Estamos a la
espera del fin de la guerra de Ucrania y después de tres años todavía no se
entienden ni sus causas, su inicio, ni quienes eran los buenos y los malos.
Situada a comienzos del 2021, a meses del inicio del conflicto, esta
combinación de historia alternativa y drama de espionaje, hecha en Polonia, intenta
darnos una visión de la geopolítica que gobierna una zona que es un polvorín a
punto de estallar, si no haya ya estallado. A la par de las aventuras de una espía
polaca podemos reconocer el peligro del expansionismo ruso.
Ewa en Kaliningrado
El título en
polaco es Przesmyk (Istmo) y se refiere al Corredor Suwalski entre tres
países, Rusia, Polonia y Bielorrusia, punto estratégico para una invasión rusa
a Polonia y de ahí a Europa. La serie inicia con una fiesta en Kaliningrado. Se celebran
las bodas de oro del Matrimonio Sorokin, importantes físicos nucleares. El
invitado especial es Nikolai, su hijo, un playboy que ha venido a presentar a
su última conquista a sus padres. Yulia Petrova es muy bien recibida, pero a
solas “su suegra” le advierte que nunca será importante para su hijo, será una más
de la lista. Sus ojos no deben llorar por él.
Tamara Sorokina
se equivoca, Yulia no es una más. Se trata de Ewa, una espía, infiltrada por el
servicio de inteligencia polaco para que reemplace los lentes de la física
nuclear con unos que contienen cámara y micrófono. Nikolái sorprende a su novia
cuando ella está en el escritorio de su madre. Ve los anteojos, adivina de que
se trata y le da una brutal paliza. Ewa consigue matarlo, dejar todo como si se tratase de un suicidio e
instalar, antes de huir, los lentes espías.
De regreso a Polonia,
Ewa sufre un aborto y pierde al hijo de Skiner, su colega y pareja. En el
hospital, deben practicarle una cirugía
que la deja imposibilitada de tener más hijos. Deprimida, va a convalecer en
casa de su única pariente, su hermana que no está muy feliz de verla.
Entretanto, ha
ocurrido un problema diplomático. Maria Niedzwiecka, consulesa polaca en Minsk se ha suicidado, sin
motivo aparente y en pleno cumpleaños de su hijita. El servicio de inteligencia
envía a Skiner a Bielorrusia a investigar el caso y descubrir a un traidor en
la embajada. Apenas llega a Minsk, Skiner es atrapado por la policía secreta.
Ewa deberá dejar su retiro y viajar a Belarus a salvar a su pareja.
Ewa en Minsk
Ewa llega a Minsk
a ocupar el puesto de la suicida y recibe una fría bienvenida de parte de la
desconfiada jefa de seguridad que le advierte de los peligros de la ciudad. Otro
que le hace la misma advertencia es el chofer que le asignan quien le cuenta
que todos los días desaparecen personas en esa ciudad, secuestradas por las
fuerzas del General Koslov.
Ewa hace amistad
con el viudo Pawel Niedzwiecki, lo droga y revisa su celular encontrando un
video de la consulesa teniendo sexo con su amante (cuyo rostro no se ve). Llega
a la conclusión de que el suicidio fue motivado por chantaje. Entremedio, Ewa
debe asistir a eventos como uno en una organización que ayuda a los inmigrantes
polacos y que honra a Jan Drawicz.
Ya conocíamos a
este joven de mirada asustada cuando formaba parte de un grupo de presos
polacos intercambiados por espías rusos, justamente en el Paso Suwalski. Los
rusos, felices de recuperar a su agente estrella, Skopintsev, se han vuelto
generosos, pero súbitamente Drawicz se devuelve. Prefiere quedarse en Minsk, no
quiere abandonar a su mujer que está embarazada.
El servicio
secreto polaco intenta negociar para que les devuelvan a Skiner (que está
siendo brutalmente torturado), pero Kozlov, burlón, exige que por un hombre, los polacos le cedan nada menos
que el Corredor Suwalski. Ewa descubre que en el Toledo, un conocido hotel de Minsk, se prepara una
fiesta a la que asistirán el coronel Kozlov y varios dirigentes de la KGB. Su
jefe le ordena que se concentre en la misión que le han encargado, pero Ewa
desobedece.
Ewa en el
Toledo
La espía se pone
un pedazo de vestido, pupilentes y una peluca corta de cabello oscuro y se va a
la fiesta. En el bar coquetea con un
ruso y le roba la tarjeta con la que puede subir a los tres pisos que los de
las fuerzas de seguridad han requisado. Su primera sorpresa es ver que Drawicz está
trabajando de camarero. Vemos que lo ha reclutado Skopintsev quien se acerca al
general Kozlov. Quiere agradecerle haberlo intercambiado, pero le deja caer una
pulla por su demora en hacerlo.
Nos damos cuenta
de que busca venganza. También se da cuenta Ewa que sigue al ruso y a sus hombres cuando escoltan
a Drawicz al garaje. Ewa es testigo (y filma) cuando Skopintsev asesina al
polaco. Muy agitada, Ewa abandona el Hotel Toledo justo cuando estalla una
bomba que destruye el salón donde trascurre la fiesta.
Todo esto ocurre
en un muy dinámico Episodio 2 donde se alternan las pesquisas de Ewa, con
escenas de la tortura de su amante; Jan filmando un video-despedida para su
hija y explicando los motivos que lo llevaron a plantar la bomba; y el funeral
de Nikolái Sorokin. Tamara Sorokina no tiene paz desde la muerte de su hijo.
Menos cuando halla en la alfombra de su escritorio los restos de sus antiguas
gafas.
La física parte a
Riga, capital de Letonia, para investigar el pasado de la última conquista de Nikolai.
Descubre que existió una “Yulia Petrova”, que se graduó en literatura, pero su
foto no se parece en nada a la mujer que le presentó su hijo. Se da cuenta que
era una infiltrada. Decide no contactar a la KGB, solo investigar por su cuenta
y se deshace de los anteojos-espías
El gobierno
polaco y sus servicios de inteligencia tienen otro problema. Apenas ocurrido el
atentado, en los canales de televisión bielorrusos aparece el testamento de Darwicz
culpándose de la bomba y presentándose como un terrorista que quiere vengar el
honor patrio polaco. Para colmo, Skopintsev ha llevado el cadáver del polaco de
regreso a la zona del crimen y atado la bomba a su cuerpo. Han muerto la
mayoría de los asistentes incluyendo el general Kozlov. Skopintsev finge su
propia muerte.
Ewa Atiende un
Parto
Cuando María ve
el discurso de su esposo en la televisión, sabe que vendrán por ella. Cuando llega
un hombre de Skopintsev, lo mata con un mazo de los que se usan para ablandar
la carne. Entretanto Ewa alcanza a llegar a una casa-refugio donde vuelve a
disfrazarse de consulesa y parte a casa de María. La encuentra al lado de un
cadáver. María le cuenta la verdad, el
grupo de Skopintsev amenazó con matarla a ella y a su hija si su marido no
colaboraba. Ellos forzaron a Jan Drawiski a grabar ese discurso con el que
esperan tener una excusa para invadir Polonia.
Llega Tadeuz Leminski
, el presidente de una organización que ayuda a los polacos. Detrás viene la
policía. Leminski entretiene a los policías que lo arrestan. Esto da la
oportunidad a Ewa y María de huir, pero tanta agitación adelanta el parto de la
esposa de Jan Drawicz. Ewa es la partera y ayuda a traer al mundo a la bebita. Después
consigue que un camionero, que conoce rutas secretas, lleve a María y su hija
de regreso a Polonia.
A pesar de que el
jefe de Ewa está furioso por su desobediencia, se calma cuando ella le pasa la
evidencia grabada del asesinato de Drawicz y la confesión de la viuda. Cuando
el embajador ruso viene a exigirle cuentas al presidente polaco, se encuentra
con el jefe del servicio de inteligencia que ya sabe del macabro teatrito
montado con la intención de excusar una guerra. Lo amenaza: u olvida su plan o
este será expuesto a los medios extranjeros.
Entretanto, Ewa
ha vuelto a ser una diplomática y regresa a la embajada. Casi no llega porque
su automóvil es atrapado en una protesta antipolaca. Los gobiernos sabrán que
el atentado del Hotel Toledo fue una farsa, el pueblo no y se presenta ante el
edificio exigiendo la expulsión de todos los polacos de su país. Ahí me di
cuenta del porque las protestas no sirven hoy en día y terminan haciendo más daño
que bien. Los manifestantes no saben realmente porque protestan y suelen estar
motivados por supuestas verdades que, al final, no son ciertas.
A pie, y librándose
de ser linchada, Ewa llega a la embajada donde la espera Helena, la jefa de
seguridad, que siempre ha sospechado que la nueva consulesa es una espía. Ha
registrado el cuarto de Ewa solo encontrando un coqueto vibrador rosado. Acusa
a la diplomática de tener un amante en la embajada, pero ese es un problema
menor. La embajada está semi sitiada, reciben llamadas de amenazas, los manifestantes
apedrean el edificio, y descubren que el agua embotellada viene envenenada.
Ewa no aguanta más
y se marcha al refugio. Hasta ahí llega Skiner malherido. La muerte de Kozlov
le dio la oportunidad de huir. Ahora Ewa se enfrentará a dos problemas. ¿Puede
confiar en su amante si todo indica ( es lo que creen sus superiores) que
Skiner se ha convertido en un delator? Por otro lado, Tamara Sorokina ha encontrado
una pista sobre la identidad de la espía y entra en Polonia a buscar a la única
familia de Ewa, quien se verá atacada por todos los flancos y sin nadie en
quien confiar.
La serie es un
excelente cuento de espionaje, bien actuado y bien narrado que ocurre en varios
puntos de la Europa del Este. Lena Gora no es bonita, pero me impresionó en Kroll y me encanta verla en este rol tan multifacético.
Para quienes puedan ver Max y gusten de este género de espionaje, la recomiendo
totalmente.
Contenido Violento o Gory: En el primer capítulo vemos a Yulia/Ewa ser víctima de una pateadura que la deja estéril. En el segundo episodio vemos una horrenda escena de Skiner torturado.
Contenido sexual
y Desnudos: Primer
episodio, antes de descubrir que es una espía, Nikolai tiene sexo con Yulia arriba
del escritorio de su madre. Más adelante vemos a Ewa en varios desnudos
teniendo sexo con Skiner.
Factor
Feminista: Sin ser una
historia de una super espía tipo Atomic Bomb, Eastern Gate está
enfocada desde la perspectiva de una mujer que quiere servir a su patria, pero
cae en una red de hombres malos, incluso los que están de su lado.
Dicho esto, me encanta
el toque “Emma Peel” que le han impuesto al personaje de Ewa. Su capacidad para
adoptar nuevas identidades, sus disfraces, hasta el modo en que cambia la voz. Muy
diferente Yulia de cabellos largos y vestido de diseñador de la Ewa enlutada en
jeans sin una gota de maquillaje que pasa a la sobria elegancia de una diplomática,
pero con peluca, pupilentes y micro mini se convierte en una zorrita que se
infiltra en una fiesta de la KGB.
Sin embargo, lo
que más me ha impresionado de La Frontera del Este (como se llama en
castellano) es un tema ausente en las series woke: la maternidad. Tenemos
ejemplos del poder maternal que supera el deber como en el caso de Sorokina
empeñada en encontrar y castigar a la asesina de su hijo o la de María dispuesta
a matar para salvar a su bebé, hasta el abandono de esos lazos con la consulesa
que se suicida en el cumpleaños de su hijita o el de la hermana de Ewa que
empuja ,con sus regaños, a su hijo fuera del hogar.
Donde más entra
la maternidad en juego es en el caso de Ewa. No ha alcanzado a recuperarse del
trauma de la muerte de su hijo y de su esterilidad. Vemos su expresión
desencajada cuando María le muestra el cuarto que tiene preparado para la hija
que espera. Otro momento clave es cuando atiende el parto de María y por un
instante se rehúsa a entregarle a la niña a su madre.
Factor
Diversidad: A comienzos
del ’21 hice un seguimiento a una noticia trágica. El gobierno de Lukashenko
había expulsado a refugiados sirios obligándolos a huir a Polonia, país que no
quería recibirlos. Los refugiados quedaron atrapados en tierra de nadie en la
zona cercana al istmo. En la serie, el sobrino
de Ewa y otros chicos polacos solidarios llevan comida y ropa de abrigo a los
sirios mientras se normaliza su situación. Llega un grupo de fascistas a
golpear a los refugiados y sus rescatistas. Aparece Ewa y les da una paliza.
También vemos el
racismo que existe entre los mismos eslavos. Ewa participa en una charla donde
los Sorokin expresan la superioridad de la literatura rusa sobre la
estadounidense. En la embajada en Minsk, Ewa es informada que los bielorrusos
son “unos salvajes” y los rusos se burlan de la inferioridad de los polacos.
Viendo esta serie
durante el momento más crítico de la Guerra de Ucrania, caigo en cuenta lo
importante que es la zona como foco de una posible conflagración europea y lo poco
que sabemos de ella. En un momento los polacos dicen que no saben dónde atacará Putin
primero, si los países Bálticos, Polonia o Ucrania. Ahora sabemos dónde atacó,
la pregunta es si se le dan las concesiones que Zar Vlad ha exigido de Ucrania,
¿dónde será el próximo ataque? Los productores de esta serie han anunciado
una segunda temporada. Mientras tanto puede verse con subtítulos en HBO/MAX.
I would not want to live in Belarus, their dictator Lukashenko is the king of all monster dictators, Hungarian Orban and Serbian Vucic are little babies compared to him.
ResponderEliminarForgot to tell you that I started TEN POUND POMS. Cannot remember why you did not like it, but I watched two eps so far and found them very engaging and nice, does it go bad later on? I will probably download second season as well if it continues this good in the first season. SAS Rogue Heroes has been renewed for a third season last night.
My problem with that despicable show was the unfair and false portrait of Australians. Oz underwent a very different form of colonization than other brit colonies. White people were colonized and treated as savages. For over half a century, men, women and children were transported by force to the Antipodes in ships that emulated the conditions of slave-ships. Those who survived the month-long voyage were tossed in a savage land and sent to build some form of civilization in an open-air prison while subjected to torture and all forms of abuse. You know where the word POM stems from? Those are the letters that decorated convict’s uniforms ad stand for “Prisoner of His Majesty.”
EliminarBy the second decade of the XIX century, decent British folk were immigrating to Australia. A social division formed between these new Australians and convicts and their descendants who were looked upon as criminal elements (despite having served their sentences) and treated accordingly.
To be honest, Brits at home had nothing but contempt for Australians, regardless of their circumstances. When traveling to England, Australians found themselves called contemptuously ‘colonials”, and were butt of jokes. but Brits they found a use for Aussies, soldiering. Since the Boer War, Australians have been providing military personnel, having to cross the world to serve in conflicts that have nothing to do with them, and to be treated with disrespect. I’m watching ‘Anzac Girls” for the third time and see how British medical personnel would give humiliating treatment to Australian nurses, even those that got medals. I
t reached a point that in WWII, Australia found herself without an army to defend her territory from a Japanese invasion, because they were still assisting their Pommy masters. It was USA that helped Australia. Aussies make good soldiers. I met guys who served in Irak who tell me that an Australian soldier is worth ten POMS.
And after all, have told you, the despicable BBC dares make a miniseries that shows how mean Big Bad Australians are to the poor British immigrants?
Oh, so they switched the roles, how not surprising of Brits. But other than the horrid twisting of history, the series itself is well written, but I won't be watching second season nor promoting third after this info from you. But why are Australians showing it, it is co production between BBC and Australian Stan. Should not they look down on it over in Oz? We do remember that great old series with Russell Towey BANISHED on first criminal settlers, I loved it but did not get a second season, sadly.
EliminarCan't even peculate on the reasons to make something so offensive. Maybe it was part of the mea colpa woke..
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