry Louis Gates Jr. , en el New York Times, encasillaría a Julia Baker en el rol de “la mulata
trágica”, la que quiere pasar por blanca. Olivia Pope no necesita pasar por
blanca para tener un poder inalcanzable para muchas mujeres de cualquier color.
No solo destaca en su trabajo, además es la amante de un presidente blanco y
casado. Y como dijo Brittany Cooper en The Feminist Wire:
“Me rehúso a aceptar que el vehículo (léase romance) no sea legitimo solo
porque el objeto de su cariño sea ilícito.”
En el mundo de
los estereotipos negativos, Olivia es “Jezabel”, la peor pesadilla del hombre
negro, una vampiresa, traidora con su gente, que utiliza sus poderes seductores
para atrapar al amo, y en su ambición de poder, desplaza al ama blanca. Pero ojo,
si hay algo que Olivia Pope no acepta ser es una matriarca, o una madre
soltera. Ella no se convierte en reproductora de híbridos ni pretende ser capaz
de criar hijos sin padre. En eso le gana a Julia. ¿Se supone que merece un
aplauso.? Al menos la NAACP ha premiado a
la actriz varias veces.
Annalise es un
personaje distinto y se lo hace saber a Olivia en un crossover de “HTGAWM” y de
“Scandal”. Ella no fue a internados de lujo ni nació con cuchara de plata en la
boca. Sin embargo, la Profesora Keating sabe que ha tenido privilegios que
otras afroamericanas no disfrutan, una buena educación, maestros que creyeron
en ella y una madre que la amó hasta el punto de asesinar al violador de su
hija. En eso, es un personaje más
genuino y representativo que la bella Olvia-Jezebel.
Aunque casada con un hombre blanco para amante
elige a un hombre de su raza. Alto, ese es el amante heterosexual, en su etapa
bisexual, Annalise tiene una amante blanca. No es sarcasmo, sino un modo de
hacer hincapié en lo hipersexual que es su personaje.
Si lo digo es
porque Viola Davies —única afroamericana en ganar un Emmy, un Globo de
Oro y un Oscar— ha encontrado una manera de vincular su identidad
racial a su personaje. Ha declarado que Annalise y su interprete no cumplen con
los cánones de belleza caucásica; que ha conseguido vencer la ley no escrita de
que una afroamericana solo puede ser protagonista si es de piel clara,; y que
en su famosa escena en que se quita su peluca ante el espejo, se ha atrevido a
mostrarse tal cual es.
A ver, la Venus
de Willendorf desafía los cánones de belleza caucásica, no Annalise Keating.
Todas las mujeres nos quitamos nuestros atributos artificiales de belleza
(pelucas, cosméticos, pestañas postizas, fajas) ante el espejo, eso no
significa que nos volvamos feas, o que al estar maquilladas, bien vestidas,
contenidas por ropa interior, no seamos nosotras. Si la Profesora Keating se
paseara por su serie disfrazada de homeless,
piojenta y calva, entonces podríamos hablar de atreverse a afearse.
Sorry, Ms Davis,
su belleza como su talento son incuestionables. A mi hermano le costó dejar de ver
HTGAWM ( y estaba harto de la amoralidad de los personajes) porque tiene un chongo atroz con Viola que, a
pesar de sus declaraciones y piel oscura, enamora a gente de todos los géneros y
colores.
Las transgresoras
de Shonda Rhimes han encontrado una fuerte rival, al menos a los ojos de los
que otorgan premios de la NAACP y de
críticos, en Cookie Lyon. Taraji P. Henson ha dicho que se compenetra con su
personaje de “Empire” porque ella se crió en “the Hood” en barriadas con gente
como su Cookie Lyon. Parece haber orgullo en ser un personaje marginal. Ya ha
habido criticas del mainstream de que
“Empire” glorifica a los delincuentes y uno se pregunta si no tendrá que ver
con que el show sea creación de FOX, parte del imperio conservador de Rupert
Murdoch.
Aunque Cookie
Lyon, la homegirl del vestuario extravagante (y caro), sea un
ejemplo de una realidad afro-americana, su historia de regreso y venganza, su
deseo de recuperar hijos y fortuna,y de arreglar cuentas con el marido que la
traicionó la acercan a arquetipos blancos. Se convierte en la Condesa de
Montecristo, La Madrastra de las telenovelas, una Alexis Carrington étnica.
Alexis vs Cookie |
Peor, aun, Cookie
encarna atroces estereotipos negativos como The Angy Black Woman, y la
matriarca que desea alejar a sus hijos de la nociva influencia del marido, pero termina castigando a escobazo limpio al
hijo desobediente. Su creador, ha dicho que quería un personaje que fuese
parecido a Dame Joan Collins, en “Dinastía”, pero también a la madre de Gypsy Rose Lee. Ósea, un arquetipo negativo
blanco con piel morena.
En su día, Julia
Baker inspiró a muchas niñas a ser enfermeras. ¿Habrá niñas que quieran ser
abogados como Olivia Pope o Annalise Keating? Reitero, me deja perpleja que
debamos ver a Julia Baker, y a las Huxtable como Tías Tom, y pensar que Cookie,
Liv Pope y Annalise cumplen con los requisitos para representar a su minoría. ¿Alguien
me lo puede explicar? y al final, ¿cómo debería ser la protagonista afro-americana ideal?
Para ser justos,
todos los grupos étnicos gustan criticar los productos mediáticos que dicen
representarlos. En esa vena, mi próximo entrada será sobre criticas infundadas por
parte de los judíos, minoría a la cual pertenezco.
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