No hay critica o
recap de esta temporada de La Amiga Estupenda en que no encuentre, entre los comentarios, alguna queja sobre Lenú.
Casi todas comienzan con “¿Soy yo la única?” Yo diría que somos una mayoría de los fans de
la serie de HBO que estamos incomodos con la heroína de esta adaptación de las
novelas de Elena Ferrante, desde la actriz que la interpreta hasta alteraciones
en su personalidad, muchas de las cuales no están en el libro.
Leyendo la novela,
me doy cuenta que Lenú si se vuelve insoportable, pero que la serie ha
aumentado su pésimo comportamiento, su tozudez en negarse a ver como le dice
Lila que “te has equivocado”. Esa “equivocación”
la lleva a ser injusta con mucha gente, con su suegra, con sus hijas, incluso con Lila que, a pesar de saberla
equivocada, la apoya y se hace cargo de Lenú y, por extensión, de la Familia
Grecco.
Generalmente en
un análisis final no me preocupo mucho de los spoilers, pero ahora trataré de
concentrarme solo en la primera mitad de temporada. Los lectores de Ferrante
saben que el título de la novela se refiere a una gran tragedia que afectará a
las protagonistas y a su relación. Antes de esa tragedia, toda la serie se concentra en la desastrosa
relación de Lenú y Nino Sarratore, su amor de la infancia.
Entonces resulta agotador
tener presente el futuro cuando el presente, la mitad de la serie, es ver a Lenú
desperdiciar todo lo ganado y jugarse su futuro y el de su familia en pos de un
sueño que, en el fondo, sabe es irrealizable. Tenemos a Lenú primero feliz en
Montpellier viviendo su amor sin gastar tiempo en pensar en lo que dejó atrás.
Ese sueño no acaba con la realidad de regresar a Milán sino cuando la ataca el
Monstruo de los Ojos Verdes. Léase, le bajan celos de Eleonora.
Como alguien que
fue “La Otra” ( a diferencia de Lenú yo era soltera y libre) puedo afirmar que
no hay nada más ocioso y absurdo que exteriorizar a la pareja celos por la
esposa legal. En la serie se convierte en un leitmotiv ameritando una escena
por capitulo. Incluso lo aumentan con escenas inventadas como cuando Lenú ataja
a Eleonora en la calle y le anuncia que espera un hijo de Nino. ¡Qué gran
error!
Otro gran error
de Lenú será separar a sus hijas de los abuelos y de una semblanza de vida
normal para hacerlas acampar en casa de la cuñada donde ni siquiera van a la
escuela y, finalmente, llevarlas a Nápoles a vivir con un extraño. En la novela,
la voz narradora de Lenú admite haber sido mala madre descuidada, impaciente y
hasta golpeadora. En la serie no nos dan eso, solo los rostros de reproche de
las niñas porque este año Saverio Constanzo se ha ido por la máxima mitutera de
que una verdadera mujer debe anteponer su felicidad antes que sus deberes
maternales.
¿Pero cuál es la felicidad de Lenú?
Ciertamente no es junto a un hombre que abandonó a Lila su suerte, que abandonó
a Silvia con un hijo en brazos, y que se
rehúsa a divorciarse de Eleonora. En esta temporada además Adele advierte a su
nuera que Nino es “un hombre sin tradición”. O sea, un escalador social, lo que lo hace poco confiable.
En esta temporada
es cuando Lenú se entera por boca de Nino que él impidió, cuando eran
adolescentes, que se publicara un ensayo de ella nada más que por envidia.
Incluso han inventado una escena donde Nino invita a comer al editor de su
mujer para convencerlo que publique su libro. El modo en que Sarratore intenta
acaparar la conversación y la cara de enojo que pone cuando el invitado presta
mayor atención a Lenú nos indican que su envidia de adolescente sigue
existiendo.
Si me he pasado
una página quejándome de Lenú y sus malas decisiones es porque ella es el
núcleo de los primeros cuatro episodios. En otras temporadas, su personaje estaba
equilibrado por las acciones y decisiones de Lila quien siempre era la más
vigorosa del par. En su último libro, Ferrante sigue ese esquema, con Lila omnipresente,
aunque solo sea una voz en el teléfono y en la conciencia de su “amiga
estupenda”.
En la serie han
hecho desaparecer al personaje. En el primer episodio tiene un mínimo de
presencia en cámara y es únicamente para contarle a Lenú que Nino es un
mentiroso. Solo en el tercer episodio, Lenú , que ya lleva tiempo en Nápoles se
tropieza con Lila en la puerta de la casa de los Grecco (no es así en el libro).
Es como si se quisiera dar mayor importancia al personaje de Elena Grecco, por lo que urge quitar a Lila (ahora interpretada por Irene Maiorino) de por medio. Totalmente innecesario, porque en el relato original existe un balance entre ambas. Aunque Lenú esquive encontrarse con su frenemy favorita, Lila está presente en la boca de toda la gente con la que la escritora se reencuentra en su retorno a Nápoles. Es que Lila ha vencido a los Solara con su negocio de computadoras. No solo gana dinero, genera empleo para gente que, de otra manera, estaría al servicio de los mafiosos.
Lila es la matriarca del Rione. Ha tomado el lugar de Manoella Solara―cuya muerte apenas es mencionada en la serie―pero para hacer el bien. Incluso ha utilizado la obsesión que Michele Solara siente por ella para dominarlo. Hasta Immacolata, su mayor acusadora, ahora la alaba y respeta. Mientras Lenú va perdiendo terreno en su carrera de escritora, Lila va adquiriendo seguridad y poder. Hasta lo ejerce sobre Lenú. Es solo durante el terremoto que Lenú vuelve a adquirir cierta superioridad sobre la aterrada Lila.
Tal vez por eso,
se decidió dilatar el reencuentro entre ambas. Es en el cuarto capitulo, donde
reaparecen los personajes del Rione, que
sabemos la importancia de Lila en la vida de ese barrio. Por fin ahí salimos un
poco de las eternas peleas de Nino y Lenú, y vemos la evolución del Rione y
como en el fondo sigue igual, aunque Lila y su negocio proporcionen una
esperanza de bloquear la nefasta influencia de Los Solara.
En el libro, Lenú
cae inmediatamente en su antigua sumisión a su amiga y es Lila quien le mete en
la cabeza que se embarace. En la serie evitan esos toques nocivos de Lila. En cambio,
muestran a Lenú usándola cuando le conviene y en otros instantes mostrándose
celosa de verla junto a Nino. Primero, Lenú les embute a las hijas a Lila para
poder irse a con Nino a New York. Las nenas están encantadas de estar con la Tía
Lila así que se convierte en baby sitter de Elsa y Dede cada vez que Lenú la
necesita.
Cuando esa
necesidad se vuelve abuso es cuando Immacolata sufre de una hemorragia en casa
de su hija mayor. Nino y Lila la llevan a un hospital porque Lenú está cuidado
a la recién nacida Imma. Al hospital llega Marcello Solara, que quiere llevarse
a la suegra a una clínica privada. Nino se niega (unca entendí el motivo) y
Lila lo apoya. Se arma una tremenda trifulca. Por teléfono, Lenú exige que su
amante y su amiga sean sus representantes. Solo que le bajan los celos y llama
demandando que Nino vuelva su lado y que Lila dialogue con Marcello. Su egoísmo
es insoportable y opaca la preocupación por su madre.
Esa noche es Lila
quien la pasa abrazada a Immacolata en un cuarto lleno de mujeres moribundas.
Al día siguiente, Marcello se lleva a la suegra a una clínica. Por no ser
pariente, Lila no tiene voz ni voto. Cuando Nino expresa su preocupación de
haber enfrentado a Lila, embarazada y débil, con Marcello, Lenú estalla en un
acceso de ira que la hace insoportable. No será la última vez que abuse de
Lila. Según mi interpretación el que Lila pierda en su enfrentamiento con Marcello,
la debilita ante Los Solara. Esto la pone en un camino que llevará a la
tragedia.
La serie parece
querer hacer hincapié en el egoísmo de Lenú y su abuso de su amiga. Una tarde, la escritora regresa a su casa para encontrar
a su bebé semi desnuda y a Nino, en el baño,
con las manos en la masa corpórea más insospechada.
Lenú agarra a su hija y sale corriendo con la niña sin pañales.
En el libro, Lenú
actúa de acuerdo un plan. Va a buscar a sus hijas a la escuela porque cree que
Nino la irá a buscar allá. En el camino, la beba se orina en el regazo de la
madre. Lenú compra pañales y toallitas, limpia a la niña y la muda. Se quita su
abrigo y envuelve a la criatura ya que hace frio. Tras recoger a sus hijas llama
a Lila y pide refugio en su casa. Al llegar a casa de Lila es ella quien se
encarga de la beba.
No es así en la
serie. Lenú conduce su auto, sin destino definido, por un rato hasta que la bebita se hace pis en
su regazo. Entonces va a la escuela. Hace frio e intenta meter a la niña bajo
el abrigo que ella viste de tan mala manera que la colita de Imma queda al
aire. Tanto Lenú como la nena deben oler a meado. Así, en esa facha, lleva a
sus hijas a casa de Lila donde llega sin aviso y lanza a la niña toda orinada
sobre la impecable colcha de su amiga. Yo que Lila la saco a escobazos de la
casa.
Me detengo ahí, pero
muchos fans han opinado que es la nueva actriz quien arruina cualquier posibilidad
de sentir simpatía por Lenú. Es cierto que Alba Rohrwoch es una actriz conocida
y premiada, pero no cae bien ni es tan hermosa como las novatas que anteriormente
dieron vida a Elena Grecco. Es inexpresiva o pone caras que no corresponden. Termina
haciendo una Lenú ultra moderna, feminista, francamente abusadora y mal educada.
No me ha impresionado su interpretación y no dejo de recordar que Alba es la
mujer de Saverio Constanzo, el director.
Contenido
Violento o Gory: Tenemos violencia
de la tierra con el terremoto de Nápoles en 1980; violencia verbal con las pataletas
de Lenú y violencia fisca incluyendo una escena en que la escritora y su madre
se golpean mutuamente. La peor escena es cuando Michele apalea a Alfonso en la vía
pública. Hay también un suicidio.
Contenido
Sexual Y Desnudos: Lenú
con diferentes hombres. Un desnudo de Nino y Lenú corriendo por la casa. Se lo hubieran
guardado.
Factor
Feminista: A pesar de los
discursetes feministas de Lenú y de su cuñada Maria Rosa, ese empoderamiento
femenino resulta falso en vista de la dependencia emocional y física de una
mala pareja que sufre la narradora. El poder que ha adquirido LiIa también
decae ante Los Solara demostrando que era artificial y poco duradero.
Factor
Diversidad: El
peregrinaje de Lenú por Italia sirve para enseñar la diversidad del país: el
conflicto entre las clases acomodadas y profesionales del Norte con el mundo
semi primitivo del Sur. Ferrante nos muestra un Nápoles atrasado, conservador,
dominado por la Camorra que el libro indica es un resabio de la era Fascista.
Si el Rione sigue teniendo ideas retrogradas sobre las mujeres y su posición en
la sociedad, más fuerte es su rechazo por alguien de orientación sexual
diferente como el trans Alfonso.