Aunque tenga
lugar en una humilde posada de pueblo, “Hotel Almirante” es un respetable
representante de un tipo de serie de época que ha capturado la imaginación
popular desde el cine de Hollywood hasta la exitosa producción española que Bambú
nos trajera hace unos años. Pero también este relato de secretos familiares y
misterioso suicidio es un ejemplo de la ficción gallega televisiva actual.
Parte del
separatismo en España, ha sido la creación de cine y televisión autóctonos.
Galicia no ha sido la excepción. Sus series han ganado mucho público desde el
éxito de “Fariña”, la saga del narcotráfico. Netflix se ha puesto en la fila de
productores interesados en filmar en tierras gallegas y así en pandemia pudimos
ver series de suspenso como “El desorden que dejas” y la noir gallega “El sabor
de las margaritas”.
Para los efectos
de este blog son las series de época las importantes y de eso hay poco. Solo
podemos contar en términos de cine, a la insólita “Lobos Sucios” que combina el
realismo mágico celta con un escenario de la guerra mundial que abarca
prisioneros republicanos, nazis en pos del wolframio, y rescatistas gallegas
(inspiradas en la epopeya real de las hermanas Bouza que ayudaron a cientos de
judíos a cruzar hasta Portugal). Si les interesa, está gratis en el sitio de
RTVE y en Tubi.
De series solo
tenemos “Dalia, la modista” la historia de una costurera quien viaja a la zona
rural gallega a buscar respuestas sobre su familia y su pasado. Aunque “Hotel Almirante” trata también de
secretos familiares es más compleja ya que abarca un misterio policial a la vez
que nos presenta al pueblo de Ribanova en 1948 que recuerda al mundo creado por
Torrente Ballester en Los gozos y las sombras con sus aristocráticos
churruchaos quienes todavía tienen voz y poder sobre la población.
Basada en la novela
de Marta Rivera de la Cruz, narra la historia de Las Leal, las dueñas del Hotel
Almirante, una bella mansión conducida como las mejores de la hotelería por Rosalía
Leal (Ana Turpin de “Amar en Tiempos Revueltos”) a quien sus parientas enviaron
a estudiar a La Coruña para manejar el negocio familiar.Aun de buen ver, Lía ha
dedicado su juventud al Almirante. Bajo su aspecto serio y vestuario severo
oculta el recuerdo de su sacrificio, el haber roto su compromiso con su maestro
de economía doméstica. Un sacrificio que no ha recibido recompensa.
Como Candela, su madre, y su Tía Rosa, Lía ve
que el hotel no puede reemplazar una vida sin amor. Candela vive amargada por
el estigma de ser madre soltera y la nostalgia por el hombre que amó y la abandonó.
El caso de Rosa, una magnifica cocinera, es diferente. Casada con Cándido
Aldao, hijo de la familia más importante del pueblo, heredó de su marido el caserón
que hoy es el Hotel Almirante. A pesar de los esfuerzos de su cuñado German,
Rosa nunca ha cedido la propiedad a sus parientes políticos que no contentos
con repudiar su enlace quisieron despojarla de su herencia.
Para Las Leal es
un punto de honor, entonces, mantener el hotel abierto y funcionando, pero el
establecimiento no les aporta ganancias ya que Ribanova no es un foco turístico
Es solo un pueblito donde no pasa nada. Hasta el día en que pasa algo…
Una misteriosa y
elegante dama llega inesperadamente a alojarse en el Almirante. Al día
siguiente encuentran su cadáver. Se ha suicidado. Lo extraordinario del caso es
que la víctima— que responde al nombre de Cristina San Juan— no ha
dejado carta en el cuarto, sino que la han enviado al periódico de pueblo. En ella
detalla las razones de su suicidio adjudicándolas a un romance desdichado con
Javier Aldao.
Desobedeciendo a
su esposo, Maria Luisa envía un telegrama a su hijo solicitándole que se
presente a limpiar su nombre. Algo que el abogado hace instalándose en el Hotel
Almirante. Esto provoca incomodidad en Lía quien lo considera un mal hombre que
provoca suicidios. En cambio, Candela, teme que la llegada de Javier haga
resurgir la obsesión de German de quedarse con el hotel. La única contenta es
la tía Rosa que ve a Javier como su sobrino.
En lo que respecta
a la investigación policial, Javier tampoco puede aportar mucho. Cristina San
Juan fue amiga de su difunta prometida, la poetisa Andrea Palacios. Nunca hubo
una relación entre el abogado y la suicida. De hecho, las atenciones y regalos
de Cristina para Andrea hicieron pensar a Javier que ella estaba enamorada de
su novia.
Aun después de
rendir declaración, Javier Aldao insiste en permanecer en el pueblo. Quiere
reconciliarse con su padre, pero tiene más éxito con las Leal, sobre todo con Rosalía.
Genarito, un aspirante a periodista, decide crear una historia alrededor de un
supuesto romance entre la hotelera y el abogado. Romance que es bendecido por
Doña María Luisa y la tía Rosa.
Sin embargo,
todavía no se llega a la solución del misterio de Cristina Sanjuan. Algo que
solo descubrimos en el capítulo final. No es Spoiler decir que demuestra como
la obsesión de una persona desequilibrada puede destruir una pareja, una
familia y hasta llegar al asesinato..
El hotel como
centro de un argumento ha existido desde que Vicky Baum (y Hollywood) abriese
las puertas el elegante Grand Hotel en el Berlín de los 20s para hacernos
conocer los amores de bailarinas fracasadas, estenógrafas ambiciosas, y aristócratas
convertidos en ladrones de guante blanco. La idea de un hotel como trasfondo de una
historia fue primordial en la obra de la escritora vienesa.
Ya afincada en
Hollywood, Baum continuaría escribiendo novelas sobre el mismo tópico. Solo que
ahora las situaría en marcos bélicos como Hotel Shanghái (convertida en
los 80 en miniserie en Alemania) que sucede dentro del marco de la guerra
sino-japonesa y la excelente Hotel Berlín llevada a la pantalla en 1945
convirtiéndose en el gran sleeper de la Warner Brothers ese año, pero no es
solo Vicky Baum la que explota la formula “Grand Hotel” en su From Scarface
to Scarlett: The films of the 1930s, Roger Dooley en su capítulo “It’s a
Small World: The Grand Hotel Formula” nos describe varios ejemplos de esa
época.
Las trama se
expande a otros centros de reunión del jet set como aeropuertos, trenes de
lujo, albergues de esquí, et. La idea es mostrar grupos de personas cuyas vidas
se entrecruzan tras atravesar las puertas de un hotel. Eso llevó a fines de los
60s a Arthur Hailey a escribir otro bestseller titulado Hotel, ya se imaginarán
el tema. Tuvo una versión fímica olvidable y una televisiva sin más éxito. ¿Se estaba
agotando la formula? No lo creo y lo
demuestra su evolución.
En este siglo hemos
ido a un humilde hotel hindú a ver amores geriátricos en “The Best Exotic Marigold
Hotel” y a sitios que una vez conocieron el esplendor como “The Grand Budapest Hotel”. Hemos tenido versiones que
abrazan otros géneros sea la parodia de monstruos “Hotel Transilvania”, o el
terror de Hitchcock en su fabricación del Motel Bates. Dame, Agatha Christie le dio el toque
siniestro a ese retrato misterioso que ha evolucionado de nombre debido a los
vaivenes de la corrección política. De 10 Negritos pasó a ser 10
Indiecitos a 10 Soldaditos, aunque en inglés también se la conoce
como And Then There were None.
Sin embargo, la
idea de usar el hotel para el género, en inglés conocido como Romantic
Suspense, con un personaje que viene en busca de su hermana y de respuestas
y el no encontrar ninguna, se inventa una identidad para infiltrarse en un
hotel y en la vida de sus dueños donde descubre amor y secretos se volvería
formula en este siglo y gracias a una producción española. En el 2011 comenzaba
a emitirse la producción de Bambú titulada “Gran Hotel”.
Tres temporadas
necesitaría Julio (Yon González) para descubrir lo ocurrido con su hermana
Cristina y esclarecer los crímenes del Asesino del Cuchillo de Oro. Tarea en la
que era asistido por Alicia Alarcón (Amaya Salamanca), hija de la dueña del
hotel y con quien sostendría Julio un complicado romance.
Rodada en el Cantábrico,
la acción tenía lugar durante la Belle Epoque lo que exigía un vestuario
y decorados lujosísimos que no le envidiaban nada a “Downton Abbey”. A pesar de
ser una historia ficticia aludía a situaciones históricas como La Guerra del 98
e incluso recibía el Gran Hotel de huéspedes a los recién casados Alfonso XIII
y su cónyuge Victoria Eugenia de Battemberg.
Vendida a un
centenar de países, “Gran Hotel” se volvió un éxito internacional. Como tal
ameritó premios y copias. En Italia nació una versión conocida como “Hotel Imperial”
que tenía lugar en el Tirol en 1905. En el 2016, Televisa la adaptó como
telenovela situándola en el México de Don Porfirio bajo el título de “El Hotel
de los Secretos”. En Egipto se hizo una versión que tenía lugar a fines de los
’40 titulada “El Secreto del Nilo” que puede verse en Netflix.
Estados Unidos y
Francia cometieron la arrogancia de situar sus copias en tiempos modernos. ¡Fracasos
totales! La fórmula Grand Hotel solo funciona en marcos de época y en espacios
no urbanos. Por eso Marta Rivera de la Cruz colocó su novela en un pueblo
gallego en la posguerra. Ayuda ese marco para examinar la arquitectura,
sociedad y modo de vida de Ribanova, al igual que para entender las riñas entre
viejas y jóvenes generaciones y la represión de mujeres solitarias..
“Hotel Almirante”
puede ser vista en los Estados Unidos vía MHz y Amazon Prime, y en America
Latina gracias al canal Eurochannel.
Desde FB de Lorena Abedrabbo-Hughes
ResponderEliminarMe dan ganas de ver esta!
Lorena Abedrabbo-Hughes me imaginé que te iba a gustar. Cuando bajes a Sudamerica ve si tienen en tu casa el Eurochannel y si no, sigo aconsejandote que aqui te subcribas a MhZ son solo ocho dolares. Y tienen de todo, no solo de epoca.
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