martes, 25 de noviembre de 2025

El Peor Asesino en Serie de Italia: El Monstruo de Florencia (Netflix)

 


Los serial killers están de moda en la ficción ¿O será que Netflix los ha convertido en trend? Parece que esa plataforma solo vive de psicópatas y sus hazañas, por lo que es normal que vaya en busca de asesinos de otras regiones. Así que dramatizar el caso del Monstruo de Florencia les ha caído como anillo al dedo. A pesar de que me desagradan esos cuentosaun siendo retro nostalgiasolo la vi por causas de fuerza mayor. ¿Valió la pena? Ahora les cuento.

                         Retrato hablado del Monstruo

Antes que todo, una capsula sobre las fuerzas mayores. Desde el verano que vengo sufriendo de problemas con mi señal de Wifi. A pesar de que reconocen que parte del problema es de ellos, mis proveedores de Spectrum han enviado dos veces gente que ha dado vuelta mi casa y todos mis aparatos conectados a su Wifi , ofreciendo razones fáciles de desbaratar y soluciones que implican contrata de otros servicios más caros.

Entremedio, este fatídico mes de octubre y en medio el shutdown más largo en la historia del gobierno de USA, me he quedado sin servicio en la plataforma Samsung. A pesar de que caprichosamente (y negando las explicaciones de los proveedores) reaparece a voluntad propia, he tenido que apoyarme en el cable regular. Ahí descubro que tengo acceso a dos plataformas Acorntv y Netflix. ¡Qué ironía cuando yo deseaba deshacerme de la segunda!

El caso es que le he hincado el diente al producto Netflix viendo House of Guinness (muy mala); Nadie nos vio partir (incomoda) y El monstruo de Florencia que me deja con sentimientos encontrados. Para resumir,  no es la típica combinación de gore y procedimiento policial que se asocia con este subgénero de los serial killers.



Monstruos y Copycats

La trama se basa en una serie de asesinatos cometidos por un individuo que la prensa apodaba “El Monstruo de Florencia”. Como ocurre con los medios, el mote no es aplicable. Primero, ninguna muerte ocurrió en Florencia sino en pueblos aledaños. Segundo, todavía no se sabe quién o quiénes fueron los culpables reales de una serie de asesinatos similares ocurridos entre 1968 y 1985.

Los asesinados eran siempre pareja (todas hetero+una gay) que estaban teniendo sexo o planeándolo, o en actitud post coital, en algún sitio alejado. En muchos casos, el asesino mutiló los genitales de la mujer y el arma fue casi siempre la misma. Muchos sospechosos fueron arrestados, encarcelados e incluso condenados por uno o varios crímenes. Sucede que el Monstruo volvía a atacar cuando los acusados estaban en la cárcel.

Hasta hoy no se conoce al verdadero serial killer, ni se sabe cuántos copycats nacieron entre sus admiradores. Por esa razón, la serie ha tomado otro rumbo enfocándose en el primer asesinato. Tal como en la realidad, un crimen en 1982 hace a la procuradora pensar que debió haber existido un asesinato inicial que empujase al criminal a seguir buscando parejas que copulaban en descampados y a mutilar a sus víctimas femeninas en recordatorio de la traición de una mujer especifica.

                 Mapa de los asesinatos del Monstruo

El Primer Asesinato

Así llega la policía a las muertes de Barbara Locaino y Antonio Lo Bianco, uno de sus amantes. Los hechos ocurrieron en las afueras del pueblo en 1968, estando presente Natalino, el hijo de ocho años de Barbara. Fue Stefano Mele, esposo de Bárbara quien se confesó autor del doble homicidio pasional, pero como nota la fiscal, incluso durante el juicio hubo muchas discrepancias entre la confesión y los hechos. La reaparición de un sujeto desconocido que ha seguido cometiendo crímenes parecidos demuestra la inocencia de Stefano.

La serie entonces prefiere contarnos la triste historia de Stefano Mele desde su matrimonio. Comenzamos con un flashback, viendo una novia en su vestido blanco huyendo por los campos. se trata de Barbara, la esposa fugitiva. Tras de ella van los hombres de la Familia Mele, pero no el esposo. Como le explica a Stefano su padre, ya han pagado por la novia y tienen su dote, el matrimonio debe funcionar. Traen a Barbara y la encierran junto al marido-pelele en un cuarto.

                                           Novia Fugitiva
                                     Novia Atrapada




Pasa un año, Los Esposos Mele viven en su propia casa, con tejado roto a pesar de ser Stefano albañil y parecen ser felices, pero falta dinero. A Stefano se le ocurre rentarle un cuarto a Salvatore, un individuo que desde la primera vez que aparece nos indica que va a causar problemas. Efectivamente, se hace el dueño de la casa de Los Mele a quienes trata (principalmente a Barbara) como sus sirvientes.

                    El Triangulo del Terror

La situación llega al límite cuando Salvatore abusa de Barbara con el esposo en el cuarto de al lado. A pesar de que Stefano escucha el llamado de auxilio de su esposa, no hace nada. En el último episodio hay más detalles sobre esa relación abusiva que acaba con el embarazo de Barbara. Salvatore se marcha y los Mele crían a Natalino como su hijo con mucho amor, pero Barbara no perdona la flaqueza del marido.

Un par de años más tarde, Stefano trae otro visitante a su casa. Se trata de Francesco, hermano de Salvatore. Cuando el hombre convence a Barbara que no es como su hermano, se hacen amantes. Esto hasta que la esposa de Francesco lo acusa ante las autoridades de adulterio y abandono de hogar.

Le dan a Francesco medio año de cárcel. Stefano, en su síndrome de pasividad-agresividad, encuentra su propio plan para castigar a su esposa. Trae a Salvatore a la casa para participar en un triángulo que para Babara es más de horror que pasional. Cuando Francesco sale de la cárcel no le cree que haya sido víctima. La desilusionada mujer se busca otro amante llegando a un triste fin.

              Barbara despreciada por todos, acosada por todos, pero solo uno la asesinó 

Será en 1983, que la procuraduría de Florencia va a asociar la actividad homicida del “Monstruo” con este crimen pasional. Nuevas interrogaciones llevan a Stefano y al ahora, adulto Natalino a culpabilizar a diferentes hombres cuyas historias formaran el núcleo de estos cuatro episodios.

              En cada interrogatorio, Stefano contaba un cuento diferente

Como ocurriera con Il Gattopardo, esta serie muestra un nivel más alto de cinematografía y es más cuidadosa con la ambientación de época que otras producciones italianas. Podríamos decir que aun la mediocre producción de Netflix se salva al filmar durante el gobierno de la Signora Meloni.

En términos de iluminación es menos oscura que la mayoría de las producciones de época. A pesar de que existe un tinte sombrío par las escenas de día y se las arreglan para convertir en las nocturnas al hermoso paisaje toscano en un espacio tenebroso y amenazador.

La atmosfera de época se consigue gracias al vestuario y principalmente en la música. La banda sonora saber escoger sus temas. La sublime “Il cielo in una stanza”  de Mina para la primera vez que Salvatore abusa de Barbara contrasta con “White Rabbit” de Jefferson Airplane, que sirve de trasfondo para cuando Barbara le cuenta esa historia a Francesco ocho años más tarde.




Tras revisar la Wikipedia en italiano y ver que ninguno de los actores tenía (en ese momento) páginas, me dio la impresión de que el no usar rostros famosos da mayor realismo a la tragedia. El movimiento de cámaras y otros detalles aunado a ese no usar profesionales de la actuación ayudan a revivir un aura de Neorrealismo de fines de Los 40.

Más que seguir la fórmula de Ryan Murphy de hacer hincapié en el gore, Il Mostro di Firenze tiene en sus flashbacks de la tragedia de Stefano y Barbara un dejo de James Cain, de su famosa El cartero llama dos veces. No nos olvidemos que antes de ver a Lana Turner y John Garfield en la versión Hollywood, un joven desconocido llamado Luchino Visconti la adaptó para la pantalla mussoliniana como Osessione (1944). Y me aventuro a decir que hay una deuda de “Il Mostro” con ese filme.








Contenido Violento y Gory: Los crímenes acompañados de mutilaciones son recreados en varias ocasiones de la manera más grafica posible. Hay otras formas de violencia en contra de mujeres desde una fantasía de un sospechoso que aterroriza a una posible pareja hasta que la fiscal reciba una carta del asesino con un trozo de un seno de la última víctima. Barbara es abusada sexualmente por su marido, su inquilino, y casi por su suegro.

Contenido Sexual y Desnudos: Cadáveres desnudos, gente teniendo sexo, escena discreta de sexo oral gay. Lo fascinante de la serie es una exploración de fantasías masculinasy no solamente del Monstruoque incluyen violencia, desde prostituir a la pareja hasta tríos formados por pareja hetero y amante gay. El factor común es que la mujer es siempre obligada a entrar en estos juegos. También vemos como el Monstruo se convierte en un icono de esta sexualidad enfermiza. El hermano de Stefano lleva a una mujer a una cita en la que intenta recrear los crímenes del Monstruo, pero sin el consentimiento de su compañera. Por otro lado hay una tribu urbana de voyeurs que se esconde en el bosque a observar a parejas teniendo sexo y siempre con la esperanza de que aparezca el asesino y les dé matarile.

                      Una fantasía debe ser compartida, sino es una agresión 

Factor Feminista: La serie es un muestrario de la vida angustiosa  que se lleva en sociedades tradicionales rurales, pero también es un espejo de como un machismo exagerado se traduce en violencia mortal. Un detalle que no he podido corroborar es la existencia de Silvia Della Monica, que la serie coloca a la cabeza de la procuraduría de Florencia y encargada de encontrar al Monstruo. Todos los informes que he leído solo mencionan procuradores varones. A lo mejor ese olvido se debe a un dejo de machismo.



Factor Diversidad: Solo quienes conocen la cultura italiana sabrán que la serie hace hincapié en la inferioridad del pueblo sardo retratándolo peor que en el filme clásico Padre, Padrone, como un grupo de ignorantes, brutos, machistas, golpeadores, asesinos y hasta…homosexuales.

Netflix ha embutido en la historia de los primeros sospechosos de ser El Monstruo  un elemento gay que más que agregar diversidad sexual al relato otorga  rasgos negativos a dos de los acusados de cometer el primer asesinato.

 

martes, 18 de noviembre de 2025

Cuando la Codicia Rompe el Saco: El robo de Brinks-Mast y The Gold (PBS y Paramount +)



Cada vez que leo algún artículo sobre el decaimiento del producto Netflix y sobre sus posibles motivos encuentro la repuesta en una comparación con series como Slow Horses, Blood of My Blood o esta estupenda serie británica. Usando un caso de un espectacular robo que sacudió a Inglaterra en los 80, The Gold nos muestra no solo el despliegue policial por encontrar a los ladrones sino también como el elemento criminal va descubriendo los peligros de robarse tres toneladas de lingotes de oro.

Con mínimos cambios (y advertidos) la serie narra los sucesos ocurridos en 1983, cuando una pandilla de ladrones intentó robar un botín de pesetas españolas en un hangar, cercano a Heathrow.  Surgió un problema con la combinación de la caja fuerte, pero los ladrones descubrieron que había una fortuna escondida que no presentaba dificultades para ser sustraída. Se trataba de una valiosísima carga de oro puro que iba camino a Hong Kong y dio la casualidad de que lo habían dejado ahí y sin resguardo por una noche.

Tras el robo masivo, mientras el reino veía consternado lo fácil que era hurtar tamaña fortuna, los ladrones enfrentaban el problema de como vender su tesoro. Para eso debieron salir de la órbita del hampa y recurrir a gente de la alta sociedad. Esto llevaría a un traslado del oro a bancos extranjeros y a traslado de los criminales. A algunos de los cuales la policía echó el guante enseguida y otros  huyeron al continente. De eso se trata esta historia.



En las primeras escenas vemos como una banda de ladrones de poca monta planean robar una fuerte cantidad encerrada en una gigantesca caja fuerte situada en una bodega de la compañía aseguradora Brink. Los lidera Micky McAvoy (Adam Nagaitis  de Chernóbil y The Terror) El problema surge cuando al aterrorizado guardiael único que conoce la combinación le viene un bloqueo mental y no la recuerda. A punto de literalmente quemarlo vivo, McAvoy hace otro descubrimiento: el edificio alberga una riqueza mayor.

Boyce y su Equipo

Efectuado el robo y avisadas las autoridades, se presenta un dúo de detectives compuesto por Nikki Jennings(Charlotte Spencer de Sanditon y The Living and the Dead) y Tony Brightwell  (Emun Elliott el Moray de The Paradise). Sin embargo, el robo es demasiado importante para la policía local. Se llama a Brian Boyce (Hugh Bonneville de Downton Abbey), un legendario individuo , veterano de la  insurrección de Chipre,  y que estuvo a cargo de investigaciones durante el conflicto con Irlanda. Un poco por ambición, otro por deseo de trabajar con Boyce, la detective Jennings arrastra a su timorato compañero a convencer a Boyce de  que los haga parte de su equipo.



Sucede que la pareja ha visto discrepancias en el relato de los hechos por parte de Anthony Black (Josef Astlin el Pyp de GOT), quien custodiaba la puerta de entrada de la bodega. Boyce permite, estando él presente, que los policías interroguen a Black.

Es una escena deliciosa. Entre Nikki y sorprendentemente Boyce, descubren, solo por su conocimiento del hampa de donde viene Black, que es cuñado de uno de los ladrones. Sin decir una palabra, solo con su expresión facial ,el guardia se ha delatado. Pronto ya la policía arresta a McAvoy, y Boyce, tras exigir un entrenamiento físico (casi pierden al ladrón por ser este mejor corredor) acepta trabajar con la dupla Jennings-Robinson.



Los Peligros de Robar Oro

Antes de su arresto, McAvoy ha contactado a dos delincuentes (Interpretados por los guapérrimos Tom Cullen y Jack Lowden) quienes, a pesar de sus honestas fachadas, tienen prontuario más largo que la guía de teléfonos.  John Palmer (Cullen) es un comerciante de oro, Kenneth Noye (Jack Lowden) ha hecho fortuna con un negocio de transporte, pero en realidad ambos trafican con propiedad robada. Ahora Noye se dedicará a sacarle el sello a los lingotes robados para luego derretirlos y que Palmer los venda en sus joyerías.

                              Palmer y su señora en Tenerife

 Hay un contraste entre el humilde piso del ratero McAvoy, la casa de Palmer y la mansión de Noye, situada en un elegante vecindario en las afueras de Londres. Hay un contraste entre las abnegadas cónyuges cockneys de Mc Avoy y Palmer con la despampanante Mrs. Noyce que se pasea a caballo por su propiedad como si fuese la Princesa Ana.

                            McAvoy y una de sus muchas mujeres

A medida que Noye trabaja en los lingotes en un hangar especial que tiene en su propiedad, se da cuenta de que es un trabajo que lo supera y necesita de la ayuda de alguien más importante, de alguien que se mueva en el mundo del poder. Usando como puente a Gordon Perry  (Sean Harris, me costó reconocer al Micheletto de Los Borgia) llega hasta Edwin Cooper (Dominic Cooper), un abogado de la alta sociedad.



Un Villano de la Clase Alta

Antes de continuar el laberintico camino que recorren paralelamente los policías y los “villanos” (así se llaman los bandidos entre ellos), debo describir esta historia como una fábula social que retrata tanto el sistema de castas del Reino Unido como su movilidad social .

A pesar de que Cooper vive en una mansión más grande que la de Noye, le debe todo al suegro que se lo recuerda cada rato. En su afán de independizarse, Cooper ya ha incursionado en el delito y no teme involucrarse con criminales si la paga es grande.

                           

McAvoy es un “villano” común y rupestre, Noye es un bandido de alta escuela, pero a pesar de su casona, sigue faltándole el roce social.  Esto es evidente cuando él y Perry van a almorzar con Cooper en el club del abogado. Gordon lleva puesta una gabardina. Es lo que entendió por la orden de su anfitrión de “¡Ven de chaqueta!” y el traje de Noye está todo arrugado,  denotando su baja calidad. Cooper los sorprende al revelar que él también es de baja estofa. Ha necesitado casarse con tres mujeres ricas para poder llegar hasta donde está.


                  Noye con sus simbolos de estatus, sus perros y su mansión 

El mundo de The Gold es un ensayo de revelaciones del pasado de los personajes que determina sus acciones futuras. Durante el interrogatorio de McAvoy, este reconoce a Niki. “Eres la hija de Bill Jennings. ¿Qué diría tu padre de ver a su nena convertida en polizonte?” Después, Boyce le explica (casi se disculpa) a la detective  que una vez arrestó a Papa Jennings. La misma Nikki le revelará a su partner que el ser hija de un poderoso gánster la empujó a buscar amparo en lo legal y legítimo.



Extraordinariamente, eso no la hace diferente de los “Villanos”. Ellos también quieren ser legítimos, alejarse de la sombra de parientes malandrines y vivir con la seguridad de los de “arriba”. Diferente es la meta de Cooper quien quiere cambiar “el sistema”, pasarle por encima con un bulldozer. Solo que,  como su esposa le escupe en la cara,  el sistema está siempre dispuesto a aplastar a quienes lo desafían.

Otro tema importante de la serie es el cuerpo policial que a ratos presenta tantos problemas como los “villanos”. La razón por la cual Boyce no quería incluir miembros de la fuerza policiaca es que la mitad está recibiendo coimas de parte del bajo mundo y la otra le debe más lealtad a la masonería que a la ley. El tema de la influencia masónica sobre la policía inglesa de la segunda mitad del Siglo XX ya ha sido tratado en series como El Inspector Gently y Dalgliesh.

Lo curioso es que los bandidos en su escalamiento social también entran en esa sociedad tan secreta. Vemos a Noye acompañar a su contacto en la policía a una asamblea masónica. A eso se refiere Boyce cuando dice que Noye “está protegido”.



Aparte de una muy interesante trama que muestra a la sociedad británica en el primer periodo del thatcherismo, todavía imbuida de privilegios de clase y recuerdos de un imperio perdido, la serie está llena de otras virtudes. A medida que villanos y policías se persiguen por diferentes espacios del globo terráqueo, la cinematografía se hace más espectacular.

La atmosfera de época también está bien reconstruida, más allá de la obvia ausencia de la tecnología a la que estamos acostumbrados. La música, tal  como el vestuario femenino con pantalones que se hacían bolsa en la cintura, minis resucitadas, blusas de seda con hombreras,  y vestidos de ensueño de Laura Ashley, nos recuerdan una de las décadas más culturalmente abigarradas y creativas de fines de siglo XX.




Con todas estas alabanzas más que recomiendo esta serie que me temo sea un último ejemplo de la grandeza que una vez caracterizó a la televisión británica. Una lástima que, como todo lo bueno, no esté disponible en una plataforma con mayor distribución. PBS ha comprado las dos temporadas para presentarlas en Estados Unidos. En el resto del globo terráqueo, incluyendo los países hispanoparlantes, se la puede encontrar en Paramount+



Contenido Violento o Gory: Muy poco. A lo más, el que McAvoy amenaza con quemar vivo al guardia que no recuerda la combinación de la bóveda.

Contenido Sexual y Desnudos: Cero.

Factor Feminista: Después de ver la burrada de The New Force,  el personaje de Charlotte Spencer  pasa a ser un monumento a la mujer policía. No necesita ser la experta criminóloga, ni ser hija de representante de la ley. Al contrario. Nikki Jennings viene del mundo del hampa, es hija de un gánster,  y ha superado ese estigma y el machismo del sistema policiaco para avanzar en su carrera e incluso impresionar al mismísimo Boyce.




Factor Diversidad
: A pesar de que se ven actores de color de vez en cuando, el elenco principal es totalmente blanco. Bueno Emun Elliott es mitad persa. Tenemos a Sienna, la corredora de propiedades india que luego se convierte en amante de Cooper . Y hay un episodio en el que la dupla Jennings-Brightwater viaja a Sierra Leona.





martes, 11 de noviembre de 2025

Cuando las Suecas se Volvieron Policías: The New Force (Netflix)

 


Me hizo mucha gracia que Netflix tuviera que vender una serie aludiendo al producto, de Apple tv  Las Azules.  The New Force muestra lo difícil que fue para las suecas ser las primeras mujeres en entrar al cuerpo del país. Ahí paran las similitudes. Aparte de las diferencias cronológicas y culturales, este producto es inferior en casi todo a la serie de Bárbara Mori.

Tres Chicas de Azul

Comenzamos con una de estas azules o “policía con faldas” . Su nombre es Carin y es interpretada por Josefin Asplund, la Astrid de Vikingos. Aquí es una chica muy modosita que está cenando con su novio y unos amigos. ¿El tema de mesa? El que haya egresado de la academia de policía y sea una de las primeras azules de Estocolmo.

Los comentarios van desde que la policía es infame por su mal salario hasta el que Carin debe pensar en que se empleará una vez que la aburra ser representante de la ley. Carin tiene suerte ya que es apoyada por Arne, un estudiante de economía que también la ayuda a entrenar en el arte del jiujitsu.

                                   Hasta en el baile entran llaves de jujitsu

Cuando no pasa la noche con Arne, Carin comparte piso con Sivi e Ingrid, dos compañeras de academia y que, como ella, han sido asignadas al peligroso barrio de Klara.  El que vivan juntas crea un grado de intimidad entre las tres novatas.

Un Pésimo Dia de Trabajo

El primer día de trabajo es el típico en estas series: un desastre total. Es obvio por el chismorreo entre policías que las nuevas no son bien recibidas y eso que su superior inmediata es hembra. Al final del día es un milagro que el trio no renuncie.

Las han enviado a patrullar, cada una asignada a un policía veterano. La pareja de Ingrid no le dirige la palabra en toda la jornada. El compañero de Sivi parece más simpático. Entre los dos arrestan a un borracho. Cuando la novata pregunta si no deberían registrarlo, su pareja se encoge de hombros. Descubrimos que esa comisaria solo tiene un vehículo, ¡por lo que Sivi y su colega deben llevar al borracho en taxi!



Al llegar a la comisaria, el detenido despierta y saca unas contraplumas. Sivi rápidamente lo desarma obteniendo la admiración de Charlie, el más guapo de los detectives. Entonces el compañero de Sivi le grita que él le ordenó que revisara al borracho y ella no lo hizo. Sivi recibe una reprimenda de su superiora que no quiere escuchar la versión de la nueva.

El peor día lo tiene Carin. Aunque tiene un compañero más o menos decente, es obvio que no está contento de tenerla en su flanco. Ambos son testigos de cómo una mujer con ropa desordenada huye de un auto tras robarle su cartera al chofer. El policía le explica a su ingenua pareja que se trata de una prostituta que ha robado a su cliente. El hombre no quiere presentar cargos. Posiblemente por ser casado deduce el policía , así que él y Carin van en persecución de la ratera que responde al nombre de “Mónica”.

La encuentran en un callejón. Carin comete el error de solicitar ser ella la del arresto y su compañero comete el error de dejarla a cargo. La policía se acerca a Mónica y ve que la prostituta se siente mal. Se distrae y Mónica aprovecha de aventarla al suelo y huir.



Carin, La Tonta

Esa noche, Carin descubre algo terrible. Ha perdido su flamante chapa. Parte de la base que Mónica se la ha robado y en un acto de gran imbecilidad, vavestida de civila los bajos fondos en busca de la prostituta. La encuentra, la sigue y la ve entrar en un edificio usando como contraseña algo como “soy una chica de Jack”. La policía usa la misma estratagema le dice al de la puerta que viene a una “entrevista de trabajo” con Jack y logra entrar.

Adentro vemos que es un antro con camareras topless, clientes borrachos y libidinosos y una bailarina exótica encuerada en el escenario. Carin está en el bar tratando de ver donde está Mónica cuando se le acerca el propio Jack. Quiere saber si realmente lo conoce o si quiere trabajar para él.

Carin alcanza a divisar a Mónica que ha dejado a un cliente descontento. La pobre prostituta está sufriendo una hemorragia. Lo menos que quiere es ver una policía cerca. Le grita que no tiene su chapa. Aparece Jack. Quiere saber lo que pasa. Carin le aplica una llave de jiujitsu y sale huyendo.



A la mañana siguiente, descubre que la chapa se le cayó en la calle y que fue su compañero quien la recogió. El problema no acaba ahí. Poco después llaman a la pareja porque han encontrado un cadáver florando en el rio. Se trata de Mónica. Aunque la policía archiva el caso como suicidio, por las marcas en el rostro de la prostituta, Carin sabe que fue un asesinato.

De ahí ,y obviamente sin permiso, Carin se embarca en una pesquisa personal que acaba en una redada del burdel/cabaret de Jack y el arresto y pérdida de confianza del único contacto que la policía ha hecho en ese antro. Conclusión: Carin es tonta.

Miss Suecia sin Cerebro

La guapa Sivi hace buenas migas con el guapo Oscar al que confía sus ambiciones de llegar a ser, una anomalía en esa época, una mujer detective. Oscar se ofrece a ayudarla, pero el compañero de Sivi le dice que lo hace solo por ser ella bonita. Cuando Sivi descubre que en la comisaria la apodan “Miss Suecia” decide demostrar que es más que una candidata a reina de belleza.



Es ella quien le da a Oscar la pista para que hagan una batida en el cabaret de Jack, adjudicándose todo el crédito por la chambona investigación de su compañera de cuarto. Por supuesto que toma poco tiempo para que Oscar descubra la mentira. Sivi pierde la confianza y respeto del único policía que se lo ha brindado. Conclusión: Sivi es una tonta.

Ingrid en Problemas

Ingrid, en cambio, enfrenta un problema diferente. Descubre que el comisario gusta torturar prisioneros e incluso abusar sexualmente de las arrestadas. Cuando Ingrid intenta informar a sus superiores, se tropieza con ese muro de silencio y complicidad que acompaña estas denuncias en este tipo de serie.



El Comisario tiene mucho poder y sostiene una competencia con el otro jefe que es el único en el plantel que apoya a las policías con faldas. Lástima que sea un corrupto y que está en el bolsillo de Jack, el Padrote. Ingrid no es tonta, pero al intentar cumplir con su deber ha pisado callos y se ha hecho visible de una manera negativa.

Si hice hincapié en la poca sesera de las policías es porque estoy harta de ver protagonistas bobas. Ya para eso me pasé cuarenta años viendo telenovelas y ahí encontré heroínas más inteligentes que muchas de estas hembras empoderadas que las producciones progres nos ofrecen hoy en día.

El Subgénero de las Policías Novatas

Este cuento de la primera falda que cargó chapa y como sus colegas más estaban interesados en meterle mano debajo de dicha falda, ya ha sido tratado en series como Las Azules, la británica WPC56 y la rusa Neófita. Ya podemos hablar de un subgénero, por lo tanto se espera que no se apoye en clichés. 

                      Para ser policia bella hay que ver burros y estrellas

Masha, la protagonista de Neófita era ingenua como corresponde a la virginal hija de una familia acomodada de Leningrado, pero era abogado y criminóloga recién egresada. Más experta en teoría que en la práctica, pero versada de conocimientos nuevos para los policías machistas con los que debía trabajar. ( En castellano y en ruso la serie se titula La Estudiante Ejemplar .)Lo importante es que sus métodos eran apreciados por la jefa de la comisaria que apoyaba en lo que podía a la novata. En eso difiere con The New Force donde tener jefa hembra es más desventaja que respaldo.

En Las Azules, hubo momentos en que hubiese ahorcado al menos a cuatro de las patrulleras, pero en general, no eran tontas. La Mori será muy desempantane, pero su personaje era una ex universitaria obsesionada con novelas de detectives que la ayudaban a investigar el caso del Estrangulador de Tlalpan. Su hermana, por pesada que fuera, era una reportera con conexiones.



A pesar de (o gracias a) su Asperger, Angeles era brillante. La más bobita del grupo era Gabina, porque aunque hija y hermana de policías, también era niña de su casa, incapaz de reconocer la maldad del mundo. Muy diferente de la Annie Taylor de la tercera Temporada de WPC56, que apoyada por la experiencia de su padre, un detective retirado, desde el primer día enseñaba en su machista comisaria que con ella no se jugaba.

Annie tuvo que llegar a salvar esa serie inglesa, puesto que las primeras temporadas, esa comisaria de pueblo ingles de los 50 se rio a costillas de la novata Gina Dawson quien, como las policías suecas, caía en las trampas de ser mujer. En la primera temporada, cometía el error de enamorarse de su jefe casado. Aunque él pedía su traslado, y su relación no pasaba de lo platónico, la oficial Dawson quedaba marcada para siempre entre sus colegas.



En la segunda temporada, casi por desesperación, Gina perdía su virginidad con un sospechoso y terminaba matándolo. Con eso mató la serie y aunque la deportaron a otra comisaria y la reemplazaron por una oficial más seria, WPC56 permaneció como ejemplo de que pocas mujeres pueden sobrevivir a  la carrera policial.

Es que Gina, María de Las Azules, y hasta Masha de Neófita piensan con los ovarios y no la cabeza. Las policías suecas tampoco pueden huirle a su condición femenina. Ingrid es tímida y sumisa, como corresponde a una mujer que oculta su judaísmo del mundo. Lo que dice mucho de la sociedad sueca de entonces y de hoy.



Sivi es tan manipuladora que se vende a Oscar como una víctima de las acechanzas masculinas y luego cuestiona sus motivos para ayudarla.  Aun así, acaba con el detective en la cama sin preocuparse si es casado. ¡Ayayay! Tanto descaro me hace meditar sobre si Gretita Thurnberg debe algo de la desvergonzada manipulación de su imagen al hecho de ser sueca.

En cuanto a Carin, no tengo ni para empezar ni terminar. Es tan tonta y atolondrada que vive metiéndose en líos y poniendo en peligro a otros. A la mitad de la serie, Carin está siendo chantajeada por Jack. Eso lo dice todo de la supuesta heroína de este relato.



El no poder identificarme con los personajes, el no poder admirarlos o temerles, me hace indiferente a sus circunstancias. También encuentro que para ser una serie de solo seis episodios se siente lenta lo que la hace aburrida. Se nota que se ha gastado poco por lo que tanto vestuario como cinematografía son ralos y ramplones. Ni hablar de la anacrónica banda sonora.

En suma, tanto The New Force como House of Guinness me hace sentir que los dramas de época de Netflix son…bueno, que podrían haberse ahorrado hacerlos. Una lástima puesto que Gattocito Miroslav me dice que esa plataforma tiene el monopolio de los period pieces ya que puede costearlos, pues el producto se siente barato y tosco, peor aún, sosísimo.

Contenido Violento y Gory: Redadas, brutalidad policiaca, mucha violencia verbal.

Contenido Sexual y Desnudos: Un par de escenas de sexo. Desnudos en el bar/burdel de Jack.

Factor Feminista: Francamente, un espectáculo absurdo de victimización, sin explorar contexto o hacer notar las flaquezas de las “víctimas”, no puede ser catalogado de feminista. Lo único interesante que aprendí es que la razón por la cual la policía de Estocolmo contrató mujeres es que pagaban tan poco que ningún hombre quería el empleo. Así que no es como en WPO56 donde se contrata a Gina para trabajar con víctimas de violación o niños; o Neófita donde se contrata a Masha por su excelente currículo o que la creación de un escuadrón femenino mexicano sea una movida política como con Las Azules.



Factor Diversidad: Es una serie muy “blanca” como lo era Suecia en los 50, apenas vemos que Ingrid es judía y debe ocultarlo. Al final en una clínica de abortos disfrazada de peluquería, aparece una actriz de color.

martes, 4 de noviembre de 2025

Cerveza y Ambiciones: House of Guinness (Netflix)



Steven Knight hace rato que anda buscando una familia disfuncional como la de los Shelby en Peaky Blinders. Ahora la ha encontrado en los cuatro vástagos de Sir Benjamín Guinness, el de la famosa cervecería. No tengo problemas con la falta de historicidad del relato, porque han tenido la cortesía de ofrecer un disclaimer indicando que es ficción “inspirada” en personajes reales. Mi problema es Knight, y su amoralidad que se refleja desde sus personajes antipáticos hasta la obsesión con la palabra “F” que sale de boca de hampones, criados y damas de sociedad.

Un Entierro muy Movido

Estamos en Dublín, 1868. El cortejo fúnebre de Sir Benjamin Guinness, dueño de la cervecería más importante del mundo, va a cruzar la ciudad hasta la catedral (protestante por supuesto), pero el populacho tiene otras ideas, o se las imponen un par de agitadores profesionales. Uno es un pastor que cree en la temperancia. O sea no bebe alcohol, pero se mete cocaína. Supongo que para curar la sinusitis, el único uso de la coca en ese tiempo.

El otro grupo lo dirige Patrick Cochrane, leader de la Hermandad Feniana. Su rabia contra el difunto es que era protestante y abusaba de sus empleados. Patrick parece bonachón, sabe que viene la policía y le pide a su gente que no hieran a los caballos porque “todos los caballos son católicos”. Que no te oiga la diosa Epona.



Al parecer los empleados no eran tan desafectos del patrón, porque ya los ha armado Sean Rafferty (James Norton), el capataz de la cervecera ,y juntos marchan a impedir que los revoltosos interrumpan el cortejo. Entretanto, los cuatro hijos y herederos del difunto están reunidos, no muy apenados, ya que cada uno tiene algún problema propio que espera solucione la muerte del padre.

Arthur, el mayor (Anthony Boyle), ha vivido tanto tiempo en Londres que ya no parece irlandés. Su hermano Edward (Louis Partridge , el Lord Tewksbury de Enola Holmes) es ambicioso, tiene planes y se siente capacitado para manejar el negocio. Su hermana Anne, es la voz de la razón de la familia, y Benjamin, el menor, duerme una borrachera en el sofá. Estos son los protagonistas del cuento.

Los Cochrane y sus Planes

Mientras los Guinness, con lujo de hipocresía, entierran al padre y lo homenajean con un baile (deseos del difunto); en los bajos fondos dublinesas, Cochrane prepara otro golpe contra sus enemigos. Esa noche quemarán el cargamento de cerveza que espera en el puerto. Aparece su hermana Ellen, presidenta del Comité de Fenianas, carga cuchillo en la liga y tiene planes más nefastos, pero más coherentes que los de su hermano.



Usará los secretos de los Guinness para destruirlos. Aconseja a su hermano no andar quemando barriles que con eso solo afecta al pueblo que necesita de sus empleos en la cervecera y que goza su pinta de cerveza negra. Está claro que Ellen es más inteligente que  Patrick, pero me desagrada esa premisa de lucha de clases que siempre enarbola Knight y en la que ahora la clase domestica es la destructora de oligarquías.

Como defensora del servicio doméstico digo que no necesitamos de más ejemplos como Parasito que solo sirve para desacreditar un trabajo digno y tremendamente útil. Es el rechazo de quienes no saben de los lazos que se establecen entre amo y sirviente y que superan diferencias de clases. Aunque exagerado, el modelo “Upstairs Downstairs” que Lord Julian Fellowes ha promovido en cine y televisión, no está tan alejado de la realidad.

Lo que es cierto que los Guinness tienen muchos secretos, Ellen Cochrane no ha podido encontrarle ninguno a Arthur. En busca de esa información, Ellen va a entrevistarse con el hampón Bonnie Champion , pero este solo conoce las deudas de Benjamin. Durante esa entrevista, Ellen presencia el incendio de los barriles y es vista por  Rafferty. Yo estaba temerosa de que tuviéramos romance ente el capataz y la feniana, pero Rafferty va a estar ocupado preñando a las mujeres de la Familia Guinness.

                                                 Sean Rafferty

En el segundo episodio presenciamos la lectura del testamento: Edward y Arthur se ocuparán el negocio, a pesar de que la verdadera carrera de Arthur es la política. Para eso está dispuesto a llevar una doble vida e incluso casarse por interés. Benjamin es desheredado por su alcoholismo y por jugador. Huye de sus acreedores, yéndose a Londres a unirse al ejército y también a casarse por interés.

                             Arthur tratando de no parecer gay

Anne es excluida por ser mujer. Se dedicará a la beneficencia y a cuidar de sus achaques mientras expía la única vez que dejó que su carne pecara. En cuanto a Edward, sus planes incluirán expandir su negocio al otro lado del Atlántico y también a hacer un provechose matrimonio del cual descienden hasta hoy los dueños de la cervecera y todos los Guinness que hayan aparecido en las portadas de periódicos o en las crónicas sociales. En cuanto a Ellen,  seguirá con sus planes de recaudar secretos, pero Edward dará vuelta su vida y proyectos de una manera que ella no podría imaginar ni evitar.

Lo Mejor y lo peor de The House of Guinness

Por ese motivo, voy a recomendar esta serie para los fans de Steven Knight. Sin ser aparatosamente exagerada como su último esfuerzo A Thousand Blows, pero sin llegar al pathos profundo de Taboo, cumple con los requisitos que han hecho al director reconocido. Puedo recomendarla para el fandom de Anthony Boyle y James Norton. Aquí interpretan roles vigorosos aunque no muy simpáticos. Para los amantes del género de época les cuento que es una combinación de The Gilded Age y Warrior. El parecido con esta última reside en que los irlandeses no están retratados con mucha justicia.

Ahora que he sido objetiva, puedo decirles que no me gustó. No es por no considerarla histórica. No hubo un escándalo público en el entierro de Sir Benjamín Guinness, pero le quedó divertido a Knight ese episodio. No hay registros de que Arthur Guinness fuese gay, pero su tío y tocayo si lo era. Una licencia legitima y un bono para la diversidad de Netflix. Los americanos estaban bebiendo cerveza desde 1817 y no hay registro de ningún primo Byron, pero , vamos, que ver nuevamente la sonrisa diabólica de Joffrey Baratheon valió la pena.

                           Joffrey cambio la corona por un sombrero hongo

Visualmente la serie es oscura, la recreación de Dublín está hecha con CGI (tal como la Birmingham de Peaky Blinders)  y fue filmada en Liverpool. La banda sonora es totalmente contemporánea salpicada de folk rock y de canciones en gaélico. El vestuario es feo, tan oscuro como la iluminación y no hay personaje que me atraiga,  con el que me identifique o que me arrebate el sueño. El libreto sigue los tropos tan amados por Knight. Un clérigo villano, fenianos bobos peligrosos, enemigos que olvidan sus ideologías en la cama.

En suma,  House of Guinness me aburrió. Parece increíble, pero pasada la batalla del cortejo, la serie me pareció tan poco original, los personajes tan poco atractivos,  que la seguí viendo con bostezos y reticencia. Me alegra saber que muchos espectadores comparten mi sentir. En IMDB me encuentro con adjetivos como “banal” y “aburrida”. El incorregible James Delingpole la calificó en The Spector de “excruciating”. Mas o menos es  lo que encuentro en Rotten Tomatoes donde la batalla de la cerveza obtiene un puntaje más bajo del auditorio que el de IMDB (7, 5 de IMDB y 6,6 en RT).

En Rotten Tomatoes, la crítica le ha dado un alto rating a la serie, algo común con el producto Netflix. Sin embargo, quienes aprueban no parecen ser de sitios muy conocidos y aun los conocidos reconocen que le falta algo.



Miren lo que dice Robert Levin en Newsday: “Casa de Guinness es siempre entretenida, pero presenta una insipidez que es difícil de ignorar”. John Anderson en el Wall Street Journal,  describe a la serie como algo para los que gustan de lo irlandés, lo sexy-violento y con una actitud casual hacia lo histórico,  y  termina con “ te dejará cómodamente atontado”. India Block en the London Standard dice que para gozar esta serie hay que “apagar el cerebro”.

Aun los críticos en nuestra lengua han tenido quejas. En MundoCine, Marta Medina revela dos falencias de la serie:Donde la serie tropieza es en su incapacidad para profundizar en los conflictos sociales de la Irlanda de la época. La tensión entre la familia Guinness, protestante y unionista, y la clase obrera feniana que lucha por la independencia de Irlanda, aparece esbozada de manera muy superficial. A ello se añade una cierta querencia por las subtramas amorosas, articuladas con un aire telenovelesco de sobremesa, que no necesariamente seducirá a todo tipo de público.”

Quienes se han lanzado en picada en contra de la serie han sido los medios irlandeses y con motivo de causa. Knight ha vilipendiado a los Hijos de Erin adjudicándoles todos los estereotipos posibles,  O son brutos o brutales o borrachos, o todo eso. Ya solo falta que los vistan de verde.

                                  A Ellen la vistieron de verde

Anna Marie Hourihan, escribiendo para el Irish Independent acumula “piropos” sobre la Casa de Guinness: llena de clichés, poco realista, aburrida y previsible. Ed Harris en The Irish Times describe el conocimiento de Steven Knight sore la experiencia colonialista de Irlanda bajo los ingleses como “rudimentaria”  y lo acusa de  aglomerar a todos los irlandeses bajo un mismo rotulo, incluyendo a los fenianos a los que ha caracterizado y vestido de “leprechauns ferales”.  En The Irish Examiner, Pat Fitzpatrick resume la poca originalidad de la historia con un “lo hemos visto antes”.

Contenido Violento y Gory: Comenzamos con fenianos, policía y empleados de la Guinness agarrándose de las greñas en medio de Dublín, . En típico humor Knight tenemos a los Fenianos a través de la serie confirmando la reputación de peleones de los irlandeses.

Contenido Sexual y Desnudos: Es Netflix…

Factor Feminista: Cero. Las mujeres de Steven Knight son osadas, transgresoras y furibundas, pero siempre terminan pagando sus pecados y los de sus hombres, sean estos sus amantes o sus hermanos. La verdadera Anne Guinness fue una mujer perseguida y limitada por sus achaques físicos. Aquí han querido empoderarla convirtiéndola en adúltera y no lo han logrado.

                                  Anne enfermiza e infiel.

Factor Diversidad: Por ahí hay algunos actores de color, pero ningún rol importante. (El incorregible Delingpole dijo que había que agradecer que de los cuatro Hermanos Guinness ¡ninguno fuese negro!) La diversidad sexual está representada por dos personajes importantes, pero Knight no es un campeón del wokismo en ese sentido. En cuanto a la enfermedad de Anne es tratada como un aspecto de su debilidad (tal como su adulterio) no como un estudio de como una minusválida lucha por ser relevante en un mundo donde las mujeres sanas ya son vistas como inútiles