Operación en
el Barrio Ingles ha sido
una sorpresa. Un viaje a un subgénero que estuvo de moda hace una década y creí
superado. En resumen, esta serie de RTVE gravita entre Tiempo entre costuras y Los Pacientes del Dr. García, sin
alcanzar la magnificencia de la primera ni la puerilidad de la última. El tema
de España durante la Segunda Guerra Mundial ha sido llevado a las librerías y a
la pantalla varias veces durante los días de la Memoria Histórica con
resultados variables.
Los mejores
ejemplos han sido series de novelas como las de Ignacio del Valle, que giran alrededor de Arturo Andrade, una de
las cuales (El tiempo de los emperadores extraños) fue llevada al cine
en el 2012 bajo el nombre de Silencio en la nieve. La siguen la serie de
Falcó de Arturo Pérez Reverte y novelas sueltas
del mismo autor como El Italiano (RTVE amenazaba con filmarla) y La
isla de la mujer dormida.
La Modista Espía
La virtud de
estas novelas es que se alejan del maniqueísmo impuesto por la Memoria Histórica
y que vemos en Los Pacientes del Doctor García que Almudena Grandes
publicaría en el 2017. Es mi tesis que aunque la Grandes había escrito otras
novelas sobre la guerra y la posguerra, esta obra―más ambiciosa y más
cosmopolita― intenta borrar la impresión que había dejado en la psiquis española el
superventas mundial de María Dueñas, El Tiempo entre Costuras y su
subsecuente adaptación televisiva.
Publicada en el
2009, fue escrita por una catedrática que encontró un modo muy interesante de
evadir las trampas de la Memoria Histórica que había impuesto el gobierno de Zapatero
y que dominaban el zeitgeist de la intelectualidad ibera. Dueñas situó su
novela en Tánger y así mató dos pájaros de un tiro. Se basó en experiencias de
parientes que habían vivido la Guerra Civil en territorio marroquí y evitó
hacer apología de ningún bando. Incluso hace un poco de mofa de esa división
provocada por el conflicto reflejándolo en las peleas de los comensales de la pensión
de Candelaria.
La Profesora Dueñas
había querido novelar una gran historia de amor, la vivida por el Alto
Comisario de Marruecos, el coronel Juan Luis Beigbeder y la británica Rosalinda Powell Fox. Consciente de que tener por héroe a
un hombre de la corte franquista no iba sonar bien en días de la “memoria histérica”,
prefirió darle a la pareja una posición secundaria aunque poderosa, sobre todo
en la vida de la modista Sira Quiroga.
De costurera de Rosalinda,
Sira pasa a ser su amiga y confidente. Acabada la Guerra Civil, cuando
Beigbeder es nombrado ministro por Franco y Rosalinda lo acompaña a Madrid,
será seguida por Sira, ahora convencida por su amiga de trabajar para el
servicio de inteligencia británico. No sigo porque si no la han leído o visto,
deben hacerlo. Es una joya, una de las mejores miniseries hechas―y no
solo en España― en lo que va del siglo. La pueden encontrar en la
plataforma de Atres Player y la de VIX.
Amelia
Garayoa, Sonsoles y hasta los Lobos Gallegos
El impacto de Tiempo
entre costuras fue tan mundial que tal vez propició que Julia Navarro
publicase Dime quien soy, un año después de salida al mercado la saga de
Sira Quiroga. Se trata de la historia de Amelia Garayoa que, en 1935 y después de abandonar a su
marido e hijo, huye a Buenos Aires con un comunista que la ha convertido en “un
topo”, para utilizarla como espía sin que ella lo sepa.
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Justo cuando
Amelia descubre la traición de su pareja, justo cuando ha conocido al Barón Max
von Schumann, un médico militar alemán,
por quien se siente atraída, justo entonces Pierre es convocado a Moscú.
Amelia decide seguirlo. Después de sobrevivir los horrores del comunismo
estalinista, y del asesinato de Pierre, Amelia logra escapar de la Unión Soviética
gracias a un periodista inglés que será su nueva pareja. Será el
quien la contacte con MI6 que la enviará a diferentes capitales europeas para
espiar a su favor.
El éxito de esta
novela, aunado al fenómeno que era Tiempo entre costuras, llevó a la periodista
Nieves Guerrero a novelar uno de los escándalos de la crónica rosa de la época.
Si Dueñas se enfocó en los amores de Beigbeder y su amante inglesa, Herrero tomó
otro famoso affaire de la corte franquista que involucraba nada menos que al “ cuñadísimo”
Ramón Serrano Suñer y a la Marquesa de Llanzol como centro de su Lo que
escondían sus ojos.
De pronto, no se
podía examinar la lista de los más vendidos sin encontrarse con uno de estos
libros fuesen ficción como los superventas
de María Dueñas y Julia Navarro o Lo que escondían sus ojos, o el
recuento de Jimmy Burns, Papa Espía, que nos daba una crónica de las
actividades de su padre, diplomático en la embajada británica en Madrid durante
la Segunda Guerra Mundial.
El próximo paso
para convertir la ficción literaria en zeitgeist era trasladar el tema las
pantallas. En el 2013 debutaba Tiempo entre costuras en Antena 3. Dos años
más tarde, esta vez en pantalla grande, se estrenaba la poco conocida y poco
apreciada Lobos Sucios.
Basada en la
historia real de unas hermanas gallegas que ayudaron a refugiados judíos a
cruzar la frontera portuguesa, esta película combinaba esa historia con las
minas de wolframio, la codicia de los alemanes por ese mineral vital, la
presencia de agentes ingleses en la zona y los prisioneros republicanos
obligados a trabajar en ellas. Una hermana trabaja para los ingleses , la otra
es cortejada por un alemán (el infaltable Pierre Kiwitt) que introduce un
elemento fantástico en el cuento con el poco tratado tema del esoterismo nazi.
Al Amparo del
PP
Un año más tarde
y ya teníamos versión televisiva de Lo que escondían sus ojos. Aparte de algunas buenas actuaciones, la
química entre los protagonistas, y del vestuario esplendoroso de Blanca
Suarez, hay poco que elogiar de este blanqueamiento de Ramón Serrano Suñer. Aunque es interesante ver como lo
detestaban tanto la Falange como Doña Carmen Polo, el “Jamón Serrano” no era el angelito que
pretende mostrarnos la serie, prueba es la desgracia que les atrae a la hija
adulterina que tuvo con Sonsoles de Icaza y a su hijo legal.
Para colmo, la
serie incluye unas intrigas de espionaje donde los ingleses son los malos. Ben Temple,
quien había dado vida a Alan Hillgarth en El Tiempo Entre Costuras,
ahora era Sir Samuel Hoare, embajador británico. En muchas memorias y libros de
historia, Hoare es descrito como un inepto cobarde. Aquí es un siniestro
chantajista que obliga a la institutriz inglesa de la Marquesa de Llanzol a
espiar a su señora (y al amante).
Hay que enfrentar
un hecho. Los libros y las adaptaciones pudieron hacerse durante el gobierno de
Mariano Rajoy que hizo cambios en la televisión española y reprimió la cultura
de la Memoria Histórica. No soy del PP, pero estos cambios fueron para mejor.
Sin embargo acabaron con la renuncia de Rajoy para ser reemplazados por…bueno,
lo presente.
Un año antes de
irse Rajoy, casi como un gesto de contracultura, Almudena Grandes publicaba
Los Pacientes del Dr. García que tocaba el tema del espionaje aliado en España
llegando a la posguerra y las investigaciones sobre criminales nazis refugiados
en suelo ibero. El tema, que se relaciona con el Dr. García un médico
republicano que vive bajo una falsa identidad en la España de Franco, era
fascinante, pero el libro está tan mal escrito que se me hizo imposible de
terminar, por lo que cifré mis esperanzas en la adaptación televisiva.
Antes llegaba al
streaming la olvidable versión de Dime Quien Soy. Comenzó en España por Moviestar en
diciembre del 2020. En América Latina la pasó HBO y en el 2021 llegó a la
plataforma Peacock en Estados Unidos. Lo extraordinario es que solo una persona
de mi circulo, Gato Rafa, la vio y eso porque casi lo obligué. A pesar de
haberse gastado una suma millonaria, e incluso poder ser vista con subtítulos
en una plataforma estadounidense, la producción ha sido ignorada.
Se entiende que
Julia Navarro se mostrase reacia a vender los derechos. No es que le hayan
hecho cambios trascendentales. Se sacó la estadía de Amelia en el campo de concentración
de Ravensbruck. En cambio se amplió la aparición del desagradabilísimo
personaje de Lola, la obrera comunista que funciona como la voz de la
conciencia de la joven Amelia. Sin embargo, lo que me mató a mí fue la protagonista.
Su egoísmo, la desdicha que atrae sin querer sobre los que la aman,
principalmente el barón Max (como siempre Pierre Kiwitt), médico militar de la
Wehrmacht.
Se ha dicho de
Amelia Garayoa que es un personaje controversial, incluso los críticos la han llamado errática, pero en la serie es simplemente
antipática. Creo que se debe a la actriz que la interpreta. Irene Escolar es
impávida y fea, eso no se notó tanto en el rol que le dio fama, el de Juana la
Loca en La Corona Partida. Pues aquí trae esa misma expresión
inexpresiva a pesar de las desgracias que le acaecen. Debido a eso tal vez
nuevos espectadores que no son lectores, se han quejado de lo inverosímil de la
trama. Esa es la diferencia con Barrio Inglés donde lo increíble es
aceptado como lo aceptamos en el Universo Marvel.
Casi al borde de
la caricatura, a pesar del tema trágico, fue Jaguar que Netflix puso en pantalla el segundo año de la
pandemia. El controversial tema del proceso de fuga e inmigración de criminales
nazis y el amparo recibido en España chocaba con un escuadrón tipo Hunters
compuesto no por judíos sino por republicanos sobrevivientes de campos de
concentración entre los que se contaba Isabel , que de niña había sobrevivido
Mauthausen.
Esta combinación
de Hunters y El fotógrafo de Mauthausen tenía sin embargo su
sello propio. Aun así pertenecía este grupo de relatos de espionaje en España y
combinaba en su buen elenco a rostros conocidos del subgénero como Blanca
Suarez (Lo que escondían sus ojos); Stefan Weinert (el villano nazi de Dime
quien soy que aquí interpretaba a Otto Skorzeny) y Francesc Garrido (el Comisario Claudio de Tiempo entre
costuras)
No me avergüenza
decir que me gustó mucho. No así a Netflix que prefirió invertir dinero en
comprar Los Pacientes del Dr. García que trataba―en algún instante de su
convulsa trama― el tema de las “líneas de rata”. No me sorprende
que esta última serie no haya gustado ni en Netflix ni en RTVE, donde su sintonía
bajó de manera espantosa a partir del tercer episodio.
Ya he vociferado
en contra de ella en otra ocasión, solo me queda decir que fue una perdida que
Javier Rey, mi actor español favorito, tuviese tan mal papel protagónico,
aunque solo él nos hizo agradable al médico. No se puede decir lo mismo de Veronica
Echegui que hizo a Amparo―la que de miedo se orinaba en el armario―más
desagradable que en el libro. Ni hablar de la peruana Stephanie Cayo que hacía
de agente Tex-Mex de la CIA (WTF?)
Pues consideraba
cerrada, con este fracaso, los experimentos del género o subgénero, cuando el año
pasado RTVE, de la nada, sacó Operación Barrio Inglés de la cual hablaré,
primero D-s, este jueves.
Muy interesante análisis. Como sabes, una de mis series favoritas de todos los tiempos es "El tiempo entre costuras", no solo por la historia, el setting, los personajes principales y secundarios (y por ende, los actores), el romance, en fin TODO me gusta. Por lo tanto, estoy de acuerdo que es muy difícil comparar cualquier cosa con esa obra y todas se quedan cortas a su lado.
ResponderEliminarDejando eso a un lado, me acuerdo haber disfrutado "Lo que escondían sus ojos" pero obvio que el personaje de Sonsoles no se compara con el de Sira, pero creo que es por que Sonsoles solo vive obsesionada con Ramón y nada más, además me acuerdo que me molestó cuando se fue a veranear con la familia de él. Mientras tanto, Sira tiene vida propia y es un personaje humano y sumamente interesante. No sé que tanto contribuye la interpretación de Adriana Ugarte (mi actriz española favorita) vs. Blanca Suarez (guapa pero más inexpresiva).
Empecé "Los pacientes del Dr. García" hace unos años pero ya ni me acuerdo por que dejé de verla, creo que fueron varias cosas. Me parece que en su momento se me hicieron los personajes femeninos anacrónicos y como dices el enfoque político, pero me acuerdo que me interesó el personaje de Tamar Novas y que hacía ahí y creo que me gustó el doctor, pero no podría asegurarlo porque ya son un par de años desde que la vi. No creo haber visto las otras que mencionas.
En que plataforma se puede ver Operación Barrio Inglés?
Amiguis, gracias por ser la primera en comentar. Tiempo es una anomalía y no solo en lo que respecta a miniseries españolas. Ya no se hacen miniseries así y nos en estos tiempos en que todo es CGI y agenda woke. Por eso ni mencioné la secuela. Las diferencias entre Sira y Sonsoles son muchas. Por empezar, Sira es una espía, un personaje político que lo es desde que contrabandea armas en Tánger. Sonsoles es una mujer de sociedad que aunque tiene amores con un político importante no tiene influencia sobre los asuntos española. En eso difiere de Rosalinda Fox.
EliminarLos personajes que más se acercan a Sira son Amelia Garayoa de Dime... y Lucia Valbuena de Barrio Inglés. La última tiene un radio de operación muy estrecho, no llega más allá de Sevilla. Amelia, en cambio, es totalmente cosmopolita y su universo va desde Londres a Varsovia. Pero ninguna llega a ser un personaje tan enganchador como Sira. Y esto suena a raro, pero es porque todos estos personajes están sujetos a los convencionalismos del romance. En cambio en Tiempo son los fuertes lazos de amistad que Sira forja con diferentes personajes los que valen más que sus amores.
Cuanto más recuerdo o veo los clips de Lo que escondían... más lamento que no se la pueda encontrar en ninguna plataforma, porque es un caso semi único. En el fan de santificar al Jamón serrano, la serie nos ofrece una perspectiva de la Segunda Guerra y del franquismo desde el otro bando, algo fascinante.
Ni me hables de los Pacientes, libro y serie hieden. Pobre Javier! Los personajes femeninos son caricaturescos, principalmente el de la pobre Stephanie. Además la serie es totalmente anti-gringa por lo de operación Paper Clip y la Guerra Fría. Digamos que Jaguar y Blanquita Suarez les da cien patadas (es que a mi me gustó Jaguar)
Me alegro mucho que tengas acceso a RTVE a la Carta. Creo que no solo traen series españolas.
I did not manage to catch any of those as Spanish shows never appear on Torrents, but then again I find most of the Spanish series tiresome for some reason. I watched the secundo episodas of Gattopardo last noche and it was much better than the first one with more accent on the characters. I do find Conchetta prettier than Angelica, but I despise nepotism so Deva is fugly to me from the start LOL Kim Rossi Stuart is hot, though, and I am enjoying his scenes des nudo, probably the only thing I actually like about Italian shows and films LOL Tancredi ain't bad either, but interesting how they show lead males nude but not the ladies, ladies have to play hoes to be shown nudo. Double standards, I'd say. I also started the last season of White Lotus last week, I hate everyone in it and the only reason I am watching is Patrick Me Some Schwarzenneger.
ResponderEliminarSad and strange that Torrent won’t carry these series, some were hits outside Spain. Time in Between was five years in Netflix and Mistress of War is still in Peacock.
EliminarI told you to stick to iL Gattopardo. Kim is beyond words, the greaseball that plays Tancredi is fugly, odious and can’t hold a candle to Delon. Benedetta has this Renaissance beauty. Deva is pretty, but soulless, looks like she had her face covered with stucco, and has jerky movements like Emma Stone in Poor Things.
The male nudes go beyond double standard. It has to do with the tremendous influence MeToo had on film making. The idea was to drive away the “masculine gaze” by not exploiting female nudity. Thus, we’ve had actresses here and in Western Europe refusing to do sex scenes or take their clothing off in front of camera. To show that there are no double standard (irony) producers have more naked men, that is supposed to attract women (not me) and; let’s face it, gay audiences. but you’ve noticed that Tancredi and his zionne appear naked in the bath not in sexual scenes.
Desde FB de Macarena Muñoz Ramos
ResponderEliminarYo tomo con pinzas las series históricas españolas ambientadas durante la Guerra Civil o en la posguerra porque regularmente siempre tienden a mostrar la versión roja/progre y siempre los malos malísimos son los nacionales/franquistas. Versiones maniqueistas muy comunes en España. Escuché y supe del furor de El tiempo entre costuras pero no me llamó la atención ni el libro ni el fenómeno que vino después.
Para Macarena Muñoz Ramos Exacto yo por eso les tengo terror, pero Tiempo no es tan 'histerica" como Los Pacientes..Dime quie soy, con todas sus fallas es anticomunista y Lo que escondian sus ojos es una apologia de Serrano Suner.
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