lunes, 7 de mayo de 2018

Faux Feminismo y Misandria Solapada en Killing Eve



En Vulture ,la semana pasada,  Inkoo Kang elevaba un par de preguntas sobre “Killing Eve” el nuevo show feminista de BBC America. ¿De qué se trata esta serie? ¿Cuál es su mensaje? La inquietud deriva de que  de ser una especie de “ Silencio de los Inocentes” femenino/feminista, la serie ha caído en  mensajes cruzados colmados de tropes del faux-feminismo. Lo único claro es  la triste realidad de que,  como le ocurre a  la heroína, un marido perfecto puede aburrir tanto que Eve  (Sandra Oh) prefiera irse a cazar asesinas en serie antes que tener sexo con el noble Niko Polaris (Owen McDonnell).  

Por más que la teleaudiencia admire a las esposas imperfectas y a las protagonistas asesinas, " Killing Eve” está convirtiendo a Eve (Sandra Oh) en una arpía. En el caso de Villanelle (Jodie Comer)todavía no han demostrado como su violencia difiere de la agresividad machista. En suma,  es incomprensible que Eve esté chata de un marido que es como la versión masculina de una Stepford Wife o de que la violencia de Villanelle vaya dirigida hacia hombres buenos, y mujeres entre las que incluye ex- amantes, niñas y ancianas.

“Killing Eve” ofrece el atractivo de  ver a dos mujeres perseguirse mutuamente y de observar como la representante de la ley (ergo El Bien) comienza a mimetizarse con la villana hasta el punto de que lo que debería ser una lucha muerte pasa a ser una especie de romance. Todo esto es válido y original, pero me incomoda que  a costa de esta novedad se propaguen nuevas ideas seudo feministas que bordean en la misandria y en la misoginia."

No he leído los relatos de Luke Jennings que han inspirado la serie, pero los lectores me dicen que el original está lejos de ser una obra feminista, que más bien corresponde a un tipo de thriller “para chicos” en donde la novedad reside en que el detective ahora es hembra; que aunque Villanelle es canónicamente bisexual no existen atisbos de una atracción lésbica por parte de Eve hacía su presa; y el tener muchos capítulos descritos desde la perspectiva de la villana, la hace menos confusa y más cercana al lector.

La productora/guionista Phoebe Waller-Bridge debe tener sus motivos para haber efectuado esos cambios, tal como los tuvo para subirle la edad a la heroína. Otra modificación  fue cambiarles el sexo a dos personajes. Es la moda, no me molesta, también quiero ver a Natalie Dormer interpretando al Profesor Moriarty en “Elementary”.  Que Elena (Kirby Howell-Baptiste), la asistente de Eve sea mujer ayuda a crear un lazo intimo entre ambas. Que la nueva jefa de la protagonista  sea ahora Carolyn Marsten ( interpretada por Fiona Shaw) ayuda a que Eve se sienta más a sus anchas con ella, aparte de que ciertas cosas que dice la ex tía Petunia de Harry Potter suenan mejor viniendo de la boca de una mujer.

Lo que no acaba de convencerme son los motivos para cambiarle de sexo a los personajes. Todos nacen de la traicionera paridad. No se podía tener tantos hombres alrededor de Eve, y menos mostrarla como apoyándose en la compañía masculina. Si Elena y Marsten hubiesen sido varones, Eve sería la única mujer en el equipo, eso no es feminista (y quita empleo a actrices necesitadas de trabajo). Además era innecesario puesto que Eve ya tenía un equipo de apoyo masculino  compuesto por su marido Niko   y por Dom, el traductor.

Pero a Dom se lo quitaron en el primer episodio, después de acusar a Eve de poner en peligro a un menor. Para colmo,  el otro apoyo masculino de Eve, su gran amigo y jefe degradado-a-empleado, Bill (David Haig) , fue asesinado por Villanelle en el tercer episodio. Y en el cuarto, Eve transida de dolor por la muerte de Bill, finalmente azota en la cara a Niko con su desprecio por él y por su amor que la sofoca porque no puede corresponderle.

Si tuviéramos  un show basado en una novela donde los personajes canónicamente son mujeres y les cambiáramos el sexo, y luego fuéramos matando a otros personajes femeninos la acusaríamos inmediatamente de misoginia¿ o no? Villanelle solo ha matado a cuatro mujeres, comparado con sus nueve victimas masculinas. De las asesinadas,  dos fueron por encargo, otra murió por interponerse en su camino (la enfermera de una de las victima) y pensándolo bien, el asesinato de Nadya(Olivia Ross)  también correspondió a sacar del camino un estorbo, porque ella esperaba de Villanelle el mismo tipo de amor que Eve es incapaz de darle a su pareja.

El asesinato de Bill fue doloroso e inesperado, a pesar de que el capítulo estuvo salpicado de alusiones encaminadas al desenlace fatal—“Papito se va a morir” le canturrea Bill a su bebita antes de partir a  Berlín a su cita con la Muerte. Desde el momento en que Eve le dice con cierta petulancia a  Carolyn que su admiración por los métodos de Villanelle la hacen ser insensible a las muertes que esta provoca, (“mientras no me mate a mí, francamente no es de mi incumbencia”)   que estábamos esperando que el asesinato de alguien cercano hiciese que a la espía le importase la brutalidad de su contrincante. Aunque solo por eso fuese necesaria la muerte de Bill, hubiese preferido que mataran a otra persona, incluso a Niko (aunque estoy casi 80% segura que lo van a matar muy pronto).

Hasta la muerte de Bill, Villanelle había matado (conscientemente) a villanos. Matar a Bill fue empeorar un mundo donde los hombres buenos no abundan. Pero son los hombres buenos los que son prescindibles en esta historia. Para tratar de centrar a Villanelle, Konstantin (Kim Bodnia)  le aconseja que haga algo “normal”.  Eso significa para la asesina tener novio, salir con él a pasear por París, compartir helados, contarle de sus problemas em su trabajo ficticio.

Villanelle acaba de matar un hombre en Bulgaria quien antes de ser ultimado le puso un ojo en tinta a su agresora. La sicaria llega a su edificio parisino y se encuentra al vecino buscando el control remoto en la basura (ya con eso se me hizo simpático ). “¡Madre de D-s ¡”exclama Sebastián (que es español) apenas ve el ojo en compota  de su vecina. No puede creer que alguien pueda golpear a alguien tan linda y delicada.

Al rato, golpean a la puerta del departamento de Villanelle. Es Sebastián con una botella de solución de árnica, que es muy buena para los moretones. La sicaria le echa una mirada, lo ve guapetón, y le pregunta qué planea hacer esa tarde. La respuesta es encantadora,  “planeo deshacer los planes que ya tenía”. Así comienza un romance.

Sebastián es atento, paciente, comprensivo. Cuando hacen el amor no solo le permite estar arriba sino que se preocupa de que las movidas frenéticas de Villanelle puedan hacerlo acabar antes de darle un orgasmo. Villanelle abre más que nunca sus ojos reptilicos y le anuncia que ya ha llegado al clímax. Mi única queja de Sebastián es que no sepa reconocer los detalles físicos de una mujer que acaba de tener un orgasmo. Como ya sabemos,  Villanelle solo experimenta placer sexual cuando mata a alguien

Sebastián se siente protector de quien cree es víctima de un golpeador. Cuando encuentra a Villanelle discutiendo con Konstantin, se encacha como gallito y eso que el ruso podría matarlo con dos dedos. “Nunca te haré daño “le asegura a Villanelle. Me da lastima que las recappers se rían de este personaje, que se burlen de su caballerosidad y actitud protectora. No entiendo por qué es cómico  que un hombre muestre compasión por una mujer golpeada o quiera satisfacerla sexualmente o le importe que la  jefa no la trate bien. El pobre Sebastián solo consiguió la burla de los críticos que le desearon la muerte. Esta le llegó tras oler un perfume envenenado con el que Villanelle había acabado con una víctima.

Ya tenemos dos hombres buenos muertos en el show y todavía falta hablar de Niko Polastri, que para todos los efectos es el gran perdederor en este cuento de mujeres que parece que no aman a los hombres, especialmente si son buenos. Cuando no está enseñando matemáticas o jugando bridge con sus amigos, Niko  le está cocinando a su esposa(hasta le prepara la colación que la muy ingrata le regala a Bill), consolándola por sus pesadillas, perdonándola que no quiera hacer el amor,  y escuchando todos los disparates que Eve quiera contar o sobre sus teorías criminológicas o el modo en que le gustaría matar a Niko (asfixiarlo, hacerlo picadillo, llevarlo en una caja a un restaurant y despacharlo vía inodoro público).

Antes de que Marsten reclutara a Eve, ya Niko le reconocía su talento (“deberías ser espía”). Fue refrescante que Eve confiara en su marido sobre su nuevo empleo. Me temía otra racha incomoda de lo que consumí en “The Bletchey Circle”cuando Susan (Anna Maxwell Smith) le ocultaba a su marido (cariñoso y comprensivo para la época) no solo su pasado  de decodificadora en el Servicio Secreto y su presente de detective amateur, pero también que el criminal que perseguía ponía en peligro la vida de Timothy  y de sus hijos. Cada vez que recuerdo a Susan  cuando Timothy  exigía una explicación, poniendo cara de estreñida y sonriéndole a la pared,  me nace el fastidio por Maxwell Martin.

Ni Niko exige explicaciones ni Eve lo ofende negándoselas, pero (y esto lo entiendo)  les baja el color a los riesgos de su trabajo y le oculta la existencia de Villanelle. Después del funeral de Bill, y de prepararle un estofado a su señora, Niko la enfrenta gentil como siempre. Él sabe que Bill no murió asaltado en un callejón berlinés; sabe que lo que hace Eve es peligroso; teme por ella; pero también sabe que para Eve ese trabajo lo es todo.

Eve toma una actitud agresiva. Le dice que entiende que para Niko ella lo sea todo, pero que eso significa que él es tan poquita cosa que solo la tiene a ella. La devoción masculina que una vez fue fantasía femenina y motivo de alegría para una mujer, ahora es causa de rechazo. Para Eve,  el amor de su marido solo es señal de fracaso de Niko,  Ella en cambio se ha encontrado este mundo excitante que le permite acercarse a una mujer tan sexi que mata por placer. Discúlpenme, pero esto es aberrante. Yo que Niko le hubiera dicho,” tu eres mi todo, tal como tu trabajo se ha vuelto tu todo, somos un par de losers”.

Eve no le cuenta su marido sobre Villanelle, ni siquiera cuando descubre que la asesina sabe donde viven. Solamente le grita que se largue. Esto es lo bueno de ver series contemporáneas, aprendes a reconocer   clichés. Como acabo de ver “McMafia ”sé que este es el hábito de los hombres cuando creen a sus parejas en peligro. En vez de tratarlos como seres pensantes, les buscan  gresca y luego los corren de la casa. Eso hizo Alex con Rebecca con trágicos resultados.

Sin embargo, Eve no se molesta en avisarle a Niko que él está ahora en la zona de riesgo. Cuando Kenny,  el Hacker le recuerda ese hecho, Eve responde petulante que no pudo evitarlo, su dirección estaba en la maleta robada. Hay algo que no entiendo en Eve, normalmente una mujer querendona y compasiva. No le importa correr riesgos, pero también arrastra a los demás a compartir el peligro. No aprendió de lo que pudo ocurrirle a Dom la noche en que Villanelle perpetró la masacre del hospital. 

Se supone que está destrozada por haber obligado a Bill a hacer un viaje que acabó con él en el cementerio. Y aun así , no se molesta en contarle al marido que una asesina los acecha, luego arrastra a Elena a  una búsqueda por Frank, que ya saben es un truhan al servicio de los jefes de Villanelle.
Kaytl Burt en Den of Geek  alaba la decisión de Waller-Bridges de masculinizar a Eve porque a  los héroes no les importa en cuantos líos meten a los seres cercanos. Primero, que tal acusación es debatible. Segundo, ¿en qué mejora Eve como personaje el que adopte roles masculinos negativos? 

En este otro artículo   para Den of Geek  , y hablando de la relación Niko-Eve, Burt comenta que la agente actúa como todos los proveedores económicos con sus parejas. No sé si Eve es la breadwinner en esa casa, cuando la despidieron, no se habló en su hogar de que su sueldo fuera necesario.

 Tampoco Niko es Mr. Mom tiempo completo. Un maestro tiene un horario bastante ocupado, y este todavía se las arregla para jugar bridge con sus amigos y para limpiar la casa y cocinarle a la esposa. Es el rey del multitasking, y aun así Eve lo menosprecia y lo trata como si fuera totalmente dispensable. En lo que si estoy de acuerdo es que Niko es quien lucha por esa relación y quien da y da (parafraseando a San Pablo)  “hasta que duele” y Eve es la que recibe todo. A ver quien va a cocinarle cuando maten a al Profesor Polastri.

Se le agradece al show que mientras Eve pone caras de exasperación ante las atenciones del marido (cuyo gran defecto es que no le da el gusto a la pareja de descargar su ira en el) tienen a Villanelle castigada por sus superiores y a merced de Mr. Macho.  Diego, el peor sicario de la historia,  nos recuerda los méritos de hombres como Bill, Sebastián y Niko. ¿De qué vale un show feminista que repudia a hombres admirables como pareja?  Y si vamos por Villanelle, no solo es la pareja menos recomendable, sino que además demuestra una acertada misoginia, sobre todo hacia el tipo de mujer que el movimiento feminista moderno rechaza.

La serie comienza con Villanelle en una heladería en Viena. La asesina alza los ojos de su copa de helado y se encuentra con una niñita que la observa.  Conozco esa mirada. A los nueve años yo también me comía con los ojos a mujeres mayores,  sofisticadas y atractivas, soñando con ser como ellas. Villanelle hace contacto visual con su admiradora. Avergonzada,  la niña desvía la mirada y la fija en el heladero. Es un joven feo, granujiento con dientes chuecos, pero le sonríe. La niña le devuelve la sonrisa.

 Es un intercambio inocente, no se trata de un juego pedófilo. Al hombre le gustan las mujeres como Villanelle. Esta lo ignora y le sonríe a la niña. Contenta de tener la aprobación de su ídolo la pequeña le sonríe. Villanelle se levanta, paga por su helado, se acerca a su pequeña fan …y le lanza el helado en el vestido.

Este gesto agresivo de la villana se convierte en una lección del faux feminismo actual. Primero, la escena refleja los celos posesivos de Villanelle. No soporta que sus hinchas, amantes y amantes potenciales se interesen en otros. Tal como mata a Diego que la separa de Nadya, y a Bill que es querido por Eve, castiga a la niñita que se atreve a sonreírle a un feo cuando tiene delante a la narcisista sicaria.

También Villanelle castiga a la niña por,  a tan corta edad, comenzar a interesarse en un hombre que ya debería ver como un enemigo. Finalmente,  Villanelle expresa su fastidio por las criaturas y confirma que no sufre de sentimientos maternales. A lo largo de cuatro capítulos hemos visto a Villanelle agredir a una niña, usar un niñito para matar al abuelo,  y amenazar a la hijita de Konstantin. Si pensamos que el faux feminismo repudia la maternidad y la creencia de que las mujeres tenemos/debemos poseer sentimientos maternales, entonces Villanelle es feminista (o la versión Fake).

Pasemos a otro grupo que tanto el feminismo como Villanelle desprecian: mujeres de la Tercera Edad. Al llegar a su apartamento en Paris, Villanelle descubre que no puede subir porque la encargada de la limpieza está bajando la escalera con sendas bolsas de basura en cada mano. Además de bloquear el paso, la mujeranciana, cansada con los pies hinchadoses muy lenta. La impaciente sicaria comienza a azuzarla de manera burlona como si se dirigiera a un perro:  “Allez Allez, vite!” En ningún momento ofrece ayudarla, ni siquiera cuando la anciana pasa por su lado y logra abrir la puerta con esfuerzo. Ahí la burlona Villanelle le pregunta si necesita ayuda y recibe una merecida grosería por respuesta.

Lo extraño es que unos minutos antes, en el vagón del metro, Villanelle le ha recogido un papel que se le ha caído a un hombre joven que obviamente puede recogerlo solito. La falta de cortesía y compasión de Villanelle nace de su desprecio por la mujer de la limpieza por la vejez,  debilidad, tal vez la fealdad de esta. Para alguien para quien la vida humana  vale hongo, quizás preferiría deshacerse de todos los viejos inútiles. La desestima por la vejez es una característica de la progresía moderna , y el feminismo no está exento de esa actitud de desdén por lo decrépito y lo arcaico aunque esto vaya encerrado en un cuerpo humano.

Y si hablamos de mujeres caducas también debemos hablar de una reacción contraria a las feministas de antaño. Ya se ha notado en las MeToo un desaire y oposición a las ideas presentadas por generaciones anteriores de feministas. A pesar de que iconos como Gloria Steinem pretendan abrazar a esta nueva ola, lo común es la desaprobación para un grupo que se cree traicionó las ideas bases del movimiento (cierto) y que nunca lograron nada (falso).  En la serie vemos como Villanelle goza matando a una famosa perfumista que también ha sido bastión del feminismo.

Curiosamente,  fue el único asesinato que me ha provocado cierto interés. Konstantin, preocupado por el estado de ánimo de la asesina, quiere quitarle el contrato de las manos, pero Villanelle hace los pucheros de costumbre: ‘tiene asma y tu sabes que me encanta verlos ahogándose”. Creo que todos los que sufrimos de enfermedades respiratorias, quisimos en ese momento romperle los dientes a la burlona con un bate de beisbol.

El crimen ocurre en un elegante hotel parisino donde se homenajea a la víctima. La presentan como Madame de Mann, dueña de un emporio de cosméticos, una mujer que ha luchado por los derechos y los avances de su género, La mujer elegantísima apenas sonríe, se ve fría, aburrida y está rodeada de un cinturón de seguridad. ¿Por qué habría de tener enemigos? Villanelle, que va disfrazada de camarera,  logra acercársele a su presa en el baño. Su excusa al guardia es fantástica,  “Madame, necesita un tampón”. 

A solas , Villanelle pone en acción su mejor acto de fangirl. Desde jovencita ha admirado a Madame de Mann. Su ídolo la ha empujado a la fabricación de aromas. Solo quiere que huela su producto. Aunque es obvio que se siente complacida por la admiración,  la perfumista adopta una actitud despectiva y condescendiente y tras cien remilgos acepta oler el perfume.  “Me huele a nada” dice arrogantemente y son sus ultimas palabras. 

Villanelle observa arrobada la larga agonía (creo que es un cuarto de hora lo que debe durar un fallo respiratorio para ser fatal) . Así observa la muerte de quien ha utilizado el feminismo para beneficio propio y que ahora se esmera en crear una barrera que la separe de quienes en su día,  juró proteger y dijo representar.

Nos queda claro entonces que al margen de su participación en el argumento, Villanelle encarna a un medio neutralizador de los obstáculos o enemigos que el feminismo radical enfrenta hoy en día: hombres protectores, niñas precoces en su interés por el sexo opuesto; feministas traidoras,  y ancianas inútiles. Para ser honestos, Villanelle no mata viejas, ni niños (mientras no la molesten), pero si es cierto que le gusta matar mujeres incluso las que se enamoran en ella. En el cuarto capitulo la desobediente Villanelle termina siendo la ultima carreta de un carro tirado por Diego (del que ya hablé) y su novia Nadya, que resulta ser ex amante de nuestra villana.

A juzgar por los golpes y recriminaciones que Nadya propina a Villanelle no fue una buena relación. Pero tampoco lo es ser pareja del machista Diego. Villanelle convence a Nadya que ella merece algo mejor que Diego. Nadya lo mata, confiesa que su relación era degradante y se prepara para ser eternamente feliz junto a Villanelle que la recompensa, pasándole encima con su carro hasta matarla. En el mundo de la psicópata solo cabe una persona. Por eso temo que sucederá si Phoebe Waller decide llevar a Eve a los brazos de Villanelle. Digamos que la sicaria les da un mal nombre a las relaciones lésbicas.

A partir del segundo capítulo, ya Inkoo Kang  en Vulture expresaba las interrogantes y expectativas de muchos espectadores. Se refería al show, como “ un poco misantrópico”, decía que Eve no le caía tan bien por expresar poca preocupación por la vida humana,  y esperaba que la serie pronto le diera alguna dimensión a la sociopatía de Villanelle. Dos episodios más tarde, sus expectativas están en el tiesto de la basura.

En mi entrada anterior hablé del modo objecionable de vender la serie . De la falsedad de decir que solo en la Era de MeToo se podía dar algo como “Killing Eve”. Si “Killing Eve” realmente representa al MeToo entonces le da una pésima imagen al movimiento con este elogio a la irresponsabilidad femenina y al comportamiento hostil de las mujeres. Parecería que las mituteras fueran amargadas antisociales que odian al genero humano. ¿Lo son?


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