Siempre he dicho
que la fórmula para confeccionar una buena serie no radica en ser totalmente
original, sino en elegir lugares comunes y trasladarlos a un escenario
novedoso. Eso lo cumple cabalmente el nuevo drama histórico de Antena 3, “Tiempos
de Guerra”. Añádanle buenos actores (monísimos todos), el vestuario
deslumbrante de la década de los 20s, un conflicto semi desconocido que por viejo
y olvidado no invita a partidismos panfletarios, un buen uso de los arquetipos
que rodean el siempre fascinante retrato de la enfermera militar, y tenemos una
serie de lujo. Se me olvidaba, es super romántica.
Bendito Antena 3,
que aun sin estrenar por su señal internacional, nos permite ver “Tiempos de Guerra”
aquí en el ordenador. En este septiembre agotador y caótico que me ha tocado
vivir (y sin olvidar que para los judíos es época de arrepentimiento mientras
esperamos el juicio divino), con mi madre en el hospital, mi padre en un limbo,
y yo con una gripe que terminó por destrozar mis maltratados pulmones, tuve el
placer de ver esta serie histórica que no tiene nada que envidiarle a los de la
BBC. En su elegancia y sobriedad me recordó las grandes adaptaciones literarias
de RTVE en los 70s y 80s.
En esta primera entrada voy a contarles un
poco de la trama de este cuento de tres” niñas bien” que se van de enfermeras a
Marruecos y que enfrentan los mismos líos laborales y románticos del personal de
“The Crimson Field” o de las nenas del Vietnam de “China Beach”. Ósea se la pasan
metiendo las patas en el amor y en el trabajo y metiendo en líos a otros cuando
anteponen lo personal a las reglas.
Las llamaban "damas enfermeras" |
De “Velvet” se han traído también al gran José
Sacristán para dar vida al coronel Vicente Márquez, jefe de Sanidad Militar de Melilla que
ya tiene bastantes problemas con un futuro yerno que, además de insubordinado,
no quiere poner fecha para la boda; con una población civil y militar
desmoralizada y aterrorizada; con un exceso de heridos y un desabastecimiento
de soldados y pertrechos. A tanta cuita debe agregarle ahora un destacamento de
enfermeritas novatas sacadas de lo más granado de la sociedad madrileña y
capitaneadas por la formidable Duquesa de la Victoria (Alicia Borrachero).
A Alicia Borrachero
no la he visto nunca en sus roles icónicos de “Periodistas” y “Hospital Central”,
pero del ámbito del drama histórico la conozco por hacer papeles “exóticos” sea
en el Al-Andaluz (“Isabel”), el Imperio Otomano (“The Promise”) o en Narnia (“El
Príncipe Caspian”). Es un alivio verla hacer de española en ese rol tan
complejo de Carmen Angoloti, Duquesa de la Victoria.
También veo
muchas caras conocidas de los “çustomers” españoles. Otro rostro de “Velvet”es
Alex García al que mejor recuerdo como
el boxeador Alfonso de “Amar en Tiempos Revueltos”. Verónica Sánchez ha crecido
bastante desde “Las 13 Rosas”. Otro
sobreviviente de los “tiempos revueltos “es Cristóbal Suarez. Apenas entró en
escena, ahí altote y guapote, yo (después del “Slurp” obligatorio), grité “¡pero
si es Mario!” Cristóbal es un Benjamin
Button, en vez de envejecer, rejuvenece.
La serie, que en
España se transmite en noche de miércoles, comenzó hace tres semanas. Aunque “Tiempos
de Guerra” hace más hincapié en los aspectos médicos (y románticos) del
conflicto, se escogió comenzar con escenas en un campo de batalla, precisamente
con el Desastre de Annual, el momento crítico, de la Guerra del Rif. En la
primera escena vemos a los soldados españoles defendiéndose de las tropas
rifeñas. El comandante Silva (Vicente Romero) quiere rendirse, pero el teniente
Andrés Pradera (Alex Gadea. Ay mi Tristán de Puente Viejo) se lo impide. Andrés
alcanza a susurrarle a Pedro (Marcel Borrás), su camarada y futuro cuñado, que le
diga a Julia que lo olvide. Pedro parece que no podrá dar el mensaje, porque un
moro lo está degollando y Andrés desaparece en una explosión.
Corte a Madrid, a
Julia que toca el piano. Llega la madre. Julia quiere irse al África a buscar a
Pedro y a Andrés. Su madre es amiga de la Duquesa de la Victoria que ha formado
un equipo de enfermeras y planea llevarlas hasta Melilla. Julia y su madre se
van al Pardo a una Garden Party para
hablar con la Duquesa. Pasan unos siete minutos de vestidos tras vestidos. Es
que estas mujeres cada vez que se quitan el uniforme se ponen cada modelito que
la fiesta parece una pasarela. Es colección de temporada Primavera 1921.
¡Mi sombrero es mas grande que el tuyo! |
La Duquesa le
dice a Julia que para ser enfermera hay que estudiar. La insta a tomar un curso de, un mes, en La
Cruz Roja. Luego la presenta con dos “graduadas” Pilar (Verónica Sánchez) y
Magdalena (Anna Moliner). De solo verlas, reconocí a personajes típicos de esas
películas de Marisol y Pili y Mili que yo tanto gocé en mi infancia. Hasta se
les puede poner membretes. Pilar es “la empollona”, la mejor alumna, la que sigue el manual, seria
y viuda desde que un tranvía la dejó sin marido hace dos años. Magdalena es “la
patosa”, que sin andar tumbando bandejas, es metepatas, alegre y muy, pero muy ingenua.
No lo parece porque es coquetona, aunque está ultra comprometida con Daniel de Zumárraga
(hijo) que ahí está sacándola a bailar.
Llega un general
que le comunica a la Duquesa que Su Majestad, La Reina desea verlas a ella y a
las enfermeras. Por alguna razón, Julia se une a la comitiva. Cuca Escribano, alta, rubia (pero sin acento inglés)
interpreta a Victoria Eugenia de Battenberg, Reina de las Españas. Con mucha
cortesía y firmeza, les dice a Doña Carmen y sus enfermeras, que las quiere en
Melilla en unos días. La Duquesa le dice que es imposible, estas chicas no
están preparadas. La Reina, muy fina, se la lleva a un rincón y le dice “Esto
es guerra, ¡Carmen!” ósea en África se necesita de enfermeras y se van porque así
la reina lo dispone.
Lo próximo es la
Duquesa en el salón comedor de un tren en compañía de La Empollona y de La
Patosa. Es chistoso porque son diez las enfermeras, pero de nombre y cara solo
conocemos a estas dos. Se aparece Julia
con maleta. La Duquesa la ataja. No puede ir de excursión con las otras, porque
no ha tomado ni una clase de enfermería. Además, no tiene ganas de cargar con
una mujer que va a estar más ocupada en buscar parientes que en atender
pacientes.
Julia insiste y la
Duquesa se da cuenta que ésta es más porfiada que ella y le pasa un librito del
tamaño de un Catecismo de Primera Comunión. Es un manual de anatomía y primeros
auxilios que las otras enfermeras ya se conocen al dedillo. Me parece que se va
a necesitar de más textos de instrucción. Porque estas niñas de anatomía
masculina saben nada y si habrán visto un par de… en su vida solo las criadillas
del toro en el ruedo o en el plato y arrebozadas.
Crash Course de Primeros Auxilios |
Del tren se trepan
a un barco y en cinco minutos en los que Magdalena, La Patosa no alcanza ni a
vomitar, ni Julia a terminar de leer su manual, desembarcan en Melilla (o
Tenerife haciendo de Melilla) Alla tienen su primer encuentro con “Pacos” (franco
tiradores). Obvio que aquí se viven tiempos revueltos. El tiroteo le da una excusa
al médico militar Fidel Calderón (Alex García) de hacer su entrada triunfal
salvando a Julia de no sé qué. Excusa para Fidel de poder abrazarla bien fuerte
hasta que la Señorita Ballester le recuerda que de donde ella viene, los hombres
no se arriman tanto a las mujeres de bien.
¡No se me arrime tanto, caballero! |
La Duquesa entretanto
se entrevista con el comandante de la plaza, y que resulta ser el padre de la
mejor amiga de Magdalena. Al pobre Márquez no le causa mucho chiste tener a
estas enfermeras entrometidas por ahí, pero les dice que intentará “acoplarlas”
a algún hospital de Melilla; Esto encoleriza a Doña Carmen que ha venido a
Marruecos a regentar su propio hospital porque eso es lo que quiere la reina, y
lo que la reina quiere se hace. Márquez las manda una escuela abandonada. Ahí
estas señoritas que en su vida han empuñado un plumero, tienen que limpiar el
sitio, despejarlo de muebles y medio habilitarlo para que parezca un hospital.
Ya tienen el
hospital medio armado, cuando una noche se presenta Fidel con una veintena de
heridos. Vienen de Annual y no hay espacio en otros hospitales. Este es el
primer encuentro de las enfermeras con miembros amputados, huesos rotos, carne
quemada y sangre por doquier. Se paralizan, se desvanecen, vomitan, pero aun así
atienden a todo el mundo. Doña Carmen está que arde, asegura que ha sido una
travesura de Márquez mandarle esos pacientes nada más para fastidiarla. Resulta
que el comandante ni idea tenía.
Todo es culpa de
Fidel que es médico medio maverick, muy díscolo y con más ganas de experimentar
con la medicina que el mismísimo Dr. Mengele. Márquez decide escarmentarlo, hay
que dar ejemplo porque Fidel es novio de su hija. Lo empaca a Madrid. A Susana Márquez
(Silvia Alonso) no le parece. Amenaza con irse con Fidel. Parece que viajar sin
chaperona en esos tiempos, era cosa escandalosa. Doña Carmen arregla todo
contratando a Fidel como médico jefe de su hospital.
Y así se va desarrollando
la historia y miren que solo van tres capítulos y harto ocurre. Magdalena se la
va a pasar haciéndole ojitos a Larbi (Daniel Lundh) , el enfermero marroquí, y
va a amadrinar a un huerfanito moro. Pilar se verá sacudida de su comfort zone cuando se tropiece con
Luis (Cristóbal Suarez) , el medico que hace ocho años la plantó en el altar.
Luis trae explicaciones, Pilar y él reconocen que aún se aman, pero no van a
ninguna parte porque el doctor está casado con Raquel (Nuria Herrero), la hija
del tabernero. Raquel está como de seis meses y como no se chupa el dedo, le
advierte a Pilar. No ha conseguido atrapar un hombre de clase superior para
perderlo justo cuando van a ser padres.
La que provoca
los mayores líos es Julia. Tal como lo temía la Duquesa, se la pasa más
buscando a sus hombres que cambiando vendas. Entre los heridos de Annual está
el Alférez Pedro Ballester, hermano de Julia. Viene muy mal y agobiado por la
culpa de haber perdido de vista a Andrés. Aparece en el hospital, el comandante Silva,
el superior de Andrés y Pedro, el que quería rendirse. Trae cuento chino de que
los rifeños le dejaron malherido. Miente diciendo que no hay más
sobrevivientes. Lo cierto es que sobornó a un guardia para huir dejando atrás a
sus soldados, entre ellos a Andrés.
Pedro que sabe
que Silva es un cobarde traidor, intenta matarlo. Lo quieren fusilar. Sus compañeros
corroboran la cobardía del comandante. Los ponen presos a todos. Julia tendrá
que hacer circo, maroma y teatro para poder salvar al hermano. Y como es un
poco egoísta, en sus empeños arrastrará a Magdalena, a Larbi, y hasta el
mismísimo Fidel.
Ese es el
comienzo de esta historia muy colorida, muy vibrante, muy hermosa desde un
punto de vista estético. Paisaje y modas son espectaculares. Y eso que ha sido
filmada mitad en Gran Canaria, mitad en el patio trasero de la productora.
Hay quejas de que es muy cliché, que los
personajes son un poco estereotipados, y de que tanto lio amoroso ya recuerda a
“Anatomía de Grey”. Ya lo dije, el cliché deja de serlo si se le desarrolla en
espacios y escenarios nuevos. Eso también se aplica a todas las reglas que
gobiernan las representaciones de personal médico en zona de combate. Y si se
les encuentra semejanza con personajes de una serie como “Anatomía”, muy
distante en términos culturales, cronológicos y geográficos, entonces se está
cumpliendo con el propósito de renovar la formula.
En mi próximo
blog hablare sobre estos clichés, que van más allá de “Grey’s Anatomy”, de las
causas y el desarrollo de la Guerra del Rif, el factor más novedoso de "Tiempos
de Guerra” y del mejor personaje, La Duquesa de la Victoria que existió en la
vida real y que fue tan o más imponente que como la representa la serie.
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