Para quienes se
escandalizan de que Die Hard sea ahora vista como un filme de Navidad,
Netflix les ha traído una serie navideña
casi tan violenta como el clásico de Bruce Willis. Mrs. Helen Webb
(Keira Knightley) todo lo hace bien. Es la esposa optima de un político, madre
ideal y una gran ama de casa, pero estos días que preceden a Navidad no se las
va a pasar haciendo adornos del arbolito o comprando regalos. Va a estar
ocupada rastreando al asesino de su amante para vengar esa muerte.
Ante todos Helen Webb
es la esposa perfecta del Ministro de Defensa del Reino Unido y la madre
perfecta de un par de gemelitos malcriados. Guapa, elegante, y refinada es
excelente para organizar eventos de caridad. En uno navideño recibe una visita
sorpresa, Julia Child con peluca platinada, Sorry, obvio que me refiero
a Sarah Lancashire que aquí parece ser una invitada de piedra. Los Webb no la conocen, pero en realidad es la
jefa de Helen y la directora de una organización de espionaje privado llamada
Black Doves (Palomas Negras).
Sucede que Mrs. Webb
es una espía profesional, que hace una década que Reed (la jefa) la infiltró en
el sistema de gobierno para recolectar información, que su matrimonio y hasta
sus hijos han sido parte de un plan laboral para irla subiendo a espacios donde
pueda recaudar más información. Lo extraordinario es que el bobalicón del
marido ( Andrew Buchan de The Great Fire of London y El hundimiento
del Laconia) ni se entera, pero Helen ha cometido un grave error. Se ha
enamorado de Jason(Andrew Koiji de Warrior) un empleado de un ministerio al que conoció casualmente.
Reed ha llegado a
la fiesta a regañar a su espía estrella por echarse un amante sin
permiso, pero también a avisarle que Jason ha sido asesinado y que es posible
que este crimen esté conectado con Helen y con su organización. Helen no la está
escuchando (pedazo de actuación de Keira). No le interesa que se descubra su
identidad o que vuelen las palomas negras, solo sabe que el hombre que ama ha muerto
y que debe vengarlo. Amenaza a Reed, si le impide investigar o intenta algo
agresivo―le muestra un cuchillo―la mata.
Reed tiene un
problema. Los Webb van camino a Downing Street. Wallace puede llegar a ser Primer
Ministro. Helen es demasiado valiosa para matarla, pero tampoco puede dejar que interfiera en la
investigación o ponga en peligro a las Black Doves. Para eso desempolva a un
antiguo, pero eficaz, sicario, que estaba pastando en Roma. Sam (Ben Wishaw de Fargo temporada 4 y The Hour), además de buen
asesino a sueldo, tiene dos ventajas: está en deuda con Helen y Mrs. Webb confía
plenamente en él.
Helen está feliz
de saberse bajo la protección de Sam, a quien parece querer mucho, pero él está
en un dilema. ¿Cómo poder protegerla y proteger los intereses de
las Black Dove cuando ambas misiones chocan? Y a nivel personal, regresar a Londres
lo ha obligado a reconectarse con un círculo de amigos gays y por extensión con
Michael, su ex amante.
Existe
paralelamente una pistola de Chejov que se dispara al final del primer
episodio. Wallace Webb y su ministerio enfrentan una crisis diplomática. El
Embajador de la China ha muerto de una sobredosis. Los chinos dicen que fue
asesinado. Para colmo su hija, Kim Ming, una Party Girl londinense, ha
desaparecido. Helen va al piso de Jason y descubre un disco duro que contiene
las ultimas llamadas que el difunto efectuó. Cinco fueron hechas a Kim Ming.
Todo esto ocurre
en un movidísimo primer episodio donde vemos a Keira alternar roles entre ser
una gran dama, madre de familia, furia vengadora y experta en combate cuerpo a
cuerpo. Yo diría que ella es el núcleo de esta historia y a la vez es su mayor
debilidad. La Knightley es un tipo de actriz que nunca provoca indiferencia: o
la odias o la amas. Yo he pasado por todos los matices y ahora es mi actriz
favorita…en period drama. Este rol es una faceta nueva para mí, aunque a ratos
me recuerda a la Keira de Domino.
También combina
esa doble vida de Jamie Lee Curtis en True Lies, Angelina en Mr. and
Mrs. Smith con toques de Sandra Oh en Killing Eve. Aunque aquí no es el marido una pieza importante
en el desarrollo del personaje sino Sam. A medida que se suceden los capítulos
vemos las dimensiones de su amistad y también los peligros de esta
Yo diría que el
poder de este relato está en la relación de Helen con Sam, su sinergia es una
combinación de la de Maxwell Smart y la 99 con la de The Scarecrow y Mrs.
King. La diferencia es que, aunque intensa, nunca es romántica y esa es la novedad
que aporta. Curiosamente, la fortaleza del cuento es la pareja Sam-Helen, pero
una debilidad es Sam solo. Como que no me atrapan los habitantes del mundo que abandonó
y que son quienes aportan el humor negro a la historia.
Sin embargo, el
guion entrelaza ambas historias. La antigua jefa de Sam ha quedado descontenta
con un asesinato que él no quiso cometer. Ahora le exige que mate a Héctor
Newman a menos que quiera que ella mate a Michael. Héctor Newman, un vendedor
de drogas es quien tiene secuestrada a Kim Ming, al parecer una de sus
clientes. De esa forma, la trama se va enredando y desmadejando.
Hay quienes se
han quejado de que esa trama es inverosímil, de que es imposible que el esposo
no haya notado que su mujer llevaba una doble vida. Primero que el marido es
bastante bobo, tal vez no tanto como el marido de Nadine (Juno Temple) en la Quinta Temporada de Fargo, pero ese espectáculo de ver a Helen luchando por
su vida con un sicario que amenaza a su familia, mientras Wallace ronca
pacíficamente en el piso alto, los deja
al mismo nivel.
Muchos espectadores
han criticado el comportamiento de Helen que pone en peligro a sus mellizos,
pero aparte de haber criado un par de diablillos maleducados y exigentes, no es
muy diferente al de Nadine en Fargo que desesperadamente busca proteger
a su familia sin que estos se enteren de que lo hace. Quizás esa falta de
verosimilitud, acoplada a un humor
caustico, es lo que define a Fargo y Black Doves como comedias
negras.
Yo recomiendo a
la serie a pesar de que a ratos se desnivela cuando nos alejamos de Helen, o
cuando hay cosas que suspenden nuestra capacidad de creernos lo increíble, pero
en general es entretenida, está bien actuada y los protagonistas caen bien.
Keira esta maravillosa, por algo la nominaron a un Globo de Oro y un Critic’s Choice.
A ratos se nota su madurez como actriz y mujer. En otros se ve casi tan juvenil
como en Bend it LIke Beckham-su primer éxito- y me recuerda a una joven
Winona Ryder. Aunque nunca vi a Winona en una escena como la de Helen, a fines
de su embarazo, que llega a salvarles la vida a Sam y a Michael, revolver en
mano. ¡Soberbia!
El tema diálogos
es un aparte. Cuando trata el libretista de hacerlos muy ingeniosos, fracasa.
En cambio, es capaz de usar pocas palabras para una comunicación que sea
emotiva y precisa a la vez. Aun así, se trata de una serie erudita o al menos
salpicada de alusiones culturales. Cuando Sam dice que el último libro que leyó
era Wolf Hall, Helen se ríe consiente de que un asesino a sueldo no
leería ficción histórica.
Cuando Miss Reed
le dice a Helen que, si abandona a Wallace, él se buscará a otra, dice “él no
es Miss Havisham” evocando a la vengativa solterona de Grandes esperanzas
de Dickens. Y me encantó que Reed y Helen tengan un meeting en un cine semi vacío
con un filme que solo oímos. A lo mejor no consiguieron permiso para mostrar
escenas , pero se trata de un clásico del romance adúltero, Brief
Encounter de Sir David Lean
En el capítulo 3 es cuando nos llevamos las mayores sorpresas desde por qué Sam está en deuda con Mrs. Webb hasta las razones por las que no mató a Hector Newman (un dejo del Señor Ávila). Aún más fuerte, la identidad de su primera víctima. No, es que hay que verla para creerla.
El episodio final
es un poco descabellado debido a la necesidad de dejarlo abierto para la
segunda temporada, pero es un noir/thriller que generalmente funciona bien,
sobre todo en sus saltos de las altas esferas políticas al mundo del hampa, del
conflicto diplomático a la armonía
cotidiana de la casa Webb, y no me olvido de la banda sonora que incluye todo
tipo de canciones navideñas desde “El Tamborilero” (en inglés y en voz de
Johnny Cash) hasta la maravillosa “Fairytale in New York” de The Pogues.
Contenido
Violento y Gory: Aunque
en cada episodio nos encontramos a los protagonistas bañados en sangre, la
violencia no es tan perturbadora como los motivos que llevan a ella. La peor
escena es cuando Helen presencia en su celular la tortura y asesinato de un
colega de su esposo y amigo de la familia.
Contenido Sexual
y Desnudos: Keira es fiel
a su promesa de no enseñar más su cuerpo de mujer madura y madre. Sus escenas
con Andrew son sorprendentemente discretas y por ende más románticas. Los
desnudos quedan a cargo de Whishaw quien ya en el primer episodio tiene una
escena grafica de sexo gay.
Factor Feminista: Una serie en que un ama de casa mata a un asaltante y esconde el cadáver en un galpón en el patio; que casi al final de su embarazo rescata a tiros a su mejor amigo; que sabe deshacerse de un inoportuno guardia de seguridad en un elevador y que por una década ha ocultado su verdadera identidad a su marido, es un ejemplo para toda mujer que quiere sentirse empoderada.
El hecho de que tanto Helen como Sam
tengan patronas, una directora de un servicio de espionaje, la otra una líder
del hampa; el que la gran villana (Tracey Ullman) sea una matriarca de la mafia
londinense y que Sam y Kim Ming sean rescatados por unas alocadas sicarias
hípsters ya lo dice todo. Los personajes femeninos son fantásticos y no hay ni
un discurso woke.
Williams es una hampona peligrosa
Mrs. Reed maneja una agencia de espías.
Factor Diversidad: Muchos chinos y Sam tiene un círculo gay
de amistades que vuelve a abrazarlo. Michael es anglo-africano, y el primer ministro
es de origen indio, como lo era hasta hace poco Rishi Sunak.
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