Cuanto más leo
sobre el asunto, y más reviso “The Crown”, dos preguntas me asaltan. ¿Por qué
Margarita no se casó con Peter Townsend y qué esperaban que hiciera la reina
para ayudarlos a superar la crítica y evitar las consecuencias de su boda?
Peter Morgan ha buscado una solución fácil volviendo a viejos clichés de la
princesa víctima, el plebeyo sacrificado, y la reina implacable. Documentos oficiales
sacados a la luz este siglo nos revelan que muchas de esas inferencias son
falsas, que no hay ni inocentes ni culpables, sino mucha ignorancia, tal vez
cobardía, pero no precisamente por parte de Isabel, cuyas manos estaban atadas.
¿Cómo es posible
que Isabel y Margarita, habiendo sido criadas en un hogar religioso y por una
madre muy devota, ignoraran que la iglesia anglicana prohibía que los
divorciados se volvieran a casar y que las solteras se casaran con divorciados? ¿Como habiendo sido testigo del escándalo de
la Abdicación y viendo a su alrededor el repudio que sufrían los divorciados en
su círculo, Margarita, pretendía que con ella se hiciera una excepción? Creo
que las respuestas tienen que ver con el carácter de la hermana de la reina y
como se dieron las cosas.
Antes que todo
tenemos que saber quien era Margarita Rosa Windsor. En la serie nos la hacen
ver como la hermana postergada, pero también como la más guapa, la más
atrevida, la más popular de las Chicas Windsor. La realidad está entre ambos extremos.
Es cierto que por ser la menor y no estar recargada con el peso de la futura
corona, Margarita era más natural y expansiva, pero también es cierto que sus
padres la consintieron horrores, principalmente el Rey Jorge. Eso la volvió
voluntariosa y caprichosa.
Otro error de la
serie es hacernos sentir que existía una rivalidad entre las hermanas y que tal
como Margaret grita en el episodio 6 de la Primera Temporada, la reina le tenía
celos. Acostumbrados a imágenes de Sansa y Arya, u otras hermanas que andan del
chongo, nos es difícil imaginarnos que Lilibet y Margaret Rose eran más
parecidas a Lizzie y Jane Bennet que a Jo y Amy March. Hasta que Isabel se casó,
Margaret fue su confidente, y estaban juntas en 1944, cuando el aviador más
famoso de Inglaterra llegó a trabajar para el Rey. “Qué lata que esté casado!”
le dijo Isabel a su hermana. Para Margarita eso no sería un impedimento para
enamorarse, como el 80% de las británicas, del héroe del momento.
Las Chicas Windsor en la epoca en que Townsend llegó al palacio |
En el episodio 6
de “The Crown”, Felipe menciona que Peter Townsend tuvo “un colapso nervioso”
durante la guerra. Efectivamente, pero no es tan simple como lo describe el
Duque. El coronel Townsend se había distinguido en la Batalla de Inglaterra. En
dos ocasiones su avión había sido derribado. En la última, su pie izquierdo quedó
hecho pedazos. En vez de atenderse, Townsend había seguido dirigiendo a su escuadrón
desde tierra. La gangrena obligó a que le fuera amputado el dedo gordo.
Apenas
recuperado, Peter volvió al aire donde siguió distinguiéndose y acumulando
medallas. Para 1943, su fama era reconocida y aclamada, pero el cansancio le
jugaba malas pasadas a los nervios. Nadie dudaba de su valor, pero su cuerpo lo
traicionaba en la forma de un eczema nervioso que a veces le impedía volar. Ni
los médicos, ni el alto mando de la RAF quería avergonzarlo dándole de baja por
motivos de salud. Al Rey se le ocurrió una solución. Hacia rato que planeaba
honrar a un miembro de las fuerzas armadas que se hubiese distinguido en
batalla, empleándolo a su servicio. Fue así como Peter Townsend pasó a ser
parte de la Familia Real.
Aunque se suponía que su empleo duraría seis meses, los Windsor le tomaron tanto cariño que la plaza se hizo permanente. Peter y el Rey Jorge tenían mucho en común, ambos eran discretos, sensibles y muy caballerosos. ¡Peter hasta tartamudeaba como su soberano! Jorge llegaría a decir que si hubiera tenido un hijo varón querría que fuera como su edecán. Muchos han hablado de que el amor de Margarita nació de esos parecidos entre su padre y el Coronel Townsend.
Aunque se suponía que su empleo duraría seis meses, los Windsor le tomaron tanto cariño que la plaza se hizo permanente. Peter y el Rey Jorge tenían mucho en común, ambos eran discretos, sensibles y muy caballerosos. ¡Peter hasta tartamudeaba como su soberano! Jorge llegaría a decir que si hubiera tenido un hijo varón querría que fuera como su edecán. Muchos han hablado de que el amor de Margarita nació de esos parecidos entre su padre y el Coronel Townsend.
Me voy a detener
aquí para clarificar unos malentendidos respecto a Peter Townsend. En las redes
sociales he encontrado gente que afirma que Peter inicio su interés por la Princesa
apenas llegado al Palacio de Buckingham. Otros van mas lejos y lo acusan de
haberla conocido y “manoseado” de niña. Como en el Tercer Milenio existe una obsesión
con la pedofilia, y con la efebofilia (muchas veces los términos se confunden
en total abandono de sus verdaderos significados) es fácil ver a Peter Townsend
como un pervertido, un hombre que, como dijo tan simpáticamente Felipe en la serie,
“andaba husmeando tras tu hermana”. Nada más lejos de la verdad.
Peter y Margarita (1952) |
Hasta 1943, las
Princesas y Peter no se conocían mas que de fotos. Como señala John Pearson en The Ultimate Family: The Making of the
Royal House of Windsor, Townsend era un “afuerino” totalmente ajeno a los
círculos en que Margarita y su familia se movían. Por eso hubo mucho recelo
entre cortesanos antiguos (léase Tommy Lascelles) hacia alguien que no compartía
ni su pedigrí, ni su educación (Peter no había ido a una escuela muy conocida.
Halmesby era considerada un nido de socialistas y progresistas) y que ni
siquiera pertenecía a sus clubes.
El Coronel
Townsend era un hombre tranquilo, poco afecto a los deportes. En suma, alguien
poco confiable. Aun así, la Familia Real lo adoraba y confiaba en él. No había
ningún tipo de reparo que estuviese cerca de las princesas puesto que para
cuando Peter se integró al servicio real, el estaba felizmente casado, tenía un
hijo y su señora esperaba otro.
Rosemary Townsend |
Esta claro, y lo dijeron
tanto la princesa como sus amistades, que Margarita se enamoró de Peter durante
el tour real a África en 1947. Aunque Margarita
no era ciega a los encantos físicos del edecán de su padre (Townsend era mucho más
guapetón que el pobre Ben Miles) fue la deferencia que Peter le demostró en ese
primer viaje oficial que ella emprendía que la conquistó, pero es de admirar
como ella se contuvo y no demostró sus sentimientos ante nadie.
Peter y Margarita (de 17 años) en Sudafrica, 1947 (Foto Alamy) |
Si los Windsor
hubiesen sospechado algo, lo hubiesen despedido. En cambio, Peter pasó a ser
una especie de apéndice de la familia. Era costumbre que el rey y su mujer
hablasen siempre en termino de “nosotros cuatro” al referirse a su núcleo
familiar. Cuando Isabel se fue a Malta para estar cerca de su marido, su
espacio en la mesa familiar, la de bridge y la del té, fue ocupado por Peter
que era visto como un hijo por sus soberanos.
Sin embargo, en 1948
cuando Sharman Douglas, hija del Embajador de Estados Unidos y gran compinche
de Margarita, conoció a Peter Townsend inmediatamente notó un cambio en su
amiga. Al explicar el rol del edecán, la princesa habló del “sacrificio” de
Peter que por su devoción al rey había tenido que descuidar a su familia.
Douglas notó en la inflexión de la voz de Margarita que sus sentimientos hacia
el Coronel Townsend eran muy intensos.
Peter, Sharman Douglas y Margarita |
La princesa podía
hablar con emoción sobre el sacrificado Townsend, pero en los próximos años
ella haría lo imposible por separarlo de su familia. A partir de los dieciocho
años, Margarita vivió plenamente su juventud, pasándosela en fiestas y
convirtiéndose en la reina de la noche londinense. Aunque todo era bastante
inocente, la prensa se ocupaba en hacer llegar al público esta imagen de una
Margarita frívola y glamorosa. A pesar de que no le faltaban acompañantes, ella
exigió muchas veces que Peter la escoltase. En una de esas ocasiones, cuenta
Kitty Kelley en The Royals, una
cansada Margarita demandó que su escolta la llevase en brazos al segundo piso.
Cuando el edecán se negó, la caprichosa princesa hizo una pataleta y le recordó
que se trataba de “una orden de tu princesa”.
Otra amiga de
Margarita, Evelyn Prenbensen, hija del Embajador de Noruega, contó que cuando
finalmente Peter pudo conseguir un fin de semana libre para pasarlo con su
familia, la princesa lo obligó a quedarse con ella… ¡jugando a las cartas! El
descaro de la hermana de la reina llegó hasta interrumpir una fiesta de cumpleaños
de Rosemary Townsend para ordenarle a Peter dejar a su mujer y acompañar a
Margarita a cabalgar. Aunque la princesa estaba decidida a tener al Coronel
Townsend siempre a su lado, él no se doblegó ante ella sino hasta después de la
muerte del Rey Jorge en febrero de 1952.
La muerte de su
padre sumió a Margarita en una crisis de nervios de la cual salió gracias a
tres factores muy desligados entre sí: la oración, los sedantes y el amor de
Peter Townsend. La pareja fue muy discreta. Cuando la princesa solicitó de su
madre que le diese la posición de comptroller
a Peter, la Reina Madre aceptó encantada. El aviador era como de la familia,
los Windsor lo querían, no había motivos para alejarlo y desconfiar de él. En
ese mismo año, el Coronel Townsend descubrió que su mujer le pintaba el cuerno
con John de Lazlo, hijo del famoso retratista Philip de Laszlo. En noviembre,
Townsend inició los trámites de divorcio y obtuvo la custodia de sus hijos.
Apenas
divorciado, Peter Townsend le pidió matrimonio a la princesa y ella aceptó.
Margarita era muy ingenua o muy obcecada, parecía segura de que su matrimonio
no cambiaria en nada su vida. Por lo tanto, no tuvo problema en contarles a su
madre y hermana. Por su parte, Peter les contó a sus hijos y,
sorprendentemente, a Tommy Lascelles. Sir Alan, en típico humor Lascelles, solo
le dijo “o te has vuelto loco o eres muy mala persona”.
Peor fue la reacción del Duque de Edimburgo. “Qué atrevido!” dijo al enterarse, “los caballerizos deberían quedarse en las cuadras”. A diferencia de su esposa, y de cómo lo muestran en “The Crown”, Felipe siempre se opuso al matrimonio de su cuñada. Una de las ironías de la vida es que casi medio siglo mas adelante, su hija favorita se divorciaría y terminaría casada ¡con un caballerizo!
Peor fue la reacción del Duque de Edimburgo. “Qué atrevido!” dijo al enterarse, “los caballerizos deberían quedarse en las cuadras”. A diferencia de su esposa, y de cómo lo muestran en “The Crown”, Felipe siempre se opuso al matrimonio de su cuñada. Una de las ironías de la vida es que casi medio siglo mas adelante, su hija favorita se divorciaría y terminaría casada ¡con un caballerizo!
La divorciada Ana y su segundo marido (y ex equerry de su madre) el Comandante Timothy Laurence |
Un error de “The
Crown” es mostrar a Margarita pidiéndole la venia a su hermana para casarse.
Algo que no muestran en la serie, es que la Queen Mum, mujer muy religiosa
ella, había criado a sus hijas muy apegadas a la religión. Margarita sabia que
no iba casarse por la iglesia y que la reina no podía otorgarle una dispensa. O
se casaba en Escocia, bajo el rito presbiteriano, o era boda civil lo único a
lo que los novios podían aspirar. Isabel le solicitó a su hermana que esperaran
hasta su coronación para actuar.
No sabemos cómo tomó
la Reina Isabel la noticia, pero su madre casi sufrió un colapso. A pesar de
que cuando la parejita le fue con la noticia les puso diplomáticas sonrisas, se
ha encontrado una carta suya a Sir Alan Lascelles, con fecha de 12 de junio de 1953,
en la que confiesa estar “hecha pedazos”, y creer que nada de esto hubiese
sucedido en vida de su marido. Para una mujer siempre reservada con gente que no
era su pariente, Elizabeth da rienda suelta su emoción: “me gustaría hablar
contigo, pronto, por favor. No tengo a nadie con quien hablar de estas cosas
terribles. Es un gran consuelo que tu entiendas el lado humano de estas tragedias.”
En sus diarios,
Tommy menciona que fue un shock encontrar a la reina llorando, “nunca la había
visto llorar”. Tal vez por eso elaboró
ese plan tan cruel de hacer esperar a Margarita esgrimiendo la famosa Acta de
Matrimonios Reales de 1772, que decía que si un miembro de la familia real pretendía
contraer una unión inconveniente o desigual debía esperar a cumplir 25 años
antes de poder hacerlo.
Entretanto, la
prensa estadounidense había notado en las fotografías de La Coronación ese
gesto furtivo de Margarita de sacudirle una pelusa la solapa del Capitán
Townsend. Es importante notar que los primeros medios en cubrir el romance
fueron los useños. La prensa británica le tomaría un año hacerse eco del furor mediático
que el romance provocaba al otro lado del Atlántico. Sin embargo, a Churchill
no le precio buena idea tanto escandalo y le ordenó a Tommy que sacara a Townsend
del país.
The Crown en su
idolatría churchiliana ha echado la culpa de todo al pobre Sir Alan. Aunque Sir
Winston era un gran romántico, y le encantaba la idea de un héroe de guerra casándose
con una princesa, su mente practica exigía que Margarita renunciase a todo
privilegio real para casarse, y que hasta que eso sucediera, los amantes
deberían estar separados.
Cuando Margarita se enteró que su novio iba a
ser exiliado a Bruselas, armó una de sus famosas pataletas. Ahí se agarró del chongo con la reina en lo
que princesa ha descrito como “una de las dos únicas peleas que he tenido con
mi hermana en mi vida”. A Margarita la empacaron a África. Durante su tour anduvo irritable y con cara de
pocos amigos. La prensa especuló que se debía a su separación de Townsend.
Para suavizar las
cosas, Isabel se llevó a Townsend en su tour a Irlanda. Lo que es cierto es que
Tommy sacó a Townsend del país con tal premura que Peter no pudo despedirse de
sus hijos. Por dos años, el pobre sirvió como agregado militar en la embajada británica
y vivió en un cuarto de hotel. Entretanto su novia la pasaba de lo lindo de
fiesta en fiesta. Sin embargo, y a pesar
de las esperanzas de muchos de que el tiempo y distancia los separaría, Margarita
y su aviador se escribían casi a diario y sostenían conferencias telefónicas
una vez por semana.
Recientemente se
descubrió en un viejo baúl un paquete de cartas escritas por la princesa a su
amiga Sharman Douglas cuando ya esta última
había regresado a América. En ellas, la princesa no menciona a Peter por
nombre, pero da indicios de su relación. Por un lado, se ríe de cómo la prensa
habla ahora de que ella va a casarse con el hijo del Duque de Buccleuch, un
invento de Margarita para despistar a los periodistas.
Por otro lado,
hay muchas quejas por parte de la princesa por cómo la prensa estadounidense está
manejando su asunto. Ahí se ve que los periódicos británicos mantuvieron un
perfil bajo y los grandes causantes del escandalo fueron los del otro lado del Atlántico.
También las cartas nos indican como Margarita quiere hacer creer a la opinión
publica que lo de Peter era pasado, algo que no era cierto.
En “The Crown”
han dramatizado y falseado los hechos. Ni Peter ni Margarita manipularon a la
opinión publica para que los apoyaran. El Coronel Townsend era el alma de la discreción
y de los buenos modales. Jamás hubiera amenazado a Tommy Lascelles con el poder
mediático que podía ejercer, ni se hubiera puesto a hacerle aspavientos al
publico como si fuera Kim Kardashian desde la escalinata de un avión, ni jamás,
jamás hubiera tenido la temeridad de referirse a su soberana como “Lilibet”.
Tampoco es cierto que la reina ofendida hubiera cometido un acto caprichoso y
cruel como el de impedir que su hermana y Townsend se despidieran.
Bueno, el tiempo pasó,
y Margarita cumplió 25 años y ahí llegaron los aguafiestas de Lascelles y
Michael Adeane a darles a las hermanas la buena nueva de que el Acta tenía una
segunda clausula. ¡No leyeron la letra chiquita! Ahora Margarita tenía que
pedirle permiso para casarse al Parlamento, a La Iglesia Anglicana, a los
representantes de la Commonwealth y al almacenero de la esquina. En mi próxima
y ultimo entrada hablaremos de como la reina tomó cartas en el asunto, como Margarita
llegó a la decisión de no casarse, y seguiremos a los Amantes del Buckingham
Palace en sus intentos por rehacer sus vidas.
¡Hasta la próxima!
Hasta que al fin aparezco por aquí, me encantó!
ResponderEliminarQué linda historia, y que interesante saber cómo pensaban y actuaban los protagonistas en la vida real, a diferencia de como muestran las cosas en the Crown, que muchas veces ya han faltado a la realidad.
Me voy a ir a leer la otra parte, ahora!
Siii, Gatita Any tan sorpresiva fue tu visita que ni me avisó el celu y ahi tengo las alertas. Espero tu comentario. Besos.
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