Una sorpresa este
verano fue que Acorn está gratis en mi servicio de cable. Eso me permitió ver
muchas series, entre ellas, la última adaptación de las novelas policiales que
giran en torno de Adam Dalgliesh, poeta y comandante de Scotland Yard. Eso me interesó
en su autora, cuya vida fue casi han curiosa como la de su creación.
Autoras de
Genero Policial
Los misterios salidos de la imaginación
femenina tienen un dejo muy especial, desde los icónicos detectives de Dame Agatha
Christie hasta la amarga toxicidad de Dame Patricia Highsmith. Entre ambas se encuentra
la Baronesa James, y su legendario Adam Dalgliesh.
Conocí a
Dalgliesh gracias a mi padre. En Los 80s, se volvió adicto a la adaptación de
la BBC que en los Estados Unidos presentaba el espacio Mystery del Masterpiece
Theater. Intenté verla un par de veces, pero los relatos policiales no son
un género que me apetezca. Aun entonces, la serie me parecía parca, gris, sosa
a mis ojos ya acostumbrados al despliegue de Brideshead Revisited o los
personajes fascinantes que me ofrecieran Upstairs/Downstairs y La
Duquesa de Duke Street, series inglesas por las que no pasan los años.
Estando en la
Facultad de Bibliotecología, tuve una amiga que era fanática de las novelas de P.T.
James. Cuando le mencioné la serie, la menospreció diciendo que prefería
conocer las andanzas del comandante Dalgliesh en papel y no en pantalla. Me imaginé
que querría ponerle otra fisonomía al policía ya que no le gustaba el estirado
e inexpresivo Roy Marsden que por largo tiempo fue el rostro que la imaginación
popular le adjudicó a Dalgliesh.
Algo que mi amiga
me informó es que James era hembra. Gran sorpresa para mí. Supuse que si usaba
iniciales era por pudor de escribir un género masculino. Sin embargo James publicó
por vez primera a comienzos de Los 60 cuando Dame Agatha y Patricia Highsmith
no temían revelarse como autoras de novelas policiales.
De hecho mucho antes,
Dorothy L. Sayers había creado un detective muy admirado por los conocedores de
novelas negras, Lord Peter Wimsey del Club
Bellona. De hecho, el género policial moderno comienza con un relato “Lady Molly
de Scotland Yard” escrita en 1910 por la
Baronesa Orczy antes de involucrarse en las desventuras del Pimpinela Escarlata.
“La Vida Me Ha
Malcriado”
Lo que haya hecho
que la Baronesa James intentara ocultar su sexo puede tener más en común con su
retraimiento personal (que compartiría su protagonista) que con prejuicios. A
diferencia de muchas “Reinas del Crimen”, Phyllis Dorothy James no tuvo acceso
ni a comodidades ni a estudios superiores. Provenía de provincia y de un
estrato social de clase media que, en algunos momentos de su existencia, llevó el
apellido de ‘baja”.
Hija de un
empleado de Hacienda, su vida estuvo marcada por enfermedades mentales ajenas
que alteraron la propia. Cuando su madre fue internada en un sanatorio para
enfermos mentales, la futura Lady James tuvo que abandonar sus estudios para
atender casa, hermanos y ganar un sustento. Como su padre, buscó trabajo en
oficinas de impuestos internos.
Su vida mejoró
durante la Segunda Guerra Mundial cuando se casó con Connor Bantry un médico
militar que sería el padre de sus dos hijas, pero el mal hado la perseguía. Acabado
el conflicto, el Dr. Bantry comenzó a exhibir señales de fatiga bélica que
llevarían a internarlo en un hospital de enfermos mentales. Nuevamente, Phyllis
debía convertirse en el sostén económico de un hogar desintegrado. Por el resto
de su vida, Connor se la pasaría entrando y saliendo de manicomios. Sus hijas
serian criadas por los abuelos paternos.
Phyllis, con la
esperanza de ganar más, tomó cursos de administración de hospitales lo que le permitiría
trabajar para el recientemente creado Servicio Nacional de Salud. Entretanto, usό su escaso tiempo libre
para escribir ficción. Curiosamente eligió un género que generalmente se asocia
con autores varones y así se convirtió en una “Reina del Crimen” cuando publicó
en 1962, su primera novela Cover Her Face (Cubridle el rostro) en donde el
público por primera vez conocería al Comisario Adam Dalgliesh.
Lo seguiría A Mind
for Murder (1963) y Unnatural Causes (1967). Años después, Lady
James diría que no tuvo problemas para publicar, que sus libros fueron
aceptados inmediatamente, añadiendo “la vida me ha malcriado”. Eso viniendo de
quien trabajó arduamente, y sobrevivió dos veces la destrucción de su familia, demuestran
el espíritu humilde y generoso de James que siempre fue religiosa y devota
anglicana.
La viudez
encontró, y liberó, a James en 1964. Ya no tan preocupada por las finanzas
familiares, y con dos novelas a las que les había ido bien en el mercado, se atrevió
a trasladarse a otro espacio de trabajo, uno mejor remunerado y más
prestigioso. Entró a trabajar al Ministerio del Interior (Foreign Office) donde
permanecería hasta 1979. Quizás por el tipo de género que había escogido, se la
colocó en sitios donde pudiese desarrollar su conocimiento criminológico,
laborando primero en la sección de medicina forense y a partir de 1974, siendo
magistrado.
Para cuando la
Baronesa se retiró a fines de los 70s tenía una sólida reputación como
escritora de novelas policiales. Había publicado cuatro novelas de su ciclo
Dalgliesh. La tercera, Mortaja para un ruiseñor (mi favorita) se había
convertido en un superventas. Sus libros habían sido traducidos y vendidos en
el extranjero. Tenía un fandom en ambos lados del Atlántico.
“No Es Mi Idea
de Dalgliesh”
Tanta fama acarreó
que Dalgliesh mereciese una adaptación de parte de la BBC. La serie tuvo éxito
y duró desde 1983 hasta 1988. James no estaba muy contenta con el actor
principal, Roy Mardsen, admitiendo que “no es mi idea de Dalgliesh”. A pesar de
los resquemores de la autora, la serie Dalgliesh duró un par de temporadas
alcanzando para su fin en 1989, a adaptar todas las novelas publicadas.
Un dato curioso
es que no se siguió el orden de la serie. Cubridle el rostro quedó para
la segunda temporada, prefiriendo comenzar con Death of a Witness. Tal
vez porque en su primer intento de novela negra, P.D. James entró en la onda
romántica implicando a su protagonista con una de las sospechosas.
Al final de la
novela, la autora nos hacía creer que Dalgliesh y Deborah Riscoe tenían un
futuro. El tema no volvió a tocarse, Miss Riscoe no volvió a aparecer y en las
dos serie-adaptaciones de las novelas de Dalgliesh, este primer libro pasa a
ser uno más de los casos que el detective debe resolver.
A comienzos de
este siglo, Martin Shaw (Inspector
Gently) interpretó a Dalgliesh en un trio de las últimas novelas de la
saga. Yo solo he visto Death and the Holy Orders y no me impresionó ni
la adaptación ni Shaw―que me
ha encantado como George Gently―en el rol de Dalgliesh.
De Como una
Reina del Crimen se Volvió Baronesa
Para Los 90, la
vida de P. D. James estaba dando giros inesperados. Adam Dalgliesh le había abierto
las puertas de fama y fortuna. Se compró una mansión llamada Holland Park en su
Oxford natal. Fue esa casona la que la reina Isabel II usaría para darle un título
nobiliario a esta “reina del crimen”. Anteriormente, Agatha Christie y Ngaio
Marsh habían sido honradas con el título honorifico de “Dame”, la ex empleada
de hospitales ahora era Baronesa James de Holland Park, la primera en su rubro
en ser así honrada.
(NOTA: Lady James
sentó un precedente. En 1996, otra Reina del Crimen, Ruth Rendell, recibiría el
título de baronesa)
El titulo cambió
la vida de Lady James, además de sentarse en el parlamento y tener voz y voto
en los asuntos del reino, comenzó a hacer apariciones públicas en programas de televisión
presentando un rostro que sus fans reconociesen. En 1991, publicó un amago de
autobiografía, tres años después sacó al mercado un estudio sobre cómo escribir
misterios policiales
Aunque su última
novela de la serie “Dalgliesh” fue publicada en el 2001, antes de morir tenía
planes de continuar las aventuras del policía-poeta. En sus últimos años no
solo experimentó con la no-ficción. Además exploró otros géneros. En el 2007,
publicaba Children of Men, una novela futurista, que Alfonso Cuarón
llevaría al cine con Clive Owen y Julienne Moore.
Su último trabajo
fue una incursión en el whodunnit histórico (y literario). En Death comes to
Pemberley, Lady James obliga a Elizabeth Darcy (de soltera Bennet) y a su marido
a hacerlas de detectives para probar la inocencia de su odioso cuñado Wickham.
En el 2014, tuvimos una adaptación (puede verse en Amazon Prime) con Anna
Maxwell-Martin y Mathew Rhys como Los Darcy y el “slurpy” Matthew Goode como Wickham.
La Baronesa James
de Holland Park falleció en el 2011, víctima del cáncer. Tenía 84 años y dejó
un legado de dos hijas, cinco nietos y una obra literaria que solo con la serie
de Dalgliesh abarcaba un fandom en cinco continentes.
El Retorno de
Dalgliesh
Mas de una década
después de la muerte de su creadora, Adam Dalgliesh volvió a pasear su
sagacidad criminológica por las pantallas de televisión. Después de ver a tres Dalgliesh, me quedo con
el ultimo, los motivos son que encuentro a Bertie Carvel más efectivo que Roy
Mardsen y Martin Shaw, que los nuevos libretos hacen más hincapié en la vida
personal del detective que en las adaptaciones anteriores, y que el situar los
misterios en Los 70s convierten esta
serie en un drama de época, o drama retro.
La Baronesa James
creó un detective muy particular que tiene un alter ego que es poeta publicado
y galardonado. Eso hace de Dalgliesh un hombre instruido y sensible. La muerte
de su esposa y(y del bebé) en el parto han marcado su psiquis y lo hacen taciturno
y lacónico, aunque nunca inhumano. Todos estos datos biográficos fueron nada más
que detalles en la primera versión. En esta de Acorn juegan un rol importantísimo
en la relación de Dalgliesh con los sospechosos y sus subalternos, además de
hacerlo ver los crímenes desde un punto de vista personal.
Yo conocía a Carvel
como el protagonista de Jonathan Strange y Mr. Norrell y no me cayó
bien, Como todas las fans de la novela de Susanna Clark había soñado
con Damian Lewis dando vida al mago Strange. Carvel ni siquiera era pelirrojo y
le faltaba carisma y sex-appeal. Ahora esas fallas desaparecen ante
características que lo hacen perfecto para el rol. Su cara de palo asaltada a
veces por una especie de sonrisa que es más un rictus sarcástico, se funde con
su aura de soledad, su compasivo sentido justiciero, y su capacidad de entender
las debilidades humanas.
Un detalle curioso de ambas adaptaciones es que no siguen el orden cronológico de los libros. Cubridle la cara ha sido relegada a la Tercera Temporada tal vez por las debilidades de ser un trabajo de principiante, Quizás porque, el alma romántica de Lady James ya le encajaba un posible amorío a su protagonista. Eso no conviene a esta nueva adaptación donde se juega mucho con el trauma que la viudez ha impuesto a Dalgliesh.
Incluso se han
deshecho del personaje de Deborah Riscoe, convirtiéndola en la viuda hindú Devi
Langridge que trata a Dalgliesh con gran desprecio. Entremedio, para que los
lectores no se confundan, vuelve a aflorar el nombre de Emma Levenham, el
segundo gran amor que la Baronesa James le inventó a su comisario, luego
comandante Dalgliesh.
Mortaja para
Un Ruiseñor
Comenzamos
entonces esta adaptación con mi favorita “Mortaja para un ruiseñor”. En la
versión Roy Mardsen fue la tercera y no me gustó. En el libro, la acción tiene
lugar en una escuela de enfermeras en las afueras de Londres donde una
estudiante muere envenenada durante una demostración de lavado de estómago.
Mientras Dalgliesh investiga, muere otra estudiante, una treintañera de vida un
poco disipada (para la época). La investigación descubre affaires, chantajes y
hasta una criminal nazi.
En la versión
Mardsen escogieron comenzar enfocándose en la segunda víctima, Jo Fallon. Es más
joven que en el libro y en los primeros diez minutos le confiesa a una compañera
que está embarazada y que planea abortar. Nada de eso está en el libro y no sé por
qué decidieron iniciar ahí la historia.
En la versión
Carvel, se pasan cinco minutos presentándonos a las alumnas antes del ensayo médico
que es una prueba que será presenciada por el medico en jefe (y único varón del
plantel). En ese mínimo de tiempo nos quedan claro la personalidad de cada
estudiante: las gemelas que hacen todo al unisonó; la gordita que es la mejor
alumna pero planea abandonar la enfermería para casarse; la descocada Julia, Heather Pearce, la bully fanática religiosa;
y la tímida Dakers, su víctima.
De ahí pasamos a
la prueba que es interrumpida cuando la leche que es usada como lavativa oral
se descubre como un ácido que envenena a Pearce. En un momento de caos y
suspenso en que nadie sabe qué hacer y Dakers solo grita histérica. Vemos
llegar a Dalgliesh solo e iniciar una investigación que lo lleva conocer a
otros personajes, a descubrir secretos insólitos incluso a ser atacado en el
bosque.
El personaje de Jo
Fallon es completamente diferente al del libro y al de la primera versión. Está
en el hospital por una intoxicación alimenticia. Es joven, bonita, agradable,
pero un poco misteriosa. Cuando Dalgliesh la interroga en el hospital descubre
que se trata de una admiradora. El amor por la poesía crea un vínculo entre
ambos y al inspector lo impresiona más cuando parece que Jo murió por su propia
mano. En realidad también fue asesinada.
El Entorno de
Dalgliesh
La construcción
del episodio establece ciertas características en común de la serie. A la Baronesa
le gustaba situar sus misterios en espacios cerrados, fuera una escuela de
enfermeras, un culto en la campiña, un laboratorio o un museo. También le gustaba
salir de Londres para ir a investigar crímenes en zonas rurales. En esta serie
se ha viajado por varias partes de Inglaterra convirtiendo el paisaje sea la costa
(The Black Tower) o el campo, en un punto importante de la estética ,
haciendo hincapié en la belleza de bosques y acantilados, y jugando visualmente
con la naturaleza diurna y nocturna.
Otra característica
es la vinculación de Dalgliesh con personajes femeninos que luego son víctimas
de crímenes. Es como una reafirmación de su tragedia personal. En The Dark
Tower, que tiene lugar en un culto en la zona costera de Norfolk, Dalgliesh
vuelve a hacer amistad con dos mujeres que acaban siendo ultimadas por el
asesino. Mas importante, el inspector conoce y es auxiliado por una joven
sargento de la policía local, Kate Miskin, a quien convence de seguirlo a Scotland
Yard.
Miskin se
convierte así en una de los auxiliares de Adam Dalgliesh. En los libros lo
sigue hasta el final. En esta última adaptación la han hecho más importante. Aparte
de hacerla de raza mixta, lo que repercute en su personalidad, la
vulnerabilidad y sagacidad femenina de Miskin contrastan con el pragmatismo y
serenidad de su jefe. Aun así ambos son retraídos y a la vez necesitan de apoyo
emocional.
En esta última adaptación, el libreto llega más
al fondo de la sinergia entre la policía y el comandante Dalgliesh. Es obvio
que Kate se ha enamorado del detective poeta y eso explica que desaparezca de
la serie para dar paso a la experta en arte Emma Levenham, el romance canon que
Lady James regaló a su protagonista. Ente nos, la Profesora Levenham tiene cero
química con Dalgliesh y hubiese sido mucho mejor que él correspondiese a los
sentimientos de su subalterna.
Debido a que Cover
her Face y A Mind to Murder son relegadas a la Tercera Temporada, es
solo entonces que Dalgliesh será escoltado por el arrogante detective
Massingham. En cambio, en su primer caso (en esta adaptación) conocemos al odioso
Charles Masterson interpretado por un Jeremy Irvine muy alejado del Henry Beauchamp
de Blood of My Blood. No es solo el bigote lo que los
diferencia. Masterson es insoportable, fatuo, inoportuno y perezoso. Un gusto
que sea reemplazado por Piers Torran,t que en la serie se llama Daniel, y que a
pesar de que se vanagloria de sus estudios en Cambridge, admira a Dalgliesh y
busca aprender de él.
Aun así,
Masterson es necesario para presentarnos a Dalgliesh y sus circunstancias. Es
quien le chismea la viudez del “jefe” a otros. Como lo hace sin compasión, casi
en tono jocoso, ya establece que el protagonista es una figura trágica y
Masterson es un rufián. En los siguientes episodios, Masterson se convierte en
un relleno cómico por su torpeza, su falta de moral (se da un revolcón con una potencial
sospechosa) y el racismo con el que impregna su torpe cortejo de Kate. Es un
gusto cuando desaparece, pero preferiríamos que su expulsión fuese más estruendosa.
Contenido
Violento y Gory: A pesar
de los muchos crímenes y de abundancia de cadáveres, no es una serie grafica
Contenido
Sexual y Desnudos: Aunque
el sexo juega un rol importante en muchos crímenes, y las relaciones
clandestinas abundan, no hay desnudos.
Factor Feminista: A pesar de que el protagonismo recae en Dalgliesh,
Lady James no escatima personajes femeninos, buenos y malos, victimas y
criminales. Dalgliesh a diferencia del detective típico de novela negra no es
ni mujeriego ni machista y eso se nota en su relación con Kate Miskin que es más
acentuada en la serie.
Factor Diversidad: En sus libros, la Baronesa no se mostró
ciega a la diversidad del mundo británico llegando hasta ponerle a Dalgliesh un
asistente indio. La serie va más allá sin caer en una diversidad forzada. Por
ejemplo el que en Mortaja para un ruiseñor, Dakers sea negra ayuda a
hacer a su personaje más patético y sumiso en un espacio donde todas sus
compañeras son blancas. En Cover her Face, transformar a los Riscoe en
los Metha, una familia angloíndia, permite introducir notas exóticas,
prejuicios y hasta racismo de grupos supremacistas. Y hacer a Kate Miskin de
raza mixta, le añade otra dimensión al personaje.
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