miércoles, 26 de marzo de 2025

Disney reinventa a Cristobal Balenciaga y lo Hace muy Mal



Finalmente, Disney/Hulu ha traído a Estados Unidos esta biopia de quien Christian Dior llamaría “el maestro de todos”. Una entrada obligatoria en las series de la moda, el mejor modisto de toda la historia es parte de un relato en que el hermetismo y amor a la privacidad de Cristóbal Balenciaga sirven para crear un couturier que nunca existió: vanidoso, ególatra y neurótico En un afán de ocultar la relación del Maestro con el régimen franquista, la serie recae en mentiras e invenciones peores que las del New Look.

El primer episodio no comienza con el nacimiento, infancia ni juventud de Balenciaga. Lo conocemos ya cuarentón, en 1937. Huyendo de la Guerra Civil Española, el apolítico couturier viene a abrir, en compañía de su amante el Conde Wladzio Jaworowski D’Attainville, una casa de modas en Paris. Ya comenzamos bien. Balenciaga no tenía posturas políticas, él vivía para su arte. Presentarlo de otra manera fue uno de los muchos errores de The New Look.

Quien sí es político es su socio, un ingeniero vasco republicano llamado Nicolas Bizcarrondo. El primer desfile, sin ser un fracaso, es anodino. Los críticos no ven novedad en el nuevo modisto. Solo Coco Chanel (pero no públicamente) reconoce el genio de Balenciaga. En su desesperación, el modisto vira sus ojos hacia su herencia española, pintura barroca y trajes típicos iberos.

                    Bizcarrondo, Wladzio y Balenciaga

Sombreros, Republicanos y Homosexuales

Toda la trama está enmarcada en el degastado recurso de una entrevista años después de lo sucedido. En vida, Balenciaga solo dio dos entrevistas. La serie se centra en la otorgada, en 1972, a Prudence Glynn (Gemma “Asha Greyjoy” Whelan), del Times de Londres. La periodista ha llegado hasta Getaria, hasta el retirado maestro Balenciaga (Alberto San Juan)para interrogarlo sobre un pasado que él no quiere revelar. El segundo episodio consiste en la entrevistadora sacándole con tirabuzón a Balenciaga sus memorias de la Ocupación Alemana. Un desastre total que deja al espectador lego muy confundido.

                 Lady Prudenc Glynn entevista al Mestro

¿Era Balenciaga tan apolítico que no le importaba lo que ocurría a su alrededor? ¿Hacia vestidos para las mujeres de los nazis para proteger sus intereses o los de Nicolás? ¿Le hizo regalos a Coco Chanel porque la sabía en la cama con un oficial alemán y creía que ella los iba a proteger a él y a Wladzio en peligro por ser gays? Nuevamente se pierde en ambigüedades ese capítulo tan importante de la moda durante la Ocupación Alemana . Y permanece sin respuesta la pregunta que hoy muchos nos hacemos. ¿Se vale más remar con la corriente que enfrentar un diluvio?

Este capítulo reprimido, falseador de hechos reales y muy confuso deja que el espectador haga sus propias interpretaciones, erradas la mayoría. Nicolás Bizcarrondo y su mujer eran republicanos vascos, habían estado involucrados en política (por llamarlas de izquierda) antes de la guerra. Se le abrió un expediente acabado el conflicto y se le exigió una multa por una fuerte cantidad, pero nunca estuvo en peligro de ser extraditado. No fue la razón por la cual Balenciaga permaneció en Paris, y Nicolas no se dio vuelta la chaqueta renegando de su pasado político por temor a represalias nazis.

Cientos de refugiados republicanos fueron devueltos a España o arrastrados hasta Mauthausen y otros campos de la muerte. Bizcarrondo nunca estuvo entre esas categorías amenazadas. Se retractó de su pasado republicano públicamente en Los 60 y retornó a su patria en 1965.

                                           Los Bizcarrondo

La serie está empeñada en evitar mostrar el lado político de Balenciaga, sea o bajándole el tono a su sólida reputación de modisto de la alta sociedad española antes y después de la Guerra Civil o excusando el que hiciese vestidos a nazis y simpatizantes. Desacierta en ambos esfuerzos. Antes de ir a Paris, Balenciaga tenía fama como el mejor modisto de España, vestía a la aristocracia, habiendo sido apadrinado desde muy joven por la Marquesa de Casa-Torres. Gracias a su relación con la modista Madeleine Vionnet entró con buen pie en el mundo de la alta costura parisina.

Si se marchó de España y cerró sus tres casas de moda, una en Madrid, otra en Barcelona y la tercera en Madrid,  fue porque caían bombas por doquier y nadie estaba para comprar vestidos de marca.  Por eso es absurdo hablar de exilio como lo hace Fabiola de Mora y Aragón en el episodio 6. Si Balenciaga se hubiese exiliado seria huyendo de los republicanos que bien pudieron haberle dado un “paseo” fatal por haber vestido a la nobleza como la abuela de Fabiola.

Acabada la Guerra Civil, Cristóbal pudo regresar a España sin problemas. Así es como reabrió su tienda en Madrid. Para él las casas de moda en ambos lados de la frontera eran igualmente importantes, tal como su clientela. Nos dice la serie (Disney al fin) que al Maestro le importaban los desfiles en Madrid porque ahí asistían periodistas americanos y que su mayor mercado eran los Estados Unidos. Falso. La casa de modas de Madrid servía a una clientela de los poderosos en la España Franquista, a la aristocracia incluyendo a la musa de Cristóbal, Sonsoles de Icaza.

                                                Balenciaga y Sonsoles

Es cierto que hubo durante la Ocupación una escasez de telas (una escasez de todo) y que Balenciaga puede haberlas importado de España. Se sabe que se le multó por usar más material textil del aprobado por las autoridades nazis y que al menos en una ocasión le cerraron su tienda, pero se abrió eventualmente. Todo esto ocurrió en 1940. El couturier siempre se negó a trasladar su negocio a Berlín, pero la serie enfatiza su “colaboracionismo” y da una explicación pedestre de por qué lo hizo.

¿Fue Balenciaga un “Colabo”?

El Balenciaga de la serie le insiste a Prudence que él es apolítico y que fueron tiempos duros los de la Ocupación. Luego tenemos un flashback. Cecile, una francesa, llega a Maison Balenciaga acompañada de su amante, un alto oficial de la SS. Quiere que Cristóbal le haga una copia del vestido “Menina” con mangas largas y con una tela que heredó de su abuela. A Balenciaga no le molesta confeccionar ese vestidole faltan clientespero insiste que ese material no sirve para esa hechura. Hay una pequeña batalla entre clienta y diseñador y la gana el Maestro. Con esto nos queda claro que al modisto no le importan las políticas de su clientela, siempre y cuando no se entrometan en su arte.

No volvemos a ver a Cecile sino hasta el final de la Ocupación (1944). Ella tiene la cortesía de despedirse, de traerle un regalo y de expresar con tristeza el miedo que les espera a quienes colaboraron con el ocupante. Balenciaga es frio y brusco. Rechaza el regalo, no acepta que sean iguales, emite un juicio moral al considerarla una colaboradora y cuando Cecile se marcha, arroja el regalo a la basura. íQué feo retrato del Maestro! La cortesía debe demostrarse tanto en derrota como en triunfo y Balenciaga era muy educado. También revela hipocresía ya que al parecer siempre ha despreciado a Cecile, pero la ha tenido de clienta porque le convenía.

          Un diseño  de Balenciaga de los 40 es usado para un comercial de perfume.

Como que el guionista se da cuenta que Balenciaga está quedando muy mal y le proporciona una excusa implausible, Balenciaga todo lo hace para protegerlos a él y a Wladzio. Esto ocurre a causa de una escena que nunca tuvo lugar en la cual, en Hendaya, el modisto es detenido por la policía de Vichy, vejado (se le hace desnudarse) y amenazado con hacer pública su condición de homosexual y someterse a las medidas que los nazis tenían para el colectivo LGTB.

En Lo que escondían sus ojos, hasta ahora el mejor retrato de Balenciaga en la ficción, Javier Rey (que lo interpreta) le dice a Sonsoles, en 1942, que si no regresa a España es porque en la atmosfera homófoba del franquismo le sería imposible continuar con su relación con Wladzio. Me dejó una duda. ¿Es que la serie pretendía decir que  era más fácil ser gay en la París Ocupada que en el Madrid franquista?

                          Balenciaga (Javier Rey) y Sonsoles (Blanca Suárez )

La verdad está entre ambos extremos. Efectivamente, muchos homosexuales fueron arrestados en Francia y deportados a campos de exterminio, pero o eran muy abiertos en su orientación o no tenían a alguien que les protegiese. Nunca el fantasma del arresto persiguió a homosexuales reconocidos como Jean Cocteau, al cantante Charles Trenet, y a una docena de actores. Si hasta hubo homosexuales en el gobierno de Vichy. Es cierto que la Gestapo comisionó a Coco Chanel para que redactara una lista de los gais en el gremio de la alta costura gala y ella dejó fuera a su amigo Cristóbal.

Por otro lado, Cristóbal Balenciaga siempre fue un hombre muy discreto. No le gustaba que lo fotografiaran. Solo los allegados sabían que su relación con Wladzio era romántica. Para mayor discreción, la madre de Balenciaga vivía con ellos en Paris. Una señora vasca a la antigua y devota católica (igual que Cristóbal) no iba a andar apañando relaciones pecaminosas por lo que la orientación sexual del hijo quedaba en meras sospechas.

                             Wladzio y Cristóbal 

En varias páginas de moda leo que Cristóbal Balenciaga no fue incomodado por los alemanes debido a que gozaba de la protección del Caudillo. Algo de eso hay, a pesar que la serie torpe e ingenuamente intente barrerlo bajo la alfombra. El couturier vistió a Doña Carmen Polo antes y después de que su esposo se convirtiese en el dictador de España.

No se puede acusar al Maestro de ser colaboracionista por hacerle vestidos a las mujeres de los alemanes puesto que él era ciudadano, y bien visto, de la España Franquista. Al ser extranjero no se le puede imponer rótulos y menos cuando la alta cultura francesa si colaboró y de manera despreciable desde Louis Vuitton que se apropió de negocios judíos, hasta Coco Chanel, mejor conocida como la “Agente Wertheimer” , que trabajó para los servicios de inteligencia alemanes.

Otro triste error de la serie ha sido mostrar a Cristóbal envidioso de la fama de los sombreros diseñados por Wladzio. Aparte de ser una calumnia que afea a un generoso individuo, resta importancia al gran amor de la vida de Balenciaga. Tanto que, en la serie, la repentina muerte de Wladzio no causa el impacto que tuvo en la vida del modisto. Acaso una escena al pasar donde Balenciaga habla de retirarse o el desfile de modelos enlutadas que no llegan a crear en la mente del espectador un vínculo con la inmensa tragediala mayor de su vida que experimenta el Maestro.




Balenciaga vs Dior

Ahora viene la guinda del pastel: Christian Dior. La serie quiere hacernos creer que Balenciaga odiaba a Dior, que su envidia lo llevaba a burlarse del pobre diseñador, que la superioridad de Balenciaga sobre el creador del New Look se debía a que era más guapo, etc.

Balenciaga y Dior se conocían de antes del Teatro de la Moda. Ambos participaron en esa novedosa idea de Lucien Lelong. En cambio, la serie de Disney nos muestra a Balenciaga llegando como invitado a la exposición y recién conociendo a un Dior viejito y calvo. İ Sí Christian solo tenía cuarenta años! De pronto prefiero The New Look, La serie de Apple tv+ mintió menos.

Dior y Balenciaga nunca fueron rivales. Balenciaga tenía una casa instalada y una clientela asegurada cuando Marcel Boussac recién apadrinó a Christian. Balenciaga abrazó inmediatamente el largo de faldas impuesto por Dior quien no le robó clientes ni opacó los diseños del Maestro. De hecho, a fines de los 40, Balenciaga siguió imponiendo tendencias como la famosa chaqueta bolero que imitaba la usada por los toreros. Y no perdió clientes, al contrario adquirió más en Francia y en España, puesto que cuando Aline Griffith se convirtió en Condesa de Romanones su vestido lo confeccionó el Maestro.

                                     La Condesa de Romanones

Lo que denota influencia española en la serie, puesto que en Disney no saben ni J de historia ibera, es la ausencia del nombre “Franco” en la serie. La realidad es que Doña Carmen Polo era clienta de la casa Balenciaga (malas lenguas dicen que no pagaba); su hija Nenuca vistió un Balenciaga para su boda con el Marqués de Villaverde en 1950; y fue su insistencia la que sacaría de su retiro al Maestro, en 1972, para vestir a la hija de los Marqueses en ocasión de su boda con el Duque de Cádiz.

                                         Nenuca en Balenciaga

El Vestido de una Reina

Esos vestidos son tan icónicos como el de la Reina Fabiola de Bélgica. Este último se menciona en la serie como si hubiese sido la única gran creación del Maestro. La biopia de un diseñador debe concentrarse en su contribución a la historia de la moda, a sus diseños más célebres, a sus clientas más famosas y a su vida privada,  si esta afecta su arte. Ocultar que vistió a princesas como Grace Kelly, a esposas de políticos como Jackie, y a las grandes damas de la alta sociedad española, incluyendo a las parientas del Caudillo, es cortar más de la mitad de la trayectoria de Balenciaga.

                     Grace de Monaco en Balenciaga
                      Jackie Kennedy en Balenciaga

A propósito, la serie en típico humor antimonárquico hace un pobre retrato de la Reina de Bélgica. Tengamos en cuenta que para mantener el misterio del vestido, todas las medidas, diseño, pruebas del traje de novia fueron llevados a cabo en el departamento que el Maestro tenía en Madrid. Como él era tan discreto, nunca hemos sabido que se dijo así que todo lo que aparece en la serie es invento y conjetura. Fabiola de Mora y Aragón era una mujer muy reservada, por eso escogió a Balenciaga como modisto.

Lo único que alguna vez comentaron en público ambos fue que Fabiola rechazó modelos por ser “demasiado regios”. Balenciaga tuvo que recordarle que estaba vistiendo a una reina. Esta anécdota refleja la modestia de una mujer que era hija de un marqués y que por parte de su madre descendía del rey Sancho de Castilla.

He visto muchas fotos de Doña Fabiola, he leído mucho sobre ella. En ninguna parte dicen que fuese contrahecha, jorobada o con hombros aupados. Belén Cuesta la retrata como una mujer histórica, incómoda con el asedio de la prensa, obsesionada con la importancia del secreto, con miedos de como cambiará su vida una vez se case. O sea, es una Lady Di más vieja.

                La verdadera Fabiola no tenia un hombro mas alto que el otro

Fabiola de Mora y Aragón pertenecía a la alta nobleza española. Tenía 32 años cuando robó el corazón de Balduino de Bélgica que no era un Príncipe Azul común. Desde joven, Balduino había sido muy devoto y había estado a un tris de pasarle el cetro a su hermano y encerrarse en un monasterio. Su sentido de deber se sobrepuso a su vocación, pero le tomó diez años de su reinado encontrar a quien compartiese su trono.

Ni la serie ni artículos de Vanity Fair han sabido revelar su fascinante personalidad. Es triste que VT se apoye en la chismografía de Jaime Peñafiel que describe a la reina como una beata, una tía solterona, una mujer sin oficio, recluida en su casa. Tampoco podemos culparlo tanto si la misma revista Time describió a Fabiola, en ocasión de su boda, como “la chica que no podía atrapar hombres”. También el régimen franquista hizo lo suyo convirtiendo a la novia en  el ideal de la mujer de su casa, muy religiosa, virtuosa y sumisa.

Todo eso es verdad, pero opaca lo que hacía a Fabiola una mujer de carne y hueso, ya que la joroba y ataques histéricos de Belén Rueda no fueron más que inventos de un mal libretista. También el hermetismo que rodeó al noviazgo ayuda a falsificar datos. Eso es lo único cierto que dice la serie, la Reina de Bélgica y el Rey de la Alta Costura se caracterizaban por su amor a la privacidad.



En su día se inventó un cuento de hadas alrededor de ese romance real. Se dijo que Sor Verónica, la monja mentora del rey había ido a España en busca de una cónyuge perfecta, poco menos que cargando el zapato de Cenicienta y que solo Fabiola había dado la talla. Otros hablaban de un enlace arreglado por la propia reina Victoria Eugenia quien era madrina de la novia. Lo más cercano a la realidad es que Doña Ena si andaba en animo casamentero, pero quería que quien ciñese la corona belga fuese su nieta, Doña Pilar de Borbón (hermana del rey emérito Juan Carlos).

El caso es que ni Pilar (que más tarde se casaría con el concuñado del rey Simeón de Bulgaria) ni Balduino congeniaron. En cambio conocer a Fabiola fue un flechazo instantáneo. Se cree que para el segundo encuentro en la Gruta de Lourdes, ya estaban enamorados. Es que Balduino vio más allá que la periodista del Time o el aparato de publicidad franquista.

El monarca vio una mujer moderna e independiente, no una solterona beata. Vio una mujer sencilla, pero preparada para ser reina. Vio una mujer que conjugaba su fe y su apostolado con lo mundano. Fabiola era enfermera diplomada y trabajaba en el hospital militar Gómez Ulla. Fabiola era refinada y hablaba cuatro idiomas. Por último, si era tía soltera, pero su capacidad para amar y atender a la niñez de un país se revelaba en la publicación de un libro de cuentos de su autoría que demostraba que tenía imaginación, pero también conciencia de los gustos infantiles.

                             Fabiola en la portada de Semana

La tragedia de Fabiola fue que, después de cinco embarazos malogrados, sería incapaz de dar un heredero a su reino. Su triunfo fue mantener un amor y un romance que acabaría con la muerte del rey en 1993 y también el haberse hecho amar por un pueblo. Si me he explayado tanto es para hacer notar como la serie ni siquiera supo aprovechar este personaje y sus paralelos con un modisto que como Fabiola era amante de su privacidad, pero supo alcanzar la fama en un país que no era el suyo.

Contenido Violento o Gory: Ninguno

Contenido sexual y desnudos: Un par de besos y escenas de Wladzio y Balenciaga en la cama, ambos vestidos.

Aprovecho este momento para corregir un bulo muy desagradable y absurdo que, por suerte, no está muy desperdigado por las redes, pero que inició en Instagram. El cuento es que Coco Chanel, necesitada de publicidad, en 1960, consiguió que John Fairchild , editor del Women’s Wear Daily, la invitase a cenar en Paris. La zanahoria que la modista esgrimió ante la nariz de Fairchild fue que traería a Cristóbal y que se sacarían una foto juntos. Foto que Fairchild podría publicar en su revista.

Coco invitó a Balenciaga quien estuvo de acuerdo en dejarse fotografiar, pero no en que la foto fuese publicada en WWD. Hubo un distanciamiento y Coco enojada le habría revelado a Fairchild la homosexualidad del Maestro y que el editor habría hecho pública esa noticia en su revista. En la serie no llegan hasta tanto. Las ‘revelaciones” de Chanel se supone fueron hechas en fiestas y cocteles y se reducen a que la falla de los diseños de Balenciaga es que no siguen el contorno natural de la figura femenina, lo que puede esperarse de un hombre que no ha tocado mujeres en su vida.




Yo sabía que Chanel había dicho eso de Dior y es posible, chismosa y toxica como era, que lo haya dicho borracha en alguna fiesta, pero no era noticia. Para entonces se sabía que todos los diseñadores del momento: Givenchy, Cardin, Lanvin, Saint Laurent, etc. eran gays. Lo que importaba es que se quedasen en el closet.

Desde su fundación en 1919,  Women’s Wear Daily había sido una publicación dedicada a la moda no a las hablillas. Fairchild fue el artífice del buen recibimiento que Balenciaga tuvo en América. Jamás hubiese publicado una murmuración que no iba con su línea editorial, pero que además hubiese convertido a Balenciaga en un delincuente puesto que en USA la homosexualidad se castigó con cárcel hasta la mitad de Los 60.

Aun en Francia, donde ser gay no era un delito, el escándalo y estigma social que hubiese conllevado una revelación publica hubiesen arruinado al modisto. Ni hablar de la España franquista donde El Maestro hubiese perdido clientela, negocio, incluso su libertad . De hecho hubiese estado realmente exiliado e imposibilitado de comunicarse con su familia española. El libretista parece no conocer estos datos.

Cuando Balenciaga expresa su miedo e indignación ante Ramón Esparza,  este lo hace sonar como si fuese un cobarde que se avergüenza de ser homosexual y quiere permanecer en el closet. Tanto los idiotas de Disney como sus malos investigadores españolesinútiles como todos los profesionales pedrosanchistas olvidan que en 1960 no existía tal cosa como Orgullo Gay y salir del closet, en muchos países  invitaba a cárcel o a peores castigos.

Factor Feminista: Cero, ninguna de las mujeres importantes en la vida del modisto, ni sus parientas, ni sus colaboradoras, ni sus musas, merecen ser destacadas en este relato.

Factor Diversidad: Tampoco hay mucho aquí, apenas la relación gay de Balenciaga y Wladzio.

Factor Moda: Tristemente, es peor que The New Look en postergar la narrativa visual de los diseños Balenciaga. No hay mención de sus vestidos de novia, con la excepción del de Fabiola de Bélgica. Se ha gastado dinero en copiar diseños y presentarlos en colecciones abstractas sin contextuarlos. Se han dedicado a hablar del azgar, la tela que El Maestro mandó fabricar cuando es uno de los detalles menos importante de su obra. No hablan de la importante clientela que usó sus prendas. Por eso voy a poner algunas fotos para que sea vea lo innovador que fue Cristóbal Balenciaga.

              El vestido que Balenciaga diseñó  para la Duquesa de Cádiz 
                   El vestido "BabyDoll" uno de los muchos inventos del maestro
                     Dolores del Rio y Balenciaga

En la vida real Balenciaga aprendió a compartir clientela con Dior. Enviar a Audrey Hepburn a Givenchy tampoco le hizo perder pie en el cine. El vistió a Dame Liz Taylor y a Romy Schneider, además de diseñar el vestuario de Ava Gardner en The Angel Wore Red y el de Ingrid Bergman en Anastasia. ¿No era mejor contarnos esto que pasarse capítulos mostrando al modisto babeando por Givenchy? Es cierto que Hubert fue su protegido, pero también lo fueron Ungaro, Paco Rabanne y hasta Oscar de la Renta.

                       Ava Gardner en Balenciaga
                        Romy Schneider en Balenciaga
                             Dame Liz Taylor en Balenciaga

Si no recomiendo esta serie no es porque falsea datos sino por ocultar lo que realmente hizo a Cristóbal Balenciaga el mejor modisto de la historia. Gracias a ese ese ocultamiento solo nos queda un cuento tedioso mal contado y mal terminado.

 

5 comentarios:

  1. It was painfully boring to watch and I hated the actor, he made me hate Dior even more LOL They really did portray him as a royal jerk but it seems that all fashion designers are tres idiotas and superficial villains at least judging by the recent shows. Admittedly, Cristobal was more watchable than that mess New Look. And fashion was fugly in it, including Fabiolas wedding gown. And the ending, when he leaves all his workers without jobs.... what a disgusting piece of a merde he was... And they were all Nazi lovers and fans.... all them great designers... I remember that one of them made leather coats for Gestapo, forgot which one... It is kinda lovely that Balenciaga house turned into such a mockery and public ridicule today. These days I only follow Middle Eastern haute couture designers.

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    1. PS funny how Ava always looked so classy but was a gypsy hoe in real life.

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    2. PS what I did like in the series was how they portrayed the technical aspect of his tailor craft and excellence, they way he paid so much attention to sewing and seams.

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    3. Well, I guess one can be an elegant hoe.
      Sorry, I liked The New Look better. It had more truth than this messy fable where only 20% of the script is true. Couldn’t stand Alberto San Juan, so much talk about how gorgeous Balenciaga was and this guy was far from cute.
      They detailed Balenciaga’s craft but showed it to be a psychotic obsession of control. The dresses were Balenciaga’s designs but shown out of context meant nothing. I would have preferred they would concentrate more on certain garments, like the baby doll dresses, the bolero jacket o just the wedding gowns. Instead, they focused on the Queen of Belgium (I like that gown) but got the whole story wrong.
      Hugo Boss designed SS uniforms
      I don’t like this modern habit of collective guilt applied to fashion designers or people in that field. There were degrees of collaboration. Madame Gres was Jewish ad made dresses for the Germans, but she also was in the resistance. Lucien Lelong protected his people whether they were Jewish or in the resistance, and saved the French fashion industry.
      And then you had Ferdinand Coty who was a Vichy senator, and Louis Vuitton who ripped business from Jewish owners’ hands and Coco who was a Nazi spy. What was expected from Balenciaga? He was not French; he came from a neutral country.
      I cannot find proof that his workers were left on the street and that many sued him as the series tells us. In fact, clients suffered more. Balenciaga had shut his houses in Spain when moved to France. How come nobody complained then? He almost shut down after Wladzio death. Everyday firms close due to bankruptcy or other reasons. We know that in 1968 he placed many workers in Givenchy’s atelier and those of other designers. Ramon Esparza became head of Chanel after her death in 1971. That was no accident.
      You know what is the most grotesque fact of this forgettable series? Huffington Post (a true pigsty) wrote a bionote of CB using the Disney’s series as source! And now French Wikipedia is including all that BS in Balenciaga’s entry using Huff Post as source! This is how misinformation comes to being.

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    4. Ah, yes, Hugo Nazi Boss. I know that members of the secret police of Yugoslav Communist party came into possession of those Boss leather coats after we destroyed the Nazis and they wore them for years as their new uniform, that is how people started recognising secret police in the streets LOL

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