jueves, 29 de julio de 2021

Anacronismos, Presentismos y Falsedades Históricas de La Cocinera de Castamar (serie)

 


Aunque me ha caído bien Clara Belmonte en  la serie,   su historia  me ha parecido una parodia de lo que pasa para los productores  por la vida aristocrática en la corte del primer monarca Borbón,  Felipe V. Mas que supuestamente tiene lugar en 1720, pero todos,  nobles y plebeyos,  se comportan como si estuvieran en la Abadía de Downton; le han metido sexo extraído de las picardías del Marqués de Sade, de Choderlos de Laclos y de Restif de la Bretonne;  y el nivel de discurso imperante es una combinación del idioma del “Gran Hotel” y la jerga de “ Elite” . Pero eso sí, es muy diversa. El problema es que si querían diversidad y soft porn en un marco dieciochesco debieron haberlo copiado de “Xica da Silva”.

“La Cocinera de Castamar” está inspirada en la novela homónima de Fernando Muñes que no he leído. La Reina Estelwen y otros lectores me detallan que son 700 páginas de impecable investigación histórica. Tremendo el mérito, teniendo en cuenta que hay poca información sobre la sociedad española de 1720. Por eso, en la serie, pueden poner lo que quieran. total, parten de la base que los espectadores somos una pila de indoctos, pero este pechito al menos ha notado poderosos anacronismos.

Cocina y Agorafobia

Comencemos con la trama. Desde la ejecución de su padre, Clara Belmonte (Michelle Jenner) sufre de paralizantes ataques de agorafobia y vive medio sepultada en una ermita. De ahí la saca su tío fraile quien le consigue una plaza en las cocinas del Palacio de Castamar. Llegada ahí, Clara recibe una agria bienvenida por parte de la gobernanta Doña Úrsula. Al parecer, el mayordomo aceptó a Clara sin consultar a Úrsula quien cree manejarlo a punta de chantajes.

                                            Clara y Doña Ursula

Úrsula le toma inquina a Carla y después le tendrá envidia. En realidad, nadie es amable con la nueva oficial de cocina con la excepción de Elisa, la mucama, y de una muchachita débil mental a quien Clara va a proteger. A cambio la pequeña Rosalía es quien se encarga de tareas fuera de la cocina que, debido a su mal, Clara no puede ejecutar como ir por huevos al gallinero o cortar flores para una salsa.

                              Clara y Rosalía



Los patrones de Clara, a los que ni siquiera les es presentada, son la Duquesa Viuda de Castamar, su hijo adoptivo Gabriel (que es negro) y su hijo biológico Diego, Duque de Castamar. Desde la muerte de Alba, su esposa embarazada, Diego vive en un duelo completo, arrastrándose por el palacio en calcetines y bebiendo cuanta botella encuentra.

                            Amelia y Gabriel

Al Rey Felipe no le parece esto. Le tiene estima al Duque que le salvó la vida en batalla, y lo necesita cerca. A Don Diego no le parece esto de ser Mano del Rey, pero no puede convencerlo. Don Felipe decreta que se acaba el luto en Castamar y quiere fiestas, y de paso, que Diego se vuelva a casar. Sus tierras y propiedades necesitan de un heredero.

La cocinera de planta es despedida debido a las intrigas de una pinche que es la villana de la cocina, la que contrabandea tabaco, saca copias de llaves, y es amiga de bandoleros.  Justo coincide la ausencia de cocinera con órdenes de preparar un festejo mayor con el que se dará por terminado el luto.

Doña Úrsula le encaja la magna tarea a la pobre Carmen que de cocina sabe lo que yo de física nuclear. Se le acerca Clara que resulta ser una Julia Child dieciochesca. Es Clara quien prepara un festín versallesco que impresiona tanto a los comensales que los Castamar contratan a Clara de cocinera de planta. Entretanto ocurren varias cosas.



Clara se ha traído en su equipaje un grimorio gastronómico (yo tuve uno también) donde anota sus experimentos culinarios con dibujos y todo. Ya para el tercer capítulo sabemos que Clara era de familia burguesa adinerada, que es muy erudita, mujer que sabe latín y de yerbas, pero lo que la hace única es su arte en la cocina.

Para hacer una salsa, Clara necesita de una flor particular. En camisón tiene la audacia de entrar al Palacete (los fogones y los aposentos del servicio están en un edificio conectado, pero a la vez separado de donde viven los aristócratas) y dirigirse a la biblioteca donde consulta un tratado de botánica. Por supuesto, aparece el Duque. Clara finge haber subido a avivar el fuego de la chimenea (Si claro y en neglige). Diego nota el libro que la criada leía y se intriga. Él es también un apasionado de la herbología y hasta tiene campos de lavanda en Castamar..

Lo otro es que Doña Mercedes quiere cumplir con las órdenes del rey, de que Diego debe casarse, pero sabe que su hijo es muy cabeza dura así es que busca la ayuda de un amigo de la familia, el Marques Enrique de Soto. Apenas vemos entrar a este individuo en el salón sabemos que es un bergante y que los Castamar son tan ingenuos que no saben que es su peor enemigo.

                         Don Enrique

El Marques siempre estuvo enamorado de Alba, nunca le perdonó a Diego habérsela robado y no descansará hasta destruir al Duque de Castamar. Para eso se trae a Castamar a Amelia Castro, supuestamente una heredera huérfana gaditana. Aunque Amelia se ríe y habla como boba, es rica solo en deudas y hasta está deshonrada. Sin embargo, Doña Mercedes la cree la nuera ideal.

Para poder dominar mejor a Amelia, El Marques se le mete en el cuarto, en la cama y la hace su amante. La pobre Amelia termina enamorada de un hombre que solo quiere utilizarla. Para que lo ayude en su misión, Enrique trae a la inescrupulosa y lasciva Sol Montijos, Marquesa de Villamar. Ellos forman una subtrama que recuerda la de Las Relaciones Peligrosas de Choderlos de Laclos.


                                Don Enrique se convierte en Valmont

El momento cumbre de la serie es en el segundo episodio cuando la crema y nata de la sociedad madrileña se reúne en Castamar para una cena con la que el Duque pretende agasajar a Sus Majestades, Felipe V e Isabel de Farnesio. En el camino, al rey le viene un ataque de locura e insiste en apearse de la carroza real para rezar en soledad. Cuando van a buscarlo, ha desaparecido.

Entretanto, en el palacio, a Clara se le ha encargado cuidar de los asados al aire libre puesto que se trata de una velada al fresco. A Clara la acomete un ataque de agorafobia. Lo nota, Melquiades el mayordomo. Como viejo soldado reconoce ese pánico y la ayuda. Pero la desaparición del rey pone a la casa de cabeza. Será Clara quien encuentre a Su Majestad escondido en la cava y de aviso a Diego.

La discreción de la cocinera, su compasión y sabiduría al tratar al rey como un enfermo, impresionan y conmueven al Duque de Castamar quien se encuentra hablando de tú a tú con una inferior que no parece serlo. No les sigo contando para que puedan apreciar ustedes mismos la trama, pero voy a señalar lo que más me ha gustado a la par que enumero los efectos que afean la serie.

                            Una cocinera agorafoba, un rey demente y un duque depresivo

LO MEJOR

El personaje de Clara: Un alivio ver a Michelle Jenner en forma nuevamente después del despropósito de “El Continental”. El personaje de Clara, aunque nazca de estereotipos de cuentos de hadas y de telenovela, es original y bien dibujado. Para ser mujer de clase acomodada no se amilana ante la pobreza, es sobreviviente nata y puede ser muy practica como cuando recurre al láudano para dominar su agorafobia. Aunque docta en muchas disciplinas, trata la cocina con respeto como si fuese un arte. Me gusta que no se deje chantajear y que sin ser irrespetuosa no caiga en sumisiones humildes.



Su relación con los enfermos mentales.  “La Cocinera de Castamar” es un ramillete de trastornos mentales y emocionales, la depresión del Duque, la agorafobia de Clara, la locura aun no diagnosticada del rey Felipe y la deficiencia mental de Rosalía. A pesar, o tal vez por su misma trastorno, Clara es muy abierta y comprensiva con otros personajes afligidos por males que entonces la ciencia no podía ni entender ni curar.

Toma bajo su protección a Rosalía, la salva del hospicio y la alfabetiza. Consigue con su delicada comida y presencia disolver el trauma que tiene al Duque alejado de la sociedad y sabe atender a Su Majestad dándole incluso una tisana de toronjil que lo tranquiliza. Sin embargo, también debe enfrentar el sentimiento de culpa que la hace reconocer que, si no puede controlarse a sí misma, tampoco puede ayudar a los demás y esa culpabilidad la tendrá incapaz de cocinar por un tiempo privándola de su mayor poder.

                        Clara consuela a su rey

Su relación con el Duque: Me ha gustado ese romance porque no está basado en atracción física. Ni siquiera la escena de camisón tuvo connotaciones eróticas. Clara anda con cabello cubierto, cara lavada y siempre con el mismo vestuario. Se ve tan sexi como una esposa jasídica y el Duque está acostumbrado a ver curvas y escotes a su alrededor.

La idea es que se trata de una relación intelectual, el atractivo está en que Clara es diferente a todas, no solo por su cocina mágica. Vemos como conmueve a Diego la compasión que la cocinera despliega por Rosalía y por el rey Felipe. En una telenovela tan carnal como es “La Cocinera de Castamar”, es importante que se haga hincapié que, si un grande de España desciende a los fogones para amar, el objeto de su amor tiene que estar a su altura y aquí el interés en las hierbas de Clara, sus opiniones sobre igualdad social y hasta su agorafobia la hacen más fascinante que las risitas sosas de Amelia de Castro.

La parte histórica. Cuando estaba a mitad del primer capítulo y ya me dolía el dedo hacer fast forward a las escenas de sexo kinky, pensé “¿por qué situar una novela tan “moderna” en 1720?  Mejor quedaba en el reinado de Fernando VII o la Restauración Alfonsina, pero ya para el segundo episodio, era evidente que solo podía ocurrir en el reinado del primer rey Borbón.

                          Felipe  e Isabel de Farnesio

La serie reflejaba un momento histórico y un monarca especifico. Mas allá de historiadores que insisten que Felipe sufría de depresión crónica, hay testimonios de contemporáneos que indican que Su Majestad sufría de episodios en los que se comportaba como orate. En la serie ven como base de su locura los remordimientos, por considerarse él es un usurpador y por la sangre que se ha derramado para ponerlo en el trono.

Yo hubiera consolado al rey diciéndole que España ya no daba más del yugo Habsburgo y que mal que mal los Borbones representaban una familia más liberal y moderna. Habrán metido la pata y la seguirán metiendo, pero el mejor rey de los últimos trecientos años en España fue Carlos III, hijo de Felipe y de Isabel de Farnesio. Hora es de hablar de esta singular reina.



Me encantó que el mayordomo Melquiades (uno de mis personajes favoritos) fuese espía de la reina porque yo siempre he sido Team Farnesio. Me parece que la historia la ha calumniado convirtiéndola en la madrastra mala del cuento cuando solo ambicionó que sus seis hijos tuviesen un buen futuro. Muy loco estaría el rey, pero cada año le hacía muchachitos a la parmesana.

Lo de la carta de abdicación también tiene fundamento. El Rey quería abdicar no se sabe si por saberse loco como cabra o porque quería ser rey de Francia (Luis XV, todavía niño, no gozaba de buena salud). El Rey abdicaría de facto en la persona de su primogénito Luis, cuatro años después de los hechos narrados en la serie.

                          Clara entrega la carta de abdicación a Diego

El problema con lo histórico es que a partir del capítulo 3 deja de ser importante. Las escasas apariciones de los reyes no son significativas, pero si son negativas   Es que a partir del capítulo 4, todo lo que hay de admirar en “La Cocinera de Castamar” pasa a perdida convirtiéndose en una trama cliché, melodramática hasta el punto de la falsedad y llena de situaciones archiconocidas y de escenas sin ton ni son y eso es…

Lo Feo de la Cocinera de Castamar

El Idioma: Antes de comenzar a ver la serie, y solo por el tráiler, me tropecé con un defecto mayúsculo. Sabido es que “usted” entró en el idioma castellano en el siglo XIX (es una forma contraída de “usarced” que a su vez es una contracción de Vuestra Merced). En España el uso normal para la segunda persona singular, a través del Siglo XVIII, fue el “Vos” reverencial.

¿Entonces por qué ese empeño de tratarse todos con el anacrónico “usted”? Incluso mezclar las formas. Melquiades en una ocasión trata a Clara de “señorita” para luego tutearla. ¿No es más confusa esta mezcolanza que recurrir al idioma real de la época?

Otra cosa, aunque se sabe que, en comparación con los ingleses y franceses, los españoles por nobles que fuesen eran muy democráticos con sus criados, en Castamar el servicio anda muy desubicado incluso para el trato de las visitas.  Así anuncian a la camarera de la reina: “Angela Foch, Camarera de la Reina”.  “Se dice “Doña Angela Foch, Condesa Viuda de Altamira, Camarera Mayor de Su Majestad, La Reina” y la boca te queda donde mismo, ¡mequetrefe!



El exceso de sexo: No soy puritana, pero me molestan las escenas de sexo innecesarias. En el caso de “La Cocinera de Castamar” entiendo que van dirigidas a un público gringo que tras atiborrarse de sexo gratuito y kinky en “Elite” ahora espera que los españoles satisfagan su antojo de soft porn.

Mi sorpresa no ha sido en el exceso de escenas graficas que, aparte de innecesarias, no son sexys tal como ha dicho Decider. Mi interrogante nace de la variedad de actos reflejados en pantalla. Y practicados por tres personajes Sol Montijos, su marido el Marques de Villamar y su amante Francisco, Conde de Armiño. Actos difíciles de conocer y practicar en una sociedad tan cerrada y moralista como lo era la España del 1720.

No es que España fuese ajena al libertinaje sexual. El género picaresco nos describe la lascivia del pueblo, La Celestina y los cuentos de Doña Maria de Zayas nos muestran los pecados de la carne y el adulterio a nivel de clases altas. La sodomía era más que conocida y más que castigada en 1720, siendo perseguida tanto por el Santo Oficio como por la ley civil. No tengo reparos en la presencia del Barón de Aguasdulces, gay en residencia de esta serie. Mi sorpresa es ante la variedad de actos sexuales que Sol y sus parejas comparten: tríos poliamorosos, besos lésbicos y la práctica de las dos formas de sexo oral.


                    Sol dándose su agasajo

¿Dónde ha aprendido eso esta dama? Hoy en día nacemos así sabiendo de las “perversiones” cómo se las llamo antaño por nuestras lecturas, por cine, televisión, por internet. Son tema de conversación de mesa, nuestro lenguaje está salpicado de vocablos que hablan de nuestros genitales y de actividades sexuales. Somos seres sexualizados. Algo que no ocurría en la España dieciochesca.

En El español y los 7 Pecados Capitales, Fernando Diaz Plaja comenta que hasta ese entonces no existe la pornografía española y lo más parecido es La Lozana Andaluza de Francisco Delicado, novela del Siglo XVI. Por lo que recuerdo del libro, lo más cercano a una descripción de acto sexual es que Lozanauna cortesana conversa tiene sexo con un chico de trece años con el que mete “la iglesia sobre el campanario” (invierten la postura misionera).



Ya me saldrán que si en España no había textos porno que sirviesen de manual, los había en Francia e Inglaterra. Si, pero ahora debemos recordar cómo eran las lecturas durante esa etapa. Las mujeres, aun de la clase de Sol Montijos, casi ni sabían leer, los; libros eran escasos y su importación era muy vigilada

Un desacierto histórico de la serie es obviar la presencia de la Inquisición que no fue una invención de La Leyenda Negra. Si bien es cierto que las reformas borbónicas habían reducido el poder del Santo Oficio llegándose solo a ejecutar siete autos de fe durante el reinado de Felipe V, los inquisidores buscaron otras vías para ejercer su autoridad.

Una de ellas fie la censura y prohibición de la importación de libros. Por ejemplo, en el Siglo XVIII se prohibió la reproducción y lectura de la obra de María de Zayas por considerársela pecaminosa. No solo se vigilaba lo que leían los españoles además se regulaba que materiales de lectura entraban a la península ibérica. Esto implicaba severa vigilancia de fronteras y puertos. De hecho, en 1720, Felipe había sellado las fronteras debido a un brote de bubónica en Marsella.

                     Sol y Francisco practicando su deporte favorito

Esta vigilancia retrasaría la llegada de la Ilustración que comienza oficialmente en España en 1726seis años después de los hechos acontecidos en Castamar-con la publicación del Teatro crítico del mundo del Padre Feijoo.  La Ilustración española y el consabido contrabando de textos franceses es algo propio del reinado de Carlos III y se caracterizará por la ausencia de narrativa de ficción. Mucho ensayo y teatro, pero no hay novela hasta el Siglo XIX.

Aun si se hubiesen podido traer libros y manualitos para entretener e ilustrar a libertinos como Sol Montijos y sus hombres, las grandes obras “porno” del siglo como la inglesa Fanny Hill y la francesa Teresa Filosofa no serán escritas sino hasta 1748. Muñes ha hablado de la deuda que su cuento de cocineras tiene con Les Liaisons Dangereuses, un texto que Choderlos de Laclos escribirá casi en vísperas de la Revolución Francesa. Y el comportamiento de los “exploradores sexuales” de “La Cocinera de Castamar” más se asemeja a los habitantes de la parodia de Las relaciones peligrosas , La filosofía en el boudoir que el incorregible Marqués de Sade escribe en 1792.



Realmente sería muy extraño que tal comportamiento fuera casi público en esos días en que el Santo Oficio andaba entrometiéndose en la moral pública y decidiendo cosas como vestuario y quien, cuando donde y como debía tener sexo. Hasta la serie habla de los castigos a los sodomitas, pero se abstiene de revelar que la inquisición estaba muy vigilante de lo que se llamaban crímenes Contra naturam. Vale recordar los estudios del Padre Ludovico Sinistrati donde el franciscano habla de sodomía y de “sodomía femenina” o sea lesbianismo, asociándolos con fuerzas demoniacas.

Debido a esa vigilancia, quienes practicaban actos “en contra de la naturaleza” debían hacerlo con la mayor discreción y con parejas de total confianza. Por eso me dejó boquiabierta esa escena en que, para castigar a los adúlteros, el Marqués obliga a su esposa a felarlo ante el amante de esta. En un caso así, tanto Sol como Francisco pudieron haberlo acusado con las autoridades de un crimen que merecía pena capital.

                          El Marqués castiga Sol por done mas le duele

Recordemos que al Barón de Aguasdulces lo delata un amante. A propósito, estas leyes no solo existían en España. A fines de siglo el Marqués de Sade es condenado a muerte en ausencia por practicar la sodomía con hombres y mujeres y un siglo después de los hechos de “La Cocinera de Castamar”, Lord Byron debió exiliarse de Inglaterra, cuando su esposa lo acusó públicamente de haberla sodomizado.

Si querían combinar novela histórica con pornografía, debieron ver el modelo que dejó “Xica”, la telenovela brasileña que a la par de contarnos una historia real ocurrida en el Brasil colonial la salpicaba de detalles picantes y escenas bien graficas de sexo, pero cundo llegamos a actos contra naturam se detenía. Ese era el suplicio del simpático Don José Maria que debía ocultar de ley, familia y sociedad su condición de homosexual.

                                Don José Maria, un gay colonial

Recordarán os “xiqueros” que las damas se bañaban vestidas, que ni las prostitutas practicaban su oficio desnudas, que cuando al sofisticado Comendador se le antojó probar el sexo anal, su Xica lo mando a freír monos y tuvo el que consolarse con una cortesana veneciana que si sabía de esas cosas. Y que la única experta en sexo oral en el TIjuco era la bruja Fausta y por eso Xica mandó que le cortasen los labios.

                          Xica y su Comendador

Clichés de Telenovela

Si me impresionó tanto el sexo desmedido y el lenguaje poco arcaico, fue porque a partir del cuarto episodio la trama decayó totalmente, apoyándose en clichés de la telenovela más barata. Soy muy respetuosa de y admiro esquemas y arquetipos creados por la telenovela, pero desprecio el abuso de lugares comunes cuando se convierten en comodines.

¿De qué otra manera he de calificar estos villanos acartonados, omnipotentes y omnipresentes que todo lo escuchan o a sus víctimas que se van de boca y exponen flancos?  Y, Por favor, ¿hasta cuándo tendremos zorras ladinas que se meten en la cama de héroes borrachos para luego acusarlos de preñarlas?  Si ya en “Bridgerton” el cliché ha causado furor.

                           ¿Y esta qué hace en mi cama? 

Estos clichés también se aplican a la protagonista que al comienzo era muy “badass” y al final parecía esas ‘buenistas” del más viejo culebrón cubano metiéndose en todo y sacando discursetes sermoneadores que tenían un leve tufillo a la marxista lucha de clases.

El Síndrome de Downton Abbey

Un error absurdo de la crítica hispano parante es que desde hace diez años cada vez que quieren vender un drama de época, o lo comparan con “Juego de Tronos” o con “Downton Abbey” Da risa porque GOT era fantasía épica y Downton solo puede compararse a cosas cercanas en tiempo y cultura. Tal como no se puede comparar la obra de Martin con “The Crown”, aunque traten de conflictos dinásticos, es risible vender “La cocinera de Castamar” como si fuera la obra de Lord Julien Fellowes.

Cuando en La Vanguardia se refieren a la serie de Atresplayer como “Downton Abbey” a la española"  solo hace eco de como la serie   ha creado y vendido el producto.  La comparación es imposible porque los quehaceres de la Familia Crowley tienen lugar en las primeras décadas del siglo XX, en una era post Revolución Industrial, post victoriana, que vivirá un tremendo y traumático conflicto bélico que dará paso a toda un cambio social que sacudirá la escala de valores y el esquema de clases del Reino Unido.

                         Mrs. Patmore, su pincha Daisy y las cocinas de Downton Abbey

La Cocinera está a caballo entre el oscurantismo barroco y el liberalismo ilustrado, aun así, su esquema social por etiquetero que sea,  es menos cerrado que el británico. Sin embargo, como ocurriera con “La Otra Mirada”, los productores están tan preocupados de hacerla relevante o crear paralelos con nuestro mundo  que termina en una parodia inteligible de lo que es un drama histórico.

Por ejemplo, se entiende que, por sus circunstancias, Clara no piense que pueda encontrar un marido que la comprenda y pretenda quedar solterona, pero que Elisa quiera ser como ella y “hacer carrera” en el servicio doméstico es inaudito. Demuestra que los españoles nunca han entendido el mensaje detrás de relatos famosos de este género desde “Upstairs, Downstairs” hasta “Gosford Park”, desde “Lo que queda del día” hasta “Downton Abbey”. Efectivamente, lo más que podía aspirar un buen criado inglés era acabar como mayordomo o ama de llaves, pero ese era el límite de su estrecha vida.

                             Elisa la que soñaba con ser ama de llaves

En el siglo XIX, el servicio doméstico en grandes casas del Reino Unido se volvió mejor opción que la muerte lenta de trabajar en fábricas o el deshonor de la prostitución y la vagancia. Sin embargo, ser criado no era nada de que sentirse orgullosos. Era un trabajo indigno, agotador, que acababa con la vida personal de las personas a cambio de techo y comida. Muchos patrones no contrataban criados casados o no le permitían seguir a su servicio si se casaban, que es lo que desea Elisa creyéndose ya que ella será como Anna de “Downton Abbey” casada con el ayuda de cámara de Lord Grantham.

Mas grave aún, no había seguros ni pensiones para criados y el estigma era tan grande que hasta la Segunda Guerra Mundial los que alguna vez habían estado en servicio doméstico no podían aspirar a cargos públicos, ni siquiera entrar en el servicio de misioneros. Recordaremos los fans de ‘’ Upstairs’ que, durante la Gran Guerra, la doncella Rose es despreciada por los amigos de su novio australiano por ser sirvienta. Es por eso por lo que Sarah, en la misma serie, prefiere ser actriz y que en Downton una mucama opte por aprender secretariado, y un lacayo suba de rango siendo maestro rural. No vemos a nadie soñando con ser mayordomo o ama de llaves.

Entonces es absurdo que doscientos años antes, una mucama diga que quiere seguir trabajando luego de casada. En la España de 1720, la única carrera de la mujer, aparte de prostituta o monja, era esposa y las labores desempeñadas por estas estaban subordinadas a lo que hacía el marido. Si este era labriego, ella trabajaba en sus campos; si era artesano lo ayudaba en su taller. Si el esposo moría y no había hijos adultos para encargarse de la artesanía, a la viuda se ocupaba del negocio. Lo mismo ocurría con tabernas y pequeño comercio. Por eso la ilusión de una mujer y de sus padres era que se casara con el dueño de algún negocio o propiedad que ella pudiese administrar y heredar.

Otro toque grotesco de la serie es cuando se habla de las “opciones” laborales y educacionales de las mujeres. Cuando se investigan los orígenes de Beatriz, la criada villana, se descubre que antes de servir iba la escuela. ¿Queeee? Ni que fuera viajera del tiempo. Aunque existían en España órdenes religiosas como Nuestra Señora de Loreto donde se educaba la aristocraciay por educación nos referimos a leer escribir y un rudimento de historia, geografía y aritméticano existía tal equivalente para las clases humildes.

                        ¿Beatriz escolar? No es posible

Si aparecerían a fines de siglo puesto que un punto de debate de la Ilustración fue la educación femenina alzándose voces a favor de ella incluso de la primera feminista española Josefa Amor. Pero en un censo de fines de siglo, de la era de Floridablanca, señala que en España solo había 25 escuelas para niñas pobres y ninguna creada antes del reinado de Carlos III. {NOTA: Información sacada del ensayo de María Dolores Gimeno Puyol “Educación de la mujer (Siglo XVIII)” y de Mujer y trabajo de Ángeles y Braulio López de Ayala}

Pero el colmo de lo grotesco es presentar a Adela, hija del sicario Hernaldo de La Marca, como maestra egresada y ya con planta en una escuelita de Córdoba. ¿Egresada de dónde? Si en su artículo “La maestra española tradición y modernidad” Sonsoles San Román Gago titula el primer capítulo “Maestras Analfabetas” porque las primeras docentes ni sabían leer ni escribir. Esto ya supera cualquier suspensión de credibilidad y demuestra lo absurdo de aplicar el modelo Downton Abbey a una historia dieciochesca.

                Adela, la erudita



Vestuario, Final y otros Disparates

No voy a acabar mis lista de despropósitos sin una mención al vestuario. Ya la Gatita Francisca Lis comentó sobre el desorden de estilos que a ratos recuerda telenovelas de Carla Estrada. Estoy esperando que en Frock Flicks la hagan pedazos. En lo que espero solo comentaré que Doña Úrsula anda disfrazada de Maria Antonieta rumbo a la guillotina, que Sol Montijos sigue la moda barroca de la Marquesa de Rambouillet, y que Amelia se vestirá con la prohibida indiana, pero que el diseño de su robe francaise es más adecuado para a corte de Luis XV que para la de Felipe V..




                       La moda de Castamar

Mas que decir de una serie tan descuidada en todos los aspectos históricos que tienen a Elisa haciéndole bucles a Amelia ¡con un ondulador eléctrico! Abajo les dejo una foto de las tenacillas y rizados del Silgo XVIII. Y los rizos se los hacían a las pelucas, no al cabello natural.

                   Con esro e odulaba el cabello en el siglo XVIII

Ni hablar de los steam trunks de Louis Vuitton en los que empaca Sol Montijos. En el siglo XVIII el equipaje se llevaba en arcones no en estos armarios-baúles que se crearon para los viajes trasatlánticos. Por eso me da un poco de pena cuando veo espectadores que, por alabar la serie, hablan del cuidado al detalle histórico. Señores si no saben cómo era España en el siglo XVIII, no hablen.

                    Baúl de Louis Vuitton de comienzos del Siglo XX

En España esta adaptación ha gustado mucho a los críticos, no así a los lectores. En IDBM hay 18 criticas en inglés, nueve son positivas, aunque se nota que no vienen ni de lectores ni de conocedores de historia. Aun así, la mayoría tiene reparos con el atropellado final de “La Cociera de Castamar”. Y es que además de falsear la historia, la trama es descabellada y con un final sin sentido y lleno de cabos sueltos. ¿Qué ocurrió con el Barón de Aguas Dulces?  ¿Como murió Sol Montijo?  ¿Quién le quitó el hijo a Amelia? ¿De que vivían Clara y su padre después de ella abandonar el servicio en Castamar? ¿De los ingresos de su libro?

Los Lectores se quejan de los muchos cambios que han hecho en el argumento original. El mayor es que se recortó mucho por razones de tiempo y espacio. Sin embargo, se han incluido personajes que llenan la serie y son inconcebibles en el argumento original. Si les digo que en el relato de Muñez el padre de Clara nunca fue traidor ni resucitó, ni necesito de indultos, que Amelia nunca se embarazó de Enrique, que Farinelli ni el Rey Felipe visitaron Castamar y que ni siquiera existieron subtramas como la del esposo fumigador de Doña Úrsula, ¿qué pensarían?



Ya no es cuestión de “versión libre” sino de un relato mal conformado que supera cualquier torpeza cometida en un pasado cercano por Weiss&Benioff. Voy a darles un ejemplo nada más. En el cuarto capítulo, en los fogones de Castamar,  aparece un gato blanco, Carmen lo llena de mimos. Poco después aparece Beatriz cargando el micho y se lo pone cerca de Clara. Esta no le presta atención. Poco después vemos a Beatriz expulsar con violencia al gato de la cocina. Escena final, Clara mira por la ventana y ve al pobre felino ahorcado. WTF? ¿Que propósito cumplió el gato?  ¿Cuál fue su significado?

Mi mayor pregunta es qué pretendían hacer los adaptadores con esta enredo de tramas que solo producen en cabos sueltos. Obviamente querían éxito y atraer al público, ¿pero ¿qué publico era ese? Ciertamente no eran los millones que han amado la novela en diferentes idiomas. No es un público joven. En España tuvo un alto rating al comienzo, obvio los lectores se aglomeraron a verla para luego dejarla desalentados. 

He leído comentarios de esos lectores desalentados, pero muy poca crítica especializada. Y la poca encontrada aparte de enfocarse en ambientación y vestuario (que ya los expertos saben es una mezcolanza ininteligible) tratan de dejar caer por aquí o allá algún atisbo sobre las fallas de la serie desde actuaciones sobreactuadas hasta mal desarrollo de personajes y subtramas.

En USA donde se la ha visto vía Netflix la reacción es diferente. Los críticos especializados la ignoran totalmente. En Rotten Tomato solo tiene un rating positivo de audiencia gracias a meros 12 comentarios de espectadores. En IMDB tiene un alto rating basándose en 300 votos, y de las 18 reseñas, nueve son positivas, aunque también hay quejas del final apurado, del principio lento y del exceso de personajes. Las reseñas negativas (casi la mitad) se enfocan en casi lo mismo, malas actuaciones, malos diálogos, simplezas argumentales (una mala soap opera la llama una).

La mejor critica española la he encontrado en Cuatro Bastardos donde han dado la clave sobre porque el presentismo arruina los period pieces:

…arropan un drama que podría suceder en la actualidad sin roce alguno. Y entonces el drama de época pierde sentido, porque lo atractivo es vivenciar sus modos, reglas y costumbres. La idiosincrasia de la corte española en transición del viejo y desgastado Habsburgo hacia la brillante y moderna era Borbón.

Pero la respuesta del motivo para transformar una exitosa novela histórica en un cuento erótico-presentista la dice Leisurebyte con una frase sucinta “The series is mostly about sex”.  Con eso ya podemos resumir que, aunque conservaron el título, Tatiana Rodríguez se sacó de la manga un cuentico erótico para los que gustan de cosas que representan el pensamiento actual woke (racismo, homofobia, malos dirigentes políticos) pero que trae personajes con ropa chistosa.

El otro público es el internacional que goza con “Elite” y se cree que todo lo español trae mucho sexo. Con eso acabo mi reseña y dejo una sola pregunta ¿es lo que desea la televisión española hoy? ¿Ser reconocida por series mediocres y con mucho sexo?

 

13 comentarios:

  1. Desde FB de Ana Estelwen
    Pensaba que harías un serie vs libro, jejeje. De todo lo que has comentado, me ha venido a la cabeza una frase que leí en cierta ocasión: "si puedes sacar a los personajes de una novela histórica, meterlos en una nave espacial, y que tanto la trama como los diálogos no se vean fuera de lugar, entonces no tienes a personajes históricos, tienes a gente del siglo XXI disfrazada".

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  2. Desde FB de George llerena Torrico
    Pero que buena frase, Miss Ana. ¿Me la presta? Es perfecta para describir estos cuentitos presentistas que hacen pasar por ficción histórica

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    1. Ana Estelwen , No. A pesar de tu fantástico resumen, no puedo hacer serie vs libro a menos de yo haberla leido. Mas que nada, quise que Lectores y Niños de Verano viesen esa diferencia y se preguntasen a que nació ea masacre de un libro tan popular en todas partes. Por otro lado queria , como siempre, dar un enfoque histórico,y finalmente mostrar lo mediocrilla que les quedo la serie, cuando se pudo hacer algo de mucha calidad.

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  3. DEsde FB de Maggie Sendra
    No la he visto, y en parte gracias a los trailers ( que casi te cuentan toda la historia) . 5 minutos de trailer, de verdad???? En dos minutos y medio, sexo a lo bestia. No soy puritana, pero lo poco agrada y lo mucho ahoga. Me paso con GOT, solo pude ver dos temporadas y media. Soy de ese 1% que no me gusto la serie. Ya se que tiene poco que ver, pero respecto a la Inquisicion española, fijate tu como estaba el asunto que en la época del "decadente" Austria, Felipe IV, una noble acuso a su marido de pecado nefando contra ella, y la Inquisicion anulo el matrimonio y encerró al noble en un convento. Con la Iglesia hemos topado. Supongo que con los borbones se relajo un poco, pero no creo para esas fiestas que se montan en la serie. No puedo decir nada del vestuario, pero existe una gran ignorancia, en general. Y se basan en el desconocimiento del personal. Ponen un vestido estilo Maria Antonieta y no se dan cuenta la evolución del vestuario en un siglo. Vestimos igual en 1900 que en 1999? No. A saber como acabaremos vestidos a finales del 2090 ( yo no veré eso, afortunadamente o no). No puedo decir nada de la serie, no la he visto y por lo dicho por las expertas, me la voy a ahorrar.

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    1. A Maggie Sendra Hola, gracias por contribuir. No te etiquete porque no sabía si habías leído el libro o visto la serie. El sexo estuvo un poco bestial, ya solo faltaba que subieran al gato al Boudoir. Pero no había desnudos frontales, lo que me chocó fue lo fuera de lugar de tanto acto sofisticado. En GOT al menos, casi todo el sexo fuerte era en el burdel de Meñique donde y esperan esa coas, pero mirando la adaptación de la canción con distancia objetiva. ¿En que mejoró la serie, tanto sexo? Inventaron un personaje, Ros, para esas escenas, un día la mataron, creo que fui la única que la lloré, nadie nunca as la recordó. Solo en HBO y en Netflix creen que pueden satisfacer al público con sexo exagerado.
      Claro que sí, era la única salía de un mal matrimonio parra la mujer, o quejarse que el marido no le hacia hijos o que la sometia a practicas aberrantes, y como digo no solo la Santa Inquisición, así Arabella Banks consiguió librarse de su esposo Lord Byron. Como digo, aunque Felipe V detuvo eso de andar quemando gente, La Inquisición se consoló vigilando lecturas, modas y moral pública. Algo que parecen no saber en Castamar.
      Muy bien dicho, ahí explico yo la importancia de la evolución de la moda. Lo que nos ponemos hoy ni e parece a la ropa de los 70 (aunque trate de imitársela). pero como explicar a productores que dicen “Ohhh es una serie de amos y criados, ya hagámosla como Downton Abbey” o peor” es sobre el siglo XVIII, entonces tiene que ser como las Relaciones Peligrosas”. Al final lo único que importa es que hayan gays, negros, y mucho discurso sobre igualdad social y feminismo.

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    2. Desde FB de Alfonso Velasco Senda
      María Elena Venant No sabía que la serie estaba ambientada en el siglo XVIII. Lo cierto es que la inquisición si perdió poder. Ya prácticamente de lo único que se ocupaba era de falsificación de moneda, censura de libros, y alguna cosa menor. La monarquía se impulsó y se llegó a proceder contra un inquisidor que fue crítico con la política del Rey. Con todo tuvo un canto de cisne con el proceso a Olavide, que fue el que tiene instaló colonos alemanes en las Carolinas, y la Sierra Morena. De hecho Pablo de Olavide fue denunciado por uno de esos colonos por Romualado de Friburgo. Con juego de Tronos yo no pasé del segundo capítulo. No era para mí.

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    3. ParaAlfonso Velasco Sendra Me equivoqué, no fueron 7 los autos de fe sino 728 en días de Felipe V y en la primera mitad del siglo, o sea en su reino, el de Luis I, y Fernando VI y se quemaron 111 personas por judaizantes. En cambio, solo 4 autos de fe se celebraron en días de Carlos III. La Inquisición entonces seguía preocupada del cuento de la herejía, pero ni a Olavide, ni a Jovellanos, ni al fabulista Iriarte llevaron al cadalso. Y por el siglo que quedaba como institución se abocaron mas a moral pública, censura y lo que se conocía como ‘leyes suntuarias” o sea vestuario. Nosotros en Chile estábamos sujetos al Tribunal de Lima, pero igual hubo un momento que por recato se prohibía las damas a ir escotadas a misa, y por humildad tampoco ir con pelucas empolvadas. En México, la Inquisición fue más dura (se vería durante la insurgencia) pero llevaban a la horca por razones pueriles como a un tipo que estando borracho se le ocurrió celebrar una boda en la que casó a dos perros.

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  4. Desde FB de Rafael Ochoteco
    ¿Por dónde comienzo? Voy a empezar a decir que no sé la gran cosa de historia española deciochesca. NO soy erudito en el tema. Obviamente, hay cosas que se entienden a primera vista que están muy fuera de lugar, y en mi caso fue el asunto de lenguaje. La forma en que hablaban en la serie NO es la forma en que se hablaba en esa época. Eso es fácil de cachar. También sabía que la Santa Inquisición tenía poder, obviamente, pero también entiendo (o pienso) que siempre había que haber un chota (delator) que acusara a alguien, o sea, por más sexo que se practicara en Castamar si nadie decía nada, nadie lo tenía que saber. ¿O la Santa Inquisición estaba metida en todas partes viendo qué hacía la gente? Bueno, fuera de eso, a mi me gustó mucho la "novelita", sí, más que una serie es una novelita estilo las de Arquimides Rivero hacía en Venevisión en los 80. Aquí vemos un montón de situaciones, hasta cierto punto absurdas, pero que se me hicieron divertidas. La serie, a pesar de todos sus errores (como dije, no soy erudito de la época histórica) es entretenida. Hasta "Amelia", a pesar de toda su bobería, su voz aniñada y chillona, a pesar de la mala actuación, me encantó, no solo por su belleza, pero su personaje más que rabia daba pena. En mi caso, me causaba lástima su estupidez. En mi opinión las escenas de sexo estuvieron ok, hubo una que en realidad no me asustó mas no me gustó, se me hizo desagradable, pero fuera de eso, estuvieron bien. Los asuntos de escolaridad de la época, tampoco los conozco. La relación entre "Clara" y "Diego" me gustó mucho. "Gabriel", el hijo negro, me gustó mucho su subtrama. La bellacona de "Sol" me encantó, no por ligera sino porque su villana era de total telenovela barata pero entretenida. De esas que quieres dejar por malas pero son divertidas y te la gozas. Yo llegué a verme 3 capítulos por sentada, porque a pesar de todo es ágil y entretenida. Como mencionas, el problema mayor fue el final, muchos cabos sueltos. Además, todo pasó sin mucha explicación. Se acaba el capítulo 12 y ya. Se casaron y fueron felices, una vez más, estilo novela. Los villanos recibieron su castigo aunque me hubiea gustado ver mucho más castigo, o sea, la forma en que pagaron sus villanías fue sumamente débil y sencilla. Hubo un muerte que no entendí el porqué de ella. La muerte de este personaje NO cambió en absolutamente la trama, ni era un personaje principal. Posiblemente hicieron falta un par de capítulos especialmente para terminarla más dignamente. ¡BESOTES!

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    1. Rafael Ochoteco Ceo que lo bueno de ser telenoveleros veteranos es que conocimos las buenas telenovelas de época y sabemos que hubo una evolución del idioma. Algo, por ejemplo, que Carla Estrada nunca entendió, pero esperaba mas de una serie española Nunca me voy a olvidar del “Vuesarced” de los esclavos de Xica o del cuidado del idioma dieciochesco en “La Antorcha Encendida”.
      No, nadie aquí ha dicho que la inquisición tenia ojos por todo lado, pero como cualquier organismo represivo de estado policial, se apoyaba en delatores. ¿Como descubren la sodomía del Barón? Porque Ignacio, su amante, lo delata (No sé si Ignacio existe en el libro). Si Sol estaba tan disgustada con el marido, bien pudo acusarlo con la inquisición. Francisco pudo acusarlo. Hubo un caso en el siglo XVIII que una mujer fue condenada a garrote vil por haberse acostado con varios curas, y uno de ellos la delató.
      La mujer con la que Francisco y Sol hacen trio…no sabemos nada de ella. ¿Qué tal si fuese espía del Santo Oficio? La iglesia castigaba el adulterio, y aquí todos parecen saber que Sol y Francisco son amantes, hasta los sirvientes. Eso es lo chocante. No es que me haya asustado (a los catorce años yo estaba leyendo Fanny Hill y La filosofía en el boudoir) con las escenas de sexo, es su desubicación. Al final, todas eran trucadas. TU mismo notaste que casi no había desnudos
      Otra cosa, la creación de personajes que desaparecen es agotadora, desde el pobre gato hasta la señorita Eugenia que se la traen a Diego para novia y desplaza a Amelia, y luego desaparece y nunca más sabemos de ella. También cuando Diego descubre la traición de Enrique dice que es el culpable de lo ocurrido con el padre de Clara. ¿Como así? Tampoco se explica. Besotes
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  5. Desde FB de Norah Frias-Muñoz
    No parece ambientada en España, creímos que podía ser francesa.
    Muchos disparates.
    Novelista de tercera o cuarta.
    Nada de importancia a mi entender.

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    1. Norah Frías-Muñoz De acuerdo en todo menos en el novelista (aunque como funge de co-productor alguna culpa tendrá) La novela aparentemente es excelente, pero la hicieron pedazos y todavía no se entiende el motivo. Una buena serie francesa ambientada en la Fancia dieciochesca que te recomiendo es "Nicholas Le Floch". Debieron echarle una mirada.

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  6. Desde FB de Sandra Arredondo
    A mi me gustó la ambientación, no he leído el libro pero el final si me pareció apresurado. Aún así con todo me entretuvo y la vi casi en maratón, a esta altura mi capacidad de crítica anda x los suelos y me entretengo con poco...es un placer culpable verla

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    1. Sandhra Arredondo Tu y Rafael Ochoteco tienen esos placeres culpables. No te creas, yo tambien los tengo, pero mi optica historica me supera. Aunque me acuerdo hace unos a~nos, uno de esos rollos que hicieron para el Bicentenario que Ines de Suarez le decia a Pedro de Valdivia "Qu'e queris? " , a ese no le gana nadie. Aqui, me chorearon tantas preguntas sin respuesta.

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