Comienzo de la segunda
temporada. No sabemos cuánto tiempo ha pasado. Gereon Rath, en su cuarto de pensión,
se lava, se rasura y se reincorpora al servicio. Así, sin preguntas. El hombre irrumpió
en un restaurant top de Berlín; hubo una balacera; a vista y paciencia del público,
el inspector secuestró y baleó al Armenio. No hay denuncia. ¿Wolter no se preocupó
por la desaparición de su colega en el bar? ¿No hubo venganza del Armenio?
Benda ha llamado a
Gereon a un bosque cerca de Berlín. Han encontrado los cadáveres de los
trotskistas asesinados por los Soviets. Creen que un cadáver es el de Kardakov.
A pesar de que se lo están comiendo los gusanos, Gereon reconoce que no es el
ruso. Benda lo integra al Escuadrón de Homicidios. Ahora el asunto de los rusos
es asunto de la policía berlinesa. Le aconseja armar un equipo para la
investigación.
Gereon recluta un
par de policías bastante torpes y a Stefan. Este ultimo siente que es injusto con
Lotte al no integrarla al equipo. Gereon insiste en que no la quiere cerca,
pero va a necesitarla cuando descubra que ella tiene el formulario de
ferrocarril que encontró en “La Fortaleza Roja”.
Y aquí voy a tener
que dividir las subtramas, tenemos como cinco. Vamos a empezar con Lotte que
esta temporada me ha hecho llorar. No es posible que esa criatura pueda seguir
en ese mundo tan sórdido. Hasta Wolter se da cuenta. Todo comienza y termina
con ese cuñado rupestre. Ya pronostico que en cinco años lo tenemos de guardia
de Dachau. Es para lo que los Nazis usaban la escoria.
Comenzamos con él
sentado en la mesa (¿cuándo irá a trabajar?) junto a un amigote que se come con los ojos a
Toni. ¿Qué edad tiene esa nena? No le echo mas de doce años y yo tenia más
pechos a esa edad. ¡Que a un hombre le pueda interesar sexualmente… ¡Qué asco!
El amigote le ha
traído un regalo. Una combinación de seda. Nada impropio, pero no es un regalo
para una niña. A Toni, que es coqueta, le agrada la prenda, pero el amigote
exige vérsela puesta. Ella se niega. La amenaza con quitarle el regalo. Toni se
va al cuarto de la madre a probárselo.
El amigote le pasa
un marco al cuñado. ¿Eso es lo que costaba una virginidad en la Alemania de
Weimar? Es ahí que Toni nota que la
madre ha muerto. Extraordinaria esta escena que en telenovela o serie anglo
hubiese sido acompañada de gritos y melodrama. Aquí es silencio puro.
Entretanto, ha
llegado Stefan a preguntar dónde está Lotte. Aun sabiéndolo policía, los rufianes
lo tratan mal. Llega Toni casi catatónica. Le preguntan dónde está Lotte. Atontada,
la niña responde que en un baño público. Explicación, los alemanes tienen, y
con justa razón, fama de limpios. Desde el medievo que todas las ciudades
grandes del imperio tenían baños públicos con tinas parecidas a las de
Harrenhaal.
En Weimar había cuartitos de baño que se rentaban.
Para tomar un baño caliente, Lotte y Greta (¿que no tiene baño en casa de los
Benda?) alquilan una tina. Una escena que en el mundo anglo serviría para crear
una fantasía lésbica, aquí se convierte en un momento en que estas dos niñas
maltratadas pueden actuar como las jovencitas que son.
Greta se está bañando.
Mientras espera su turno, Lotte se conduele que los hombres la han abandonado.
Rudi desapareció, Gereon no la quiere ver, Stefan se ha olvidado de ella. Greta
comenta que su amiga es muy brusca, a lo mejor los asustó.
Aunque Lotte se ríe,
se incomoda. Hace que Greta salga de la tina para usarla. Greta se viste, Lotte
vuelve a verle la cicatriz. Le pregunta qué pasó con el bebé. Greta responde
que lo entregó antes de poder darle un nombre. Se ponen a pensar en un nombre
para un bebé que nunca podrán ver. Parecen dos niñitas jugando a las muñecas.
Golpean la puerta.
Lotte envuelta en una toalla va a abrir. Es Gereon, quiere el formulario.
Comienzan a discutir. Lotte exige, a cambio del papel, que el inspector la
incorpore a su investigación. El se niega. En el calor de la refriega a Lotte
se le resbala la toalla y muestra sus pechitos.
Escandalizado,
Gereon le ordena que se vista y vaya en busca del papel. Lotte insiste en saber
el motivo por el que la trata tan mal. Gereon la acusa de haberlo traicionado.
Lotte avergonzada le dice que le contará por que lo hizo.
Lotte se incorpora
al equipo, pero llega su hermanita a avisarle que la madre ha muerto. Estas
escenas son terribles. Solo Lotte se conduele. Su hermana le anuncia que, como no tienen para
pagar el funeral, se la van a pasar al Hospital Charité para que los
estudiantes de medicina la hagan pedazos. Lo dice así con voz átona sin sentir
nada y vemos la desesperación en la cara de Lotte. Les dice que nadie la toca,
que ella consigue el dinero. El cuñado hace un comentario obsceno. Y así hay
postmillenials en Reddit molestos porque Lotte sigue prostituyéndose.
Esa noche, Bruno se
aparece en el bar y le entrega a Lotte un certificado limpio, incluso ha hecho
borrar el ultimo arresto, cuando Lotte se metió en el piso de la Sorokina.
Bruno se sorprende de que Lotte siga atendiendo clientes. Ella le explica que
necesita dinero para enterrar a su madre.
Esa noche, Lotte
averigua en el bar algo sobre los rusos (lo comentaré en su segmento). Aunque
no ha dormido ni comido, corre donde Gereon a contarle. A pesar de que todavía está
molesto con ella, el Inspector Rath la envía a su casa a descansar.
Lotte llega a casa
y presencia un espectáculo dantesco. Su familia (menos el abuelo) están
hurgando en las pertenencias de la madre, ahí arriba del cadáver. La hermana se
queja que su madre tenia escondido un vestido de novia. “La Vieja Perra” no se
lo quiso prestar para su boda. Planea vendérselo “al judío de la esquina”.
El cuñado— si tiene nombre no quiero saberlo— decide seguir sus pesquisas con el sillón del abuelo. Levanta al pobre viejo invalido y lo deja caer en el suelo. Toni intenta detenerlo y la golpea.
El cuñado— si tiene nombre no quiero saberlo— decide seguir sus pesquisas con el sillón del abuelo. Levanta al pobre viejo invalido y lo deja caer en el suelo. Toni intenta detenerlo y la golpea.
Enfurecida, Lotte
le propina un puñetazo y lo derriba. Está intentando levantar al abuelo, cuando el cuñado
la alza de los cabellos y la golpea. Ahí
interviene su mujer que los separa. Lotte huye gritando “¡que nadie toque al
abuelo!”
Lotte llorando, no
sabe donde ir. Ahí es cuando me muero de compasión por ella. Yo siento lástima
por la Lila de “My Brilliant Friend”, pero cuando comparo lo que pasa Lotte y
como todavía es optimista y generosa, pienso que Lila es privilegiada.
Lotte llega a casa
de Stefan. Los padres de Stefan serán muy sordos, pero pueden reconocer a una
niña en problemas. La madre la hace tomarse un plato de caldo. El padre le
ofrece albergue por esa noche. Stefan la hace dormir en su cuarto y él duerme
en la sala. Lotte está tan poco acostumbrada a la bondad y a muestras de cariño
que se echa a llorar sobre la sopa.
No solo Stefan y
su familia se hacen cargo de la muchacha. Al final, Bruno paga el funeral. El y
Lotte esperan abajo del edificio a que traigan el cadáver. Wolter le pregunta a
Lotte si quiere subir. Ella todavía no está preparada para ver a esas
sabandijas. Esta lloviendo. Wolter ofrece llevarla al trabajo, Se cubren con el
impermeable del policía y corren al auto. Creo que será la última vez que lo
veamos actuar con decencia.
Los rusos y el oro
Sus abogados sacan
a Nyssen de la cárcel, pero su ordalía no acaba. Sufre la humillación de que su
madre, ante una mesa de directivos, lo despoje de todo poder sobre las
empresas. Nyssen se va a llorar a su cuarto.
Mas encima aparece Sorokina. Después de
hacerle una antesala tipo Gaviota de tres horas, la condesa consigue ver a su
amante. Le hace un magnifico teatro. El oro de su familia, los años intentando
rescatarlo de las garras bolcheviques, el tren como única manera de recobrar la
fortuna robada, etc.
Sorokina tiene un
plan. Nyssen la perdona y decide ayudarla. Se va a visitar las cuadras del
Oberst Wendt. El militar lo trata con desprecio, pero cambia al descubrir lo
del oro Sorokin. Nyssen quiere que la Schwartze intercepte el convoy de regreso
a Rusia. A cambio le ofrece la mitad del oro.
Esa noche en Mocha
Efti, Lotte ve al Alto Comisario cenando con el embajador ruso. A éste lo
reconoce de la estación de tren. Finge ser camarera para espiarlos. El ruso,
que tiene memoria fotográfica, también la reconoce, pero no puede situarla.
Ella lo tranquiliza. Seguro que la ha visto en alguna revista para caballeros.
Lo que alcanza a
escuchar es que entre el embajador y Wendt chantajean al Comisario (otra vez
con el cuento de la masacre del Primero de Mayo) para que permita que el tren
regrese a la URRS. También descubre que los rusos están ayudando a rearmar
Alemania a través de la Schwartez. Por eso, Lotte no volvió a su casa sino corrió
a a la comisaria a alertar a Gereon.
Stefan averigua
que las armas con las que mataron a los troscos son de procedencia rusa. De hecho,
ya las requisaron de un par de matones que fueron arrestados por delitos como
peleas de perro (¡qué horror!) Como tienen inmunidad diplomática no pueden ser
arrestados hasta ahora.
Gereon y su equipo
se presentan en un bulín clandestino donde se matan perros para disfrute de sádicos.
Encuentran a los rusos y los arrestan. Con ese as en la manga, Benda y Rath
chantajean al embajador. O arman un escándalo y lo exponen como incitador de la
matanza o les entrega una lista de los miembros de la Schwartze. El ruso cumple
con su promesa.
Stefan está
espiando a Buno. Lo ve en un café en compañía de Sorokina y el coronel Wendt.
Lee los labios, los fotografía, los dibuja. Ya tiene el número del vagón del
oro. Un gamín se le mete entremedio de las piernas y a grito pelado, lo acusa
de ladrón. Stefan huye. ¿Lo habrá visto
Bruno?
San José
Armado con la
información que le ha dado Lotte, Gereon asiste a su primera reunión con la sección
de homicidios. Lo tratan con condescendencia, lo hacen sentir un intruso y es obvio
que no creen que la masacre de los troscos sea importante.
El interés de los polizontes está fijado en un
cadáver que han encontrado enterrado en cemento húmedo. Se trata de San José.
Todos lo reconocen como el pistolero de El Armenio. Gereon se ve alterado. Otro
flashback nos revela que él mató a San José y lo enterró en cemento. Por eso,
Lotte lo encontró todo sucio. ¿Era tan fácil de matar San José?
Gereon, histérico,
correa la morgue, usa sus influencias para sustraer la bala que encontraron dentro
del sicario, la cambia por uno de los rusos. ¿Como va a explicar que está
limpia y sin sangre? Corre a la lavandería donde no han podido retirar las
manchas de yeso de la ropa que usó ese día. Se las lleva a un solar y las quema
en un bote de basura. Está muy alterado y con razón. Está comparándose como un
criminal, saltándose sus reglas.
Además, es
ingenuo, uno de los policías de homicidio, al que no le cae muy bien Gereon, comienza
a investigar. San José fue visto por ‘última vez en el Bar Pepita. Va allá y
descubre que Bruno y Gereon estaban esa noche en el bar. Wolter no le hace caso
cuando viene a interrogarlo, pero el policía es tenaz.
Helga
Como si el
Inspector Rath no tuviera bastantes problemas, le cae la cuñis-amante. Helga ha
venido a Berlín a buscar a Gereon y con ella viene Moritz, su hijo de trece años
que se ve mas contento que el tío de verlo. Helga le dice a su cuñado que su
marido está oficialmente muerto, ya no tiene necesidad de ocultarse, viene a
quedarse. Obviamente no en la pensión de Elizabeth.
Es Bruno quien
instala a los recién llegados en su casa. No me había dado cuenta de la casota
que tiene, para eso sirven todas las “mordidas” que recibe. Cuando Frau Wolter
nota que Helga es más que una cuñada, Bruno invita a Gereon a vivir con ellos.
Este acepta. Ok, ya se que esto es Weimar y los Wolter son de mente abierta,
pero irse a vivir así sin papelito es un poco descarado para un bávaro católico
de familia tradicional, etc.
Bueno, esa noche
vuelven a las andadas. Parece que ni las drogas ni el estrés impiden que Gereon
haga los honores. Helga está tan contenta de que tiene un sueño “LaLaLand”, como
lo llamó un crítico, en el que ella y Gereon bailan al son de “Mir ist so nach
dir”
Ok, se trata de una canción de 1931, pero lo
encuentro perdonable porque encapsula la música de la época y fue una de las últimas
grabaciones de Leo Monosson antes que los Nazis le quitaran el trabajo y se
viera obligado a emigrar a Filadelfia donde puso una ferretería y nunca más
volvió a cantar en público.
La pareja
despierta y se encuentra con la mirada de censura de Moritz. Al desayuno,
Moritz les dice en tono acusador que sabe que son amantes, que sabe que si el
abuelo se entera los matará. Mijo, tu abuelo anda más interesado pagándole a
putas para que le peguen. Pero Moritz dice una gran verdad. El Tío Gereon no
los quiere cerca.
Es cierto. Helga
tiene una vaga idea de que su amante tiene un problema de drogas, pero eso es
lo único del inmenso mundo secreto de Gereon que conoce. Es buena compañera de
baile y de cama, pero se ve un poco superficial.
El
Armenio
Y vamos a ver qué
pasa con El Armenio que se ha quedado tan tranquilo con el asesinato de su mano
derecha. Es increíble, pero solo aparece una vez, en la puerta de la comisaria.
Le dice a Gereon que se consiga una radio y escuche un programa. Le mete un
papel con el nombre de la estación y fecha, en el bolsillo. Gereon acepta todo
como autómata.
Como quiere una
radio privada, va la pensión a pedírsela prestada al periodista (nunca me
acuerdo del nombre). Ahí debe
encontrarse con su casera, pero Elizabeth tiene la dignidad de encerrarse bajo
llave y no le abre a pesar de que Gereon quiere darle una explicación. ¿Qué
explicación puede darle? Se acostó con
Elizabeth, ahora se acuesta con Helga y bajo el techo de Bruno que parece que también
fue amante de la casera.
Gereon comete el
error de hacerle caso al Armenio y escucha el programa. Sin saberlo, Gereon
sigue hipnotizado, las drogas que compra (que son la receta del Dr. Schmidt)
ayudan a ese estado de zombi. Las palabras del programa, inocentes para
cualquier radioescucha, son ordenes en clave para Rath.
Esa noche tiene
visiones, despierta y ve sus manos cubiertas de cemento fresco corre al baño, y
tiene otra visión: Helga embarazada diciéndole que se va con su marido. Sale
del baño y ve a Moritz en piyama en un sillón con el rifle de Bruno en las manos.
Greta está de
compras y ve una procesión fúnebre, tras ella marcha mucha gente, entre ellos Fritz y la doctora.. Son los
muertos del mayo 1. Greta ve a Fritz que le dice que Benda es el culpable de esas
muertes.
Unos días más
tarde, Fritz va a buscar a Greta para ir al cine. Vuelve a darle un discurso
sobre que ella no puede ella trabajar para un enemigo del pueblo. Tan acalorada
es la discusión que, al salir, Greta no se percata que el novio deja la reja
abierta. El amigo de Fritz se mete en la propiedad.
Aquí viene lo más
trágico de estos tres episodios. El detective entrometido llega la oficina de Gereon,
no lo encuentra y profiere amenazas. Gereon y Benda están en la Embajada Rusa.
Uno de los colaboradores de Rath le dice a Stefan que el detective está realmente
enojado. ¿Por qué no corre a casa de Wolter y le advierte al jefe lo que
ocurre? Stefan parte.
Aquí entra la
confusión, no sabemos si Stefan alcanzó a hablar con Bruno. En ese caso
podríamos deducir que Bruno lo hizo seguir. El caso es que, de noche, Stefan
toma un atajo para llegar al Fuerte Rojo, es un descampado oscuro que pasa por
debajo de los rieles. Unos desconocidos
lo persiguen y le hacen una encerrona. El pobre les grita que es policía, ¿pero
de qué vale ser policía si no va armado? Lo matan y le quitan su libretita roja
de apuntes.
Creo que fue Bruno
el que lo mandó matar porque los vio fotografiándolos. ¡Pobre Stefan! Pobre
Lotte que se ha quedado sin protector. Y pobres padres sordomudos. ¿Quién los
va a cuidar?
Viaje a Rusia
Entretanto, el
Team Benda-Rath va donde el Comisario con toda la evidencia recaudada. Este les
lanza una batea de agua fría. Nada de eso sirve para derribar gente tan
importante como la Schwartze. Tal vez si tuvieran fotos. ...
Benda monta a
Gereon, que tiene poca experiencia de vuelo, y a Herr Graff el fotógrafo, que tiene
menos, en un avión (por suerte no es piloteado por ninguno de los dos) y los
manda a sobrevolar Rusia (acto ilegal) y fotografiar las instalaciones donde
entrenan pilotos de la Schwartze. Es un viaje de pesadilla. Gereon tiene alucinaciones
(creo que aquí es donde ve a Helga embarazada) mientras Herr Graff vomita. Hay una
tormenta, les disparan, pero consiguen las fotografías.
Entretanto, Benda
visita a Gustav Stressmann, presidente de la nación germana y lo entera de todo
lo que ocurre. Stressman está muy tranquilo. Presiente que la muerte lo acecha
(murió a fines del ’29) y no teme a atentados. Para eso tiene a Benda que lo
proteja. Lo que le preocupa es que Aristide Brad, premier de Francia, está de visita
en Berlín.
En 1926 Stressman
y Briand ganaron en conjunto el Premio Nobel de la Paz. Se va a ver feo si se
descubre que, a escondidas, Alemania se rearma. Pero, en el fondo, Stressman está
encantado de que su país posea un ejército clandestino. Con ese presidente…
Y así hay
espectadores que preguntan “¿y dónde están los Nazis? Ahí están, en la
Schwarze; en gente como Stressman que admiran todo gesto de repudio al Tratado
de Versalles; en gente como Nyssen que ponen su dinero al servicio de causas
supuestamente “patrióticas”.
A propósito, ese
viaje espeluznante de Gereon fue llevado a cabo por un periodista llamado Karl
von Ossietsky. Un ardiente pacifista, sus esfuerzos al exponer esta violación
al Tratado de Versalles fueron recompensada por la República de Weimar con
cárcel. Tras 18 meses, fue puesto en libertad.
En febrero de 1933
fue arrestado por los nazis. Estuvo preso en varios campos de concentración
donde fue torturado y se le privó de alimentos. En 1935 le llegó la máxima ironía,
el Premio Nobel de la Paz. A raíz del premio (que los nazis le “aconsejaron” rechazar)
se le permitió recibir visitas de enviados de la Cruz Roja.
El informe dice
que se le encontró en condiciones horrorosas, un ojo en compota, sin dientes,
con una pierna rota y casi incapaz de hablar. Después se supo que aparte de las
torturas, había sufrido un infarto cardiaco.
Se esperaba que el
Nobel obligase a los Nazis a dejarlo en libertad. No fue así, pero se le envió
a un hospital debido a su tuberculosis. En 1936, dos años más tarde, von
Ossietsky fallecía en su nueva prisión por efectos combinados de la tisis y los
malos tratos recibidos. Esperemos que tal destino no espere ni a Gereon ni a
Herr Graff.
Hola Male
ResponderEliminarQué mal lo pasa nuestra Lotte en estos capítulos, en serio, lo del cuñado no tiene nombre, si un hipotético marido mío tratase así a mi hermana no tendría Berlín para correr. Yo también me emocioné cuando se va a casa de Stefan con sus adorables padres después de la muerte de su madre. Es todo tan sórdido, no hay solidaridad ni un mínimo de sentido de comunidad en ese barrio, no sé hasta que punto es fidedigno, a lo mejor peco de ingenua, pero creo que hasta en el vecindario más pobre del mundo los vecinos habrían ayudado con algo para pagar el funeral.
Respecto a Helga, en el otro post te decía que no me terminaba de cuajar como pareja de Gereon y tú has señalado tal vez la clave: es totalmente ajena a su mundo y circunstancias, no lo conoce de verdad, Lotte sabe más de él y todavía no ha pasado nada entre ellos, definitivamente no me gusta y menos aún con un hijo tan inquietante como el niño ese con la mirada tan fija que tiene.
La muerte de Stefan me dolió mucho y eso que no lo desarrollan mucho, pero solo con cómo trata a sus padres y a Lotte ya me ganó, el único hombre de bien sin peros que tiene la serie y me lo matan, espero que los padres tengan suficiente maña para arreglárselas solos, pobres, ojalá Lotte mantenga el contacto con ellos, aunque sería doloroso para los tres, son lo poquito amable que conoce Lotte.
Un abrazo y feliz año.
Feliz 2019, Gatita Fatima:
EliminarHas tocado dos puntos muy aplicables a nuestra sociedad. La importancia de una comunidad unida, y como el sentido de comunidad se pierde en tiempos de depresión económica. Lo veo aquí. Tal vez si esto ocurriera en un pueblo pequeño hubiese algún tipo de gesto solidario con la madre de Lotte, pero en Berlín era donde cada uno vela sobre su pellejo, por eso es que hubo tanta insensibilidad para las medidas de los nazis. Por otro lado, la fascinación con el comunismo (y el nazismo) no nace tanto de ideología sino de la oportunidad de ser parte de un grupo, de una comunidad que hace de familia del individuo.
Es tan triste que la única gente buena que son la familia de Stefan sufra. Estoy viendo que Lotte no tiene donde dormir, se debería mudar con los padres de Stefan.
Helga es insustancial. Además, no me quedó clara esa pesadilla/visión que Gereon tuvo en el avión. ¿Estaba embarazada antes de casarse? ¿El niñito de los ojos de loco es hijo de Gereon?
Sigue con nosotros. Al final, eres la única del grupo que ve BB conmigo.
Un abrazo