Tubi es una
verdadera feria de diversiones donde puedes encontrar lo más insólito. Mi
búsqueda de “Catalinas” rusas me llevó a conocer casi toda la extensión del
drama de época de la Rusia del Zar Vlad. Así he pasado de los Mad Men del
espionaje a visiones del mundo de la moda soviética, de biopias de grandes
novelistas decimonónicos hasta hundirme en un pasado de tribulaciones
palaciegas en una Rusia medieval, periodo que solo acabaría con el arribo de Pedro
el Grande. No todo me ha gustado, pero créanme, es una experiencia imperdible
que nos ofrece una manera de recrear historia, atmosfera del pasado y
mentalidad pre siglo XXI.
Yo no era ajena a
este despertar de la serie de época post-Glasnost. Había visto en YouTube
“Anna, La Detective” que, en realidad, es ucraniana. En Netflix había visto esa
épica maravillosa llamada “Road to Calvary”. En Tubi he encontrado un par de
series que cubren esta “Era Dr. Zhivago” de la Revolución Rusa como “The White
Guard” y “El Almirante”. Aunque admiré la estética de “Road to Calvary”,
me deprimió el panegírico de una revolución que devino en uno de los regímenes más
totalitarios de la historia.
Por esa misma
razón les huyo a los dramas sobre La Gran Guerra Patriótica que es como los
soviéticos llamaban a la Segunda Guerra Mundial. Ver al pueblo ruso sacudirse
el yugo nazi para seguir bajo el yugo estalinista me desalienta. Yo ando
buscando en el pasado pistas de como el ser humano puede ser feliz aun en el
absurdo de esta existencia limitada e imperfecta que D-s nos ha dado. Aun así,
para el que le interese, hay en Tubi varias series sobre la Segunda Guerra
Mundial, incluyendo una sobre mujeres pilotos, las famosas “Brujas de la noche”
como las llamaban los alemanes.
Zares del
Pasado
Con el Gato Juan
Miguel comentábamos lo poco que se sabe— incluso nosotros los amigos de la
historia—sobre la Rusia pre-Revolución. Apenas conocemos los nombres de Pedro el
Grande y Catalina, La Grande, pero la historia de Rusia es mucho más. Si
quieren pueden irse al Medievo (que en Rusia llegó hasta el Siglo XVII) y enterarse
de como el pueblo ruso luchó contra las huestes mongolas en “The Golden Horde”,
una miniserie de tres episodios, hecha en el 2018. Para mí los mongoles son
como los Dothraki así que me abstengo de verlos en acción.
“Sophia” es la
historia de una princesa bizantina obligada a casarse con el Zar de Rusia. No tenía idea de la existencia de está Sofia Paleólogo
ni de su marido. El Siglo XV ruso es para mí como la prehistoria y lo seguirá siéndolo
porque no soporté el primer capítulo. Estoy muy exigente, precisamente porque
hay tanto que ver y tanto que captura mi imaginación que, si una serie no me
atrapa en los primeros veinte minutos, no estoy para perder tiempo con ella.
Un motivo para
navegar por series rusas fue buscar “Godunov”. Cuando era pequeña, mi Papá me
hizo escuchar la ópera de Mussorgski y me contó la triste historia del Zar
Boris Godunov, del destino trágico de su familia, del Falso Dimitri, etc.. Como siempre, necesito del drama de época para
entender la historia. Debido a eso, busqué en vano algún filme sobre el tema,
pero para Hollywood solo existen Catalina La Grande y Anastasia, la Impostora.
Me dio mucho
gusto enterarme que en el reino del Zar Vlad se habían acordado del Zar Boris.
Mas gusto descubrir que el Tubiparaiso traía las dos temporadas de la serie. El
primer capítulo me desilusionó totalmente. Fue fantástico ver a Boris joven
llegar a la corte de Iván el Terrible para unirse al aparato represor del zar,
la terrible Oprichnina. Fue fabuloso ver a los miembros de esa Gestapo medieval
vestidos con sus caftanes negros con los emblemas de su organismo—la
cabeza de perro y la escoba—colgando de los arneses de sus caballo.
Pero no fue suficiente para cegarme a la escenografía oscura y a la falta de
detalles estéticos, a los actores muy feos y mal trajeados.
Más encima, la
protagonista aparece desnuda ya en el primer capítulo, en un baño público. El
palacio de Iván el Terrible parece una choza. Lo peor es un problema con el
sonido. Parece película de artes marciales taiwanesa. La voz sale después que el
actor ya ha movido los labios. Peor aún, los subtítulos aparecen después del
sonido, por lo que nunca sabes quién habla.
Tarakanova: Entre
Daenerys y La Princesa Lea
Extraño que “Godunov”,
siendo una serie del 2018-2019, esté tan por debajo de “Impostores” (2019), la última
temporada de “Ekaterina”. Me parecía extraño que se hubiese gastado tiempo y
dinero en hacer una tercera temporada que en realidad era contar lo que se había
quedado en el tintero en la segunda temporada, pero a medida que engullía
capítulos, la calidad de la escenografía, de la trama, de los personajes, me
fue atrapando hasta tenerme al borde de la silla.
Se acabaron esos
ridículos efectos de CGI con arbolitos que parecían dibujados por alumnos del Kindergarten.
Fuera esa cansina imagen del oleaje digital del Nevá superpuesto sobre un
antiguo grabado de Moscú que ya recordaba cortos de Méliès o a novelas mexicanas
de los 60.
Aquí realmente se
ha viajado, a Francia y a Italia en pos de una reina mendiga que quiere
recobrar el trono que le pertenece. Tarakanova (literalmente “cucaracha”, un
apodo burlesco que le encasquetó Catalina) es un personaje fascinante sobre la
cual se han hecho varios filmes, pero que en esta serie es transformada en una
especie de Daenerys Targaryen. Escoltada por dos nobles polacos que
sinceramente la creen la hija perdida de la Emperatriz Elizaveta, Tarakanova va
de reino en reino buscando quien la ayude a sacar del trono de hierro a la
usurpadora.
Sin llegar a los
niveles de Cersei, Ekaterina se vuelve un personaje antipático. Un personaje
que se siente soso, ya muy conocido. Como no puede tener un bebé con Potemkin,
se busca otro. Va donde los Orlov, pero Grigory esta como cabra (en la vida real
el mayor de los Orlov perdió la razón tras la muerte de su joven esposa, cuando
ya Catalina era una anciana).
Ohhh, pero ahí
hay un repuesto, Alexis Orlov. ¡A la cama con el! Sin embargo, este Orlov nos da una sorpresa.
Siempre lo hemos visto ladino y ambicioso, pero al conocer a Tarakanova se
convierte en Juan Nieve y esa será su tragedia porque, como el Bastardo de Invernalia,
traicionará su amor.
Como siempre los
escenarios son fabulosos, privilegiando los interiores y el vestuario. Hasta el
guardarropa masculino es muy vistoso. Opacan
a la Emperatriz, las galas de Tarakanova y las de Natalia, la esposa de Pavel
Petrovich quien aun haciendo el amor con Razumovsky no se quita sus trajes Watteau
y sus robes a l’ anglaise. Natalia se nos revela como una psicópata
bipolar: un segundo está ayudando a Sofiya Stepanovna a encontrarse con su
hijito, al otro amenaza de muerte a su dama Nelidova. Habla de liberar a los
siervos, de evitar el poder de la corona, y casi mata a golpes a su querida
nodriza.
Competencia de vestuario. ¡La ganadora es Tarakanova!
Aunque me gustó
que extendieran ese episodio tan interesante (y no tan verídico) de la caída de
gracia de Natalia, y encontré muy románticos los amores de Gertrudis y Blas, el
cochero de Panin, introdujeron elementos que no compaginan con lo dicho en la
Temporada 2.
Siempre se pensó
que Gertrude (que nunca supimos que murió) había confiado los secretos de su
ama a Stepan Sheskovski por voluntad propia. Ahora nos la muestran torturada— y dos
veces— porque el jefe de la policía secreta insiste en torturarla una segunda vez
para cotejar una segunda confesión con la primera. ¡Acaba matándola!
Yo percibía a
Stepan Ivánovich como un hombre astuto, contenido, inteligente, que utilizaba
la tortura solo cuando la creía necesaria. Ahora se nos revela como un sádico y
fanático religioso que besa iconos antes de azotar a una mujer inocente.
Se supone que debemos
alegrarnos cuando Stepan Ivánovich es seguidamente regañado por la Emperatriz.
No por haber asesinado a Gertrud sino por su chambonada con Tarakanova. Nuevamente
vemos la ambigüedad moral de Ekaterina que, después de haber demostrado su odio
por la usurpadora, se escandaliza ante la idea de que puedan vincularla con un intento
de asesinato.
En realidad, es
una muestra del carácter controlador de una mujer que ven en iniciativas de
otros el germen de revuelta, pero la gran muestra de ambigüedad moral de la Emperatriz
es su reacción al adulterio de su nuera. Si en la Segunda Temporada la vemos irrumpir
indignada en el cuarto de Natalia y pisarle el borde de la bata hasta hacer
rodar a la adúltera por el suelo, ahora es muy sutil y conciliadora. Le dice a
la nuera que, si tiene un enamoramiento que lo conduzca discretamente, y cita a
Diderot “Las mujeres se odian entre ellas, pero siempre se apoyan” (con razón
siempre me ha caído mal Diderot).
Tal suegra, tal nuera
Hay una total falta
de respeto por el hijo. A Ekaterina no le importa que lo sepan cornudo, no le
importa que le impongan un bastardo. Le
dice a Sheshkovsky que no castigará a Natalia sino hasta que haya parido un heredero.
Ni siquiera castiga a Razumovsky. Eso hace más cruel su revelación del adulterio
a Pavel Petrovich, tras la muerte de Natalia.
Yo diría que no
se sabe quién es peor, si Ekaterina o su nuera. Contrasta su falta de afectos
con Tarakanova que al menos siente cariño por los Oginsky (que fungen como el r2d2
y el 3cpo de esta Princesa Lea) y se enamora sinceramente de Orlov. Otro
contrapunto de las ambiciosas adulteras es la devota Nelidova, fiel amiga (El Zar
siempre juró que su relación era platónica) de Pavel Petrovich.
Tarakanova se despide de los Oginski
El problema con Tarakanova
es que le quita espacio a La Revuelta de Pugachev. Aunque no lo caricaturizan como
en la serie de HBO, Pugachev es visto como una bestia, violador y asesino, pero
eso no quita que mantuvo en jaque al imperio de la arrogante Ekaterina. Aun así,
su historia aburre hasta la toma de Kazán donde realmente vemos su poderío y
como lo ejerce (con gran crueldad).
En suma, no se
necesita haber visto las demás temporadas para disfrutar de esta tercera. “Impostores”
funciona bien como miniserie limitada ya que a la par de los rivales de la
Emperatriz por su trono de nieve, nos muestra la falsedad de su corte, la
duplicidad de sus cortesanos y el egoísmo de una soberana caprichosa y voluble.
Al final, uno está de acuerdo con Pavel Petrovich de que, si las mujeres van a
gobernar dejando que las gobiernen sus emociones, mejor será que no gobiernen.
Me he quedado con
las ganas de saber más de Pavel Petrovich, mi personaje favorito en toda la
saga de su madre-emperatriz. Habrá que esperar. Entretanto quedan media docena
de series rusas que cubren los quehaceres de los rusos antes de la Revolución,
en ese periodo más favorecido por los amigos del drama de época: el siglo XIX.
Novelistas y
Clásicos Literarios
Mas que
emperadores aquí priman los escritores. Ya vimos lo que hicieron con Nikolái Gogol, convirtiéndolo en detective y exorcista. Mas terrena es “Dostoievski”
que cubre la vida revolucionaria jugadora y aventurera del autor de Los Hermanos
Karamazov. Como Fyodor me interesa tan poco como sus novelas, ni la toque,
pero para el fan de Dostoievski, está completa en Tubi.
Del 2014 es la
adaptación de Los Poseídos que en inglés se llama “Demons”. En la
universidad me vi obligada a leer sobre las rivalidades entre Stavrogin y Piotr
Berkhovenzki dentro de una célula revolucionaria en la Rusia decimonónica. Hoy
ni quiero acordarme de ella.
Extraordinario
que en esta década que nos dejó, en Italia e Inglaterra se hicieron versiones
de La Guerra y la Paz, pero ninguna en Rusia. En cambio, tenemos dos
versiones de Anna Karenina, muy bonitas, muy elegantes, pero muy
conocidas.
Ha habido tantas
versiones a lo largo de la historia del cine que creo que todos nos hemos quedado
con una que es nuestra favorita. Las mías son las dos interpretaciones de Greta
Garbo (seguidas no muy de cerca por la de Sophie Marceau) y no puedo ver el
texto tolstoyano sin pensar en los pómulos de la esfinge sueca.
Una de las nuevas
versiones es vendida bajo el título “El cuento de Vronsky” y pretende darnos la
perspectiva del hombre que causó la desdicha de la heroína de Tolstoi. Comienza
de manera muy interesante en un escenario muy lejano del texto original,
Manchuria durante la Guerra Rusojaponesa. Sergei Karenin, médico militar,
atiende las heridas del Coronel Conde Vronsky. Eso motiva una confesión por
parte de Vronsky de su relación con la madre de Sergei, Anna Karenina.
Aunque la premisa
sea interesante, la historia es la misma. No ofrece variaciones. La
diferencia es que Vronsky pasa a ser la victima de esa Anna que aparece al
final, la celosa, la agresiva, la desconfiada. El personaje nos comienza a caer
tan mal que ya queremos nosotros aventarla la línea del tren.
¿Quién Dijo
que no Hay Esclavos Blancos?
Debido a la
extraordinaria historia rusa del siglo XIX, nos encontramos con una interesante
saga que recuerda a la “Esclava Isaura”, a la colombiana “La Esclava Blanca” y
la novela de Robert Penn Warren Band of Angels. Es nuestro encuentro con
el fenómeno ruso de los siervos, esclavos blancos que vivirían en servitud
hasta 1855.
Aunque me dicen
que la más parecida a “Esclava Isaura” es la ucraniana “Amor Encadenado” que
está en Amazon, Tubi nos ha traído la fascinante “Vida de una ama” cuyo verdadero
título es “Volnaya Gramota”, en traducción es el documento con el que se libera
a un siervo. Polina Petrovna Lebedova es la hija adoptiva del Príncipe Golovin.
Muy mimada por su benefactor, Polina vive en Golovinka como dueña y señora,
rodeada de privilegios, amor y paz. Sin nunca preocuparse que sus amados criados,
incluyendo a Tatiana, su hermana de leche, sean esclavos. Tampoco Polina se
preocupa por conocer sus orígenes. Mas curiosidad le inspira la rivalidad de
Golovin con su vecino El Conde Krechetsky.
Después de haber rechazado
las propuestas matrimoniales de varios jóvenes acaudalados, Polina acepta un
compromiso con el oficial Nikolái, pero en la noche en que se anunciará el noviazgo,
Golovin muere de un infarto, e intestado. Su fortuna cae en las manos de su
sobrino borrachín quien descubre que Polina es hija de una sierva, por lo tanto,
una propiedad más.
El sobrino remata
todas las posesiones incluyendo a los siervos quienes caen en las manos del cruel
Conde Krechetsky que rápidamente cambia las reglas, impone castigos corporales,
abusos, bueno lo que hemos visto en las telenovelas brasileñas. Krechetsky se ensaña
principalmente en Polina a la que degrada, maltrata y acosa sexualmente. Existe
una verdad detrás de Polina, pero solo la conocemos nosotros, y un par de
siniestros personajes encabezados por el notario Boris quien es el causante de
la ruina de la ama/sierva.
La noche en que
falleció, el Príncipe Golovin firmó dos documentos. La carta de libertad de Polina
y un testamento en el que la declara su hija y heredera de toda la fortuna.
Boris cambió el nombre de Polina en la carta por el de Tatiana de la cual estaba
enamorado y escondió el testamento. Ese último documento rebotará de mano en
mano hasta llegar donde debe. Entretanto, Boris y Tatiana huyen dejando a Polina
abandonada su suerte.
La suerte de esta
Cenicienta es decidida por los caprichos de Krechetsky, por el despotismo de su
esposa Anna, por el rencor de campesinos que una vez la vieron como su
benefactora y ahora gozan con su ruina. Se les agregan las criadas de Krechetsky
con quien debe compartir cuarto y cuyo gesto más amistoso es meterle ratones en
la cama a la nueva sierva.
Sin embargo, no
todo es oscuridad en la vida de Polina. Todavía le quedan aliados como el pope
del pueblo quien conoce la verdad de su feligresa, pero está atado por el
secreto de confesión; el médico del pueblo, y Vera, quien, a pesar del
esnobismo de su madre, insiste en seguir siendo amiga de Polina.
No toda la
Familia Krechetsky es perversa. Ahí está el pequeño Ilya, hijo único del Conde Andrey,
que en sus cortos años ya sabe más de compasión y tolerancia que sus padres. Ahí
está su tío, el conde-capitán Dimitri Krechestsky, un joven e idealista oficial
que se enamora de Polina. Por la libertad de la sierva, Dimitri está dispuesto
a sacrificarlo todo incluso su propia libertad entrando en un matrimonio de
conveniencia que le impone su hermano..
No sigo porque
espero que la vean y vean la evolución de los personajes y las muchas sorpresas
que nos darán. Solo me detengo en el modo en que “Life of a Mistress” trata temas,
para mí, valiosos. El primero es la amistad que trasciende géneros, edades y
estratos sociales. Lo vemos en la amistad de Polina y Vera, de Polina y el
doctor, incluso entre Anna y su fiel gobernanta, que, aun siendo libre, insiste
en seguir a su ama en su nuevo destino.
Lo vemos en el
amor de Polina y Dimitri, un amor que construye en vez de destruir a diferencia
del de Tatiana y Boris, y otras relaciones románticas de la serie. Una serie
que se distingue porque los autores del caos y los empujados al crimen por
debilidades de carácter son los hombres. Aunque hay hombres que auxilian a Polina,
es ella y su espíritu que evoluciona a través de cien vicisitudes, los que la
ayudarán a superar su desgracia.
Polina logra prevalecer
sobre todo tipo de horrores, y demostrar que es la única verdadera aristócrata
del cuento, siempre comportándose con dignidad y nobleza sea en un pozo de carbón,
un convento o un burdel. Pero no es la única mujer fuerte de un cuento donde
las tragedias femeninas son tan espeluznantes que más de una elige la vía fácil
del suicidio.
Hay otros personajes femeninos que también sobrepasan prejuicios, esclavitud y malos matrimonios. Aunque no nos parezca que la felicidad pueda residir en tomar hábitos religiosos, casarse con un médico maduro o acompañar al amante a un exilio siberiano, lo importante es que son decisiones que son tomadas por mujeres que por su sexo o estatus social están predeterminadas a no tener voz.
Recalco este detalle
sobre “Life of a Mistress” porque en mi próxima entrada mostraré historias que
tienen lugar en la Unión Soviética donde supuestamente la mujer vivía en
condiciones de igualdad con el hombre. Por el contrario, las tres series que voy
a reseñar (todas tienen lugar entre 1954 y 1963) describen mujeres atadas al
doble estándar, condenadas a no poder sobresalir en su trabajo, y como áreas
laborales como el modelaje y el atletismo eran antros de abuso/acoso sexual.
Todas estas
series pueden ser encontradas en Amazon Prime o (si residen en America del
Norte) en Tubi. Si conocen otras plataformas donde puedan ser encontradas,
avísenme.
Desde FB de Tati Quieta
ResponderEliminarNo tengo tiempo para tanta serie, el curro me abruma 🙂 Lo único que comento que la Princesa Tarakánova nunca se llamó con este apellido, fue "inventado" y utilizado por primera vez por el diplomático francés Jean-Henri Castéra en su biografía de Ekaterina II, de donde saltó a otras obras históricas y literarias. La Biografía salió en 1797, o sea, después de la muerte de la Ekaterina, así que ella jamás llamó a la Princesa por su apellido inventado, pero, quién sabe, si la llamaba llanamente "cucaracha"
Tati Quieta En la serie la llaman "Princesa" "Elizaveta"o (orlov) "Lisa" CReo que se presentaba como Princesa de Volomir o Princesa de Azov. En un momento Yekaterina dice que es solo "una cucaracha".
EliminarDesde FB de Alfonso Velasco Sendra
ResponderEliminarEs una pena que no pueda ver casi series, porque el artículo es interesantísimo. Lo que si está haciendo cuatro es comprar muchas películas rusas. A mí me gusta mucho la de Vikingos que cuenta la historia de San Vladimir. Vi otra de la época de Pedro el Grande que aquí se tituló la conquista de Siberia que contaba una batalla entre rusos y tártaros. Había una sobre cómo la selección de la Unión Soviética derrotó a la selección de baloncesto de Estados Unidos. Respecto a Godunov el año pasado leí la magnífica novela de "Los hombres del Zar" de Vladimir Volkoff (se la pedí a mi hermana Maggie Sendra ) y no me arrepiento porque fue una de las mejores novelas que leí el año pasado, cuando Planeta editaba BEST sellers buenísimos. La novela en concreto va desde la época de Iván IV hasta el comienzo del reinado de Boris Godunov. Merimee dedicó una novela al falso Demetrio que me interesa más.
Alfonso Velasco Sendra A mi tambien me encanta el Falso Dimitry y su mujer, la polaca Marina. Le tengo encargado a tu hermana que busque. Tiene que haber en España algun servicio que ofrezca con subtitulos estas gemas. Por ejemplo, "Ekaterina" la dio un canal abierto y doblada al español.
EliminarDesde FB de George Llerena Torrico
ResponderEliminar¿Existe Ekatterina en español? Porque si dicen que llegó a España deben haberla subido en alguna parte, y con todas estas entradas sobre Rusia pues qué mejor momento. Justo hace poquito nos llegó The Great por estos lares pero tengo miedo de verla desde esa vez que la comparaste con Reign (en lo antihistórica). ¿Es realmente así?
George Eduardo Llerena Torrico Sir George , VEMOX cerró, no sé por que razón, pero debe haber un reemplazo. Lo importante es que ya existe en doblaje. The Great es una satira a lo "The Death of Stalin"en términos de muebles, decorado y vestuatio es mas historica que Reign, tambien mas profunda, pero es vulgar, con dialogos chabacanos plagados de innuendo, de expresiones graficas sobre sexo y violencia. Y no es historica, guerra con Suecia que ya habia acabado, Pedro es hijo de Pedro el Grande, ect.
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