Siempre me
imaginé a La Beltraneja como una solterona amargada y vieja. Tuvo que venir “Isabel”
para yo descubrir que era mucho más joven
que su prima. Entre las grandezas de la serie ha estado la de humanizarnos a
Juanita de Trastámara y dotarla de
personalidad. Una personalidad difícil porque entenderla nos obliga a
liberarnos de prejuicios y entrar en ese mundo medieval donde las niñas eran
esposas y donde quienes debían estar jugando a las muñecas, tenían que desarrollar su astucia para poder
sobrevivir.
Isabel de
Castilla es un personaje polémico por una docena de razones, por eso la serie
“Isabel” intenta ser lo más objetiva posible respecto a su protagonista. Es uno
de los grandes logros , pero aun para quienes militamos en el Team Chabela, nos
resulta incómodo tener que entender sus motivos para expulsar a los judíos o
para quitarle el trono a la legitima heredera, Juana de Trastámara.
También gran logro
es el cariño que sentimos por Juanita. Aquí tenemos que culpar un poco a Carmencita
Sánchez, que es una actriz muy tierna y muy profesional. Pero en la vida real,
Juanita también debe haber tenido su encanto puesto que se ganó a cortesanos y
al pueblo portugués.
Carmen Sánchez ahora, una señorita de 18 años. |
Lo controversial
es ver a la actriz de solo 13 años mostrar a la Beltraneja ( de solo 13 años) pasar de novia virgen a , como diría la Bolena
de Philippa Gregory, mujer “casada y
encamada”. Para nuestra época eso es chocante, a pesar de que yo, y muchos que
me leen, conocemos nenas de 13 años que son sexualmente activas y sin haber
sido obligadas por la necesidad de recuperar un trono.
El Medievo tenía
otras reglas. 13 años y menstruando era todo lo que se necesitaba para consumar
un matrimonio, eso debido a la búsqueda incesante de herederos. Recordemos lo
que le pasó a Lady Sansa Stark apenas “floreció”. Puede haber resultado un poco
chocante ver a una nena de trece casándose con un tío treinta años mayor, pero
tampoco era poco común. Así que antes de gritar
“pedofilia”, revisemos esta lista
de novias treceañeras.
La primera es la más
trágica. Cuando nos horrorizamos ante una niñita arrastrada al altar pensamos
en Margaret Beaufort casada con Owen Tudor a los doce años, y casi perdiendo la
vida nueves meses más tarde al alumbrar al futuro Enrique IV. El parto dejó a
Mi Señora, la Madre del Rey
imposibilitada de tener más hijos.
Pero, en
Inglaterra las novias de 12 años no eran novedad. La Mujer de Bath, del poema
de Geoffrey Chaucer Los Cuentos de
Canterbury, se ufana de haber tenido cinco maridos y que el primero le
llegó cuando tenía 12 años.
13 años tenía la
Loba de Francia cuando la enviaron a la corte inglesa a desposar con el rey Eduardo
II en 1308. Pero su primer hijo nació en 1312 cuando la reina tenía 17 años. Es
que Eduardito tenía más problemas que Enrique, El Impotente para consumar su matrimonio.
La Loba de Francia y Sophie Marceau interpretándola en "Braveheart" |
¿Se acuerdan del
primer matrimonio de Lucrezia en “Los Borgia”? La novia se quedó dormida en el banquete y
Cesare tuvo que llevarla en brazos a la cama, avisándole al marido que no la
molestara. No me sorprendería que eso hubiera ocurrido en la vida real puesto
que Lucre solo tenía 13 años.
La novia se quedó dormida |
El hermano tiene que llevarla a la cama. |
Pero no solo
reinas y nobles se han casado tan jóvenes. En 1834, el poeta Edgar Allan Poe se casó con su prima
de 13 años, Virginia Clemm. En su breve
vida matrimonial fueron muy felices y la muerte de la tísica Virginia seria la
gran inspiración tras la obra de su viudo.
Más polémico fue
el matrimonio del cantante Jerry Lee Lewis
con su prima Myra en 1957 cuando
ella solo contaba 13 años. El escándalo
casi arruinó la carrera del cantante, que ya llevaba dos matrimonios.
Jerry Lee y Myra Gale Brown en la vida real |
Y en la ficción encarnados por Dennis Quaid y Winona Ryder en "Gret Balls of Fire" |
Bueno, y no debo
olvidar que mi bisabuela materna se casó a los 13 años . Esto ocurrió en Italia
a comienzos del siglo XX . Lo único extraño es que tomó como un año la
consumación, porque en su noche de bodas mi bisabuelo (que también era primo
hermano de la novia) no la pudo encontrar. ¡Fiorella (o Florinda como se puso
en Chile) se había escondido en un armario!
Ya con esto,
tengo que aceptar que el matrimonio de La Beltraneja era parte del contexto histórico. Pero todavía
tengo el problema con Carmencita que realmente tenía trece años y los
representaba. Sophie Turner y Michelle Jenner han interpretado a niñas de
trece años, pero uno sabe que son un poco mayores en la vida real. Con Carmen
no tenemos esa excusa. Por eso su actuación es más que elogiosa. Lo mismo el
modo en que se ha llevado la historia que
pudo pecar de pacata o de mal
gusto.
“Isabel” ha sido
muy histórica en lo que se refiere a la
trayectoria de Juanita. Y donde no hay información ha especulado apegándose a los
pocos datos que existen. El nacimiento de la Beltraneja es planeado y fabricado como si fuera el monstruo
de Frankenstein. Enrique es incapaz de hacerle los honores a su guapachosa
consorte, Juana de Avis. De común acuerdo, deciden someterse a un tratamiento
experimental ofrecido por su médico judío el Maestre Zamaya que en lo de
experimentos locochones le gana al Maestre Qyburn.
Lo que hoy
conoceríamos como inseminación artificial le es practicada a la reina. A propósito, este no era un método desconocido
para los judíos quienes lo utilizaban ya para inseminar a las reses. Pero la Reina
Juana fue la primera humana en ser sometida (y exitosamente) a ese tratamiento.
Zamaya está dando gritos de albricias, hablando de que se ha hecho historia en
la medicina, que tal vez le den el Nobel… Enrique lo agarra de un ala y lo saca
a empellones del palacio. ¡Ya te pagué con creces, judío hocicón, ándate a la porra!
No es ingratitud.
Enrique quiere mantener en secreto el modo en que se ha concebido su hija. No
solo le da pena contar sus asuntos de alcoba. También sabe que con lo
supersticiosos que son en su corte—ni hablar de la plebe— se murmurará de brujerías
hebreas, de pactos demoniacos, de como dice mi amigo el Dr. Ernesto Medalla,
“palabras secretas que solo conocen los judíos”. Mejor que ni sepan de cánulas ni
del Maestre Zamaya.
Tristemente, la
ignorancia y la maledicencia andan por el brazo por la calle y no conocer este
secreto ayuda a que se acrecentaran las calumnias sobre la pobre bebita. La
verdad solo aparece en este siglo. Almudena de Arteaga, Marquesa de Cea, famosa
escritora de novelas histórica desenterró unos legajos en la Biblioteca
Nacional de Madrid escritos por un médico
alemán llamado Munzer quien en su día atendió al Rey Enrique. Su dictamen fue que era imposible que el rey
procrease un hijo de manera normal por lo que se le aconsejó este método
primitivo de inseminación artificial.
Para alegría de
sus padres, Juanita nace normal y muy mona. Su tía Isabel, de trece años, será
su madrina. Más adelante se hinca ante la bebe y le jura pleitesía. ¿Cómo se
entiende entonces que Isabel , tercera en línea del trono, de pronto alce la
cola y decida que ella quiere ser reina de Castilla, olvidando sus juramentos?
Isabel se hinca ante su primita |
El libro de Almudena de Arteaga se titula La Beltraneja: El pecado de Isabel La Católica y se publica en el 2001. Tres años más
tarde, José Carrillo de Albornoz publica
otra novela histórica: Yo, La Beltraneja,
la reina traicionada. Los subtítulos lo dicen todo. Isabel
traicionó a su sobrina contraviniendo leyes humanas y divinas.
Si nos vamos por
lo telenovelero, a Isabel le sobran razones para tenerle fastidio a su hermano
y cuñada. Enrique los ha hecho vivir a ella y a su familia como pordioseros y
la ha separado de su madre. Juana de Avis la ha humillado y hasta golpeado.
Pero eso no basta. La realidad es que Isabel puede haberse creído las calumnias
que Pacheco esparcía sobre el origen de su sobrinita. También que Enrique haya
tenido algo que ver con la muerte de su hermano Alfonso.
Para mí la verdadera razón yace en la
inusitada sagacidad de Isabel, su erudición poco común en las nobles de la
época, su poquito de ambición y su tremenda visión histórica. Para ser tan
joven ya capta que Enrique es un rey débil, que Alfonsito hizo bien en morirse
porque no servía de mucho, y que ella, Isabel, podía ser una mejor reina, siempre
y cuando la dejen gobernar.
La infancia de Juanita
está sometida a los caprichos y debilidades de su padre que a los dos años de nacida,
la deshereda y nombra como su heredero al pusilánime de Alfonso. Más encima, la mamá de Juana se preña de mellizos de un
biznieto de Pedro el Cruel. Destierran a Las Juanas a las propiedades de los Mendoza,
la poderosa familia que ahora lo es de don Beltrán de la Cueva a quien Pacheco
y el vulgo creen padre de la princesita.
En la serie vemos que los Mendoza para alegrar al rey Enrique le traen a la
niña de visita.
En 1470, cuando
la pajarita tiene ocho años, al veleta
de Enrique le viene un cambio de opinión. Hace venir a Las Juanas a la corte,
y que la reina públicamente jure que su
hijita fue hecha con los espermatozoides de Enrique. Acto seguido, la pitufita
es restaurada en su posición de princesa heredera y casada por poder con el Duque
de Guyena, hermano del Rey de Francia.
Es una escena
magnifica. Carmencita tendría como once o doce años cuando la filmó, pero realmente
se ve como de ocho. Ahí está, como una
muñequita al lado de un desconocido con
turbante. Se trata del Conde de Boulogne, que está representando al novio.
El Arzobispo
pregunta a Juanita si quiere casarse con este señor. Hay duda en la cara de la
princesita, mira a su madre. Juana le hace un gesto de que dé respuesta afirmativa.
Con un hilito de voz la Beltraneja consiente casarse con un extraño. El
Arzobispo no la oye, vuelve a preguntar y es el entrometido de Pacheco, que,
con su vozarrón da el “si “de la princesa. ¡Bravo, Pacheco, te acabas de casar
con el Duque de Guyena!
El tal Duque
nunca conocerá a su esposa. Muere al poco tiempo, y a Juanita la mandan a vivir
con Pacheco. ¡Pobrecita! A la muerte de Pacheco, la niña es ‘heredada “por su
hijo Diego. Juana vivirá en el Castillo de Alcatraba, pero estará con su padre
a la hora de morir Enrique.
La serie se ha
tomado un par de licencias necesarias para aumentar el dramatismo. A la muerte
de Enrique, su viuda estaba enclaustrada en el Convento de San Francisco en lo
que hoy es Madrid. Fueron Diego Pacheco y el infaltable Arzobispo Carrillo
quienes enarbolaron la bandera de La Beltraneja. Es también cierto que antes de
morir, Enrique solicitó de su cuñado que cuidase de su hija y la mejor manera
era casarse con ella.
En “Isabel”, Carrillo
va en busca de Juana de Avis y la convence (no necesita apremiarla mucho) que
la mejor manera de poner a su hija en el trono será solicitando la ayuda de
Alfonso Lo próximo es que vemos a las Juanas cenando con Alfonso. Al parecer el
rey portugués ha cruzado la frontera para visitar a las parientas. Llegan Carrillo
y Pacheco a anunciar que Isabel Y Fernando ya se sienten reyes de Castilla. La
única solución será que Alfonso se case con Juanita.
Otra vez La
Beltraneja se viste de novia. Parece una niñita disfrazada. Al novio le da
vergüenza besarla en los labios y la besa en la frente. Esa noche, Juana se
encarga de acostar a su hija. Le recuerda que para afianzar su posición como reina
de Portugal debe tener un hijo. “Dejaros
hacer, ” aconseja “y acabará pronto”. Vaya consejo.
Entra el Rey,
Juanita coge la manga de su madre. ¡Oh, cómo no sentir lástima de ella! Alfonso
expulsa a todos del cuarto. Cuando su hermana pasa por su lado, le lanza mirada enojada. Alfonso se acerca a
la cama. Juanita tirita como los perritos cuando están asustados.
El monarca la
tranquiliza. Le dice que no tema y que duerma tranquila. Juanita voltea y se
duerme, pero su carita sigue preocupada. Y el Rey, supongo, hará como Tyrion
Lannister, se servirá una copa de vino y dirá “y ahora comienza mi guardia”.
Unos meses más
tarde, fallece Juana de Avis. Juanita vela el cadáver. La Beltraneja, en ese entonces, vivía en la corte que su marido le hizo en
Toro (cerca de Zamora) donde la reinita desplegó dotes de soberana que dejaron
a todos boquiabiertos porque se trataba de una cría de trece años. En la serie
nos la tienen dando gritos. Es que a lo mejor la imaginación popular española
tiene esa imagen de reina con mal genio, gritona, que empuja a las niñas para que no salgan en
la foto con la abuela.
Juanita es práctica,
su madre ha muerto, su único apoyo es el tío-marido. Si tuviera un hijo afianzaría
su posición en la corte portuguesa. Si fuera varón sería un golpe contra Isabel
que solo tiene una niña. Vemos a la pequeña empezar una campaña muy inocente,
muy torpe para seducir al marido. Carrillo la aconseja ser obediente con el rey.
Los vemos
regresando de una velada. Se les ve
contentos, Alfonso está deslumbrado, alaba
a su esposa por lo bien que canta, lo guapa que se ve con su nueva ropa, elogia
su peinado. Este no necesita de mucho para enamorarse. Juana se queja de que
pasan poco tiempo juntos, pero ya en la alcoba cuando el rey busca besarla, voltea la cara.
El paciente
Alfonso se dispone a retirarse, pero la reinita lo detiene, comienza a
desvestirse. Alfonso se acerca y nota que tiembla. Tiene dudas, como todo
hombre decente no le interesa violar a una criatura. Pero Juana le ruega, en
memoria de su madre, que consumen el
matrimonio.
Me hubiera
gustado que hubieran puesto a Alfonso más galán, pero en las crónicas se le describe
como corpulento, calvo y avejentado prematuramente por sus campañas africanas. También
me hubiese gustado que La Beltraneja
hubiese tenido una linda noche de bodas como la de la tía Isabel y
Fernando o la primera vez de Isabel de Solís y Muley Hacem, pero también
hubiese sido poco verídico. Los reyes de entonces no sabían mucho del arte
amatorio y La Beltraneja era realmente inocente.
El problema con
la inocencia de La Beltraneja es que estaba eclipsando a la tía y para los
espectadores, el personaje estaba
quedado como víctima. Entonces hubo que ensuciarla con un episodio tan
descabellado, y tan alejado de la verdad histórica, que se parecía a esas pesadillas que sufría Isabel.
En la vida real, La Batalla de Toro tuvo un desenlace incierto,
porque si bien las tropas de Alfonso sufrieron una derrota, no pasó lo mismo
con las otras tropas portuguesas lideradas por su hijo el Príncipe Juan. En la
serie es una gran derrota. Juan regresa a Portugal. Juanita desmantela su corte
en Toro. Alfonso ofrece entonces a Isabel la paz con la condición de que les deje
las ciudades de Toro y de Zamora, más el Reino de Galicia que se había
declarado a favor de La Beltraneja, pero Isabel se niega a ceder ni un solo
palmo de lo que considera su territorio.
Alfonso decide ir
a Francia y tratar de convencer al Rey Luis XII de apoyar su causa. Comete el
error de dejar atrás a su mujercita, a pesar de las suplicas de La Beltraneja.
Los que vimos “Borgoña” sabemos que Luis está embarcado en tremenda guerra con Carlos,
El Temerario. Alfonso que es primo de Carlos intenta mediar sin resultados.
Luis que es muy sagaz e inescrupuloso, mantiene a Alfonso en la corte, a pesar
de que ya ha decido firmar la paz con Castilla y apoyar la causa isabelina.
Entretanto, en la
serie, Juana está dando problemas. Por un lado se queja de que la tienen
encerrada y no la dejan salir . ¿Quiere
ir al mall? ¿O a la disco? Esta niña ha vivido encerrada en castillos toda la
vida. Ese amor por la calle es un absurdo. Luego se queja del servicio al que
maltrata. Por último, se queja del
marido. Que es un inútil, que le ha perdido su reino. Que al diablo con
Francia, que ella puede buscar alianzas mejores.
¿Con quién, Mi Señora? ¿Con el Imperio
Otomano? ¿Con el Gran Mugal de la India? Porque Francia es la única aliada
viable, la que tiene fronteras con Aragón. De Italia nadie puede venir, porque Aragón
domina el Mediterráneo. Inglaterra es un reino de cuarta y ya ha tenido sus
encontronazos con Portugal por problemas con el comercio marítimo.
Todo este
episodio es falso, incoherente y solo busca desacreditar a La Beltraneja inventándole
situaciones inverosímiles. No es el único personaje que queda malparado en esta
serie. Diego López Pacheco nunca fue un cobarde altanero. No se arrepintió en
el cadalso. Era un erudito, un humanista, un erasmista amigo de poetas y
conversos. Pero, bueno, es un personaje terciario. Juanita es ya un personaje histórico al que se le ha
intentado borrar de la historia. Representarla de manera falaz es desfigurar su
verdad. Pero esperen que aún hay más.
Aparte de
quejosa, descontentadiza y patrona explotadora, Juanita se nos revela como la
zorra más grande de Portugal. La Beltraneja de solo catorce años que no quería
que su madre la dejara sola con el marido, la que lloró después de su noche de
bodas, de pronto se convierte en una
maestra de la intriga, una Mata Hari, una cortesana. WTF? Se le mete en el mate
que su hijastro Juan es mejor candidato a ser su marido que el viejo pachucho
de Alfonso.
También se ha
calumniado en “Isabel” a quien en vida
ya llamaban “El Príncipe Perfecto’” precisamente por su nobleza, caballerosidad
y odio por la intriga. En su reinado, Juan llegó a matar con su propia mano a
conspiradores. ¿Y él iba a traicionar a su padre con una madrastra que apenas
mide un palmo y solo le traerá problemas?
En la vida real,
si Juan deseaba el trono era porque sentía que su padre prestaba más atención a
la toma de Castilla que a asuntos portugueses. En la vida real nunca fue desleal
ni a la corona ni a Alfonso. Estaba casado con su prima Leonor con quien se había
criado y con quien se llevaba muy bien. Leonor era de linaje real, muy amada
por el pueblo, de hecho cuando el marido y el suegro se fueron a la guerra, la
dejaron de regente.
Aun así, esta Juanita
embargada en delirios de grandeza, le escribe a Carrillo para que convenza al
Papa que la divorcie de Alfonzo y divorcie a Juan de Leonor. Y todo a espaldas
de los interesados. Ahora , esta serie nos muestra al Papa como un gran
casamentero, y también encargado de divorciar gente a diestra y siniestra.
Ósea, los lazos matrimoniales de los reyes parecen tan frágiles como los de los
actores de Hollywood. Juanita acaba su
carta con un toque malicioso, prometiendo dejar las puertas “de mis aposentos abiertas”
(y seguro que también tendrá las piernas
abiertas ) para recibir al hijastro. ¿De dónde salió esta coscolina?
Por supuesto que
tan obscena carta llega a manos de Juan quien envía a su suegra, la Duquesa de
Braganza, a darle entender a Juanita
(tampoco sé cómo) que él no está disponible. Enseguida ocurre un cambio de
argumento que no se entiende. Juanita les toma odio a las intrigas de su
hijastro y lo acusa de perjuro con su padre. Es como si hubieran cambiado de
escritor y el anterior hubiese vuelto y borrado todo lo escrito. Mejor para mí.
Juan se corona
rey y se dispone a hacer las paces con Castilla. Su madrastrita que le ha
tomado una tirria negra le grita traidor delante de la corte. El la manda a la
cocina. Entra un monje franciscano que resulta ser Alfonso. Juanita cae de
rodillas. Juan poco menos que le lanza la corona al padre y huye. Juanita es nuevamente elevada al rango
de reina consorte.
Juan complota con
Beatriz de Braganza para que su padre vaya a una batalla perdida desde el
principio. ¿Por qué mejor no le cuenta de los planes de Juana? Alfonso sufre una horrenda derrota en
Albuera, vuelve a Portugal para descubrir que el Papa (convencido por Isabel)
ha disuelto su matrimonio con Juanita.
Paremos un
momento para ver cuánto de esto es verdad. Cuando Alfonso en Francia se dio
cuenta que Luis XII no pensaba ayudarlo, cayó en una aguda depresión. Dudó entre irse a un monasterio o a Jerusalén como
peregrino. Entremedio, escribió algo a
su hijo que sonaba como abdicación. El Rey Luis se asustó. Le convenía más
tener a los portugueses picaneando a los españoles antes que a Fernando se le
ocurriese ir a robarle un pedazo de Francia. Los franceses buscaron al rey
portugués , lo encontraron en Normandía y lo enviaron de regreso a Portugal.
Al saber a su
padre de regreso, Juan pidió consejo a sus asesores. Fue aconsejado de retornar
la corona. Alfonso, un poco avergonzado por su proceder, le ofreció dividir el
reino para que ambos pudiesen reinar. “Portugal solo debe tener un rey” fue la
respuesta de Juan. La Batalla de Albuera no fue una derrota tan grande ni
representó el descredito de Alfonso. De hecho, la guerra continuó siete meses más
y en las batallas marítimas iban ganando los portugueses. Lo que realmente destruyó la causa de Juana
fue el inesperado divorcio que les mandó el Papa.
Volviendo a la
serie. Beatriz visita Castilla y ella e Isabel se dan besos y se elogian, mal
que mal son parientas. A la Braganza se le ha ocurrido que esta guerra mejor se
arregla con un bodorrio. Y Chabelita está ahí con tamaña sonrisa como si hubiera
entrado por la puerta una vendedora de Avon con productos nuevos y grandes
ofertas.
A Isabel le parece maja idea casar a su Isabelita con Alfonsito, hijo de Juan. ¿ Y no que no iba a obligar a ningún hijo de ella a casarse? No importa, porque lanza mugidos de becerra cuando Titi Beatriz le plantea la posibilidad de casar a La Beltraneja con Juanito, la luz de los ojos de Isabel.
Las casamenteras |
A Isabel le parece maja idea casar a su Isabelita con Alfonsito, hijo de Juan. ¿ Y no que no iba a obligar a ningún hijo de ella a casarse? No importa, porque lanza mugidos de becerra cuando Titi Beatriz le plantea la posibilidad de casar a La Beltraneja con Juanito, la luz de los ojos de Isabel.
A ver, ¿qué le
parece tan mal? Es cierto que en la vida real, Isabel ODIABA a ” La Muchacha”
como la llamaba despectivamente. ¿Pero de dónde le nacía esa inquina? Por más
que detestara a la madre, no podía detestar también a una cría inocente. Es
cierto, que a lo mejor se creyó que la niña era hija de Don Beltrán (¿el que Beltrán
fuese tan leal soldado isabelino no la haría pensar que los rumores eran
infundados?), pero eso no quitaba que Juana fuera una princesa.
A lo mejor
Juanita era bastarda e hija de puta,
pero Juana, La Zorra era noble por los
cuatro costados, hija de un rey y parienta de Isabel. Su sangre real corría por
las venas de su cría. No se podía
despreciar tan fácilmente a La Beltraneja. Yo lo que creo es que Juanita era
una espina para Isabel porque por un lado siempre la haría sentir una
usurpadora y por otro le provocaría algún que otro remordimiento.
Juanita soluciona
el asunto presentándose a su marido (que muy discreto la reconviene por venir
en camisón a sus aposentos: ” Recordad que ante D -s ya no soy vuestro esposo”) y le anuncia
que prefiere irse a un convento antes que ser nuera de su tía Chabela. Mucho he
oído que fue un gesto revanchista. Yo lo vi como un gesto de sobreviviente. Con
el odio que le tiene Isabel...
Viendo las cosas como eran, un convento no era
tan mala opción. Como señora principal, Juanita llevaría criados, tendría sus
propios aposentos. Antes de fallecer Alfonso (de un infarto según la serie, de
peste en la vida real) dejó destinados unos dineros para que a su ex esposa no
le faltase nada en Coímbra donde se retiró.
A Isabel le viene
un patatús. No sé por qué, es mejor no tener por nuera a La Muchacha. Ahí se
acuerda de su promesa y habla de haber sacrificado a su hija. Un poco tarde.
Luego pone cara de mala. Me encanta Michelle cuando se pone tóxica, y dice que se encargará de que La Beltraneja sea
monja de clausura y nunca salga del convento. ¡Muahaha! Cualquiera creería que
la va a enterrar viva. lrónicamente, Juana será libre desde el convento, más libre que su tía.
Isabel fue una
mujer muy poderosa, muy privilegiada, que consiguió lo que quería, pero como el
mundo es un sitio armónico, la balanza de la vida la pasó la cuenta en tragedias
personales. Su hija Isabelita se casó con Alfonsito, el hijo del Rey Juan de
Portugal. Fue un matrimonio por amor, a pesar de la novia llevarle cinco años
al marido. Un día, en 1591, paseando con
el padre, Alfonso cae del caballo y
muere. Isabelita está transida de dolor. El Rey Juan no tiene más hijos legítimos.
Deberá nombrar como heredero al trono a su cuñado Manuel, llamado el Afortunado,
porque se salva de ser muerto como sus
hermanos.
Beatriz de Aveiro,
Duquesa de Braganza, que tanto entorpeció
los planes de La Beltraneja morirá en su cama, su hijo será rey, pero los
hermanos de Manuel terminarán de
vulgares conspiradores. Uno será ejecutado y el otro asesinado por su primo, el rey. Los enemigos de Juanita irán cayendo.
Mientras tanto, ella cambia de convento, sale del convento, y en 1482 ¡hasta
recibe una propuesta de matrimonio!
Fernando, libre
del problema de Portugal, mira con ojos codiciosos el Rosellón francés. El Rey de
Francia decide asustarlo. Volverá a proteger los interés de La Beltraneja y para eso le
ofrece como marido a Francisco Febo, heredero del trono de Navarra. No se sabe cómo
toma la oferta Juanita, porque el novio
muere inesperadamente. Tal vez fue para mejor. Las vidas matrimoniales de las
princesas de entonces eran muy desdichadas.
Veamos el caso de
la viuda Isabelita obligada a casarse con Manuel, el nuevo rey de Portugal.
Isabelita morirá de parto y su hijito solo la sobrevivirá dos años. Lo dicho,
la vida le está pasando la cuenta a la
Reina de Castilla. Al viudo Manuel se le pasa por la cabeza que a lo mejor
debería casarse con La Beltraneja. Cuando sus católicos suegros oyen tan
peregrina idea, aterrorizados, le envían
una nueva hija María, para reina consorte.
En 1504, achacosa y pesarosa, fallece Isabel. Juanita
es libre. Los reyes portugueses le permiten
salir del convento y le instalan una mini corte en el Catillo de San Jorge en
Lisboa. Juanita vive sus últimos años
como la reina que no llegó ser. Aunque solo ostente el título de “Excelente Señora”
es amada por todos, su gente, la corte y el pueblo.
Todavía le queda
la última venganza. Fernando está escalando paredes enfurecido, no quiere
cederle el trono al petimetre de su yerno, Felipe El Hermoso. Como modelo del Príncipe de
Maquiavelo que es, se le ocurre un plan maquiavélico
¡:casarse con La Beltraneja y reclamar el trono de Castilla! Juanita se da el
gusto de mandarle una sonora negativa. Hasta los gatos quieren zapatos.
Manuel morirá
también. Su hijo Juan II casado con Catalina, nieta de los reyes Católicos,
mucho aprecia a La Beltraneja quien le cederá los derechos al trono de Castilla
que Juan nunca reclamará . Juanita fallecerá a los 58 años, en 1530. Los reyes de Portugal la
llorarán públicamente y la corte se vestirá de luto por ella como si fuera una
de las reinas viudas. Su tumba fue arrasada por el terremoto y tsunami de 1755,
por eso no hay manera de examinar las huellas de ADN que finalmente nos dirían
de quien era hija. ¿Pero importa acaso?
Isael La Católica
merecía reinar por enérgica, por visionaria, por hábil y por tener ovarios. Eso
no la hace legitima, pero España no siempre ha sido gobernada por reyes legítimos.
La Casa de Trastámara fue fundada por un bastardo que asesinó al verdadero rey.
Los Borbones ganaron una guerra a los Austria y se hicieron del trono. No creo
que Fernando el Deseado supiese quien era su padre biológico, con esa mamacita
que tenía y siempre lo he dicho. En 1975, el rey debió ser el Duque de Cádiz,
nos hubiéramos evitado muchos bochornos si al Caudillo no le hubiera entrado el
capricho de poner a Don Juan Carlos en La Zarzuela. A ver si lo estarían exhumando
ahora
Aun ahí, la saña
con la que Isabel persiguió a Juana; el odio personal que sintió por esa “Muchacha”,
y como la secundaron reyes y Papas fue cruel e innecesario. Dice la Wikipedia
en español que se destruyeron documentos, incluso hasta en el siglo XX, que probaban la ilegitimidad de Isabel. ¡Que risa! Como si alguien creyera o le importara sus
verdaderos derechos. Pues a sus descendientes si les importaba.
La serie, al
vilificar a Juana de Trastámara, se convierte en cómplice de una historia calumniadora
y parcial que nace más de remordimientos que de verdades . “Isabel” nos mostró
a Juanita escribiendo cartas conspiradoras. Nunca la mostró redactando su más
famoso documento, el Manifiesto que envió a los castellanos antes de entrar a
la guerra.
En él, la princesa acusa a su tía de no haber obedecido
al hermano mayor, de haberse casado en contra de la voluntad de Enrique y de
haber roto sus juramentos de honrar y servir a su sobrina. También Juanita acusa
a Isabel de mentirosa por perpetuar calumnias sobre el linaje de La Beltraneja
y termina con una velada alusión al posible envenenamiento de su padre.
Enrique murió
dando señales de haber sido envenenado. En el Siglo XX, cuando Gregorio Marañón
practicó una autopsia a los restos del llamado Impotente, encontró señales de arsénico. Obviamente quien lo asesino quería a Isabel en el trono. ¿Sería eso lo que se
ha intentado ocultar?
No se olviden de seguir viendo” Isabel”. Como
la página de RCTV ha cerrado la Tercera Temporada a la audiencia de Estados
Unidos, la mejor manera de verla es subscribirse, por menos de tres dólares al
mes, a UnivisionNow.
Isabel de Castilla es un personaje polémico, sin duda. Y la pregunta es, ¿por qué? ¿Era tan diferente a otros monarcas de su época? A menudo leo comentarios en los que condenan a Isabel por la expulsión de los judíos. Pero, curiosamente, no veo que Eduardo I de Inglaterra o Felipe IV de Francia sean condenados por ello (ambos expulsaron a los judíos años antes que Isabel). Así que, no se trataba de un hecho sin precedentes.
ResponderEliminarLa tema de la legitimidad de Juana es discutible. Enrique IV tuvo un primer matrimonio que no fue consumado en trece años. Tras la anulación, presentó a tres mujeres como testigos de su virilidad. Estos testimonios me parecen cuestionables; Enrique estaba interesado en un segundo matrimonio, obviamente no era conveniente mostrarse como un impotente, así que lo mejor era culpar a Blanca. Suponiendo que Enrique no era impotente, no pudo concebir con Blanca ni con sus amantes. Y con Juana de Portugal tardó siete años en tener una hija. Y no hubo más. Lo curioso es que Juana se involucro con Pedro de Castilla y Fonseca y con él no tardó en quedar embarazada, dejando en evidencia que el problema de fertilidad no era de ella.
Respecto a las bodas de niñas de trece años, en realidad, en la Edad Media no se recomendaba la consumación a tan temprana edad. Margarita Beaufort fue un caso excepcional, incluso para su época. Una princesa podía casarse a los trece años por poderes y permanecer dos o tres años más en su país.
Me llama la atención la imagen que dice "...Juana la Beltraneja y Alfonso V de Portugal, éstos son los reyes que necesitaba Castilla en aquella época, y no Isabel la Católica y Fernando de Aragón...", lo dudo mucho. Alfonso fue un rey notable, pero Juana habría sido un títere. Sin embargo, no se comparan con Isabel y Fernando; ellos convirtieron Castilla en un Estado moderno.
No me parece que Juana haya eclipsado a su tía o que la serie haya desacreditado al personaje de la Beltraneja. Me parece que simplemente mostraron a una chica desesperada por su situación. Aunque estoy de acuerdo en que no tiene sentido que la mostrarán desleal a su esposo y después condenando la traición de su hijastro.
Lo que si tiene mucho sentido es la oposición de Isabel hacia el compromiso de su hijo Juan con la Beltraneja. Después de todo, la legitimidad de la chica fue puesta en duda y era 15 o 16 años mayor que Juan de Aragón; no era la esposa más conveniente para él. El hecho de que Isabel llamará "muchacha" a Juana no implica necesariamente que la odiara; después de todo, estaban en bandos opuestos y no la reconocía como hija de su hermano.
Me gusta tu blog y disfrute leer esta publicación, a pesar de que no estoy de acuerdo con la mayor parte. Note mucha tirria hacia Isabel. Tomando en cuenta las circunstancias en torno al nacimiento de Juana, no me sorprendería que Isabel estuviera convencida de su ilegitimidad. A lo largo de la historia hubo disputas por el poder, por ejemplo, monarcas que ejecutaron a pretendientes al trono o asesinaron parientes. En comparación con estos casos, Isabel fue benévola. Respecto a que Juana fue más libre que su tía, tampoco lo creo; Isabel logró e hizo cosas que ninguna mujer de su época habría imaginado.
Isabel, muchas gracias por pasar y por el coscorrón que más que me lo merezco. La tirria que mencionas nace del cariño que le tomé a La Beltraneja (en la serie) y a como la trata el personaje de Michelle Jenner, no de la verdadera Isabel. Por ejemplo, tal como encuentro que mostrar a La Beltraneja coqueteando con el hijastro me parece una manera de enlodar al personaje, tampoco entiendo que Isabel primero esté en contra de Juanita siendo su nuera y luego se encolerice porque a chica prefiera irse a un convento. Dio la impresión de que quería tener a la Muchacha su lado para maltratarla. Me has recordado lo que siempre he pregonado, que uno no puede juzgar a los personajes históricos basándose en la imagen de la ficción y ahí voy yendo en contra de lo que predico.
EliminarCon Isabel y Juanita me pasa lo que con Catalina de Rusa y Tarakanova, el personaje de la usurpadora me gana, pero como digo en el segundo párrafo, yo siempre he sido Team Chabela. LO que pasa es que la serie a veces nos la a muestra un poco oscura. Por ejemplo, el modo en que se comporta con Andrés Cabrera. Si yo no supiera lo que pasó en realidad, también le tomaría tirria a la Isabel de la serie.
Para entender al personaje histórico, y a la creación de Michelle Jenner tuve que leerme muchos libros de historia en dos idiomas. de ahí surgieron muchas opiniones diversas, por eso hablo de personaje polémico. Su buscas en la lista de etiquetas bajo” Isabel” encontraras media docenas de ensayos sobre la serie y veras que siempre soy objetiva con Isabel, incluyendo en lo del l tema de los judíos.
Sobre la legitimidad de la Beltraneja. Como digo me creo lo de la inseminación artificial porque les textos lo apoyan, pero también recuerdo que no siempre se le ha negado el trono a un bastardo. Ahí tenemos a Enrique de Trastámara, Y La Beltraneja era nieta de reyes por parte de madre y tenía sangre Trastámara.
Como muestro hay historiadores y novelistas que creen que La Beltraneja si tenía derechos. Hasta los creadores de memes, porque ese que mencionas no es mío es de desmotivaciones.es
Sobre los motivos que la Isabel histórica tenía para tenerle tirria La Beltraneja. Lo digo aquí “Para mí la verdadera razón yace en la inusitada sagacidad de Isabel, su erudición poco común en las nobles de la época, su poquito de ambición y su tremenda visión histórica. Para ser tan joven ya capta que Enrique es un rey débil, que Alfonsito hizo bien en morirse porque no servía de mucho, y que ella, Isabel, podía ser una mejor reina, siempre y cuando la dejen gobernar.
Y sobre las verdaderas razones por las cuales reo que Isabel la Católica merecía el trono Isael La Católica merecía reinar por enérgica, por visionaria, por hábil y por tener ovarios.
Cuando hablo de que el personaje de Juanita eclipsa a su tía, hablo de la serie y en particular de ese arco.
por último, algo que sabemos de historia y ficción es que los reyes no son libres. Basta ver “the Crown”. Basta ver la felicidad de Harry de haber salido de la familia Real. Como dices, Isabel consiguió cosas que ningún otro monarca consiguió, pero fue para gloria de España y de los españoles. Su vida fue una serie de pérdidas y sacrificios. Todos somos más libres que ella.
Muchísimas gracias por tu opinión. Es un gusto iniciar un debate con alguien cortes e inteligente. Ojalá podamos seguir comentando sobre este u otro tema. Como ya no recibirás aviso de mis respuestas (manías de Blogger) Haz un tic en el cuadrito de avisarme” cada vez que me respondas y así recibirás todas mis respuestas