En mi entrada anterior les mostré como en la
sociedad francesa barroca la homosexualidad era pecado, “vicio” y señal de
debilidad. Vimos cómo se fomentaron los gustos homosexuales de Philippe de
Orleans para que no le hiciera sombra a su hermano y como la posición de
príncipe de sangre real de “Monsieur” le permitió llevar una vida “excéntrica”
que más allá de los jardines de Le Notre sería castigada con la pena capital.
La conclusión fue
que no se puede hablar de identidad sexual en un mundo en que todo hombre debía
ser esposo y padre. El mismo Monsieur se casó dos veces y tuvo varios hijos. Lo
mismo ocurrió con su gran amor, Philippe, Caballero de Lorena, a pesar de que Chevalier
siempre prefirió a las mujeres. La serie ha elegido cambiar esos roles. Monsieur,
al que sus contemporáneos consideraban frágil y fácil de dominar, es retratado como
un individuo recio, que puede ejercer la violencia, incluso más allá del campo
de batalla, y que no acepta que su pareja lo domine.
En la vida real,
Monsieur pasivamente dejaba que Chevalier decidiese en su cama, en su caja
fuerte, y en su casa. Se ha dicho que Chevalier fue el peor enemigo de ambas
esposas del Duque de Orleans ya que buscaba controlar todo el ambiente donde se
movía su pareja y para eso quería neutralizar a cualquier persona que intentase
hacer lo mismo.
“Versalles” nos muestra
a Enriqueta de Inglaterra, la primera Duquesa de Orleans, como una mujer
hipócrita, mentirosa, adúltera y sumamente tonta, que vive obsesionada con un
cuñado que la usa de todas las maneras en que la pobre pueda serle útil. En la vida real, Minette no parece haber sido
mejor. No era buena madre. Al enterarse del sexo de su primogénita, declaró que
mejor ahogaban a la criatura. Estas palabras horrorizaron tanto a la abuela de
la pequeña (Ana de Austria) como a Monsieur.
Ambos se hicieron cargo de la educación de Maria Luisa, de tal modo que
eventualmente Philippe pudo fácilmente predisponer a la niña en contra de la
madre.
Los Duques de Orleans y María Luisa |
Además, Minette,
según observación de médicos modernos, evidenciaba sufrir de un trastorno
alimenticio. Tenía obsesión por adelgazar en una época en que los cánones de
belleza femenina rayaban en la obesidad, lo que hace pensar que podría ser anoréxica.
Su carácter era volátil y frívolo como suele ser el de las personas que padecen
de ese mal. A pesar de que la Duquesa de Orleans era abiertamente infiel,
detestaba a Chevalier por el modo en que enajenaba a Philippe y por sus hábitos
controladores que afectaban el estilo de vida de Minette.
En la vida real,
Enriqueta era más inteligente que en la serie y estaba dotada de cualidades que
la hacían una excelente diplomática. Luis XIV, consiente de eso, decidió convertirla
en su agente para poder evitar que Inglaterra interviniera en los planes
franceses de entablar guerra con Holanda. Estos planes eran tan secretos que
Luis y su cuñada sostenían muchas entrevistas privadas lo que traía loco de
celos a Monsieur. Fue por aquel entonces que aduciendo que Chevalier se estaba
enriqueciendo a costa de su marido, que Minette consiguió de su cuñado que la
librara del intruso. A Chevalier lo encerraron en el siniestro Chateau D`If
donde Dumas enviaría a su Conde de Montecristo.
La serie hace
este episodio más dramático. Chevalier, accidentalmente, se ve involucrado en
un complot para asesinar al rey y es enviado a la Bastilla bajo amenaza de ser
descuartizado, castigo reservado para los regicidas. En la serie, Chevalier es
liberado tras la muerte de su enemiga. En la vida real, tanto escandalo hace
Philippe, incluso abandonando la Corte y arrastrando a su mujer consigo a su palacio
de Saint Cloud, que El Rey Sol excarcela a Chevalier, pero para no contrariar a
su embajadora, exilia al villano a Roma.
Allá, Chevalier
se reúne con sus hermanos, parientes, y amigos como las legendarias Hermanas Mancini.
Inicia amores con Maria Mancini, pero su rabia contra Minette no amaina. Ha
dejado atrás una red de espías que lo mantienen informado. Chevalier le escribe
constantemente a su amante predisponiéndolo contra la esposa a la que pinta
como una intrigante. Será Chevalier quien se entere de los planes de guerra del
Rey Sol y se lo hace saber a Philippe. Confrontado por su hermano, Luis se ve
obligado a integrarlo a su conspiración, pero el daño ya está hecho.
Minette sufre de premoniciones
de que morirá envenenada. Solo se atreve a beber leche fresca, y no come. Se
siente amenazada. ¿Son delirios paranoicos de anoréxica? No sabemos. Su empresa
en Inglaterra es exitosa. Minette vuelve
a la corte, pero sigue intranquila. Todas las noches, la Duquesa toma un
preparado llamado “achicoria helada". Los historiadores y traductores han creído
que esta bebida era café de achicoria o alguna tisana para dormir mejor. En realidad,
se trataba de algo parecido a lo que hoy conocemos como “aguas desoxidantes”.
Agua que se saborizaba con hojas de achicoria y luego se congelaba con los
métodos de refrigeración de aquel entonces (hielo, nieve, mantener el líquido
en vasijas de barro dentro de fuentes con agua fría).
Los amigos de las
ensaladas saben que la achicoria es un vegetal muy amargo, pero que ayuda a la
digestión. El agua sabría a rayos, pero para Minette era esencial como purgante
en su campaña de bajar de peso. Fue en la noche del 26 de junio, que, tras
beber su achicoria, Enriqueta sufre un súbito dolor en el costado. Tan fuerte es
el dolor que la hace gritar. De ese grito surgen algunas extrañas situaciones.
La Duquesa se retuerce de dolor y exclama “¡Me han envenenado!” Ni criados, ni
médicos le hacen caso. Se limitan a examinar el líquido sin encontrar huellas
de veneno. Los únicos que la creen son Lord Montagu, embajador de Carlos II, y
Sir John Armstrong, otro diplomático inglés. Son ellos quienes escuchan las
ultimas peticiones de la reina, los que recuperan su correspondencia secreta
con su hermano, y los que envían informes al Rey de Inglaterra.
En el capítulo 10 de "Versalles", Enriqueta despierta desangrándose y se arrastra hasta la recámara real, donde por una vez Luis duerme con su reina. Es Maria Teresa quien la atiende con gran preocupacion de Bontemps porque el protocolo versallesco exigia que el rey no estuviese nunca ante un cadáver o en cercanía de moribundos.
En el capítulo 10 de "Versalles", Enriqueta despierta desangrándose y se arrastra hasta la recámara real, donde por una vez Luis duerme con su reina. Es Maria Teresa quien la atiende con gran preocupacion de Bontemps porque el protocolo versallesco exigia que el rey no estuviese nunca ante un cadáver o en cercanía de moribundos.
En la serie vemos
a Minette morir poco menos que en los brazos de su amante y de su esposo. Por protocolo, Luis XIV nunca vio a su cuñada sino hasta el funeral de Enriqueta. La Duquesa de Orleans falleció en su cama y en sus aposentos. El que si revoloteaba
por ahí era Monsieur. Tanto escandalo armaba con sus aspavientos y reproches a
los médicos de su mujer, que Minette le rogó que se retirara.
Al saber de la
muerte de su hermana, Carlos II enfurecido gritó “¡Monsieur es un canalla!” En
Inglaterra siempre se creyó que Enriqueta había sido envenenada con aprobación
del marido. El pueblo y la corte franceses compartieron la idea de que no se
trataba de una muerte natural. Aunque nunca se acusó a Philippe, todos los
dedos señalaban al Caballero de Lorena. Sobre todo, porque días antes de la
muerte de Minette se vio a un cercano de Chevalier (y ex amante tanto de Lorena
como de Monsieur) el Marqués d’Effiat, trajinando en la alacena de la Duquesa. Incluso
atreviéndose a beber de la misma taza donde se servía el agua de achicoria. Mas
extraño aun, el Marques habría insistido en limpiar la taza con un trapo.
El diagnóstico
inicial fue que la Duquesa de Orleans había muerto de gastroenteritis, una autopsia
no encontró rastro de veneno, aunque si muchos órganos en mal estado. Hasta
hace poco los historiadores creían que Minette murió de peritonis. Pero
expertos de hoy han reconocido los síntomas de un lento envenenamiento a base
de arsénico. Para que no se encontrarán señales, el veneno se aplicaba a la
taza no al líquido. De ahí que D’Effiat insistiese en “limpiar” la taza fatal. En la serie se han inventado que fue Rohan, pagado por los holandeses, el asesino. En la vida real, yo creo que Chevalier si tuvo que ver con la muerte de su rival, mi duda es
respecto a Monsieur. ¿Pudo ser cómplice en el asesinato de su mujer?
No solo Alex
Vlastos nos ha mostrado un Monsieur simpático y digno de compasión. Murray
Lachlan Young en “Vatel” y Stanley Tucci en “Un pequeño caos” también han representado
a Philippe de Orleans como un individuo benévolo. Al parecer en la vida real,
el hermano del rey no era un ser tan positivo. En el próximo blog hablaremos de
su membrecía en una curiosa cofradía y de los no muy sanos hábitos de los integrantes
de la misma.
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