lunes, 31 de diciembre de 2018

Diario de Netflix de Diciembre: Babylon Berlin



Comienzo de la segunda temporada. No sabemos cuánto tiempo ha pasado. Gereon Rath, en su cuarto de pensión, se lava, se rasura y se reincorpora al servicio. Así, sin preguntas. El hombre irrumpió en un restaurant top de Berlín; hubo una balacera; a vista y paciencia del público, el inspector secuestró y baleó al Armenio. No hay denuncia. ¿Wolter no se preocupó por la desaparición de su colega en el bar? ¿No hubo venganza del Armenio?

Benda ha llamado a Gereon a un bosque cerca de Berlín. Han encontrado los cadáveres de los trotskistas asesinados por los Soviets. Creen que un cadáver es el de Kardakov. A pesar de que se lo están comiendo los gusanos, Gereon reconoce que no es el ruso. Benda lo integra al Escuadrón de Homicidios. Ahora el asunto de los rusos es asunto de la policía berlinesa. Le aconseja armar un equipo para la investigación.


Gereon recluta un par de policías bastante torpes y a Stefan. Este ultimo siente que es injusto con Lotte al no integrarla al equipo. Gereon insiste en que no la quiere cerca, pero va a necesitarla cuando descubra que ella tiene el formulario de ferrocarril que encontró en “La Fortaleza Roja”.

Y aquí voy a tener que dividir las subtramas, tenemos como cinco. Vamos a empezar con Lotte que esta temporada me ha hecho llorar. No es posible que esa criatura pueda seguir en ese mundo tan sórdido. Hasta Wolter se da cuenta. Todo comienza y termina con ese cuñado rupestre. Ya pronostico que en cinco años lo tenemos de guardia de Dachau. Es para lo que los Nazis usaban la escoria.

Comenzamos con él sentado en la mesa (¿cuándo irá a trabajar?)  junto a un amigote que se come con los ojos a Toni. ¿Qué edad tiene esa nena? No le echo mas de doce años y yo tenia más pechos a esa edad. ¡Que a un hombre le pueda interesar sexualmente… ¡Qué asco!

El amigote le ha traído un regalo. Una combinación de seda. Nada impropio, pero no es un regalo para una niña. A Toni, que es coqueta, le agrada la prenda, pero el amigote exige vérsela puesta. Ella se niega. La amenaza con quitarle el regalo. Toni se va al cuarto de la madre a probárselo.  

El amigote le pasa un marco al cuñado. ¿Eso es lo que costaba una virginidad en la Alemania de Weimar?  Es ahí que Toni nota que la madre ha muerto. Extraordinaria esta escena que en telenovela o serie anglo hubiese sido acompañada de gritos y melodrama. Aquí es silencio puro.

Entretanto, ha llegado Stefan a preguntar dónde está Lotte. Aun sabiéndolo policía, los rufianes lo tratan mal. Llega Toni casi catatónica. Le preguntan dónde está Lotte. Atontada, la niña responde que en un baño público. Explicación, los alemanes tienen, y con justa razón, fama de limpios. Desde el medievo que todas las ciudades grandes del imperio tenían baños públicos con tinas parecidas a las de Harrenhaal.

 En Weimar había cuartitos de baño que se rentaban. Para tomar un baño caliente, Lotte y Greta (¿que no tiene baño en casa de los Benda?) alquilan una tina. Una escena que en el mundo anglo serviría para crear una fantasía lésbica, aquí se convierte en un momento en que estas dos niñas maltratadas pueden actuar como las jovencitas que son.

Greta se está bañando. Mientras espera su turno, Lotte se conduele que los hombres la han abandonado. Rudi desapareció, Gereon no la quiere ver, Stefan se ha olvidado de ella. Greta comenta que su amiga es muy brusca, a lo mejor los asustó.

Aunque Lotte se ríe, se incomoda. Hace que Greta salga de la tina para usarla. Greta se viste, Lotte vuelve a verle la cicatriz. Le pregunta qué pasó con el bebé. Greta responde que lo entregó antes de poder darle un nombre. Se ponen a pensar en un nombre para un bebé que nunca podrán ver. Parecen dos niñitas jugando a las muñecas.

Golpean la puerta. Lotte envuelta en una toalla va a abrir. Es Gereon, quiere el formulario. Comienzan a discutir. Lotte exige, a cambio del papel, que el inspector la incorpore a su investigación. El se niega. En el calor de la refriega a Lotte se le resbala la toalla y muestra sus pechitos.

Escandalizado, Gereon le ordena que se vista y vaya en busca del papel. Lotte insiste en saber el motivo por el que la trata tan mal. Gereon la acusa de haberlo traicionado. Lotte avergonzada le dice que le contará por que lo hizo.

Lotte se incorpora al equipo, pero llega su hermanita a avisarle que la madre ha muerto. Estas escenas son terribles. Solo Lotte se conduele.  Su hermana le anuncia que, como no tienen para pagar el funeral, se la van a pasar al Hospital Charité para que los estudiantes de medicina la hagan pedazos. Lo dice así con voz átona sin sentir nada y vemos la desesperación en la cara de Lotte. Les dice que nadie la toca, que ella consigue el dinero. El cuñado hace un comentario obsceno. Y así hay postmillenials en Reddit molestos porque Lotte sigue prostituyéndose.


Esa noche, Bruno se aparece en el bar y le entrega a Lotte un certificado limpio, incluso ha hecho borrar el ultimo arresto, cuando Lotte se metió en el piso de la Sorokina. Bruno se sorprende de que Lotte siga atendiendo clientes. Ella le explica que necesita dinero para enterrar a su madre.

Esa noche, Lotte averigua en el bar algo sobre los rusos (lo comentaré en su segmento). Aunque no ha dormido ni comido, corre donde Gereon a contarle. A pesar de que todavía está molesto con ella, el Inspector Rath la envía a su casa a descansar.

Lotte llega a casa y presencia un espectáculo dantesco. Su familia (menos el abuelo) están hurgando en las pertenencias de la madre, ahí arriba del cadáver. La hermana se queja que su madre tenia escondido un vestido de novia. “La Vieja Perra” no se lo quiso prestar para su boda. Planea vendérselo “al judío de la esquina”.

El cuñado— si tiene nombre no quiero saberlo— decide seguir sus pesquisas con el sillón del abuelo. Levanta al pobre viejo invalido y lo deja caer en el suelo. Toni intenta detenerlo y la golpea.


Enfurecida, Lotte le propina un puñetazo y lo derriba.  Está intentando levantar al abuelo, cuando el cuñado la alza de los cabellos y la golpea. Ahí interviene su mujer que los separa. Lotte huye gritando “¡que nadie toque al abuelo!”

Lotte llorando, no sabe donde ir. Ahí es cuando me muero de compasión por ella. Yo siento lástima por la Lila de “My Brilliant Friend”, pero cuando comparo lo que pasa Lotte y como todavía es optimista y generosa, pienso que Lila es privilegiada.

Lotte llega a casa de Stefan. Los padres de Stefan serán muy sordos, pero pueden reconocer a una niña en problemas. La madre la hace tomarse un plato de caldo. El padre le ofrece albergue por esa noche. Stefan la hace dormir en su cuarto y él duerme en la sala. Lotte está tan poco acostumbrada a la bondad y a muestras de cariño que se echa a llorar sobre la sopa.


No solo Stefan y su familia se hacen cargo de la muchacha. Al final, Bruno paga el funeral. El y Lotte esperan abajo del edificio a que traigan el cadáver. Wolter le pregunta a Lotte si quiere subir. Ella todavía no está preparada para ver a esas sabandijas. Esta lloviendo. Wolter ofrece llevarla al trabajo, Se cubren con el impermeable del policía y corren al auto. Creo que será la última vez que lo veamos actuar con decencia.

Los rusos y el oro
Sus abogados sacan a Nyssen de la cárcel, pero su ordalía no acaba. Sufre la humillación de que su madre, ante una mesa de directivos, lo despoje de todo poder sobre las empresas. Nyssen se va a llorar a su cuarto.


 Mas encima aparece Sorokina. Después de hacerle una antesala tipo Gaviota de tres horas, la condesa consigue ver a su amante. Le hace un magnifico teatro. El oro de su familia, los años intentando rescatarlo de las garras bolcheviques, el tren como única manera de recobrar la fortuna robada, etc.

Sorokina tiene un plan. Nyssen la perdona y decide ayudarla. Se va a visitar las cuadras del Oberst Wendt. El militar lo trata con desprecio, pero cambia al descubrir lo del oro Sorokin. Nyssen quiere que la Schwartze intercepte el convoy de regreso a Rusia. A cambio le ofrece la mitad del oro.

Esa noche en Mocha Efti, Lotte ve al Alto Comisario cenando con el embajador ruso. A éste lo reconoce de la estación de tren. Finge ser camarera para espiarlos. El ruso, que tiene memoria fotográfica, también la reconoce, pero no puede situarla. Ella lo tranquiliza. Seguro que la ha visto en alguna revista para caballeros.

Lo que alcanza a escuchar es que entre el embajador y Wendt chantajean al Comisario (otra vez con el cuento de la masacre del Primero de Mayo) para que permita que el tren regrese a la URRS. También descubre que los rusos están ayudando a rearmar Alemania a través de la Schwartez. Por eso, Lotte no volvió a su casa sino corrió a a la comisaria a alertar a Gereon.

Stefan averigua que las armas con las que mataron a los troscos son de procedencia rusa. De hecho, ya las requisaron de un par de matones que fueron arrestados por delitos como peleas de perro (¡qué horror!) Como tienen inmunidad diplomática no pueden ser arrestados hasta ahora.

Gereon y su equipo se presentan en un bulín clandestino donde se matan perros para disfrute de sádicos. Encuentran a los rusos y los arrestan. Con ese as en la manga, Benda y Rath chantajean al embajador. O arman un escándalo y lo exponen como incitador de la matanza o les entrega una lista de los miembros de la Schwartze. El ruso cumple con su promesa.

Stefan está espiando a Buno. Lo ve en un café en compañía de Sorokina y el coronel Wendt. Lee los labios, los fotografía, los dibuja. Ya tiene el número del vagón del oro. Un gamín se le mete entremedio de las piernas y a grito pelado, lo acusa de ladrón.  Stefan huye. ¿Lo habrá visto Bruno?

San José
Armado con la información que le ha dado Lotte, Gereon asiste a su primera reunión con la sección de homicidios. Lo tratan con condescendencia, lo hacen sentir un intruso y es obvio que no creen que la masacre de los troscos sea importante.

 El interés de los polizontes está fijado en un cadáver que han encontrado enterrado en cemento húmedo. Se trata de San José. Todos lo reconocen como el pistolero de El Armenio. Gereon se ve alterado. Otro flashback nos revela que él mató a San José y lo enterró en cemento. Por eso, Lotte lo encontró todo sucio. ¿Era tan fácil de matar San José?

Gereon, histérico, correa la morgue, usa sus influencias para sustraer la bala que encontraron dentro del sicario, la cambia por uno de los rusos. ¿Como va a explicar que está limpia y sin sangre? Corre a la lavandería donde no han podido retirar las manchas de yeso de la ropa que usó ese día. Se las lleva a un solar y las quema en un bote de basura. Está muy alterado y con razón. Está comparándose como un criminal, saltándose sus reglas.


Además, es ingenuo, uno de los policías de homicidio, al que no le cae muy bien Gereon, comienza a investigar. San José fue visto por ‘última vez en el Bar Pepita. Va allá y descubre que Bruno y Gereon estaban esa noche en el bar. Wolter no le hace caso cuando viene a interrogarlo, pero el policía es tenaz.
Helga
Como si el Inspector Rath no tuviera bastantes problemas, le cae la cuñis-amante. Helga ha venido a Berlín a buscar a Gereon y con ella viene Moritz, su hijo de trece años que se ve mas contento que el tío de verlo. Helga le dice a su cuñado que su marido está oficialmente muerto, ya no tiene necesidad de ocultarse, viene a quedarse. Obviamente no en la pensión de Elizabeth.

Es Bruno quien instala a los recién llegados en su casa. No me había dado cuenta de la casota que tiene, para eso sirven todas las “mordidas” que recibe. Cuando Frau Wolter nota que Helga es más que una cuñada, Bruno invita a Gereon a vivir con ellos. Este acepta. Ok, ya se que esto es Weimar y los Wolter son de mente abierta, pero irse a vivir así sin papelito es un poco descarado para un bávaro católico de familia tradicional, etc.

Bueno, esa noche vuelven a las andadas. Parece que ni las drogas ni el estrés impiden que Gereon haga los honores. Helga está tan contenta de que tiene un sueño “LaLaLand”, como lo llamó un crítico, en el que ella y Gereon bailan al son de “Mir ist so nach dir”

 Ok, se trata de una canción de 1931, pero lo encuentro perdonable porque encapsula la música de la época y fue una de las últimas grabaciones de Leo Monosson antes que los Nazis le quitaran el trabajo y se viera obligado a emigrar a Filadelfia donde puso una ferretería y nunca más volvió a cantar en público.
La pareja despierta y se encuentra con la mirada de censura de Moritz. Al desayuno, Moritz les dice en tono acusador que sabe que son amantes, que sabe que si el abuelo se entera los matará. Mijo, tu abuelo anda más interesado pagándole a putas para que le peguen. Pero Moritz dice una gran verdad. El Tío Gereon no los quiere cerca.

Es cierto. Helga tiene una vaga idea de que su amante tiene un problema de drogas, pero eso es lo único del inmenso mundo secreto de Gereon que conoce. Es buena compañera de baile y de cama, pero se ve un poco superficial.
 El Armenio
Y vamos a ver qué pasa con El Armenio que se ha quedado tan tranquilo con el asesinato de su mano derecha. Es increíble, pero solo aparece una vez, en la puerta de la comisaria. Le dice a Gereon que se consiga una radio y escuche un programa. Le mete un papel con el nombre de la estación y fecha, en el bolsillo. Gereon acepta todo como autómata.

Como quiere una radio privada, va la pensión a pedírsela prestada al periodista (nunca me acuerdo del nombre).  Ahí debe encontrarse con su casera, pero Elizabeth tiene la dignidad de encerrarse bajo llave y no le abre a pesar de que Gereon quiere darle una explicación. ¿Qué explicación puede darle?  Se acostó con Elizabeth, ahora se acuesta con Helga y bajo el techo de Bruno que parece que también fue amante de la casera.

Gereon comete el error de hacerle caso al Armenio y escucha el programa. Sin saberlo, Gereon sigue hipnotizado, las drogas que compra (que son la receta del Dr. Schmidt) ayudan a ese estado de zombi. Las palabras del programa, inocentes para cualquier radioescucha, son ordenes en clave para Rath. 

Esa noche tiene visiones, despierta y ve sus manos cubiertas de cemento fresco corre al baño, y tiene otra visión: Helga embarazada diciéndole que se va con su marido. Sale del baño y ve a Moritz en piyama en un sillón con el rifle de Bruno en las manos.

Greta está de compras y ve una procesión fúnebre, tras ella marcha mucha gente, entre ellos Fritz y la doctora.. Son los muertos del mayo 1. Greta ve a Fritz que le dice que Benda es el culpable de esas muertes.

Unos días más tarde, Fritz va a buscar a Greta para ir al cine. Vuelve a darle un discurso sobre que ella no puede ella trabajar para un enemigo del pueblo. Tan acalorada es la discusión que, al salir, Greta no se percata que el novio deja la reja abierta. El amigo de Fritz se mete en la propiedad.

Aquí viene lo más trágico de estos tres episodios. El detective entrometido llega la oficina de Gereon, no lo encuentra y profiere amenazas. Gereon y Benda están en la Embajada Rusa. Uno de los colaboradores de Rath le dice a Stefan que el detective está realmente enojado. ¿Por qué no corre a casa de Wolter y le advierte al jefe lo que ocurre?  Stefan parte.

Aquí entra la confusión, no sabemos si Stefan alcanzó a hablar con Bruno. En ese caso podríamos deducir que Bruno lo hizo seguir. El caso es que, de noche, Stefan toma un atajo para llegar al Fuerte Rojo, es un descampado oscuro que pasa por debajo de los rieles.  Unos desconocidos lo persiguen y le hacen una encerrona. El pobre les grita que es policía, ¿pero de qué vale ser policía si no va armado? Lo matan y le quitan su libretita roja de apuntes.

Creo que fue Bruno el que lo mandó matar porque los vio fotografiándolos. ¡Pobre Stefan! Pobre Lotte que se ha quedado sin protector. Y pobres padres sordomudos. ¿Quién los va a cuidar?
Viaje a Rusia
Entretanto, el Team Benda-Rath va donde el Comisario con toda la evidencia recaudada. Este les lanza una batea de agua fría. Nada de eso sirve para derribar gente tan importante como la Schwartze. Tal vez si tuvieran fotos.  ...
Benda monta a Gereon, que tiene poca experiencia de vuelo, y a Herr Graff el fotógrafo, que tiene menos, en un avión (por suerte no es piloteado por ninguno de los dos) y los manda a sobrevolar Rusia (acto ilegal) y fotografiar las instalaciones donde entrenan pilotos de la Schwartze. Es un viaje de pesadilla. Gereon tiene alucinaciones (creo que aquí es donde ve a Helga embarazada) mientras Herr Graff vomita. Hay una tormenta, les disparan, pero consiguen las fotografías.



Entretanto, Benda visita a Gustav Stressmann, presidente de la nación germana y lo entera de todo lo que ocurre. Stressman está muy tranquilo. Presiente que la muerte lo acecha (murió a fines del ’29) y no teme a atentados. Para eso tiene a Benda que lo proteja. Lo que le preocupa es que Aristide Brad, premier de Francia, está de visita en Berlín.

En 1926 Stressman y Briand ganaron en conjunto el Premio Nobel de la Paz. Se va a ver feo si se descubre que, a escondidas, Alemania se rearma. Pero, en el fondo, Stressman está encantado de que su país posea un ejército clandestino. Con ese presidente…

Y así hay espectadores que preguntan “¿y dónde están los Nazis? Ahí están, en la Schwarze; en gente como Stressman que admiran todo gesto de repudio al Tratado de Versalles; en gente como Nyssen que ponen su dinero al servicio de causas supuestamente “patrióticas”.

A propósito, ese viaje espeluznante de Gereon fue llevado a cabo por un periodista llamado Karl von Ossietsky. Un ardiente pacifista, sus esfuerzos al exponer esta violación al Tratado de Versalles fueron recompensada por la República de Weimar con cárcel. Tras 18 meses, fue puesto en libertad.

En febrero de 1933 fue arrestado por los nazis. Estuvo preso en varios campos de concentración donde fue torturado y se le privó de alimentos. En 1935 le llegó la máxima ironía, el Premio Nobel de la Paz. A raíz del premio (que los nazis le “aconsejaron” rechazar) se le permitió recibir visitas de enviados de la Cruz Roja.

El informe dice que se le encontró en condiciones horrorosas, un ojo en compota, sin dientes, con una pierna rota y casi incapaz de hablar. Después se supo que aparte de las torturas, había sufrido un infarto cardiaco.

Se esperaba que el Nobel obligase a los Nazis a dejarlo en libertad. No fue así, pero se le envió a un hospital debido a su tuberculosis. En 1936, dos años más tarde, von Ossietsky fallecía en su nueva prisión por efectos combinados de la tisis y los malos tratos recibidos. Esperemos que tal destino no espere ni a Gereon ni a Herr Graff.


2 comentarios:

  1. Hola Male
    Qué mal lo pasa nuestra Lotte en estos capítulos, en serio, lo del cuñado no tiene nombre, si un hipotético marido mío tratase así a mi hermana no tendría Berlín para correr. Yo también me emocioné cuando se va a casa de Stefan con sus adorables padres después de la muerte de su madre. Es todo tan sórdido, no hay solidaridad ni un mínimo de sentido de comunidad en ese barrio, no sé hasta que punto es fidedigno, a lo mejor peco de ingenua, pero creo que hasta en el vecindario más pobre del mundo los vecinos habrían ayudado con algo para pagar el funeral.
    Respecto a Helga, en el otro post te decía que no me terminaba de cuajar como pareja de Gereon y tú has señalado tal vez la clave: es totalmente ajena a su mundo y circunstancias, no lo conoce de verdad, Lotte sabe más de él y todavía no ha pasado nada entre ellos, definitivamente no me gusta y menos aún con un hijo tan inquietante como el niño ese con la mirada tan fija que tiene.
    La muerte de Stefan me dolió mucho y eso que no lo desarrollan mucho, pero solo con cómo trata a sus padres y a Lotte ya me ganó, el único hombre de bien sin peros que tiene la serie y me lo matan, espero que los padres tengan suficiente maña para arreglárselas solos, pobres, ojalá Lotte mantenga el contacto con ellos, aunque sería doloroso para los tres, son lo poquito amable que conoce Lotte.
    Un abrazo y feliz año.

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    1. Feliz 2019, Gatita Fatima:
      Has tocado dos puntos muy aplicables a nuestra sociedad. La importancia de una comunidad unida, y como el sentido de comunidad se pierde en tiempos de depresión económica. Lo veo aquí. Tal vez si esto ocurriera en un pueblo pequeño hubiese algún tipo de gesto solidario con la madre de Lotte, pero en Berlín era donde cada uno vela sobre su pellejo, por eso es que hubo tanta insensibilidad para las medidas de los nazis. Por otro lado, la fascinación con el comunismo (y el nazismo) no nace tanto de ideología sino de la oportunidad de ser parte de un grupo, de una comunidad que hace de familia del individuo.
      Es tan triste que la única gente buena que son la familia de Stefan sufra. Estoy viendo que Lotte no tiene donde dormir, se debería mudar con los padres de Stefan.
      Helga es insustancial. Además, no me quedó clara esa pesadilla/visión que Gereon tuvo en el avión. ¿Estaba embarazada antes de casarse? ¿El niñito de los ojos de loco es hijo de Gereon?
      Sigue con nosotros. Al final, eres la única del grupo que ve BB conmigo.
      Un abrazo

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