jueves, 10 de diciembre de 2020

Cuando Carlitos conoció a Lady Di: The Crown 4x1

 


Se me hizo tan difícil comenzar a verla. Los clips me mostraban escenas paródicas de eventos y momentos que conocía tan bien, yo, la Diana friki por excelencia, que sentía vergüenza ajena. Entiendo que el propósito de Peter Morgan este año es asestarle la estocada mortal a la realeza, dejar tan mal al futuro rey que la monarquía misma se sienta sin futuro. ¿Lo logrará?

Diana era un Árbol Loco

Este primer episodio no fue tan malo como esperaba. De hecho, hubo cosas que me gustaron, aun cuando son inventos, como ese primer encuentro con Diana disfrazada de árbol (Mad Tree). Estuvo muy bonito y romántico. Sobre todo, si se piensa en que Diana tenía 16 años y Carlos 29. Pero hablaré de eso más adelante.

Lo otro que me gustó es la serie de montajes de la Familia Real (incluyendo a Lord Mountbatten) asesinando algún animalito antes del atentado. Me conmovió que Dickie devuelva al mar una langosta con huevitos y que lo haga con sus nietos, como enseñándoles a los niños a respetar la vida justo cuando la de ellos es irrespetada.



Como todo en esta serie, las interpretaciones son ambiguas. ¿De qué lado está Peter Morgan?  ¿Del ERI o de las familias de las víctimas? Nunca oímos a la Familia Real manifestarse sobre ese punto. En la vida real, unos meses más tarde la Princesa Margarita estuvo en Chicago, y al hablar con la Alcaldesa Jane Byrne, se refirió a los irlandeses como “cerdos”.

La llamada de pésame de Margaret Thatcher fue tan rimbombante que pensé que la Reina le iba colgar diciéndole que no se entrometiese en asuntos familiares, pero lo que la futura Baronesa le recuerda es que simultaneo al atentado que cobró la vida del Tío Dickie, su nieto y su consuegra, hubo otro atentado en el que murieron 18 policías británicos.



 Lo sucedido va más allá de una tragedia familiar. Yo he sido pan-celta toda la vida y mi deseo es ver una Irlanda unida, pero condeno el terrorismo como una manera (ya probada como inútil) de conseguir ese propósito.  Sobre todo, cuando se cobra la vida de un anciano octogenario y su nieto de catorce años.

Lo que no me gustó

El Bajo Perfil de Ana

Siguen opacando a la Princesa Real. Muestran al marido, pero no nos cuentan quién es, cómo lo conoció, ni nos muestran la boda (ni el precioso vestido). Únicamente que está casada y no es feliz. En 1979, Ana inició su infamoso romance con su guardaespaldas Peter Cross.  Ni siquiera nos han dicho que ya hizo abuelos a Isabel y a Felipe.



Tampoco nos presentan las competencias que ganó, ni su participación en las Olimpiadas de Montreal, la primera vez que un miembro de una familia real lo hacía. En cambio, nos la ofrecen asustada y con dudas de fracasar en su próxima competencia. ¡Como le gusta a Morgan exhibir a los Windsor como fracasados disfuncionales!



Los Celos de Felipe

Mostrárnoslo borracho, en el peor humor de bully, lleno de rencor contra su hijo por haberle quitado el afecto de Tío Dickie es otra manera de arrastrar por el lodo a la familia. Es cierto que Lord Mountbatten fue padre y abuelo para Carlos, pero también fue una figura paterna para Felipe y solo dejó de serlo cuando vio a su sobrino bien encaminado y a Carlitos a la deriva sin alguien que le sirviese de guía.



Nunca había oído que Felipe se sintiese desairado porque Mountbatten quisiese que fuese Carlos quien leyera su elogio funerario. Un momento tan conmovedor y tiene que meter Morgan sus neurosis y rencores personales, porque sabido es que un motivo de su divorcio es que les tenía celos a sus hijos y acusó a su esposa de darles a ellos más comida que a él (WTF?) Oye Morgan, no todos son tan patanes o malos padres como tú.

La Ausencia de Amanda Knatchbull

Cuanto más me interno en el laberinto construido por las pesadillas de Peter Morgan y la cacofonía de voces clamando por relatar “la verdadera historia de los Príncipes de Gales” me sorprende que se pueda obviar una importante pieza de ajedrez como lo fue Lady Amanda Knatchbull. Me asombraría que ningún historiador o biógrafo que se haya interesado en Carlos y Diana no haya buscado la opinión de Mrs. Charles Ellingworth, aunque Amanda lo haya despedido cortésmente porque su dignidad, respeto por su familia y por la institución de La Corona sellan sus labios.

                             Lady Amanda de pequeña

Pero yo le suplicaría que escribiese su versión y la hiciese sellar en los Archivos Reales con órdenes de abrirse tras su muerte, porque solo ella y Carlos conocen los detalles de una relación que si hubiese llegado al altar hubiese cambiado la vida de Diana, tal vez mejorado la del Príncipe, y ciertamente le habrían evitado muchos dolores de cabeza a la Reina Isabel. Aun así, Amanda fue, sin quererlo, una manzana de la discordia, la última página de ese duelo que desde la Abdicación existía entre la Reina Madre y Dickie Mountbatten.

Tal como Mountbatten había orquestado el matrimonio de La Reina y su sobrino, ahora quería ver coronada a su nieta Amanda. Consciente de este deseo de quien veía como su padre-abuelo, Carlos desde 1974 se había acercado a quien consideraba la más bonita de sus primas, Amanda de 16 años. Aunque Lady Patricia, su madrina y madre de la cortejada, le había aconsejado al Príncipe que esperase a que Amanda saliese de la escuela, Carlos, siempre impetuoso, se había acercado a su prima con la que llegaría tener una amistad muy íntima basada en confianza y respeto mutuos. Exactamente lo que no existía entre Carlos y Diana.

                            Lord Mountbatten en el Caribe, con su nieta y Carlos

No quiero repetir lo que ya he dicho en otra entrada. El viaje a la India en el que en un momento se planeó que Amanda acompañara al Príncipe; la compra de la mansión Chevigny donde Charles planeaba vivir con Amanda una vez casados; la propuesta de matrimonio hecha poco después del asesinato de Lord Mountbatten, etc..

Lo importante es que después que su prima le dio la bota, Carlos quedó al garete. Tan desorientado que rápidamente se enredó con la bochinchera Anna Wallace ¡a la que le propuso matrimonio dos veces! Por suerte, ella lo rechazó dos veces, aunque siguieron un romance loco que acabó en marzo de ese año, cuando en el cumpleaños de la Queen Mom, Carlos abandonó a Anna para bailar toda la noche con Camilla. En un despliegue del famoso mal genio que le había ameritado el mote de “látigo”, Anna le aulló a Carlos que no quería verlo nunca más.




Esto es interesante, porque Carlos anunció al mundo en 1996 que hacía diez años que era amante de Camilla. Su biógrafa Penny Juror asegura que los hoy Duques de Cornualles reiniciaron su romance en 1978, tras el nacimiento de la hija de Camilla, y el incidente Wallace demuestra que para marzo del 80 la pareja ya había vuelto a las andadas.

En el primer episodio, vemos una cena familiar en palacio. Están todo, menos Carlos, y la conversación parece el chismoseo de la cocina de Downton Abbey. Todos repasan la lista de amantes/novias del ausente e incluyen las que no existieron (nunca hubo una Christabel Borgia) o las que todavía no llegan (Anna Wallace). De pronto dirigen su irritación contra el pobre Mountbatten, muy calladito, ocupado con su sopa, acusándolo de haber convertido a Carlitos en un Casanova. Él se hace el de las chacras y todo se olvida cuando mencionan a Lady Sarah Spencer, a quien la familia en pleno parece aprobar.



A ver, entonces estamos en 1977. Carlos y Amanda, ahora en la universidad, siguen pasando tiempo juntos. Hay fotos de ambos en las Bahamas junto a Dickie Mountbatten. Su Señoría no puede estar más contento cuando su nieto adoptivo le escribe alabando a Amanda “cariñosa y leal” …y dotada de “un glorioso sentido del humor”.

Según se rumora, Felipe no está descontento con tener otra Mountbatten en la familia, pero callan porque saben que la mayor enemiga de esa unión será la Reina Madre que sigue viendo a los Battenberg como advenedizos y peor aún, alemanes. Carlos adora a su abuela y ella tiene una gran influencia sobre el Príncipe.

Sin embargo, la Reina Madre no es tonta y tiene más “pajaritos” que Varys para informarla. De acuerdo con Buckingham Babylon de Peter Feardon, la madre de la reina ha confiado en su dama y amiga, Lady Fermoy, quien ha postulado a dos de sus nietas como futuras consortes. Es por eso por lo que en la serie todos los parientes de Carlos parecen encantados con el prospecto que Lady Sarah Spencer (“Johnny’s Girl”) sea parte de la familia.



Es obvio que nadie (quizás ni Lady Fermoy) saben que Sarah es lo que entonces se conocía como “promiscua”; anoréxica y alcohólica. Todo lo que importa es que es de pedigrí aristocrático, descendiente de Carlos II, y no es una Battenberg.

Diana Obsesionada, Traumatizada y Manipuladora

La serie entonces salta a ese primer encuentro tan de novela rosa. No me malinterpreten, me encantó, pero precisamente porque lo he visto en una docena de filmes, leído en docena de novelas sentimentales e incluso yo misma he escrito escenas parecidas. La colegiala, todavía no presentada en sociedad, tiene ese encuentro imprevisto con un hombre maduro importante del que se enamora a primera vista.



Sarah le explica a Carlos que el encuentro no ha sido accidental, que Diana “estaba obsesionada” con conocer al Heredero de la Corona. Ahí revela algo interesante. Peter Morgan parece estar del lado de Diana. No es así. Él está del lado de todo lo que desprestigie a la monarquía. Y lo que hace al final de la escena es retratar a Diana como manipuladora. Alguien que lo ha orquestado todo, esa aparición impromptu  sin preocuparle que Carlos pretenda a su hermana

El segundo encuentro entre ambos también es un poco ficticio. De regreso de Badminton, Carlos se encuentra con Diana que se le cruza ante el carro y lo saluda. ¿Qué hace Lady Di ahí?  Es casi un descampado donde han instalado un tiovivo. ¿Trabaja en esa feria? ¿Va a comprar el pan? ¿Anda de stalker? ¿O acaso vende flores a la vera del camino?  Para Carlos es un hada que le tae palabras de consuelo por el fallecimiento de tío Dickie



Otra escena, que jamás sucedió es la de Charles llamando a Sarah, a punto ella de casarse, para pedir detalles sobre su hermanita. Esto después de un extraño encuentro (que nunca tuvo lugar) en la carretera. Me gusta esta escena porque Carlos es un villano total. Solo le falta atusarse el bigote.

Hay cincuenta personas a las que el príncipe puede consultar sobre hábitos y vida de Lady Diana Spencer. Llamar a la ex es solo para refregarle en la cara lo que desperdició y ahora será de su hermanita. Sarah cae en la trampa, llena de celos le cuenta que Diana coquetea con los padres de los alumnos, que la tiene limpiando su inodoro, y que siempre se ha creído destinada a un destino grandioso por eso en casa la apodan “Duquesa”.



Para Carlos la llamada es un éxito. saber a Diana considerada atractiva por otros hombres lo enorgullece, nota que es Cenicienta maltratada por sus hermanas mayores, eso lo hace sentirse protector y lo de “Duquesa” presagia que Diana puede llegar a ser reina.  Es triste que no haya ocurrido tal escena, porque si Carlos hubiese sido más protector, se hubiese sentido más orgulloso de su mujer, otro gallo cantaría. Diana sufría de muchos trastornos, traía un bagaje de traumas infantiles y, en sus propias palabras, era muy inmadura. Pero Carlos también tuvo mucha culpa en el fracaso de su matrimonio.

Después de la visión de Morgan, vale la de la Princesa misma contada en esos casetes que grabó en 1992 y que han servido de base para el documental “Diana: In Her Own Words”.  Puesto que sus dos abuelas eran damas de la Reina Madre, los Niños Spencer hacían visitas anuales a la Residencia Real de Sandringham. Diana recuerda que odiaba esas visitas porque siempre los hacían ver el mismo filme “Chitty Chitty Bang Bang” de Disney. Debido a la diferencia de edad, Diana nunca conoció a Carlos, en cambio jugaba con Andrés y Eduardo.


     Lady Diana Spencer en su infancia

Su primer encuentro fue en 1977, cuando Sarah llevó a Carlos a pasar uno de esos famosos country house weekends en Althorp, la residencia de los Spencer. Se vieron por primera vez en una cacería. Siendo Diana una colegiala no tena mucho que aportar al Huésped Real, pero ocurrió algo especial. Después de la cena, Carlos le pidió a la más pequeña de las Spencer que le diera un tour por la galería pictórica de la mansión.

Años más tarde, en una entrevista a la BBC, Carlos recordaría que Diana lo impresionó por ser “una chica alegre y llena de vida”. En cambio, Diana lo recordaría como un hombre “triste”. Puesto que Carlos andaba de romance con Sarah parece contradictorio que se viese “triste” y puede ser una apreciación típica de la imaginación soñadora de Diana. Sarah no hacía feliz al Príncipe, solo Diana podía hacerlo.

Esto coincide con lo dicho por Tina Brown en The Diana Chronicles que, en una excursión de esquí en los Alpes, Diana les anunció a sus amigas que algún día se casaría con Carlos (¡!!) porque “es el único hombre en Inglaterra que no puede divorciarse de mi”.  Aquí entra en juego el trauma infantil de Diana provocado por el divorcio de sus padres. La madre de Diana, al irse con otro hombre, perdió custodia de sus hijos. Diana siempre vio esos hechos como un abandono por parte de su madre. Cuando su padre se casó con una mujer que Diana detestaba, la futura princesa de nuevo se sintió abandonada.

 Lady Di leyendo las novelas de su "abuelastra"Barbara Cartland.

Una obsesión de Diana era que no se repitiese en ella la historia de sus padres. Mas allá de sentirse poco importante o inadecuada, estaba el terror de ser rechazada por su marido. Diana nunca quiso un divorcio. Ella misma dice en sus grabaciones que quería una separación amigable, que Carlos se fuese con “su dama” (Camilla), y la dejase a ella con el título de Princesa de Gales y con la custodia de Guillermo. Diana quería encargarse personalmente de la educación del heredero al trono. La ironía es que ella misma precipitó ese divorcio.

Después de ese fin de semana y del aparatoso rompimiento de Carlos y Sarah, Diana no tuvo más oportunidades de ver a su futuro marido. Sin embargo, tanto Sarah como Diana fueron invitadas al trigésimo cumpleaños del Príncipe Carlos “¿Por qué Diana?” preguntó Sarah. La respuesta es que las abuelas conspiradoras ya estaban intentando poner a Lady Di en el camino del Príncipe.


Lady Di en la epoca de su primer encuentro con el Príncipe Carlos

La Versión de la Princesa

Es posible que ellas estuviesen también detrás de la invitación de Diana al fin de semana en la mansión de los De Plass. Según Diana, Philip de Plass la llamó y le pidió que viniera “para alegrar al Príncipe”. Aparentemente Carlos andaba triste en esos días. Diana cuenta que estando a solas, él le habló de lo doloroso que había sido para él la pérdida de “su amigo Mountbatten” y el rompimiento “con su novia”. Dos aseveraciones que se prestan a ser interpretadas. ¿Por “novia” Carlos se refería a Anna Wallace o a la Prima Amanda?

Pregunto, porque Diana nunca pudo pasar a Amanda y cuando la nieta de Mountbatten se casó en 1987, Diana se rehusó a acompañar a su marido. ¿Sería porque pensaba que ver a Amanda le recordaría Carlos la posibilidad de haberse casado con una mujer “más adecuada” (léase más centrada, paciente, menos conflictiva)?

Lo de “su amigo Mountbatten” también me descolocó es imposible que Diana no supiese que Dickie era tío abuelo de Carlos y la figura paterna más importante en la vida del Príncipe de Gales. Ese es un punto en contra de las grabaciones. Primero que dan un visión subjetiva.

  Lady Di en 1980, cuando comenzó a salir con el Príncipe de Gales

Segundo, que no es una entrevista formal. El propósito principal de las cintas era que el instructor de Diana, Peter Settelen, lo consideraba un buen ejercicio para que la Princesa mejorase su expresión vocal pública. Tercero, Diana recuerda de manera descuidada sucesos que ocurrieron hace una década y que ella percibe a través de un cristal opacado por rencor, tristeza y humillación. Por tal razón, ella se contradice contantemente y se refiere a su marido y todo lo relacionado con el de manera tan displicente.

La reacción de Carlos (según Dian) a sus muestras de simpatía también fue estrambótica. Aparéntemente,  el futuro rey se abalanzó sobre la adolescente y comenzó a besarla con pasión. Gesto que, en vez de agradar a Diana, la hizo sentirse incomoda. En sus propias palabras, ella nunca había tenido novio ni enamorado formal o informal (se estaba guardando para ese hombre importante que había idealizado en su mente) y no sabía cómo manejar las cosas. El hecho es que juiciosamente se rehusó a acompañarlo a su residencia de Buckingham Palace.

Sin embargo, aceptó ir al yate privado de la Familia Real para la Semana de Cowes (agosto 1980) porque habría otras personas. Diana fue muy juiciosa en sus encuentros con el príncipe antes del compromiso, 13 según su memoria (el resto fueron charlas telefónicas). Siempre se encontraban en sitios públicos o donde habían otros presente. Nunca hicieron nada que pusiese en peligro su reputación.



Contrasta este comportamiento maduro y discreto con las decisiones impulsivas, torpes e insensatas que tomaría una década más tarde. Asombra ver lo cuidadosa que era la futura princesa que en sus propias palabras ya estaba enamoradísima. Claramente quería evitar los errores de su hermana y de otras “novias” de Carlitos. Tampoco es que fuese calculadora.  Simplemente es como nos educaban a las “niñas bien” de entonces (La Princesa era dos años menor que Servidora). Diana tenía muy claro su objetivo en la vida, casarse con el hombre soñado y, en ese momento, ese individuo se llamaba Charlie Windsor.

Suena extraño cuando amigos, e incluso parientes definen a Lady Di como “una mujer determinada”. Choca esa imagen con la que ella se construyó de “la virgen sacrificada” y “el corderito rumbo al matadero”. Inclusive en el punto en que Diana se sintió atrapada, superada, incapaz de hallar soluciones a sus problemas, fue perfectamente capaz de tomar decisiones, aunque fuesen las peores. Algo para tener en mente cuando se observa este mamarracho que ha construido Peter Morgan. Diana Spencer era un ser fascinante, muy compleja, no esté espantapájaros que Emma Corrin insiste en interpretar y que es nada más que la última carta de los anti monarquistas.



12 comentarios:

  1. Hola Male:

    A mí me gustó bastante la temporada, aunque sé que muchos hechos son ficción.
    Estoy de acuerdo en lo que dices de la princesa Anne, te dicen que está casada y que no es feliz. Pero yo me la pasé toda la temporada preguntándome si había tenido hijos. Mi mamá me decía que sí, porque ella tiene más claridad en los hechos y fue bastante wtf que no los mostraran.
    Yo siempre he tenido esa imagen de Diana mártir, y de todo lo que sufrió, por la gran cantidad de documentales que hay del tema. Pero me gustaría saber si los Windsor la ignoraban tanto como se muestra en uno de los capítulos (no sé si has llegado ahí).

    No sé en qué capítulo pasa cada cosa, así que mejor lo dejo hasta aquí para no hacer spoiler.

    Interesante el relato de las otras novias.

    Espero por más.

    Saludos!

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    1. Querida Reina/Gatita Any, doble gracias. Una por pasar directamente al blog, otra porque estas entradas son para satisfacer a la media docena de Crownies que querían conocer mi opinión y tu vas a la cabeza. Yo sé que tal que Reino de Fabulas era Reino de GOT, este blog es para Crownies.
      Como Diana friki quise hacer un viaje por cada episodio tratando de desenredar de la maraña antimonárquica de Morgan, a la verdadera Diana, más allá de documentales copuchentos que tal como The Crown solo buscan usarla para sus oscuros intereses. Diana fue una mujer muy desdichada, victima de sus neurosis y de sus malas decisiones, la primera casarse con una figura publica bajo expectativas falsas. Yo no la llamaría mártir. Si fuera por esas, Melania Trump es una mártir. Si tuviera que escoger una mártir seria Isabel II que lo ha sacrificado todo en su vida personal y ha obtenido tan pocas satisfacciones y la serie nos lo ha mostrado desde el primer cap.
      Diana no es una mártir porque nadie la obligó a casarse, porque sabia perfectamente que ser parte de la familia real no era nada agradable, porque ni siquiera estaba segura de que Carlos la amase, porque sabia cero sobre el que iba ser su marido y ni intento saber más. No exonero a Carlos que fue un patán egoísta (y a el si lo obligaron a casarse), pero ni le pegó a su mujer, ni la violó, ni le robó su dinero, así que dejemos de pensar en Diana como si fuera Sansa Stark, solo así comprenderemos la magnitud de su tragedia. YO no la culpo, ni la desprecio, pero tampoco la pongo en un altar.
      Uff antes de Diana, yo fui Ana friki. Tuvo una carrera ‘real” muy interesante y si, se demoró en tener guagüitas, pero Peter, el primer nieto de la Reina nació en 1978 y Zara en 1981, un par de mes antes de la Boda de Carlos. Ana los menciona en el cuarto capitulo “Mark esta bien! ¡Los niños están bien!” Morgan ha dicho que el solo se ha enfocado en “hechos importantes”, pero sus elecciones han sido bien subjetivas. ES lo que le importa a su agenda, lo que considera digno de mostrar.
      Sobre tu pregunta, no, no la ignoraban lo que pasa es que (y esto ocurriría en una familia normal) si tienes una parienta con problemas maritales y a cada rato hace escándalos o viene a lloriquearte, ya cansa. Todos en esa familia están muy ocupados y tienen sus propios problemas. Cada uno trató de ayudar como pudo y al final se cansaron. Si tuvieras una cunada, una tía, una prima que te llamara cada rato con sus problemas, que tratara de suicidarse a cada rato, que anduviera vomitándote encima y mas encima no oyese tus consejos y nunca aceptara la más mínima responsabilidad por sus actos, ¿no te caería como pata’ en la guata?
      Claro que va a haber mas y no tengas miedo a los spoilers. Después de todo, estos son hechos archiconocidos, lo desconocido son las alteraciones históricas de Morgan

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  2. Desde FB de Ray Badilla
    Me pareció aburrida, soporífera y sin sentido. Nada que ver con la realidad. Es pura ficción. La actuación de Anderson como Margaret es una caricatura y ofensivamente ridícula.

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    1. Ray Badilla Te habrás fijado que aunque la Baronesa sale en este primer cap. no la menciono. Parece un muppet de Plaza Sesamo. Que nunca han visto footage de la Primer Ministro? . Pero Meryl Streep tambien la convirtió en caricatura. La unica que la ha retratado bien fue Lindsay Duncan en "Margaret". Sobre la serie solo llevo 3 caps. vistos, mas que tonta, me parece peligrosa.

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    2. De Ray Badilla
      María Elena Venant “Margaret” no la he visto, la buscaré a ver que tal. Gracias por el dato. Qué opinas que el gobierno del Reino Unido solicita que Netflix aclare a los espectadores que la serie es un producto de ficción?

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    3. Ray Badilla Que son ingenuos. Netflix se les ha reido en la cara. Tanto Netflix como Peter Morgan aplauden esta vision tan, tan.... negativa de la Familia Real porque les conviene a su agenda anti monarquica.

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  3. Esto va a ser largo…
    Hola Malena! Ha pasado bastante y es que estoy hasta el cuello de pruebas y apenas he tenido tiempo. Hace poco terminé un parcial y estoy al borde de reprobar una materia. Antes que termine el año tengo proyectos que terminar y ahora me hago un tiempito para leer y escribirte.
    La temporada estuvo entretenida para mí, pero hay cosas que son para la risa. Vi también el documental de Diana: Her Own Words y siempre he sentido sospechas con algunas cosas que dice, en especial respecto a lo de la bulimia. Nunca me creí que fuese de Carlos la culpa, como dices, Diana venía dañada, hay que solo ojear a Sarah Spencer con su anorexia y alcoholismo. También cuenta que tuvo un ataque de bulimia antes de la boda, estando con su hermana que lo tomó todo a broma. Diana, “la complicada”, venía de mucho antes y molesta que The Crown parezca culpar de ello a que la familia real fuese distante.
    Diana tuvo mucha ayuda. Tuvo psicólogos, psiquiatras, todo a costa de la familia real, incluso la reina y el marido hablaron con ellos. No sé, pero cuando se trata de problemas de pareja lo que menos uno busca es que los suegros se metan, y aún así ellos se comportaron con diplomacia. Algo que sí me gustó de The Crown fue esa complicidad que muestran Felipe y Diana, al menos lo poco que nos mostraron interactuar (luego pasa algo que uno se queda contrariado porque en The Crown los personajes pasan de ser A, a ser Z en una misma escena).
    La serie tampoco es que te muestre el pasado de Diana para entender cómo es, como pasó con Carlos. Sabemos que Diana necesita una familia, que tiene una hermana y una abuela, pero de toda la culpa de su inestabilidad hacen que esta recaiga en la familia real, sin considerar que su familia original la dejó a la deriva, enterándose años después de todo, para entonces regañar a Diana sin ofrecerle ningún apoyo y luego de muerta sacarle provecho a su legado. La serie algo nos muestra, que lo que más le hizo falta a ella fue su madre y la busca en Isabel, aunque su madre sí estaba viva y tuvieron contacto inclusive durante el matrimonio de Diana y posteriormente también, a pesar que llamaba a su hija solo para decirle cosas terribles.
    Hay cosas graves de Diana, cosas que hizo, que podrían haber también haberle dado un giro de tuerca para empatizar con ella, como cuando se tiró por las escaleras estando embarazada con la reina presente o cuando se hacía cortes en el cuerpo frente a Carlos (según ella). Al menos yo no puedo empatizar con estas cosas, a mí me parecen actos de chantaje y manipulación horribles a una pareja si son verdad (y eso que he leído a gente que justifica que Diana hiciese eso y otras cosas como amenazar de muerte a las niñeras de sus hijos por celos), y si son mentiras vaya cuento que se armó, pero eran situaciones que le hubiesen dado matiz a Diana. Incluso hasta como recurso artístico poner la ambigüedad que pasen estas cosas pero que te quede la duda si es efecto de la mente de Diana o la realidad (sería algo medio shakespeareano si recurrimos a Hamlet, con lo teatrero que es Carlos), ya que está de moda el gaslighting…
    Yo sé lo difícil que puede ser tratar la salud mental, pero se perdieron una gran oportunidad de hablar de cosas importantes. Los trastornos alimenticios son un tema serio, y no basta con solo poner un aviso previo a un episodio, si los vas a tocar hazlo bien.
    Por otro lado, hay cosas que sí me gustaron aunque puede que a otros no y es que NUNCA CARLOS Y DIANA SE BESAN EN LA SERIE. Al principio hay química y hay una escena en la que uno intuye que tuvieron relaciones, pero nada que ver con lo que tienen Carlos y Camilla, aunque parecen más amigos con ventaja en general, porque los que más química tienen en pantalla son Isabel y Felipe, que mayores y todo te dejan implícito que existe todavía deseo y más aún complicidad.
    Diana fue una víctima, pero a la gente le cuesta asumir que las víctimas igual son humanas, y tienen derecho a ser buenas o malas personas, a hacer buenas o malas cosas. Las víctimas no son santas.

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    1. Gatita Geni, pensando en Uds. Mis Gatos Crownies del Polo Sur, es que quiero hacer la discusión de esta temporada, tan díscola y chanta, un deporte veraniego. A ver si podemos encontrar un punto medio entre las alucinaciones y falsedades de gente que ha lucrado a costa del desprestigio de la corona y de la tragedia de Diana.
      Voy a tratar de responderte algunos puntos, no todos porque si no me quedo sin tema y me faltan 9 episodios (de los que he visto cuatro, pero tengo una idea de que van los demás).
      Lo primero, lo principal, lo primordial para acercarse al caso Diana es saber que era una niña enferma. Mas allá de ser una romántica al cubo (como lo era servidora a esa edad) más allá de una inmadurez tal vez mayor que la mayoría de las lolas de 20 de su época, traía traumas, traía conductas compulsivas y una bulimia no diagnosticada porque el mundo vino a caer que existía esa pandemia a mediados de los 80 (recién en 1979, Gerald Russell le dio nombre).
      Todos esos problemas aumentaron ante las responsabilidades que conlleva casarse on el heredero al trono. responsabilidades más que conocidas. la Queen Mom rechazó dos veces las propuestas de matrimonio del Duque de York (lo mismo haría Kate Middleton en este siglo), Amanda Knatchbull reconoció que ella no iba soportar vivir a la luz pública. dicen que hasta la duquesa de Windsor no tenía ganas de ser reina. Solo Diana con esa incapacidad d ver la realidad aceptó, creyendo que iba ser una princesa de Disney y olvidando que en los cuentos de hadas las que más sufren son las princesas.
      No soy siquiatra, pero he tenido alumnas con trastornos alimenticios. Sin tratamiento, son descontroladas totales, eso las hace mentirosas y manipuladoras. Es su único modo de ejercer un poquito de control sobre sus vidas. Además, exigen atención positiva constante. En uno de esos documentales con los que Paul Burrell se ha hecho la America a costa de su patrona dice que Diana “solo quería ser amada”. El problema de la Princesa es que por amor ella entendía atención y aprobación constantes. La grandeza de Diana fue encontrar esa atención/aprobación en masas de personas, sobre todo grupos de excluidos, a los que les tendió una mano. ¿Pero qué hubiera pasado si la opinión pública se hubiese vuelto en contra de ella?
      Mencionas sus aparatosos intentos de suicidio, aunque son parte del cuadro de ansiedad/bulimia de la Princesa, Sally Badell Smith los ha atribuido a un trastorno limite de personalidad. Como no es psiquiatra, se la ha criticado por sacarse de la manga un diagnostico mas grave. Pero cuando uno observa los últimos años de Diana sus ataques de ansiedad, el caos que reinaba en sus relaciones, sus decisiones impulsivas y su manía de persecución, si puede haber algo más, sobre todo porque la misma Diana no se ayudaba. Tu has mencionado que tanto Carlos como su familia le buscaron ayuda, pero cada vez que un medico le daba un consejo que la molestaba, Diana no solo no lo seguía, sino que lo rechazaba argumentando que la trataban como “loca” cuando lo cierto es que era una persona enferma. Además, se rehusaba a tomar los fármacos recetados, yo entiendo ese miedo a los medicamentos, pero tampoco se puede estar sin tratamiento. Eso la colocaba en una situación muy vulnerable donde ella se hacía daño a sí misma.
      Eventualmente Diana encontró un médico que le gustó, uno que no le echaba la culpa de nada y ahí dice que se sintió “curada”tl como dice que superó la bulimia. Como toda adicción, la bulimia no se supera jamás, y el que Diana se autotorgase un diagnostico positivo es muy decidir de que ni entendía ni era capaz de controlar el mal que la afligía

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  4. Sigo acá...
    En Twitter aparecieron un montón de nuevos crownies, era de esperarse con esta nueva temporada, allí he hablado con mucha gente (aunque la mayoría se ha creído todo lo de la serie). Sobre Thatcher, ya que arriba dijiste que no había problemas con los spoilers, quiero hablar de algo respecto a una escena de The Crown que a mi me mosqueó mucho:
    La Thatcher histórica no me cae bien, pero la movida de 48 contra 1 me pareció magistral, digno juego mental político de GOT. Al menos a mí me llegó a dar admiración. Pero lo que pasó en el último capítulo, que a muchos les pareció una escena conmovedora que Isabel le haya dado a Margaret la Orden del Mérito a mí me pareció más una humillación. La tipa se pasó toda la temporada diciendo que todo lo había conseguido por su propio esfuerzo, aún siendo mujer, estando en desventaja, y juzgando a quienes no hiciesen lo mismo, y que la Reina, que según el lo que te muestra la serie le hizo la contraria en todo le diese ese reconocimiento casi como si fuese un premio de consuelo es una vergüenza. Solo así justifico la cara que le hicieron poner a Gillian Anderson, porque de gratitud nada, fue la burla final. Es obvio que la temporada que venga cuando venga Tony Blair, Peter Morgan le va a celebrar todo.

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    1. Esos Crownies amateurs me tienen hasta la coronilla. Primero parece que fueran cabros chicos que no ven más allá y sus narices, luego parece que llegaron recién a la fiesta y no saben que desde la Temporada 1 que nos han mostrado lo difícil que ha sido para Isabel y Felipe asumir sus cargos, ¿Por qué, entonces, creer que no entienden o que son menos desdichados que Diana que recién llega lloriqueando (un poco menos que Meghan)?
      Por otro lado, esta ese descuido tan feo que notaste que los personajes cambian de una temporada a la otra, incluso Felipe comienza este cuento como un borracho envidioso, sigue como El Suegro del Año y acaba como Villano Bond. Y los Crownies novatos se creen todas estas leseras, porque pareciera que les implantaron un chip que les impide discernir. Así que para ellos Philip es asesino serial, Andrés es un pedófilo, la Reina es reptiliana, Carlos es un weón a la vela, y la Queen Mom una mafiosa.
      En la Argentina, La Thatcher es La Bruja Mala del Oeste por lo de las Malvinas, y en Chile por el apoyo al Tata Pinochet, y en Inglaterra porque dejó la ca---da con la economía, aunque los conservadores juran que hizo lo contrario (sus medidas ayudaron a las empresas a surgir, pero los pobres, los inmigrantes y otras minorías se fueron a las pailas). Por eso, me es difícil hablar de ella como gobernante, porque realmente no se si hizo las cosas bien o mal. Eso si era muy inteligente, estaba chorreando virtudes que a mi me faltan y sufrió mucha discriminación porque para su propio partido era hembra y “rota”, anatemas ambos para los Tories.

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  5. PD: Hay algo que hablamos unos chicos en Twitter y es que, como dices, queda esa idea de que Diana es manipuladora desde el comienzo. El episodio de Balmoral (que usa el recurso del ciervo como The Queen) Diana parece el ciervo para el matadero, pero ella también está al acecho de todos, ni siquiera sabemos a nombre de quién quedó la presa. Aparenta pasarla bien en el campo, pero episodios después te la muestra infeliz viviendo afuera de la ciudad con Carlos, extrañando Londres. Que Diana parezca como un hada disfrazada nos mostraría cómo ella sabe disfrazar bien las cosas cuando se lo propone.

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    1. Algo admirable en Diana fue ese objetivo vital que tuvo desde el inicio de su adolescencia y que contrasta de manera tan rara, con esa imagen promulgada por ella misma, de virgen sacrificada, corderito inocente, ya me dan ganas de vomitar a mi….Su objetivo (y Dame Barbara Cartland se culpó porque sus novelas eran todo lo que Diana leía) era ser una heroína de un Regency Romance, que iba a buscar, encontrar y capturar a” un hombre importante” que la iba a guiar, proteger y adorar las 24 horas del día. Que nunca la iba a abandonar ni rechazar. No se le ocurrió que un hombre importante iba a trabajar, a tener otras obligaciones, y la iba a convertir en una mujer importante.
      Aunque si la imagino tendiendo una red alrededor de Carlos (el también tendió la suya), hubo dos descuidos graves en su plan maestro. Nunca se interesó en saber que les gustaba a Carlos, o que obligaciones tendría como esposa de una figura pública. ¿Era tonta? ¿Floja? ¿O realmente estos planes que le funcionaron nacían de una mente desequilibrada?
      Mucha suerte en tus proyectos de fin de curso, tus examenes, ect. Les voy a dar una semana de vacaciones y D-s mediante, la semana de Navidad vuelvo a la carga con The Crown. Un gran abrazo.

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