Este especial navideño destacó (y superó a los anteriores)
por tres factores: la acción se trasladó a Londres, con apenas unas viñetas en
La Abadía; se integró la historia o micro- historia inglesa al guión dejando
los problemas domésticos de los Grantham y allegados de ser el núcleo de la
trama, y la noche giró en torno a uno de los eventos mas fabulosos de la
aristocracia británica del ayer, la famosa Season
londinense.
La Season de las
Flappers
La Season (literalmente “temporada”) corresponde a un
espacio anual que inicia en marzo con la
apertura de la Galería Real de Arte (a la que asistirán Mary y Charles Blake) y
cierra en agosto con la semana de yates de Cowes. Entremedio, hay varios
eventos sociales importantes como la Exposición Floral de Chelsea, la apertura
de la temporada de opera, el match de tenis de Wimbledon, las carrera de caballos
de Ascot, etc.
Desde La Restauración que la clase alta inglesa utiliza este
periodo de tiempo para lanzar a sus hijas al mercado matrimonial. Primero, con
una presentación al soberano del momento, luego con un baile en honor de la presentada.
Estos dos sucesos en la vida de Lady Rose son retratados en el especial. En mi
biblioteca tengo una sección dedicada la nobleza británica, y sea en ficción, autobiografía
o historia social, la Season siempre
juega un rol importante.
El mejor libro de esa colección es 1939: The Last Season of Peace de Angela Lambert. A pesar de que la
obra se concentra en una “Season” puntual que marca el fin de una época y presagia la Segunda Guerra Mundial, la
autora dedica el segundo capitulo a una breve reseña cronológica del
acontecimiento desde los días de Samuel Pepys hasta Los Locos 20’s,
precisamente la época en que Rose es presentada en sociedad.
Lambert se detiene en esa Season porque Rose y sus contemporáneas
son las madres de las debutantes que protagonizan su libro. Describe esa década
como desenfrenada tal como aparecerá también en las primeras novelas de Evelyn
Waugh. Algo que también hace Dame Babara Cartland, (quien tuvo su debut en 1920),
en su autobiografía We Danced All Night.
Este es el mundo de la posguerra, de las flappers
(asi califica Mary a su primita), hijas y hermanas menores de héroes que cayeron
en batalla. Debido a eso los jóvenes del Haute
Monde londinense rezumaban ansias de libertad y rechazo a los convencionalismos.
Era toda una cultura de gente joven alocada y ansiosa de
pasarlo bien. Las debutantes que hacían reverencias al Rey Jorge y a su anciana
esposa en realidad se identificaban más
con el Príncipe de Gales, mujeriego y parrandero. Y precisamente es Eduardo
(David para sus íntimos) quien será una pieza clave en este especial de “Downton
Abbey”.
A diferencia de un episodio común de la serie en que la
perspectiva la proveen o las hijas de Conde o su servicio, esta vez vemos La
Season enfocada desde el punto de vista de los parientes yanquis de Cora, Martha
y Harold Levinson, y su valet. A mediados del episodio la perspectiva cambia y
tendremos los POVs de los dos grandes monárquicos de La Familia Grantham,
Robert y (¡Oh sorpresa!) Lady Rose quien, para variar, se siente culpable por
su ultima metida de pata, una que puede hace tambalear a La Corona Británica.
Back in Downton, tenemos a una Lady Violet un poco apagada,
una Isobel que sigue relacionándose con lord Merton (¡Que bueno!) y un Tom que
sigue relacionándose con la maestra del pueblo (¡Qué Malo!). Sarah Bunting es insoportable,
su idea de cortejo es ser agresiva con Tom, meterlo en apuros y burlarse cada
vez que puede de Los Grantham. No me sorprendería que todo fuera una mascarada
para atrapar a Branson, que se ha vuelto un soltero codiciado.
Por culpa de Sarah, que insiste en un tour de la Abadía, sin
pagar y con sus dueños en Londres, Tom queda en entredicho con su tocayo Barrow
que sorprende a la pareja en el segundo piso cerca de los dormitorios. Thomas
intenta chantajear a Branson obligándolo a compartir el asiento de su Rolls
Royce, en vez del lacayo viajar con el chofer como exige la etiqueta. Tom no
entra en el juego y se niega. ¡Bravo, Tom!
Asi se acaban los
misterios
En cuanto al gran Misterio de La Muerte de Green, estos son
los adelantos. Mrs. Hughes encuentra un boleto de tren a Londres en un abrigo
de Bates. La fecha coincide con la muerte de Green. El ama de llaves comete el
error de compartir su descubrimiento con Mary. Digo error porque Mary (como me
hubiera ocurrido a mi en su lugar) se llena de sentimientos de culpa y de dudas
sobre cual es su deber. Error, porque como se lo hace saber a su ama, Mrs.
Hughes aprueba el asesinato del violador (si realmente fue asesinato).
Para lo único que sirvió este enredo es para que viéramos lo
excelente actrices que son Michelle Dockery y Phyllis Logan. Esta ultima estaba
llena de ira sagrada (de ira escocesa que ya la hacia parecer un Rob Roy con ovarios)
y Mary por una vez se ve debilitada, dominada por otro personaje.Al final Mary
(recordemos con que rapidez y pocos miramientos por la ley ayudó a ocultar la
muerte de Pamuk) hace lo que yo y Mrs. Hughes consideramos lo correcto, quema
el boleto y no le dice nada ni a Bates ni a Anna.
Por supuesto no me he olvidado de Edith. Ha regresado de Suiza
y (en palabras de Daisy) se ve más cansada que antes del viaje. Por dentro está
hecha pedazos. Antes de entregar a su hija a los anónimos Schroeder, tuvo que
amamantarla por cuatro meses (normas de salud suizas) lo que ha creado un lazo
entre ambas. Ni Rosemund (con severidad) ni lady Violet (con humor) consiguen
convencerla que lo mejor es olvidar a la criatura.
Para mayor complicación, ahora que se da a Michael Gregson
por muerto o perdido (supuestamente cayó en una pelea de bar con Camisas Pardas
y los Nazis escondieron el cadáver) Edith hereda su fortuna y su periódico. Le parece,
y con razón, una sinvergüencería gozar de ese legado, cuando la legítima heredera
está creciendo como Heidi entre cabras en Los Alpes.
Pero pasemos a la escena londinense. Para comenzar se nos
permite conocer Grantham House, la mansión citadina de Los Crawley. El servicio
domestico se ve reducido y Cora quien ha llegado a Londres en compañía de
Baxter, Los Bates, Carson, James y
Moseley, se ve obligada pedir refuerzos del campo. Mrs. Hughes Daisy y Mrs.
Patmore llegan al llamado del clarín. Mas adelante con Tom e Isis, llegarán
Ivey y Barrow.
Los cazadores de fortuna
y sus presas.
A Martha Levinson ya la conocimos la temporada pasada.
Shirley McClaine sigue interpretando a la vulgar y bullangera matriarca, en
eterna lucha con su némesis británica, Lady Violet. Francamente no me gusta ni
el papel ni el modo en que Shirley la interpreta. Quien se traga la pantalla es
Paul Giamatti como Harold, el hermano calavera de Cora. Un hombre cínico, un
poco amargado, con fatal opinión de si mismo y una un poco peor de los demás,
principalmente de las jovencitas caza-maridos-ricos.
Una de ellas es la Honorable Madeleine Allsopp (Poppy Drayton),
hija del poco recomendable y súper tronado Lord Aysgarth (James Fox al que por
primera vez veo sin mostacho desde “King Rat”) Madeleine se ha convertido en la
compinche de Rose, pero provoca más simpatía y lástima que su hermana
debutante. Madeleine es una de esas desdichadas criaturas que son la última
mercancía que sus endeudados padres tienen para vender. Por eso la vemos acercándose,
linda y jovencita, a un americano calvo, mucho mayor que ella y dotado de pésimos
modales.
Sin embargo, Madeleine es lo suficientemente compasiva para
no culpar y comprender a su padre, y lo suficientemente sagaz para ver lo que Harold
se niega a reconocer, que es mejor persona que lo que aparenta ser. A final, de
su estadía en Londres, ambos quedan en escribirse mutuamente. Mm, me dan ganas
de shipearlos.
Menos suerte tiene Lord Aysgarth con la astuta Martha. Esta
le confiesa que no le apetece un título
ni vivir con gente aburrida y pomposa. A cambio, lo invita a pasa una
temporada con ella en Newport, y presentarle amigas que morirían por ser Lady
Ayrgarth.
Entretanto, en las cocinas, Slade, el valet de los Levinson,
es movilizado por Carson para ayudar a los lacayos a servir bocadillos. Un poco
exagerada la actitud de Slade. ¿Acaso en USA los lacayos les meten la bandeja
de hors d’ouvres a los invitados por
la nariz y recomiendan los canapés?
Slade tiene más suerte con Daisy que se siente halagada con
el cortejo del americano. Pero se lleva tremenda desilusión cuando Slade le
propone irse con él a New York… ¡Pero de cocinera de Mr. Harold!
Rose y La Realeza
Rose y Madeleine van al Embassy Club, el sitio más chic de
Londres y se encuentran con Lord Ayrgarth acompañado del Príncipe de Gales y
Mrs. Freda Dudley Ward (la amante oficial del Heredero de la Corona, a punto de
ser reemplazada por Thelma Furness y quien a su vez seria desbancada por la
“in-famosa” Señora Simpson). A propósito, una anécdota off-camera, el hermano de James, Edward Fox interpretó al Príncipe
de Gales en la miniserie de Los 70’s “Edward and Mrs. Simpson” y estuvo casado
con Tracy Reed, nieta de Freda Dudley-Ward.
Lord Ayrgarth no solo es un viejo tunante que anda ofreciendo
a su hija al mejor postor. ¡Además es amigo del “Señor” Sampson!¿Lo recuerdan?
El tahúr que casi despluma a los invitados de Robert y al mismo Milord.
Ayrgarth lo trae a Grantham House y Cora no tiene más remedio que recibirlo.
Freda comete la indiscreción de mostrarle a Rose una carta de amor de Edward.
Rose comete la burrada de comentárselo a Sampson. Esta chica no tiene cerebro.
Lo próximo es que Sampson se roba la carta con el siniestro propósito de
chantajear a la realeza o hacer público el affaire de un futuro rey con una
mujer casada.
Rose, apenadísima se lo cuenta a Robert. Lord Grantham se manda un discurso en el que
deja evidente su desprecio por la vida desordenada de Edward, pero también su
obligación como monárquico de proteger al heredero del trono. Reclutan a Mary,
que como siempre está dispuesta a ayudar. Idean un fantástico plan a lo “Tiempo
entre Costuras”. Invitarán a Sampson a una partida de cartas en Grantham House,
entretanto alguien registrará el departamento del chantajista. Se arregla la
partida, a la que se agrega Lord Gillingham (previamente informado por Mary de
lo que ocurre) y Tom que acaba de llega a Londres.
Barrow siempre tan odioso, le va con el chisme a Lord
Grantham de que Tom se dio un revolcón con una tal Sarah Bunting en los cuartos
de su familia política. Robert solo le pregunta a su yerno si tuvo visitas.
Branson, incomodo, admite haber traído una amiguita a casa.
Mientras esto ocurre, Mary, Rose y Blake van a la guarida del tahúr,
pero antes necesitan de una nota supuestamente firmada por Sampson dándoles
permiso para que el conserje les abra la puerta. La nota, por supuesto, la
escribe y firma Mr. Bates, el falsificador en residencia de la Familia Crawley.
A pesar de tanta ayuda, no encuentran nada. Obvio, Sampson no dejaría un
documento tan delicado en casa.
Al conocer los resultados de la búsqueda, Bates decide entrometerse.
Se ofrece a servir en el guardarropa. Cuando ayuda a Sampson a ponerse el
abrigo le registra los bolsillos ¡y voila!
La carta. Todos están inmensamente agradecidos a Mr. Bates. Lo ocurrido le
confirma a Mary que no pueden dejar que cuelguen a un hombre con tantos talentos. Es en ese momento que lanza
a la chimenea el boleto delator.
Bailé con el Príncipe
de Gales
Mas tranquila, La Familia Crawley se prepara para lanzar en
sociedad a Rose (que ya está más que vista por todo Londres). Antes viene la presentación en La Corte.
Algunos anacronismos y chascarros. Cora presenta a Rose con sus Majestades
Jorge y Mary. Normalmente la debutante se separaba de su presentadora para
hacer su reverencia ritual ante el monarca reinante. Por eso era una
experiencia que aterraba a muchas presentadas. Aquí Cora va con ella hasta el
trono.
Puedo pasar que El Príncipe de Gales comente que Lady Rose
es la hija de un tal “Shrimpie” que tan bien trató a Edward durante su reciente
visita a La India, y considera una licencia poética el que El Rey se detenga conversar
con la presentada. En la vida real, se hubiese visto feo que el monarca prestase
tanta atención a una debutante en particular.
Lo que es imperdonable es que después de doblar la rodilla,
presentada y madrina den tres pasitos hacia atrás y se vuelvan dándole la
espalda a los reyes. La etiqueta exige que jamás se de la cola al monarca. Lo
normal es que hubiesen seguido retrocediendo de frente hasta estar lejos de la
vista real y ahí dar la vuelta. Asi como lo hace Helen McCrory (Mrs. Tony
Blair) ante Helen Mirren (Reina Isabel) en “The Queen”.
Otro detalle que me chocó es que Rose vista de rojo para su
baile. Lo normal es que la debutante vistiera blanco o un tono pastel. No es un
detalle importante puesto que esa noche, Rose se convertirá en La Reina de la
Season gracias a una visita inesperada.
Minutos antes que comience el baile, El Príncipe de Gales,
Freda y su entourage se dejan caer en
Grantham House. Tras las reverencias apropiadas y el sobresalto inicial, Edward
pide disculpas por ser invitado de piedra y pide permiso de su anfitriona para
abrir el baile con Rose.
Mientras los veo girar en un vals entiendo la cara de hechizada
de Rose. Por más de una década el futuro Duque de Windsor fue el gran “chongo”
de las jóvenes inglesas. De acuerdo a las leyes de sucesión inglesas, el Príncipe
de Gales puede desposar a cualquier mujer, siempre y cuando no sea católica,
judía (por alguna extraña razón puede casarse con una musulmana) o divorciada.
Eso tenía hasta las dependientas de tienda y telefonistas soñando con usar corona.
Sentimiento que se transmite en una popular canción de entonces que dice “Soy
la chica más feliz del mundo. Bailé con un hombre que bailó con una chica que bailó
con El Príncipe de Gales”.
Mientras observan a la pareja, Blake le pregunta a Frida cómo
consiguió traer a su amante a esta casa. Freda dice no haber enterado al Príncipe
de su desliz con la carta. Solo le ha dicho que tendrá que estarle eternamente
agradecido a Rose porque lo ha salvado de una grande. “El es muy leal” agrega
Mrs. Dudley-Ward. “Y yo también, Freda” responde Charles.
En ese momento no entendí a que se refería, pero más tarde
se explica cuando Tony Gillingham lleva a Mary aparte y vuelve a hablarle de
amor. Mary vuelve a recalcar que no está lista. Tony teme que Charles le esté
comiendo el mandado. Mary le lanza una mirada de sorpresa. Sera todo simpático
que parece, pero Charles Blake y ella están en lados opuestos de las barricadas.
El caballero andante dentro de Lord Gillingham sale a la superficie. Debe
confesar algo. Charles heredará algún día
vastas propiedades en Irlanda del Norte. Algún día será Sir Charles Blake. Es,
de hecho, mejor partido que Lord Gillingham. Mary admite que eso cambia las cosas.
Mas tarde, Mary le pregunta a Charles porque le ocultó que venía de alta cuna.
Blake confiesa que quería ganársela por si solo. Mm, a mí ya me ganó.
No, sin mi hija
Esa noche, en el baile, Lady Violet arrincona a Tom y le señala
los invitados. Esa es la familia del chofer, su gente. Tom concede que son sus
parientes, pero no es su gente. La Condesa Viuda lo desafía a que le demuestre
lo contrario. A lo que el ex chofer responde con otro desafío, invitándola a
bailar. La Dowager acepta.
Tom busca a Edith y le dice que aunque amen a Los Crawley,
no deben dejarse atropellar por ellos. Es todo lo que necesita Edith para
actuar. Se acerca a su tía y a su madre y les anuncia que a la mañana siguiente
regresa a La Abadía. De ahí emprenderá un viaje al continente. La tía Rosemund
se queda muda de espanto. Cora pregunta si el viaje tiene al que ver con Michael
Gregson. Edith sonríe y asiente, el viaje se relaciona principalmente con Michael Gregson.
Lo sigue una escena
de Edith y Mr. Drew en La Abadía. Ya tienen todo arreglado. Drew le contará a
Mrs. Drew (que según el marido adora los niños y no le molestará encargarse de
una niña ajena) que es la hija de una “amiga”.
Edith le dice a su salvador que la niña es en realidad hija
de “una amiga” de ella, pero que nadie debe conocer su vínculo con la criatura
porque sus padres no aprobaban esa amistad. Es un cuento tan chino que Drew
rápidamente descubre la verdad. Le dice que jamás deben compartir su secreto con
nadie. “Solo quiero ayudarla a Ud. Milady y a la pequeña”. Edith se conmueve y
casi llorando dice que la alegra saber que todavía hay gente buena en el mundo.
¿Pero es realmente Drew tan bueno? ¿Terminará enamorándose
de la madre de su hija adoptiva? ¿Cómo explicará Edith su interés en una
campesinita? Todo esto se ve color de hormiga y me hace desear ya que comience
la próxima temporada. Sin duda Lady Edith, con todas sus fallas, es mi
personaje favorito.
Un día de playa
La siempre considerada Cora decide que los criados han
trabajado en exceso y se merecen un día de asueto. Después de mucho deliberar,
Carson accede a llevarlos a la playa. Antes, Moseley habla con Miss Baxter. Le
dice que ha deducido que Barrow la chantajea. No le interesa sabe qué secretos oculta
su pasado. Solo quiere darle un consejo, dejar que Barrow la domine la
convertirá siempre en esclava de su chantajista.
Con este consejo, Baxter se saca de encima a Thomas. En la
playa, le dice que haga lo que quiera. Ya no le teme. Barrow se va indignado, y
Moseley se sienta al lado de la dama que obviamente está cortejando.
Ella le dice que sus las palabras le han dado fuerza. “Su
fuerza es mi fuerza, Mr. Moseley”. ¡Ohh que romántico! Moseley se ve patidifuso
“¿Mi qué?” Ya hombre, acepta que eres mejor de lo que crees.
Slade se le declara a Daisy. Lo del puesto de cocinera era
para tenerla cerca. Halagada, Daisy rechaza la oferta. Sus sueños no son los
mismos de Slade. Ivey ve escaparse una oportunidad y mete baza. Termina
convenciendo a Slade de llevársela como cocinera de Los Levinson.
El especial acaba con un inhibido Mr. Carson con los
pantalones arremangados siendo llevado al mar por Mrs. Hughes. Muchos han visto
esto como un foreshadowing de
romance. Digamos que no voy a estar esperando la Quinta Temporada por verlos
darse un beso o no dárselo, que ya recuerdo “The Remains of the Day”.
¿Por qué quiero estar viva para ver la Quinta Temporada de
Downton Abbey? Edith, Edith, Edith. Quiero verla manejar lo que le dejó
Michael. Quiero verla con su hija. Quiero ver qué va a pasar por Drew.
Obvio que Thomas se va a vengar y que sabremos el secreto de
Miss Baxter. ¿Fue prostituta? ¿Estuvo en la cárcel? ¿Es una ex alcohólica? No
me interesa, pero si quiero creer que ella y Moseley vivirán su historia de
amor. También quiero ver a Mary con Blake, a pesar de que los rumores dicen que
se convertirá en Lady Gillingham. Más me ilusionaría saber que Isobel será la
próxima Lady Merton.
Quienes no me interesan para nada son Tom y Sarah Bunting.
La detesto, Me gustaría que le saliera alguna rival a camino. Aunque fuera
Rose. A pesar de que ya es voz publica que la actriz Lily James se retira de la
serie al final de la próxima temporada.
Los vestidos de la
noche
Obviamente todo lo usado por Rose. Su precioso vestido de Presentación
blanco con falda acampanada y bordado en pedrería fue exactamente lo que
imagino es lo que debe llevar una debutante para conocer a su rey.
Freda, Madeleine y Rose |
El mismo diseño
utilizó Rose para su vestido de baile, a pesar del inhibidor color fucsia es un modelo muy
interesante con esos apliqués florales en falda y los Mary Jane dorados.
Pero mi favorito de la noche fue este sencillo chemissier en
muselina blanca que lució la virginal Madeleine para su picnic con Harold
Levinson.
Me quedé por la mitad de la temporada, a ver si ahora cuando llegue el verano puedo terminarla... ¿En líneas generales que te ha parecido la temporada? A mi de los capítulos que he visto y sin tener todavía una opinión general me está pareciendo la más flojita de todas. Como Edith no resurja de sus cenizas en la próxima temporada la dejo, no hay derecho a tanta tragedia. Después hay personajes que me aburren muchísimo como Bates, Rose, Mosleley, Daisy, la cocinera desquiciada... Yo tengo unos Mary-Jane dorados que me encantan, me los compré ya hace unos añitos que se llevaban y ahora los tengo muertos de asco en el armario. Lo mejor de la serie es la estética y el vestuario, echo muchísimo de menos a Sybil y Matthew ;)
ResponderEliminarYo creo que Julian Fellowes echa mucho de menos a Sybil y Matthew y no sabe como suplir su ausencia.
EliminarSi esta temporada está flojísima, porque n hay personajes interesantes. Lo de la violación de Anna fue muy desagradable, cambió el tono de la historia y me temo que no se ha acabado el cuento de Bates-supuesto-asesino. Mary ha evolucionado bien, pero me molesta que haya tanto énfasis en su rol de femme fatale, cuando es muchas otras cosas más y lo ha demostrado esta temporada.
Tom esta totalmente desperdiciado, Barrow es un villano de opereta y Rose me aburre mucho. Por eso me gustó este especial porque nos sacó de Downton y nos ofreció algo diferente.
Gracias por comentar!
A mi no me gustan mucho los MaryJanes porque me hacen ver la pierna más gorda. La serie considera que son el único modelo de zapato femenino de los 20's y habían otros.
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