Preferí combinar
dos episodios en mi reseña de la Tercera Temporada de “the Crown”. Ni “Margaretology”
ni “Aberfan” me gustaron y como las quejas sobre ambos capítulos surgen de la
misma fuente, voy a hablar de eso primero.
Vale aclarar para
quien crea lo contrario que “The Crown” no es un homenaje a la Corona, que
Isabel II no es la heroína. Peter Morgan es antimonárquico, una postura
legítima, pero detesta a su soberana por razones personales que nada tienen que
ver con ella sino con la relación traumática de Morgan con su madre y exesposa
que lo han llevado a cierta misoginia.
Si a veces toma
el partido de alguna mujer es porque así puede dejar mal a Isabel. Tal como le
tuvo cariño a Felipe en su primera temporada, al Duque de Windsor y ahora al Príncipe
Carlos. No es que tenga algo en contra de la realeza, su mira está puesta en
las mujeres que forman parte de ella. De hecho, ¿qué mujeres en la serie
parecen ser queridas por quienes la producen? No he visto a ninguna.
La Reina Isabel
ha tenido un glorioso reinado, con muchos momentos a favor de ella. Morgan ha
elegido enfocarse en los fracasos, e incluso inventarle situaciones que la
dejan como un personaje mezquino y, en “Margaretology”, como una mujer
envidiosa. Es verdad que Margarita e Isabel tuvieron un momento difícil de su
relación, pero esto se superó tras el matrimonio de la hermana de la reina.
Es cierto también
que cuando joven, Margarita fue la favorita del publico mundial con su truncada
historia de amor, pero ya para los 60 la princesa estaba cosechando una
reputación de alocada y más maleducada que su cuñado lo que es ya decir. No
creo que Isabel haya sentido nunca celos de su hermana, aunque es posible que
haya deseado llevar esa vida más libre y sin tantas responsabilidades.
En cuanto al
cuentito ese que, desde niña, Margarita quiso se reina, creo que desde la
coronación de Isabel debe haber lanzado un suspiro de alivio al ver como su
hermana debía hacer a un lado sus necesidades de mujer, madre y esposa para
dedicarse de lleno a sus tareas. De lo único que sirvió esa falsedad fue que
nos permitió ver de nuevo a Sir Alan Lascelles. ¡Ohhh como se le extrañaba!
“Margaretology”
es efectivamente como se apodaba a los fans que la princesa cosechó en su época
de romance con Peter Townsend. En 1965, Margarita hizo su primer viaje a
Estados Unidos. El viaje era por motivos personales. Tal como nos cuenta el
episodio, Margarita iba reunirse con su gran amiga Sharman Douglas y el tour
acabaría en Nueva York donde Lord Snowdon iba a publicar su primer libro de fotografías:
Prívate View.
El episodio nos
cuenta lo que ya vimos en el primer capítulo, Los Snowdon se llevan mal. Después
de que su mujer se convierte en el alma de una fiesta en Los Ángeles, Tony la regaña
y ella lo acusa de envidiarla. Pobre Morgan, cree que todos los conflictos
humanos surgen a causa de celos o envidias. Bueno, él les tenía celos a sus
propios hijos.
Hay un problema
internacional entre el gobierno inglés y la administración de Lyndon B. Johnson. La reina se ve obligada a suplicar,
luego ordenarle, a su hermana que asista a una cena en la Casa Blanca para
arreglar las cosas. Margaret lo consigue a) insultando la memoria del difunto
presidente Kennedy b) haciendo una competencia con Johnson de limericks
(poemas cochinos), c) cantando con el mandatario un tema de Annie Get Your
Gun y hasta besándolo en los labios. Su triunfo es tal que, al regresar a
casa, exige que le den más oportunidades de representar a la Corona y se lo
niegan porque como dice Felipe, “Margarita es peligrosa”.
¿Cuánto de esto
es verdad? En 1995, Margarita y su
marido, el Conde de Snowdon, partieron a USA en viaje personal, por los motivos
que nos cuenta la serie. El matrimonio iba mal, pero debido a que Margarita tenía
harto a su marido. Se había vuelto posesiva y él le era abiertamente infiel.
En Los Ángeles, Los
Douglas ofrecieron una cena en honor de Los Snowdon para presentarlos con la “realeza”
de Hollywood. No todos estaban encantados. Los Taylor-Burton se fueron
indignados cuando descubrieron que, en vez de sentarlos con la princesa, los
habían puesto cerca de la cocina. Judy Garland se ofendió cuando Margarita exigió
que cantara “Over the Rainbow”, y Margarita se ofendió cuando la mujer de Steve
McQueen quiso usar el baño estando la princesa adentro.
Al saberla en el
país, la Casa Blanca les extendió a Los Snowdon una invitación para cena y
baile. Todo fue dentro del protocolo. Por las fotos vemos a Margarita con un
discreto vestido rosa, bailando con el presidente, pero no hubo chistes
obscenos, ni canciones ni besos. Y ciertamente no hubo ofensas a la memoria de un
presidente asesinado. Sobre todo, porque Joan Kennedy estaba en la mesa y esa
tarde había tomado té con Margarita. Lo único cierto es que Johnson la pasó
bien y le cayó bien la princesa.
La razón por la
cual no se le dio más tareas parecidas a Margarita fue porque en el tour se gastaron
350.000 libras esterlinas de las de hoy en día. Esto horrorizó al frugal
gobierno de Harold Wilson. La Princesa viajó con un equipaje de 50 maletas y un
cortejo de ocho empleados, incluyendo su propio estilista. Algo impensado hoy
en día. En USA exigió que la llevasen a todos lados en Rolls Royce. A Margarita
le gustaba vivir como reina, pero sin ninguna de las obligaciones de su
hermana.
El capítulo me
deja una duda. En comparación con Margarita como la más atractiva, sexy,
divertida, Isabel II pierde, pero ¿es necesario que una reina sea despampanante
y glamorosa? Las reinas que lo fueron …mmmm,
acabaron asesinaditas.
Aberfan The
Crown 3x03
Para la tercera entrega
de la Tercera Temporada, Morgan eligió encarar la catástrofe ocurrida en el
pueblo gales de Aberfan en 1966. Hipócritamente, el creador de “The Crown” ha
dicho que era importante recrear esa gran tragedia y ver que rol jugó la
monarquía en ella. En realidad, solo ha utilizado lo ocurrido para otro de sus
embustes.
En noviembre de
1966, una avalancha en el pueblo minero de Aberfan sepultó a la escuela Pantglas
matando a 144 personas, 116 de ellas niños en edad escolar. Tras la tragedia,
hubo semanas en que se intentó rescatar a los enterrados y en último caso, sus
cadáveres. Tony Armstrong-Jones, de origen gales y portador de un título gales,
partió, cargando solo su cámara y una mochila, para fotografiar las tareas de
rescate y compartir el dolor de su gente, Eso le acarrearía, aun tras su
divorcio de la princesa Margarita, gran popularidad en la región.
La reina envió a
su esposo. Tanto Felipe como Tony Armstrong-Jones quedaron petrificados ante la
magnitud del suceso y el sufrimiento de la aldea. Nueve días de ocurrida la
avalancha, Su Majestad se presentó en Aberfan siendo recibida con muestras de
cariño. Es una de las pocas veces en que se ha visto a la soberana llorando en público.
A pesar de eso,
Isabel siempre se arrepintió de no a haber acudido antes a compartir el luto de
su gente. Su razón fue que no quería llegar a interrumpir con su presencia las
labores de rescate, no creía que fuese útil a nadie y temía ser un estorbo. En
luz al comportamiento de cierta mandataria chilena durante una tragedia similar
en Chiguayante donde su cortejo de camarógrafos si estorbó las labores de
rescate (ni hablar del terremoto de Aysén), sin duda que la reina tenía razón.
En el 2015 se hizo
un documental sobre la catástrofe y se entrevistó a los habitantes de Aberfan.
Cuando se les preguntó si les había molestado la demora de su reina en llegar
hasta ellos, unánimemente respondieron que no. Algunos ni se dieron cuenta que
había llegado tarde. Tan caótica fue la situación en los primeros días que
reafirman la opinión de Isabel de que su aparición temprana hubiese provocado
problemas. Otros recordaban conmovidos la llegada de la reina, chapoteando en
el lodo y sus lágrimas, diciendo que la habían sentido muy cercana a ellos.
¿Pero que hace Morgan?
Nos cuenta que la reina, en un acto de total falta de empatía con sus súbditos,
se niega a viajar a Gales. Que se muestra terca aun ante el consejo de
ministros. Ni siquiera cuando su marido y su hermana le relatan los horrores
vistos se conmueve. Como leo en recaps y en comentarios, Isabel II ha quedado
como un monstruo. Finalmente se confiesa con Harold Wilson. Ella sufre de un
problemita. No puede llorar. ¡Buahhhh!
Isabel segunda tiene el lagrimal atrofiado. ¿Alguien había oído semejante burrada?
Sucede que hay
reclamos en contra del primer ministro, se acusa al gobierno de haber
propiciado la tragedia. La asistente de Wilson para evitarle problemas al patrón
hace notar la ausencia de la soberana. Los consejeros se reúnen y poco menos
que de una patada avientan a Isabel a Aberfan.
Ahí me doy cuenta
de que la gran diferencia entre Olivia Coleman y Claire Foy. La primera tiene
un rostro duro. Cuando quiere verse triste se ve molesta con esos carrillos
inflados y esa mirada desconcertada. Ahora llega a Gales con rostro de fiera.
Para evitar que noten su incomodidad finge llorar. Mas tarde dirá que sus ojos
estaban “secos como un hueso”. Al final del capítulo derrama un lagrimón que debería
ser conservado en frasquito junto a las joyas de la Corona.
Es humillante ver
a la monarca relatando como ella se percibe “deficiente”” o como “que le falta algo”
como si confesara que es frígida o autista. En una entrevista con The Guardian, Morgan dice
condescendientemente que entiende que Isabel sea reprimida emocionalmente (emotionally
reticent), pero que percibe en ella
una falla congénita ( was born with something missing), Tanto, él como
el pasquín, son culpables de propagar una calumnia cuya falsedad es fácil de
comprobar.
Jeff Edwards fue el último niño en ser rescatado con vida de
debajo de las ruinas de su escuela. A pesar de solo haber tenido ocho años
recuerda la visita de su reina y calificó la descripción de Isabel en la serie
como “callous” (cruel). El no se creyó el cuento de las lágrimas fingidas:
“Sabemos que lloró porque fue a la casa de Jeff Williams— y cuando regresó del
cementerio, era visible que lloraba”.
Fueron a
preguntarle a Joe Haines, quien fuese secretario de prensa de Harold Wilson en
el ’66, y él dijo que todo lo del capítulo eran “tonterías” (absolute nonsense).
Si hasta hay fotos de Isabel llorando públicamente en ocasiones que la
conmueven como las visitas al Cenotafio durante conmemoraciones por los caídos
en la Segunda Guerra Mundial.
Se sabe que la
reina es llorona, que ha derramado lagrimitas desde que su caballo perdiera una
carrera hasta viendo “Las Crónicas de Narnia”.
Sus ministros contaron en sus memorias que en esos años en que hubo
crisis en su matrimonio se la vio llorar a menudo. La princesa Margarita relató
que después de una discusión con Lady Thatcher, su hermana rompió en llanto. El
colmo es que en la misma “The Crown” la hemos visto llorando. ¿Recuerdan cuando
murió su padre? ¿Cómo explica eso Peter
Morgan?
Lo que ocurre es
que (y lo ha dicho) Morgan ha querido comparar lo ocurrido con Aberfan con el enclaustramiento
de Isabel tras la muerte de la Princesa Diana. En esa ocasión, el pueblo si
estaba indignado, porque el que su soberana no compartiera su luto demostraba
que no había perdonado a su nuera (lo que es cierto). Si Morgan es incapaz de
notar las diferencias entre ambos sucesos, entonces el que sufre de atrofia
emocional es él.
Y aquí surge era
interrogante. ¿Debe una mujer poderosa, una gobernanta, una líder, llorar en público?
No recuerdo fotos de Angela Merkel, Hilary Clinton, la Señora K, o la Doctora
Bachelet haciendo pucheros o gimoteando públicamente. Enojadas si, llorando no.
Pero si hasta Jackie Kennedy exigió un velo tupido para el funeral de su marido
para que no la viesen llorar. Las
lágrimas femeninas irritan. Se las considera muestra de debilidad.
No era necesario
que Isabel llorase en público, tampoco es cierto (en la serie) que fuese
incapaz de emociones puesto que la hemos visto furiosa, riéndose, triste,
incluso expresando ternura. Todas estas exageraciones surgen solo de un
capítulo muy controversial precisamente porque no se entiende que se le critica
ni de dónde saca Morgan estos parámetros para medir los méritos de una reina o
de un ser humano.
La ironía es que
la catástrofe de Aberfan no fue natural. Se debió a fallas en la Compañía Nacional
de Carbón. Hasta hoy nadie se ha querellado contra la National Coal Board ni se
la sancionó en su momento. ¿No hubiese sido esta una buena oportunidad para
hacer público este descuido? No, para Morgan más importante es calumniar a la
reina.
Uf... el episodio de Aberfan me pareció una estupidez. No sabía mucho de la historia del accidente, pero Morgan ni la misma continuidad de su serie respeta. Como mencionaste, Isabel llora 2 veces a su padre: cuando recibe la noticia y cuando va a ver su cuerpo. Y justamente Morgan parece omitirlo adrede, porque más memorable fue el momento en que muere Jorge VI y todo lo que implicaba en Isabel, que la muerte de la abuela, cómo se iba a olvidar?
ResponderEliminarBueno... qué decir que Margarita, al menos viendo la serie la mayor parte del tiempo cuando la ponen en evidencia como la malcriada que es me regocijo, sin dejar de sentir lástima por ella como mujer a ratos, pero luego viene Tony a Aberfan con sincera preocupación por la gente o esa escena en la que toma tecito con Isabel y le lleva regalos me da re ternura el personaje, entonces pienso que cualquiera se escaparía de Margarita así...
La verdad sobre las causas del accidente me quedé re mal. Al final nadie pagó los platos rotos de un error humano y aunque Morgan lo cuenta como algo anecdótico para resaltar la "frialdad" de la reina, si uno lo piensa un poco más es muy injusto. Bueno... ahí vemos como no es cosa de laboristas o conservadores, sino los intereses que tienen en común. Se parece demasiado a lo de Chile con la Concertación y la Derecha respecto a las zonas de sacrificios, AFP's y cuántas cosas más...
No soy monárquica, pero siento curiosidad por esta gente que para mí son como animales enjaulados, entonces viene Morgan que en lugar de aclararme dudas le hecha más aceite al agua. En fin... con lo que sabemos de su vida, la cuarta temporada será Carlos/Morgancito vs. EL MUNDO (sí, ya se ve que se refleja en Carlos).
Morgan no solo es Weiss&Benioff metiéndonos el “dedo” en el ojo y burlándose de nuestra inteligencia 9(memoria), además tiene cara de raja! Va a un diario reconocido y públicamente anuncia que la reina es un robot incapaz de llorar. Yo creo que quiere torear a Isabel, quiere conseguir que ella lo rete en público y así hacerlo sentir importante.
EliminarUna cosa que es verdad, y recuerdo de las revistas, la Familia Real adoraba a Tony y siempre se ponían de su parte. Morgan nos lo muestra dotado de conciencia social se sabe que era buen fotógrafo y un gran filántropo. Tony era mujeriego (y bisexual) tuvo hijos por todos lados. No se puede esperar que le fuese fiel a Margarita que además nunca hizo feliz a ningún hombre. Hay (habemos) mujeres así.
¿Cuantos Aberfan no han ocurrido en el mundo, y en nuestro país, sobre todo? y al final se barren las causas bajo las alfombras. Yo si soy monárquica y veo que con todas sus fallas que la Familia Real británica es la única que se mantiene firme gracias a sus reglas. Parece que las relajan, pero no es cierto. Como le digo a la gente que tal si Harry hubiese traído una princesa realmente africana, no una californiana de piel clara. O si se hubiera enamorado de alguna princesa japonesa de pedigrí mas antiguo que los Windsor, ahí sí que hubiéramos tenido crisis.
Pero tu miras las familias reales del resto de Europa son apagaditas, menos la española que si de tan moderna ha sido la más escandalosa.
Con Morgan, capaz que se ponga del lado de Diana y le tome odio a Carlos.
Como mencionaste que Morgan le tiene bronca a las mujeres y más si son de nobleza o aristócratas, no creo tanto que se ponga del lado de Diana. Se me hace que va a tratar de proyectarse en Carlos y las temporadas que vienen nos va a contar su vida, je. No es por nada, nosotras acá vemos la serie, pero veo que fuera del mundo anglófono no hace mucho ruido, apenas he visto reseñas, solo de revistas que se dedican a la farándula real y dudo un poco que le esté yendo bien a la serie en vistas también en el hemisferio norte, así que se me hace que está tirando mierda a todos lados a ver si con eso hace ruido, y cuando venga Diana ahí sí que va a haber ruido.
EliminarDiana tenía sus falencias, algunas comparables con Margarita y no sería extraño que se enfoque en ellas para hacer de Carlos su héroe personal.
PD: No quiero dar más detalles, pero en los últimos epis aparece Camilla y estuve leyendo que Morgan en la nueva temporada va a insistir con que Diana era realmente "la otra".
EliminarGracias por hacerme pensar en lo que no se me había ocurrido. Como es Netflix nunca me fijaba en como se miden los ratings. A los críticos les ha gustado esta temporada (con excepción de GQ y el MarySue donde se quejan da la falta de historicidad) La audiencia se queja que esta fome y es cierto. Anoche vi de nuevo ese episodio de la primera temporada donde están todos los ministros enfermos y Elizabeth quiere aprender lo que no estudio de chica. Un tema tan simple, tan banal y aun así un episodio de lujo: la ropa, las actuaciones, la moraleja y no sientes ese fastidio que le ha venido a Morgan en los últimos años por la reina.
EliminarCon Diana yo tengo un problema personal. La adore en su día, la odié antes y después del divorcio, hasta desee su muerte. Recién estoy perdonándola. Pero ella no fue la otra. cuanto más leo veo que efectivamente Camilla fue el gran amor de Carlos, pero no el de ella. La misma serie habla de la dependencia de camilla de Andrew Parker-Bowles. Ella quería casarse con él. Fue cuando ya su matrimonio fracasó y volvió con Carlos que creo (quiero creerlo) llegó a quererlo
Desde FB
ResponderEliminarRay Badilla Muy buen análisis. Morgan es abiertamente antimonárquico y cada día lo es más. Su abuela la muy seria y recta reina Mary le enseñó desde muy pequeña a mantener un control férreo de sus emociones, una actitud correcta ante el público y cumplir al pie de la letra el rígido protocolo británico. A mi me encanta Margaret, fue una princesa preciosa, muy vivaracha, inquieta y traviesa y amaba la vida bohemia. No tiene que ser fácil crecer al lado de alguien como Lilibet, Queen Mum y Queen Mary, siempre tan perfectas, recatadas, profesionales. Por lo que he leído en diversas biografías, Margaret siempre le fue fiel a su hermana mayor hasta su muerte y la quería mucho. Sus hijos Sarah y David aún mantienen un trato muy cercano con su tía.
María Elena Venant Ray Badilla Desde que se separó de la Princesa Lila, Morgan es muy anti-aristocracia y anti-realeza. Aun así, dice que Carlos será un buen rey. Mas allá de la nobleza, no esta bien visto que se llore en público. mis padres no soportaban verme llorar, mi Ma me caía golpes, la exasperaban mis lagrimas publicas y mi pa que me consentía, igual yo derramaba una lágrima delante de la gente y era una orden “A llorar a la plaza!” y me hacía retirarme. La reina ha llorado en público, lo que pasa es que no le dan pataletas como las de Greta. Pero fíjate, cuando Theresa May lloró en publico tras su renuncia, The Guardian y otros periódicos liberales la hicieron pedazos. Y eso ahora en esta década.
EliminarThe Crown me jodió mi impresión de Margarita. Tengo que recordar que sus hijos la adoraron, que fue un poco mamá de Carlos y Ana, que en su vejez estuvo super unida su madre y hermana. Pero Morgan nos dice burradas “margarita quería ser reina” La reina le tenía envidia a su hermana”. “Margarita hubiese sido mejor reina” Morgan realmente se burla de nuestra inteligencia.