En Vulture ,la semana pasada, Inkoo Kang elevaba un par de preguntas sobre “Killing
Eve” el nuevo show feminista de BBC America. ¿De qué se trata esta serie? ¿Cuál
es su mensaje? La inquietud deriva de que
de ser una especie de “ Silencio de los Inocentes” femenino/feminista,
la serie ha caído en mensajes cruzados colmados
de tropes del faux-feminismo. Lo
único claro es la triste realidad de que,
como le ocurre a la heroína, un marido perfecto puede aburrir tanto
que Eve (Sandra Oh) prefiera irse a
cazar asesinas en serie antes que tener sexo con el noble Niko Polaris (Owen
McDonnell).
Por más que la
teleaudiencia admire a las esposas imperfectas y a las protagonistas asesinas, " Killing
Eve” está convirtiendo a Eve (Sandra Oh) en una arpía. En el caso de Villanelle
(Jodie Comer)todavía no han demostrado como su violencia difiere de la
agresividad machista. En suma, es
incomprensible que Eve esté chata de un marido que es como la versión masculina
de una Stepford Wife o de que la violencia de Villanelle vaya dirigida hacia hombres
buenos, y mujeres entre las que incluye ex- amantes, niñas y ancianas.
“Killing Eve” ofrece
el atractivo de ver a dos mujeres
perseguirse mutuamente y de observar como la representante de la ley (ergo El
Bien) comienza a mimetizarse con la villana hasta el punto de que lo que
debería ser una lucha muerte pasa a ser una especie de romance. Todo esto es válido
y original, pero me incomoda que a costa
de esta novedad se propaguen nuevas ideas seudo feministas que bordean en la
misandria y en la misoginia."
No he leído los relatos
de Luke Jennings que han inspirado la serie, pero los lectores me dicen que el
original está lejos de ser una obra feminista, que más bien corresponde a un
tipo de thriller “para chicos” en donde la novedad reside en que el detective
ahora es hembra; que aunque Villanelle es canónicamente bisexual no existen
atisbos de una atracción lésbica por parte de Eve hacía su presa; y el tener
muchos capítulos descritos desde la perspectiva de la villana, la hace menos
confusa y más cercana al lector.
La productora/guionista
Phoebe Waller-Bridge debe tener sus motivos para haber efectuado esos cambios,
tal como los tuvo para subirle la edad a la heroína. Otra modificación fue cambiarles el sexo a dos personajes. Es
la moda, no me molesta, también quiero ver a Natalie Dormer interpretando al
Profesor Moriarty en “Elementary”. Que
Elena (Kirby Howell-Baptiste), la asistente de Eve sea mujer ayuda a crear un
lazo intimo entre ambas. Que la nueva jefa de la protagonista sea ahora Carolyn Marsten ( interpretada por
Fiona Shaw) ayuda a que Eve se sienta más a sus anchas con ella, aparte de que
ciertas cosas que dice la ex tía Petunia de Harry Potter suenan mejor viniendo
de la boca de una mujer.
Lo que no acaba
de convencerme son los motivos para cambiarle de sexo a los personajes. Todos
nacen de la traicionera paridad. No se podía tener tantos hombres alrededor de Eve,
y menos mostrarla como apoyándose en la compañía masculina. Si Elena y Marsten
hubiesen sido varones, Eve sería la única mujer en el equipo, eso no es
feminista (y quita empleo a actrices necesitadas de trabajo). Además era innecesario
puesto que Eve ya tenía un equipo de apoyo masculino compuesto por su marido Niko y por
Dom, el traductor.
Pero a Dom se lo
quitaron en el primer episodio, después de acusar a Eve de poner en peligro a
un menor. Para colmo, el otro apoyo
masculino de Eve, su gran amigo y jefe degradado-a-empleado, Bill (David Haig) ,
fue asesinado por Villanelle en el tercer episodio. Y en el cuarto, Eve
transida de dolor por la muerte de Bill, finalmente azota en la cara a Niko con
su desprecio por él y por su amor que la sofoca porque no puede corresponderle.
Si
tuviéramos un show basado en una novela
donde los personajes canónicamente son mujeres y les cambiáramos el sexo, y
luego fuéramos matando a otros personajes femeninos la acusaríamos
inmediatamente de misoginia¿ o no? Villanelle solo ha matado a cuatro mujeres,
comparado con sus nueve victimas masculinas. De las asesinadas, dos fueron por encargo, otra murió por
interponerse en su camino (la enfermera de una de las victima) y pensándolo
bien, el asesinato de Nadya(Olivia Ross) también correspondió a sacar del camino un estorbo,
porque ella esperaba de Villanelle el mismo tipo de amor que Eve es incapaz de
darle a su pareja.
El asesinato de
Bill fue doloroso e inesperado, a pesar de que el capítulo estuvo salpicado de
alusiones encaminadas al desenlace fatal—“Papito se va a morir” le canturrea Bill a
su bebita antes de partir a Berlín a su
cita con la Muerte. Desde el momento en que Eve le dice con cierta petulancia a
Carolyn que su admiración por los
métodos de Villanelle la hacen ser insensible a las muertes que esta provoca, (“mientras
no me mate a mí, francamente no es de mi incumbencia”) que estábamos
esperando que el asesinato de alguien cercano hiciese que a la espía le importase
la brutalidad de su contrincante. Aunque solo por eso fuese necesaria la muerte
de Bill, hubiese preferido que mataran a otra persona, incluso a Niko (aunque
estoy casi 80% segura que lo van a matar muy pronto).
Hasta la muerte
de Bill, Villanelle había matado (conscientemente) a villanos. Matar a Bill fue
empeorar un mundo donde los hombres buenos no abundan. Pero son los hombres
buenos los que son prescindibles en esta historia. Para tratar de centrar a
Villanelle, Konstantin (Kim Bodnia) le
aconseja que haga algo “normal”. Eso
significa para la asesina tener novio, salir con él a pasear por París,
compartir helados, contarle de sus problemas em su trabajo ficticio.
Villanelle acaba
de matar un hombre en Bulgaria quien antes de ser ultimado le puso un ojo en
tinta a su agresora. La sicaria llega a su edificio parisino y se encuentra al
vecino buscando el control remoto en la basura (ya con eso se me hizo simpático
). “¡Madre de D-s ¡”exclama Sebastián (que es español) apenas ve el ojo en
compota de su vecina. No puede creer que
alguien pueda golpear a alguien tan linda y delicada.
Al rato, golpean
a la puerta del departamento de Villanelle. Es Sebastián con una botella de
solución de árnica, que es muy buena para los moretones. La sicaria le echa una
mirada, lo ve guapetón, y le pregunta qué planea hacer esa tarde. La respuesta
es encantadora, “planeo deshacer los
planes que ya tenía”. Así comienza un romance.
Sebastián es
atento, paciente, comprensivo. Cuando hacen el amor no solo le permite estar arriba sino que se
preocupa de que las movidas frenéticas de Villanelle puedan hacerlo acabar
antes de darle un orgasmo. Villanelle abre más que nunca sus ojos reptilicos y
le anuncia que ya ha llegado al clímax. Mi única queja de Sebastián es que no
sepa reconocer los detalles físicos de una mujer que acaba de tener un orgasmo.
Como ya sabemos, Villanelle solo
experimenta placer sexual cuando mata a alguien
Sebastián se
siente protector de quien cree es víctima de un golpeador. Cuando encuentra a
Villanelle discutiendo con Konstantin, se encacha como gallito y eso que el
ruso podría matarlo con dos dedos. “Nunca te haré daño “le asegura a
Villanelle. Me da lastima que las recappers
se rían de este personaje, que se burlen de su caballerosidad y actitud
protectora. No entiendo por qué es cómico que un hombre muestre compasión por una mujer
golpeada o quiera satisfacerla sexualmente o le importe que la jefa no la trate bien. El pobre Sebastián solo
consiguió la burla de los críticos que le desearon la muerte. Esta le llegó
tras oler un perfume envenenado con el que Villanelle había acabado con una víctima.
Ya tenemos dos
hombres buenos muertos en el show y todavía falta hablar de Niko Polastri, que
para todos los efectos es el gran perdederor en este cuento de mujeres que
parece que no aman a los hombres, especialmente si son buenos. Cuando no está
enseñando matemáticas o jugando bridge con sus amigos, Niko le está cocinando a su esposa(hasta le prepara
la colación que la muy ingrata le regala a Bill), consolándola por sus
pesadillas, perdonándola que no quiera hacer el amor, y escuchando todos los disparates que Eve
quiera contar o sobre sus teorías criminológicas o el modo en que le gustaría
matar a Niko (asfixiarlo, hacerlo picadillo, llevarlo en una caja a un
restaurant y despacharlo vía inodoro público).
Antes de que
Marsten reclutara a Eve, ya Niko le reconocía su talento (“deberías ser espía”).
Fue refrescante que Eve confiara en su marido sobre su nuevo empleo. Me temía
otra racha incomoda de lo que consumí en “The Bletchey Circle”cuando Susan (Anna
Maxwell Smith) le ocultaba a su marido (cariñoso y comprensivo para la época)
no solo su pasado de decodificadora en el
Servicio Secreto y su presente de detective amateur, pero también que el
criminal que perseguía ponía en peligro la vida de Timothy y de sus hijos. Cada vez que recuerdo a
Susan cuando Timothy exigía una explicación, poniendo cara de estreñida
y sonriéndole a la pared, me nace el
fastidio por Maxwell Martin.
Ni Niko exige
explicaciones ni Eve lo ofende negándoselas, pero (y esto lo entiendo) les baja el color a los riesgos de su trabajo
y le oculta la existencia de Villanelle. Después del funeral de Bill, y de
prepararle un estofado a su señora, Niko la enfrenta gentil como siempre. Él
sabe que Bill no murió asaltado en un callejón berlinés; sabe que lo que hace Eve
es peligroso; teme por ella; pero también sabe que para Eve ese trabajo lo es todo.
Eve toma una
actitud agresiva. Le dice que entiende que para Niko ella lo sea todo, pero que
eso significa que él es tan poquita cosa que solo la tiene a ella. La devoción
masculina que una vez fue fantasía femenina y motivo de alegría para una mujer,
ahora es causa de rechazo. Para Eve, el
amor de su marido solo es señal de fracaso de Niko, Ella en cambio se ha encontrado este mundo excitante
que le permite acercarse a una mujer tan sexi que mata por placer. Discúlpenme,
pero esto es aberrante. Yo que Niko le hubiera dicho,” tu eres mi todo, tal
como tu trabajo se ha vuelto tu todo, somos un par de losers”.
Eve no le cuenta
su marido sobre Villanelle, ni siquiera cuando descubre que la asesina sabe
donde viven. Solamente le grita que se largue. Esto es lo bueno de ver series
contemporáneas, aprendes a reconocer clichés.
Como acabo de ver “McMafia ”sé que este es el hábito de los hombres cuando
creen a sus parejas en peligro. En vez de tratarlos como seres pensantes, les
buscan gresca y luego los corren de la casa. Eso hizo Alex con Rebecca con
trágicos resultados.
Sin embargo, Eve
no se molesta en avisarle a Niko que él está ahora en la zona de riesgo. Cuando
Kenny, el Hacker le recuerda ese hecho, Eve responde petulante que no pudo
evitarlo, su dirección estaba en la maleta robada. Hay algo que no entiendo en
Eve, normalmente una mujer querendona y compasiva. No le importa correr
riesgos, pero también arrastra a los demás a compartir el peligro. No aprendió
de lo que pudo ocurrirle a Dom la noche en que Villanelle perpetró la masacre
del hospital.
Se supone que está destrozada por haber obligado a Bill a hacer un viaje que acabó con él en el cementerio. Y aun así , no se molesta en contarle al marido que una asesina los acecha, luego arrastra a Elena a una búsqueda por Frank, que ya saben es un truhan al servicio de los jefes de Villanelle.
Se supone que está destrozada por haber obligado a Bill a hacer un viaje que acabó con él en el cementerio. Y aun así , no se molesta en contarle al marido que una asesina los acecha, luego arrastra a Elena a una búsqueda por Frank, que ya saben es un truhan al servicio de los jefes de Villanelle.
Kaytl Burt en Den of Geek alaba la
decisión de Waller-Bridges de masculinizar a Eve porque a los héroes no les importa en cuantos líos meten
a los seres cercanos. Primero, que tal acusación es debatible. Segundo, ¿en qué
mejora Eve como personaje el que adopte roles masculinos negativos?
En este otro artículo para Den of Geek , y hablando de la relación Niko-Eve, Burt comenta que la agente actúa como todos los proveedores económicos con sus parejas. No sé si Eve es la breadwinner en esa casa, cuando la despidieron, no se habló en su hogar de que su sueldo fuera necesario.
En este otro artículo para Den of Geek , y hablando de la relación Niko-Eve, Burt comenta que la agente actúa como todos los proveedores económicos con sus parejas. No sé si Eve es la breadwinner en esa casa, cuando la despidieron, no se habló en su hogar de que su sueldo fuera necesario.
Tampoco Niko es Mr. Mom tiempo completo. Un
maestro tiene un horario bastante ocupado, y este todavía se las arregla para
jugar bridge con sus amigos y para limpiar la casa y cocinarle a la esposa. Es
el rey del multitasking, y aun así Eve lo menosprecia y lo trata como si fuera
totalmente dispensable. En lo que si estoy de acuerdo es que Niko es quien lucha
por esa relación y quien da y da (parafraseando a San Pablo) “hasta que duele” y Eve es la que recibe todo.
A ver quien va a cocinarle cuando maten a al Profesor Polastri.
Se le agradece al
show que mientras Eve pone caras de exasperación ante las atenciones del marido
(cuyo gran defecto es que no le da el gusto a la pareja de descargar su ira en
el) tienen a Villanelle castigada por sus superiores y a merced de Mr. Macho. Diego, el peor sicario de la historia, nos recuerda los méritos de hombres como Bill,
Sebastián y Niko. ¿De qué vale un show feminista que repudia a hombres
admirables como pareja? Y si vamos por Villanelle,
no solo es la pareja menos recomendable, sino que además demuestra una acertada
misoginia, sobre todo hacia el tipo de mujer que el movimiento feminista
moderno rechaza.
La serie comienza
con Villanelle en una heladería en Viena. La asesina alza los ojos de su copa
de helado y se encuentra con una niñita que la observa. Conozco esa mirada. A los nueve años yo
también me comía con los ojos a mujeres mayores, sofisticadas y atractivas, soñando con ser
como ellas. Villanelle hace contacto visual con su admiradora. Avergonzada, la niña desvía la mirada y la fija en el
heladero. Es un joven feo, granujiento con dientes chuecos, pero le sonríe. La niña
le devuelve la sonrisa.
Es un intercambio inocente, no se trata de un
juego pedófilo. Al hombre le gustan las mujeres como Villanelle. Esta lo ignora
y le sonríe a la niña. Contenta de tener la aprobación de su ídolo la pequeña
le sonríe. Villanelle se levanta, paga por su helado, se acerca a su pequeña fan
…y le lanza el helado en el vestido.
Este gesto
agresivo de la villana se convierte en una lección del faux feminismo actual. Primero,
la escena refleja los celos posesivos de Villanelle. No soporta que sus
hinchas, amantes y amantes potenciales se interesen en otros. Tal como mata a Diego
que la separa de Nadya, y a Bill que es querido por Eve, castiga a la niñita
que se atreve a sonreírle a un feo cuando tiene delante a la narcisista
sicaria.
También Villanelle
castiga a la niña por, a tan corta edad,
comenzar a interesarse en un hombre que ya debería ver como un enemigo. Finalmente,
Villanelle expresa su fastidio por las criaturas
y confirma que no sufre de sentimientos maternales. A lo largo de cuatro
capítulos hemos visto a Villanelle agredir a una niña, usar un niñito para
matar al abuelo, y amenazar a la hijita
de Konstantin. Si pensamos que el faux feminismo repudia la maternidad y la
creencia de que las mujeres tenemos/debemos poseer sentimientos maternales,
entonces Villanelle es feminista (o la versión Fake).
Pasemos a otro
grupo que tanto el feminismo como Villanelle desprecian: mujeres de la Tercera
Edad. Al llegar a su apartamento en Paris, Villanelle descubre que no puede
subir porque la encargada de la limpieza está bajando la escalera con sendas
bolsas de basura en cada mano. Además de bloquear el paso, la mujer—anciana,
cansada con los pies hinchados—es muy lenta. La impaciente sicaria comienza
a azuzarla de manera burlona como si se dirigiera a un perro: “Allez Allez, vite!” En ningún momento ofrece
ayudarla, ni siquiera cuando la anciana pasa por su lado y logra abrir la
puerta con esfuerzo. Ahí la burlona Villanelle le pregunta si necesita ayuda y
recibe una merecida grosería por respuesta.
Lo extraño es que
unos minutos antes, en el vagón del metro, Villanelle le ha recogido un papel
que se le ha caído a un hombre joven que obviamente puede recogerlo solito. La
falta de cortesía y compasión de Villanelle nace de su desprecio por la mujer
de la limpieza por la vejez, debilidad,
tal vez la fealdad de esta. Para alguien para quien la vida humana vale hongo, quizás preferiría deshacerse de
todos los viejos inútiles. La desestima por la vejez es una característica de
la progresía moderna , y el feminismo no está exento de esa actitud de desdén por
lo decrépito y lo arcaico aunque esto vaya encerrado en un cuerpo humano.
Y si hablamos de
mujeres caducas también debemos hablar de una reacción contraria a las
feministas de antaño. Ya se ha notado en las MeToo un desaire y oposición a las
ideas presentadas por generaciones anteriores de feministas. A pesar de que iconos
como Gloria Steinem pretendan abrazar a esta nueva ola, lo común es la
desaprobación para un grupo que se cree traicionó las ideas bases del
movimiento (cierto) y que nunca lograron nada (falso). En la serie vemos como Villanelle goza matando
a una famosa perfumista que también ha sido bastión del feminismo.
Curiosamente, fue el único asesinato que me ha provocado
cierto interés. Konstantin, preocupado por el estado de ánimo de la asesina,
quiere quitarle el contrato de las manos, pero Villanelle hace los pucheros de
costumbre: ‘tiene asma y tu sabes que me encanta verlos ahogándose”. Creo que
todos los que sufrimos de enfermedades respiratorias, quisimos en ese momento
romperle los dientes a la burlona con un bate de beisbol.
El crimen ocurre
en un elegante hotel parisino donde se homenajea a la víctima. La presentan
como Madame de Mann, dueña de un emporio de cosméticos, una mujer que ha
luchado por los derechos y los avances de su género, La mujer elegantísima
apenas sonríe, se ve fría, aburrida y está rodeada de un cinturón de seguridad.
¿Por qué habría de tener enemigos? Villanelle, que va disfrazada de camarera, logra acercársele a su presa en el baño. Su
excusa al guardia es fantástica, “Madame, necesita un tampón”.
A solas ,
Villanelle pone en acción su mejor acto de fangirl. Desde jovencita ha admirado
a Madame de Mann. Su ídolo la ha empujado a la fabricación de aromas. Solo
quiere que huela su producto. Aunque es obvio que se siente complacida por la
admiración, la perfumista adopta una
actitud despectiva y condescendiente y tras cien remilgos acepta oler el perfume.
“Me huele a nada” dice arrogantemente y
son sus ultimas palabras.
Villanelle observa arrobada la larga agonía (creo que es un cuarto de hora lo que debe durar un fallo respiratorio para ser fatal) . Así observa la muerte de quien ha utilizado el feminismo para beneficio propio y que ahora se esmera en crear una barrera que la separe de quienes en su día, juró proteger y dijo representar.
Villanelle observa arrobada la larga agonía (creo que es un cuarto de hora lo que debe durar un fallo respiratorio para ser fatal) . Así observa la muerte de quien ha utilizado el feminismo para beneficio propio y que ahora se esmera en crear una barrera que la separe de quienes en su día, juró proteger y dijo representar.
Nos queda claro
entonces que al margen de su participación en el argumento, Villanelle encarna
a un medio neutralizador de los obstáculos o enemigos que el feminismo radical
enfrenta hoy en día: hombres protectores, niñas precoces en su interés por el
sexo opuesto; feministas traidoras, y
ancianas inútiles. Para ser honestos, Villanelle no mata viejas, ni niños
(mientras no la molesten), pero si es cierto que le gusta matar mujeres incluso
las que se enamoran en ella. En el cuarto capitulo la desobediente Villanelle
termina siendo la ultima carreta de un carro tirado por Diego (del que ya hablé)
y su novia Nadya, que resulta ser ex amante de nuestra villana.
A juzgar por los
golpes y recriminaciones que Nadya propina a Villanelle no fue una buena
relación. Pero tampoco lo es ser pareja del machista Diego. Villanelle convence
a Nadya que ella merece algo mejor que Diego. Nadya lo mata, confiesa que su
relación era degradante y se prepara para ser eternamente feliz junto a Villanelle
que la recompensa, pasándole encima con su carro hasta matarla. En el mundo de
la psicópata solo cabe una persona. Por eso temo que sucederá si Phoebe Waller
decide llevar a Eve a los brazos de Villanelle. Digamos que la sicaria les da
un mal nombre a las relaciones lésbicas.
A partir del
segundo capítulo, ya Inkoo Kang en Vulture expresaba las interrogantes y expectativas de muchos
espectadores. Se refería al show, como “ un poco misantrópico”, decía que Eve
no le caía tan bien por expresar poca preocupación por la vida humana, y esperaba que la serie pronto le diera alguna
dimensión a la sociopatía de Villanelle. Dos episodios más tarde, sus
expectativas están en el tiesto de la basura.
En mi entrada
anterior hablé del modo objecionable de vender la serie . De la falsedad de decir
que solo en la Era de MeToo se podía dar algo como “Killing Eve”. Si “Killing
Eve” realmente representa al MeToo entonces le da una pésima imagen al
movimiento con este elogio a la irresponsabilidad femenina y al comportamiento hostil
de las mujeres. Parecería que las mituteras fueran amargadas antisociales que
odian al genero humano. ¿Lo son?
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