Octubre mes de vendimia,
mes de cosecha. No parece eufemístico aplicar esa sensación de abundancia y
sabores a las series de televisión, puesto que en Netflix se han esmerado en
traer una biblioteca muy variada a nuestras pantallas este otoño. No todo es
bueno, pero merece ser reseñado.
Opté por no ver
algunas de las series de época, más que nada por falta de tiempo. “Rebecca” se
veía buena, pero no me atrajo. El Gato Rafael alabó sus méritos, la Reina
Estelwen me señaló sus falencias y con lo que vi en clip me bastó para saber
que tenían razón. El caso de “The Queen’s Gambit” es diferente. La Gatita
Lorena finalmente me convenció de verla, pero no la he acabado por lo que la
reseñaré, D-s mediante, por separado.
Oktoberfest
Tal vez debí
efectuar ese mismo espíritu de selección al ver “Oktoberfest”, que comenzó el
primer día de octubre. Se trata de una serie alemana sobre las guerras
cerveceras del Múnich de fin de siecle. Aunque nos lo vendan como
“basada en hechos reales” no lo es. Hubo en La Belle Epoque un conflicto entre
gente que quería modernizar la industria cervecera y los más tradicionales.
Aquí la han convertido en una batalla entre un gánster y un cervecero rebelde y
sus hijos Hasta se han traído al Armenio de “Babylon Berlin” que busca convencer
con chantajes y asesinatos a los que no quieren seguir sus métodos.
Es una historia
violenta, gory, que pretende parecerse a “Peaky Blinders” y no lo consigue.
Entremedio han metido un tedioso romance Romeo y Julieta que no convence a nadie.
A pesar de su sangre y tripas, la historia nunca atrapa.
Los Bárbaros
Me puse a ver
otra serie alemana histórica y concuerdo con quienes la encuentran muy buena,
muy bien hecha, visualmente impresionante. Me dice que quiere ser “Vikingos”.
Me dicen que es mejor que “Vikingos”, me da igual. Lo realmente y trascendental
de “Barbarians” es que se trata de un hito histórico de la televisión germana.
La primera vez en más de medio siglo en que se ha podido dramatizar La Batalla
de; Bosque de Teutoburgo. Las razones para que se prohibieran tal dramatizado
anteriormente son las mismas que me impiden apreciar “Los Barbaros”.
Antes que todo,
hay un poco de presentismo tanto en la serie, como en las impresiones de
quienes la han disfrutado, y están equivocados. Para quienes quieren ver en el
pasado reflejos del presente, las legiones romanas son las villanas del cuento.
Se las ve como un alter ego de los países colonialistas, como Invasores imperialistas.
Algo de eso hay, pero si le preguntan a alguno de esos críos radicales que se
han vuelto los historiadores de la Era del Twitter te dirán que los romanos
eran “blancos privilegiados”.
Si bien es cierto
que en la clase patricia romana se gozaba de un cierto grado de progreso que
pasaba por privilegio, tanto patricios como el hoi polloi eran mediterráneos
de cabello y ojos oscuros con pieles tostadas por el sol italiano. Los
blanquitos aquí eran los barbaros. Yo me siento heredera del mundo romano, y no
solo por mi sangre italiana, sino por el idioma que hablo, por el sistema legal
que heredamos de ellos, hasta por su hidráulica.
Así que no me
vendan a los teutones como pobrecitos oprimidos. La historia reciente nos
demuestra lo contrario. No hablo de los
nazis, hablo del poderío alemán moderno, de como Alemania se ha convertido en
una sociedad pujante y el país más rico de Europa en este momento.
Yo supe de la
Batalla del Bosque de Teutoburgo en “Yo Claudio” en ese episodio donde el
Emperador Augusto lanza el aullido histórico: “¿Quintilius Varus, donde dejaste
mis águilas?”. Pero mi idea toxica sobre esa batalla y el pueblo germano, que
desde sus inicios andaba quemando gente, nace de Los Hermanos Oppermann, novela
que Lion Feutchwanger escribiera a comienzos del nazismo (1934).
Los Oppermann gira en torno a esta familia homónima,
tres hermanos y una hermana, y como a pesar de ser millonarios y descendientes
de generaciones de alemanes, son convertidos por los nazis en parias en su
propia tierra. La serie narra de como el nazismo afecta la vida de cada uno de
ellos.
El peor caso es el
de Bertoldo, un adolescente que sufre acoso en su escuela. El bullying viene también
de parte de los docentes. Un maestro exige que Bertoldo escriba un ensayo sobre
el espíritu germano/ario personificado por Hermann (Arminius) y su hazaña del
famoso bosque. Bertoldo se niega, es humillado públicamente, y se suicida.
Mas allá de la ficción, Hermann/Arminius fue un símbolo de la Alemania Nacionalista y del Tercer Reich. Tanto así que se prohibió la enseñanza de su historia en Alemania después de la guerra puesto que se le consideraba un símbolo del militarismo teutón.
Bárbaros vs RomanosMe parece una
exageración puesto que la Batalla de Teutoburgo es una de las más importantes
en los anales militares y marcó un punto crucial en la historia de los pueblos
germanos. Me alegro de que se haya hecho esta serie, pero en un momento en que
el nacionalismo germano y anglosajón anda levantando las zarpas de nuevo, no me
entretiene verla, aunque me caiga bien Thusnelda.
La Révolution
Esperaba menos y
recibí más. Con todos los bemoles de una historia alternativa/fantasía histórica,
“La Révolution” superó a otras producciones de época que Netflix nos trajo en
octubre. Fue un cuento original, un buen
relato de terror para el Halloween 2020.
Lo único que me provocó un poco de hastío
fueron ciertos recursos melodramáticos y mal usados, cierta dureza de los
personajes (como diría Emily en Paris. “Los franceses” son así) y una
preocupación de que alguien se vaya a creer que La Revolución Francesa fue un
mero alzamiento campesino.
Comienza como un whodunnit
histórico, el medico de pobres y de encarcelados, Albert Guillotin investiga
los misteriosos asesinatos de jovencitas campesinas cuyos cuerpos canibalizados
parecen ser víctimas de un esclavo fugitivo. En entrevistas con Oka (Doudou
Masta), el prisionero, Guillotin (Amir El Kacem) descubre no solo que es inocente,
sino que se trata de un brujo vudú.
Guillotin se empeña
en demostrar la inocencia de Oka. En el proceso vemos su historia, de cómo él y
su difunto hermano Albert (Lionel Erdogan) fueron criados por un bondadoso
sacerdote (¿un curita bueno en una serie de Netflix?). Albert fue asesinado por
el Conde de Montargis al encontrarlo en su establo sin ropa y arriba de Elise
de Montargis (Mailou Aussilloux), la primogénita de la familia.
Desde entonces, Guillotin culpa a Elise de la muerte de su hermano. Desde entonces Elise (cuyo cabello ha encanecido por la pena) vive dedicada a hacer el bien, a luchar por los pobres y desamparados. una lucha social que es apoyada por el Barón Henri de Lariboise (Pierre Andreu).
Albert y Elise
Elise y Henri son mis favoritos, porque
representan una realidad olvidada. Aunque si bien es cierto que la codicia,
poder absoluto y excesos de la aristocracia fueron los grandes culpables del
estallido social que acabó con la monarquía, muchos nobles como el Marques de
Lafayette, e incluso príncipes como Philippe-Egalite, primo del rey, apoyaron a
los revolucionarios.
Elise tiene graves
problemas domésticos. Su padre ha desaparecido y está en manos del Tío Charles
(Laurent Lukas), un individuo tan siniestro que es cruel hasta con sus hijos.
Charles quiere apoderarse de todas las tierras y fortuna de los Montargis con
ese cuento de que, en Francia, las hembras no podían heredar. Elise se las
tiene que batir sola para protegerse proteger su patrimonio y a su hermanita
Madeleine (Amelia Lacquemant).
Esta niña es un
personaje fundamental a pesar de su tierna edad y de ser sordomuda de
nacimiento. Únicamente, Elise y su fiel criada Ophelie (Coline Beal) pueden
comunicarse con ella con el lenguaje manual (inventado por el judío bórdales,
Jakob Pereire y el aragonés Juan Pablo Bonet). Lo que Madeleine no consigue
explicarles son sus premoniciones y visiones en las que recibe la visita de una
niña africana. Por eso, solo Madeleine sabe que no es hermana de Elise (aunque
son parientas ya se imaginarán como) y que a Francia se acerca algo más
peligroso que un invierno de Caminantes Blancos.
El fantasma que atormenta a Madeleine
La trama funciona
cuando se enfoca en Guillotin, su investigación detectivesca y sus experimentos
tipo NCIS Siglo de Las Luces, apoyado por la fiel Katell, la lavandera de la
prisión. Interpretada por la argentina Isabel Aimé González-Sola, Katell es
inicialmente un personaje muy atractivo, constantemente salvando de peligros a
Guillotin, y demostrando conocimientos médicos que nunca nos son explicados. Pero
a partir del tercer capítulo Katell se vuelve un personaje antipático,
traiciona a su amigo entregándolo a La Fraternidad, un grupo guerrillero
campesino que trae su propia agenda.
Guillotin descubre que La Fraternidad tiene prisionera a Elise y todo por órdenes del difunto Albert que si estaba muerto y andaba de parranda por Luisiana. Albert se ha muerto tantas veces que ya no tiene sentimientos humanos. Parece detestar a Elise y trata al hermano con indiferencia. Su único hermano es el brujo Oka a quien ha venido a rescatar.
Guillotin acepta el plan macabro de su hermano de esparcir un virus en la cárcel, propagar una plaga y en medio del pánico, rescatar a Oka. Por otro lado, la pesada Marianne (Gaia Weiss, la Börunn de “Vikingos”) lideresa de La Fraternidad exige un rescate por Elise. Son tan ignorantes q los campesinos que ni saben que Tío Charles solo desea ver a su sobrina muerta. El que se ofrece a pagar el rescate es el buen Henri. Hasta aquí llego para no contar spoilers.
La serie, a
partir del tercer episodio, diverge de un cuento médico-detectivesco a una
especie de Walking Dead dieciochesco salpicado de comentarios políticos y
rencor social. Se entiende, los zombis son nobles que, en pos de la inmortalidad,
se inyectan sangre azul que los convierte en vampiros caníbales. Y todo es una
idea de… ¡Luis XVI! Eso ya me hizo reír.
Poner al bonachón y timorato esposo de María Antonieta al frente de un cabal de
científicos locos es un poco difícil de creer.
Para quien guste
de películas de terror en marco seudo histórico y para los Walking Dead frikis “La
Révolution” es imperdible. Yo siempre prefiero que mi entretenimiento tenga su
dosis de drama y romance. Lo último no existe en esta serie y los personajes
que pudieron ser fuente de dramatismo no evolucionan. La historia acaba en un baño
de sangre, una cantidad de cabos sin atar, y una implicación de que así comenzó
La Revolución Francesa.
Es que yo sé que,
aunque nos hayan explicado que esto es terror fantástico e historia
alternativa, habrá más de un despistado que se crea que así cayó la monarquía
en Francia. No, amigos gatunos, aunque fue el absolutismo monárquico y el poder
casi ilimitado de clero e iglesia los que suscitaron el alzamiento, este fue un
fenómeno urbano. No nació del campesinado, sino de una clase burguesa,
profesional e ilustrada. No existieron detrás de la evolución sociedades
secretas rurales compuestas por el pueblo, sino logias masónicas, clubes
literarios y círculos de periodistas que convirtieron a la prensa en el Cuarto
Poder.
A pesar de lo
oprimidos (aparte de que una serie de malas cosechas los tenía al borde de la
inanición) que estaban los campesinos, no fueron ellos quien comenzaron la revolución.
Irónicamente si se alzarían, pero en contra de los revolucionarios, en zonas
donde la población era más católica y tenía mejor relación con los nobles, como
en La Vendée y Bretaña.
Reitero, si les
gustan las pelis de aventuras de zombis y son amigos del Walking Dead, no se
pueden perder “La Revolución”.
Alguien Tiene
que Morir
Yo le he estado
huyendo a Manolo Caro y a su obra. Nunca quise ver “La Casa de las Flores “y
siempre lo tomé por un Almodóvar mexicano (y Almodóvar solo hay uno). Al final, acepté el consejo del Gato Rafa y
estoy agradecida. Esta no es una sátira, sino un bien construido thriller/drama
familiar sobre el trasfondo de la represión franquista de los 50.
La historia tiene
lugar en un pueblo cercano a Madrid y casi toda la acción ocurre en un coto de
caza y la casona de Los Falcon, una familia burguesa adinerada. Todo comienza
con la llegada del único hijo de Los Falcon que ha estado viviendo con su
familia materna en México por más de diez años.
Gabino trae una
visita inesperada, Lázaro, un aspirante a bailarín de ballet. Como la familia
ya tiene una sospecha de que a Gabino le gustan los chicos, y más encima el
prejuicio en contra de los bailarines, ya se imaginarán el caldo de cabeza que
se han de hacer.
El problema es que,
en la España de Franco, la homosexualidad es un crimen y para cortarlo por lo
sano, Los Falcon deciden que Gabino se quedará en España, se hará cargo del
negocio familiar y se casará con Cayetana, hija del socio de la fábrica de
zapatos de Gregorio Falcon. Y ahí comienzan los problemas.
Alejandro Speitzer
como Gabino hace mucho mejor papel que en “Oscuro Deseo” donde solo se dedicaba
a mostrar nalgas. Carmen Maura, como siempre estupenda, como la matriarca de
los Falcón, es un ejemplo de cómo en sociedades patriarcales, una mujer puede
adquirir poder si juega las reglas bien.
Esta campeona de
tiro que oculta un oscuro secreto, se las ha arreglado para dominar a su familia
apoyándose em el dinero y la apariencia de una mujer que cumple con todos los
requisitos que su sociedad e iglesia exigen. Así expulsa Padres Nuestros con la
misma facilidad con que expulsa humo de cigarrillo.
Ester Expósito
está exquisita en el “New look” de Dior, pero su papel es igualito al que hace
en “Élite” bueno como sería la Marquesa Carla si hubiese vivido las limitaciones
de la España de la posguerra. Ernesto Alterio, en su rol de Gregorio Falcón, se
ve a ratos tan siniestro como su padre en “La Historia Oficial”.
Pero quien se
roba la serie es Cecilia Suarez, musa y comadre de Manolo Caro. Cecilia ya está
con cara de suegra, por lo que no incomoda que la pongan de madre de Gabino.
Mina es mucho más que una madre, a pesar de que será en ese rol donde destaque.
Es un personaje trágico porque como le cuenta a Lázaro llego a España hace
veinte años, se enamoró y se casó muy ilusionada, pero la guerra lo cambió
todo.
¿En qué momento,
el esposo que idolatraba se volvió en un desconocido capaz de abusar de ella
verbal, física y sexualmente? ¿En qué
momento su suegra se volvió su peor enemiga? ¿En qué momento se convirtió en prisionera en
su propio hogar, con prohibición de ir a México a ver a su familia y que cuando
se presenta en Madrid en la oficina del marido este le ordena al chofer
“llévesela a casa” como si hablase de una maleta? ¿En qué momento se ha vuelto tan nada que no
puede cumplirle a una promesa a la cocinera y que se ve tan vulnerable como las
presas políticas esclavizadas en la fábrica de zapatos del marido?
No importan las
respuestas, ni que al comienzo comparemos a Mina con los pichones que su
familia goza acribillando en competencias de tiro. Lo que importa es que, por
amor a su hijo, Mina hará lo imposible desde chantajear hasta hacerle a la
cougar.
Aunque la serie
es un thriller que solo puede tener lugar en una sociedad reprimida, lo cierto
es que la mujer casada en 1954, fuera en USA, Europa o México, tenía tan pocos
derechos como Mina en España. La homosexualidad era penada por la ley en Gran Bretaña
(y la Commonwealth), Alemania Austria, Portugal, Noruega y todo el bloque
comunista. En America era un crimen en USA, Centro America, el Caribe,
Colombia, Venezuela, Ecuador, Paraguay y Chile. Ni hablar de África y Asia.
Aunque Lerdo de
Tejada despenalizó la sodomía en México en 1871, no es como que no siguiera
existiendo un estigma social o que las parejas gays pudiesen besarse
públicamente. Y estoy segura de que habría en México chicos machistas como Carlos
y su pandilla, felices de apalear gays o de obligarlos a comer cucarachas.
No estoy
discriminando en contra de México, pero dando un panorama sociohistórico de
Occidente en 1954. Aparte que lo que me legó “Emily in Paris” es un estar
atenta a esas comparaciones tan injustas de que país es más liberal o moral que
otro.
La serie me ha encantado.
Manolo Caro debe tener en cuenta que el drama le va tan bien como la comedia. lo
único que para la próxima la haga un poquito más larga. Para gente muy sensible,
hay un par de escenas de tortura que pueden afectarlos.
Desde FB de George Llerena Torrico:
ResponderEliminarSoy demasiado realista para que me guste algo como La Révolution. Ni siquiera me gustan los zombies...o todo lo que tenga que ver con ellos. Si hablamos de criaturas sobrenaturales prefiero los vampiros, fantasmas o brujas. Iba a darle una oportunidad a "Bárbaros" pero las reviews me persuadieron de no hacerlo. La princesa española 2 por fin llegó a Latinoamérica y lo primero que me ha chocado es el desplazamiento total de fechas (los años no coinciden) pero bueno supongo que era de esperarse. A ver que pasa, recién la estoy mirando. En estos días he estado sumergido en mis libros: textos Tudor para mi investigación, he vuelto a leer Cien años de soledad y Mi prima Raquel (luego le cuento por inbox dama María) y una novela que me pasaron, precisamente sobre María Antonieta: Opulencia de la inglesa Sena Jeter Naslund. Tiene muy buena prosa y descripciones correctas, muy recomendable. Cariños
George Eduardo Llerena Torrico
EliminarMi Querido Sir George,
Espero vendan en Lima un gran producto chileno llamado Armonyl, es un tranquilizante compuesto de puras yerbas, pero muy efectivo. Sino busque el equivalente antes de ver la segunda temporada de La Princesa Española porque la ensalada de fechas es solo uno de sus errores. Catalina persiguiendo herejes antes que se desatara una campaña en contra de ellos. Santo Tomas Moro torturando gente antes de ser el canciller, etc.. Use el blog para las quejas, en el post de lo que vi en octubre, porque lo malo de estas threads es que desaparecen rápido.
La Revolución, como la verdadera, comenzó bien y luego se volvió propaganda estridente y poner al pobrecito Luis XVI de villano fue el colmo
Cuénteme de la novela, yo soy Maria Antonieta friki. A mí me sorprende que todos llamen el matrimonio de Diana y Carlos como pedófilo y lloren sobre la pobre Diana y nadie sienta lastima por la "Autrichienne"que se casó a los 14 años.
Un abrazo
Hola Malena, gracias por hablar de Barbarians, en cuanto tenga un tiempo y acabe de ver "Ataque a los Titanes" le echaré un vistazo, tiene una pinta genial y eso de que los romanos hablen latín me ha ganado por completo. Ya suponía que siendo una serie alemana se pondrá del lado de los germanos, sin embargo, eso me parece normal. Cada serie es de su padre y de su madre, pasaba en Isabel donde nos hacía ponernos del lado de los Reyes Católicos, incluso si tenían que convertir a los reyes de Francia en un loco y un tirano sin escrúpulos, y blanquear la figura de Fernando el Católico, inventándose hechos como el apoyo de Fernando a los payeses de remensa que nunca sucedió (de hecho la revuelta remensa esta bastante distorsionada de la real y eso como catalán me molesta un poquito). Lo que quiero decir es que ya he asumido que cada serie histórica tirará un lado u otro dependiendo de quien la hace, y la verdad es que me da un poco igual siempre que no tuerzan muchísimo la historia y sean mas o menos coherentes al contexto de la época. Al fin y al cabo para mi estas series son la adaptación a la ficción televisiva de hechos históricos, yo no los tomo ni como documentales, ni como panfletos ideológicos-nacionales, antes pensaba diferente pero me he acabado resignando a aceptar que licencias y parcialidades habrá siempre en el género histórico. Dicho esto sobre la otra serie "La Révolution" me pasa lo mismo que a George y es que es demasiado fantasiosa para ser mi gusto, aunque me encanta la fantasía nunca me ha hecho gracia la mezcla fantástico-histórica.
ResponderEliminarAl leerme el comentario de George me he acordado que existía esa infamia de serie conocida como "Princesa Española", por curiosidad me pregunto por donde irán ahora, que lastima que Michael Hirst no haya mostrado últimamente interés en hacer una precuela o secuela de los Tudor, que creo que ya hace falta. Por cierto en relación a los Tudor a ver si me pongo a mirar la serie estas Navidades o enero del año que viene, me haría gracia terminar de verla toda el día en que el octavo Enrique la palmo, hasta publico algo en mi blog si estoy inspirado, aunque conociéndome probablemente no haga nada.
Para acabar decir que en cuanto a lo personal estoy mejor, me quedan unas semanas complicadas de trabajos del máster antes de vacaciones y voy tirando como puedo. Bueno dicho esto me despido, si al final acabo viendo la serie de Barbarians puede que vuelva aquí a dejar mi opinión.
PD: Viendo el trailer de Barbarians, me sorprende el hecho de que los propios germanos usen el término barbaro, cuando hasta donde yo tenía entendido este era un término inventado por los griegos y luego usado por los romanos para referirse a los pueblos que según ellos no estaban civilizados.
Gatito Sergi,
EliminarQué bueno que encontraste otros temas para venir a comentar. Yo no estoy molesta por Barbarians, me gusta mucho que hayan superado el absurdo tabú y me asombraría horrores que siendo alemana tomase partido por los romanos. Lo que me irrita es gente que dice que en ese entonces los romanos eran “supremacistas blancos” y los teutones, oprimida “gente de color”. Y o solo expliqué porque no la veo, como dices cada uno es hijo de su madre y de su padre.
El cuento de la licencia histórica funciona siempre y cuando sea necesaria, sea lógica y se la equilibre con datos reales. Sino va a crear problemas. Eso de tomar cosas como ficción era una excusa hipócrita que se derrumbó totalmente ahora con “The Crown”.
A mi me encanta la fantasía histórica si está bien hecha (Nada de presidentes cazadores de vampiros), pero como suele hacerse mal causa mayores problemas. “La Revolución” comenzó bien, no me parecía mal acusar a los nobles de experimentos diabólicos, con la hambruna de la época hubo muchos casos de canibalismo en la Francia rural. Mi problema fue meter a un hombre tan…bo .. bo…bonachón…como Luis XVI al frente de la conspiración.
Es como La Princesa española que ensució a Catalina y arrastró por el piso a Margaret Pole, calumniándolas gratuitamente. Imagínate que tanto Tom More y Lady Salisbury, los acérrimos defensores de Catalina, son vistos por Emma Frost como aliados de Enrique y de los Bolena. Y aquí no hay razón porque Emma no esta de parte ni de Enrique, ni de Catalina.
Pobre Michael Hirst, primero iba a hacer algo de los Cesares, luego una historia de los Beatles. Después que está escribiendo algo sobre el terremoto de San Francisco, una secuela de Vikingos. Lo último es que va a crear una historia sobre la Plaga de Londres. Como que los Tudors ya no le interesan.
Tu sigue con lo tuyo, pero aquí ven a comentar lo que quieras, cuando quieras.
Amiga, no termine de leer todos tus comentarios de "Alguien tiene que morir" por evitar leer spoilers pero si la voy a ver y luego regreso a leer bien. A mi me gusta mucho el trabajo de Manolo Caro, aunque tambien puede ser super grafico y lleno de sexo gratuito, lo cual me molesta, pero muy aparte de eso me gusta como cuenta historias y "La casa de las flores" (primera temporada) me gusto mucho. Tambien tiene un par de peliculas que me gustaron bastante y si veo porque se lo compara con Almodovar, quien tiene algunas peliculas que me han fascinado y otras que he odiado con toda mi alma.
ResponderEliminarVoy a proponerle al coronel que veamos Los Bárbaros.
Amiguis, gracias por pasar. No me gustan las comparaciones, pero es interesante ver como Almodóvar aun en pelis serias (Matador) embute su gran humor negro. En Alguien, Caro es totalmente serio y eso aumenta la sensación de angustia y opresión. Ahí si te crees la opresión patriarcal/sexista, la política y la sexual. Un toque fascinante es que los protagonistas masculinos pasan a pérdida, en cambio los cuatro personajes femeninos destacan porque todos son prisioneros del sistema y todos encuentran su propia manera de zafarse del Besos
EliminarYa quiero verla! Me encanta el setting de la España franquista y por supuesto Carmen Maura y Cecilia Suarez (hace de española? porque en la segunda temporada de "La casa de las flores" si no me equivoco habla brevemente como española y le sale muy bien). Fijate que en La Casa si hay bastante humor negro, hay un personaje de una cieguita que es una villana un poco comica y tambien un escandalo sexual medio comico (pero tambien cochino) que le pasa a unos personajes. Ni se diga Cecilia Suarez, su personaje es medio chistoso a pesar de ser serio, no se si es su interpretacion o la direccion de Caro.
EliminarYa vi "Alguien tiene que morir"!! Wow, me quede impactada por una variedad de razones como el final inesperado (SPOILERS) Que tristeza que muriera Lazaro que era un personaje tan querible, pero lo entiendo. Con frecuencia cuando dos parientes se enamoran de una misma persona, alguien muere. Todo el tiempo estaba pensando (por el titulo) quien irá a morir, pero la verdad es que no me imagine que seria tanta gente! Por otro lado me gustó el twist que el bailarín no sea gay y que mas bien tenga debilidad por mujeres mayores--se me hizo novedoso. En general me gustaron los personajes pero tengo una queja, TODOS los franquistas (y los cazadores) eran MALISIMOS (el único que se redimió fue Alonso) pero eso me parece una especie de manipulación del director para que simpaticemos con el otro bando. Claro que las injusticias eran terribles, pero me molestó que nadie cuestionara nada o, a su propio riesgo, trate de ayudar a los presos, por ejemplo o al personaje de Cecilia Suarez cuando va a buscar al hijo a la cárcel, se me hicieron muy villanescos los malos, muy one-dimensional, aunque Carmen Maura estuvo espectacular como siempre, pero bueno está bien que haya una loca por ahi o su hijo débil de carácter y machista pero es que todo el resto eran unos malditos. Nadie cuestiono nada de tantas atrocidades? Creo que por eso sobresalió el personaje de Cecilia Suarez, porque ella como que cuestionaba todo. (Tambien el de Rosario, la sirvienta.) Por cierto, asumo correctamente que la carta en el locker era la confesión de Gabino de ver a su abuela matar al abuelo? Otra cosa que me pareció novedosa fue como a veces cuando algo impacta a un personaje "vemos" sus pensamientos. Ese corazón latiendo hacia el final me recordó tanto a la obra de Frida Kahlo. Se me hizo como un homenaje a ella. Que más? A pesar de la muerte de Lázaro se me hizo un final satisfactorio y ni se diga la ambientación, que me encantó. Para nada me molestó que solo tuviera tres episodios porque no sé si hubiera podido aguantar tanta tensión por más tiempo! Otra cosa que me pareció original fue lo del acento de Cecilia Suarez. Cuantos latinoamericanos que van a España empiezan a hablar como ellos y como se les critica! Bueno, me gusto que ella lo hiciera porque es como que tenía complejo de ser mexicana y hacía todo lo posible por ser aceptada. Notaste que al final le habló a su suegra con acento mexicano? Me hubiera gustado que lo mantuviera desde ahi al final porque ahi se vería la evolución del personaje (su auto-aceptación) pero luego volvió a ser españolísima. Por último, agradecí que ésta vez Caro haya sido un poco menos gráfico con el sexo homosexual que de costumbre. Tal vez porque tuvo que condensar todo en tres capitulos ;)
ResponderEliminarEse final fue un desmadre total. Lázaro fue un personaje divino y un guiño de Manolo de mostrarnos lo falso del prejuicio bailarín=gay.
EliminarLo de los franquistas “malos” es un cliché difícil de combatir porque son los mismos españoles los que crearon el patrón y lo importan al extranjero. Pero al menos no todos los rico eran malos, Eva era rica. Tampoco me gustó la criada, muy dura muy egoísta. En cambio, el padre de Gabino, vemos su lucha entre su amor paternal y el sometimiento que le exige el régimen.
En cuanto a cuestionar. ¿Que? ¿La marginalización y persecución de los homosexuales? Existió una parecida en Cuba hasta hace poco. En Usa se despenalizó la homosexualidad en 1969 (algunos estados lo hicieron antes) en Chile el 99. En los 50 en lugares tan civilizados como Australia (basta ver Ä place to Call Home”) existían tratamientos psiquiátricos que eran verdaderas torturas. En Inglaterra se les daba una opción a los homosexuales, o ese tratamiento, o castración vía rayos X (lo que hicieron con el gran matemático Alan Turing).
En cuanto al machismo, era muy parecido en todo el mundo. En México era peor.
A mí me hubiese gustado ver cómo y por qué el matrimonio de Eva se fue al caray, ¿que lo provocó?
Si, Eva chantajea a la suegra con esa carta de Gabino. La suegra era tan infeliz como Eva en su matrimonio, por eso mató al marido.
Fue precisamente el saber que no habría escenas graficas de sexo lo que me atrajo de la serie. creo que Manolo se anotó un punto en contra de la homofobia con un retrato tan humano y sensible de la homosexualidad en una sociedad represora.
Si, entiendo lo de que no haya sido posible cuestionar, pero se podia mostrar algún policía o guardia o empleado público, por ejemplo, que refleje algún tipo de frustración o pena por lo que tiene que hacer y que muestre alguna señal de humanidad (como por ejemplo el ex-novio de Sira en El Tiempo entre Costuras que a la final no la mata). En la vida real la gente tiene diferentes niveles de sensibilidad por más que pertenezcan a una misma organización (militar, policial, gubernamental, política) y no todo el mundo reacciona como sicario ante el abuso. ¿Quien era Eva? ¿Quieres decir Mina (Cecilia Suarez)? Si, Mina es la única excepción entre los de su clase, pero también es la única mexicana. Ella es el reflejo de lo que vienen a ser nuestras sensibilidades modernas: anti-armas, anti-cacería, accepting de la homosexualidad y el comunismo, etc. Mi punto es que la postura del director ante todos estos temas fue clara porque no tuvo un balance en la forma de retratar a los franquistas.
ResponderEliminarUff tanto enojarme con MI Ma por cambiarle los nombres a la gente, y yo estoy igualita.
EliminarPorque estoy en un lugar público tengo que explicar cosas que sabes de memoria. Yo no soy antifranquista. Lo que pasa es que no soy ciega a sus errores, tal como soy pinochetista y no soy ciega a los excesos del gobierno militar. En España el tema Franco sigue polarizando y es imposible una representación cultural que muestre a simpatizantes del régimen de manera positiva o con rasgos humanos. Es triste, pero así es. Por eso “Cuéntame como pasó” fue un único y muy aislado paso en dirección a ese balance que mencionas. Pero no creo que perdure porque si miramos hoy en día las series de acá donde o todos los blancos son malos, o todos los policías son malos, o todos los ricos son malos, vamos por ese camino.
Hay una tremenda diferencia entre Ignacio de El Tiempo y lo que pasa en Alguien Tiene que morir. El deja en libertad a Paquita (no es que no mate a Sira, eso nunca estuvo en el tapete) porque a) Paquita fue su amiga b) aunque Roja y viuda de un Rojo, ya no es un peligro político y c) porque le da lástima. Pero una cosa es la política y otra un delito social
En la España Franquista la homosexualidad era un crimen no solo para el sistema legal, sino para la Iglesia y para la sociedad. Era más fácil tenerle lástima a un enemigo político caído en desgracia, que a un homosexual. Eso cambiaba cuando alguien de la familia o cercano era gay y ni, aun así. En A Place to Call Home, el protagonista se horroriza cuando descubre que su hijo es homosexual y le toma tiempo aceptarlo.
Otra cosa, nos es más fácil a las mujeres aceptar la existencia homosexualidad que a los hombres. Por eso Mina no permite que los prejuicios superen su amor maternal, pero no creo que ella sea una militante por los derechos LGTB porque no los había. Ni en Europa, ni en USA y ciertamente no en México. Una cosa es que no se arrestase a una persona por practicar la sodomía, pero había otros cargos como escándalo público, atentados contra las buenas costumbres. A lo que voy, no creo que en ninguna parte hubiese manifestaciones publicas de homosexualidad en los 50.
Debido a eso, y al rechazo social, el ver la homosexualidad como una abominación a los ojos de D-s, y un crimen, nadie iba a levantar la voz para un mejor trato del homosexual. Tal como muy pocas personas hoy en día gastan un minuto para conmiserarse de las condiciones carcelarias, las penas excesivas, o cualquier cosa que afecte a un criminal.
Volviendo a la serie, si Cayetana no hubiese delatado a Gabino (y lo hizo por despecho, pero también para que no la empujaran a casarse con él) no hubiese habido problema. La familia hubiese fingido no darse cuenta de su orientación. Era un poco como el Don’t ask, Don’t tell. Por ejemplo, el Premio Nobel Jacinto Benavente era gay, pero mientras fuese discreto (y cercano al Régimen) nadie lo molestaba. La Iglesia Católica, aunque condenaba al homosexual se oponía medidas de otros países civilizados como la esterilización forzosa. Todo tiene matices. Por ejemplo, Rosario hubiese sido la primera en sentir asco de Gabino. El repudio al homosexual es algo que trascendía barreras políticas. El poeta Miguel Hernández, mártir de la represión franquista, odiaba a García Lorca por ser homosexual y se expresaba de el de la manea más soez
No digo que Mina haya sido militante sino que representa los valores que son importantes y aceptados hoy en día, por eso simpatizamos con ella. Tampoco creo que hubiera sido realista una rebelión ante la injusticia (ni que sean como Ignacio, lo use como ejemplo porque el era un personaje con mas matices, no era completamente bueno ni completamente malo lo cual lo hacía un personaje mas rico y no acartonado). Yo pensaba en detalles sutiles, por ejemplo, cuando Mina va a la cárcel podría haber habido un guardia que la mire con lástima o que tenga un gesto amable. Mi queja es que todos los franquistas eran malos (y no me refiero al tema gay sino en general) incluyendo la gente del club (incluso los empleados) las señoras de alta sociedad, Cayetana, Alonso y sus amigos, todos los socios/colegas del papá de Gabino, etc. A eso me refería con una falta de balance, no que esperaba que hicieran algo por los gays.
ResponderEliminarY yo llevo años, años, desde Ay Carmela, quejandome de lo mismo. No es que te refute, solo te explico que si no han cambiado las cosas, menos van a cambiar ahora con este gobierno que tienen, y tal como estamos "woke"a ese error en las series españolas, tengamos los ojos abiertos a lo que esta pasando con las series de este pais
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