Una video-reseña
en YouTube comenzaba con una advertencia:
”prepárense para ver mucha sangre”. Realmente, American Primeval es un
relato brutal con más muertos que los imaginados por Ser George R.R. Martin.
Sin embargo, hay más que masacres. Esta serie de Netflix ofrece, junto a tropos del Road western, un
pedazo de historia donde los villanos son los mormones, no todos los indios son
buenos y por una vez, en la Era Woke, La Caballería si intenta ir al rescate. ¿Sucedió
en la vida real todo lo que vimos en seis episodios? Bueno…Es Netflix.
Los Clichés
del Road Western
La trama es
simplísima y reconocible. Una refinada dama del Norte, se interna en el Lejano Oeste,
agreste, salvaje y peligroso, intentando llegar a un punto de reencuentro con
su marido y padre de su hijo. Pierde a su guía y se une a una caravana de
mormones. Estos son atacados por un grupo de encapuchados y de indios. Sarah (Betty
Gilpin) y su hijo huyen y son rescatados por el lacónico montañés Isaac
Reed (Taylor Kitsch). Paralela a la historia de Sarah, está la de Abish Pratt (Saura
Lightfoot-Leon de The Agency) , una esposa mormona, cuyo marido ella cree
murió en la masacre y que es vendida a la tribu Shoshone.
Sarah y Devlin
Uno puede
encontrar paralelos con otras historias de mujeres que han servido de base a westerns
contemporáneos. En Hell on Wheels, una joven inglesa queda viuda cuando
ella y su esposo están midiendo el terreno del ferrocarril y son asaltados por
indios. En Strange Empire, un grupo de mujeres camino al Canadá, son
atacadas por indios (y blancos enmascarados) que matan a todos los hombres del
grupo y las dejan a merced del inescrupuloso dueño de la mina local que las
quiere para su pueblo-burdel.
Hay muchos
relatos de vaqueros centrados en las peripecias que acaecen sobre los
valientes, pero ingenuos, pioneros
camino al Oeste y sobre sus exasperados guías. El último ejemplo ha sido la
precuela de Yellowstone, 1883. Ahí es toda una caravana en rumbo a California. Aquí es una viuda y su
hijo. La inocencia de Devlin recuerda a la de Helena del filme de Tom Hanks News From the World.
En cuanto a Sarah y su secreto pasado, es como una combinación de Maureen
O’Hara en la joya de Sam Peckimpah The Deadly Companions, con―en un
tono más jocoso― Shirley McClaine en Two Mules for Sister Sara.
La Violenta
Historia de los Mormones
La diferencia es
que la trama de American Primeval se centra en un episodio histórico: La
Masacre de Mountain Meadows perpetrada por mormones en contra de una partida de
indefensos pioneros. Es un episodio controversial puesto que no se ha podido
probar que esta masacre haya sido ordenada por Brigham Young, entonces líder de
los mormones y gobernador del Territorio de Utah. La serie se une al bando que
cree que la masacre fue planeada por Young puesto que ya no quería que gente
que no fuese mormona se estableciese o incluso transitase por su territorio.
Vamos a hacer un
poquito de historia. Desde que Joseph Smith crease su Iglesia de los Santos de
los Últimos Días, que los mormones han sido vistos con desconfianza. Esto motivó
el encarcelamiento y linchamiento de Smith. Su secta continuó a pesar de que
eran sus miembros expulsados de muchos estados, expulsiones que iban
acompañadas de gran violencia como ocurriría en Missouri e Illinois.
Como los mormones
no eran mancos, aprendieron a responder
esa violencia con igual agresividad. Se crearon milicias para proteger a la
comunidad que cada vez era empujada más allá de lo que entonces se denominaba
“La Frontera” . Finalmente, los mormones encontrarían su “Nueva Sion” en una
zona casi desértica con un paisaje muy particular y un lago salado. En nombre
de sus seguidores, Brigham Young tomó posesión de lo que hoy es Utah. Aunque
aún en el siglo XXI, la presencia mormona
en Utah es fuerte, no era tan fácil apoderarse de un territorio en el Siglo
XIX.
El gobierno de Estados
Unidos y su credo del “Destino Manifiesto” afirmaban que todo el Oeste les pertenecía.
Un concepto que chocaba con el nuevo territorio gobernado por Brigham Young, al que cada día llegaban nuevos “hermanos”
perseguidos en el resto del país. Era gente como los recién casados, Jacob y
Abish Pratt. Sucede que la Ruta del Mormón coincidía con las trayectorias de
otros pioneros que emigraban a California. A Young se le ocurrió que estos
pioneros deberían solicitar de un salvoconducto que solo él podía extender.
En 1857, en un paraje
conocido como Mountain Meadows, un mormón llamado John Lee, líder de la Milicia
de Nauvoo, malinterpretó las ordenes de Young, creyendo que debía impedirse la
entrada a los no-mormones a Utah. Hubo una discusión entre Lee y el líder de la
caravana que acabó en violencia y una horrible matanza en la cual morirían 120
personas, hombres, mujeres y niños mayores de ocho años. En la matanza, que
duró tres días, intervinieron nativos de
la tribu Paiute, aliados de los mormones
Solo sobrevivieron los “Inocentes”, pequeños
menores de siete años que fueron adoptados por familias mormonas. En Godless,
el filosófico bandido, interpretado por Jeff Daniels, dice ser uno de esos sobrevivientes y da a
entender que su ferocidad deviene del trauma provocado por la masacre. El gobierno de Estados Unidos tuvo noticia de lo
ocurrido y envió tropas a Utah. Aunque Young negó haber sancionado esa matanza, y condenó las
acciones de Lee, se opuso a la invasión militar de su territorio. Ordenó responder
con violencia lo que dio inicio a la Guerra de Utah (1857).
Lee huyó y fue
perseguido por el ejército hasta ser arrestado y fusilado en 1859. Se inició
una investigación para descubrir a los culpables de la masacre que fue
interrumpida por la Guerra de Secesión. Nunca se llegó a una conclusión
determinada. Hasta hoy, los historiadores debaten el grado de culpabilidad del Gobernador
Young, teniendo en cuenta que, hasta su ejecución, John Lee sostuvo que el
Hermano Brigham nada tuvo que ver con lo ocurrido en Mountain Meadows.
Kim Coates como Brigham Young
Pues la serie de Peter Berg y el libreto de Mark L. Smith (autor de The Revenant) han optado por convertir a Brigham Young y sus mormones en los grandes villanos de este cuento. Kim Coates interpreta al líder mormón como un hipócrita fanático, dado a azotar a su propia gente cuando se le oponen. La Masacre es totalmente diferente, aquí no sobreviven niños sino cuatro mujeres que secuestran los Paiutes, entre ellas Abish. También sobreviven Sarah y Devlin que logran huir, y Jacob que es dejado por muerto.Desde ese
momento, Wolsey (no Lee como en la vida real) tiene una misión encomendada por
el Hermano Brigham, encontrar a los sobrevivientes y silenciarlos. Entre ellos
se cuenta a Jacob que, malherido y traumatizado, se obsesiona con encontrar a
la mujer que ama. Aunque muchos vean a Jacob―y a los mormones en
general― como fanáticos religiosos, en el marido de Abish hay una inocencia, una
falta de bajas pasiones y una ausencia de brutalidad que son extrañas en un mundo
donde no existen ni la compasión ni el amor.
¿Es La
Poligamia el Gran Pecado Mormón?
Ciertamente no
son esas las emociones las que regulan vida y obra de Brigham Young que es
solapado, sanguinario, violento y codicioso, como lo evidencia en sus intentos
de comprar Fort Bridger. Antes de hablar de ese fuerte, quería comentar este
trato tan negativo tanto del Gobernador Young como de su gente. Aparte de la orientación
anti-religion de Netflix―que es parte de la agenda woke― hay
una perpetuación de una animosidad antigua hacia los creyentes en el Libro del Mormón
que explica el martirio de Joseph Smith y la persecución de los miembros de su
iglesia.
Resultó extraño
ese odio en una joven nación que había sido refugio de sectas desde la llegada
de los peregrinos en el Mayflower, puesto que los Puritanos eran considerados
una secta tanto por anglicanos como por los católicos Estuardos. En la época en
que Joseph Smith comenzó a predicar su credo, en Estados Unidos ya se habían
asentado los Amish, los menonitas, los cuáqueros, Los Testigos y ya se habían fundado
nuevos movimientos religiosos como los Shakers y los adventistas. ¿Entonces que
razón inspiraba ese odio y desconfianza por los mormones? Pues su práctica de la poligamia.
Brigham Young le
cuenta a Bridger que los periódicos exageran. Él no tiene 22 esposas, son solo
20. Agrega que muchas de ellas son mujeres maduras a las que la ve más como “madres”
que amantes. Sin llegar a tanto extremo, los mormones solían tener varias
esposas y eso los hacia repugnantes a buenos creyentes de la Biblia donde, curiosamente,
D-s no se opone a la poligamia.
Los judíos
europeos la prohibieron durante la Era Medieval, aunque continuó entre los judíos
del Imperio Otomano. La poligamia sigue siendo legal en muchos países
musulmanes. Irónicamente, los mormones prohibieron el matrimonio plural entre
ellos, en la segunda década del Siglo XX, y hoy solo se practica
clandestinamente en grupos más fundamentalistas. Aun así, la mayoría de las
burlas y críticas de los no-mormones em American Primeval van dirigidas
a ese aspecto de su cultura.
El tema de la
esposa esclavizada, del harem del mormón y de niñas obligadas a casarse con
viejos ha sido parte del folclore anti-mormon dese el Siglo XIX sobre todo en
lo relacionado con el Far West. Lo encontramos en las novelas de vaqueros como
el clásico Los Jinetes de la Pradera Roja (Riders of the Purple Sage)
de Zane Grey. El cine mudo tendría una media docena de westerns que hacían hincapié
en la malicia y codicia de los miembros de la Iglesia de los Santos de los Últimos
Días.
El único retrato
positivo que salió de Hollywood fue precisamente la biopia titulada Brigham
Young (1940), donde Dean Jagger daba vida al gobernador, pero Tyrone Power
era el galán, o “hermano” que transgredía las reglas de su comunidad al
enamorarse de una mujer que no era mormona. En este siglo tuvo mucho éxito la
serie de HBO, Big Love, que retrataba las desventuras de un mormón con
tres esposas. Sin ser una apología de la poligamia describía de manera positiva
la cultura mormona. Mas que el soso reality Secrets of the Real Mormon
Wives.
Big Love duró cinco temporadas, acabando en el 2011. Ese mismo año apareció otra serie del Lejano Oeste que le acetó un sablazo a los mormones. En la Tercera Temporada de Hell on Wheels, el protagonista, Cullen Bohannon, encuentra refugio en una granja mormona, donde rapidito seduce a la más que dispuesta hija con la que contraerá segundas nupcias. Naomi no es un dechado de virtudes, pero es su padre quien da el mal ejemplo. Cuando el sheriff viene a desposeer a los de sus tierras que están en la ruta del ferrocarril, el granjero lo mata y deja que culpen a su hijo. Bien cerdito el mormón.
En la Cuarta Temporada,
vuelven a aparecer los mormones como una fuerza conflictiva, sobre todo cuando El
Sueco, el archivillano de la serie, se convierte al mormonismo y adquiere un
puesto importante en la comunidad y en los negocios que la secta, siempre
liderada por Brigham Young. Entre Young y El Sueco surge una batalla de egos
que el villano zanja con un recurso mefistofélico.
Se vuelve mentor de Pinchas, uno de los muchos hijos de Young, azuza su rebeldía y deseo de prevalecer y finalmente lo empuja al parricidio. Tal cosa jamás ocurrió en la vida real (el Sueco es un personaje ficticio) y los mormones protestaron ante tanta falsedad histórica tal como lo han hecho hoy en día con el contenido de American Primeval.
Puede que el
regreso a la imagen negativa de la Iglesia de Los Santos de los Últimos Días
coincidiese con la glamurización de la poligamia en Big Love y
también con la posible ascensión del senador mormón Mitt Romney a la Casa
Blanca. Una vez olvidada la serie de HBO y perdida la oportunidad del senador
de Massachusetts de ser presidente, los mormones fueron olvidados. Con eso pensé que el espíritu anti-mormon
había desaparecido.
Sin embargo,
ahora tenemos American Primeval que en su devoción al ángulo
anti-religion reinventa la Masacre de Mountain Meadows enlodando a la secta y a
su líder. Eso también es evidente en el modo en que relatan el conflicto entre
el Gobernador Young y Jim Bridger. Después de Dos Lunas y Devlin , Bridger es
mi personaje favorito, y no solo porque lo interprete Shea Whigham a quien he
adorado desde Boardwalk Empire.
Lo cierto es que
Bridger es uno de los personajes más pintorescos del Lejano Oeste. Lo han
interpretado una media docena de actores en filmes de vaqueros desde Van Helfin
en Tomahawk hasta Will Prouder ,en The Revenant, sin olvidarnos
que Aldo Raines (Brad Pitt) le relata a sus “basterdos” que él
desciende directamente de Jim Bridger.
El Verdadero
Jim Bridger y su Fuerte
Nacido en
Virginia en familia antigua, pero de pocos medios, Jim se crio en Missouri. A comienzos de su adolescencia,
Jim, cansado de ser un aprendiz de herrero, enfiló ruta hacia el Oeste o lo que
entonces se conocía como La Frontera. Allá se volvería una leyenda, uno de los más
reconocidos montañeses (Mountain Men). Explorador, trampero, comerciante
de pieles y guía, era respetado tanto por los blancos como por los nativos. Bridger
establecería buenas relaciones con la tribu Shoshone. Sus dos últimas esposas
eran hijas de jefes de esa tribu.
En 1830, en
sociedad con el franco-español Luis Vásquez, estableció Fort Bridger, que a
pesar del nombre rimbombante, era un puñado de meras cabañas que albergaban una
fragua y el taller de carpintería de Jim además de un almacén-bodega y hogares
para la familia Bridger. Situado en lo que hoy es Wyoming, se convertiría en
uno de los más importantes puestos de comercio del Lejano Oeste. Un punto de
civilización blanca en medio de una zona de nativos, no todos amistosos. Sería
la parada obligado de la Caballería, de los pioneros camino a Oregón y de la
Ruta del Mormón, puesto que Brigham Young y su secta la cruzaron para llegar a
la “Nueva Sion” que fundarían en Utah.
La serie miente
sobre todos esos encontrones entre Brigham Young y Jim Bridger. El Gobernador
vivía en Salt Lake City, no estaba
acampando en las cercanías del fuerte como muestra American Primeval.
Aun así, es cierto que hubo problemas entre el trampero y los mormones. En 1853,
cuatro años antes de los sucesos descritos en American Primeval, una
milicia mormona llegó hasta el fuerte en busca de Jim Bridger acusado de
traficar armas y alcohol a los indios, lo que estaba prohibido por ley federal.
Jim los evadió
marchándose a Missouri. Los mormones establecieron su propio fuerte (Fort
Supply) cerca. En 1855, apareció un documento en el que se decía que tanto Vásquez
como Bridger le habían vendido Fort Bridger a la Iglesia de los Santos de los Últimos
Días. Bridger estaba entonces sirviendo de guía al noble irlandés Sir Saint
George Gore en su ‘”infamosa” expedición de cacería. Afirmó que nunca había
vendido nada y que su firma había sido falsificada.
En 1857, al
inicio de la Guerra de Utah, Jim rentó su fuerte al ejército de los Estados
Unidos, convirtiéndose en guía de la Caballería durante el conflicto. Cuando
los mormones vieron que la Caballería se acercaba, incendiaron el fuerte y
huyeron a Salt Lake City. Así que nunca
el Gobernador Young regateó con el trampero el precio de Fort
Bridger, nunca Jim le partió la pierna a “Wild Bill” Hickham, ni este intentó
robarse los cerdos del fuerte. Todo este invento fue para aumentar el aura
malévola de los mormones de la serie.
Lo que no me
molesta es ver a Shea Wigham como Jim Bridger, otra buena actuación en su lista
y posiblemente lo mejor del reparto. Para mi Taylor Kitsch es un actor muy
querido desde su John Carter de Mars. Hasta le perdoné los disparates de
The Defeated, pero este Isaac es un rol perdido, casi patético
en una historia que busca abarcar mucho y termina en tremendo enredo.
Tengo que ver a Ellen
Gilpin en otro rol. Su personaje de Sarah es tan antipático que no sé si culpar
al libreto o la actriz. Saura Lightfoot-León me ha gustado más aquí que en The
Agency, pero hablo de la actriz no del personaje que está tan inmersa en su
autocompasión que no repara en que a su alrededor hay más víctimas.
Aunque enredado, el libreto tiene buenos parlamentos y el
dialogo no es ensuciado con modernismos. La escenografía es impresionante, sea
en territorio árido al sol, en atardeceres multicolores, en la oscuridad de
noches gélidas o trayectos bajo nieve inclemente. Aun así, American Primeval filmada en Nuevo México, no alcanza
a la belleza visual de las series de Taylor Sheridan. La recomiendo, pero
tengan en cuenta de que no posee realmente valor como documento histórico.
Contenido
Violento y Gory: Toda la
serie es sangre, y gore. Lo peor (dicen, lo que es yo cerré los ojos para no
verla), es cuando tratan de arrancarle la cabellera al pobre Jacob. Para mí lo
peor fue ver ositos destripados.
Contenido
Sexual y Desnudos. En el
primer episodio, Isaac enseña cola a la aterrada Mrs. Sowell o Holloway o como
se llame. No nos quejamos. Hay también un descriptivo ataque sexual a Dos Lunas
por parte de un indio borracho que no sabemos si es su padre o padrastro, pero
no hay desnudos.
Factor
Feminista: La serie
presenta dos problemas que están vinculados con esa agenda woke que enarbola Netflix.
El odio a la religión y el desprecio por la mujer blanca. Sarah es insufrible,
petulante, ignorante, impertinente, desatinada, mentirosa y francamente bruta, Parece
ser un epitome de las “ blancas lloronas”, tan despreciadas por las feministas
de color. Ya parece que la diseñó Tamika Mallory.
El mismo caso de
Abish es un ejemplo. La serie nos hace creer que únicamente desarrolla sensatez
y tolerancia gracias a su contacto con una tribu de Shoshones. Lo cierto es que
anteriormente estaba demasiado hundida en su autocompasión para aprovechar lo
que tenía. Hay quien cree que American Primeval con Abish recrea la
odisea de Esty en Unorthodox demostrando que las sectas religiosas oprimen de tal
manera a las mujeres inteligentes que deben huir de ellas y sus maridos.
Se olvidan que Abish
no huye. Es secuestrada y expuesta a toda clase de horrores, primero a manos de
los Paiutes y luego de los Shoshone renegados hasta que cae en una
tribu-matriarcado donde por primera vez puede expresar su sentir. Esty era
parte de una comunidad que ella despreciaba y que, a su manera, la despreciaba
y miraba con desconfianza. Tuvo que crear un elaborado plan de escape. Su
esposo la buscó para llevarla al redil no como el aterrorizado Jacob que quiere
salvar a Abish y protegerla.
El pequeño grupo
de mujeres mormonas con las que viaja la tratan como a una igual, pero Abish no
se siente parte de ellas a pesar de ser de familia mormona. Siente que no está
viviendo la vida que le corresponde ya que la muerte de su hermana la convirtió
en esposa de quien iba a ser su cuñado. Si aceptó es porque sabe que, en la América
de 1857, mujer sin marido no tiene buen
fin. Si Abish fuese más avispada se daría cuenta de, cómo le dice Sarah, el
poder que ya tiene sobre Jacob que la adora y trataría de construirse una vida
en base de esas dos ventajas, pero prefiere andar amurrada y silenciosa hasta
que la vida le da la oportunidad de realmente ser víctima.
Muy diferente es
el modo en que la serie presenta a las mujeres nativas como la jefa de la tribu
y madre adoptiva de Isaac, o como Dos Lunas, el personaje más delicioso de la
serie. Muda, expuesta al acoso sexual de los hombres de su etnia, aprende a
defenderse, toma su destino en sus manos e incluso protege a estos blancos tan
ofuscados por sus problemas que en vez de solucionarlos le agregan otros.
Factor
Diversidad: Tenemos un
mosaico de las diferentes tribus que ocupaban el territorio entre Wyoming y
Utah: Paiutes, Utes, Shoshones y Apaches. Los Paiutes son aliados de los
mormones, los Shoshones están divididos entre los pacíficos que o viven bajo un
matriarcado o circulan por el Fuerte Bridger como Dos Lunas y su familia.
Inclusive el
mundo de los blancos es diverso. Tenemos franco-canadiense como el que acosa a Sarah
al llegar a Fort Bridger, tenemos gente dividida por profesión, traperos, montañeses,
militares y por religión como los mormones.
Además, el guion
ha incluido a minusválidos como Dos Lunas que no puede hablar y Devlin que
sufre de una cojera congénita por la que debe usar un arnés. Interesante que sean
ambos los personajes más humanos, más intuitivos y más compasivos de la serie.
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