domingo, 17 de junio de 2018

Una Historia de Dos Cenas: Las Mujeres de Patrick Melrose (I)



Tras terminar de ver la serie (y leer la última novela) me quedó la pregunta de si había  personajes decentes en este relato,  o solo víctimas, verdugos y cómplices. Aunque  tenemos un único “bueno”, Johnny, en este cuento “las buenas” son una presencia constante: Marianne: Anne; Mary,  la sufrida esposa de Patrick; la madre de Bridget, ect. Pero como contraparte tenemos a la Princesa Margarita,  que en un momento parece ser la reencarnación del diabólico David Melrose, y por sobre todo tenemos a Eleanor quien de tanto ponerse en el sitial de las victimas pasa a ser la más monstruosa de las encubridoras. Donde más se evidencia esta dicotomía entre personajes femeninos es en las cenas del primer y tercer libro (Segundo y Tercer episodio de la serie) .

En la obra de Edward St. Aubyn , las similitudes entre las cenas de Never Mind y Some Hope pueden ser casi  imperceptibles, más David Nicholl y Edward Berger,  adaptador y director de la serie,  dejaron a un lado toda sutileza. Al traducir los libros en episodios back-to-back  nos abrieron los ojos a los paralelismos y evoluciones de los personajes.

Ambas novelas tienen lugar en el transcurso de un día y una noche. Ambas culminan en una cena para la cual los personajes han estado atareados en preparaciones durante el día. Ambas mesas son presididas por personajes malévolos semi omnipotentes,  que se complacen en humillar a los presentes, principalmente a la dueña de casa. Ambas anfitrionas están al borde de una crisis ante la sensación de haber cumplido inadecuadamente sus roles de castellanas y esposas. Ambas cenas son interrumpidas por la presencia de un niño que exige que la atención de la madre vire de sus deberes de ama  hacia su rol materno. En ambas cenas, los invitados son obligados a participar en este drama con reacciones muy diferentes,  y ambas culminan con un personaje intentando huir, y lográndolo en solo una de esas instancias.

Never Mind abre cuando el protagonista tiene ocho años y está pasando el verano, en St. Nazaire,  la villa de sus padres en Lacoste, en Provenza. No recuerdo que St. Aubyn lo haya dicho, pero esa es la tierra ancestral del Marqués de Sade lo que podría explicar el sadismo de David Melrose, alcohólico, pedófilo, violador, asesino y padre del pequeño Patrick.

 Sade tuvo el poder que su rango y fortuna le daban en las postrimerías del Ancien Regime. Melrose, aunque viene de buena familia y tiene ese pedigrí anglosajón que confiere la educación en escuelas prestigiosas y un servicio honroso en la clase de oficiales, tiene poder solo porque se casó con una millonaria . La pregunta es por qué motivo, Eleanor soporta un marido abusador en todos los sentidos de la palabra. Mas importante ¿por qué permite que David abuse de su hijo?

A pesar de que Eleanor merece un post para ella sola, es su incomprensible  indolencia la  detonadora de toda la acción de esta novela. En la mañana, Eleanor emprende un viaje hacia el aeropuerto para recoger a Sir Nicholas Pratt, padrino de su hijo.  La acompaña, su huésped,  Anne Moore, un poco por solidaridad por ser ambas americanas, pero en realidad es para ver a Patrick. Aparte de la vieja Yvette, sirvienta de los Melrose, Anne es el único personaje que demuestra afecto y preocupación por el niño. Su deseo no es satisfecho. Eleanor se niega terminantemente a llevar a su hijo en su excursión. Lo deja a cargo del padre, lo que en si ya tiene matices siniestros. Durante la excursión,  Anne se da cuenta que Eleanor le teme al marido. Entretanto, David viola a Patrick.

Es ahora cuando entra en escena otro personaje femenino. Bridget Watson-Scott. A pesar del doble apellido, Bridget es la  hija de un simple vendedor de autos usados, pero tiene el aura declasse de las chicas sesenteras que no se dejaban amilanar ni por el lujo ni por el rango ajenos. Bridget es un himno a los Sesentas. Con su minivestido floreado, sus gafas ahumadas, su amor por los accesorios de gamuza, parece escapada de un anuncio de Carnaby Street, el tipo de nena a la que le cantan los Beatles y Los Stones, que consume drogas y practica el amor libre.

Sin embargo, Bridget y Anne tienen algo en común, ambas están emparejadas (pero no matrimoniadas) con hombres mayores,  y ninguna entiende la dependencia servil de David por parte de sus parejas. La gran diferencia es que Anne ama a Sir Víctor y no desea verlo humillado por un hombre despreciable. En cambio,  Bridget y su Sir Nicholas comparten una relación basada en un desprecio mutuo que es más patente en el libro donde St. Aubyn  nos presenta el punto de vista de ambos.

En cuanto a David, ambas mujeres deciden provocarlo, pero usando diferentes estrategias. Si bien, Anne ataca de frente y  con argumentos, Bridget intenta seducirlo con toda su sensualidad juvenil, pero para los gustos pedófilos de su anfitrión es demasiado “madura”.

La cena es un campo de batalla. Harta de como David humilla a Eleanor, y de cómo Nicholas lo secunda, Anne pregunta a este último  qué lo lleva a pensar que la crueldad lo hace superior. Nicholas responde que solo intenta evitar ser aburrido o puritano. Molesta, Anne se va al corredor a ventilar su furia. Ahí se encuentra a Patrick acurrucado al pie de la escalera. La compasiva mujer nota que el niño está aterrorizado. Le promete ir a buscar a la madre para calmarlo. Pero Patrick,  que ha dejado de confiar en los adultos,  no le cree.


Anne entra al comedor e intenta convencer a Eleanor que venga a atender a su hijo, pero David se lo impide. Se entabla una lucha por Eleanor, que pareciera una lucha entre ángeles y demonios por el alma de la mujer. Anne usa como argumentos que el niño necesita de su madre, David arguye que el niño necesita disciplina. Con tono pedante y gran cinismo,  el depravado expone en su mesa sus ideas pedagógicas que se reducen a que si un niño sobrevive una educación brutal entonces estará equipado para soportar lo que la vida le tenga deparado.

Anne ( espero el público también) está horrorizada. Aún más cuando los varones presentes se adhieren a la causa de su anfitrión. Esto tiene que ver con la diferencia de edades y épocas. El mismo Nicholas acusa a Anna de representar a “la joven  izquierda americana”.  Anne pierde el control y los insulta acusando a Nicholas de ser un farsante “pomposo” y a David de tener un solo merito : aterrorizar al “pomposo”.

Risueña, Bridget agrega su granito de arena burlándose de su amante, hasta que David la silencia metiéndole el cuchillo de la fruta debajo de la falda. Ahí nos damos cuenta de lo letal que es este engendro.  Creo que me será imposible volver a ver a Hugo Weaving sin sentir repulsión y miedo, el elfo se ha convertido en un orco.


La cena se convierte en una estampida general. Anne se marcha indignada. Ante su sorpresa , Víctor la sigue. En el pasillo le dice que si no puede uno oponerse a la maldad, tampoco debe ser cómplice de ella. Buscan a Patrick, pero este también ha huido a la planta alta. Apenas puede,  Bridget también abandona el comedor dejando a los canallas felicitándose por serlo e intercambiado ideas infames. Bridget  llama a un amigo, le suplica que la rescate, hace su equipaje y escapa. Al salir por el portón ve a Eleanor fumando en su Buick (o Cadillac, creo que es un Cadillac en la serie).


El amigo nunca aparece, Bridget debe regresar a la villa con la colita entre las piernas. Al pasar, Eleanor le grita “Viste? Y creías que era tan fácil.” El capitulo acaba con David yendo a ver a Patrick y amenazándolo:  “si alguna vez le cuentas a tu madre o a otra persona lo que pasó, te partiré en dos”. El mensaje es sartriano, nadie puede escapar de la maldad. Y nadie puede defendernos de ella.

El tercer capítulo está basado en Some Hope que significa “Alguna esperanza” y queda muy bien en la serie luego del anterior en el cual dejamos a Patrick y a Bridget atrapados en la tela de araña de David. Ahora todo es diferente. Es 1990, David ha muerto. Patrick,  tras un arduo camino de rehabilitación, está limpio de drogas y alcohol,  y se prepara para ganarse la vida como cualquier ciudadano.

Bridget es ahora lo que siempre deseó ser, Condesa de Gravesend y castellana de Cheatley, el palacete ancestral de la familia de su esposo. La acción del capítulo también tiene lugar en un día y una noche. Como Eleanor, Bridget se prepara para celebrar una gran cena, seguida por una fiesta monumental, para homenajear el cumpleaños de Sonny , su esposo. El toque maestro de la cena lo dará la presencia de la Princesa Margarita.
(Showtime)

A diferencia de Eleanor, Bridget está totalmente involucrada en los preparativos, incluso solicita la asesoría de su amigo Tony, un decorador profesional. Para Bridget la ocasión no solo representa su triunfo social, sino que también le tiene sincero afecto al marido. Esta Bridget es una sombra de la hippie de Carnaby Street. Ahora, aun en bata de levantarse,  es elegante, serena, una gran dama. Por eso será un gran golpe para ella, descubrir accidentalmente esa misma mañana que su esposo la engaña con una tal Cindy.

Patrick es casi arrastrado a la fiesta por Nicholas Pratt, que por supuesto,  también está invitado. A la fiesta también asiste su amigo Johnny. En el libro, Patrick y Johnny no están presentes en la cena, solo en la fiesta. Otro logro de Nicholls es integrarlos a  la mesa. Aunque Patrick comete el gafe social de sentarse antes que Margarita Rosa, una desubicación que es rápidamente remediada.

Bridget está feliz de recibir a Patrick. Tal como el de verla. Le dice que la recuerda como alguien”amable”de su infancia. Bridget en agradecimiento lo empareja con su prima Mary. Otro excelente detalle de Nicholls es convertir a la futura Mrs. Patrick Melrose en un personaje de esta etapa y hacerla pariente de Bridget. En la serie, Bridget es uno de los personajes femeninos más simpáticos y Mary es el personaje más bueno y sacrificado de toda la saga.

La cena comienza. Margarita está un poco irritada de que no le permitieron sentarse junto al decorador, cuya conversación la entretenía más que la de Sonny, ahora a su izquierda. Ignora al embajador francés a su derecha y se queja de la salsa del venado. Me recuerda a David Melrose burlándose de la elección de menú de Eleanor. Sonny pide cien disculpas, por suerte no culpa a Bridget. El embajador que no parece diplomático, le lleva la contraria alabando el platillo, en especial la salsa. En un alarde de ramplonería, el embajador sacude sus cubiertos y avienta un pocotón de salsa sobre el vestido azul pavo de la princesa.

El mundo se detiene, nadie respira. Finalmente se escucha la voz de hielo de la hermana de la reina. “¡Limpia! “Al principio el embajador se hace el sordo. La princesa lo apremia y el diplomático comienza a frotar la mancha. A propósito, esa es la mejor manera de joder un vestido. lo que se hace es con un cubierto raspar la comida, y luego mojar la mancha con Seltzer (agua mineral con gas);quitarse el vestido y mandarlo a la tintorería lo más rápido posible. Pero a Margarita no le importa el vestido, ella como David,  quiere imponer su voluntad. El pobre embajador suda la gota gorda y se pone en cuatro patas.
(SHOWTIME) 

Exasperada, Jaqueline, su esposa, se acerca y ofrece limpiar ella la mancha. “El me ensució, que él limpie” sentencia Margarita que para mayor oprobio recuerda  al embajador que el sirve a la Corte de St. James. ¿Y qué? ¿Lo van a enviar de regreso a Francia por manchar la falda de una princesa vieja y olvidada? Parece que volvemos a los días de Enrique VIII y Chapuys.

Pero tal como ocurriera en el episodio anterior, la fuerza catalizadora de esa noche no la trae la macabra saña del poderoso sino el reclamo inocente de un niño.  En la serie se utiliza a Belinda más que en el libro para precisamente crear el vínculo entre ambas cenas. En el libro (y serie) nos cuentan que aunque Belinda sufre de cierta negligencia por parte de sus padres, ambos la quieren. Lady Belinda odiará a su institutriz, pero tiene una aliada en su abuela materna, Virginia. Una relación que  contrasta positivamente con la relación que los hijos de Patrick tendrán con sus abuelas. 

Incluso Bridget que le tiene pavor a Nanny, defiende a su hija de las acusaciones de la institutriz, no castiga a Belinda por burlarse de las reglas de Nanny y el autor nos dice que la Condesa fomenta el espíritu rebelde de la niña.
Showtime

En el libro, Patrick encuentra a Belinda acurrucada en la escalera. La niña le cuenta del incidente con la Princesa Margarita, pero la relación acaba cuando llega Bridget que se lleva la niña. En la serie, todo el evento es mucho más dramático. En la cena con los Melrose, Anne, harta de ver humillado a su hombre, se levanta de la mesa y se va a bufar en el pasillo donde se encuentra a Patrick acurrucado en la escalera. Ahora, Jacqueline, abandona la mesa incapaz de soportar un segundo más la humillación de su hombre. Se va al pasillo a bufar y ve enroscada en la escalera a Belinda. La niña le dice que quiere conocer a la Princesa.  La diferencia es que , como dirá Nicholas más tarde, Jaqueline es una mujer verdaderamente malévola. No la motiva la compasión de Anne.

Belinda en camisón, e impulsada por Jacqueline, llega hasta la puerta de comedor y la abre. Mary la reconoce y se asusta pensando que van a regañar a la niña. Y este es el momento de gloria de Patrick Melrose. De un salto,  llega la puerta y comienza en susurros a comunicarse con Belinda, tratando de convencerla que no es buena idea conocer a la princesa ahora. Es una escena preciosa, me recuerda los intercambios entre Ser Davos y Shireen. La razón por la que odio a los pedófilos, además del daño que hacen a sus víctimas, es que eliminan las posibilidades de estos encuentros entre niños y adultos. No hay nada más lindo (y sexy) que un hombre que se muestra protector de los más debiles.
Ok, con esa carita entiendo a las Cumberbitches

En ese momento,  Nicholas nota la escena de la puerta. Con voz de trueno anuncia “parece que hay una personita que no puede dormir”.  La Princesa voltea la cabeza molesta y pregunta qué sucede. Sonny explica que es su hija. Bridget corre a la puerta. Sin regañar a la niña trata de llevársela, pero no cuenta con la implacable Jaqueline decidida a vengarse en Bridget de la humillación pasada.


Showtime
 La embajadora le susurra a Belinda que ahora pueden presentarla con Margarita. “Sí, Mamita, si” suplica Belinda. Bridget no puede negarse. Después de todo, siempre se ha dicho que a Margarita le gustan los niños. Se acerca tranquila y sonriente, Belinda está ilusionada. Detrás vemos el cruel triunfo en el rostro de Jaqueline y la preocupación en el de Patrick. Ambos saben lo que va a ocurrir.
Showtime

“Señora, puedo presentarle a” comienza Bridget. “¡No ahora! “ruge Margarita apenas volteando la cabeza e ignorando a la niña. Enseguida, tal como David Melrose, comienza a dar catedra sobre educación infantil y sobre los efectos del trasnoche en el desarrollo emocional de las criaturas. ¿Y el efecto de una humillación innecesaria?
Showtime

Después de la fiesta, Nicholas (por si queda una duda) compara a Margarita con David Melrose. “¡Imagínate si se hubieran conocido!” dice jocosamente. “ ¡Imagínate!" Replica Patrick sarcástico. Nicholas habla mal de los embajadores justo cuando se le acercan. Cambia el discurso cínicamente y felicita al embajador por su manera de manejar a la Princesa. Esta se les acerca. Los embajadores huyen. Margarita reprocha a Nicholas por confraternizar con sus enemigos. Como David Melrose, Margarita divide al mundo entre amigos y enemigos. Nicholas rechaza calurosamente el reproche. El se ha negado a mostrar simpatía por lo ocurrido. La embajadora es ridículamente vulgar, etc.

 Se les acerca una jovencita de la que solo sabemos se llama Amanda y es compañera de Johnny en su grupo de rehabilitación. Saluda a Nicholas y se deja caer en una  grácil reverencia a Margarita. Indignado Nicholas le ordena que se marche “¡te buscaré , más tarde!” Sin mirar a la chica que se aleja, Margarita pregunta desinteresada de quién se trata. Es mi hija.  “responde Nicholas triunfante. A él no lo van a humillar negándose a saludar a su hija.

Patrick deambula por la fiesta hasta que se encuentra con Julia , su ex amante, que le está huyendo a su tacaño marido. Julia le ofrece sexo a Patrick en la planta alta y “sin compromiso ”Patrick acepta, pero al subir escuchan una discusión entre los dueños de casa. Julia se ríe y le cuenta a Patrick que Bridget, al fin se ha enterado de la infidelidad de Sonny, y está molesta por la presencia de Cyndi en la fiesta.

“Espera que se pone mejor “hipa Julia. Cindy espera un bebé. Los exámenes han dado como resultado que se trata del heredero que Sonny tanto ha ansiado y que Bridget nunca ha podido darle. Patrick se conduele ante lo injusto de la situación.  “¡Pobre Bridget!” Julia dice que la condesa se lo merece por trepadora social. Este indicio de brutal esnobismo exaspera a Patrick. Le dice a Julia que cese de medir a todos con su persona y que es cruel burlarse de la desdicha ajena. Aun así tiene sexo con Julia en la nursery de Belinda.

Todo va bien hasta que Julia le revela que también es amante de Johnny. Patrick,  incomodo,  dice que prefiere tener a Johnny de amigo que a Julia de amante. Julia molesta se marcha. Patrick recoge las copas que han traído con ellos. Al ver una quebrada,  recuerda ese día fatal en Lacoste. Busca a Johnny y por primera vez,  se atreve a relatarle a otra persona que fue violado por el padre.

Entretanto, Bridget, tal como esa noche en St. Nazaire, está empacando, pero las circunstancias son diferentes. Tiene una aliada, su madre. Bridget se disculpa con Virginia del desprecio con que la ha tratado todos estos años. Ambas, cargando equipaje, y con una Belinda feliz de no tener que aguantar a Nanny nunca más,  bajan al salón. En el vestíbulo se encuentran con la Princesa Margarita quien está buscando a Sonny. Le pregunta a  “nuestra anfitriona” donde está el marido. Con su mejor sonrisa, Bridget le responde “francamente, Señora, ¡me importa un pito!”

Showtime

Tras vengar la humillación a la que ella y Belinda han sido sometidas. Bridget mete a sus parientas en su auto y se dispone a salir, no a huir. Ahora no tiene que esperar el socorro de otros. Ahora ella conduce, no se queda en el asiento de invitados,  rumiando su tristeza como  Eleanor. Sonny,  que justamente le está contando a Nicholas que en realidad no quiere divorciarse  y teme que a Cindy solo le interese su dinero, la ve y corre tras su esposa, pero Bridget no se detiene.

No será ella la única que comience a rehacer su vida esa noche. Después de confesar su tragedia, Patrick va a pedirle  disculpas a un camarero al que trató mal,  y a saludar a Chilly Willie, su ex vendedor de heroína, ahora convertido en respetable músico. Chilly comenta que es un milagro que ambos estén vivos. Son sobrevivientes.

Esta noche, Patrick ha confirmado que es un sobreviviente. El siguiente paso es dejar de sobrevivir y vivir. Johnny le ha aconsejado buscar a alguien con quien formar una familia. Patrick se despide de Mary invitándola a desayunar al día siguiente. 

En la cara de Mary se reflejan todos los matices de emociones. Sorpresa, duda, finalmente esperanza que la lleva a aceptar. Muy buena actriz,  Anna Madeley y de su fantástico personaje hablaremos más en la próxima entrada sobre las mujeres de Patrick Melrose.

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