martes, 28 de enero de 2025

La Triste Vida Privada de los Espías: The Agency en Paramount +

 


En todas las estaciones del año, intento desligarme un poco de mi obsesión con el drama de época y busco algo contemporáneo como los thrillers de espionaje. Este invierno mi elección ha caído en The Agency en Paramount +. Esta adaptación del éxito de la televisión francesa Les Bureau des Legendes, presenta los conflictos y actividades de la oficina de la CIA en Londres y es una no muy acertada combinación de espionaje, un romance prohibido, y el lado humano de los agentes de la central de inteligencia más grande del mundo.

Sonaba estruendosamente apetitosa: un elenco encabezado por Michael Fassbender y Richard Gere; un equipo de productores que incluía a George Clooney y bajo la dirección del legendario Joe Wright de Orgullo y prejuicio y Atonement. Sin embargo, me pasé el primer episodio tratando de no quedarme dormida, tal como me pasé el segundo tratando de entender quė ocurría, porque de lentitud latiguda pasamos a una actividad tan vertiginosa que, a ratos, era confusa.

Un Marciano, Un Coyote y Una Española

Para guiarlos por este laberinto les aviso que hay tres historias: el reintegro de “Marciano” , nombre código de Fassbender,  a la CIA en Londres, después de seis años en Etiopia; el ingreso a la CIA de Daniela Acosta (interpretada por la anglo-española Saura Lighting-León); y un caos que ha ocurrido tras el arresto de Coyote, un agente clave en Bielorrusia.

                                 Dani en Teheran

Mas allá de este trio argumental, existe un leitmotiv, una moraleja, una verdad que Naomi (Katherine Waterston)  le expresa a Daniela cuando ella ingresa a la agencia. Para ser una agente se debe estar dispuesta a pagar un precio: perder su identidad real; adoptar una falsa y poco duradera, y descubrir al final que siempre va a estar sola.

La serie inicia en Addis Abeba, Samia (Jodie Turner-Smith, la Ana Bolena de ébano) , una catedrática de historia de origen sudanés, llega al departamento de Paul Lewis (Fassbender), su amante, y lo encuentra con las maletas empacadas listo para abandonarla. Samia es maravillosa, dulce, sumisa al acatar la decisión de Paul. Se nota que viene de otra cultura y, aun así, ha infringido la Sharía al cometer adulterio. Conmueve su personaje sobre todo cuando al hacer el amor por última vez le agradece al amante no haberle avisado de su partida antes puesto que le ha evitado días de sufrimiento.

Paul retorna a la oficina de la CIA (la “agencia”) en Londres. Debe convertirse en Brandon Cunningham, debe reconectarse con sus colegas, con su hija, con todo lo que abandonó hace seis años. Más fuerte aún,  debe desechar a Paul, debe desconectarse de las amistades que hizo mientras usó ese alias, borrar sus cuentas telefónicas, sus correos electrónicos, etc. Marciano es incapaz de cortar lazos con Samia, y la llama por última vez. Descubre que la mujer está en Londres y se arriesga a seguir su affaire, a pesar de que lo vigilan, de que hay micrófonos en su piso, de que lo siguen a todos lados.



Henry (Jeffrey Wright de Boardwalk Empire y Westworld), el superior inmediato de Marciano, sabe que oculta algo. Le comenta que los agentes que deben cambiar su identidad sufren de un síndrome, que algunos hasta enloquecen incapaces de separar su antiguo yo de la personalidad que han adoptado recientemente. Quiere que lo vea la nueva siquiatra de la agencia, pero quien va a necesitar de un psiquiatra es la Doctora Blake (Harriet Samson-Harris, la Eleanor Roosevelt de Atlantic Crossing) que llegada a “la agencia”, es involucrada en un caos laboral que provee la mejory más activaparte de la trama. 

Un Pato de Madera

El agente Coyote ha sido arrestado en Minsk. Se teme que su arresto esté vinculado al descubrimiento de sus actividades de espía, lo que pondría en peligro a varias operaciones en la zona incluyendo  e Ucrania. La razón por la cual Coyote fue arrestado es que se emborrachó. Se interroga a su handler (Alex Jennings, el Duque de Windsor de The Crown) que ha ocultado que Coyote es un alcohólico en rehabilitación. Esto se debe a que el mismo Foster pertenece a Alcohólicos Anónimos.



La CIA revisa la lista de contactos de Coyote para ver que conexiones tiene con otras operaciones que ahora peligran en caso que el gobierno de Lukashenko haya descubierto que hay un agente infiltrado o que dicho agente haya traicionado a sus empleadores. Encuentran un punto débil en Alexei, un camionero, que se aterroriza al saber que Coyote está desaparecido. Toma la peor medida, intenta huir del país lo que es una declaración de culpabilidad. La Agencia consigue desviarlo hacia Polonia.

Marciano y la psiquiatra viajan a la antigua Danzig a convencer al hermano de Alexei de fingirse enfermo, e internarse en un hospital para convencer a quienes vigilan al camionero de que el viaje se debe a razones familiares. Todo en vano, un grupo de encapuchados secuestra a Alexei lo encierran en un subterráneo y lo torturan. Quieren saber si es un doble agente. El pobre camionero no sabe si es la KGB, la CIA, u otros, quienes lo golpean e interrogan.

Todo esto es observado por los agentes de la CIA+ la psiquiatra, desde un cómodo salón de conferencias en Londres. Ya solo falta que coman palomitas. Le explican a la aterrorizada Doctora Blake que quieren saber si Alexei es un “pato de madera”. No importa cuánto lo aprieten no dirá “ ¡Quak!”. En cambio, sí parpa (en serio, así se llama el sonido que emite el pato) todas las operaciones conectadas a Coyote peligrarán.



Pues en un momento el pobre camionero comienza a parpar. Se acusa de ser un doble agente y da nombres de altos funcionarios de la KGB. Esto dura interminablemente (la serie juega con el tiempo haciendo la trama más confusa) hasta que un exasperado Marciano se pone un pasamontaña,  irrumpe en la sala de tortura e interpela a gritos al camionero. Este acepta (obvio que no ha leído La guerra y la paz) que Natasha Rostova, Nikolái Bolkonski y Piotr Beshujov son miembros de su escuadra de agentes traidores.

Marciano sale y anuncia a la galería de espectadores que Alexei es un pato de madera, no un traidor. La que podría ser la mejor escena de los primeros tres episodios cae en simplezas sofomóricas al tener que informar a una audiencia a través de la Dra.  Blake contándole a Bosko que Marciano ha usado la obra de Tolstoi para exonerar a Alexei. Este prurito didáctico arruina el efecto de lo sucedido.

Aun así, se han abortado todas las operaciones en la zona menos ‘Félix”. Como le explica el Gran Jefe (Dominic West) a Boskocon quien se comunica en secreto y por zoom, Félix es demasiado importante. Debido a que la narrativa es fragmentada y nos pasamos más en charlas de agencia o con la vida personal de Marciano , solo a veces el guion recuerda lo que ocurre en la Europa del Este. Nos toma tres capítulos descubrir que Félix es un joven enfermero en Ucrania que al recibir noticia de que su operación peligra se interna con tres compañeros en el Donbast hasta tropezarse con las tropas rusas.



Todos Mienten

Para ayudar a disminuir la confusión les cuento que Félix es el cuñado de Henry. Él es el famoso Charlie al que aluden Henry y su mujer desde el primer episodio. El guion intenta crear interés con secretos pueriles, dándonos información con cuentagotas y entrecruzando tramas de manera inconexa y borrosa. Es como cuando vemos a un sudanés espiando a Samia, creemos que se trata del marido engañado, en realidad es un enviado del marido.

Si Samia me cayó bien al comienzo, pronto se nos presenta como una mujer de secretos que puede ser agresiva verbalmente. Cuando Marciano la interroga sobre sus mentiras, Samia habla a gritos en medio de la calle, da explicaciones imposibles y se refugia en un rol de victima mitutera, quejándose de todo lo que ha visto y sufrido en Sudan, Darfur o la Cochinchina, acabando con un “Ya tengo un marido celoso, ¡no necesito de otro!” Típico que crea que para “Paul” es una amante traidora cuando en realidad el agente la ve como alguien que lo está investigando.



No hay manera de empatizar con Paul/Marciano. Se hace la victima con Henry, a quien miente tanto como a Samia (que también miente) quejándose que la agencia le ha robado su posibilidad de llevar una existencia normal. A ver si quieres una existencia normal no te enredas con una mujer casada que proviene de una cultura donde lapidan a las adúlteras. De todos modos, cuando el agente se encuentra con Samia la trata como la mier…, se guarda sus cuitas de enamorado para recitarlas ante su handler. Inconsistente el espía.

Tampoco me gusta como trata a la hija. No se lleva a una adolescente a la que no ha visto en seis años y se la deja sola todo el día en un piso con ordenes de no salir y espera que se quede tranquilita durmiendo en el sofá como un gato. Poppy se pone a registrar la casa y encuentra los documentos de la otra identidad de su padre que Marciano debía destruir. Anuncia a su padre que, así como lo encontró ella lo puede encontrar la KGB. Marciano se pone histérico y la agrede física y verbalmente. Poppy se aterroriza, pero como buena Z consumista, exige que, para perdonar al padre, este le compre una lista de cosas caras.



No entiendo y no me agrada el personaje de Fassbender. Me quedo con lo que le dice a la psiquiatra que todos los agentes de la CIA son desequilibrados mentales y él es el más loco. Yo diría también el menos precavido, el más inmaduro, el más irresponsable, etc. Samia, de quien nunca estoy muy segura, también peca de los mismos defectos. Aunque sea una catedrática reconocida, aunque haya iniciado los trámites de divorcio, no puede ser tan ingenua para creer que está libre de las trampas de toda mujer musulmana aunque esté en Londres.



Osman pasa a ser el guardaespaldas de Samia. En realidad, es su cerbero. Cuando descubre que su presa tiene un amante,  la obliga con violencia a revelar el nombre de este. Ahora, Marciano tendrá que retomar su identidad de Paul Lewis para proteger a Samia. Este cuento que debería conmovernos, me deja fría. A partir del capítulo 2, la pareja se vuelve tan antipática que no me importa si Osman los achicharra.

Agentes Inútiles

Para colmo, no nos dejan olvidarnos de Coyote y Operación Félix, pero como se les menciona de manera esporádica ya a uno le cuesta engancharse con sus historias . Y para el episodio 4, reaparece Daniela a la que su handler le presta menos atención que los vampiros de True Blood a sus progenies. Tanto que la chica es lanzada, sin preparación,  a una peligrosa infiltración que la expone a ser descubierta o ser atacada sexualmente.

El problema es que Dani está muy mal preparada, desconoce técnicas de Mata Hari, ni siquiera sabe depilarse las piernas. Hasta ponerse un vestido e ir a un baile (donde debe presentar una ponencia sobre un tema del que sabe cero) es una catástrofe para ella. Aun así, no atrapa mi interés ni mi compasión. eso se debe a un mal libreto, a una inserción torpe de las subtramas que no nos hacen invertir atención en ninguna de ellas.

     Dani se consiguió un vestido, pero no se puede memorizar lo que no sabe.

Los personajes están mal delineados y sus comportamientos no son lo que asociaríamos con agentes de la CIA. Aquí no hay tragedias familiares como en The Good Shepherd,  o un buen vistazo a las políticas de oficina de The Company. No tenemos el dramatismo de ver agentes en tareas azarosas en espacios exóticos como en Homeland.  Me doy cuenta que Joe Wright, tan cacareado como director,  suele hacer cosas pesadas como Atonement o Anna Karenina que nos tienen revolviéndonos en la butaca del cine. Solo Hannah, me resultó interesante.

 A ratos,  la serie se siente fragmentada, casi mal editada. Los personajes parecen funcionar en base a información que no hemos visto que se les proporcione, como el que Marciano insista en conservar la identidad falsa para ayudar a Samia, a pesar de que ella aun no le haya revelado el chantaje de Osman. Para crear una atmosfera de Film Noir, a ratos Paul/Brandon/Marciano se vuelve un narrador en off, para luego llevarnos a un cuarto de hospital done el agente herido confiesa todo lo que ha hecho a espalda de sus superiores. Es  un recurso innecesario, rebuscado y mal usado.



Otros personajes simplemente toman decisiones inexplicablemente torpes. Owen es un agente administrativo, casi no sabe usar un arma. Lo envían a Minsk a ver qué pasó con Coyote. Allá se encuentra que en el departamento del espía desaparecido están viviendo la secretaria de Coyote y un gato. A Owen no se le ocurre nada mejor que acostarse con la secretaria. Al día siguiente lo llama Bosko, le dice que es posible que esté en peligro y que no deje entrar a nadie. Owen no le cuenta de la secretaria, pero la encierra en un armario. Lo rescatan, pero tienen que llevársela a ella también. Cuando vuelve a Londres, sus superiores le reprochan como si fuera un nene de primaria que cometió una travesura.

                    Lo que Owen encontró en Minsk



Otro caso es Dani. En medio de su débil campaña de seducir, sin entregar nada, a su profesor-jefe, es secuestrada por un desconocido. Ese la mantiene por dos días maniatada, sin comida, la veja, la golpea, la amenaza con violencia sexual. La acusa de ser espía de Irán. La muchacha resiste todo ese calvario. Finalmente, el interrogador revela que esto fue una prueba no anunciada, exigida por Marciano, y que Dani ha pasado el examen. En vez de darle una pateadura, la española busca a este mismo torturador, más tarde, y se acuesta con él (WTF?). Definitivamente, no puedo recomendar una serie tan disparatada.

Contenido Violento y Gory: Las sesiones de tortura, tanto de Alexei, el camionero, como la de Dani.

Contenido Sexual y Desnudos: Un par de escenas de cama de Samia y Marciano, nada impresionante ni gráfico. Lo mismo con Dani y su torturador. Un par de vistas de nalgas masculinas-un mercenario ruso y el noviecito de la hija de Marciano.

Factor Feminista: Sinceramente, es una desilusión el trato de los personajes femeninos. Se supone que Samia es una mujer empoderada, que ha superado, gracias a erudición e independencia, las barreras sexistas de su cultura, pero en Londres es tan vulnerable como si fuese la quinta esposa de un jeque petrolero o de un jefe tribal de Darfur.



El personaje de Dani me es incomprensible. Actúa como si fuera una novata universitaria que necesita pasar por hazing para ingresar en una fraternidad. No se entiende como la CIA la coloca dentro de una importante operación si ni sabe que debe incluir el guardarropa de una espía infiltrada,  y el vello corporal se convierte en su mayor obstáculo. Poco importa que sea una experta tiradora. Pongámoslo así, en La Era de la Ausencia de Criterio, Dani y Owen representan espías descriteriados.

A diferencia de las series de espionaje inglesas, la CIA parece no tener féminas en cargos importantes, pero los ejemplos más empoderados son precisamente mujeres que deben limpiar la basura de los agentes. Esos son los casos de Naomi y de la Dra. Rachel Blake.

Factor Diversidad: chinos, eslavos, Dani la española inglesa . Samia y Osman son sudaneses y Henry es afro-americano. No hay gays, ni minusválidos ni judíos. Al parecer la CIA no es muy inclusiva.

2 comentarios:

  1. Jodie Turner-Smith is one of those names that immediately prevent me from watching a show or a film. One of the worst actresses that have ever lived.

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    1. She was lovely in the first episode, then began to add this sort of personal arrogance to the character that made it unbearable, and she is not as beautiful as Halle Barry or Sophie Okonedo when young. Not to mention Carmen Efogo, Thandie Newton, or Rosalind Eleazar nw. I'm talking Black actresses.

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