lunes, 11 de diciembre de 2017

La Triste Historia de Peter y Margarita:Lo que “The Crown” nos ha ocultado


Cuanto más leo sobre el asunto, y más reviso “The Crown”, dos preguntas me asaltan. ¿Por qué Margarita no se casó con Peter Townsend y qué esperaban que hiciera la reina para ayudarlos a superar la crítica y evitar las consecuencias de su boda? Peter Morgan ha buscado una solución fácil volviendo a viejos clichés de la princesa víctima, el plebeyo sacrificado, y la reina implacable. Documentos oficiales sacados a la luz este siglo nos revelan que muchas de esas inferencias son falsas, que no hay ni inocentes ni culpables, sino mucha ignorancia, tal vez cobardía, pero no precisamente por parte de Isabel, cuyas manos estaban atadas.

¿Cómo es posible que Isabel y Margarita, habiendo sido criadas en un hogar religioso y por una madre muy devota, ignoraran que la iglesia anglicana prohibía que los divorciados se volvieran a casar y que las solteras se casaran con divorciados?  ¿Como habiendo sido testigo del escándalo de la Abdicación y viendo a su alrededor el repudio que sufrían los divorciados en su círculo, Margarita, pretendía que con ella se hiciera una excepción? Creo que las respuestas tienen que ver con el carácter de la hermana de la reina y como se dieron las cosas.

Margarita por Sir Cecil Beaton

Antes que todo tenemos que saber quien era Margarita Rosa Windsor. En la serie nos la hacen ver como la hermana postergada, pero también como la más guapa, la más atrevida, la más popular de las Chicas Windsor. La realidad está entre ambos extremos. Es cierto que por ser la menor y no estar recargada con el peso de la futura corona, Margarita era más natural y expansiva, pero también es cierto que sus padres la consintieron horrores, principalmente el Rey Jorge. Eso la volvió voluntariosa y caprichosa.
Margaret enfurruiñada desde chiquita

Otro error de la serie es hacernos sentir que existía una rivalidad entre las hermanas y que tal como Margaret grita en el episodio 6 de la Primera Temporada, la reina le tenía celos. Acostumbrados a imágenes de Sansa y Arya, u otras hermanas que andan del chongo, nos es difícil imaginarnos que Lilibet y Margaret Rose eran más parecidas a Lizzie y Jane Bennet que a Jo y Amy March. Hasta que Isabel se casó, Margaret fue su confidente, y estaban juntas en 1944, cuando el aviador más famoso de Inglaterra llegó a trabajar para el Rey. “Qué lata que esté casado!” le dijo Isabel a su hermana. Para Margarita eso no sería un impedimento para enamorarse, como el 80% de las británicas, del héroe del momento.
Las Chicas Windsor en la epoca en que Townsend llegó al palacio

En el episodio 6 de “The Crown”, Felipe menciona que Peter Townsend tuvo “un colapso nervioso” durante la guerra. Efectivamente, pero no es tan simple como lo describe el Duque. El coronel Townsend se había distinguido en la Batalla de Inglaterra. En dos ocasiones su avión había sido derribado. En la última, su pie izquierdo quedó hecho pedazos. En vez de atenderse, Townsend había seguido dirigiendo a su escuadrón desde tierra. La gangrena obligó a que le fuera amputado el dedo gordo.

Apenas recuperado, Peter volvió al aire donde siguió distinguiéndose y acumulando medallas. Para 1943, su fama era reconocida y aclamada, pero el cansancio le jugaba malas pasadas a los nervios. Nadie dudaba de su valor, pero su cuerpo lo traicionaba en la forma de un eczema nervioso que a veces le impedía volar. Ni los médicos, ni el alto mando de la RAF quería avergonzarlo dándole de baja por motivos de salud. Al Rey se le ocurrió una solución. Hacia rato que planeaba honrar a un miembro de las fuerzas armadas que se hubiese distinguido en batalla, empleándolo a su servicio. Fue así como Peter Townsend pasó a ser parte de la Familia Real. 



Aunque se suponía que su empleo duraría seis meses, los Windsor le tomaron tanto cariño que la plaza se hizo permanente. Peter y el Rey Jorge tenían mucho en común, ambos eran discretos, sensibles y muy caballerosos. ¡Peter hasta tartamudeaba como su soberano! Jorge llegaría a decir que si hubiera tenido un hijo varón querría que fuera como su edecán. Muchos han hablado de que el amor de Margarita nació de esos parecidos entre su padre y el Coronel Townsend.

Me voy a detener aquí para clarificar unos malentendidos respecto a Peter Townsend. En las redes sociales he encontrado gente que afirma que Peter inicio su interés por la Princesa apenas llegado al Palacio de Buckingham. Otros van mas lejos y lo acusan de haberla conocido y “manoseado” de niña. Como en el Tercer Milenio existe una obsesión con la pedofilia, y con la efebofilia (muchas veces los términos se confunden en total abandono de sus verdaderos significados) es fácil ver a Peter Townsend como un pervertido, un hombre que, como dijo tan simpáticamente Felipe en la serie, “andaba husmeando tras tu hermana”. Nada más lejos de la verdad.
Peter y Margarita (1952)

Hasta 1943, las Princesas y Peter no se conocían mas que de fotos. Como señala John Pearson en The Ultimate Family: The Making of the Royal House of Windsor, Townsend era un “afuerino” totalmente ajeno a los círculos en que Margarita y su familia se movían. Por eso hubo mucho recelo entre cortesanos antiguos (léase Tommy Lascelles) hacia alguien que no compartía ni su pedigrí, ni su educación (Peter no había ido a una escuela muy conocida. Halmesby era considerada un nido de socialistas y progresistas) y que ni siquiera pertenecía a sus clubes.

El Coronel Townsend era un hombre tranquilo, poco afecto a los deportes. En suma, alguien poco confiable. Aun así, la Familia Real lo adoraba y confiaba en él. No había ningún tipo de reparo que estuviese cerca de las princesas puesto que para cuando Peter se integró al servicio real, el estaba felizmente casado, tenía un hijo y su señora esperaba otro.


Rosemary Townsend

Esta claro, y lo dijeron tanto la princesa como sus amistades, que Margarita se enamoró de Peter durante el tour real a África en 1947.  Aunque Margarita no era ciega a los encantos físicos del edecán de su padre (Townsend era mucho más guapetón que el pobre Ben Miles) fue la deferencia que Peter le demostró en ese primer viaje oficial que ella emprendía que la conquistó, pero es de admirar como ella se contuvo y no demostró sus sentimientos ante nadie.


Peter y Margarita (de 17 años) en Sudafrica, 1947 (Foto Alamy)

Si los Windsor hubiesen sospechado algo, lo hubiesen despedido. En cambio, Peter pasó a ser una especie de apéndice de la familia. Era costumbre que el rey y su mujer hablasen siempre en termino de “nosotros cuatro” al referirse a su núcleo familiar. Cuando Isabel se fue a Malta para estar cerca de su marido, su espacio en la mesa familiar, la de bridge y la del té, fue ocupado por Peter que era visto como un hijo por sus soberanos.

Sin embargo, en 1948 cuando Sharman Douglas, hija del Embajador de Estados Unidos y gran compinche de Margarita, conoció a Peter Townsend inmediatamente notó un cambio en su amiga. Al explicar el rol del edecán, la princesa habló del “sacrificio” de Peter que por su devoción al rey había tenido que descuidar a su familia. Douglas notó en la inflexión de la voz de Margarita que sus sentimientos hacia el Coronel Townsend eran muy intensos.
Peter, Sharman Douglas y Margarita

La princesa podía hablar con emoción sobre el sacrificado Townsend, pero en los próximos años ella haría lo imposible por separarlo de su familia. A partir de los dieciocho años, Margarita vivió plenamente su juventud, pasándosela en fiestas y convirtiéndose en la reina de la noche londinense. Aunque todo era bastante inocente, la prensa se ocupaba en hacer llegar al público esta imagen de una Margarita frívola y glamorosa. A pesar de que no le faltaban acompañantes, ella exigió muchas veces que Peter la escoltase. En una de esas ocasiones, cuenta Kitty Kelley en The Royals, una cansada Margarita demandó que su escolta la llevase en brazos al segundo piso. Cuando el edecán se negó, la caprichosa princesa hizo una pataleta y le recordó que se trataba de “una orden de tu princesa”.

Otra amiga de Margarita, Evelyn Prenbensen, hija del Embajador de Noruega, contó que cuando finalmente Peter pudo conseguir un fin de semana libre para pasarlo con su familia, la princesa lo obligó a quedarse con ella… ¡jugando a las cartas! El descaro de la hermana de la reina llegó hasta interrumpir una fiesta de cumpleaños de Rosemary Townsend para ordenarle a Peter dejar a su mujer y acompañar a Margarita a cabalgar. Aunque la princesa estaba decidida a tener al Coronel Townsend siempre a su lado, él no se doblegó ante ella sino hasta después de la muerte del Rey Jorge en febrero de 1952.

La muerte de su padre sumió a Margarita en una crisis de nervios de la cual salió gracias a tres factores muy desligados entre sí: la oración, los sedantes y el amor de Peter Townsend. La pareja fue muy discreta. Cuando la princesa solicitó de su madre que le diese la posición de comptroller a Peter, la Reina Madre aceptó encantada. El aviador era como de la familia, los Windsor lo querían, no había motivos para alejarlo y desconfiar de él. En ese mismo año, el Coronel Townsend descubrió que su mujer le pintaba el cuerno con John de Lazlo, hijo del famoso retratista Philip de Laszlo. En noviembre, Townsend inició los trámites de divorcio y obtuvo la custodia de sus hijos.

Apenas divorciado, Peter Townsend le pidió matrimonio a la princesa y ella aceptó. Margarita era muy ingenua o muy obcecada, parecía segura de que su matrimonio no cambiaria en nada su vida. Por lo tanto, no tuvo problema en contarles a su madre y hermana. Por su parte, Peter les contó a sus hijos y, sorprendentemente, a Tommy Lascelles. Sir Alan, en típico humor Lascelles, solo le dijo “o te has vuelto loco o eres muy mala persona”. 

Peor fue la reacción del Duque de Edimburgo. “Qué atrevido!” dijo al enterarse, “los caballerizos deberían quedarse en las cuadras”.  A diferencia de su esposa, y de cómo lo muestran en “The Crown”, Felipe siempre se opuso al matrimonio de su cuñada. Una de las ironías de la vida es que casi medio siglo mas adelante, su hija favorita se divorciaría y terminaría casada ¡con un caballerizo!
La divorciada Ana y su segundo marido (y ex equerry de su madre) el Comandante Timothy Laurence


Un error de “The Crown” es mostrar a Margarita pidiéndole la venia a su hermana para casarse. Algo que no muestran en la serie, es que la Queen Mum, mujer muy religiosa ella, había criado a sus hijas muy apegadas a la religión. Margarita sabia que no iba casarse por la iglesia y que la reina no podía otorgarle una dispensa. O se casaba en Escocia, bajo el rito presbiteriano, o era boda civil lo único a lo que los novios podían aspirar. Isabel le solicitó a su hermana que esperaran hasta su coronación para actuar.

No sabemos cómo tomó la Reina Isabel la noticia, pero su madre casi sufrió un colapso. A pesar de que cuando la parejita le fue con la noticia les puso diplomáticas sonrisas, se ha encontrado una carta suya a Sir Alan Lascelles, con fecha de 12 de junio de 1953, en la que confiesa estar “hecha pedazos”, y creer que nada de esto hubiese sucedido en vida de su marido. Para una mujer siempre reservada con gente que no era su pariente, Elizabeth da rienda suelta su emoción: “me gustaría hablar contigo, pronto, por favor. No tengo a nadie con quien hablar de estas cosas terribles. Es un gran consuelo que tu entiendas el lado humano de estas tragedias.” 



En sus diarios, Tommy menciona que fue un shock encontrar a la reina llorando, “nunca la había visto llorar”.  Tal vez por eso elaboró ese plan tan cruel de hacer esperar a Margarita esgrimiendo la famosa Acta de Matrimonios Reales de 1772, que decía que si un miembro de la familia real pretendía contraer una unión inconveniente o desigual debía esperar a cumplir 25 años antes de poder hacerlo.

Entretanto, la prensa estadounidense había notado en las fotografías de La Coronación ese gesto furtivo de Margarita de sacudirle una pelusa la solapa del Capitán Townsend. Es importante notar que los primeros medios en cubrir el romance fueron los useños. La prensa británica le tomaría un año hacerse eco del furor mediático que el romance provocaba al otro lado del Atlántico. Sin embargo, a Churchill no le precio buena idea tanto escandalo y le ordenó a Tommy que sacara a Townsend del país.

The Crown en su idolatría churchiliana ha echado la culpa de todo al pobre Sir Alan. Aunque Sir Winston era un gran romántico, y le encantaba la idea de un héroe de guerra casándose con una princesa, su mente practica exigía que Margarita renunciase a todo privilegio real para casarse, y que hasta que eso sucediera, los amantes deberían estar separados.

 Cuando Margarita se enteró que su novio iba a ser exiliado a Bruselas, armó una de sus famosas pataletas.  Ahí se agarró del chongo con la reina en lo que princesa ha descrito como “una de las dos únicas peleas que he tenido con mi hermana en mi vida”. A Margarita la empacaron a África.  Durante su tour anduvo irritable y con cara de pocos amigos. La prensa especuló que se debía a su separación de Townsend.

Para suavizar las cosas, Isabel se llevó a Townsend en su tour a Irlanda. Lo que es cierto es que Tommy sacó a Townsend del país con tal premura que Peter no pudo despedirse de sus hijos. Por dos años, el pobre sirvió como agregado militar en la embajada británica y vivió en un cuarto de hotel. Entretanto su novia la pasaba de lo lindo de fiesta en fiesta.  Sin embargo, y a pesar de las esperanzas de muchos de que el tiempo y distancia los separaría, Margarita y su aviador se escribían casi a diario y sostenían conferencias telefónicas una vez por semana.

Recientemente se descubrió en un viejo baúl un paquete de cartas escritas por la princesa a su amiga Sharman Douglas cuando ya esta última  había regresado a América. En ellas, la princesa no menciona a Peter por nombre, pero da indicios de su relación. Por un lado, se ríe de cómo la prensa habla ahora de que ella va a casarse con el hijo del Duque de Buccleuch, un invento de Margarita para despistar a los periodistas.

Por otro lado, hay muchas quejas por parte de la princesa por cómo la prensa estadounidense está manejando su asunto. Ahí se ve que los periódicos británicos mantuvieron un perfil bajo y los grandes causantes del escandalo fueron los del otro lado del Atlántico. También las cartas nos indican como Margarita quiere hacer creer a la opinión publica que lo de Peter era pasado, algo que no era cierto.

En “The Crown” han dramatizado y falseado los hechos. Ni Peter ni Margarita manipularon a la opinión publica para que los apoyaran. El Coronel Townsend era el alma de la discreción y de los buenos modales. Jamás hubiera amenazado a Tommy Lascelles con el poder mediático que podía ejercer, ni se hubiera puesto a hacerle aspavientos al publico como si fuera Kim Kardashian desde la escalinata de un avión, ni jamás, jamás hubiera tenido la temeridad de referirse a su soberana como “Lilibet”. Tampoco es cierto que la reina ofendida hubiera cometido un acto caprichoso y cruel como el de impedir que su hermana y Townsend se despidieran.



Bueno, el tiempo pasó, y Margarita cumplió 25 años y ahí llegaron los aguafiestas de Lascelles y Michael Adeane a darles a las hermanas la buena nueva de que el Acta tenía una segunda clausula. ¡No leyeron la letra chiquita! Ahora Margarita tenía que pedirle permiso para casarse al Parlamento, a La Iglesia Anglicana, a los representantes de la Commonwealth y al almacenero de la esquina. En mi próxima y ultimo entrada hablaremos de como la reina tomó cartas en el asunto, como Margarita llegó a la decisión de no casarse, y seguiremos a los Amantes del Buckingham Palace en sus intentos por rehacer sus vidas.

 ¡Hasta la próxima!


2 comentarios:

  1. Hasta que al fin aparezco por aquí, me encantó!

    Qué linda historia, y que interesante saber cómo pensaban y actuaban los protagonistas en la vida real, a diferencia de como muestran las cosas en the Crown, que muchas veces ya han faltado a la realidad.
    Me voy a ir a leer la otra parte, ahora!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siii, Gatita Any tan sorpresiva fue tu visita que ni me avisó el celu y ahi tengo las alertas. Espero tu comentario. Besos.

      Eliminar