miércoles, 24 de junio de 2020

Tanques Ingleses en Polonia y Otros Disparates de “World on Fire”



Peter Bowker, creador de “World on Fire”, dijo que quería hacer un drama de época que “no pareciese drama de época”. No sé cuál sería su visión, pero lo que ha conseguido es una serie atropellada y sin contexto. No es que sea presentista, es que todos sus personajes se mueven a una velocidad tan acelerada que no hay tiempo de conocerlos o quererlos. Y si le agregamos bloopers históricos que solo corresponderían en una ucronía (y WOF no lo es) tenemos un desastre indigno aun de la mediocre BBC de hoy.

De Manchester a Varsovia
 Jonah Hauer-King (el Laurie más aburrido que hayan visto las Hermanas March) da vida a Harry Chase, un chico británico de la alta. Al menos su madre Robyna (Lesley Mandeville) lo es, una aristócrata tan cliché que parece caricatura. Antes de irse a Polonia, a traducir (no sabemos qué) en la embajada británica de Varsovia, Harry anda en amores con una obrerita, Lois (Julia Brown), que también canta, y tiene conciencia política. La tal Lois, en su tiempo libre, debe encargarse de su casa, de un hermano delincuente (Ewan Mitchell) y de un padre (Sean Bean) que todavía acarrea fatiga bélica de la Gran Guerra y por eso es ferviente pacifista.

Harry se va a Polonia y al rato anda en amores con la camarerita Kasia (Sofia Wiclacz). En Varsovia conoce a Nancy Campbell (Helen Hunt que ha envejecido muy mal) una periodista yanqui que, antes de irse a Berlín, le dice que debe abandonar Polonia, casarse con Kasia y sacarla de su país.  El obediente Harry se casa con Kasia y trata de sacarla del país, pero su mujer le encaja a su hermanito Jan (Eryk Biendunkiewicz) en el tren, y ella se queda en la estación.



Harry desembarca en su casa donde su madre no lo espera con mucho cariño. Está un poco harta de las visitas de Lois y lo menos que quiere es otro hijo que criar. Harry no da muchas explicaciones, obviamente no explica que Jan (que no sabe inglés) es su cuñado. Tampoco se lo cuenta a Lois, que ha venido de ofrecida a buscarlo.

Lois es muy avispada, sabe sumar y se da cuenta que los cuernitos en su frente son regalo de la polaca. ¿Cuál es su venganza?  Acostarse con Harry y mandarlo a freír espárragos…pero ups, no contaba con la astucia de la cigüeña. Entretanto, el padre del encargo se las ha arreglado para ser expulsado del servicio diplomático y debe enlistarse acabando en Francia y haciendo el loco porque el pobre Harry es un personaje patético. El que Jonah siempre tenga cara de estar a punto de echarse a llorar no ayuda.
¡Sin llorar! ¡Sin llorar!

El primer capítulo fue repulsivo y para mi sorpresa, muchos críticos concordaron. ¿Qué se puede decir de un episodio en el que se nos presentaron una docena de personajes, nos dieron un mínimo de información sobre ellos y antes de que pudiéramos establecer algún rapport con ellos, saltaban a otro escenario y a otros personajes?

La serie es ambiciosa, quiere ser como “Winds of War” y tener personajes en diferentes capitales europeas como París, Berlín y Varsovia. Un cambio ha sido no situar la acción (en el Reino Unido) en Londres sino en Manchester lo que la acerca a “A Family at War”, una de las primeras series inglesas en tratar el conflicto desde el home front.

Tal como en esa serie de 1973, Manchester sirve para dar mayor realce a una familia de clase obrera. Lamentablemente, no son personajes tan intensos que queramos invertir nuestra energía emocional en ellos. Al final solo sirven para estar en diferentes escenarios bélicos como Tom, hermano de Lois, que nos lleva a vivir la Batalla del Rio de la Plata desde las salas de máquinas del Exeter.

Los personajes son acartonados o incoherentes como el dicho hermano que primero quiere declararse un pacifista y negarse a ir a la guerra, luego sirve en la marina, luego quiere ser pacifista,… ¡ya, chico, decídete! Otros personajes, en cambio, evolucionan o muy mal como el protagonista que ya para la cuarta entrega es un declarado pusilánime, desobligado, y cobarde; o para bien como su madre que se ha convertido en mi favorita, sobre todo en la tierna relación que establece con el huerfanito Jan.
Robyna defiende a Jan de los bullies escolares

Los diálogos al comienzo son penosos ejemplos de banalidades como “ningún hombre es así hasta que lo es”; “Ninguna guerra es igual hasta que lo es”; y “Haz lo correcto y no lo británico”. Esto último es dicho por Helen Hunt, el personaje más esquemático de la serie. Alguien que es útil como lo es un mueble, que no tiene vida propia, y que solo sirve para exponer verdades inconfortables sin darse nunca cuenta de que como afectan al ciudadano común. Estoy de acuerdo con Ed Cummings que en el Independent, la ha llamado “estridente”.

Vagamente basada en la periodista inglesa Clare Holliworth, Campbell aparece como testigo del incidente de Gliwitz  donde prisioneros de campos de concentración fueron vestidos por la SS con uniformes polacos para luego ser asesinados. Tras fotografiar los cadáveres, los alemanes hicieron circular las fotografías como prueba de “infiltración militar” y como excusa de su invasión a Polonia.

Pues Campbell ve esto y se queda ahí esperando hasta que aparece un centinela alemán con el que intercambia un dialogo grotesco, en inglés ella, en alemán el soldado. Luego la periodista, muy pancha, se sube al auto y se marcha ignorando los gritos del soldado que, en vez de dispararle a los neumáticos, le rompe un vidrio.




Mitos y Realidades Sobre Polonia
Pronto vemos a Campbell en Berlín reportando vía onda radial lo que pasa en Polonia y nos sale con otro de los mitos propagados por historiadores que, hoy se sabe, son mentiras. Básicamente que el ejército polaco era inferior al germano, que en batalla se usaron métodos antiquísimos como cargas de caballería y soldados en bicicleta contra tanques.
Soldados polacos en bicicletas

The Guardian tenía una nota en la que vendía esta serie a la comunidad polaca inglesa, una comunidad que se formó durante la Diáspora polaca y gracias a la traidora cobardía de los Aliados. Según la nota se esperaba por fin contar la historia épica de ese país eslavo, durante la guerra y ocupación alemana. Como decimos en inglés: Fat Chance! Pueden esperar sentados porque “World on Fire” lo que ha hecho es escupir sobre el pueblo polaco, después del judío, el más torturado por los Nazis.

En 1939, Polonia era un país muy grande. La joven nación (tenía menos de veinte años) había adquirido la mayor parte de las tierras que compusieran el antiguo reino de Polonia, más el puerto hanseático de Danzig, y varias ciudades que había sustraído a Checoeslovaquia luego de la anexión de los Sudeten. Su población era abundante y su ejército bastante poderoso, más que el alemán que, aunque gozaba de excelentes estrategas, no había alcanzado a rearmarse desde que el Tratado de Versalles se lo prohibiera.

La gran mayoría del ejercito polaco estaba compuesta por divisiones de infantería esparcidas por todo el país. La caballería solo componía el 10% del ejército. Eran 11 divisiones que incluían dos motorizadas, y un pelotón de 36 bicicletas. Su rol, por prestigiosas que fuesen sus hazañas, no era considerado esencial.

Los Aliados, que por tratados estaban obligados a apoyar a Polonia en caso de invasión, esperaban entretener a los alemanes abriendo un segundo frente, mientras los polacos se defendían por un par de meses. Incluso en Polonia se sabía que en caso de un ataque perderían territorioDanzig y Varsovia serian sacrificadas pero gran parte del ejército se replegaría hacia el este desde donde podrían organizar un contrataque. Nadie esperaba una blitzkrieg o que Polonia tuviese que bajar las armas en menos de dos meses. La razón por la que se les forzó a hacerlo no la dice la serie. Fue la invasión soviética.

Dos semanas después de la invasión alemana, y fieles a los términos establecidos en el Pacto Ribbentrop-Molotov, el ejército soviético cruzó la frontera oriental de Polonia. El ejercito polaco quedó como relleno de sándwich. Gran parte del gobierno y el ejercito huyeron a través de Rumania y un mes más tarde establecieron un gobierno en exilio en París. Los que no pudieron huir quedaron atrapados entre la ocupación nazi y la comunista, cuál de las dos peor.

Polonia, preparada para resistir por medio año, perdió la guerra no por culpa de las bicicletas, ni los ulanos, ni siquiera (otro mito) porque su aviación fuera destruida en tierra por stukas. Fue el ataque rastrero de los rusos lo que la condenó. En el segundo episodio, en una de sus emisiones radiales a Estados Unidos, ya en Berlín, Nancy masculla algo sobre que Alemania y la USSRS van a repartirse Polonia. El espectador se preguntará de dónde salieron los rusos.

Las Tragedias de Gregor
La serie para responderles hace uso del pobre Gregor (Mateusz Wieclawek), el hermano de Kasia que está ahí para protagonizar un recuento paródico que tergiversa lo histórico. Con razón acaba en una casa de locos.


El primer episodio de Las Tragedias de Gregor comienza en Danzig. Este es el puerto hoy conocido por su nombre polaco:  Gdansk. Un absurdo del Tratado de Versalles fue cederle a Polonia este “corredor” que dividía Alemania en dos. La población era alemana y no ocultaba su deseo de reincorporarse al Reich. Cuando Hitler, paralelo a la invasión de Polonia, ordenó la invasión de Danzig solo se opusieron un puñado de patriotas polacos que fueron masacrados. Eso nos lo muestra la serie. Ahí muere el padre de Kasia, pero no explican de qué se trata el conflicto.
Lo de Danzig fue heroico, pero inutil

Solo sobreviven de esa desafortunada empresa, Georg y un amigo. Ambos parten a Varsovia que ya ha caído, se entrevistan con Kasia y al descubrir que ya no hay familia (los alemanes mataron a la madre) deciden irse a pie hasta la zona ocupada por Rusia. Cuando descubren que los rusos son tan anti polacos como los alemanes, se pegan la vuelta y regresan a la otra Polonia. De pronto, cruzando un bosque se encuentran con… ¡Un tanque inglés! ¿Qué?  ¿Por dónde entró?
¡Caspita! Británicos en un bosque polaco

Espectadores perplejos han tratado de hallarle un explicación a este despropósito. Unos dicen que tal vez Bowker se fue por lo alternativo, tratando de acallar las muchas acusaciones que han caído sobre Gran Bretaña por no ir a ayudar a sus aliados polacos. Pero esto es tan absurdo como ver un tanque español en medio de la Guerra de Vietnam.

Otros han dicho que los fugitivos han alcanzado las líneas inglesas en los Países Bajos. Solo que, para llegar hasta allá, tendrían que haber cruzado todo el territorio alemán. Aunque la serie se empeña en mostrar a los alemanes como torpes y descuidados, hubiese sido imposible para dos polacos atravesar un estado policial sin ser detectados. No importa, el amigo recibe una bala perdida y el solitario Gregor aparece en el próximo capitulo enloquecido en las playas de Dunquerque (WTF?)  exigiendo que lo dejen subirse a un bote. De pronto todos entienden polaco, nadie cuestiona su presencia, ni por qué no viste un uniforme.
¿Cómo llegó Gregor a Dunquerque?

El desprecio por la geografía ha alcanzado el máximo en esta serie. Al final, dicen de una pareja que pretende huir de Polonia “brinden por nosotros cuando lleguen al a frontera con Yugoeslavia”. Por favor, miren el mapa.  Ni hoy en que Yugoeslavia es un país desmembrado, hace frontera con Polonia.

Ojalá los problemas fuesen solo errores geográficos. La descripción de la invasión y ocupación alemana de Polonia es lastimosamente falsa y calumniadora. Toda una ofensa y un desprecio hacia una tragedia del Siglo XX y hacia todos los que dieron la vida por su patria.

Kasia, la Asesina y la Verdadera Resistencia Polaca
Las tropas invasoras aparte de bombardear un par de edificios y no recoger los escombros, no se ven muy nocivas. Aunque vimos soldados matando a la madre de Kasia porque los insultó, normalmente parecen tener todo el tiempo del mundo para coquetear con camareras y dejarse matar por ellas. Kasia mata una docena de militares en menos de un año. Atentados que ameritan un mínimo fusilamiento de rehenes. En la vida real, aparte de haberla atrapado enseguida, hubiesen fusilado 10 o 20 rehenes por cada alemán muerto.


Es una ofensa a la resistencia polaca mostrar a sus miembros como asesinos sin rumbo ni propósito. El único país donde eso ocurrió fue en Francia. Los comunistas practicaban esas ejecuciones arbitrarias de soldados anónimos. Las ejecuciones provocaron tales matanzas de rehenes que el general De Gaulle las prohibió.

En Polonia, nunca se mató a nadie sin haber motivo, Se trató siempre de ejecuciones de delatores, colaboradores del invasor, etc. Siempre fueron precedidas por juicios in absentia, y la primera tuvo lugar en el verano del 41, casi dos años después que Kasia mató al primer soldado.

Esta es, a grandes rasgos, la realidad polaca entre septiembre del 39 y verano del 40, época que cubre la serie. Los alemanes cruzaron las fronteras a sangre y fuego, determinados a destruir la nación polaca, promesa que se dedicarían a cumplir con placer por los próximos cinco años. Aparte de bombardear salvajemente a Varsovia, iniciaron su eliminación de lo que consideraban elementos hostiles de inmediato.
Kasia bajo las bombas

Las ejecuciones sumarias eran pan de cada día. Se fusilaba o ahorcaba a las víctimas. En el caso de los judíos de zonas rurales, se les encerraba en la sinagoga del pueblo que luego se incendiaba. 200.000 fueron masacrados solo en septiembre del 39.

Los planes de la SS estaban ya preparados de mucho antes de la invasión, no eran actos caprichosos como la muerte de la madre de Kasia. En varias liquidaciones se buscó destruir a la elite polaca fuesen oficiales del ejército (se tomaron pocos prisioneros y la mayoría fueron ejecutados en el acto) y la nobleza que todavía conservaba poder, propiedades y riqueza.

Otro plan era acabar con la clase profesional polaca. Se ejecutó o deportó médicos, abogados, ingenieros, artistas y profesores. La deportación masiva de los catedráticos de la Universidad de Cracovia, que incluían al padre de la protagonista, en Sophie’s Choice tuvo lugar en 1940. Las masacres del clero, que abarcaron sacerdotes y monjas, fueron particularmente dolorosas y crueles.

La idea era destruir a los polacos fuesen judíos o arios. Únicamente un 15% de la población sobreviviría como bestias de carga para servir al invasor. Por lo tanto, no podían tener más amo que los alemanes. Para mantener a la población sometida se cerraron las universidades, solo se permitió la escuela primaria. Como parte del genocidio cultural, se cerraron bibliotecas y museos. Se saqueó a la nación de obras de arte que fueron a conformar las colecciones privadas del Fuhrer y sus esbirros.

Como si ya esto no fuera suficiente desgracia, la población vivía aterrorizada por un nuevo flagelo: el secuestro. Desde el inicio de la ocupación alemana, los polacos fueron sacados de sus hogares para ser deportados. Niños con “genes arios” fueron arrancados de sus familias para ser criados en Alemania, Hubo adultos deportados a campos de concentración y jóvenes llevados al Tercer Reich a servir de esclavos. En The Long Road Home, Ben Sheppard describe la odisea de un grupo de estudiantes de enfermería de un hospital de Cracovia que una noche de 1940 fueron plagiadas y llevadas a Alemania a trabajar en granjas y fábricas.

Como si fuera poco, la mitad del territorio polaco invadido fue anexado a Alemania y se expulsó a la población polaca que se aglomeró en ciudades ya desbordantes de población y sin recursos para alimentarla. Nada de esto es presentado en “World on Fire” que solo nos muestra una Kasia que vaga como zombi por Varsovia en ruinas buscando soldados a quien matar. Ni siquiera nos cuentan donde duerme o donde come.

En la vida real, desde el primer instante, valientes patriotas polacos comenzaron a resistir, pero no como muestra la serie. La hazaña de la resistencia aun cuando no era una fuerza unida (la Armia Krajowa), y siguiendo órdenes del gobierno polaco en el exilio, fue crear una sociedad subterránea con sistemas legales, escolares y de propaganda. Las primeras labores de los diversos grupos de resistencia, además de colaborar en la creación del estado clandestino, era recolectar armas e información sobre el ejército alemán y pasarla al gobierno en el exilio y ellos a los Aliados.

Aunque hubo desde el comienzo actos de sabotaje y bandas de guerrilleros en zonas rurales, no hubo acciones en contra del invasor en zonas urbanas hasta 1941. Para entonces, los Aliados habían tomado conciencia de la excelente labor de la resistencia polaca y les comenzaron a mandar suministros, pero muy pocos agentes y todos polacos. Por eso, el reencuentro de la feliz pareja Harry y Kasia en 1940 es otra anomalía histórica.

Después de la guerra, el alto mando alemán diría que solo hubo dos movimientos de resistencia que los mantuvieron en jaque: el yugoeslavo y el polaco.  Una lástima que “World of Fire” no homenajee el valor y pericia de los polacos y que deshumanice a su protagonista polaca solo para mostrarnos que vale menos que la inglesa.

La tal Lois no es tan maravillosa y tiene una voz tan ordinaria que, a su lado, Daisy de “Downton Abbey” parece una duquesa. Me recuerda la de Max de “Two Broke Girls”. Además, es un personaje tan falso. Me creo que haya enamorado a un oficial de la RAF que obviamente se siente democrático por andar con un miembro del hoi polloi. Lo que no puedo creer es que en una época en que aun la mujer casada andaba ocultando su embarazo y apenas salía de casa, esta chica ande paseando su panza en veladas para entretener a las fuerzas armadas, que anuncie con orgullo ser madre soltera, y que se ponga a parir en el escenario. Nadie la hubiera contratado.

Además, lo que dijo Robyna de que las clases bajas eran más duras con la mujer trasgresora que las altas, es cierto. Me acuerdo de lo que dijo la Tía Polly en “Peaky Blinders” cuando Ada quedó embarazada: “La madre es una puta, el hijo es un bastardo”.

Si los escenarios polacos e ingleses son tan ucrónicos como “Hollywood”, ¿que nos va quedando?  El escenario alemán se ha concentrado hasta ahora en la tragedia de los niños especiales condenados a la eutanasia. Creo que el tema fue mejor tratado en “Charite at War”.

Webster y Albert: una historia desaprovechada
Así llegamos al segmento parisino que pudo ser lo mejor de la serie.  La idea de un médico estadounidense (Brian J. Smith) en el Paris Ocupado que, además, mantiene un romance gay con un musico negro (Parker Sawyers) ofrecía un mosaico de posibilidades que fueron desaprovechadas.

Aunque se sabe que los homosexuales fueron perseguidos y acabaron en campos de concentración siendo conejillos de indias de experimentos nazis, todavía no hay un estudio contundente sobre las políticas hitlerianas respecto de la población negra. Se sabe que a los afro-germanos se les discriminó de igual manera que a los judíos, pero no se les deportó.

Tampoco se sabe mucho el caso de Francia que, debido a su imperio colonial y a que Paris era un imán para artistas de color, estaba lleno de personas de origen africano.  En “World on Fire”, una de las pocas veces que Harry expresa carácter es cuando se niega a abandonar a un grupo de soldados senegaleses que lo ayudan con su banda de pacientes mentales en esa surreal road movie que lo lleva desde Flandes a Dunquerque. Hizo bien, porque los alemanes ejecutaron tropas africanas durante la Batalla de Francia, tal como lo harían en el 44-45 con soldados negros del ejército estadounidense.

Lo que todavía es confuso es como se trató a la gente de color en el Paris Ocupado. La presencia de mujeres negras en la resistencia, incluyendo a la famosísima estrella afroamericana Josephine Baker, indica que no había realmente un reglamento para estos casos. Para ser justos, al novio de Webster (el americano) lo arrestan por haberse opuesto a que le requisaran el departamento no por el color de piel. Sin embargo, cuando Webster lo visita en el campo en el que está detenido, Albert lanza un discurso de que todos los que están ahí dentro (judíos, gitanos y queer) saben que están condenados. Eso sonó raro en junio del 40.

Como nota Nancy en su visita a Paris, en los primeros meses después del Armisticio, los alemanes se portaron muy correctos. Se trató a Paris y a sus habitantes con una deferencia que no se vería en ninguna otra capital ocupada. No hubo arrestos de judíos ni de otras minorías hasta el 41. Había campos para judíos (Drancy, Pithiviers, etc.) y otros para gitanos, pero se establecieron el segundo año de la ocupación. No se tenía a los judíos mezclados con otras etnias.

Los Judíos y el Fascismo Europeo
Otro desaguisado es el modo en que retratan la situación europea en vísperas de la guerra. Si bien es cierto que el fascismo (debido a su auge en Italia) había brindado pautas políticas a seguir en los Balcanes y la Europa Oriental, no ocurría lo mismo en la Europa Occidental. La Guerra Civil Española y la subida al poder en Francia del Frente Popular habían cambiado las posturas de mucha gente y de sus políticos.

La serie comienza con un rally de la Unión de Fascistas Ingleses en Manchester en el verano del 39. Esto causó muchas quejas por parte de los críticos. Después del disparatado retrato de Sir Oswald Mosley en “Peaky Blinders”, ya a mí no me perturbaba lo que hicieran con su pandilla de fachos, pero si es verdad histórica que tras su torpe marcha en el East End que precipitó la Batalla de Cable Street, el fascismo ingles quedó con perfil bajo y no levantó cabeza sino hasta después de la Segunda Guerra Mundial.
Sir Oswald Mosley nunca fue a Manchester en 1939, y menos de uniforme

No contentos con este anacronismo, los de la producción se lanzan contra Francia (¡que odio le tiene la BBC a la nación gala!) en un esfuerzo de mostrarla como un campo de antisemitismo, fascismo, racismo, etc..  El primer acto de este ensayo de fake news tiene lugar cuando Albert golpeado llega al hospital para que lo curen y le dice a Webster que ha sido atacado por L’Action Française. WTF? L’Action Française era un periódico.

Dirigido por el filósofo Charles Maurras este periódico era un baluarte del conservadurismo de la vieja Francia, una representación de valores monárquicos, católicos y antisemitas, pero sus periodistas mataban con la pluma y la máquina de escribir, no andaban apaleando gente y menos negros. Incluso sus Camelots de Rois, unos mocitos que eran su brazo armado, no lo hubieran hecho.

Ese es otro desacierto de la serie. ¿Por qué iban a golpear a un ciudadano francés, un habitante de sus colonias? No voy a decir que el colonialismo francés era menos malo que el de otros países, pero ciertamente era menos racista. La xenofobia de la Francia de los 30 se abocaba a quienes quitaban el trabajo a los franceses fuesen italianos o judíos de la Europa Oriental.

Los inmigrantes de las colonias iban a Francia o a estudiar o a abrirse camino en el mudo de las artes, como Albert con su saxofón o el líder vietnamita Ho Chi Min que en ese entonces trabajaba de fotógrafo en Paris. En cuanto a los habitantes de la Ciudad Luz, tanto en su Haute Monde como en sus círculos bohemios, eran negrófilos.

Siguiendo con la distorsionada visión del fascismo francés, ya declarada la guerra, Albert encuentra su puerta cubierta de suásticas y una cabeza de cerdo en el suelo. Ese es un tipo de ataque que se lanza contra judíos y musulmanes. Albert no es ninguna de las dos cosas.
Suasticas y una cabeza de chancho

Había en Francia en los 30 organizaciones paramilitares clandestinas como La Cagoule (la capucha) y la Croix de Feau (que admitía judíos de derecha en sus filas). Pero ambas atacaban más a los comunistas que a los judíos- y ciertamente no atacaban músicos negros ni andaban decapitando puercos.  El Frente Popular acabó con ambas en 1937. ¿Entonces por qué resucitarlas y vestirlas con falacias?

Yo aplaudo que, en su descripción de la tragedia polaca, los productores y escritores hayan querido dejar fuera el elemento judío. Lamentablemente ni aun así consiguieron darnos información verídica sobre los hechos. Pues en el escenario francés han intentado embutir, y otra vez de manera falaz, la presencia judía.

En la primavera del 40, Henriette (Eugenie Derouand), la enfermera enamorada de Webster, le trae una pareja de judíos que han sido apaleados por “fascistas”. Los fascistas en ese entonces o estaban en el ejército, o en la cárcel, o calladitos en sus casas. Solo Vichy les devolvería su gloria y majestad.


¿Además, cómo supieron que se trataba de judíos? No tienen puesto ni shtreimel ni peluca. Los apaleados le dicen a Webster que quieren salir del país. ¿Qué imagen es esa?  ¿Los judíos, como ratas, abandonan el barco? Primero que, hasta junio, no se tuvo conciencia que Francia iba a caer ante las huestes germanas. ¿Por qué huir antes?

 Lo más conmovedor de la tragedia judeo-francesa, fue el patriotismo de sus víctimas, su insistencia en quedarse en lo que consideraban su país. Nadie planeaba huir. Si se había sobrevivido a Dreyfuss y Stavisky, se podía soportar un poquito de fascismo o antisemitismo local. El historiador Marc Bloch fue evacuado en Dunquerque, pero regresó a Francia a resistir hasta su captura, tortura y fusilamiento. Él fue uno más de miles de judíos que dieron su vida por su patria.

Luego, Henriette le confiesa a Webster que es judía, sus padres ya huyeron al extranjero, pero ella permanecerá, aunque sea con un nombre falso. De nuevo nos encontramos con estas visiones futuristas que preveían la caída de Francia, el surgimiento de Vichy, la colaboración, y el resurgimiento de un antisemitismo militante que operó de la mano con la Gestapo. Lo más aberrante de la colaboración con la SS, de la deportación de judíos y del antisemitismo de Vichy es que nadie imaginaba que pudiesen suceder esas cosas en una nación tan humanista y liberal como la francesa.

Finalmente, llegamos al personaje de Webster en quien yo tenía muchas esperanzas. Durante la Batalla de Francia y las primeras semanas de la ocupación es un personaje heroico: administrando auxilio médico en un hospital bajo fuego en el norte de Francia o ayudando a evadirse a un marino ingles en las narices de los alemanes. Sin embargo, a partir del arresto de Albert, cae en una caricatura homofóbica Como cuando llega al piso  y lo encuentra ocupado por soldados alemanes y su única reacción es echarse a llorar. Con razón se burlan de él.


Otro llorón

Luego cuando debería mantener la cabeza fría y desarrollar un plan, se vuelve histérico dado a actitudes impulsivas. El mismo Albert se queja de que no lo está ayudando. Finalmente, cuando la tía Nancy (a la que casi han violado por intentar ayudar al sobrino) fracasa en conseguir la libertad de Albert, Webster estalla en otra pataleta en la que increpa a su parienta de la manera más injusta e infantil.

“World on Fire” ha fracasado en todos los frentes: ha silenciado la poca conocida historia de Polonia bajo los nazis y de paso ensuciado la memoria de los combatientes; ha dado un retrato muy poco fidedigno de la sociedad inglesa con esa Lois orgullosa de ser madre soltera; y ha perdido una gran oportunidad de explorar el modo en que el nazismo afectó al colectivo queer y el de color. Agreguémosle que aparte del pequeño Jan, no tiene personajes simpáticos, que visualmente es tan mediocre como su libreto y las actuaciones, y comprenderán por qué no a recomiendo.

Si alguien quiere ver un mejor retrato de la invasión de Polonia aconsejo ver “Holocausto” o la estupenda” Winds of War”. Ambas están completas en YouTube. Si prefieren lecturas sigue como ficción incomparable del hecho Mila 18 de Leon Uris, pero si desean una perspectiva menos “judía” hay dos volúmenes del matrimonio compuesto por Bodie y Brock Thoen:  Danzig Passage y Warsaw Requiem.



Para el que prefiere libros de historia, me temo que hay muy poco que no haya sido escrito en idioma polaco y haya sido traducido. Mi información la saqué de Forgotten Holocaust de Richard Lukas y Norman Davies y First to Fight: The Polish War, 1939 de Roger Moorehouse.

En cuanto a lo ocurrido en Francia tenemos el clásico de Robert Soucy French Fascism: The Second Wave. En términos de ficción los refiero a la fantástica serie “UnVillage Francaise” que puede verse en Hulu.






5 comentarios:

  1. Hola Malena como estas. Como siempre tus blogs me sirven como un buen escaparate para saber qué es lo que no tengo que ver xd. Gracias a ti no caeré en series de este estilo ni siquiera por equivocación. Por cierto cuando has mencionado a March Bloch me ha dado un vuelco al corazón, como historiador recuerdo que en el primer año de carrera me hablaron de él y de la Escuela de los Anales, y como esta institución hizo mucho para la renovación de los estudios Historia, pasando de la limitada y desfasada tradición Positivista del s.XIX a otros enfoques históricos. La verdad es que desconocía que esta gran historiador había muerto durante la Segunda Guerra Mundial (lo más probable es que lo mencionarán en clase y se me olvidará xd), pero la verdad por un instante como historiador me he sentido conectado con el texto y el tema del que estabas hablando. Bueno eso es todo solo me estaba pasando por aquí para ver que tal estaba todo. Por mi parte yo sigo estando bien de salud aunque un poco confundido a nivel anímico por el confinamiento, mi pereza natural y problemas estudiantiles varios. Me ahorraré cualquier mención a mi proyecto de blog dado que la cosa sigue igual y para mencionar otra vez lo poco inspirado que estoy mejor me lo ahorro, solo decir que será porque soy un poco despistado pero me acabo de dar cuenta que enlazaste mi blog junto con otros blogs recomendados, gracias por el gesto de verdad. Bueno Malena me despido y dejo de molestarte nuevamente que tengas un buen día y que todo te vaya lo mejor posible, desde Arenys de Munt, Catalunya te mando un abrazo.

    PD: Me ha parecido un buen detalle que pongas las fuentes de dónde has sacado la información, ya que a veces me preguntaba de donde habías sacado alguna información de los blogs para pedirte referencias sobre ciertos temas.

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    1. Hola Gatito Sergi, gracias por hacerme saber que estas bien en lo que cabe. Si yo que soy vieja y no salgo, me siento enclaustrada, peor debe ser para ti que eres mucho más joven.
      Normalmente, trato de encontrarle algo bueno a lo que reseño, pero esta serie es infumable. NO la recomiendo y rezo que no haya una segunda parte.
      La gente no habla de como murieron los historiadores porque creen que solo importa lo que salió de su cabeza. Muchos académicos murieron de triste manera. El escritor y periodista Jean Prevost murió luchando en el maquis de Alta Saboya en 1944. El caso mas triste es del historiador Simón Dubnow, asesinado por el comandante del ghetto de Riga, Johan Siebert quien había sido su estudiante en Heidelberg
      Tengo gatitos que solicitan bibliografía y otros que lo encuentran desagradable, como que yo pretendiera estar dando catedra académica, así que trato de mantenerlo a un mínimo, incluso prefiero enlazar los artículos antes que hacer un listado. Siempre siéntete libre de preguntarme de donde saque tal y tal dato. Un abrazo y no te sientas mal por el blog. Saldrá cuando tenga que salir

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  2. Desde FB
    Alfonso Velasco Sendra Pues a mí ya lo de Polonia colindando con Yugoslavia y Francia es casi ya lo que más me duele más que lo de costumbre las cuotas raciales y lo de género porque lo primero muestra una gran incultura e ignorancia. El motivo de la derrota de Polonia es que le hicieron un sándwich nazis y comunistas en virtud del pacto Molotov-Ribbentropp. O sea que se la repartieron. Una escena angustiosa que describe esto a la perfección es el comienzo de la película Katyn cuando los que huyen de los alemanes se encuentran con los que huyen de los rusos. Lo de la resistencia polaca fue una canallada de los soviéticos que permitieron que las SS. matarán a toda la resistencia no comunista, para luego poder crear un estado comunista en Polonia. En cuanto a los pocos que quedaron vivos los acabaron matando ellos. También fue doloroso que siendo Polonia el país que provoca el comienzo de la segunda guerra mundial se le abandonase a los soviéticos. Al final este fue como el imperialismo soviético. El primero en llegar se quedaba con el sitio.

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    1. María Elena Venant Alfonso Velasco Sendra Preferí dejarte a ti hablar del daño sovietico a Polonia y concentrarme yo en los horrores nazis. Polonia fue desde su partición en el siglo XVIII hasta el Glasnot una nación martir. Y todavia se quejan los progres de que la Polonia de hoy es muy conservadora, muy católica. No se dan cuenta de que tanto sufrimiento los han hecho asi a los polacos. No soy ciega al antisemitismo que existió y existe en el pueblo polaco y en el Presidente Duda, pero ese es un fenomeno nacido precisamente de los años en que el pueblo polaco fue oprimido y su identidad aplastada.

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  3. María Elena Venant Alfonso Velasco Sendra Las incongruencias geograficas me indican que la BBC se pliega al mundo yanqui reconocido por su falta de cultura geográfica. Pero realmente, esta es una serie muy ignorante en historia, en geografia, en cultura.

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